2. Periodista
El suceso en el banco al sur de Blüdhaven captó la atención de la prensa una vez se habían llevado a los precursores del acto delictivo, afirmando que habían sido azotados por un tipo de mallas negras y un ave azul tatuada en el pecho.
El héroe de Gotham, Nightwing y el anterior líder de los titanes había estado vagando varias veces en distintos distritos de Blüdhaven, últimamente con mayor frecuencia y eficacia de la que cualquiera recordaba, pero aquel evento tan extraño era opacado por el hecho de confirmar que un héroe estaba vagando por las calles de aquella oxidada ciudad.
Múltiples reacciones se alzaban ante ese evento, expectativa y esperanza al tener a alguien cuya integridad era irrefutable, como un faro de luz en medio de tanta podredumbre citadina; o un enorme fastidio. No importaba si la Liga de la Justicia y los Titanes habían sido declarados vigilantes honoríficos del mundo, aceptados por la mayor parte de la población, los tipos enmascarados que solamente hacían el bien por querer hacerlo nunca eran aceptados del todo, el mundo no podía asimilar como alguien hacía tantas cosas por la sociedad sin esperar algo cambio. La gente que sólo sabía hablar y quejarse llenaba las mentes débiles con la incertidumbre, asegurando que si dejaban que un héroe se estableciera con seguridad en la ciudad, cometerían el peor error de sus vidas.
Pero aquello poco le importaba a Kitty Moth, empoderada y confianzuda, había apartado con sus largos brazos a todos los periodistas que estaban entrevistando al dueño del banco. Un anciano trémulo y con cejas gruesas que opacaban su visión, tenía un sonar en su pecho, que supuestamente aseguraba mantenerlo con vida ante tal evento traumático vivido, y un equipo que le proporcionaba oxígeno para evitar que el viejo volviera a caer inconsciente del susto. Pese a eso, hablaba con entusiasmo con los periodistas, siendo feliz de ser el centro de atención. Mas allá de un aspecto pálido y cansado, no parecía tener severos daños como varios de los clientes y empleados que habían volado en una ambulancia directo al hospital en busca de atención.
Kitty se apoyó en una pierna mientras alzaba una ceja estando a centímetros del señor para adquirir una entrevista con él e informarse de la situación, deteniéndose a un par de pasos de cumplir su objetivo mientras se mordía el labio inferior en un gesto de infelicidad.
Dio media vuelta, lejos de los flashazos de las cámaras y sus competencias de otras agencias sin tomarle importancia. Logrando respirar con decepción una vez se encontraba afuera. Saco un cigarrillo y lo coloco entre sus labios rojos, antes de que pudiera sacar su propio encendedor, una delgada y temblorosa mano se asomó a su puro, encendiéndolo rápidamente.
Kitty no tuvo que girarse a encarar a su compañera tímida de campo, podía sentir su mirada ansiosa y confusa impregnada en su costado.
—Ese viejo no vio nada —aclaró las dudas de su acompañante separándose levemente el puro, sacando una bocanada de humo—. Apuesto mi perfecta manicura a que se desmayo al escuchar la primera explosión.
—P-Pero... todos están... entrevistándolo —añadió su acompañante tapándose el rostro con un largo flequillo rosa tintado, un tanto cohibida por la reacción de su compañera.
—No sólo porque todos lo hagan, signifique que está bien. Todos esos son un montón de principiantes. Incapaces de ver... más allá...
Ante el drástico cambio de confianza en el tono de Kitty, siendo más tenue al final de su oración, Silkie alzó su rostro, para luego seguir la línea de visión que tenía su compañera. En una de las camillas del fondo, una chica castaña terminaba de vendar a sus compañeros, ella misma tenía una venda en la cabeza y un protector en su estómago. La mirada gatuna y azulada de Kitty brillo y camino con altanería hacia ahí, siendo seguida de cerca por su nerviosa compañera.
Silkie apenas pudo preguntar lo que iba a hacer su superior cuando la rubia ya estaba tocando el hombro de la castaña, quien se giró extrañada.
