Capitulo 14
(Esta vez tampoco hay fotos. No me ha dado tiempo a dibujar. Sorry. Os digo al final porqué)
Hola a todos losMarvelitos que se estén comiendo las uñas en estos momentos,esperando a ver como es que se resolverá el conflicto que se hacreado, a lo tonto, entre Natasha y Stephanie.
De verdad que nisiquiera era mi intención que discutieran cuando empecé a hacer esecapitulo, pero se ve que Musa se apoderó de mí o algo así, porquefijaos lo que acabé escribiendo y en el lío en el que acabémetiéndome yo sola. Está claro que un ser del mal me hizo escribireso.
Y esa no puede ser otramás que Musa. No se ha estado manifestando demasiado en los últimostiempos, pero es posible que esté trabajando desde las sombras,haciéndome creer que no es ella quién lo está haciendo.
Me estoy escuchandoescribir esto y sueno a psicópata o algo así. O como si tuvierapersonalidad múltiple o de verdad creyera que hay otra personadentro de mí. Como se nota que hace poco que me he visto la películade ''Múltiple'', protagonizada por el Profesor Charles Xavier.
En realidad, os larecomiendo. Ya me pareció buena en los anuncios, pero, después deverla, puedo deciros que es aun mejor. Pero seguro que, por habéroslapintado tan bien aquí, luego no pensáis lo mismo cuando la veáis.
Al menos, a mi me pasaeso cuando mi cuñada me pinta muy bien una película o serie. Comoella también vive mucho las cosas, cuando le gusta algo, le gustamucho y me lo acaba pintando pero tan bien que, cuando lo llego aver, me parece una mierda comparado a como le pareció a mi cuñadaen su cabeza.
¿Os pasa a vosotros lomismo cuando algo os gusta mucho? ¿Lo ponéis tan bien a la genteque, al final, os regañan por no ser lo que les habíais prometido?Ya me diréis si alguien se ha molestado en leer la introducciónantes de empezar a leer el capítulo.
Y hablando delcapítulo.....¿no sería mejor que empezara a hablaros de él ya?Creo que ya va siendo hora.
Bueno....si podemoshacer un poquito de memoria, podréis recordar que la profesora degimnasia, la señorita Jennifer, había acompañado a Natasha hastasu cuarto, pero, a pesar de que las dos chicas se había quedado asolas allí, ninguna se había decidido a hablar.
Así fue como se quedóla situación. Como veis, todo súper feliz. Pues bien. Ahora tenemosque continuar para comprobar si las cosas siguen estando tan tensascomo entonces. Aunque esperemos que no, porque, si no, muchas de lascosas que tengo planeadas hacer para el futuro no podría hacerlas.
Y creedme. Son cosaspreciosas, cosas que en mi imaginación me encantaron y me dije''esto tienes que hacerlo sí o sí''.
Acompañadme en estahistoria y veremos a donde nos llevan las cosas. Disfrutad delcapitulo y ya seguiremos hablando más tarde.
CAPITULO 14
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Fue una noche intranquilala que pasaron ambas.
A pesar de que las dosparecían tener deseos por hablar del tema, ninguna pareció echarlevalor suficiente como para ello.
La charla que Natashahabía mantenido con la señorita Jennifer le había venido muy bienpara aclarar un poco su cabeza y Stephanie había comprendido que sehabía pasado con las palabras que le había dedicado a esta,cortando su relación en un momento en el que ambas se habíancalentado demasiado.
Sin embargo, el hecho dedar el primer paso para rectificar eso parecía ser bastante másduro para ambas de lo que había llegado a pensar,.
Con los nervios, Natashano llegó a cerrar los ojos hasta bien entrada la madrugada y, paracuando salió el sol, Stephanie ya se había levantado y habíasalido del cuarto.
Mientras la pequeña delos Stark iba hacia el comedor, esperando echarse algo sencillo alestómago, se dio cuenta de que, tal vez, aquella era la primera vezque estaba sola desde que había llegado a la academia.
