ESPACIOS VACÍOS

El silencio en el apartamento se había vuelto insoportable. Buck despertó esa mañana, esperando encontrar a Tommy en la cocina con un café en sus manos como solía hacerlo, pero en cambio vio una carta cuidadosamente doblada encima de la mesa.

"Evan, necesito espacio. Me voy a casa de Donato por unos días. No sé qué hacer con esto, pero sé que no puedo quedarme aquí ahora mismo. No me llames. Hablaré contigo cuando esté listo"

Buck dejó caer la nota, sintiendo como si el aire hubiera sido succionado de sus pulmones. Sabía que Tommy estaba herido, pero no esperaba que se fuera tan pronto, ni de esa manera. El peso de su error recaía sobre él con fuerza.

Buck intentó mantenerse ocupado, atendiendo llamadas y limpiando los camiones de la estación. Pero su mente no podía despegarse de Tommy, ni del beso con Eddie. Decidió mantenerse alejado lo más posible de él. Se sentía atrapado en un círculo de arrepentimiento y culpa.

Finalmente, mientras esperaban oír la sirena, subió a la cocina y se sirvió una taza de café, sentándose mientras miraba el celular, esperando noticias de Tommy.

— Chico, ¿Que sucede contigo? — preguntó Bobby sobresaltando al rubio.

— ¿A qué te refieres? — contestó queriendo persuadirlo.

— Bueno te has estado sobre exigiendo en las llamadas y es evidente la tensión entre tú y Eddie.

Buck suspiró y se tomó un minuto antes de contestar:

— Cometí un error y no sé cómo repararlo.

Bobby observó a Buck con una mezcla de preocupación y paciencia. Había visto a su equipo pasar por momentos difíciles antes, pero era raro ver a Buck tan fuera de lugar.

— ¿Quieres hablar de eso? — preguntó Bobby, sentándose frente a él con su propia taza de café.

Buck miró su taza, dando vueltas al líquido con una cucharilla. — Besé a Eddie, Bobby. Y Tommy lo sabe.

Bobby parpadeó, claramente sorprendido, pero no dijo nada al principio. En lugar de eso, esperó a que Buck continuara.

— Fue un momento estúpido, un error. Pero ahora Tommy se fue, y siento que he destruido todo.

— ¿Cómo llegaste a ese punto? — preguntó Bobby con suavidad.

Buck dejó escapar un suspiro pesado, apoyándose en la mesa.

— Eddie y yo estábamos hablando sobre nuestro pasado, cuando sucedió el beso. En el momento me deje llevar pero luego me di cuenta de lo que había hecho y me alejé. Ahora lo arruine con Tommy y no sé qué hacer.

Bobby asintió lentamente, tomando un sorbo de su café antes de hablar. — Escucha, Buck. Todos cometemos errores, incluso los más grandes. Pero la verdadera pregunta no es solo cómo arreglas las cosas con Tommy, sino si realmente has enfrentado lo que te llevó a ese beso en primer lugar.

— Lo sé. Sé que tengo que trabajar en eso. Pero Tommy no quiere hablar conmigo. Se fue y me pidió que le diera espacio.

— Y tienes que respetar eso, Buck. Si Tommy necesita espacio, dáselo. Mientras tanto, puedes trabajar en ti mismo.

— ¿Y si nunca me perdona? — preguntó Buck, su voz quebrándose ligeramente.

— Eso es algo que no puedes controlar, chico — dijo Bobby, colocando una mano sobre el hombro de Buck. — Lo que sí puedes controlar es cómo manejas esto. Demuéstrale que puede volver a confiar en ti, no solo por él, sino por ti mismo.

Buck asintió lentamente, sintiendo el peso de las palabras de Bobby. Sabía que tenía razón, pero eso no hacía que el proceso fuera menos aterrador.

Antes de que pudiera responder, la sirena sonó, llamando a todo el equipo a una emergencia. Buck dejó su taza de café en la mesa, poniéndose en pie con determinación.

...

Tommy había estado en casa de Lucy Donato durante tres días. Aunque había buscado espacio para aclarar su mente, el tiempo lejos de Evan no había sido tan reparador como esperaba. La ausencia de su esposo era un vacío constante, pero la herida de la traición seguía abierta, sangrando cada vez que pensaba en el beso entre él y Eddie.

Donato, quien siempre había sido su confidente, entró al pequeño comedor con dos tazas de café en las manos y se sentó frente a Tommy.

— Te ves como si estuvieras cargando el peso del mundo — comentó, deslizando una de las tazas hacia él.

Tommy suspiró, rodeando la taza caliente con las manos. — Lo estoy, Donato. No sé qué hacer con esto.

— ¿Has hablado con él desde que llegaste aquí?

Tommy negó con la cabeza. — Le pedí que no me llamara. No estoy listo.

