27 - Memoria perdida
- ¿Considera apropiado retomar esto después de tanto tiempo? - cuestionó en tono bajo un hombre corpulento.
La mirada del joven se deslizó lentamente dejando de observar lo que la gran pantalla de su ordenador le ofrecía para poder observar a su amigo. Dedicándole una mirada que provocó que este se arrepintiera al segundo de cuestionar las acciones de este.
- Disculpa. - se apresuró a responder antes de que el otro pudiese recriminarle.
Sabo - No tienes que disculparte, no es algo común en mi de hacer. -dijo en tono tranquilo.
- Lo había dejado por un tiempo, pensé que ya dejó de interesarse por la joven (Ta).
Sabo - Pensé que no valía la pena dedicar energía a este caso. -trató de explicarle a su compañero con un tono que parecía estar intentando justificarse de sus acciones. - Pensé que... era una estupidez...
- ¿Ha descubierto algo de la joven?. -preguntó con curiosidad.
Sabo asintió levemente con la cabeza observando la pantalla.
Sabo - Me proporcionaron sus redes sociales y el acceso a ellas, ya que las tiene privadas. -respondió. - Pero no tiene nada de interés.
Aquel hombre pecó de curioso y, sin poder evitarlo, se posicionó a su lado y miró la pantalla del ordenador del rubio. En ella se podía ver la cuenta de la joven, la cual tenía una foto de perfil ajena a ella y un nombre muy alejado al suyo. Tenía menos de cincuenta seguidores, haciéndose más claro que únicamente la tenía para y por sus amigos y familiares más cercanos. La cifra más alta era el número de fotos que tenía publicadas.
Observó esas imágenes, era obvio que aquella cuenta pertenecía a (Ta), sus fotos desarregladas, al azar y de escenas cotidianas del día a día parecía más de una joven de a pie que de alguien noble presumiendo de fama, belleza y lujos.
- Parece simpática.
Sabo - Parece amargada. -corrigió.
El hombre miró a su compañero por aquel apunte.
Sabo - Se nota en sus ojos que no es feliz, una desgraciada teniéndolo todo.
Continuó bajando unas pocas publicaciones más, hasta que la puerta de aquel despacho se abrió sacándolo de sus pensamientos.
- Sabo. - dijo el hombre corpulento que acababa de entrar a la estancia. - Dragon solicita verle de urgencia.
El rubio suspiró un poco asintiendo y apagó la pantalla de su ordenador.
Mientras tanto...
Los ojos de la joven observaban en silencio su agenda, la cual estaba llena de anotaciones de diversos códigos de colores, tachones y pequeños post it con notas por el limitado espacio. Una agenda tan caótica que le daba estrés de ver a su hermano mayor, recordándole cada vez que observaba aquel caos sobre la existencia de las agendas digitales.
Suspiró ligeramente y miró el reloj en su móvil sintiendo pesadez.
Aquella tarde se estaba haciendo eterna, parecía que el tiempo no pasaba.
Cerró un poco sus ojos tratando de encontrar algo de calma.
Trató de cerrar los ojos intentando olvidar, aunque sea por un momento, de la cantidad de trabajo que tenia que hacer. No solo aquella caótica agenda le recordaba todas las citas y reuniones a las que debía asistir, e informes que debía de leer y entregar, si. no que ahora también debía llevar cuidadosamente la agenda de César. Una tarea que su hermano le asignó para poder así ir siguiendo los movimientos del científico.
Se sentía cansada.
La vibración de su celular sobre la mesa la sacó de sus pensamientos.
Tomó aquel dispositivo y sintió una cálida sensación expandirse por su pecho al leer el nombre de la persona que le escribió junto al mensaje en si.
Nuevo mensaje
Niji Vinsmoke: ¿Quieres ir a cenar esta noche conmigo?.
Horas más tarde, la noche cayó sobre aquella ciudad y con ella, la finalización de la larga reunión que tuvo el equipo de Dragón con él. Una reunión que detallaba su próxima misión, un objetivo para ellos tan urgente que se antepuso por delante de las otras misiones previstas para las próximas fechas.
"Confio en ti, Sabo."
Le dijo al rubio. Unas palabras que resonaron en su mente durante todo el trayecto a su habitación.
Se sentía abatido de todo el día lleno de trabajo, por lo que decidió tomarse una ducha y tumbarse en su amplia cama con la idea de descansar un poco, y eso es lo que haría de no ser que trajo su portátil con él.
Abrió aquel aparato y lo primero que vio fue la navegación que hizo antes de irse a la reunión.
Lo primero que vio fue el rostro de (Tn) en una foto en su mansión. La joven parecía distraída mientras leía un libro, su expresión tranquila y relajada mientras leía quedaba muy atrás de la expresión que tenía la persona que tomaba la foto, quien aparecía casi en la zona inferior de esta asomando el rostro mal iluminado mientras sonreía ampliamente.
Su hermano mayor.
Quitó la foto y comenzó a bajar observando aquellas publicaciones pudiendo ver un poco mejor la esencia de la joven (Ta) retratada en cada imagen.
No podía negar lo evidente, la joven era hermosa, sus ojos y su sonrisa provocaban que te quedases observándola apreciando aquella suave belleza. Fue entonces cuando entendió los rumores y las habladurías de la gente de su ambiente respecto a (Tn), su belleza y su resplandeciente soltería, como no, acompañado por el brillo de su gran posición social y económica.
Tomó un poco de aire y continuó bajando sintiéndose cada vez mas aprisionado por aquellas imágenes.
Sabo - ¿Qué es lo que me llama de ti...? - susurró abriendo distintas imágenes. - ¿Qué es lo que me resulta tan familiar...?
Su respiración comenzó a entrecortarse, a volverse cada vez más pesada la entrada de aire a sus pulmones a la vez de que sus manos y el resto de su cuerpo comenzaron a tensarse al llegar a las fotos más antiguas.
Unas fotos donde salía (Tn) junto a dos chicos más. Los tres tenían una amplía sonrisa en aquella imagen sobre una descripción amorosa por parte de ella.
"La familia no es solo la que te otorgan al nacer, si no también aquella que encuentras en el camino. Gracias Lu y Ace por todo."
Sabo - Ace... - susurró releyendo aquel texto.
Se incorporó en la cama sintiendo como poco a poco su cuerpo comenzaba a irse de su control. Sintiendo como si poco a poco su cuerpo dejaría de obedecerlo.
Quería vomitar, quería gritar de angustía, unas sensaciones que nublaron sus sentidos y dejó de escuchar lo que sucedía a su alrededor, únicamente podía centrarse en aquella pantalla, ignorando así las llamadas entrantes en su móvil a su lado.
Comenzó a ver las imágenes más rápidamente, sintiendo como su mente comenzó a trabajar demasiado rápido, mezclando aquellas fotografías con recuerdos que él no sabía de donde procedían, algo que no ayudó en disminuir la ansiedad y la ansiedad y la angustía que estaba sintiendo.
Sus dedos se paralizaron, su respiración se entrecortó y sus ojos se abrieron en una expresión de shock.
Aquella foto hizo explotar algo en su interior.
Una niña pequeña abrazaba a un pequeño niño rubio. Ambos con una sonrisa enorme llena de felicidad en sus rostros. Bajo aquella imagen, unas palabras que muy a duras penas Sabo pudo comenzar a leer.
"No hay día en el que no piense en ti, no sabes lo mucho que necesito tu luz."
El portátil cayó al suelo en un golpe sordo, y tras él, Sabo.
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