Capitulo 8
Hola, hola, hola atodos aquellos Marvelitos que aún andéis por estos lares.
Bienvenidos de nuevo aeste nuevo episodio, recordando un poco lo que nos habíamosencontrado en el capitulo anterior, para todos aquellos que no tenganuna muy buena memoria.
Resumiendo; en elcapitulo anterior, Stephanie se ofreció voluntaria para ayudar aNatasha a estudiar para un examen que tenían con la señoritaDanvers. Pero, en cambio, se inició un juego interesante entre ellasdos, acabando por descubrir que, cuando la morena había afirmado queera un genio, no había mentido.
Natasha tenía unamente privilegiada, así que, teniendo en cuenta que ya lo habíadicho desde el primer día que había llegado a la academia, ¿dequién ha sido la culpa? ¿De Natasha por no recordárselo,aprovechándose de ello para jugar un juego que sabía que iba aganar, o de Stephanie, por no haber recordado ese detalle?
A lo mejor, la culpa noera de nadie, pero, teniendo en cuenta que el juego consistía enquitarse ropa, estaba claro que las cosas no iban a acabar de manerainocente. Y, para ejemplo, este capitulo, donde partimos de esepunto, para ver como van a evolucionar las cosas desde ese punto.
Como siempre os digo atodos, deseo que disfrutéis del capitulo y os sigo soltando lachapa, como siempre, al final del capitulo. Hasta entonces.
CAPITULO 8
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Llevándose las manos a los botones de la camisa, sintióperfectamente como los ojos de Natasha estaban clavados en cada nuevaporción de piel que iba siendo revelada, notando como esta parecíatener que hacer un esfuerzo para tragar saliva.
Aquella reacción la puso nerviosa y, al mismo tiempo, la hizo sentirmuy poderosa, comprobando que solo tenía que quitarse una prenda deropa para que esta le costara trabajo respirar.
Se tomó todo el tiempo del mundo en desnudarse, sabiendo que Natashaestaba allí, con los ojos clavados sobre ella, pendiente a cadapequeña cosa y, aunque solo fuera para molestarla un poco, despuésde haber estado perdiendo ante ella, tardó de lo lindo hasta que sesacó la prenda y la dejó caer a un lado.
-Si me miras de ese modo, vas a hacer que me sonroje- le dijoStephanie cuando se vió a sí misma en ropa interior en mitad delcuarto.
Aunque su rostro ya lucía algo rojo.
-Oh......yo......Perdona- murmuró Natasha, saliendo de su estupor,agitando un poco la cabeza para despejarse.-Es que eres muy hermosa.
Aquello solo sirvió para que esta se sonrojara aún más, haciendoque Stephanie no supiera bien qué decir después de eso.
Natasha se puso en pie en la cama y se acercó a ella, viendo como lajoven trataba de tapar su ropa interior con las manos, sin saber quéhacer, y le sujetó las muñecas, haciendo que esta saltara alsentirse atrapada entre sus manos.
-En serio. Eres realmente hermosa. No tienes porqué taparte así- ledijo Natasha, mostrándose todo lo segura que pudo.
Aunque eso no sirviera para que esta dejara de estar nerviosa.
-No tienes que decir esas cosas- le dijo Stephanie, volviendo lacabeza hacía otro lado.
Pero Natasha alzó su mano hasta la barbilla de esta y la obligó amirarla.
-De verdad. Muy hermosa.
Stephanie dejó escapar un pequeño suspiro, como si se hubierarendido a algo contra lo que había estado luchando en su mente y,agachándose hacía ella, besó a Natasha , sorprendiendo a esta, yaque no había esperado ese tipo de reacción por su parte.
Tras el instante de sorpresa, Natasha empezó a responder a aquelbeso, haciendo que Stephanie separara aquellos suaves labios paraella y la dejara entrar de alguna manera.
Alzando las manos, colocó ambas en la cintura de esta, haciendo quese inclinara hacía ella hasta que sus cuerpos estuvieron pegados eluno al otro.
Stephanie dejó escapar un gemido cuando esta hizo eso, alzando susbrazos y rodeando el cuello de Natasha para que ambas estuvieran lomás cerca posible, notando como la lengua de Natasha acariciabasuavemente la suya, invitándola reaccionar.