Donato lo miró con atención antes de asentir lentamente. — ¿Y estás listo para estar aquí? Porque, Tommy, no parece que te estés dando el espacio que querías.

— No sé qué estoy haciendo — admitió Tommy, dejando caer la cabeza en sus manos. — Amo a Evan, pero no puedo dejar de pensar en lo que pasó. ¿Cómo puedo confiar en él otra vez?

— ¿Y crees que no te ama a ti? — preguntó Donato con suavidad.

Tommy levantó la mirada — No sé que creer — suspiró — olvidó sus recuerdos conmigo luego del accidente y ahora besó a Eddie.  Es lo que más me duele. Me guste o no, él siempre será una sombra entre nosotros.

La rubia asintió lentamente y se inclinó hacia adelante, colocando una mano en el brazo del piloto.

— Tommy, nadie está diciendo que sea fácil, y tienes todo el derecho de sentirte así. Pero... ¿estás seguro de que Eddie es una sombra en tu relación o es algo que tú estás dejando crecer?

Tommy frunció el ceño, apartando la mirada. — ¿Qué quieres decir?

— Quiero decir que tal vez estás dejando que la idea de Eddie se convierta en una sombra en tu relación porque tienes miedo de que Buck te deje. Pero, Tommy, Buck te ama, y lo que pasó con Eddie fue un error, no una elección.

Tommy se sintió incómodo con las palabras de Donato, pero sabía que tenía razón. Sin pensarlo, se levantó de la mesa y tomó su teléfono marcando el número de Buck mientras caminaba hacia la sala para tener un poco de privacidad.

— ¿Tommy? — dijo la voz con un deje de sorpresa.

— ¿Podemos hablar? — preguntó con voz neutral, casi distante.

— Si, claro. Ven a casa cuando quieras — respondió el rubio sintiendo su corazón latir con velocidad.

— No voy a ir a casa. Quiero que nos veamos en un lugar neutral.

La frialdad en las palabras de Tommy tomó por sorpresa a Buck, pero aceptó. Sabía que este encuentro sería crucial para determinar si podían salvar su matrimonio o no.

...

Buck llegó temprano al café donde Tommy le pidió que se encontraran. Era el mismo lugar donde, años antes, le había pedido a Tommy ser su cita en la boda de su hermana. Eligió una mesa en una esquina, lejos de los demás y se sentó, jugando nerviosamente con el borde de su taza de café.

Cuando Tommy entró, Buck se puso de pie instintivamente. Tommy vestía ropa casual, pero su postura rígida y su expresión neutral lo hacían parecer más distante de lo habitual. Buck no supo si debía sonreír o decir algo, así que simplemente esperó.

Tommy tomó asiento frente a él, dejando su abrigo en el respaldo de la silla. No pidió nada.

— Gracias por venir — dijo Buck finalmente, rompiendo el silencio.

— No estoy aquí para tranquilizarte, Evan — dijo Tommy, su voz calmada pero firme. — Estoy aquí porque quiero claridad.

Buck asintió, tragando con dificultad. — Lo entiendo.

Tommy lo miró directamente, sus ojos buscando algo en el rostro de Buck. — ¿Fue solo un beso? ¿O hay algo más que no me estás diciendo?

— Fue solo un beso — respondió Buck rápidamente. — Fue un error. No significó nada.

Tommy alzó una ceja, su incredulidad evidente. — Un beso no viene de la nada. Algo te llevó a ese momento. ¿Sigues sintiendo algo por Eddie?

El bombero respiró hondo, intentando ordenar sus pensamientos. — No. No siento nada por Eddie en ese sentido. Lo que pasó… fue como una explosión de algo que habíamos dejado sin resolver. Pero no tiene nada que ver con lo que siento por ti.

Tommy cruzó los brazos, apoyándose en la mesa. — ¿Y qué sientes por mí? Porque después del accidente, lo único que hemos tenido como pareja fue un beso apasionado.

Buck sintió que la tierra se desmoronaba bajo sus pies. Sabía que este momento llegaría, pero enfrentarlo era mucho más difícil de lo que había imaginado. Desvió la mirada, sus dedos tamborileando sobre la mesa.

— Tommy, te quiero — dijo finalmente, con la voz temblorosa. — Todo este tiempo, incluso cuando he estado perdido o confundido, tú has sido mi hogar. Lo del accidente… me asusté, no supe cómo lidiar con todo. No quiero usar eso como excusa, pero siento que todo cambió después de ese día, y no sé cómo volver a nosotros.

— Tal vez, en otra vida, podamos volver a estar juntos — dijo el piloto con voz rota.

— No, Tommy, no digas eso — suplicó Buck, su voz llena de desesperación. Se inclinó hacia adelante, sus manos temblando sobre la mesa. — No quiero otra vida. Te quiero en esta, contigo, ahora. No quiero perderte.

