Capitulo 7
Hola a todos losMarvelitos que seguís por aquí, con esta historia, ya os guste máso menos lo que está ocurriendo (esperando que os esté gustando losuficiente al menos), ya con este capitulo 7
Como os estuvemencionando en el capitulo anterior, estoy viendo la película deRobert Downey Jr de ''Salidos de Cuentas''. O, como a otros ossonará más ''Due Date''. No recuerdo de que la hayan puesto anteen televisión. Al menos, no en mi país. La que sí pusieron hacebastante poco fue la de ''Chef''. Y esa realmente me encantó.Robert sale bastante poco, pero estuvo muy bien.
Si alguien quiereecharse unas risas, un poquito de drama familiar y ver un poco departes de Estados Unidos, tenéis que verla. El protagonista es eldirector de Ironman uno, pero no recuerdo su nombre. Y Sofía Vergaray Scarlet Johanson o como se escriba, porque no me sé muy bien suapellido.
Me estoy llendo por lasramas hacía temas que no tienen nada que ver con la historia. ¿Porqué siempre me pasa lo mismo? Seré de mente dispersa. Ayer mismosalí con las amigas y cambiábamos de un tema a otro sin parar. Loque no sé es como no nos echaron del burguer, porque no parábamosde desternillarnos, la verdad. Cuando salimos por ahí, hay risasgarantizadas sí o sí.
Pero no más rollazos.Ahora os voy a dejar con el capitulo y, como siempre, espero que lodisfrutéis. Y seguiremos hablando al final.
CAPITULO 7
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-No te has metido en un solo lío desde que llegaste aquí.Felicidades- le dijo la señorita Danvers cuando estaban empezando asalir de clase, haciendo que tanto Natasha como Stephanie sedetuvieran en la puerta del aula.
Ambas chicas se dedicaron una mirada, pero la rubia acabó por salirde allí, ya que sabía que aquello no iba con ella y la directoraquería hablar con ella a solas.
-Bueno..... Creo que no me he metido en ningún lío porque no me handejado- le dijo Natasha, totalmente sincera respecto a esetema.-Stephanie ha estado conmigo todo el tiempo.
-Sí. Es una de nuestras mejores alumnas. En realidad, temía comoiba a ser que las dos compartierais cuarto. Temía lo que le podríasenseñar a ella, pero, al parecer, estaba temiendo por nada. Ha sidouna buena influencia.
Bueno....... Decía eso porque no había visto lo que había estado apunto de ocurrir entre ellas el día anterior, en su dormitorio.
-¿Por qué me dice todo esto?- le preguntó Natasha.
No le gustaba que la gente se fuera por las ramas. Le gustaba que ledijeran las cosas a la cara, que fueran claros. Ya había tenidosuficiente gente que no era clara en su vida.
-Tupadre me pidió que le fuera informando de tu progreso, ya que, alparecer, no has tenido un comportamiento muy correcto en otrasinstituciones de este estilo. Le alegrará saber que aquí hasencajado bien y que no tienes problemas. Además, no estaba de másfelicitarte por ello- le dijo la señorita Danvers.
No la había visto felicitar a ninguna alumna en concreto por su buencomportamiento, aunque se notaba en seguida quienes eran susfavoritas. Debía de haber pensado que ella sería un gran problemapara su academia.
Lo más seguro era que por eso la felicitara; porque no había sidoun gran problema.
Y su padre, lo más seguro, es que quisiera saber como le iban lascosas allí para soltar algo más de dinero al internado y quetuvieran paciencia con ella o para empezar a buscar otro, ya que entodos los años que llevaba llendo de un lado a otro, ni siquiera lehabía mandado una triste carta o la había llamado.
-¿Puedo retirarme ya?- le preguntó a la directora.
No quería pensar en su padre. No en ese momento, al menos.
Carol, que observó su expresión, solo asintió y le indicó que yapodía marcharse.
-¿Qué ha ocurrido?- le preguntó Stephanie, que había estadoesperándola en la puerta de la clase, esperando a que saliera.
-Me ha dicho lo que pensaba decirle a mi padre.
-¿A tu padre?
-Al parecer, ha estado preguntado cómo me va.
-Vaya. Estará preocupado por tí- comentó la joven.