Y podría decir, sin miedoa equivocarse, de que no le gustaba esa sensación.
El comedor, como siempre aesas horas de la mañana, estaba a rebosar de actividad, con lascharlas de las chicas llenando aquel amplio espacio y haciendo queesta se sintiera un tanto abrumada.
A lo mejor, por nodesayunar un día, tampoco ocurría nada malo.
-¡Ey! ¡Buenos días!- ledijo Samanta, apareciendo tras ella y colocándole un brazos en tornoa los hombros cuando ella había comenzado a retroceder.-¿Estás túsola? ¿Ya te ibas?
-No tngo mucha hambre- fuetodo lo que llegó a pronunciar.
-¡Venga ya! Hay clase conla señorita Jennifer. Es imposible que vayas a su clase con elestómago vacío y no te acabe dando algo.
Y, sin que ella tuviera nivoz ni voto, Sam la empujó hacia el comedor.
-¡Chicas, mirad a quiénme he encontrado en la puerta!- exclamó cuando la obligó aacercarse a la mesa donde se encontraban ya Stephanie y Bucky.
Esta primera le dirigióuna mirada, pero, rápidamente, volvió esta hacia la mesa.
-Siéntate- le pidióSamanta, obligándola a ocupar la silla vacía que había al lado dela joven rubia.-Yo me encargo de traer algo para que desayunemos lasdos. Vosotras permaneced aquí y hablad un poco.
Pero lo único que no huboen aquella mesa fue una conversación.
Bucky, devorando suscereales, no hablaba y solo las miraba a una y a otra.
-Bue...buenos días- acabópor decantarse Natasha.
Antes o después, alguientenía que hablar o alguien acabaría chocando con el muro de tensiónque las rodeaba.
-Buenos días- le dijoStephanie a su vez, pero sin mirarla.
Era incomodo permanecer enaquel mismo espacio y no saber bien cómo comportarse. El únicosonido que había en aquella mesa era el ruido que estaba haciendoBucky mientras comía.
-Te....has levantadotemprano- volvió a decir Natasha.
De las dos, siempre habíasido ella la más echada hacia delante. ¿Qué mejor momento que esepara seguir demostrándolo?
-Sí. Es que.....no podíadormir.
-Podrías haberme llamado.
-Me aseguré de que tudespertador estaba encendido. Salí demasiado temprano a dar unavuelta.
¡¿Qué clase deconversación forzosa era aquella?!
Natasha miró hacia Bucky,tratando de que esta dijera algo, pero ella seguía comiendo suscereales y mirándolas a ambas como si aquello fuera alguna clase deespectáculo.
-¿De qué estáishablando?- llegó preguntando Sam, llevando una bandeja con susdesayunos.
Fue un alivio que alguienmás se uniera a la conversación.
-De que Stephanie selevantó temprano esta mañana- le dijo la morena.
-Bueno....eso es normal enella. En su casa siempre se han levantado temprano.
-Eso era debido a lostrabajos de mi padre- comentó la joven rubia.
-Yo no me he metido coneso- le dijo Sam.-Solo he dicho que es lo que hacíais.
-Mis padres son un poco alrevés. Tienden más a una vida nocturna con todos los eventos y lasfiestas- comentó Natasha.
-Así que tú estarásacostumbrada a acostarte tarde- le dijo Wilson.
-Bueno....las niñeras yJarvis trataban de que me fuera pronto a la cama, pero sí.
-Parecéis la noche y eldía- señaló Bucky.
¿En serio había sidonecesario que hiciera una puntualización como esa?
-¡Vaya! Dentro de pocoempezará la clase- comentó Sam, tratando de cambiar detema.-¿Preparadas para iniciar la semana?
-Preferiría que mecortaran las piernas- le dijo Natasha.
-Siempre estoy preparada-afirmó Stephanie.
Ambas chicas se miraron,ya que habían hablado al mismo tiempo. Pero enseguida apartaron losojos de la otra.
