Capítulo 11

Ambos giraron la cabeza para encontrarse a un enorme elefante frente a ellos, tal parece que ahora estaban en problemas

– ¡Oh mira esto! Por fin pude encontrar al encargado, gracias que está aquí señor – gritó eufórico Nick al ver al elefante que estaba frente a ellos, la cual hizo que Patricia riera nerviosa – señor sería tan amable decirme el precio de esta pieza, he buscado una por años

El vulpino tomó lo que parecía ser una pieza de metal totalmente oxidada, mientras tanto Patricia rogaba por que el paquidermo se creyera la treta de su compañero.

– vamos no me hagas esperar

– yo no soy el propietario de esto, ¡FRANCIS!

En cuanto el elefante se dio la vuelta para llamar a su compañero, Patricia y Nick comenzaron a caminar lentamente para escapar, pero no les duró mucho el tiempo, ya que había llegado un dromedario.

Mientras tanto, Skye y Andrew estaban en una especie de fuente de sodas, ambos estaban calmando el bochorno de la vulpina albina, el clima tan abrasador era lo que le impedía seguir observando el gran mercado de hojalatería y chatarra mecánica.

Un grupo de caracales se detuvieron al ver a la chica, Andrew sabía que no sería nada bueno.

– Oye tú, este no es lugar para los de tu tipo – dijo uno de ellos

– ¿perdón? – dijo ella un poco confundida

– Lárgate, los de tu tipo no son bien recibidos aquí

– ¿los de mi tipo? ¿a qué te refieres con eso?

– no les haga caso, se nota que no saben lo que dicen

– vuelve a tu inmunda nieve zorra incolora

Andrew se paró de la silla, fue directo hasta ellos, el grupo de animales salieron huyendo al notar la gran altura del equino, Skye por su parte solo observaba, ella estaba colérica por dentro.

Una vez que vio cómo se fueron, la albina se paró de su asiento, fue directo al caballo.

– Vámonos de aquí, creí que en Zootopia ya no existía esa clase de animales

– no les haga caso generala, solo son cobardes

Justo cuando estaban a punto de irse Skye recibió un fuerte impacto de una bola de tierra en su espalda, ella volteó para ver quién había sido el infeliz, estaba molesta.

– ¡LÁRGATE MALDITA ZORRA!

Habían sido los mismos felinos, estaban a una distancia considerable, Skye se acercó hasta ellos, su rostro mostraba molestia e incomodidad.

– ¿Y si no me largo? ¿Que?

Uno de ellos estaba a punto de golpearla cuando fue detenido por el equino.

– ¿Piensas golpear a una dama?

Volvió a ver a Skye, con rabia salió del lugar, seguido de los otros 4, algunos animales que presenciaron aquel burdo espectáculo comenzaron a dispersarse, la hembra ártica tenía un semblante de mal humor, regresó a la mesa para tratar de refrescarse, aún se sentía incómoda, podía sentir las miradas de los lugareños, eso era lo que más odiaba.

– oiga jefa ¿Esta bien?

– solo fue... Un inconveniente – volvió a beber aquella gaseosa helada.

Nick y Patricia ahora estaban buscando a sus dos acompañantes, el vulpino tenía cara de pocos amigos, realmente se sentía irritado, era su oportunidad para atrapar a ese coyote, pero se le había ido de las manos, para colmo compro una chatarra inservible la cual no tenía la menor de lo que era, siguieron buscando a sus dos acompañantes, justo cuando doblaron en la siguiente esquina, pudieron observar a la vulpina y al equino sentados tomando aquellas bebidas refrescantes, sin meditarlo, Nick se acercó a hasta ellos para poder sentarse a su lado.

Una vez que se sentó, puso su cabeza en la mesa en señal de frustración, al parecer no iba a ser tan fácil dar con aquel animal.

– por tu estado de ánimo deduzco que no te fue bien – dijo aquella chica al ver desanimado al pobre

– ni estuvimos ni lo más cerca

Pasaron las horas, ambos oficiales creyeron que sería mejor regresar a casa, no encontraron algún rastro del "oxidado Will", tampoco preguntarían por él, eso levantaría muchas sospechas, estaban a punto de darse por vencidos, cuando algo capto la atención de ambos, en uno de los montones de chatarra que se asomaban, había algo que ellos dos reconocían fácilmente. Era una de las placas de las que estaban buscando, observaron al vendedor de la chatarra, era un coyote de edad avanzada, tenía una enorme cicatriz que cruzaba la mitad de su rostro derecho, además de poseer un ojo de vidrio.

– si no piensan comprar nada, será mejor que se larguen

– ¿Es suyo este puesto?

– Eso les importa un bledo

– ¿está seguro? – la voz de Nick sonaba bastante tranquila – porque me interesa saber de dónde saco esa placa...

Justo cuando aquel coyote reaccionó, Nick y Patricia tomaron al canido de ambos brazos y se lo llevaron hasta la parte trasera de aquella montaña de chatarra.

– Vamos a hablar ¿no te parece? Antes de que empieces a gritar déjame decirte algo, no, no somos policías, si, si somos contrabandistas, ahora dinos de donde sacaste la placa

– ¿me crees muy idiota o qué?

– Solo quiero que cooperes con nosotros... es todo...

Ambos oficiales habían atado al tipo a una silla, si no quería cooperar, la canida podía usar a su fiel macana, pero a una conductividad muy baja

– solo queremos hacerte unas cuantas preguntas ¿De dónde sacaste esa placa?

– Eso no te lo diré

– ¿tú crees? Pequeña colega prosigue con Ampere

– ¿Ampere?

– Si Ampere... bueno pues voltios

– ah... – Sacó aquel aparato, lo coloco en una de las piernas, una pequeña descarga eléctrica sacudió al canido, aquellos dos oficiales vieron cómo se retorcía del dolor

– ¿cooperaras ahora?

– Por supuesto que no

– señorita, proceda... no tan rápido, cada que no quiera cooperar sube la intensidad, pero no tanto, no queremos un sillón esponjoso de coyote

– ESTA BIEN HABLARE... lo encontré en los autos de John

– ¿Qué sabes del oxidado Will?