Tommy sostuvo su mirada, sus ojos reflejando un dolor profundo. — ¿Y cómo puedo confiar en eso, Evan? ¿Cómo puedo creer que esto no es solo un intento desesperado por aferrarte a algo que ya no sientes de verdad? No puedo ser tu refugio si no estás seguro de lo que quieres.

— Estoy seguro de ti, de nosotros — insistió Buck, casi implorando. — Lo que pasó con Eddie fue… un error, una confusión. Pero tú eres la persona con la que quiero construir mi vida. ¿No lo ves? Eres mi todo.

Tommy apartó la mirada, sus labios apretados en una línea tensa. — No soy suficiente para que te detengas antes de cometer un "error". Y eso, Evan, es lo que más duele. Porque yo nunca habría dudado de ti. Nunca.

El silencio que siguió era insoportable, cargado de emociones no dichas. Buck quiso extender la mano, tocarlo, pero el peso de las palabras de Tommy lo detuvo. Sabía que tenía razón.

— ¿Entonces qué pasa ahora? — murmuró Buck finalmente, su voz quebrada.

Tommy se levantó, recogiendo su abrigo con movimientos deliberados. — Ahora… tomamos un tiempo. Para pensar. Para sanar.

Buck sacudió la cabeza, el terror apoderándose de él. — ¿Eso significa que se acabó?

Tommy lo miró con tristeza, pero también con resolución. — Significa que necesito espacio para decidir si esto puede arreglarse. Y tú necesitas espacio para demostrar que no estás luchando solo por no estar sólo.

Antes de que Buck pudiera responder, Tommy se giró y salió del café. Buck quedó ahí, congelado, sintiendo que su mundo se desmoronaba mientras veía cómo la persona que había aprendido a querer de nuevo, se alejaba.

...

Eddie bajó de su camioneta y caminó hacia el apartamento de Buck. Había oído que Tommy seguía sin estar listo para volver y que Buck lidiaba con la soledad y la culpa.

— Sé que soy la última persona a la que quieres ver, pero no puedo dejar que te derrumbes sólo Buck — dijo cuando abrieron la puerta y entró sin ser invitado.

— Estoy bien, lo prometo.

— ¿Enserio? — miró a su alrededor y vio la cocina hecha un desastre— parece que te dieron la licencia para ser panadero.

— Intento no perder la cabeza con lo de Tommy — se dejó caer en el sofá — trato de mantenerme ocupado para no llamarlo.

— Lamento mucho todo esto — dijo sentándose cerca de Buck — realmente no pensé que esto se volvería un caos para ti.

Justo en ese momento, la puerta del apartamento se abrió. Tommy había venido a recoger algo de ropa para su turno de 48 horas. Al entrar, sus ojos se encontraron con Buck y Eddie, demasiado cerca para su comodidad.

— ¿Qué demonios está pasando aquí? — exigió Tommy, su voz cargada de enojo y sorpresa.

Buck saltó de un respingo, levantando las manos. — Tommy, no es lo que parece. Eddie solo estaba...

— ¿Consolándote? — interrumpió Tommy, lanzando una mirada fulminante a Eddie. — ¿Qué parte de "espacio" no entiendes, Evan? Y tú — señaló a Eddie —, ¿en qué mundo piensas que es una buena idea venir aquí después de todo lo que pasó?

Eddie levantó las manos en señal de calma. — Solo estaba aquí como amigo. Nada más, Tommy.

— ¡Amigo! — gritó Tommy, avanzando hacia Eddie. — Un "amigo" no besa al esposo de otro, ¿verdad?

Buck intentó intervenir. — Tommy, por favor, cálmate.

Pero Tommy lo ignoró, centrándose en Eddie. — ¿Qué, Eddie? ¿Viniste aquí a terminar lo que empezaste?

Eddie apretó la mandíbula, manteniendo la calma aunque claramente se sentía atacado. — No vine aquí para causar problemas, Tommy. Vine porque Buck está pasando por un momento difícil.

— Claro, porque tú siempre estás ahí cuando lo necesita, ¿verdad? — replicó Tommy, su sarcasmo cargado de dolor — ¡Tuviste la maldita oportunidad hace tres años y dejaste ir a Evan!.

Buck levantó la voz, desesperado. — ¡Basta los dos! Esto no ayuda a nadie.

Tommy lo miró con los ojos llenos de lágrimas y furia. — ¿Sabes qué, Evan? No estoy seguro de que haya algo que resolver. Tal vez tú y Eddie deberían seguir adelante juntos, ya que parecen ser tan buenos consolándose mutuamente.

El silencio que siguió fue como un golpe en el pecho para Buck. Eddie intentó decir algo, pero Tommy levantó una mano para detenerlo.

