Capítulo 2.

Las cosas no habían salido como pensaba. Algún tiempo después de mi accidente en el hospital, mientras me encontraba a cocinando en la casa, sentí un claro tirón en mi vientre bajo, lo cual me hizo correr hasta el baño. En cuanto bajé mis pantalones, la mancha roja se hizo presente. 

Gruñí frustrada. Solo había tenido un día de retraso, antes de que me llegara la visita mensual. Creí que después de una noche tan alocada como aquella, me bastaría para quedar en cinta. Al parecer no.

─ ¿Mamá? ─ la voz de Sarada se hizo presente, tras la puerta del baño. ─ ¿Está todo bien ahí dentro? ─ sonreí un poco, ante la preocupación que demostraba mi pequeña bebé.

─Si, todo está bien─ abrí las puertas del pequeño armario que tenía el baño de la habitación principal, y extraje una compresa de su paquete. 

─Bueno. . . ─aunque no sonaba muy convencida, salió de la habitación. 

Cambié mi ropa interior y me coloqué la toalla sanitaria. Luego pasé a lavar el desastre que tenía mi ropa interior, y mientras lo hacía, no paraba de pensar. ¿Será que estuve expuesta a mucho estrés?

Aunque, bueno. Parecía casi un sueño quedar embarazada al segundo intento. A lo mejor estaba demasiado obsesionada con el tema, y debía dejarlo estar y ya. 

Cuando salí del baño y volví hasta la cocina, Sarada terminaba de poner la mesa.

─Gracias por ayudarme─ ella sonrió.

─Siempre. Vamos a servir la comida─ asentí, y ambas nos dispusimos para ello.

Mientras servía la comida en mi plato, mi pelinegra mantenía la mirada ausente, y los palillos metidos en la boca, sin siquiera darse cuenta. Deposité el cucharón de vuelta en la arrocera, y usé mi mano libre para chasquear los dedos frente a sus ojos.

─ ¿Todo está bien? ─ cuestioné, mientras me sentaba. ─Sabes que estoy aquí para hablar de lo que necesites.

─No es nada grave mamá, es solo que. . . ─ enarqué una ceja, invitándola a continuar. ─Nos han avisado que pronto iniciarán los preparativos, para los exámenes Chunnin─ suspiró casi de inmediato, como si estuviera reteniendo esa información que la aterraba. 

─Ya veo─ tenía cierto conocimiento de esa actividad, gracias a que tanto Sasuke como Naruto me habían hablado de ella, hace ya un tiempo atrás. ─Te irá bien. Hablaré con tu padre, para ver si puede quedarse más tiempo, para la fecha de tu exámen─ la pequeña abrió los ojos de par en par, para después negar con la cabeza, rápidamente.

─No lo hagas ma, todavía ni tenemos fecha confirmada, solo sabemos que pronto se estarán haciendo los preparativos, eso puede tomar su tiempo─ sonreí un poco, ante su nerviosismo.

─Lo sé, por eso es que te digo, que le iré comentando a tu padre con tiempo, para que venga y se quede esa temporada─ llevé un trozo de carne a mi boca y lo mastiqué con cierto desgano.

La comida elaborada últimamente me provocaba poco apetito. Prefería cosas simples y con poca grasa, platos de frutas, o algún yogur de esos tan deliciosos que venden en la tienda cercana al piso, en especial aquellos que venían con los trozos de durazno. De tan solo pensarlo, se me hacía la boca agua.

─ ¿Crees que papá vendría? ─ murmuró, mientras dejaba a un lado su plato vacío. ─Ha vuelto a sus viajes, no debemos de molestarlo─ me desanimó escuchar la tristeza en su voz.

─Sarada, tu padre movería cielo, tierra, planetas y dimensiones con tal de estar para ti, cuando lo necesites. Que reciba de mi la información, es lo de menos. Además, estoy segura de que vendrá, aún si tu no se lo pides─ estiré mi mano, hasta tomar la suya, y con cuidado, usando mi pulgar, la acaricié levemente. ─No quiero que vuelvas a dudar de tu padre, esto no es el pasado, mi amor─ una sonrisa se formó en su rostro, y asintió. 

Retiró todas sus cosas de la mesa, y limpió los trastes que había ensuciado, para luego marcharse a su habitación. Yo por mientras, me levanté y tapé toda la comida restante. A penas había probado bocado, sin embargo no me sentía con ganas de comer en ese momento. Lo poco que había ingerido, daba vueltas en mi estómago.