Y por supuesto que reaccionó.
Al sentir de nuevo aquel contacto, un estremecimiento sacudió sucuerpo de arriba a bajo, temblando entre las manos de Natashamientras trataba de imitar lo que le hacía, sintiéndose débilentre aquellos brazos, como si su cuerpo pudiera ponerse a volar encualquier momento.
-Ah. Me vas a matar- murmuró Natasha, cuando se separaron un pocopara tomar aire, viendo como Stephanie la miraba con aquellos ojillosazules llenos de decepción, como si no hubiera querido que serompiera el contacto.
-¿Por qué?- preguntó esta.-¿Qué he hecho?
-Ser demasiado adorable, demasiado buena y, sobretodo, demasiadosuave- le dijo Natasha, apoyando la cabeza en los pechos de estamientras se seguían abrazando.
Tal vez todo hubiera quedado de aquella inocente manera si no hubierasido porque las manos de la morena empezaron a bajar por aquellacintura hasta el trasero de esta, haciendo que Stephanie saltara.
-¡¿Qué estás haciendo?!- exclamó la rubia.
-Tocar esta suave y firme parte trasera- le dijo Natasha sinmás.-Deseé hacerlo desde la primera vez que te ví enfundada enesas mallas de gimnasia.
-¿Eso era lo que estabas pensando cuando estábamos en clase de laseñorita Jennifer?- le preguntó Stephanie, tratando de sonardisgustada.
Sentía como si el rostro le fuera a explotar en cualquier momento yno pudiera hacer nada para evitarlo, sintiendo las manos de Natashaacariciando con suavidad por encima de la tela, haciendo que todo sucuerpo volviera a sentir ese fuego líquido corriendo por todos losrincones de su anatomía.
-Pues sí.¿Cómo no hacerlo? Está claro que no pensaron en lo quepodrían generar esa ropa cuando la eligieron- comentó la morena,aún apoyada cómodamente en el pecho de esta.
-De......deja de acariciarlo de esa manera- le pidió Stephanie.
Era incomodo que solo ella fuera acariciada de esa forma.
-¿Y por qué no me tocas tú también?- le preguntó esta, alzandola cabeza hacía ella para mirarla.-No hay nada malo en que tútambién me toques.
-¿Estás segura?- le preguntó esta.-Yo nunca.....
-Si lo que quieres decir es que nunca te has puesto a tocar a otramujer, tócame como suelas haberte tocado tú- le dijo Natasha, aúncon las manos en el trasero de esta.
-¡No! Yo nunca......-le dijo Stephanie, alcanzando unos nivelesincreíbles de vergüenza jamás vistos.
-¿Me estás diciendo que tú nunca te has tocado?- le preguntóesta, pareciendo sorprendida.-Con un cuerpo como el tuyoy....¿nunca...?
-No. Yo no hago esas cosas.
-Lástima. No sabes lo que has estado perdiéndote- le indicó esta,bajando la cabeza y besando uno de los pechos de Stephanie.
Aquello solo hizo que el corazón de esta saltara en el interior desu pecho, dando una voltereta por completo, temblando débilmente denuevo contra Natasha.
Aquel beso hizo que se le escapara un suspiro y, viendo que noparecía disgustada con aquello, Natasha le regaló una serie denuevos besos por su piel, mientras Stephanie aún tenía sus brazosfirmemente envueltos alrededor de su cuello.
No necesitaba que la joven rubia hablara para notar lo que le gustabay lo que no. Solo necesitaba sentir las reacciones de su cuerpo parasaber qué era lo que la hacía disfrutar, que la hacía estremecersede pies a cabeza o lo que la hacía sentir bien.
-Vamos- le indicó la morena, apartando las manos de su trasero yllevándolas a los brazos de Stephanie, haciendo que liberara sucuello.-Puedes tocarme como quieras. Cualquier cosa estará bien y megustará. Haz el intento- le pidió, clavando los ojos en esta paraque pudiera ver que estaba hablando en serio.
