En otra vida
«“Tardó en llegar, pero era parte de tu destino.”»
Estaban tumbados en la tierra húmeda, mirando fijamente hacia el cielo nublado mientras algunas pocas gotas de agua caían sobre sus cuerpos, algunas de las mismas se mezclaban en el suelo con partículas de la sangre fresca.
El silencio no era incómodo ni nada parecido; solo eran ellos dos, tumbados en el suelo mientras miraban el cielo sin ninguna emoción en particular, ignorando las heridas mortales en sus recipientes.
— Tengo hambre.– soltó de forma totalmente aleatoria, rompiendo el hielo.
— Comerás cuando caigamos al infierno.– ellos no se salvarían, estaban muriendo lentamente, y nada los salvaría de ese inevitable final.
— ¿Crees en la reencarnación?– preguntó de repente, sin apartar la mirada de las nubes negras que se avecinaban.
Un cielo hermoso y despejado, con el sol postrado y resplandeciente o con una hermosa luna albina abrazando el cielo no era un escenario que fuera digno para ellos, no lo merecían.
Solo eran merecedores de aquellas nubres negras en toda su vista y la asquerosa sensación de como sus ropas húmedas por la sangre, el agua y algo de lodo se pegaban a sus cuerpo.
— Estamos a punto de morir, deja de torturarme con preguntas sin sentido porque tienes hambre.– resopló, negándose a responder la cuestión de su adversa.
— Por eso no me agradas, eres un amargado.– parpadeó un poco, cerrando un ojo cuando una pequeña gota de agua cayó dentro del mismo.
— No me interesa.–
Ambos se quedaron en silencio por un rato, cómodos con la presencia del otro y con el hecho de que morirían al lado del contrario, aunque jamás lo admitirían.
Era un buen final para ellos. Un buen final para un obsesionado y una traidora.
Un Rey, y una guerrera del Reino enemigo.
El odio era mutuo tanto como la atracción, pero aquella barrera entre ambos jamás los haría admitir su interés. Estaban encaprichados con el otro, obsesionados con la idea de acabar con el contrario para hacer desaparecer esos sentimientos, ese odio por el deseo, aquel deseo de estar en los brazos del otro y esconderse en lo más profundo del bosque, en donde nadie los vería o escucharía, un lugar lejos del peso de sus puestos, y un sitio donde no serían más que una simple pareja amándose mutuamente, ocultos de la luz solar.
Pero obviamente no era más que una fantasía oculta en lo más profundo de sus cabezas.
— Esto no te habría pasado si no fueras tan estúpida.– su filosa lengua atacó, recordándole una vez más a la chica el como intentó impedir que Dream le matara, oh, una acción tan estúpida e involuntaria, impulsada por el sentimiento oculto del terror al saber que él caería.
Y no solo cayó él.
Ella guardó silencio; no quería hablar sobre el tema, era cierto, era estúpida por saber el propósito de esa guerra y tratar de impedirla por motivos personales.
— . . . Me lo merezco, traicioné a mi Rey hace mucho tiempo.– tantas veces se había plateado abandonar la guardia real, y simplemente ser una habitante corriente, a pesar de que juró protegerlo hasta su muerte.
Quería preguntarle de todo, más que nada la razón del porque lo había intentado proteger, a pesar de que podía imaginárselo, no era lo mismo a escucharlo de sus labios. . . Pero él lo sabía, no conseguiría escuchar su respuesta, sentía como su vida se drenaba, y ya no le quedaba mucha.
— Si existiera la reencarnación, te juro que te volvería a matar.
— Oh, que lindo de tu parte.– murmuró sarcásticamente.
Sin embargo, su respuesta no fue más escuchada. Ahora se encontraba sola, sabiendo que a ella tampoco le quedaba mucho tiempo.
— Si pudiera reencarnar, yo también te mataría. . .
Cerró lentamente sus ojos, sintiendo como los mismos picaban ligeramente.
Una lágrima se camufló entre las gotas de agua.
Y finalmente dejó de respirar.
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Se encontraba sentada en la sala de estar, metida en su celular respondiendo los mensajes que le mandaba su madre preguntándole si la estaba pasando bien, a lo que respondía con afirmaciones y cualquier cosa que no la hiciera preocupar.
Estaba en la habitación de Dream, y estaban Ink y Blue también, platicando y jugando a la consola de repente haciendo un escándalo cuando perdían, se tenían que turnar para poder jugar todos, pero no había mucho problema. La madre de Dream se encontraba ya dormida en su cama, ya que era la 1 de la noche, y el hermano en su cuarto vaya.