─A ver si nos ponemos de acuerdo, y dejas de provocarme tantos malestares─ hablé a mi vientre bajo, mientras lo acariciaba. ─Debo ir al hospital mañana temprano, y no quiero retortijones ni dolores, espero que te quede claro.

A la mañana siguiente, mi cabeza daba  vueltas y sudaba a mares. Las manos me temblaban levemente, y sentía un frío mortal. 

─Mamá─ Sarada entraba a la habitación, ya estaba lista para ir a la academia. 

─Ya mismo me pongo de pie, para hacerte el desayuno─ emití entre jadeos.

─No, quédate en cama, no tienes buena cara─se acercó hasta mi, y colocó una mano en mi frente. ─ ¿Dormiste con el pelo mojado? estás ardiendo─ negué ante su pregunta, y traté de sentarme. 

Todo dió vueltas, y la cena de anoche fue a parar en el suelo. Podía sentir mis ojos aguarse, mientras estiraba una mano para impedir que Sarada de acercara, y viera la asquerosa escena que mis nauseas matutinas, habían provocado. 

Mis arcadas eran tan fuertes, que probablemente se podían escuchar hasta la sala. 

─ ¿Qué está pasando aquí? ─ para mi sorpresa, Shizune había venido temprano. Seguro que lo hizo para que nos fuéramos juntas al trabajo. ─ ¿Sigues con los vómitos? ─ pude escuchar sus pasos apresurados, y luego su mirada en el charco de saliva y cena mal procesada, que estaba a un lado de mi cama.

Pase una mano por mi boca. 

─Me ha caído mal la cena─ la mano de mi compañera se posó en mi frente.

─Es lo que temía, probablemente pescaste algún virus. Vamos a llevarte al hospital, y trata de no ahogarte con vómito en el camino─ reí un poco ante su sarcasmo, y entre ella y Sarada me colocaron en pie. 

─Iré a verte desde que terminen las clases, mamá─ asentí, y entre ambas me llevaron al hospital. 

─No pienso revisarte si no te bañaste─ Tsunade depositaba una pequeña ponchera con agua y una esponja, junto a mi. ─Anda, no seas débil y trata de ponerte en pie. Hay un baño dentro de esta habitación, límpiate ahí─ murmuré más de diez maldiciones distintas hacia su persona, mientras hacía lo que me ordenó.

─Maldita seas Tsunade Senju, al menos ayúdame─ mi mundo amenazaba con desplomarse en los azulejos del baño de aquel hospital.

Me sentía mal, verdaderamente mal. 

En contra de todo pronóstico, mi amiga si me ayudó, y luego de otra escena donde vomité literalmente la saliva, me recostó en una cama, inyectándome algo que no alcancé a ver. Sentía los labios, la boca y la garganta totalmente resecos. 

─Te traje ropa y compresas, ma─ la voz de mi hija sonaba lejana, pero pude sentir cuando tomaba mi mano, y la acariciaba levemente. ─He recibido una nota de papá, ha dicho que. . . 

Su voz se fue apagando poco a poco, al igual que todos mi sentidos. 

─Volví─ una voz grave causó que abriera los ojos de par en par. La habitación estaba solo iluminada por una lámpara, por lo cual deduje que ya era de noche. 

─ ¿Amor? ─ cuestioné con voz débil, Sasuke se encontraba sentado a mi lado derecho, Sarada permanecía en el izquierdo. 

─Ya era hora mamá, estaba preocupada, llevas todo un día dormida. No comiste nada─ gruñí levemente.

─Y me provoca asco la mínima idea de hacerlo─ concluí. Podía sentir mi estómago vacío, pero no quería repetir los últimos escenarios. Había vomitado hasta mi propia saliva, era asquerosamente indignante. 

─De todas formas debes comer, aunque sea algo ligero. Mañana te van a realizar unos estudio de sangre─ mi esposo lucía agotado, mientras se retiraba la capa. Las ojeas bajo sus ojos eran bastante notables. 

─ ¿No estás durmiendo bien? ─ le pregunté.

─No he podido pegar ojo. Desde que Sarada me redactó la nota, explicandome que fuiste ingresada de emergencia en el hospital, viajé hasta acá. Me tomó lo mío, pero ya estoy aquí, que es lo importante─ nuestra hija bostezó, llamando la atención de ambos. ─Tenemos permiso de quedarnos junto a ti─ me indicó, mientras preparaba un sillón, para que Sarada se acostara en él. 

─Toma─ le pasé una de mis almohadas, para que se la diera a la niña, y esta pudiera acomodarse mejor. 

─Gracias mamá─ susurró, antes de darnos la espalda y caer rendida. 