Stephanie tragó saliva, bastante más nerviosa. Pero, mientras losbrazos de Natasha la rodeaban de nuevo, bajó los suyos por el cuerpode esta, acariciando sus hombros y su espalda con las manos, viendocomo ella cerraba los ojos un momento, como si estuviera disfrutandode aquello solo por unas pocas caricias.
Ver a Natasha temblar ligeramente ante ella fue lo que la trajo devuelta a esa sensación de poder que había sentido antes, parecido acuando se había quitado la camisa y había notado como los ojos deesta no podían apartarse de ella, pero ahora con más fuerza.
Disfrutó de aquel instante, viendo como esta temblaba débilmenteentre sus manos hasta que finalmente colocó estas sobre el traserode Natasha, haciendo que esta saltara hacía su cuerpo.
Solo con la camisa puesta, Natasha estaba prácticamente tan desnudacomo ella.
-¿Ves? Sabes como hacerlo- le dijo la morena, abriendo los ojos yclavándolos en ella.
-Te veías adorable temblando hace un momento- susurró Stephanie,con sus ojos azules clavados en ella.
-¿Ah? ¿Adorable? ¿Cómo si fuera un cachorro? ¿Eso lo dicesporqué soy bajita?- le soltó esta, haciendo un débil puchero.
-Tal vez- le dijo Stephanie, apoyando su frente contra la deella.-Pero a un nivel diferente. A un cachorro no querría besarlo.
Que le susurrara aquello de esa manera, hizo que Natasha volviera aecharse a temblar de nuevo entre los brazos de Stephanie, haciendoque, durante un momento, frunciera el ceño, preguntándose comoconseguía arrancarle esas reacciones con algo tan simple.
-Bueno.....si tienes ganas de besarme, ¿por qué no lo haces?- ledijo Natasha, alzando la barbilla hacía ella para que quedara más asu alcance.
-¿Segura? Yo.....no tengo mucha experiencia- murmuró.
-Tonterías. La única experiencia que necesitas es la que haremosjuntas.
Stephanie la observó con atención cuando dijo aquello, con aquellosojos marrones chocolate clavados en los de ella.
Era casi como si en cualquier momento pudiera caerse dentro deaquella dulzura y perderse para siempre dentro de ellos.
Inclinando la cabeza, volvió a besar de nuevo aquellos suaveslabios, notando la sonrisa que se formó en los labios de Natashacuando se decidió por fin, dejando que las cosas fueran con calma,acariciándose, no demandando nada.
Aquellos labios eran tan sumamente suaves que solo invitaban aacariciarlos una y otra vez, permanecer así eternamente, sintiendocomo aquellas pasadas le enviaban pequeñas señales cosquilleantespor todo su cuerpo, aumentando el calor que sentía.
Natasha no hizo nada. No hizo la intención de tomar el peso del besocomo solía hacer siempre, si no que dejó que fuera Stephanie la quese moviera como mejor quisiera, dándole su tiempo para experimentar.
La joven rubia también debió de notarlo, ya que abrió los ojos unmomento parar mirarla, viendo como esta se dejaba hacer y, de maneratitubeante, separó los labios y acarició los de Natasha con sulengua, como la morena hacía para que abriera la boca para ella.
Y Natasha, de manera totalmente segura, como si hubiera estadoesperando por ello, los separó para ella, dejándola hacer a placer,que se soltara del modo que mejor quisiera.
De todos modos, cualquier cosa que Stephanie hiciera parecíaarrancarle algún tipo de reacción, a pesar de la experiencia quellevaba a sus espaldas.
La mano de la mayor subió hasta su mejilla, haciendo que su cabezapermaneciera quieta mientras ella la doblaba hacía un lado, haciendoel beso aún más profundo.
Inevitablemente, Stephanie no pudo contener un gemido cuando sintiócomo el calor, la excitación y todo lo demás aumentaba.
Empezó a empujar el cuerpo de Natasha hacía atrás, hasta que ambasacabaron cayendo sobre la cama de la joven rubia, haciendo que ambastuvieran que separarse un poco cuando cayeron de aquel modo.
Natasha se rió ante aquella forma tan tonta de caer y, como si fueraalgo inevitable también, Stephanie se echó a reír con ella.
