10
Gotas de lluvia golpean la ventana de mi habitación, soy capaz de escucharlas cuando todos mis sentidos comienzan a despertarse. Mi cuerpo se siente cansado, no muestra señales de querer levantarse, sino todo lo contrario, quiere permanecer en la cama acostado, siendo cubierto por sábanas calientes. Mis ojos tampoco muestran señales de querer abrirse, no me molestó, los dejo que permanezcan así, puedo sentir que en cualquier rato volveré a caer en los brazos de Morfeo.
— ¡¡ALTEZA!!
Suspiró profundamente cuando escucho la voz familiar llegar a mis oídos, ni siquiera me molestó en abrir los ojos, la persona que grita a los cuatro vientos, abre las cortinas para que la luz de la mañana ilumine mi habitación.
— Alteza, ¿aún sigue dormido? — la persona molesta pregunta, puedo sentir como asoma su cara a la mía para averiguar si he despertado—: Mm, parece que aún duerme.
— Seguramente está fingiendo dormir — hay otra voz familiar que no logro identificar, pero se que le pertenece a un hombre, esta suena sarcástica —: Halfdan, ¿el principe heredero te dió su permiso de que lo trates de manera informal?
Logro notar que Halfdan se aleja de mi, por lo que hago mi mayor esfuerzo por abrir un solo ojo y en hacer el menor ruido posible para poder observar a las dos personas que invadieron mí habitación, cuando lo logre, puede ver la espalda de mi guardia personal y el cuerpo del otro hombre.
— Si, Alteza dijo que no quería ser tratado de manera formal porqué era molesto para él — contesto Halfdan con sinceridad aunque pude notar el nerviosismo en su voz.
Quise poner los ojos en blanco, pero no podía en ese momento. Es verdad que yo le dije a Halfdan que no me tratara con tanta formalidad ya que solo me recordaría cuál era mi otro papel además de ser el "tejedor de hilos del destino". Sin darme cuenta suelto un suspiro profundo, la cabeza del otro hombre se mueve en mi dirección, con rapidez cierro mi único ojo abierto para que no me descubran.
— Su alteza el principe, parece que tiene el sueño profundo — exclamó Halfdan.
— Me molesta más saber que este príncipe es quien heredará Khaenri'ah — escucho un chasquido de lengua proveniente de la otra voz.
Por alguna razón me siento molesto y no puedo evitar que las venas en mi frente se hinchen.
— Dainslef, deberías tener cuidado con lo que dices.
En ese momento, olvido que estoy vivo cuando dejo de sentir mi respiracion y la falta de aire me hace toser.
— ¡Alteza! ¡¿Estas bien?!
Un Halfdan con una expresión asustada se apura para darme auxilio, pero yo no puedo responderle por la tos, en su lugar le hago señales para indicarle que estoy bien aunque no parece entenderlo.
— Alteza — una voz fría me llama, mis ojos suben hasta la mirada del hombre frente a mi y luego bajan hacia el vaso de agua que está en sus manos, no dudo en tomarlo y beber de ella mientras lo hago, lo observó bien.
"Dainslef", el último personaje en ser jugable en el juego original antes de que yo llegara a este mundo. No había rastros de la maldición en su cuerpo, sus dos ojos estaban a la vista sin una máscara cubriéndola, sus manos eran del mismo tono de su piel y se notaba que era mucho más joven.
— Gracias a los dos por su ayuda, ahora estoy bien — dije tras quitar mi mirada del rubio, mire a mi guardia en su lugar —: ¿Ocurrió algo?
— ¡Ah! Si, alteza. Su majestad el rey quiere hablar con usted y la señorita Lumine — Halfdan se apresuró en darme el aviso, por un instante mis ojos brillaron con sorpresa, luego mi expresión se relajo.
— Ya veo, ¿le han aviso a Lumine?
Sonreí ligeramente al ver cómo Halfdan asentía animadamente.
— Como su guardia personal, Dainslef se encargó de hacerlo.
Oh.
Mi cabeza se mueve en su dirección y lo miró, no tiene expresión alguna en su rostro pero puedo notar lo tensado que está. También noto como frunce el ceño cuando el nombre de la viajera sale de mis labios, dios mío me doy cuenta que hay sentimientos grandes creciendo en este joven Dainslef.
Al parecer esto no cambia incluso en la realidad, los sentimientos de Dains por la viajera no se relacionan a la amistad o el compañerismo, sino al amor. No me sorprende, en el juego original este mismo joven frente a mi le aclara sus sentimientos al hermano gemelo y este se sorprende, pero comprende las razones por las que también busca la verdad que hay en Teyvat.
Cierro los ojos cuando otro suspiro sale.