-Sabéis que tenéis queresolver esa tonta discusión que tuvisteis ayer, ¿verdad?- les dijoSam.
Las dos volvieron la vistahacia esta y luego se miraron de nuevo la una a la otra.
Estaba claro que teníanque hablar, pero, aunque Sam y Bucky conocieran sus circunstancias,hablar de ello en el comedor era un poco.....
-Las dos queréissolucionarlo. Hacedlo y ya- les señaló Bucky.
Como siempre, mujer depocas palabras, pero iba directa al grano.
-Yo no quería decir quelas personas fueran prescindibles- comentó Natasha, con la vista ensu desayuno.
Stephanie volvió lacabeza hacia ella y luego miró a sus amigas, que la animaron a queella también dijera algo.
-Y yo no quería quediscutiéramos del modo en el que lo hicimos. Debí saber que queríassolo ayudar y no ponerme así.
La vista de Sam y Buckyacabó sobre Natasha, como si aquello fuera un partido de tenis.
-No esperaba que las cosasse calentaran tanto. Y, cuando dijiste que todo se habíaterminado.....
-Lamento muchísimohaberte dicho eso- le dijo Stephanie al instante, volviéndose haciaella.-Me calenté demasiado. No es la primera vez que he tenido quehablar sobre eso y pagué todas las veces contigo. Yo no quería quenada se acabara, pero....
-Yo debí dejar de hablardel tema cuando noté que te molestaba tanto. Aunque yo no opineigual que tú respecto al ejército, no significa que deba imponer miopinión a nadie.
-Las dos nos equivocamosmuchísimo y no supimos cuando parar.
-Y nos pusisteis anosotras nerviosas. Que no se os olvide eso- añadió Sam,dirigiéndoles una sonrisa.
-Pensábamos que lovuestro había acabado- les dijo Bucky.
-Lamento que os hubiéramosasustado- se disculpó Stephanie.
-Más os vale. Porquequiero ver como termináis de arreglar esto.
-No hay mucho más quedecir- les soltó Natasha.
-Las dos estamosarrepentidas de nuestro comportamiento- dijo Steph.
-Y, a pesar de que tenemosmodos diferentes de pensar, no nos da derecho a criticar a nadie.
-Entonces....¿lo habéisarreglado?- les preguntó Bucky.
Ambas chicas se miraron.
-Yo creo que sí, ¿no?-le preguntó Natasha.
-Yo creo que también.Cometimos un error. No debería volver a pasar.
-Entonces....¿nuestrarelación....?- comentó la morena.
No había sido ella la quehabía dado esta por finalizada. Quería oír de labios de la propiaStephanie que todo se había arreglado.
-Todo está bien- afirmóesta.-Al menos, por mi parte. De verdad que no quería decirte eso,pero, cuando vi lo que ambas pensabamos sobre ese tema....
-Tranquila. Si no lohubieras dicho tú, seguramente lo habría acabado diciendo yo.Acabamos buscando formas de herir a la otra y eso fue lo que salió.
Stephanie asintió, pero,sintiéndose aliviada, se inclinó sobre Natasha y le dio un abrazo.
-Oh. Vale. Bien. Siquieres hacer esto en público....-comentó la morena.
-No pasa nada- le dijoSam.-Aquí las chicas se abrazan cada dos por tres y nadie se pone apensar lo que no es.
-De verdad que lamento loque te dije- le soltó Rogers, aún abrazándola.-Debimos sabercuando nos pasamos de la raya y habernos detenido.
-Si hubiéramos sabidoeso, no seríamos adolescentes. Somos más hormonas que personasahora mismo- afirmó Natasha, devolviéndole el abrazo a esta.
Stephanie asintió, perono podía cansarse del alivio que estaba sintiendo en aquellosmomentos.
La angustia por ladiscusión que habían mantenido había estado atenazando su corazón,haciéndolo poco a poco más pequeño, haciendo que se diera cuentade que ni siquiera había estado respirando de un modo normal hastaese momento.