-¿Por qué nos reímos?- preguntó la mayor tras unos momentos.
-No lo sé. Tal vez estemos algo nerviosas.
-Pero.....tú has estado antes con otras personas- le dijo Stephanie,tumbada como estaba sobre ella, mirándola a los ojos.
-Sí. Pero ya te dije que contigo es diferente. No sabríaexplicarlo.
-Intentalo- le pidió ella.
Sintió como el corazón redobló sus latidos cuando dijo aquello,observándola con atención, esperando a que hablara. Deseando que lohiciera.
Por algún motivo que ella misma no conseguía comprender, notabacomo si todo su cuerpo quisiera que le dijera algo. Aunque nisiquiera sabía bien qué.
Natasha sintió perfectamente que estaba esperando algún tipo derespuesta por su parte, así que, pasándose la lengua por loslabios, trató de dar con una respuesta, ya que ni ella misma sabíabien qué era lo que le ocurría con Stephanie Rogers.
-Estar.....estar simplemente a tu lado hace que esté calmada ynerviosa al mismo tiempo y mis ojos siempre tratan de buscarteincluso cuando no estás. Es cierto que eres hermosa, pero......nosolo me atrae eso de ti. Si fuera solo eso, no sentiría estaansiedad todo el tiempo. Incluso tu forma de ser me atrae de algunamanera.
Aquellas palabras hicieron que, en cierta forma, Stephanie no pudieraevitar emocionarse y se inclinó aún más sobre ella.
-¿En serio? ¿Yo te hago sentir todo eso?- le preguntó.
Parecía como si necesitara escuchar aquello.
-Sí. Y más cosas.
-¿Por qué? ¿Por qué crees que te hago sentir eso?
-No lo sé. Pero también me gustaría saberlo.
-Y.....¿no crees que es porque.....te gusto?- le preguntó.
Aquello hizo que Natasha frunciera el ceño, notando como se poníanerviosa.
-¿Estás diciendo que.......si estoy enamorada de tí?- le preguntóNatasha a su vez, viendo como Stephanie asentía.
El rostro de esta estaba aún más rojo que antes mientras hablaba deese tema, como si estuviera esperando que Natasha le dijera que sí oque no a aquella duda que parecía haber surgido de repente, mientrasStephanie seguía tumbada sobre ella.
Pero, ¿cómo iba a poder Natasha responder a eso? Ella nunca sehabía enamorado de nadie en su vida. El sentimiento más fuerte quejamás había experimentado era la atracción. Todo lo demás quesuperara ese punto, estaba lejos de su comprensión.
-Yo....no lo sé- le dijo la morena, pareciendo algo confusa, mirandoa otro lado.-Yo no sabría decir lo que es el amor.
Había visto a sus padres juntos toda su vida. Y a Jarvis añorandouna esposa que ya no estaba a su lado. Pero, ¿eso era amor? No losabía.
Pero Stephanie no iba a permitir que se escapara tan fácil deaquella, así que cogió a esta de la barbilla y la obligó amirarla, notando como toda la seguridad que Natasha mostrabanormalmente parecía haberse esfumado.
-Es muy sencillo. No es algo que tengas que comprender- le dijo esta,pareciendo ahora la más firme de las dos.-Mirándome así,dime.....¿te gusto? ¿Estás enamorada de mí? Solo dí sí o no.
Natasha separó los labios para hablar, clavando los ojos en aquellosazules que la estaban observando con completa atención.
-Sí- acabó por murmurar.
Ni siquiera fue un pensamiento consciente. Fue algo que surgió de suinterior sin más. Una respuesta completamente sincera que emergíadesde lo más profundo de su ser, desde el lugar donde las emocionesnacían.
La sonrisa que se abrió en el rostro de Stephanie hizo que elcorazón de esta casi escapara de dentro de su pecho, dándose cuentade que había sido por completo sincera.
-Tú también me gustas- le dijo Stephanie, apoyando la frente contrala de esta.-Jamás dejaría que alguien me tocara como lo has hechotú si no me gustaras de verdad.
-¿En serio? ¿También te gusto?- le preguntó Natasha, aúnsintiendo como si el corazón fuera a escaparse.