...

Skye seguía viendo con fascinación aquel lugar lleno de chatarra, le gustaba creer que podía encontrar algún tesoro, aunque en el fondo sabía que eran productor de origen ilegal, no le quitaba los ojos de encima a cada pieza que había en aquel mercado, entonces paso algo que no creyó que vería, sin pensarlo fue hasta aquel puesto que era atendido por un licaón.

– ¿está en venta aquella pieza? – aquel tipo dejo de leer aquella revista para caballeros y asintió de inmediato, la vulpina sonrió de oreja a oreja – ¡¿Cuánto?! – su emoción se hizo más evidente cuando supo el precio, por un armazón así pagaría millones, pero ahora estaba ahí a menos de la mitad, llamo al caballo para que la ayudara a llevar aquella pieza que se había comprado.

Por suerte no pesaba demasiado, su tamaño era ideal para dos zorros, no podía creer lo que había encontrado, por suerte la camioneta de Andrew tenía espacio para su siguiente proyecto que tenía en mente.

– jefa, sin ofender, pero ¿Qué diablos es esa chatarra?

– No es una chatarra, es un clásico

– para mi es una basura

Justo en ese momento, vieron salir a ambos oficiales, Nick se veía preocupado mientras que Patricia se veía algo angustiada

– ¿Qué sucedió? – pregunto la albina al ver a ambos en ese estado de animo

– debemos irnos ahora...

Dicho esto, Nick y Patricia subieron al auto del zorro, la vulpina ártica hizo lo mismo con Andrew, ambos autos aceleraron para salir del lugar rápidamente, lo que fuera que ellos dos sabían era de suma importancia para que ellos salieran de manera veloz de aquel lugar.

Mientras tanto, en aquel lugar, un grupo de caracales veían como se alejaban aquellos forasteros del mercado

– hablen con el jefe – ordenó uno de ellos.

...

Al llegar al taller Skye bajo del auto de su subordinado, Andrew estaba a punto de bajar lo que su jefa había comprado, pero fue detenido por la albina.

Ella observo como el zorro rojo salió del auto algo pensativo, ella sin dudarlo fue hasta su lugar para hablar con él.

– ¿todo en orden rojito?

– sí, todo está bien

– ¿y por qué esa cara?

– Descubrimos algo, pero... no es muy alentador que se diga

– ¿tan malo es?

– Algo así, Skye creo que debo irme, gracias por acompañarnos, si no fuera porque te detuviste al ver aquellas piezas metálicas timidosita y yo no hubiéramos averiguado nada.

Nick coloco una de sus manos en los hombros de la chica, ella simplemente no dijo nada. Ambos se quedaron viéndose el uno al otro.

– ah sí, toma... compre este artefacto y ni siquiera sé qué cosa es... supongo que a ti te puede servir mejor – acto seguido Nick sacó una especie de faro, en cuanto la vulpina lo vio quedo maravillada

– Nick, esto es... un fusible de una Indian 1970...

– ¿y eso es?

– Es parte de una de las mejores motocicletas que existen... mi papá daría lo que fuera por tener algo de esa hermosura

Aquella pieza era una muy algo difícil de conseguir y más cuando salieron motocicletas contadas para zorros, era una pieza única ante los ojos de la albina.

– Debemos irnos, aún hay mucho por investigar

– nos vemos después Nick, gracias por la pieza – sin meditarlo dos veces, la vulpina ártica le deposito un beso en la mejilla a Wilde, para después dirigirse a su taller, Nick, por lo tanto, solo se tocó la mejilla, era extraño, pero pasar tiempo cerca de ella le era valioso, le gustaba pasar su tiempo con la chica.

La canida miraba de manera curiosa a su compañero de trabajo, llevaba una sonrisa, parecía que las cosas estaban saliendo bien, habían avanzado un poco más sobre la investigación, todo parecía que iba de maravilla.

– Timidisita, tengo que ir a hacer unas cosas en la tarde, ve a casa descansa, pasare por ti a las 9, si todo es como esa sabandija nos cantó puede que encontremos a ese tal oxidado Will hoy mismo

– ¿y como sabemos si no nos mintió?

– conozco a los de su tipo, por lo que sabe que si nos mintió le espera una enorme descarga eléctrica al regresar

En cuanto Nick estaciono el auto, la chica salió de inmediato

– Estamos más cerca de lo que crees Patricia, yo lo presiento

Dicho eso, salió rumbo a su hogar, lo que restaba del día parecía ser bastante movido.

Llegó a casa a solo para cambiarse de ropa, iría a ver a un viejo conocido, cosa que le traía muchos recuerdos un tanto desagradables más que nada por que aquel tipo no era precisamente un santo.

...

La ciudad estaba tranquila, todo fluía con un buen ritmo, muchos de sus habitantes estaban regresando a sus respectivos hogares, la gran mayoría regresaba a de sus jornadas laborales, muy pocos iban al centro de aquella imponente ciudad, un zorro rojo iba caminando sin llamar la atención de cualquier animal, en cuanto observó que se encendieron los faros, corrió a toda velocidad hasta una vieja entrada del subterráneo, miro que nadie lo hubiera seguido.

Caminó un par de metros hasta que llegó a una puerta metálica, estaba pintada de tal forma que se confundiera con la pared a simple vista, jalo la manija para poder acceder, una vez adentro bajó por algunas escaleras, no recordaba el laberinto que tenía que caminar para acceder aquel lugar, con forme iba bajando el ruido de la música se iba haciendo cada vez más y más fuerte.

Las luces de neón podían verse ahora con más claridad, una parte de él quería salir de inmediato, pero su investigación requería de aquella fuente, trago en seco, si quería ayudar a su viejo amigo de tretas tenía que hablar con aquel tipo que años atrás le pareció una burla...

Toco un par de veces, hasta que salió un antílope.

– Tú pase para entrar – dijo de manera amenazante

– Soy viejo amigo, ahora déjame pasar

No había pasado ni un paso cuando el antílope lo había empujado, Nick trató de controlar su enojo, entre menos pasara tiempo en ese lugar, mejor para él.

– Más vale que me dejes entrar

– ¿o que estúpido zorro?