—Trabajas aquí —afirmó apuntando el banco de su uña acrílica fucsia—. ¿Qué fue lo que observaste? ¿Cuánto tiempo duraron los ladrones adentro? ¿Qué viste de Nightwing? ¿Cómo los venció? ¿Qué puedes contarme de tu experiencia? —expulsó sin ninguna pizca de compasión sacando de su saco rosa una grabadora.
La chica castaña miro a los lados con incertidumbre, dando una media sonrisa sin comprender lo que estaba pasando. Silkie se ajustó sus enormes lentes como de ojos polilla y se colocó a la par de su superior, dando una pequeña sonrisa amigable mientras se acomodaba la gran cámara que cargaba a su costado.
—Ella es Kitty Moth, es la mejor periodista de las agencias de Killer Moth —agregó la peli rosa con amabilidad.
—¿Y por que me busca a mí...? —cuestionó la castaña todavía confundida.
—Porque estoy segura que tú puedes darme mayor información y enfoque que aquel papanatas lleno de grasa —apuntó con su pulgar hacia el jefe del banco—. Así que, comienza tu relato, corazoncito~
—Bueno... No creo que sea realmente útil pero si insiste... Mi nombre es Ángela Kate y trabajo aquí desde hace ya tres años... Todos los días son realmente tranquilos, pero hoy...
Kitty rodó los ojos exasperada, haciendo preguntas de vez en cuando interrumpiendo la anécdota de Ángela. Su experiencia no salía mucho de lo "normal" después de años trabajando como periodista, poniendo mayor atención cuando el caballero de Blüdhaven apareció, mostrando más interés a esa parte del relato.
Los ladrones y asaltantes eran cosa de todos los días, pero sin duda los súper héroes y los meta humanos eran un placer culposo que adoraba tanto desenmascarar.
Terminando la grabación, suspiro decepcionada, no había podido sacar mayor información de Ángela y tenía la impresión que sería así con los demás empleados. Tenía lo suficiente para escribir la noticia para el periódico pero no lo suficiente para dedicarle un puesto a Nightwing. Entrecerró los ojos con determinación y se regresó adentro del edifico en búsqueda de algo que le pudiera indicar más información sobre el enmascarado.
Se detuvo en el pilar donde se testificaba que Nightwing había atado a los ladrones, la cinta que los había inmovilizado había sido retirada por la policía y sólo se veían unas pequeñas marcas de forcejeo. Nada importante o llamativo.
—¿Señorita Kitty? —Silkie a su lado, como su sombra, se incorporó con timidez al verla tan pensativa—. Creo que es hora de volver, ya no hay nada más aquí, ¿verdad?
Kitty asintió sin estar del todo convencida, pero sin más información que sacar más que especulaciones que no tenían norte ni sur, no tenía sentido permanecer ahí. Se incorporó y camino hacia su automóvil. Su objetivo era claro, tenía que regresar a su oficina y comenzar a trabajar en la información que tenía. Analizar las fotografías que Silkie había tomado, escoger las mejores a su gusto y enviar los videos a la agencia, todo eso antes de las seis de la tarde para poder pasar un cena agradable con su padre. Sencillo y práctico.
Hasta que de la nada aceleró bruscamente el auto sacándole el alma a su compañera de un tirón, provocando que Silkie se aferrara con las uñas de las manos y pies a su asiento para no salir disparada, mirando con horror a su superior. La rubia observó por el vidrio lateral una figura saltando de edificio en edificio con ayuda de un cable, no tuvo que sacar grandes conclusiones para saber de quién se trataba.
Se dejó guiar por su sentido de aventura y grandes historias que le habían llevado a su trabajo, y una emocionante y excitante travesía soñada en su mente con un ser misterioso y magnífico como Nightwing.
Vio que la sombra aumentaba la velocidad y ella de igual manera le metió nitro a su carro para intentar averiguar adónde iba el héroe con tanta prisa hasta que se vio obligada a detenerse por una fila de botes de basura. Una bolsa de aire rebotó contra su rostro, protegiéndola del impacto. Intentó arreglar su rubio cabello desgreñado mientras enfocaba su vista hacia los techos. La figura con el ave azul resplandeciente se desvaneció en la penumbra.
—Señorita... ¿está bien? —Hecha un ovillo del miedo y completamente aturdida, Silkie ajustó sus lentes para enfocar a su compañera desaliñada.