Pero aquello solo hizo que Natasha la mirara con el ceño fruncido.
-No. No está interesado en mí, si no en lo que estoy haciendo.Seguramente quería saber si tenía que empezar a buscar otro sitiodonde meterme.
-¿Por qué piensas tan mal de tu padre?- le preguntó Stephanie.-Losmíos tampoco se ponen en contacto conmigo muy a menudo, pero sé queme quieres- le dijo.
-No conoces a mi padre- fue todo lo que añadió Natasha sobre eltema, con el rostro inexpresivo.
-¿Lo conoces tú?- le preguntó la rubia a su vez.-Es verdad que nohabéis pasado mucho tiempo juntos, pero, ¿en algún momento te hascomportado como él quería que lo hicieras? ¿Has hecho algo pararomper la distancia?
Aquello hizo que Natasha la mirara con atención, pues, si alguna vezhabía pensado en ello, jamás había caído en ese detalle.
Desde siempre, al ver a su padre sumido en su trabajo, lo único quehabía hecho ella a su vez había sido reaccionar mal, meterse enlíos, causarle problemas, pensando que, de ese modo, no le quedaríamás remedio que estar pendiente de ella.
Y todo lo que había conseguido había sido que la metiera en uninternado tras otro.
-Eh. ¿Estás bien?- le preguntó Stephanie, poniéndole la mano enel hombro, devolviéndola a la realidad.
-Sí. Sí, sí. Estoy bien- afirmó.
-¡Eh!- gritó Sam, asomándose al pasillo, al otro lado delcorredor.-¡¿Es que pensáis retrasaros todos los días para lacomida?!
Si había algo que parecía sagrado para Samanta en aquel lugar, sinduda, era la comida, ya que siempre que llegaba la hora, era aprimera en dirigirse al comedor.
-Ya vamos- se quejó Natasha.
De verdad, solo por la tranquilidad, a veces deseaba estar sola.
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-¿Y qué pensáis hacer en vuestro día libre?- les preguntóSamanta cuando ya estuvieron en la sala, con sus platos delante.
Al día siguiente, era el día libre, aquel unido día donde podíansalir de la academia si querían e ir hasta el pueblo si lesapetecía.
No podían dormir hasta tarde, a no ser que se saltaran el desayuno,pero no tenían clase ni tener que soportar a las profesoras.
-No tengo la menor idea- admitió Natasha.
No sabía qué hacer en ese supuesto día libre. No tenía lasherramientas necesarias allí como para centrarse en hacer alguno desus inventos y tampoco había mucho más que hacer allí.
-Pronto tendremos un examen. Lo mejor será que estudiáramos- lesdijo Stephanie.
-¡Vamos!- exclamó Samanta.-Para un día libre a la semana quetenemos y ¿pretendes pasarlo estudiando?
-¿De qué es el examen?- preguntó Natasha.
No recordaba haber oído nada de eso.
-De Historia. La señorita Danvers lo ha dicho hoy. ¿A dóndeestabas prestando atención?- le preguntó la joven rubia.
-Creo que estaba diseñando una máquina para picar carne- comentóNatasha a su vez.-Había oído a la cocinera que tenía problemas consu picadora.
Stephanie soltó un suspiro.
-Natasha y yo vamos a estudiar. No ha prestado atención a esa clasedesde que llegó y ya íbamos bastante avanzadas para entonces.
-¿Me vas a poner a estudiar?- se quejó esta.
-Es necesario- le replicó la rubia a su vez.
-Si no apruebas los exámenes de la señorita Carol, ella misma te daclases extra por la tarde hasta que consigas recuperar- le dijoBucky.
-Es un infierno- le aseguró Samanta.
-De acuerdo. Si hay que estudiar, se estudiará- acabó por decir lamorena.
-Pues Bucky y yo pensábamos ir al pueblo. Iban a estrenar unapelícula por la tarde. Si, para entonces, habéis terminado, venid-les dijo Sam.
-Pensaba que las chicas empezarían a ir al pueblo a buscar losvestidos- les dijo Stephanie.
-¿Qué vestidos?- preguntó Natasha, mirando a las presentes.
-¿No te lo habíamos dicho ya?- le dijo Sam.-Todos los años, hay unbaile con los chicos de la academia Banner. Pero es dentro de un mes.