– O le diré a "Loopsi" que no dejan entrar a los invitados

Sin mucho, aquel guardia lo dejó pasar, tras caminar un largo pasillo oscuro, las luces de neón comenzaron a hacerse cada vez más visibles ante los ojos del zorro, algunos amargos recuerdos llegaban, aunque no era la misma decoración que hace algunos años, recordó atentamente como era el venir a este lugar, tan extraño y a la vez tan familiar, recordó la primera vez que lo trajo arrastras cierto zorro bajito, decía que ya era hora de que se volviera un "macho". Ahora que lo pensaba mejor, aquello podría considerarse como una violación, ya que dejo que un grupo de jóvenes hembras lo comenzaron a manosear, un desagradable escalofrío recorrió desde la punta de sus orejas hasta la punta de su cola y sus piernas, realmente aquella vida no era disfrutable.

Llego al fondo de aquel lugar, en las mesas se podría ver a algunos animales que eran acompañados por otros en escasas ropas, ahí era un buen lugar para la depravación y la lujuria, todo el ambiente estaba cubierto por el hedor del alcohol y del olor a cigarrillo.

Una vez que llego a la barra, pidió una bebida no tan fuerte, algo que jamás olvidaría era que estaban adulteradas y algunas contendrían algún estupefaciente, realmente este lugar era uno de las cuales quisiera olvidar.

Tan pronto llego su bebida sintió como lo jalaban, eran dos enormes leones que lo llevaban hasta el fondo de aquel establecimiento, para arrojarlo a una habitación con escasa iluminación, justo cuando planeaba reclamar, escucho aquella voz afeminada.

– Hola Wilde, vaya forma en la que visitas a los amigos

– y vaya forma en la que tratas a tus visitas Larense

Poco a poco la figura de un zorro gris se fue acercando hasta Nick, por su parte el zorro anaranjado se quedo parado sin hacer ningún movimiento.

– ¡Ay Nick! No sabes lo mucho que te extrañaba

– Ya no soy el de antes Larense, por lo tanto, yo no

El zorro gris únicamente lo veía de cierta forma decepcionado a Nick – Desde que eres un policía te has vuelto muy aburrido ¿a que debo el honor de tu visita Nick? ¿No me digas que vienes a cerrar mi negocio?

– Eso es imposible Larense, si quisiera hacerlo medio Zootopia estaría involucrado, aparte de que todos desearían mi cabeza, sin olvidar que Finnick me desollaría y mi piel sería usada para hacerle un bonito traje de piel para cierta chica de la mafia del norte

– Entiendo tu preocupación ¿entonces a que viniste capitán?

– Tienes algunos contactos, que yo requiero

– ¿y que te hace pensar que yo te los daría?

– como dije, yo no podría hacer nada en tú contra, pero da la casualidad que conozco a una oficial que es casi incorruptible y alguien, no sé, podría llevarle una carta anónima donde le diera las coordenadas y ubicación de este pintoresco lugar

– ¡NI SE TE OCURRA WILDE!

– ¿quieres aprobarme?

– ¡claro que quiero probarte... pero no de esa manera, está bien, tú ganas

– Excelente... oye ¿Cómo que quieres probarme?

– ya sabes que me da igual el género nene, me gusta experimentar

– No quitare esa imagen de mi cabeza

– puedes imaginarlo o si quieres, podrías probarlo

– Estas enfermo, vayamos al grano, cierto bajito me dijo que hay una banda de felinos que atormentan a los micro empresarios ¿Quiénes son? ¿Sabes si trabajan para alguien?

– Si, uno de ellos es mi cliente, una de mis niñas cuyo trabajo "legal" es de día lo reconoció, estaba muy asustada

– ¿Dónde está ella?

– haciendo un privado ¿quieres ir guapo?

– ¡CLARO QUE NO! Maldición ¿Qué te dijo?

– no mucho, solo que lo drogó, gracias a eso soltó la lengua, puedes hacer grandes cosas con estos afrodisiacos Wilde

– si no fuera porque estoy en servicio te juro que te haría añicos ¿Puedo hablar con ella?

– ¿Seguro que solo quieres hablar?

– ... Si

Tras algunos momentos, llego una cierva enana, Nick trató de verse un poco más relajado, sabía de ante mano que sería difícil hacer que ella hablara sin sentirse incomoda o estresada, así que pidió estar a solas con ella.

– ¿Me habló señor?

– el caballero solicito tus servicios – después de eso el zorro comenzó a caminar a la entrada – ah se me olvidaba, se gentil con mi muchacha

– Si no fuera por qué sabes muchos secretos míos, te partiría como un maldito insecto... perdón, toma asiento por favor

– ¿Qué quiere que haga?

– Tranquila, solo vamos a charlar

...

Recién caía la noche, Skye estaba emocionada por su adquisición, en sus ratos libres comenzaría a trabajar en aquel pequeño proyecto, en medio de sus repisas había puesto aquel obsequio que le había dado el zorro rojo, era algo especial ahora, su día realmente había sido bueno.

– Tal parece que tendré que traer al rojito más seguido

– ¿ahora por qué lo dices? – le cuestiono la albina al equino

– No es nada, solo que desde que el viene usted esta alegre, me hace sentir celoso, generala

– Oh vamos Andrew, sabes que es solo un amigo

– A veces pienso que no lo ve así, bueno debo irme, nos vemos mañana

Luego de aquello, el equino se marchó del taller de la vulpina ártica, ella cerró su establecimiento para adentrarse a su casa, al hacerlo no pudo pensar en aquello que dijo su subordinado, en el poco tiempo que llevaba conviviendo con Nick se había ganado su cariño, tal parece que en cierta forma ella le estaba tomando cariño, pero eso era peligroso de cierta manera,

– ¿En qué estás pensando Skye? Él no podría verte de la misma forma – porque aceptando su realidad, Nick era solo un cliente, en cuanto ella dejara lista la patrulla quizás él se iría para siempre o quizás solo vendría a visitarla muy de vez en cuando, aparte ella se había mudado huyendo del amor, aquello era una amarga experiencia, siempre el primer amor duele, pero los recuerdos, los amargos recuerdos eran los que más le partían el alma.