— Veo — digo. Me levanto de la cama y tomo la bata de dormir para colocarmela —: Me bañaré entonces, no sería muy amable de mi parte salir así.
Hago el comentario desde la entrada del baño, de reojo veo a Dainslef mirarme aún con esa mirada de desconfianza que me dedica, mis labios se convierten en una media luna, la sonrisa en mis labios es burlesca y divertida. La primera probada llega como la espero, Dainslef chaqueta la lengua y gruñe en voz baja, Halfdan lo mira confuso pero el rubio no dice nada.
No pasa mucho tiempo cuando termino de arreglarme y vestirme de con lo ropajes de un noble de alto rango. El calor me invade debido a las telas en exceso, más finjo que estoy bien durante nuestro recorrido por los pasillos del palacio. Halfdan es nuestro guía, el nos indica a donde debemos ir aunque Dains conoce muy bien cada pasillo, en todo el camino se mantiene en silencio y yo solo escucho atentamente a mi guardia personal.
— Te has tardado, Calisto.
El ruido se convierte en silencio cuando la voz de Irmin se escucha en la sala del trono. Antes de siquiera actuar con toda libertad, paseo mi mirada por la sala del trono para observar a las personas que se encuentran ahí. Pierrot, Rhinedottir y ¿Kaeya? No no, alguien pareció a él, se encuentran en la sala, además de Irmin, Dains y Halfdan, Lumine también se encuentra aquí. Más la ignoro para evitar ponerme nervioso por su presencia y sobretodo por su destacable belleza.
La postura noble se deshace en un abrir y cerrar de ojos, entonces vuelvo a ser yo.
— ¿Lo siento? Nadie me avisó que estarías contando mi tiempo — habló sin mostrar una pizca de respeto hacia el rey.
Las miradas de asombro no tardan en llegar y no me sorprende, pues todo el tiempo usaba una máscara tal fueron las indicaciones del rey. Los únicos que no se sorprenden por mi actitud son Rhinedottir, Pierrot, Dains y el mismo Irmin.
— Lo importante es que estés aquí.
Irmin decidió ignorar mi comentario sarcástico. Pongo los ojos en blanco y me siento sobre la alfombra que hay en el piso con una mirada que reflejaba mi aburrimiento.
— No se puede evitar, soy lo que el destino ha enviado. En fin, dime ¿para que has llamado a este pobre forastero? ¿en qué te puedo ayudar?
Irmin me dedica una mirada que no dura más que unos segundos, luego mira al hombre de cabellos azules quien se parece a Kaeya que si me lo presentarán como su padre, ni siquiera me sorprendería.
— Te quiero presentar a alguien, él es Kaye Alberich, es de la línea colateral de los Alberich.
Arqueé una de mis cejas y miré con curiosidad al hombre que caminaba en mi dirección. Mismas facciones, mismos ojos, mismo tono de piel, sin duda era igual a Kaeya solo que su rostro pétreo me hacía saber que no se trataba de él. Sin muchas ganas me levanté del piso y sacudí tonto mis ropas como mis manos para eliminar la suciedad.
— Un gusto conocerlo, su alteza. Soy Kaye Alberich, de la línea colateral.
Llevo una mano a su pecho e hizo una elegante reverencia, no hubo expresión alguna, al parecer es un hombre que esconde muy bien sus expresiones.
— ¿Tienes un hijo que se llame Kaeya?
La pregunta abandono mi boca cuando la curiosidad estaba tocando mi punto más frágil y no hablo de el punto placentero, sino de aquel que le gusta tomar el riesgo. Para mí sorpresa, la expresión del hombre cambio ligeramente, sus ojos brillaban asombrados y su cuerpo estaba tensado, luego frunció el ceño confuso.
— No, sin embargo ese es el nombre que mi esposa desea ponerle a nuestro hijo.
Con un gesto de cabeza y una sonrisa, pongo una mano sobre su hombro.
— Tú "última esperanza" será un gran hombre.
Aunque el hombre me mira y abre la boca para preguntarme algo, decido dar un paso al frente para volver mi atención a Irmin.
— Entonces, ¿sólo eso querías, Irmin? — preguntó con la barbilla en alto y sin dejar de mirar los ojos celestes del rey.
— No — dice, lleva su mirada a Lumine y por instinto yo también lo hago, mala mia pues Lumine mira con el ceño fruncido. Miles de preguntas se reflejan en sus ojos, puedo sentir que soy devorado por esos iris dorados —: Lumine ha querido hablar contigo desde hace unos días, así que decidí reunirlos a ambos. Sin embargo, la verdadera razón por la que te he llamado, es porque recibí una profecia.
Mi ceño se frunce, tengo un mal presentimiento.
— ¿Profecía? ¿Qué tipo de profecía?
— La destrucción de Khaenri'ah.
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