Capítulo 9: La reunión secreta
Narra _____________
Steven iba caminando a mi lado y detrás de nosotros, Oscar y el hombre del sombrero blanco. Justo antes de llegar a mi oficina y girar la manija para poder entrar, Steven me miró buscando una respuesta sobre el misterioso hombre que acompañaba a mi jefe. Lo único que yo puede hacer fue encogerme de hombros, esperando que en esa reunión, pudiéramos obtener un poco más de información sobre este tipo.
Cuando entramos a la oficina, nos dirigimos directo a mi escritorio. Oscar y el hombre del sombrero blanco se sentaron en las sillas frente al mueble de cristal, mientras que Steven acercó una silla para sentarse junto a mí. Cuando tomó asiento, dejo su portafolios en el perchero detrás de él y, colocando sus manos sobre sus piernas, las cruzó entre ellas mismas y fue cuando entonces, se giró a verme y me regaló una sonrisa dulce.
Y por un extraño motivo, eso me hizo sentir más relajada y tranquila.
Y entonces, Oscar tomó la palabra.
-Muy bien, pues buenos días a todos. Me da gusto poder estar aquí con ustedes esta mañana, _____________, Steven. -Nos sonrió. -Y no solo por el hecho de que me siento tremendamente aliviado de que se encuentres bien después de lo que sucedió el día de ayer por la mañana. -Expresó, refiriéndose al ataque de los tipos con la máscara y las bombas de humo. -Sino que, también porque me emociona presentarles al hombre que me acompaña, él viene con una propuesta bastante interesante que, me gustaría que escucharas ______________. Me interesa tu opinión y bueno, una vez que escuches lo que este hombre tiene que decir y si te agrada la idea, créeme que será una gran oportunidad para todos. -Oscar finalizó y luego, se dirigió al hombre de aura misteriosa y extraña que lo acompañaba desde la entrada del museo.
Él se quitó aquel peculiar sombrero blanco que llevaba puesto y, después de lanzarlo al perchero detrás de Steven y que éste cayera justo en uno de los soportes colgándose y de que Steven le pidiera que lo intentara de nuevo porque no entendía como tenía semejante puntería, el sujeto ladeó un poco su cabeza y al levantarse de su asiento para saludarnos, la luz del sol que entraba a la oficina desde la ventana principal, alcanzó a chocar en su pecho, haciendo que un objeto que colgaba de su saco reflejara y proyectara un ligero brillo.
Mientras se acercaba, trate de enfocar más mi vista en aquella figura, que parecía ser una especie de pin. Y justo cuando el hombre me dio la mano, logré verlo, el objeto incrustado en la solapa de su saco. Era un pentagrama.
Lo único que hice fue tragar saliva, tratando de disimular un poco el hecho de que me acababa de dar cuenta de algo que, si bien podría ser una mera coincidencia, también podría ser una pista. Por lo que, tratando de disimular lo mejor que podía, trate de ocultar un poco el nerviosismo creciente en mi interior y, le di la mano al hombre, correspondiendo su saludo.
-Un gusto, señorita Lennox. Le juro que Oscar me ha hablado maravillas de usted y de cómo es que, desde su gestión en el museo, las visitas han incrementado un 48% en tan solo dos meses. Yo soy Alexander Tatcher, profesor, arqueólogo, filántropo y fiel creyente de que la vida siempre puede evolucionar para mejor. Pero, no estoy acostumbrado a usar mis títulos. -Sonrió. -Por favor, solo dime Tatch. -Me dijo el personaje que sostenía mi mano con firmeza. Un hombre de estatura promedio, ojos marrones y pestañas rizadas. Cabello azabache medianamente largo y perfectamente peinado hacia atrás. De unos cuarenta y tantos años y oliendo a una colonia que, probablemente es más costosa que el primer enganche que di por mi casa.
Y como no podía articular ninguna palabra coherente por mi nerviosismo que crecía más a cada segundo, al instante, le presente a Steven.
-Todo un gusto, señor Tatcher. -Él alzó una ceja, sin quitarme la mirada de encima. -Es decir, Tatch. -Asentí y él sonrió de lado mientras yo como pude, me safe de su mano y lo guíe con Steven. -Tatch, te presento a uno de mis mejores colaboradores, recientemente ascendido a guía del museo en la sección del antiguo Egipto y digamos que, también es como mi mano derecha aquí en el museo.