Sin querer unas cuantas lagrimas brotaron de sus ojos, era cierto que ella debía buscar a alguien además de Nick y Andrew, ellos tienen sus propias vidas y no merecían ser opacadas con la suya, ellos no siempre estarían ahí y eso lo entendía, quizás ya era tiempo de cambiar aquella página en su vida que la tenía en un gran dilema.

Ya era tiempo de olvidar a Gerard...

...

– Tengo entendido que sabes hace tiempo viste a este sujeto ¿Qué te dijo? – Nick le había pedido aquella que charlaran, ella con mucho miedo accedió, era mejor charlar con algún animal que menearse entre la entrepierna de algún otro animal.

– Hace un par de semanas, él y un grupo de felinos grandes llegaron al establecimiento donde yo trabajo, es una pequeña tienda que vende relojes de madera, le pidieron dinero a cambio de protección al dueño, como el dueño es un viejo mapache, apenas le alcanza para pagarnos y cumplir con los gastos, uno de ellos lo tomo de la cabeza y lo lanzo contra un estante, dijo que si no le pagábamos ellos volverían con su jefe para destruir el lugar

– ¿y que hicieron?

– Nada, mi pobre jefe tuvo que empeñar algunas de sus cosas para juntar el dinero para pagarles

– ese día que lo encontraste ¿Por qué lo drogaste?

– pensé que, si lo hacía, podría robarle el dinero que le quito a mi jefe, por favor no me arreste oficial, estoy desesperada y no quiero vivir de este trabajo para toda mi vida

– tranquila, no te hare daño, solo contesta ¿Exactamente qué fue lo que te dijo?

– Dijo que fueron contratados por alguien que es un ciudadano modelo, que están protegidos por cierta parte de la policía, también dijo que tienen a alguien con un cargo muy alto

– típico... ¿te dijo si era alguien de la política?

– no, solo dijo que no lograrían encerrarlo

...

Patricia estaba esperando a Nick justo como le había pedido, ambos se verían en la entrada del subterráneo, por lo que había entendido, el lugar a donde irían sería al vertedero de la ciudad, por suerte llevaba el GPS activo, no confiaba del todo de su informante incluso creería que es una trampa.

Espero un par de minutos cuando Nick llego, tenía un semblante algo serio, lo cual preocupo enormemente a la chica, él nunca estaba serio al menos que algo malo estuviera pasando.

– ¿Nick?

– Timidosita llegaste, andando tenemos trabajo por hacer

En definitiva, algo le estaba ocultando el vulpino, en cuanto entraron Nick comenzó a darle instrucciones a la canida, ella escuchaba atentamente cada una de las palabras, debían tener cuidado de no levantar sospechas, entrarían al depósito y una vez localizado al coyote ambos procederían a llevarlo a la sala de interrogación, pero antes no debían cometer errores, un paso en falso y alertaría al sospechoso, con eso su única pista se iría de sus manos y todo su esfuerzo podría irse a la basura.

Tardaron un par de minutos en llegar a su destino, una vez estando ahí, debían caminar un tramo largo, en el camino ninguno de los dos había entablado una conversación, era algo incómodo para la chica, una vez en la entrada, ambos buscaban la parte lateral. Según su informante del lado izquierdo, estaría una apertura donde podrían entrar sin que alguien los viera, en cuanto la encontraron Nick y Patricia fueron muy cuidadosos al entrar.

Mucha chatarra era lo que veían, montañas de fierro era el panorama que había, ambos comenzaron a buscar las figuras hechas de aquellos escombros, pero al ser de noche sería un poco más complicado de encontrar, hasta que un ruido los alerto a ambos, Nick tomó a la chacal de las muñecas para esconderse en algún lugar.

Observaron como una vieja camioneta pasaba a un lado de ellos, trataron de seguirla seguramente era el animal que buscaban, llegaron hasta un lugar alejado, donde había partes de autos, ahí pudieron observar como una cebra bajaba algunas piezas metálicas, la mayoría eran placas y escapes.

– Deberíamos ir ¿no crees? – Patricia sonaba algo emocionada

– Aun no, si nos descubren podrían alertar a los demás, recuerda que están armados y no es el único animal en este mundo de chatarra, nos escabulliremos una vez que entre a la casa

Una vez que la cebra se adentró en aquella choza, ambos canidos corrieron hasta la parte posterior, no era lo que estaban buscando, pero quizás también tendría algo de información, un inmenso olor a llanta quemada invadió las fosas nasales de ambos, al parecer ese tipo usaba la chatarra para convertirla en esculturas.

– Pat, creo que sí es el tipo que estamos buscando

– ¿lo crees?

– observa, tiene muchas esculturas

– ¿Entonces que planeas?

– Necesitamos una carnada, tal vez Bogo no quiera darnos otro día libre, por lo que nos queda es venir en un día no laboral

– pero podríamos meternos en problemas

– No si le pedimos ayuda a alguien y afortunadamente yo conozco a quien, andando

– espera, debemos apuntar las placas de la camioneta

– ¿Cómo cuales quieres apuntar? ¿las que traía o las que acaba de cambiar? Por si no te diste cuenta, esa cebra acaba de cambiarles las placas

Patricia sintió mucha rabia, quizás la placa anterior podría ser alguna de las placas sospechosas, antes de que se diera cuenta, Nick se había acercado hasta la ventada de aquella vivienda, notando que el tipo tenía múltiples esculturas de diferentes tamaños, lo que más le llamó la atención, fue que cada uno de ellas eran hechas con placas viejas, el terrible olor era de pedazos de llanta que usaba para unir las piezas, justo cuando Nick estaba por retirarse una segunda cebra apareció.

– El jefe dice que te des prisa, esas piezas deben estar antes del mediodía de mañana

– lo estarían, pero últimamente no tengo quien me surta de piezas buenas

– entonces ve al deshuesadero y consigue más ¡piensa Roger! ¡piensa! Si estas cosas no están listas, no podremos cobrarle a Will Nada

– Nick... Nick – Patricia le hacía señas para que volviera, ya que se veían luces que se acercaban, sin más ella corrió hasta el lugar donde el vulpino

– silencio están hablando de Will

– Tenemos problemas

– tendremos problemas si no conseguimos un poco de información

– pero alguien viene

– Shhh espera solo un poco

– Sabes perfectamente que Will no está surtiendo chatarra, no hasta que él vuelva a surtir el mercado

– ¿ÉL? ¿Quién será?