A Natasha le estabapasando otro tanto de lo mismo.
Como única heredera delimperio Stark, eso de equivocarse y saber pedir perdón nunca habíaentrado demasiado en lo que había sido su educación. Se habíacriado viendo a su padre siendo un empresario despiadado y a su madrejunto a él, tratando de suavizar todo cuanto hacia.
Si alguna vez habíacometido errores, nadie se lo había comentado ni le había enseñadoa disculparse.
Incluso cuando discutíacon su padre, su madre solo había tratado de mediar, poniendo algode pasa, sabiendo que ambos eran demasiado cabezotas para que dieransu brazo a torcer.
Tendría que haberlepedido a Jarvis que le enseñara a solucionar problemas comoaquellos. Seguro que el viejo mayordomo hubiera sido un maestroexcelente para esa materia.
-Vaya. ¿Habéissolucionado lo que fuera que ocurría entre vosotras?- comentó laseñorita Jennifer, que se había acercado a ambas mientras seguíanabrazadas.-Eso sería un alivio.
-Sí, acabamos desolucionarlo- afirmó Steph.
-Genial, genial. Esosignifica que tendréis mucha energía para mi clase, ¿verdad'
-Dime que no nos va aobligar a correr de nuevo- le pidió Natasha.
La mañana no habíaempezado especialmente bien, pero había empezado a arreglarse. ¿Porqué quería aquella mujer que empezara a ir hacia abajo de nuevo?
-Siempre hay que correr-le indicó Stephanie a la morena.-Es parte del entrenamiento.
-Pero puedes respirartranquila- le indicó Jennifer.-Hoy tenía pensado que jugarais algúnpartido.
-¿Nos va a poner a jugaral fútbol?- se quejó Natasha.
-No. Más bien estabapensando en baloncesto.
-Hacia tiempo que nojugábamos- comentó Sam, pareciendo contenta con eso, como las otrasdos chicas de la mesa.
Natasha no entendió a quévenía la emoción. Solo era baloncesto, un partido en una academiapara mujeres que no tendría ninguna relevancia más allá de allí.
-Os veré en la pista enun rato, ¿vale?- les dijo Jennifer.-Aún tengo que preparar lascosas.
Y así fue como sedespidió y salió de allí.
-Me encanta la profesoraJennifer- comentó Sam.-Es tan simpática.
-Si ella fuera ladirectora de la academia, otro gallo nos cantaría- comentó Natasha.
-Le ofrecieron ese puesto-le dijo Stephanie, animándose a comer un poco más de su desayuno.
En realidad, a penas habíatocado este, ya que tenía el estómago cerrado cuando había llegadoal comedor. Pero, tras arreglar sus problemas con Natasha....
-¿Cómo?- comentó lamorena.-¿Cuándo fue eso?
-Pues antes de que laseñorita Danvers lo fuera- le dijo Steph, como si aquello fuera delo más obvio.-Como su primo llevaba la academia Banner, pensaron queella sería una buena opción para esta. Pero ella rechazó esepuesto a favor de Danvers.
-Vaya- murmuróNatasha.-Claramente se equivocó.
-A la señorita Jennifersolo le gusta el deporte y el orden- le dijo Sam.-Y sabe tratar conla gente. Pero ser la directora de este centro es mucho trabajo yella no quería semejante responsabilidad encima.
-Supongo que eso solosupuso mala suerte para nosotras, ¿no?- comentó la morena.
Si la señorita Jenniferhubiera acabado siendo la directora de aquel lugar, solo imaginabatodo lleno de luz y color, con televisiones donde pudieran ver losprogramas que más quisieran. Los castigos no serían tan duros y,estaba convencida, que la señorita Jennifer no echaría a las chisassi llegaba a descubrir que alguna de ellas estaban juntas.
¡Ese lugar hubieraacabado siendo un paraíso!