-Algunas chicas ya están buscando vestido- comentó Bucky.
-A mí i madre suele mandarme el mío- le explicó Stephanie aNatasha.-Pero, si tú necesitas uno, podemos ir una tarde al pueblo.
-¿Podemos salir entre semana?- pregunto esta.
-Normalmente, no. Pero, cuando llega la época de la fiesta, nosdejan hacerlo, siempre que no salgamos todos los días- le explicóSam.
-Pues.....la verdad es que no había traído ningún vestido para unafiesta. No había contado con que hicierais una.
-¿En tus otros internados no hacían fiestas?- le preguntó Bucky.
-Pues no. Se centraban en castigarnos por cualquier cosa quehiciéramos y poco más. Nunca hubo fiestas dentro de los internados.
-En realidad, esto es como una prueba en sociedad- comentó Sam.-Seaseguró que tanto ellos como nosotras hagamos aprendido acomportamos.
-Pero, entonces......esto se llenará de los chicos de ese colegio-comentó Natasha.
-Sí, pero también vienen con sus profesores, así que los mantienenvigilados. Al menos, a la mayoría- le dijo Samanta.
Recordaba que esta le había dicho que había tenido algo con uno delos chicos de esa escuela.
-Centraos en eso cuando toque. Ahora tenéis que concentrarnos enotras cosas- les dijo Stephanie.-Empezaremos a estudiar esta tarde.Así, con suerte, mañana podremos acompañaros al pueblo y buscaralgo que Natasha pueda ponerse.
La nombrada volvió la cabeza hacía esta, recordando que el primerdía a Stephanie ya le había contado que estaba interesado en unchico de esa academia.
Peter Carter. Recordaba muy bien ese nombre.
Le había permitido que hiciera digo más que besarse, pero.....sitenía aquel chico, que parecía que le gustaba, ¿por qué lepermitía hacerle aquello? ¿Por experimentar? ¿Por qué le era mássencillo soltarse con una chica que con un chico? Ya que, por lo ellamisma le había contado, no había tenido nada con aquel chico.
Aquello hizo que, durante el resto de la comida, la mirada de estaestuviera concentrada en Stephanie, preguntándose seriamente porquéhabía aceptado que la tocara.
¿Sería porque solo se había sentido bien? ¿Por qué, a pesar desu edad, nunca había hecho nada con nadie y le resultaba más fácilcon ella? Era su compañera de habitación, así que lo que pasaratras su puerta quedaría en aquel cuarto.
¿Era por eso?
-Parece que tienes la mente en otra parte- le comentó esta, cuandoya habían acabado de comer y se dirigían a su cuarto.
-Sí. Le estaba dando vueltas a un asunto.
-Si es por el examen, no tienes que preocuparte por eso. Estudiaremosmuy duro juntas y ya verás que no tendrás ningún problema- leaseguró, dirigiéndole una sonrisa.
-No era eso en lo que pensaba- murmuró esta.
Pero Stephanie no pudo escucharla bien, ya que prácticamente losusurró.
Cuando estuvieron en el cuarto, Stephanie empezó a preparar loslibros para ponerse a estudiar en uno de los dos escritorios queestaban cerca de la ventana mientras Natasha, por su parte, sequitaba los zapatos y solo se tumbaba en la cama de esta.
-¿Vas a estar tumbada ahí?- le preguntó la rubia.
-¿Qué problema tienes?- le dijo esta a su vez.-Así estoy máscómoda.
-No tienes que estar cómoda. Tienes que estar concentrada paraestudiar- le indicó Stephanie, pareciendo por completo unamaestra.-Dime, ¿qué es lo ultimo que recuerdas haber dado dehistoria?
-Pues.....-comentó Natasha, tratando de hacer memoria.
En realidad, no recordaba haber prestado atención a esa clase nunca.
-Dime que estás de broma- le dijo Stephanie, pareciendosorprendida.-¿No has prestado ninguna atención en todo este tiempo?Entonces....dime qué fue lo ultimo que diste de historia en tusotros internados- le pidió, revisando el índice del libro parapoder partir desde cualquier punto.
-Pero.....-volvió a murmurar ella, tratando de hacer memoria.