– Nick

– Ahora no Patricia

– Pero debemos irnos, mira...

Patricia señalo a la entrada, había llegado una camioneta, de ella se bajaron dos impalas, quienes se estaban acercando hasta donde ellos estaban, ambos oficiales corrieron para esconderse de aquellos dos, una vez que los vieron entrar, Nick volvió a la ventana, realmente quería saber de quién estaban hablando, quizás la pista más grande estaba ahí, Patricia por lo tanto observaba desde lejos, tenía el presentimiento de que algo muy malo estaba por ocurrir, su corazón no dejaba de latir.

El vulpino rojo estaba espiando lo mejor que podía, vio como le arrojaban nuevas partes metálicas, eso era aún más extraño.

– El jefe te manda esto, quiere 10 piezas para mañana o si no tu pequeño taller y tú explotaran

– ¿se ha vuelto loco? No puedo hacerle 10 nuevas placas para mañana

– sabes que el jefe no es muy paciente, sabes que es muy claro en eso, si tú no lo haces, tenemos ordenes de hacer que tu miserable vida sea aún más miserable, tú decides Roger

Después de eso Nick observó cómo era golpeado aquel equino, sintió pena por él, por desgracia, él no podría entrar y arrestarlos, debía seguir investigando al fondo, al parecer había alguien que podría ser la clave para la investigación y debía mantener un perfil bajo, gateo hasta el escondite de su compañera, investigarían cuando ellos no estuvieran, puede que un cateo sorpresa era una alternativa para tener bases sólidas para un interrogatorio.

– Volveremos a casa timidosita, por ahora es todo

– Pero no encontramos nada

– Tal vez tú no, pero, escuche que Will les surte en cuanto chatarra, quizás es responsable de que el auto de aquella armilla fuera usado para las fechorías, además ¿Por qué otra razón le cambiaria las placas a los autos? Puede que ellos estén más involucrados de lo que crees

Ambos escucharon como los dos impalas salían de aquella casa, por lo que se adentraron más en el escondite temporal, era crucial que ambos no fueran descubiertos, estaban sobre algo grande, de eso estaba seguro Nick.

En cuanto se fueron, ambos salieron del escondite, trataron de no hacer ningún ruido, corrieron hasta la entrada de aquel basurero de chatarra, sin embargo, algo llamo la atención de Patricia. Al doblar la esquina, escucho voces, era una voz familiar, se tapó la boca para no gritar del susto, esa horrible voz la había escuchado en algún lado, sin embargo, no lograba recordar en donde fue, se escondió en un montón de escombros de lo que antes parecía ser un viejo motor de auto para elefante.

– Ese idiota de Will te está dando partes defectuosas

– Lo sé, pero ¿Qué quieres que haga? ¿Qué siga robando más autos caros?

¡Bingo! Esa era una parte clave, sin embargo, no podría actuar por ella misma, ahora estaba sola, aunque activara su ubicación, sabía de antemano que sus compañeros tardarían en llegar, lo único que podría hacer era por el momento era ver y callar, siguió escuchando más a fondo, uso la grabadora de su teléfono, ya que era lo único que traía consigo, escucharía la cinta con Nick.

– no podremos arriesgarnos a seguir usando aquel almacén

– ¿Y que propones? ¿Usar un campo abierto? ¿conseguir un edificio en pleno centro? ¡usas las neuronas! El hecho de que estemos protegidos por ese viejo no significa que lo estaremos de por vida, ni mucho menos protegidos ante la policía.

A lo lejos se escuchó un ruido, no estaban solos, quizás había mas animales en la zona, justo cuando Patricia busco con la mirada para ver si seguían ahí, se percató de que ambos ya no estaban. Sus sentidos se pusieron alerta, ya que escucho pasos que iban hacia ella, trato de esconderse, pero no había muchas opciones, solo esperaba el momento para aturdir a su contrincante.

Mientras tanto, el vulpino rojo, iba analizando todo lo descubierto esta noche, realmente tenían aún más pistas, poco a poco aquel enredo se estaba aclarando, sin embargo, era difícil saber a ciencia a cierta quien es el responsable de aquellos actos, fue entonces que se dio cuenta de que estaba solo, observo que su compañera no estaba. Regreso al lugar para buscarla, era muy fácil perderse en aquel mar de chatarra, escucho un ruido cerca, eran voces, debía ir con cuidado, sin embargo, por error movió un par de cosas con la cola, lo que provocó que cayeran un par de rondanas metálicas.

Escuchó pisadas viniendo a su dirección, maldijo un poco, con cautela fue hasta un montículo, observo como un par de animales de gran tamaño pasaban a lado suyo, imploraba por qué no lo hubieran visto, cuando se fueron de largo, Nick comenzó a buscar a la chica, estaba seguro de que no estaría tan lejos, aunque temía de que ella hubiera sido descubierta, por primera vez se sentía bastante asustado, en estos lugares había muchos malandrines que podrían poner en riesgo a cualquiera que se les cruzara, podrían hacerle cosas inimaginables.

Siguió buscando hasta que finalmente dio con la figura de su compañera, rogaba por que fuera ella y no alguno de aquellos tipos.

– ¿Timidosita? – antes de que la chica pudiera gritar, Nick le tapo la boca, no quería que llamara la atención de nadie – tranquila, soy Nick, anda, debemos irnos

Salieron corriendo, trataban de seguir el camino, perdiéndose más de una vez, fue hasta el cuarto intento que ambos lograron salir de aquel laberinto lleno de metales, en su transcurso al subterráneo, Nick se dio cuenta de que ya eran las 11 de la noche, mañana tendrían que madrugar, hoy no descansarían por lo visto. Pero al menos consiguieron suficiente información.

– Mañana en cuanto lleguemos, armaremos un poco de esto, hoy no solo tengo información sobre el caso de los asaltos

– ¿a qué te refieres?

