25
El choque de metal con metal sonaba en la sala de entrenamiento, dos personas luchaban en un combate a muerte, aunque la diferencia de fuerzas era notable, las dos personas que luchaban no dejaban de luchar a muerte como si su vida dependiera de ello.
Uno de ellos lo estaba disfrutando mientras que el otro, solo se esforzaba por lograr vencerlo. Calisto usaba la espada que más odiaba y que el sistema decidió darle, no había tenido ningún avance en el combate a pesar de su gran esfuerzo. Al-Ahmar lo derribaba cada cinco minutos, ante la vista de los espectadores que observaban el combate, notaban la poca piedad que tenía el rey hacia al Príncipe Heredero.
Sin importar cuánto esfuerzo pusiera en sus ataques, Calisto era derribado con facilidad, de todos modos no se rendía y continuaba intentándolo, se levantaba, lanzaba ataques y si era derribado, lo volvía a intentar.
La expresión en su rostro reflejaba su desesperación por ganar, lo que no le ayudaba en su concentración. Viendo esto, Amón frunció el ceño y arrojó a Calisto con una patada contra una de las paredes de la sala de entrenamiento, una bocada de sangre salió de su boca y cayó al piso.
Por órdenes de Amón, nadie podía acercarse a Calisto para ayudarlo. Desde su lugar lo observaba con una expresión fría y despiadada como la de un rey tirano. El príncipe heredero levanto molesto su cabeza para mirar al tirano, su mente se llenó de maldiciones dirigidas al rey.
Quién por supuesto, disfrutaba ver el sufrimiento del príncipe.
— Aún eres bastante débil para poder ganarme, Heredero de Khaenri'ah.
Calisto apretó la mandíbula y lo miró con furia contenida, luego sonrió con ironía.
— ¿Acaso no era un entrenamiento?
Amón admiró la cimitarra en su mano como si fuese la cosa más interesante del mundo.
— Y es lo que estás haciendo, entrenando.
No, definitivamente no es un entrenamiento. ¡Este maldito dios me quiere matar!, pensó Calisto sin dejar de maldecir al rey.
— Su Majestad nunca ha sabido enseñar — comento cubriendo su boca con el libro que llevaba en sus manos, después añadió —: por lo que me temo que el maestro Calisto además de entender las lecciones de Su Majestad, tendrá que aprender a leerlo.
Calisto miró en la dirección de la persona que había hablado, una gota de sudor resbalaba por su mejilla debido al agotamiento. Amón que había escuchado las palabras del Shuna de Valuka miró con su dirección con el ceño fruncido, de inmediato el otro guardo silencio.
Cuando Amón regreso su mirada a Calisto, los ojos del rey cambiaron a un tono dorado similar a los de Calisto. Esta era la primera vez que Calisto veía el cambio en esos ojos alba, estaba acostumbrado a mirar el sol salir en aquel par de ojos pero ver el oro en persona era distinto, a pesar de no ser muy brillantes, no dejaba de ser un dorado bonito. El cambio de color no duró mucho, pronto el color de ojos del rey volvió a la normalidad.
— ¿Debo ayudarte a levantarte?
Calisto lo miró confuso, hasta que logro entender lo que quería. Con dificultad se levantó y sacudió el polvo de su ropa, se puso en guardia de nuevo.
Justo en el momento que Calisto se levantó del piso, el suelo comenzó a temblar y la arena alrededor se junto en medio del campo. Calisto miró confuso y un tanto preocupado el suceso, solo hasta que vio al rey de la arena que tenía una mano extendida, su preocupación no se esfumó.
La arena se convirtió en un tornado, no dañaba nada a su alrededor solo absorbía la arena y tampoco se movía de dónde estaba o eso parecía, pero no tardó en moverse en la dirección de Calisto.
— Ehm, Su Majestad. ¿Por qué ese tornado de arena viene hacia mi? — preguntó con una sonrisa temblorosa en sus labios.
— Usa tu poder elemental para disolverlo, no dañara nada a su alrededor para que no te preocupes, bueno a nadie excepto a ti.
Dicho eso, Amón se dio la vuelta para regresar a su trono dentro de la sala de entrenamiento. Desde ahí, se quedó a observar el progreso de Calisto, a su lado se encontraba Rukkhadevata, ninguno hablaba solo observaban.
— Su Majestad, ¿en serio cree que el maestro Calisto logré disolver el tornado? — Sáhara que se encontraba al lado de Hermanubis se asomo para ver al rey sentado en su trono, su preocupación fue evidente.
— Lo hará.
Fue su única respuesta.
Hermanubis no dijo nada ya que no dudaba de las palabras de su rey, sabiendo también que antes de invocar el tornado, Amón uso su poder para ver el destino de la persona que en este momento lo maldecía mientas corría lejos del tornado.
