Epílogo
25 de Octubre de 2030
Era tarde por Ia noche en el Museo de Arte de Novaskix Capital de Rainda estaba nevando, hacía mucho frío, pero en los espacios del mismo estaba fresco y sin tanto frío, un hombre de unos treinta y tantos años, de tez blanca, rubio, ojos marrones se acercaba al cúmulo de personas que se encontraban al frente de un cuadro de una mujer.
— ¡Vaya! Veo que les ha maravillado el cuadro de Ia Reina de los valles — Diría el hombre para luego mirar al joven que se encontraba dirigiendo Ia excursión — Joven, Andreotti. ¿Sabe usted Ia hora que es?
— Sí, si lo sé, este era el último punto del recorrido, antes que usted llegará ya nos estábamos despidiendo. Dicho eso todas Ias personas se fueron yendo del lugar, ambos hombres comenzaron a caminar hacia la salida del lugar.
—Joven, le he dicho muchísimas veces que los visitantes no pueden quedarse hasta estas horas, por eso, por llamado de atención lo voy a suspender del museo por unas semanas, no creo que le vaya mal, usted es ingenioso ¡buena noche! — Dicho eso el hombre cerró la puerta de un portazo, el joven miro un par de segundos Ia puerta, soltó un suspiro y camino hacia su auto para tomar camino a su apartamento.
Caminó por las calles hasta llegar a su apartamento, era un edificio de unos cinco piso, amarillo pastel con enrejado negro, al subir a las escaleras en el primer piso se encontraría con su puerta, metió la llave, abrió para consiguiente cerrar la puerta con llave, dejo sus cosas en el perchero de la entrada y fue directamente hacia la cocina, prendió la estufa, y sobre esta colocó una pequeña tetera de hierro, quería relajarse un poco, a pesar de su actitud que parecía ser despreocupada, estaba estresado, muy estresado, agobiado, lo acababan de suspender de su trabajo ¿Qué haría ahora? ¿Qué haría él?
— Debería pensar en buscar otro traba... — Sus palabras fueron interrumpidas por el timbre de su puerta – Este caminó hasta la puerta, encontrándose con lo que menos se esperaba, una de sus vecinas se encontraba allí, tenía un sobre en la mano.
— Es para usted, Joven Andreotti, el cartero pasó en la mañana y, ya que no se encontraba, decidí recibirla para tenérsela, parece importante – dijo la mujer, dándole la carta y yéndose luego de que este le agradeciera.
— ¿De qué tratará esto? — Este veía la carta con cierta duda, o con cierto recelo ¿Una carta? ¿De quién? ¿Cuál sería el motivo de una carta? —Pensó— dejo la carta en la mesita de estar, apago la estufa, se sirvió su té para luego sentarse en su sofá de caoba mientras encendía la televisión. Vio nuevamente la carta, analizando si leerla o no por unos minutos, al final decidió hacerlo, buscó abrir la carta con cuidado, cosa que logró, manteniendo su integridad pulcra y perfecta, quería saber que había dentro de aquella carta, pero al leerla, se llevó una sorpresa.
"Señor Danial Andreotti, nos complace informarle que su solicitud ha sido aceptada.
Usted ha sido elegido para ocupar el puesto de panelista principal en una conferencia de historia en de nuestro querido país, Saleya.
Esperamos con ansias su asistencia.
Firma: Augusto Burkis
Presidente de la asociación de Historiadores
Universales."
Danial ahora tenía un nuevo fin, un nuevo destino que la vida ha preparado para él, pero como todo en esta vida, no sabría que ese viaje, lo llevará a conocer a alguien, alguien con el que siempre ha estado conectado
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