La rubia chasqueó la lengua y retrocedió agresivamente, chocándose contra otro obstáculo. Lanzó un juramento mientras volvía a la carretera. Gruñendo en voz baja por haber perdido a su objetivo.
Para su suerte, aquella no sería la única vez que la periodista intentaría de perseguir al astuto héroe de Blüdhaven. Escribirá un encabezado sobre Nightwing aunque fuera lo último que hiciera.
...
Las semanas pasaban y siempre que terminaba acosando a héroe, su vida corría peligro al perseguirlo puesto que sus habilidosas tácticas de escape eran un total éxito. Se había tomado el tiempo de analizar más a fondo a este Nightwing comparándolo con sus antiguas apariciones y la curiosidad por hablar con él creció. Necesitaba tanto una entrevista con él.
Incluso ya tenía el título de la página que llevaría su nombre y su descubrimiento "el legado de la avecilla de Blüdhaven". Sonrió con orgullo, su escritorio estaba lleno de fotografías —borrosas en su mayoría, pero útiles para lo que necesitaba— que Silkie había conseguido para su superiora e información sobre el héroe junto a sus propias conjeturas y análisis.
Los inicios de Nightwing eran confusos, pero él más aseverado databa desde hace un par de años, visto por primera vez en medio de la agitada Jump City, durante un incendio provocado de una fábrica abandonada que casi ahogó la vida de sus compañeros titanes. En aquel entonces era el líder de los jóvenes héroes, pero misteriosamente, poco después de aquel evento, se había desplazado a Gotham donde comenzó a pelear hombro con hombro con el caballero de la noche, dejando su liderazgo a una tal Starfire quien hasta el momento continuaba usando ese puesto, pese a que él había regresado a los titanes años después.
Curiosamente, el héroe aparecía de vez en cuando en distintos lugares de Gotham, Jump City, hasta terminar frecuentando Blüdhaven. El tipo sí que tenía una vida activa.
Notó con interés los distintos trajes que había portado hasta culminar en el actual. Todos contenían un patrón con semejanza a alas y mucho azul y negro. Aunque hubo un tiempo que el azul fue sustituido por rojo.
Pese a haber tenido muchos trajes, ninguno de ellos había portado una capucha, como si de alguna manera le fuera grato llamar la atención y mostrar su arrogante sonrisa. Muy distinto al cohibido y evasivo Nightwing que había estado persiguiendo todo el tiempo.
Silkie llegó a su oficina con una taza de café, pidiendo con gentileza a la periodista que abandonara esa investigación sin sentido, aquello no la llevaría a ninguna parte y solamente la ponía en peligro, como indicaban algunos de los vendajes en el cuerpo de la rubia, pero Kitty ya estaba obsesionada a ese punto, negándose a escuchar, queriendo desentrañar la verdad de Nightwing.
Porque si, todavía sin comprobarlo, estaba segura que algo había pasado con el héroe de azul y negro, solamente que la gente estaba aceptándolo sin mayor molestia, y eso la fastidiaba, ella quería saber la verdad. Así que cuando tuvo la menor oportunidad de correr por las calles pensando que lo había visto, no dudó en hacerlo, escuchando las protestas preocupadas de su compañera de equipo.
Corrió tras la sombra de Nightwing, alzando su voz con todas sus fuerzas, tropezando con todo lo que veía hasta que ya no pudo correr más.
Sintió su estómago golpear contra algo firme que casi aseguró escuchar sus huesos resquebrajarse ante el impacto. Escupió todo el aire contenido y se balanceó hacia adelante sin saber bien que había pasado hasta que la oleada de aire salado azotó su rostro. Estaba en el muelle de Blüdhaven.
Perdió el equilibrio y fue incapaz de tomarse de la cerca con la que había chocado, cayendo hacia el oleaje agresivo del mar, más nunca sintió humedad en su cuerpo.
Cuando abrió los ojos, se encontró de frente con el héroe al cual había estado persiguiendo todo este tiempo, emocionada, intentó hablar, encontrándose con la boca sellada. Se sintió repentinamente mareada y se retorció incómoda pensando en porque Nightwing se veía tan tranquilo pese a estar de cabeza, ¿no le incomodaba la sangre agrupándose en la zona del cerebro?