¿Es válido esto como un entrenamiento? Era la pregunta que se hacía Calisto, el sudor resbalaba de su frente a su barbilla. La arena volaba por todas partes del campo, por lo que la temperatura de la arena se sentia en toda la zona y provocaba calor a quienes no estaban acostumbrados.
Debido al cansancio y la deshidratación, Calisto ya no pudo correr así que se detuvo un momento para recuperar el aliento. Observó el tornado de arena, lo analizó y buscó los puntos débiles, también se puso a pensar en una manera de desintegrar el tornado.
El elemento que este mundo le dio era el Geo, un elemento que abarca todo lo que es tierra por ende, la arena era una parte de la tierra así que tenía una ventaja. Además de esto, tiene otras cualidades ventajosas, su resistencia contra los elementos, su fuerza y su protección. Viéndolo de esta manera, Calisto tenía varias formas de disolver el tornado y convertirlo solo en tierra pero no era solo lo que traía, el viento era otro elemento que venía en el tornado.
[Anfitrión, ¿desea activar su visión?]
La notificación del sistema se reflejó en los ojos de Calisto, lo leyó y pensó en aceptarlo, sin embargo el tornado comenzó a tomar más potencia, se hizo más grande y su velocidad aumentó hasta alcanzar al príncipe heredero. Calisto tuvo que correr de nuevo para alejarse, su mente se bloqueó impidiéndole pensar en una manera de disolver el tornado.
Maldita sea, maldijo en su mente y apretó su dientes.
Sabiendo que no podría disolverlo, el príncipe heredero activo su visión y formó un traje protector de Geo alrededor de su cuerpo, el viento arenoso causo rasguños en su armadura pero no eran lo suficiente fuertes para romperla. Con el tornado acercándose a una velocidad más alta, Calisto supo que no sería fácil disolverlo.
Suspiro profundamente.
— Maldito rey del desierto, espero que cuando te coma Apep, sufras dentro de su estómago.
Al-Ahmar frunció el ceño al escucharlo, aunque no había sido el unico ya que pareció que Calisto lo dijo en voz alta a propósito. Una gota de sudor resbaló por la frente de Hermanubis y Sáhara, Lumine aguanto la risa lo más que pudo y Rukkhadevata miró de reojo a su viejo amigo preguntándose en su corazón sobre las palabras del príncipe heredero.
El rey subió su rodilla encima de la otra y apoyo su codo sobre el respaldo de su trono para descansar su mejilla en su puño.
— Ponte a pensar en como disolver ese tornado o quién terminará comido serás tú — le contesto Al-Ahmar a sus maldiciones verbales.
Calisto levantó su mirada para observar al rey y como un niño, le saco la lengua. Amón tuvo que aguantarse las ganas de arrancarle la lengua pero fue evidente que se molestó pues las venas azules se marcaron en su sien.
Viendo que había logrado molestarlo, Calisto regresó su mirada al frente para enfrentarse al tornado que no dejaba de acercarse y con una mirada decidida se lanzó contra este para entrar en el ojo, su cuerpo floto dentro del ojo del tornado y cerró sus ojos.
Haciendo uso de su poder y su imaginación, creo unas gafas de sol que bloquearan la arena que volaba directo en sus ojos. Abrió sus ojos y observó arriba el ojo del tornado que solo dejaba ver la pared del campo, luego miró abajo el piso que sus pies no tocaban, por último miró a los lados pero no se veía nada.
— Sistema, ¿hay una forma de disolver el tornado? — preguntó esperando que respondiera. Una pequeña figura con la forma de un armiño apareció en su hombro.
[El sistema no puede ayudarle en eso, solo el anfitrión debe resolverlo]
Calisto ya no dijo nada sabiendo que no ganaría algo, después de pensarlo un poco, estiró ambos brazos y concentro la energía Geo en las palmas de sus manos. Hizo su mayor esfuerzo para imaginarse que absorbía la energía Geo de la arena, se tomó su tiempo.
Su cuerpo fue rodeado de una energía color dorada que poco a poco fue creciendo conforme absorbía la energía Geo del tornado pero no era suficiente, solo logró hacerlo más pequeño así que puso un poco más de su poder para tomar toda la energía.
Con una voz fuerte, gritó.
— ¡Deceso Divino!
Una onda de energía Geo salió disparada contra el campo, gracias al poder del rey de la arena, ninguno de los espectadores salió herido. Todos observaron como la arena regresaba a su lugar, sin embargo, el color de la arena era menos brillante que antes.
Parecía haber perdido parte de su vida.
— ¡Calisto!
El grito de Lumine llamó la atención de todos, ellos miraron como el cuerpo de Calisto está a punto de caer al suelo de no ser por su compañera, habría sufrido un fuerte golpe.
Amón observó en silencio con una sonrisa en sus labios.
•••
¡Hola a todos!
¡Actualización nueva llegando!
Espero que todos se encuentren bien y que les haya gustado este nuevo capítulo.
Gracias a todos y a todas por leer.
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