-¿No has prestado ninguna atención a las clases de Historia?- lepreguntó esta, volviéndose hacía ella en la silla de suescritorio, pareciendo entre sorprendida y horrorizada.
Podía afirmar que nunca había conocido a nadie que le hubiera dichoaquello.
-Puedo decirte en qué años se crearon cada invento conocido- ledijo Natasha.-Si eso es que sirve para algo.
-Natasha, entiendes que, si no apruebas esa examen, pasaras muchastarde junto a la señorita Danvers, ¿verdad?
-Bueno.....de eso me he enterado recientemente.
-Pero tienes que esforzarte. No solo puedes concentrarte en losasignaturas que te gusten y pasar de todas las demás- la reprendióesta.
-Está bien. Ve leyéndome los temas y yo prometo estar atenta.
-No solo basta con que escuches. Tienes que estudiar- le dijoStephanie.
-Para mí sí. Tengo casi memoria fotográfica. Con que presteatención mientras tú lees, lo recordaré todo.
-¿Tienes esa habilidad y no la usas?- se quejó la joven rubia.
-Prefiero concentrar mi mente en cosas más útiles- le dijo Natashaa su vez.
-Vamos a hacer una cosa. Yo leo un tema y después voy a hacertepreguntas para ver si de verdad se te ha quedado todo, ¿de acuerdo?
-¿Y qué pasa si fallo?
-¿Perdona?- preguntó Stephanie, volviéndose hacía ella de nuevo.
-Ya que me vas a hacer preguntas, esperando a que no falle, eso escomo si fuera un juego. Y no sería nada divertido si no tuvieraconsecuencias.
-¿Y qué propones?- le preguntó Stephanie, alzando una ceja.
-¿Qué te parece si cada vez que una se vaya quitando una prenda sifalla. Si yo fallo a la pregunta, me da quito. Si no, te la quitastú.
-Eso solo parece una excusa para que me desnude- se quejó Stephanie,con la cara nuevamente coloreada de rojo.-Me acabas de decir quetienes una memoria casi fotográfica. Es imposible que falles unapregunta.
-Pero soy realmente mala en este tipo de asignaturas y mi atenciónse puede perder fácilmente, así que también existe la posibilidadde que yo falle.
-¿Y cuál es el objetivo de esto?- replicó Stephanie.-¿Qué pasarási, al final, las dos nos quedamos totalmente desnudas?
-Que será más fácil para continuar con lo que dejamos a mediasayer.
-Yo esto solo lo veo como ventajas para tí- se quejó Stephanie.
-¿Vas a jugar o no?- le preguntó esta, observándola desde supropia cama, con una sonrisilla en los labios.
-De acuerdo. Jugaré. No creo que sea posible que recuerdes todos lostemas solo oyéndome a mí leer- le dijo esta.
-Si estás tan segura, ¿por qué no empiezas ya?- le dijo Natasha asu vez.
Stephanie, volviéndose hacía su escritorio, abrió el libro yempezó a leer. Entrarían nueve temas en el examen, que la señoritaCarol ya les había ido resumiendo en clase a lo largo de lassemanas. Pero Natasha no parecía haber estado pendiente de eso, asíque tratara de retener todos aquellos datos en su cabeza de una vezresultaba imposible.
Mientras ella leía, esta la contemplaba tranquilamente sobre sucama, moviendo las piernas como si aquello le pareciera muydivertido.
Stephanie trató de leer lo más alto y claro posible, para que estano la pusiera a ella como excusa si perdía, diciendo claramentetodas las fechas y datos importantes, cerrando el libro sin máscuando leyó todo lo que tenía que ser leído.
-¿Te ha quedado claro todo?- le preguntó a la joven morena.
-Más o menos- le dijo esta, aún luciendo una sonrisilla en la cara.
-Bien. Pues voy a empezar- le advirtió, abriendo el libro de nuevo,por una pagina al azar, buscando algo que preguntarle.
-¿En qué año llegaron los vikingos a costas británicas?- lepreguntó, mirando hacía esta, pensando que era imposible querecordara ese detalle entre todos las cosas que le había dicho.
-En el 793, cuando asaltaron el monasterio de Lindisfarne.