– ¿recuerdas al tigre de la otra vez en el restaurant?

– sí, lo recuerdo, al igual que recuerdo que tu amigo dijo que no nos metiéramos con él.

– mañana te digo que fue lo que encontré por ahí, Bogo nos dará un jugoso aumento

– Nick, yo igual encontré algo

– ¿ah sí?

– si, pero no creo que sea seguro que descubran que somos, lo que somos

– en eso tienes razón, hay muchos oídos en todos lados... Timidosita, descansa, estoy seguro de que mañana será un largo y buen día.

Justo cuando iba a bajar, Nick la detuvo, argumentando que la llevaría a su hogar, era muy tarde para que ella anduviera sola por la ciudad, realmente apreciaba mucho a Patricia como para permitir que ella peligrara en las calles nocturnas.

– Insisto en que deberías dejarme ir

­– no, tengo mi carro cerca de la siguiente estación

– pero crei que tu auto estaba en tu casa

– ¿verdad que soy muy buen mentiroso? A veces creo que deberían darme un premio

Ambos bajaron, el vulpino la llevo hasta su automóvil, después de eso la condujo hasta su hogar, ella poco a poco se quedaba dormida, realmente estos días eran agotadores.

– Hey, timidosita, ya casi llegamos ¿Por qué no me cuentas algo?

– ¿algo? – su voz adormilada se podía escuchar – ¿Cómo que quieres que te cuente?

– No sé, algo de tú vida... algo de tú pasado, tú decide

– cuando era niña – se escuchó un largo y fuerte bostezo – soñaba con tener una granja de hormigas

– qué curioso, yo siempre quise tener una tarántula, después me dio algo de pavor

– ¿Tú soñabas con algo cuando eras niño?

– Si... quería pertenecer a los scouts, pero esa es una historia para otro día... por cierto, ya casi llegamos ¿te he dicho que vives en un barrio feo?

– Ajam... como unas 10 veces

– y con esta sería la onceava vez, tienes buena memoria... bueno llegamos, sal con cuidado y no te quedes dormida a mitad del camino

– descansa Wilde

– Nunca me llamas por mi apellido, suena tierno bueno timidosita descansa

Luego de que la vio entrar Nick arrancó rumbo a su casa, en el camino estaba escuchando la música suave de blues, era uno de sus gustos culposos, lo relajaba de cierta forma, aunque era peligroso en cierta medida, por que podría quedarse dormido mientras conducía. Fue entonces que una canción de tono triste comenzó a escucharse, aunque era blues, se podría sentir la tristeza en cada nota, su ritmo era una melancolía suave, aquella que te dan ganas de llorar cuando te rompen el corazón.

– ¿así que quieres seguir intentando algo en donde no lo hay? – se dijo a si mismo al seguir escuchando aquella canción, aunque últimamente estaba evitando a Judy por cuestiones laborales, sabía que no podría con el hecho de hacerlo toda la vida ¿Qué tal si ella no estaba interesada en él después de todo? Debería dejar de seguir una luz que nunca vendrá.

– No es tiempo de pensar en ello Wilde, concéntrate, tienes dos casos importes y un jugoso aumento

Tras un largo recorrido, por fin pudo visualizar la calle en donde vivía, estaciono su carro a fuera, en cuanto llegó a su casa, hizo hasta lo imposible por meterse a su cama lo más rápido posible, mañana sería un nuevo día, y estaba seguro de que pronto las cosas tomarían un buen rumbo.

...

Un nuevo día comenzaba en aquella imponente ciudad, el ajetreo matutino estaba comenzando, el movimiento en las calles poco a poco iba tomando su ritmo habitual, Patricia iba corriendo por la avenida se le había hecho tarde, solo esperaba que Bogo no la mandara a descansar, en cuanto llego a la estación de policías, comenzó a aumentar su velocidad, estaba a nada de obtener una reprimenda por parte del búfalo si no estaba en menos de cinco minutos en su oficina, justo cuando entro sin querer choco con Budua, el licaón estaba a nada de reprocharle, pero al ver a la chica, este decidió ayudar a la chica a levantarse, ella simplemente agradeció para irse nuevamente corriendo.

En cuanto llego al checador, se dio cuenta de que su hora de llegada ya estaba registrada, eso le causo un poco de alivio, se fue a la oficina de Nick, entró con cuidado, ahí estaba el vulpino, tenía dos vasos con café en aquel escritorio, notó que había varias hojas en las cuales estaban escritas algunas calles y algunos bares.

– Buenos días miss timidosita, dime ¿Qué tal el cansancio?

– Hola Nick... ¿Qué se supone que estás haciendo?

El vulpino sonrió, tomo uno de los vasos para entregárselo a la chica, ella agradeció de inmediato, en cuanto lo probó, el sabor amargo invadió su paladar, estaba cargado aparte no tenía azúcar.

– El día de ayer me tomé la libertad de juntar información por mi cuenta ¿recuerdas al tigre que atrapamos, cierto? Bueno, Él y otros dos animales más comenzaron a difundir el rumor de que ahora ellos son dueños de las calles, van a negocios pequeños donde trabajan animales pequeños, los amenazan para después piden dinero a cambio de protección.

– ¿Y cómo sabes eso?

Ante aquello, Nick trago saliva, no quería decirle la verdad a Patricia, ella no estaba enterada de su oscuro pasado, pasado que solo tenían conocimiento Judi y unos cuantos más.

– Veras, tengo algunos ojos y oídos por ahí, pero eso no importa, lo importante es que debemos interrogar al tigre, ya que él puede decirnos para quien trabaja.

– ¿crees que va a soltar la lengua tan fácilmente?

– no, pero creo que Wilbur podrá ayudarnos

– ¿Wilbur? ¿Hablas del oso enfermero?

– Es muy bueno en esto, a veces me pregunto el por qué no estudió criminología

– Pero ¿cómo nos a ayudar?

– Déjamelo a mí, andando pequeña debemos ir por el oso

– ¿y que hay del caso de los robos?

– Tranquila este parece ser menos complejo, solo necesitamos ablandar un poco al tigre para tener información y después emprender el caso de los asaltos

– ¿Estás seguro de esto?