-Seguramente tambiénrechazó el puesto porque sabía que no era lo bastante dura paraello- comentó Stephanie.-Aquí llegan algunas chicas a las que suspadres quieren que aprendan disciplina. La señorita Jennifer tal vezno hubiera sido capaz de imponerse tan duramente. Sobretodo con laschicas guerreras.
-¿Eso lo dices por mí?-le preguntó Natasha.
-¿Qué? No. Tú a penasdista problemas- le contestó la rubia.
-Aquí ha habido chicasque hasta han mordido- le comentó Sam.
-¿Mordido? ¿Cómo sifueran....perros?
-Sí. A una de ellas letuvieron que expulsar cuando se metió en una pelea y casi le arrancóa una compañera la mejilla de un mordisco- le contó Stephanie.-Lamarca le duró bastante tiempo.
-Vale. En comparación coneso, yo soy un ángel- afirmó Natasha.
-Las más listas evitanlas peleas, pero no pueden evitar que su mal carácter salga por otraparte- comentó Sam.
-Eso suena a JoahnnaSchmidt- comentó la morena.
-Que sigue reclutandogente- les señaló la joven Wilson, haciendo que ambas se volvieran.
Esta se encontraba de pieante una mesa donde había 10 chicas. Y todas ellas parecían estarescuchando embobadas lo que fuera que esta les estuviera diciendo.
-Siempre causa ese efectoal principio- le explicó Stephanie.-Pero luego se van dando cuentade cómo es y suelen acabar alejándose de ella antes o después.
Menos mal, porque, por loque estaba viendo Natasha en aquellos momentos, más parecía queJoahnna estuviera reclutando un pequeño grupo para su ejercito delmal.
-Será mejor que nosvayamos ya- les dijo Bucky, terminado ya su desayuno.
-Cierto- les dijo Sam.-Esmejor llegar temprano a los vestuarios para poder cambiarse, antes deque todas las chicas se junten. Ya necesitamos un espacio másgrande.
-Es que cada año vanllegando más chicas nuevas- comentó Stephanie.
-Pero vosotras ya acabáiseste año, ¿verdad?- les preguntó Natasha.
-Así es. Y, a partir deahí, cada una vamos a nuestra rama del ejercito- afirmó Sam.
Natasha evitó torcer elgesto al escuchar eso. No habían solucionado sus problemas para queahora, por sacar de nuevo el tema, todo aquello fuera a iniciarseotra vez. Prefirió quedarse con un detalle que Sam había dicho.
-¿Vuestras ramas? ¿Esque no vais a ir todas a la misma?
-¡Claro que no!- le dijoSam, sonriendo.-¿Acaso nos consideras que somos todas iguales?
-Bueno.....no, pero nosabía que teníais que separaros
-No es separarnos comotal- comentó Stephanie.-Es solo que cada una nos interesa una ramadiferente. Durante los entrenamientos estaremos separadas, perodespués podremos quedar.
-Y...¿a qué ramasestabais pensando ir cada una?- les preguntó Natasha, poniéndose enpie cuando estas lo hicieron, llevando las bandejas a su lugar.
-Yo voy a las fuerzasaéreas- le dijo Sam, dedicándole una sonrisa.
-Yo al ejército deTierra- le explicó Steph.-Y Bucky estaba pensando en las fuerzasespeciales.
-Vaya. Así que vais a serun equipo bastante completo- comentó Natasha.
-Pues sí. Seguro queharán un buen servicio- le dijo Carol, apareciendo a las espaldas delas chicas y dándole un susto a Natasha, que no la había notadollegar.-¿Y usted, señorita Stark? ¿Planea contribuir también a supaís?
-Creo que yo lo haré a mimodo, a través de Industrias Stark.
-Bueno...ellos nossuministran armamento, así que supongo que es bueno que siga con latradición familiar.
Industrias Stark haciaalgo más que eso, pero iniciar una batalla verbal con la directorade la academia desde luego no podía ser algo que pudiera acabarbien.