Tardo un par de segundos para darse cuenta que de hecho era ella la que estaba de cabeza, inmovilizada de brazos, colgada cual murciélago de alguna superficie del pasadizo poco transitado, con una venda en su boca que le impedía hablar.
¡¿Qué clase de manera era esa de tratar a una dama honrada de la ciudad que deseaba proteger?! Protestó mentalmente, asesinando con la mirada el tipo con la capucha y el antifaz.
El semblante serio de Nightwing no se vio alterado por el marcado ceño fruncido de Kitty y los juramentos que lanzaba entre dientes hacia el héroe.
—Primero —empezó el héroe con un tono severo, más a Kitty le pareció más jovial de lo que imagino teniendo en cuenta la cronología que había analizado del héroe, pero no pudo pensar del todo bien con la cabeza colgando y el poderoso aliento masculino con olor a menta— si a partir de este punto continúas siguiéndome, no voy a salvarte. Ya he hecho demasiado por tu trasero postizo y no tengo la paciencia para estar pendiente de ti. Segundo, déjame en paz, haz tu trabajo y yo hago el mío. Tercero, valora un poco más tu vida y la de tu empleada, o la próxima vez te dejaré que te ahogues sin ningún remordimiento.
Terminando de decir sus condiciones, le quitó la venda de la boca, arrepintiéndose casi de inmediato ante el chillido agudo femenino. Nightwing tuvo que emplear mucha fuerza de voluntad para no volver a taparla, más eso no lo retuvo de hacer una mueca de fastidio.
Antes que la rubia pudiera siquiera decirle hasta que se iban a morir sus bisnietos, el héroe se desvaneció en un pestañeo, provocando que Kitty esta vez concentrara sus fuerzas en injuriarlo por haberla dejado colgada de esa manera, iba a pagárselas cuando se bajara de ahí.
Sintió su corazón palpitar con frenesí, ¿cómo diablos iba a siquiera hacer eso?
Intento retorcerse, pero sus movimientos resultaban tan inútiles que estuvo a un instante de echarse a gritar por ayuda cuando Silkie se asomó al final del pasillo, al parecer no había dejado de seguirla y aunque le fastidiada tener a la chica pelo rosa pendiente ella como ligosa, esta vez no pudo estar más que agradecida; claro, hasta que vio su semblante sombrío y preocupado al ayudarla bajarla.
Supo que algo había pasado. Sintió un agujero succionar su estómago y una taquicardia que podría haberla dejado sorda.
Al llegar a su oficina, todo parecía intacto a excepción de una generosa cantidad de información que había acumulado sobre el héroe titán de Blüdhaven.
Todo lo relacionado a Nightwing que había acumulado las últimas semanas, yacía en la elegante vasija de porcelana en la que solía tomar café, que ahora estaba llena de ceniza. Toco su improvisaba investigación y ahogó un gemido de frustración.
—¡Ese hijo de...!
Silkie se tapó los oídos cuando la rubia lanzó una larga fila de insultos. La vio tomar la taza y lanzar todo al desagüe del baño, al mismo tiempo que se apoyó en el lavamanos y lanzó un largo suspiro.
Algo en Kitty rugió de furia, diciéndole que continuará con aquella travesía sólo para llevarle la contraria al héroe que la había dejado en ridículo. Al mismo tiempo que el dolor en su estómago y extremidades regresaba. Suspiro de nuevo, esta vez con mayor emoción, recordando con pesar como había puesto en riesgo su vida en unas pocas semanas, y la única razón por la que estaba prácticamente ilesa había sido por la intervención del enmascarado.
Enmascarado que le había afirmado no volver a ayudarla.
—Silkie...
—¿Si...?
—Terminemos nuestro trabajo.
Concluyó que de momento, solamente iba a encargarse de su trabajo antes de volver a perseguir al héroe para una entrevista. Primero debería ponerse en forma, Nightwing había demostrado una destreza motriz incomparable.
La manera en que se balanceaba por los edificios haciendo uso de un cable no era natural. Parecía como si pudiera volar. Y ella, para ser honestos, apenas y podía correr. Una parte de ella se sintió segura al saber que contaban con alguien así de extraordinario patrullando sus calles.
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