– Oh Pat, parece que hoy amaneciste muy preguntona

Ambos salieron rumbo a la enfermería, donde un oso Grizzli estaba atendiendo a un oficial lince, estaba terminando de vendarle la muñeca al felino, al ver a Nick su semblante alegre cambio a uno bastante enojado.

– Lo que sea que estés planeando no va a funcionar Wilde

– por favor Walter ¿podrías ayudarnos esta vez?

– ¿Por qué crees que voy a ayudarte?

– Sabes que te conviene

– Eso dijiste la vez pasada sobre unos demonios de Tasmania que resultaron ser inocentes ¿Qué tal la familia de ocelotes? Pensaron que eran traficantes cuando lo único que hacían era crear piezas labradas en cristal y ni hablar de la pareja de leonas que solamente criaban gallinas en su apartamento, dime Nick ¿Por qué debo ayudarte esta vez?

– pues porque esta vez no harás el favor para mí, si no para ella específicamente

El aquel animal solamente rodo los ojos, observo a Patricia, para luego ver a Nick.

– De acuerdo, pero antes infórmame de la situación

– Excelente, voy a traer los papeles, tu espera aquí, mientras tanto, Patricia te dará un pequeño resumen

– Pero yo no sé muy bien que descubriste... chispas

– ¿eres nueva? ¿cierto?

En un abrir y cerrar de ojos Nick había llegado a su oficina, en el transcurso vio a lo lejos a Judy, estaba llegando con varios documentos, seguramente le estaba yendo bien con su caso, fue corriendo hasta el lugar donde estaba su compañera y el oso. En cuanto entro al consultorio, le dejo un poco de lo que investigo aquel vulpino la noche anterior.

– Déjame ver si entendí... arrestaron a un tigre que aterroriza a muchos comerciantes

– eso parece – dijo la chica algo apenada

– pero nadie de los que están afectados quieren venir a hablar y cooperar

– Solo uno quiso cooperar, pero necesitamos que nos ayudes

– Es arriesgado Wilde

– lo se Walter, lo sé, pero tengo testigos que podrían ayudarnos, sin embargo, si el gatito sale podría arruinarnos digo arruinar a los propietarios

– veré que puedo hacer ¿Bogo sabe sobre esto?

– Ese es el punto, aún no está al tanto

– ERES ZORRO MUERTO

– Calma, en cuanto pueda le diré todo al gruñón

– Más vale que lo hagas Nick, no quiero tener que recurrir a mi tío para conservar mi trabajo, los ayudare, pero con la condición de que Bogo este enterado

– Y lo estará, esta tarde vendrá a testificar una chica

– Si verdaderamente es algo de cual debemos preocuparnos, deberían darle protección a la chica, muchos criminales matan a sangre fría a las hembras

– Tranquilo, ella estará a salvo

Ambos oficiales salieron de la enfermería, debían volver para empezar a armar las carpetas de investigación, en el camino observaron que había mucho movimiento esa mañana, sería un día caótico.

– ¿es verdad que vendrá alguien a testificar?

– Más le vale, esa chica tiene mucha información

– ¿y como la encontraste?

– Conozco a muchos animales y muchos de ellos me deben favores, así que pongámoslo de esta forma

...

Las horas pasaban de manera desmesurada para ambos canidos, ambos estaban armando las carpetas, dentro de poco tiempo, debían entregarle algo a Bogo, Nick sabía que, si algo salía mal, Bogo los recriminaría por perder el tiempo, fue hasta que el sonido de uno de las radios captó la atención de ambos.

– ¿Hola? – La suave voz de la chica se escuchó de repente – ¿Benjamín? Habla Carrión... déjame comentárselo a Nick, llego la testigo

– ¡SABIA QUE NO ME IBA A DEFRAUDAR! Bien dile a Ben que la pase a la sala número 5, iré por Bogo y tú por Nesti, nos vemos en ahí

Salió corriendo rumbo a la oficina de Bogo, en el camino iba planeando lo que iba a decir, en cuanto llegó toco la puerta de su jefe

– Pase

– jefe Bogo, que bueno que está aquí

– ¿Qué quieres Wilde?

– recuerda el caso del tigre?

– ¿te refieres al tigre que electrocutaron?

– Ese justamente ¿puede venir un momento a la sala de interrogación?

Dejo los papeles que está revisando, junto con Nick salió rumbo a dicha sala de interrogación, Patricia y Nesti ya estaban en la sala, Bogo se sorprendió al ver que estaba lista para una interrogación, había documentos, algunas fotografías, pero sobre todo un mapa de investigación.

– ¿Ustedes lo hicieron?

– Claro, lástima que nos llevó todo el día hacerlo, pero ¡Hey! valdrá la pena lo que escuchara – dijo el vulpino cuya felicidad no cabía en su cuerpo.

Del otro lado de la sala, todo estaba perfectamente acomodado, había un par de sillones cómodos al igual que dos botellas de agua, la cierva enana estaba sentada en medio, las cámaras estaban en un buen ángulo para grabar la conversación.

– Buenas tardes señorita, soy la agente Anisha y cuéntame ¿Qué es lo que tienes que decir? – Dijo entrando una ocelote, cuyo traje estaba constituido por una falda y un saco – Vamos, ponte cómoda

– Bueno... vengo a testificar sobre un asunto... es sobre un tigre

– Adelante, soy toda oídos

Nick prendió la grabadora y Patricia estaba lista para escribir algunos detalles, en cuanto ella comenzó a hablar, Bogo de poco en poco comenzó a percatarse de que se trataba de algo de suma delicadeza, Nesti: quien estaba en una esquina también sintió curiosidad por el caso.

Así siguieron por una hora, salvo pequeños detalles que la chica omitió, pero todo estaba yendo bien ante la declaración.

– ¿Estarías dispuesta a testificar en la corte?

– Yo... creo que no, no me gustaría que alguno de ellos me identificaras

– ¡Diablos!

– ¡Cállate Wilde!

– ¿Qué fue eso?

– probablemente alguno de los oficiales se golpeó, pero eso fue en el pasillo ¿Estas cómoda? ¿Segura que no tienes sed?