— No quiero escuchar más excusas. Viniste aquí sabiendo lo que significa para mí. Y tú — dijo, mirando a Buck — ¿realmente quieres salvar esto? Porque no parece que lo estés intentando mucho.

Con esas palabras, Tommy se dio la vuelta y salió del apartamento, dejando a Buck y Eddie en un silencio lleno de tensión.

— Buck, yo... — comenzó Eddie.

— No digas nada, Eddie — respondió Buck, con la voz temblorosa. — Esto fue un error. Todo esto.

Eddie asintió lentamente, entendiendo que su presencia solo había empeorado la situación. Sin decir más, salió del apartamento, dejando a Buck solo con el peso de lo ocurrido.

...

La salida abrupta de Tommy y el enfrentamiento en el apartamento dejaron a Buck completamente devastado. No podía quitarse de la cabeza las palabras de su esposo: "No estoy seguro de que haya algo que resolver".

En los días que siguieron, Buck apenas podía funcionar. Se limitaba a ir al trabajo como un autómata, cumpliendo con sus deberes pero sin la chispa habitual que lo caracterizaba.

Buck comenzó a evitar a sus compañeros en la estación, especialmente a Eddie. Las miradas preocupadas de Bobby, Hen y especialmente Chimney se hacían cada vez más frecuentes, pero Buck se cerraba a cualquier intento de conversación.

Por su parte, Maddie estaba preocupada por el estado en que se encontraba su hermano menor. Chimney le había comentado lo que estaba sucediendo, así que decidió ir a visitarlo. Al abrir la puerta, se encontró con el apartamento desordenado, con varias botellas de cerveza esparcidas en el suelo y a Buck acostado en la cama principal con los ojos enrojecidos.

— Evan — dijo suavemente, entrando y sentándose a su lado. — ¿Qué estás haciendo?

Buck suspiró, sin mirarla. — Arruiné todo, Maddie. Perdí a Tommy. Perdí todo.

— No lo has perdido todo — respondió ella, tomando su mano. — Pero si sigues así, podrías perderte a ti mismo.

Buck se frotó los ojos, frustrado. — No sé qué hacer. Lo he intentado todo, pero... tal vez Tommy tenga razón. Tal vez no haya nada que salvar.

— No puedes rendirte, Evan. Si de verdad lo quieres, tienes que seguir luchando. Pero primero necesitas levantarte de este agujero en el que te has metido.

Al día siguiente, Bobby llamó a su puerta, le preocupaba que Buck hiciera una locura. Nunca había llegado a eso, pero para todo hay una primera vez.

Buscó en el bolsillo de su chaqueta y sacó un par de llaves que el matrimonio le había entregado en caso de emergencia o si debía cuidar el apartamento. Cuando entró lo vió en el mismo estado de la noche anterior.

— Buck, no puedo obligarte a hablar, pero necesito que sepas algo — comenzó Bobby, sentándose al borde de la cama.— Todos cometemos errores, pero lo que realmente importa es lo que hacemos después de ellos.

Buck lo miró, sus ojos llenos de lágrimas. — ¿Y si no hay forma de arreglar esto?

— Eso no lo sabes hasta que lo intentas de verdad — respondió Bobby. — Pero lo primero que necesitas hacer es cuidarte. Si Tommy te ve así, solo reforzará su idea de que no estás listo para recuperar lo que tienen.

Las palabras de Bobby resonaron en Buck, dándole un pequeño atisbo de claridad. Sabía que tenía que enfrentarse a su culpa y a sus errores, pero también sabía que no podía hacerlo solo.

...

"911 ¿Cuál es su emergencia?"

"Estoy a bordo del vuelo RedSky 217. Hay una falla en el motor izquierdo, y...y estoy tratando de hacer un aterrizaje de emergencia, pero no sé si lo lograremos"

"¿puede decirme dónde está el avión en este momento?"

"Creo que estamos sobre las montañas... cerca de Colorado, tal vez. No lo sé con certeza."

"Entendido, señor. Ya estoy alertando a los equipos de emergencia y a la FAA. Quiero que respire profundo y mantenga la calma. ¿Está usted físicamente bien?"

"Sí, sí... estoy bien...Pero... si no salgo de esto... por favor, asegúrese de que mi esposo, Evan Buckley, lo sepa. Dígale que lo amo"

"Lo haremos, señor, ¿Me dice su nombre por favor?"

"Kinnard, Tommy Kinnard"

"Bien señor Kinnard, mantenga la calma y siga las instrucciones, la ayuda está en camino"

"Gracias..."

La línea se cortó abruptamente cuando el impacto se hizo inevitable, y todo se volvió un caos de ruido, movimiento y oscuridad.

...

Hola, he vuelto con un nuevo capítulo, espero que les guste. Y si es así ya saben que hacer.

Danhy :)




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