Aunque al hermano ni lo había visto cuando llegó, no sabía ni como era, solo conocía su nombre y sabía que existía.
- ¿Ya terminaste?- cuestionó Ink cuando la vió dejar su celular boca abajo en la mesita de noche al costado de la cama.
- Ajá.- con esa corta respuesta, se levantó de la cama bajo la mirada del calamar- Voy al baño.- avisó con un vago ademán, caminando fuera de la habitación cerrando la puerta detrás suyo.
Para llegar al baño tenía que bajar las escaleras al primer piso y cruzar por la cocina, al otro lado por un pasillo llegaba al baño. La casa estaba bastante oscura, así que debía tener cuidado de no tropezar en las escaleras o con cualquier mueble mientras buscara el interruptor de la luz.
Bajó las escaleras con cuidado, apoyando su mano en la pared tratando de no tropezar en el acto por la falta de luz. Sabía que el el interruptor de la cocina estaba en la entrada de la misma, así que caminó recto hacia esta, caminaba cautelosamente y en silencio, algo tensa, como si algo le fuera a salir de la oscuridad y atraparla, que rídiculo.
Sintiendo que iba a lograr ver cualquier espíritu cerca de ella acechando, pulsó el interruptor encendiendo al toque el foco. Obviamente, no había nadie, ni fantasmas, ni nada.
Suspiró bajito, sintiéndose algo aliviada.
— A un lado, estás estorbando.
Al primer ruidito que hizo, su cuerpo entero se entumeció entero por el susto pegando un leve salto, ahogando un grito por el pequeño shock.
Avanzando rápidamente y haciéndose a un costado, alejándose un poco de la entrada a la cocina, finalmente lo vió.
Su expresión se suavizó.
Un rostro cansado y molesto fue lo que vió en el esqueleto teñido de negro, con su pijama todo bonito de color azul con estrellitas amarillas.
Se sentía rara al verlo, sentía como si lo hubiera visto en algún lugar, pero no lo recordaba.
La expresión tosca y fastidiada del más alto desapareció en cuestión de segundos cuando analizó a la humana frente a él, la observaba extrañado, analizándola lentamente de arriba a abajo.
Obviamente, era amiga de Dream, pero nunca se la había encontrado, aún así se le hacía tan. . . Conocida.
Ambos se mantuvieron en silencio un rato con el mismo objetivo mental, intentaban reconocerse el uno al otro, mirándose fijamente el uno al otro, analizándose entre sí.
— ¿Te conozco?. . .– Nightmare fue el primero en hablar, con un tono confundido y curioso.
— Eso creo. . . Siento que te ví en algún lado pero no recuerdo donde.– tal vez Dream le enseñó alguna foto alguna vez y simplemente no lo recuerda.
Un deseo repentino por darle una cachetada llegó a su ser, pero no iba a ponerse agresiva sin razón aparente con el hermano de su amigo.
. . . ¿Pero por qué tenía ganas de golpearlo?-
— ¿Cómo te llamas?– cuestionó el más alto, creyendo que con un nombre sería capaz de identificarla, no es que le interesara mucho, pero. . . Bueno, sí, le daba curiosidad.
Le dijo su nombre, presenciando como volvía a quedarse en silencio, tratando de recordar, pero no llegaba nada a su mente, simplemente no.
Entre cerró sus ojos.
Un incómodo silencio se instaló en el lugar, mirando hacia los costados de forma nerviosa ante la atenta mirada del de negro.
— ¿Te quedarás a dormir cierto?– le miró extrañada por la pregunta, asintiendo lentamente en afirmación.
Su cuerpo se puso rígido, estremeciéndose mientras un escalofrío recorría su espina dorsal, haciendo que se pusiera ligeramente recta cuando su adverso posó su mano sobre su hombro, pero lo que la hizo descomponerse fue el escuchar su voz tan cerca de su oído.
— Cuando todos estén dormidos, ven a mi habitación.
Y con ese pedido susurrante, se apartó de ella, dando la vuelta para volver a su habitación, dejándola allí mientras ella miraba fijamente por donde se había ido, con las mejillas rojas.
— . . . Ah—. . . Ay, cierto, el baño.– algo nerviosa por lo anterior, se apresuró a ir al baño, tratando de olvidar momentáneamente lo sucedido.
Al terminar, volvió al piso de arriba, mirando de reojo la puerta de la habitación de Nightmare, recordando el pedido anterior. Negó con la cabeza rápidamente, entrando al cuarto de Dream.
. . . El hermano del amarillito es muy raro.
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Tal vez si vaya a su habitación más tarde después de todo.
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