– Estoy bien gracias

Tras algunos minutos más ambas hembras se despidieron, la cierva enana salió lo más rápido posible, cubriéndose el rostro con una mascada, desde que conoció al tigre, su paranoia estaba al límite, en la sala de interrogatorio, Nick y Patricia esperaban alguna palabra del búfalo.

– Carrion, Wilde, tienen que seguir investigando sobre el caso de los asaltos a los principales bancos de la región

– ¿Qué hay sobre este caso? Esta casi resuelto

– Exacto Wilde, haremos hablar al felino y resolveremos el caso con otros agentes

– ¡¿Qué?! Nick trabajo muy duro para este caso, no puede hacerle eso

– Trabajo mientras estaba investigando el otro, tienen suerte de se les hará una mención honorifica

– ¡NO ES JUSTO BOGO!

– La vida no es justa, Nick, ahora necesito un informe de lo que tienen del caso real, el que se les fue asignado en primer lugar, si no está en una hora, volverán a parquímetros ¿entendieron?

...

– Y así fue como Patricia y yo terminamos el día

– Vaya Nick, tú jefe sí que es molesto

Por órdenes de Bogo, Nick tenía que ir a ver cómo iba la reparación de la patrulla, ambos se encontraban en el taller de la vulpina albina, estaban sentados nuevamente en la banca, tenían bebidas calientes, ya que el clima frio comenzaba a bajar a esas horas de la noche.

– y eso que solo lo conoces por ese inconveniente – él solo dio un sorbo a su bebida caliente

– ¿y encontraste algo sobre Will?

– Muy poco, de hecho, quería pedir tú ayuda

– ¿Mi ayuda? – lo observó de manera extraña

– Eres la única que conozco que sabes sobre carros, tengo una corazonada de saber dónde se encuentra, pero para ello tendremos que ir con alguien que sepa de autos, yo no tengo ni idea de lo que allá en los motores, pero tu si ¿no?

– ¿Esa es tú idea de una cita romántica?

Nick casi se atraganta con dicho liquido caliente – ¿Disculpa? – el zorro rojo observo con una ceja enarcada

– Perdonado... bueno, tengo poco tiempo libre, por lo que sería cuestión que me digas bien el día y la hora – respondió la albina sin ninguna pena alguna

– una semana quizás

– trata de darme un día y con gusto iré contigo

– lo haré en cuanto yo igual tenga un día

– ¿podría ser un fin de semana? – la voz sonaba tranquila y bastante animada

– ¿Tan ansiosa estas por verme?

– ¿Yo? Eres tú quien quiere una cita

Ambos animales simplemente comenzaron a reírse, hasta que ambos se vieron fijamente, el verde se perdía ante aquella mirada azul, Nick desvió la mirada, aquello se sintió extraño.

– Creo que debo irme

– ¿Tan pronto? – preguntó casi al instante la chica

– ¿pronto? Jovencita son casi las 9:30 de la noche, me temo que mañana mi esplendido jefe desea que llegue temprano con el reporte de la patrulla

– bueno, si ese es el caso, está bien, dile al gruñón de tu jefe que estará lista en 10 días, yo personalmente voy a ir a dejarla a la estación.

– te lo agradezco, bueno debo irme

Los dos vulpinos se fueron rumbo a la entrada, era una suerte de que cierto equino no estaba para fastidiarle la vida a la hembra, Nick se despidió con un beso en la mejilla, cosa que sorprendió a Skye, ella por su parte observaba como se iba aquel zorro rojo, por primera vez sintió algo extraño: se sintió como una escolar enamorada.

Negó con su cabeza, eran puras imaginaciones suyas, no tenía tiempo de tratar con el amor nuevamente, cerro su taller y se dirigió al interior de su casa, quería dormir un poco.

Un nuevo día comenzaba en Zootopia, las calles nunca estuvieron más agitadas, reporteros y camarógrafos se dirigían al centro de la ciudad, justo donde estaba la ZPD, ese día seria uno ajetreado, Patricia iba recién entrando a la estación, no entendía nada, fue hasta que vio a Budua y a Judy en el centro, la prensa estaba tan alborotada que apenas lograba escuchar sus propios pensamientos.

– ¡Timidosita por aquí! – El zorro la estaba llamando en una de las esquinas de la comisaria, ella a duras penas llego hasta donde estaba el vulpino – Vaya espectáculo ¿no?

– Eso parece ¿Qué ha pasado?

– ¿acaso no viste las noticias? – preguntó Delgato al ver a la chica – debes estar bromeando

– Atraparon a los ladrones de la hiena carmesí, esta mañana encontraron el escondite de aquellos ladrones – ahora se había unido Ben a la conversación.

– ¿En serio? – pregunto incrédula

– Si, mira están son las fotografías de los ladrones

El felino le mostró una tableta electrónica donde estaban dichas fotos, dos de ellos eran gatos servales, un mapache y al llegar a la última Patricia sentía que le faltaba el aire, sin querer soltó aquel aparato para después agarrarse la cabeza con ambas, lanzar un grito agudo, Nick y Ben trataban de hacer reaccionar a la chica, sin embargo, ella apenas lograba visualizarlos ya que su visión se estaba nublando, Patricia había observado que uno de los criminales era su hermano haciendo que ella tuviera una reacción de histeria.

Continuara...

¡Hola a todos y a todas! Aquí subiendo este capitulo que bueno, me esta costando algo de trabajo, la razón por la cual lo estoy subiendo hasta ahora es por que no me gusto como quedó a la primera, esta es la quinta vez que lo edito y reescribo, por que poco en poco se van atando algunos cabos, de hecho, si se explicara más adelante sobre como dio Judy con los criminales, poco a poco vamos viendo interacción entre esos dos zorros, tengan paciencia por que se nos viene algo grande.

Gracias por seguir leyendo de verdad se los aprecio bastante, espero no demoremos mi compa y yo en cuanto las actualizaciones, ya que no solo se trata de Nick, Skye, Patricia y Judy, también las subtramas y demás están ahí por algo... Todo esta fríamente calculado.

Sin más que decir, la sangheili escritora se retira.

See you later!

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