-Tenemos que irnos ya aclase, así que....-le dijo la morena, haciendo la intención deirse.
-Señorita Stark, espereun momento.
A regañadientes, se tuvoque quedar inmóvil donde estaba, haciendo un gesto a las chicas paraque se adelantaran ellas.
Además, si llegaba tardea clase de la señorita Jennifer, ellas estaban de testigos paraafirmar que había sido culpa de la propia directora que hubieraacabado pasando eso.
-¿Sí?- le preguntóNatasha, volviéndose hacia ella.
-He hablando nuevamentecon su padre y está más que satisfecho con la buena actitud queestá mostrando en nuestra academia. Quería que le hiciera saber quele está haciendo sentir orgulloso.
-Entonces, si tanorgulloso está, ¿por qué no se molesta en llamarme y decírmelo élmismo?- le espetó Natasha a su vez.
Sin esperar a que estapudiera tener algo que replicar, la joven morena se dio media vueltay se dirigió hacia la salida del comedor. Después de todo, loúltimo que necesitaba para rematar aquel día era ponerse a hablarde su padre.
Fin del capitulo 14
Pues nada. Asuntoresuelto. Las chicas ya han arreglado el problema. Y si a alguien leextraña que haya sido de este modo, solo os diré que, en mimomento, vi muchos problemas de adolescentes y se solucionaban asíde fácil. Era una cosa sorprendente y que no se lograba explicar.
Además, que es asícomo me ha salido. No sé. Espero que a nadie le haya dejado un malsabor de boca que se haya resuelto de este modo. Pero la verdad esque ya tenía ganas de dejar atrás el lío que yo misma organicé.
Pero hablemos de lo queha pasado. Del mismo modo que se nota de lejos que a mi Carol Danversno me gusta, que es como una espina en mi costado cada vez que latengo que sacar porque sé que va a molestar a alguien, con Jenniferme pasa justo todo lo contrario.
La verdad es que meencanta el personaje de SheHulk. Y, a pesar de ser una tía enorme yverde, se ha sacado un titulo de abogada y hay está ejerciendo.Además de que puede meterte una ostia y mandarte volando a la otrapunta del país. Siempre he visto que ella y Carol son amigas, asíque por eso he respetado eso aquí, pero mis sentimientos hacia ambasson diferentes.
Y mira que ha SheHulkno la he tocado mucho. La he visto en comics cuando juntan a variospersonajes y poco más. Pero, como me gusta tanto, supongo que poreso me molesta que metan antes a Carol Danvers en el UCM que a laprima de Bruce Banner, lo que, para mí, tendría más sentido.
Mi hermano dice que laCapitana Marvel tiene más peso en los cómics, pero yo solo la heestado viendo discutir con Tony y, en la serie de dibujos, viéndolaponerse gallito con el capitán, así que es que no puedo decir nadabueno de ella.
Creo que me he ido deltema otra vez, porque se suponía que iba a hablar del capitulo.Quién no me conozca ya a estas alturas, que me compre, la verdad.
Será mejor que meponga ya con el siguiente capitulo antes de que mi mente sigadesvariando a semejante velocidad. Como siempre Marvelitos míos,manteneos sanos y nos seguimos leyendo en el siguiente capitulo.
P.D: No sé cuandopodré seguir subiendo esta historia. Estoy sacándome un cursouniversitario y no doy a basto con tanta historia. Inevitablemente,tengo que dejar una parada durante un tiempo, hasta finales de juniopara ser exactos, así que, aunque sé que esta historia tiene susseguidores, es la que menos atención tiene de momento, así que osruego paciencia. He tenido que elegir entre una de mis historias o undiploma universitario. ¿Qué queréis que os diga? La elección erasencilla. Nadie en mi familia tiene un titulo universitario. Como queno me disgusta sacarlo yo. Y rezo para que no tenga que parar ningunamás crucemos los dedos* No os doy más la brasa. Y esperemos todoscon paciencia, Marvelitos. Hasta pronto.
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