El sonido de la música de violin mezclada con el de las copas tintineo entre ellas nublaba los sentidos de (Tn), quien se encontraba sentada en una de las sillas frente a una mesa repleta de manjares. Desde dulces importados de Francia a tentempiés provenientes de países asiáticos.

Sin duda aquella era una cena increíblemente lujosa y costosa.

Una cena propia de alguien con gran poder económico.

Alguien que no quiso reparar en gastos para aquel evento.

Shanks - Llevas días ausente. -le dijo sentándose a su lado. - Desde aquella conversación con padre.

La pequeña se quedó mirando la mesa sin decir nada.

Shanks- Hasta Sabo se preocupó... anímate hermanita. - le dijo acercándole un plato de dulces. - Te quedan diez años para huir. -le dijo bromeando.

Ella lo miró y sonrió un poco.

Niji - El chocolate es mejor. -dijo poniéndose al otro lado de ella y acercándole una bandeja con bombones. - Son de una prestigiosa pastelería de París.

Shanks - Cómetelos tú.

Niji lo ignoró volvió a empujar la bandeja hacia la niña, quien alzó su mirada hacia él.

Niji - No me mires así. - le dijo. - Pruébalos.

(Tn) - No tengo ganas.

Niji - Come.

(Tn) - He dicho que no. -dijo más seria.

Niji se inclinó acercando su rostro al suyo poniendo en alerta a su hermano.

Niji - He dicho que comas.

La niña frunció el ceño y él tomó un bombón y se lo puso delante de los labios.

Niji - Abre... he dicho que abras. -insistió.

Shanks - Oye niño de mi...

(Tn) - Shanks... -susurró.

Su hermano apretó sus labios conteniéndose y la pequeña tomó otro bombón ignorando el que Niji le ofrecía.

Se lo metió en la boca y Niji de incorporó sonriendo satisfecho.

Niji - Te gustó.

(Tn).- No.

Niji - Abriste un poco los ojos al saborearlo. - señaló. - Te gustó.

(Tn) - Me gusta todo lo que no tenga que ver contigo.

Niji - Esos bombones tienen que ver conmigo.

(Tn) - Lo dudo.

Niji - Fui yo quien los solicitó a padre. -sonrió. - Es mi pastelería favorito.

La pequeña lo miró enojada.

Niji - ¿Viste? -dijo desafiante. - Hacerte guardar silencio será mi nuevo pasatiempo favorito.

La niña se levantó sorprendiendo a ambos y se acercó al peliazul.

(Tn) - Escucha Vinsmoke. -le dijo con tono áspero. - No me gusta tu compañía ni tu forma de ser, deja de molestarme. -concluyó caminando hacia la salida enojada.

Niji rió divertido por aquello y comenzó a seguirla fuera del gran salón.

- Shanks. - dijo su padre al ver como iba a seguirlos. - Ven un momento.

Shanks chasqueó la lengua y de acercó al mayor sintiendo preocupación por su hermana.

Niji - Estás yendo sin saber donde. - le dijo sonriendo. - Te vas a perder.

(Tn) - Cállate.

Niji - Por ahí no es. - caturreó. - Uuh por ahí tampoco.

(Tn) - ¡Deja de hablar!.

Niji - Que carácter tiene la pequeña de los (Ta). -añadió sin borrar su sonrisa burlona.

(Tn) - Eres un idiota.

Niji - ¿Y qué más?.

(Tn) - Y un payaso.

Niji - Vaya... ¿Qué más?

Lo miró confusa por aquel comportamiento.

(Tn) - ¿Te golpeaste la cabeza?.

Niji - Varias veces. -rió.

Ella negó y siguió caminando pero Niji la detuvo sujetándole el brazo.

(Tn) - ¿Qué haces?.

Niji - Ven, quiero enseñarte un sitio. -dijo tirando de ella.

(Tn) - ¡Suéltame!.

Niji sonrió y sin soltarla caminó por los largos pasillos oyendo como ella se quejaba y trataba de librarse de su agarre.

La soltó y abrió una de la gran doble puerta que había al final de aquel inmenso pasillo.

Niji - Es aquí.

La niña frunció el ceño desconfiada sin moverse.

Niji - Entra.

No se movió.

Niji - Oh vamos, no voy a hacerte nada.

La pequeña caminó con paso lento y desconfiado entrando en aquel lugar sin dejar de observar de mala manera al peliazul.

Una mirada que se transformó en una de asombro y contemplación al ver aquel lugar.

Un gesto que provocó que el niño sonriera satisfecho.

(Tn) - Esto...

Niji - Oí que te gusta leer. - dijo dando unos pasos al interior de aquel lugar. - Bienvenida a la gran biblioteca Vinsmoke. Un lugar de tres pisos y con más de cincuenta mil libros... creo que hay más, aunque no leí ni dos. - confesó.

(Tn) - Wow... hasta chimenea... -señaló.

