La luz del sol impactó contra sus ojos y mientras los abría sintió el, ya casi olvidado, característico dolor de cabeza por resaca.

Frunció el ceño mientras miraba la ventana que se le hacía vagamente familiar, junto con las cortinas que tenían una decoración bastante moderna.

Alguien suspiró detrás suyo, y un brazo que no se sentía ni desconocido ni familiar se apretó contra su cintura.

- ¿Shoto?- Su voz, casi irreconocible por la afonía y la garganta seca, se elevó en la habitación.

Tal vez fue el eco de su voz, la luz del sol contra su cara, el brazo de un extraño rodeándole.

O tal vez fue todo junto.

Pero Izuku recordó.

Sus jadeos y sus gemidos. Las palabras sucias susurradas en su oído. Las manos fuertes sujetando su cadera.

Sintió un cosquilleo recorrerle la columna vertebral, pero no era excitación. 

Eran el miedo y la ansiedad.

Se levantó de aquella cama tan rápido como pudo, sintiendo el temblor de sus piernas desfalleciendo por el dolor y la falta de fuerzas.

El hombre que lo abrazaba antes ahora estaba acomodándose entre las sábanas mientras se frotaba los ojos.

- Tú no eres Shoto- Los ojos de Izuku vagaban perdidos y desesperados por la habitación sin detenerse en ningún lugar- Dios. -La realización venía a él de manera tortuosa- Tu no eres Shoto.

No es como si lo hubiera imaginado.

Recordaba ser consciente todo el tiempo de que la persona con quien había dormido no era Shoto. No era su novio, con quien iba a casarse dentro de poco.

Pero él si era Izuku. Y también había sido Izuku la noche anterior, cuando le dijo a su novio que iba a pasar la noche con Uraraka y terminó escabulléndose en un bar.

Había sido Izuku cuando alguien se le acercó y empezó a flirtear con él. Había sido Izuku cuando correspondió un beso que era incorrecto aunque no se sintió de la misma manera.

- ¿Tienes novio? -La voz somnolienta del hombre delante suyo lo sacó de su lío de pensamientos.

¿Sabía su nombre? Por supuesto. Lo había repetido la noche anterior tantas veces que debió parecer un nuevo idioma.

- Así es Katsuki- sintió una luz de esperanza entre todo ese caos- Por eso no debemos volver a vernos.

Levantó las ropas que habían caído dispersas la noche anterior y se las puso de manera descuidada.

Tomó su teléfono que también había sido olvidado en el piso y se lo puso en el bolsillo. Cuando volvió a ver al extraño en la cama, sintió pena por su mirada perdida.

- Soy mayor que tú, no nos conocemos de nada. - Intentó peinarse el pelo hacia atrás- Tengo una vida y seguro que tú también, así que por favor olvidemos que esto pasó.

No podía jugar a ser pretencioso y asumir que aquella persona lo volvería a buscar después de una sola noche. Ni la ingenuidad de la juventud llegaba a tanto, porque Izuku era consciente de que se veía más joven de lo que era, pero delante suyo sabía que tenía a alguien que se veía mayor de lo que aparentaba..

Se dirigió a casa, un domingo por la mañana, con la ropa desacomodada, preocupado por lo que diría al llegar.

¿Debería decirle la verdad? Si le decía que se había acostado con otra persona ¿Cómo reaccionaría Shoto? ¿Le perdonaría?

¿Existía una manera en que alguien perdonara infidelidades? ¿Qué pasaría con su relación? Izuku sabía que el error que había cometido podía destrozar su relación y la confianza que Shoto había depositado en él.

Pero dentro de todas esas interrogantes, una duda que se acercaba, sigilosa y pesada, le susurraba a Izuku.

"¿Por qué tu error parece tan planeado?"

¿Por qué mentir para ir a un club?

¿Por qué negar tu existente relación ante un extraño?

¿Por qué te sientes mas preocupado por la reacción de Shoto que por el motivo de tu error?

Izuku ralentizó sus pasos, conociendo la respuesta a cada pregunta, pero sintiéndose incapaz de revelárselas a sí mismo.

Levantó su mano para tocar la puerta de su casa. Sabiendo que tenía la llave en el bolsillo, pero sintiéndose demasiado aturdido como para sacarla e insertarla en la cerradura.

La puerta delante suyo se abrió, Shoto con una toalla en el cuello y ropa de casa le recibía con una mirada un poco sorprendida.

-¿Izu?- Shoto se hizo a un lado mientras le dejaba el paso libre, arrugando involuntariamente la nariz al percibir el fuerte olor a alcohol que llevaba encima su novio - ¿Qué pasó? ¿Te sientes bien?

El peliverde se giró lentamente, sus ojos estaban un poco desenfocados y las palmas de sus manos sudaban de manera imparable e intensa. Se sentía tan nervioso, que mientras sonreía, temía que Shoto le descubriera. 

- No pasó nada, sólo Uraraka siendo tan... impredecible como es, terminó sacando botellas de alcohol- Cerró sus ojos mientras empujaba una risita fuera de sus labios- Terminamos hechos un desastre y yo huí de la escena del crimen antes de que me hiciera limpiar.

Puso sus manos tras su espalda, cerradas en puños con tal fuerza que sintió sus uñas clavadas en la palma. El sudor seguía presente y la molestia en el estómago no hacía más que aumentar.

- Bueno, voy a bañarme- Retrocedió unos pasos- tu nariz arrugada y la falta de tus besos me dicen que apesto- Dijo mientras subía las escaleras riendo. 

Los minutos que le tomaron a Izuku quitarse la ropa y dejar que el agua de la regadera cayera sobre su cuerpo sin siquiera regular la temperatura, su mirada estaba fija en la nada.

Se sentía nervioso, pero no por haber mentido ni por lo que había hecho. Su miedo estaba en ser descubierto.

HOLAHOLAHOLA.

Aún no tengo marcador para ésta historia, pero la publico rápidamente porque no sé cuanto tiempo más tenga Internet(? Si.

Qué tal la primera parte? Qué piensan que pase? Nsixnaox.

Espero les haya gustado, besitos.

Au revoir!!!