Stephanie la contempló durante un momento, alucinada, haciendo quese preguntara a sí misma como era posible que lo hubiera recordadotan bien.
-Creo que tienes que quitarte una prenda- le dijo Natasha, aúnsonriendo.
Stephanie habría querido decir que había hecho trampa de algunamanera, pero era imposible que fuera así.
Tumbada en su cama como estaba, era imposible que pudiera ver ellibro y no tenía nada a mano que le diera esa información.
A regañadientes, se sacó un zapato y siguió con las preguntas.
Para su desdicha, Natasha también acertó las siguientes, haciendoque se sacara el otro zapato, la cinta que le sujetaba el pelo y lafalda del uniforme.
Para cuando Natasha falló una pregunta, Stephanie estuvo segura deque lo había hecho a propósito, viendo como esta se ponía en pie ydejaba caer la falda del uniforme hasta el suelo, volviendo atumbarse en su cama después.
Era como si tuviera planeando que, cada ciertas preguntas acertadas,fallaría alguna para desnudarse ella también.
-¿Cómo lo haces?- le preguntó Stephanie con disgusto, viendo comohabía vuelto a darle una respuesta correcta.
-¿A qué te refieres?- le preguntó Natasha, toda inocencia.
-¿Cómo es posible que hayas asimilado todo esa información cuandosolo te lo he leido una vez? ¿Tienes algún truco?
-Nada de trucos. Solo una muy buena memoria.
-Ni habrías necesitado mi ayuda si hubiera querido estudiar- sequejó Stephanie.
-La verdad es que así es, pero te ofreciste voluntaria.
-Te aprovechaste de que quería ayudarte.
-Te oigo protestar mucho, pero no te veo quitarte otra prenda- ledijo esta, aún con aquella sonrisilla de triunfo en labios.-¿O norecuerdos que he vuelto a acertar?
-Y creo que solo has fallado antes a propósito para quitarte algo tútambién- se quejó Stephanie, llevándose las manos a los botones desu camisa.
Sin los zapatos, el lazo ni la falda, ya no había mucho más quequitar.
-Es que empezaba a hacer algo de calor en el cuarto- comentó esta,clavando los ojos en aquellos dedos que estaban desatando aquellosbotones.
-Es como si hicieras trampas- se quejó Stephanie.
-¿Trampa? Yo no tengo la culpa de tener una mente brillante.
-Pero sí de no decírmelo para que viera lo inútil que era quenecesitaras mi ayuda.
-Os lo dije a todas el primer día que llegué. Soy un genio- le dijoesta, encogiéndose de hombros.-No tengo culpa de que tú no te hayasacordado.
Stephanie la miró con mala cara, pero acabó terminando de hacer loque tenía que hacer, sabiendo que ella solita se había metido en laboca del lobo.
Findel capitulo 7
Bueno, bueno, gente. Ya sabéis. Si tenéis por ahí a alguien queos guste mucho o una pareja y os da muchísima pereza poneros aestudiar por vuestra cuenta, ya sabéis un modo divertido y excitantede hacerlo. Es como jugar al strepp poker o algo así, pero tratandode recordar datos para un examen. Sin duda, os divertiréis.
Desdeluego, lo que es Natasha al menos, tiene pinta de que se lo va apasar pipa con Stephanie y este juego.
Mesorprende el curso tan rápido que ha tomado su relación en lospocos capítulos que llevo hechos, la verdad. Después de todo,comparada con otras historias, estoy haciendo que todo pase muyrápido.
Seráque ya he visto que os he hecho sufrir de impaciencia en esas otrashistorias y mi subconsciente ha decidido ser bueno con todosvosotros. Porque, vamos, otra explicación no le veo. Esto no es obrade Musa. A ella le gusta hacer sufrir a la gente lo justo y necesariopara que se sienta satisfecha.
Yame diréis vosotros qué os parece que están llendo las cosas entreestas dos. Si pensáis que todo está ocurriendo demasiado rápido oque está bien que las cosas se estén desarrollando de esta maneranatural entre ellas dos. Dejádmelo saber en los comentarios.
Demomento, no tengo nada más que decir, así que me despido ya devosotros. Manteneos sanos y nos seguimos leyendo en el siguientecapitulo. Hasta pronto.
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