Niji - Ven. - dijo caminando hacia las escaleras que llevaban al segundo piso de aquel inmenso lugar. - También oí que te gustan los pájaros.

(Tn) - Imagino que mi padre te lo dijo...

Niji - Puede. -respondió. - Aunque muchas veces te vi leer cuando visitaba vuestra mansión. -dijo mirándola. - Recuerdo cuando éramos más pequeños y te escondías en tu biblioteca para no vernos.

(Tn) - Aún me sigo escondiendo.

Niji alzó su ceja sin dejar de sonreír. - Aquí. -anunció deteniéndose en una de los estantes repletos de libros. - Este.

La pequeña vio como sacaba un libro y se lo daba.

(Tn) - El ingenio de los pájaros... -leyó sin tomarlo. - Escrito por Jennifer Ackerman...

Niji - Es una divulgadora científica que ha escrito múltiples estudios de las aves.  -Tómalo.

La pequeña tomó aquel libro entre sus manos y leyó la sinopsis bajo la atenta mirada del niño.

(Tn) - Habla de la inteligencia de los pájaros... y narra los hallazgos que descubrió viajando por el mundo. -dijo sin poder guardar su emoción.

Niji - Te lo regalo.

(Tn) - ¿Qué...?

Niji - Para ti. -dijo desinteresado. - A nadie en esta casa le interesa ese libro, está tan nuevo a cuando se compró. -se giró de nuevo al estante y buscó algo más. - También hay escritos de Francis Willughby...

(Tn) - El padre de la ornirología...

Niji - Así es. -dijo sacando una carpetita negra con dibujos y anotaciones escritas en ellas. - Esto no sé que es pero pone su nombre, toma.

La pequeña lo tomó y observó aquello con expectación.

Niji - ¿Sigues diciendo que todo lo que tenga que ver conmigo lo odias?.

(Tn) - No te gustan los pájaros.

Niji - Pero es mi biblioteca.

La niña alzó su nariz mirándolo.

Niji - Una disculpa.

(Tn) - Mmm... te perdono por ahora.

Niji - ¡Tú a mi! -exclamó. - ¡La disculpa de ti para mi!

(Tn) - No.

Niji - Oye me pones las cosas demasiado complicadas. -dijo tomándola del brazo.

(Tn) - Si no fueras tan idiota no sería complicado.

Niji - Claro, porque como no soy Sabo es complicado.

La pequeña lo miró en silencio.

Niji - Es verdad, ¿no?. -se quejó. - Siempre estás pegada a él.

(Tn) - Es mi amigo.

Niji - Yo trato de acercarme y no me dejas.

(Tn) - Por qué se él motivo por el cual ño haces, no soy tonta.

Niji - ¿Y crees que es plato de buen gusto para mi? -recriminó. - Si por mi fuera te irías ahora mismo de mi mansión.

(Tn) - Encantada lo haría.

Niji - Bien, pues largo.

La pequeña se separó y le sacó la lengua.

Niji - Los libros son tuyos.

(Tn) - Al fin hizo algo bueno el payaso azul.

Niji - Al fin acepta algo mio la niña estúpida.

(Tn) alzó su mentón y se giró rumbo a la salida con su nuevo libro y su nueva carpetita.

Niji - Se dice gracias.

(Tn) - No las mereces, me estoy cobrando favores.

Niji suspiró y la siguió en silencio hasta el lugar donde estaban los demás.

Y por primera vez, la noche transcurrió cordial entre ambos.

Al día siguiente la pequeña se encontraba sentada en la casa de los pájaros con el libro que Niji le dio. Lo tenía abierto en su regazo leyendo atentamente hasta que escuchó a alguien acercarse.

Sabo - Hola. -sonrió.

(Tn) - Hola, Sabo. -saludó devolviendo la sonrisa.

Sabo - ¿Qué lees?. -dijo mirando el libro sentándose a su lado.

(Tn) - Un nuevo libro de aves. -dijo mostrándoselo.

Sabo - Oh... -musitó señalando el sello de su contraportada. - Es edición limitada y especial... tuvo que ser difícil conseguirlo.

(Tn) - Me lo regaló Niji ayer.

Sabo abrió los ojos ante esa confesión y la miró.

Sabo - ¿Niji...?

(Tn) - Si... creo que es una de las pocas cosas buenas que ha hecho por mi.

Sabo - Si... ya veo... -susurró mirando el libro.

Comenzando a sentir dentro de su pecho una sensación nueva para él.

Una sensación de opresión en su interior que provocaba que unos nervios se comenzaran a mover en su abdomen.

(Tn) - ¿Quieres leer conmigo?. - preguntó con una sonrisa.

El pequeño asintió acercándose más a ella y observó el libro comenzando a leer, pero su mente estaba en otra parte.

Miró a (Tn) a su lado con cuidado y sintió que mas allá de irse aquella extraña sensación, se intensificó al tenerla allí tan cerca.

Apretó sus labios confundido y comenzó a leer tratando de ignorar aquello.