No lo había creído posible, pero, oír como esas palabras escapabande los labios de Stephanie le había hecho sentir una clase deemociones que no había sentido jamás en su vida, una clase deemoción que había llevado un agradable bienestar por todo sucuerpo, sintiendo como unas lágrimas de emoción subían a sus ojos.
-Eh. ¿Estás llorando?- le preguntó Stephanie, subiendo las manoshacía el rostro de esta, observándola con atención.-¿Por quélloras?
-Yo......no lo sé. No sé porque me he puesto así- comentó Natashaa su vez, sintiendo como no era capaz de controlar las lágrimas, pormucho que estuviera peleando contra ellas en esos momentos.
-Oh. Eres tan adorable- murmuró Stephanie, con una sonrisilla en loslabios, besando la punta de la nariz de esta.
-Deja de decir que soy adorable. Me haces sentir como si aún fueramás pequeña de lo que ya soy- se lamentó esta.
-Yo creo que tienes un tamaño perfecto- le dijo Stephanie.
-Y eso me lo dice la que parece una modelo- se quejó esta.-Encomparación contigo, yo soy un ser sin gracia y fea. Tú tienesestas- le dijo, llevando su mano hacía el pecho de Stephanie,haciendo que esta dejara escapar un pequeño jadeó por elcontacto.-Pero, en cambio, las mías.....-se lamentó.
-Las tuyas son bonitas también- le dijo Stephanie, acariciándolapor encima de la camisa.-Son de un tamaño perfecto. Las mías sonmolestas.
-Pero todo es hermoso en tí- le dijo Natasha, dirigiendo su rostrohacía el pecho de esta, besándola allí.
Stephanie tuvo que dejar escapar un gemido cuando sintió de nuevoaquellos labios sobre ella y, medio perdida en aquellas sensaciones,no pudo resistirse cuando Natasha la giró en la cama y la puso bocaarriba, con esta entre sus piernas, aún besando sus pechos yhaciendo su sujetador rápidamente a un lado, ya que el cierre seencontraba por delante.
Cuando sintió el aliento de esta sobre ellos, toda su piel se volvióhipersensible, haciendo que se llevara un puño a los labios tratandode silenciarse, sintiendo como los labios de Natasha estaban sobreella.
Era más de lo que podía soportar, más emociones de las que creíaque podría llegar a sentir jamás, sintiéndose abrumada, sofocada yexcitada, todo a partes iguales, sintiendo como Natasha se movíasobre ella, llevándola al limite.
O no. El limite llegó cuando sintió como la mano de esta seintroducía por debajo de su ropa interior, haciéndola jadear.
Fue entonces cuando su mente se quedó en blanco por completo.
Findel capitulo 8
Sipensabais que yo tenía en mente que estas dos empezaran a hablar desentimientos tan pronto o que lo hicieran de este modo, haciendo queellas mismas se emocionaran, estáis muy equivocados.
Denuevo, y como me ocurre cada vez con más frecuencia, la historiamisma ha llevado su propio curso, sorprendiéndome cuando me he dadocuenta hacía donde me llevaba, a lo que ambas iban a empezar adecirse. Eso ha sido tanto una sorpresa para mí como para vosotros.En ese respecto, estamos iguales.
Porotro lado, no puedo decir que no me haya encantado ver ese lado másvulnerable de Natasha, ver como se echaba a llorar al notar querealmente estaba amando a alguien y que ese alguien la amaba a suvez. Ha sido tierno y.......bueno. Aquí vosotros podéis añadirtodos los sinónimos que se os vayan ocurriendo. Creo que yo mequedaría bastante corta si tuviera que empezar a decirlas.
Laverdad, como esto me ha pillado tan desprevenida, no sé muy bien quédecir en estos instantes, así que, en vez de estar buscando algo quedecir, sin tener ni idea de qué más añadir, creo que será mejorque os deje ya en estos momentos y me ponga con el siguientecapitulo, a ver si así avanzo más.
Comosiempre, Marvelitos míos, os deseo que os mantengáis sanos y nosseguimos leyendo en el siguiente capitulo. Hasta entonces, nos vemos.Bye.
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