─Sin cuidado, bebé─ su padre volvió a su posición inicial, junto a mi camilla. 

─ ¿Qué fue lo que ocurrió? ─ cuestionó, arreglando mis sábanas, para después acariciar con cuidado mi cabello. 

─No me he estado sintiendo bien. He vomitado más de lo que respiro. Todo me da asco y es muy frustrante─ Sasuke enarcó una ceja, mientras depositaba un beso en mi cabeza.

─Imagino el porqué─ suspiré negando, y le di la espalda. 

─No estoy embarazada, me llegó la regla poco después de los primeros vómitos. . . Solo tuve un día de retraso─  su mano bajó de mi cabello, a mi cintura y me hizo dar media vuelta, obligándome a mirarlo.

─Tranquila, en otro momento lo intentamos de nuevo. Lo importante ahora, es que te mejores, es una pesadilla verte postrada en una cama, estando tan pálida y con pocas fuerzas─ cerré los ojos, disfrutando del calor que su cuerpo me proporcionaba. 

─ ¿Vendrás a los exámenes de Sarada? ─ cuestioné, llevando una de mis manos a su pecho, acariciándolo. ─Sabes que le haría mucha ilusión─ agregué. 

─Si, pero es una sorpresa. No le vayas a mencionar palabra. Intentó pedírmelo, mientras dormías, y le dije que lo pensaría─ con suavidad, me ayudó a sentarme en la cama. ─Iré por la ponchera, te daré un baño rápido─ dicho esto, se levantó y camino hacia el baño. 

Solo ahí fue que caí en cuenta, que llevaba puesta una prótesis idéntica a la de Naruto. Mi corazón dió un vuelco y mis ojos se aguaron. 

Seguro se la había puesto, porqué pensaba que la próxima vez que nos viéramos, yo ya estaría embarazada. Desvié la mirada. No podía ni imaginarme la decepción que significó para él, cuando le negué la posibilidad. 

─Lo lamento─ murmuré, mientras él me desvestía. 

No recibí respuesta, pero sabía que él entendía a qué tema me refería.

─No te hagas ideas erróneas, la prótesis va por ti. Estás en emergencias, cualquier cosa, se me hace más fácil ayudarte, usando esta cosa. Una vez el peligro se vaya, me la quitaré─ la esponja estaba tibia, y mi esposo con suavidad la pasaba por mi espalda, para limpiarme. 

Sorpresivamente, no me dió frío, mientras Sasuke limpiaba todo mi cuerpo. Incluso, mis zonas íntimas, avergonzandome a niveles extremos.

 ─Te he visto mil veces desnuda, y ayudé cuando diste a luz a nuestra hija, te limpiaré hasta el culo, las veces que sean necesarias ___, porqué tu lo harías por mi, y lo hiciste por nuestra bebita, el tiempo que estuvo contigo─ agradecí esas palabras, pero ni siquiera eso bastó para que la vergüenza abandonara mi alma. 

En cuanto estuve aseada y vestida, mi marido fue hasta el baño y se dió un ducha de pies a cabeza. Yo todavía estaba despierta cuando el salió, secando su cabello con una toalla. 

─ ¿Qué te gustaría comer? ─ cuestionó, acercándose a una mesa, que tenía un bolso y varias fundas. 

─ ¿A estas horas? ─ miré rápidamente el reloj, que se encontraba incrustado en la caja de la televisión. ─Cielo, es más de media noche. 

─Mira cuánto me importa la hora, comerás aunque sea un poco de pan─ sonreí levemente y negué ante su terquedad. 

Como se notaba que mi esposo es Sasuke Uchiha. 

Aunque le agradecía que me cuidara de aquella forma. Su forma, un tanto tosca y mandona. 

Comimos pan fresco juntos, acompañado de unas galletas saladas. Lo bajamos con agua.

─Sé que es desabrido, pero me indicaron que no es bueno comer frutas o cualquier cosa que tenga azúcares, durante la noche. Es poco sano, pero aún así te daré algo de jugo natural, por si te hace falta azúcar, y para mantenerte hidratada─ estaba siendo gratamente sorprendida, por lo bien informado que se encontraba Sasuke.

Tras tomar la bebida, me quedé dormida el resto de la noche en sus brazos. No hubo ni un rastro de naúseas. 


Hola bellezas, paso por aquí a decirle dos cosillas.

1.- ¿A ustedes le gustaría que le pongamos un nombre, a este pequeño grupo de lectoras?, si es así, ¿cuál?.

2.- He publicado una nueva historia, bajo el título de "Juliette", les agradecería mucho que se pasaran ❤.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top