Noté como Steven se sonrojaba un poco y con un veloz movimiento, llevo sus manos cerca de su corazón, y me sonrió, sin poder dejar de mirarme. Yo le sonreí de vuelta, pero le hice señas para que se concentrara de nuevo. -Él es Steven Grant. Todo un talento que nadie había descubierto antes. -Sonreí e hice que los dos hombres se presentaran entre sí, con un saludo de manos.
-Con qué Steven Grant, ¿eh? -Tatch arqueó una ceja mientras aún sostenía la mano de Steven y él solo asintió. -Creí que me encontraría al otro.
-¿Disculpe? -Preguntó Steven confundido, al igual que yo.
-Oh no, no es nada. -Tatcher sonrió de forma extraña, volviendo a hacerme sentir escalofríos. -Es un gusto conocerlos. -Comentó, haciendo un énfasis extraño en la palabra "conocerlos." -Ahora, ¿por qué no hablamos de negocios? -Preguntó, extendiendo sus brazos.
***En la mente de Steven***
-Esto no me gusta Spector. No me gusta pa' nada. -Exclamó Jake, pasando su mano por su barbilla.
-Sí, a mí tampoco. ¿A qué se refiere con eso de "conocerlos"? -Contestó Marc, haciendo comillas con sus dedos. -Estoy seguro que no habló en plural por conocer a ___________. -Exclamó, mientras entrecerraba los ojos, poniendo más atención en lo que sucedía en aquella oficina desde el reflejo del escritorio de _____________. -Debemos esperar un poco más, necesitamos más información para poder actuar. Dejemos que ___________ y Steven se encarguen y averigüen lo más que puedan y luego, reunirnos para obtener conclusiones.
-¿Y si mejor me dan el control y lo asesino de una vez? -Preguntó Jake, con un tono de voz que irradiaba que ya se estaba aburriendo.
Marc rodó los ojos y se giró para ver a Jake. -¿Quieres dejar de actuar como un maldito desquiciado, Lockley? No todo se arregla matando gente. -Replicó.
Al escucharlo, Jake solo suspiró pesadamente y se resignó a seguir poniendo atención a la escena. -Ay sí, lo dice el hombre que era mercenario y que, por cuyos traumas y recuerdos relacionados con esa vida, terminó creándome a mí, su tercera personalidad que se atreve a hacer y hace todo lo que él ya no. -Respondió de forma sarcástica y Marc solo pasó una mano por su rostro, exasperado.
***
-Claro, claro. Solo antes, ammmmm, ¿gustan una taza de café? -Pregunté, tratando de controlar mi nerviosismo.
-¿Por qué no? -Contestó Tatcher. -¿Tú gustas café, Estrada? -Le preguntó a Oscar quien sin mirarlo, solo asintió con la cabeza, ya que tenía su mirada y atención clavadas en su teléfono. -Que sean dos, por favor.
-Excelente. Steven, ¿me acompañas a preparar las tazas? -Me dirigí a mi compañero de cabello rizado.
-C-claro que sí. -Steven me respondió rápidamente y nos dirigimos a la pequeña cocineta de mi oficina, dejando a Oscar y a Tatcher conversando en la parte de atrás.
***
-Steven, este hombre me da mala espina. No sé, es... extraño. Por favor, dime que notaste lo mismo que yo. -Me dirigí a Steven hablando en voz muy baja, casi en susurro mientras preparaba las tazas de café
-B-bueno, noté tres cosas. ¿Te pasó el azúcar? -Me preguntó él, hablando también en voz baja y dándome el contendor de cristal donde ya solo quedaba un poco del granulado contenido.
-Sí, por favor. ¿Y dime, qué notaste? -Le pregunté, aun manteniendo la voz baja.
-Pues, la primera, querida, es que el hombre tiene un estúpido pentagrama en el pecho, como el que vimos en las máscaras de los tipos que querían robar el mapa ayer en el museo. Lo segundo es que, me pareció extraño la forma en la que dijo que le daba gusto conocernos. Siento que, esa forma de hablar en plural no lo hizo para referirse también a ti y creo que Marc también ya se dio cuenta. Algo me dice que ese sujeto sabe algo de Marc y de... nosotros. Es decir, de los chicos. Ya sabes, no porque con nosotros me refiera a-a ti y-y a mí-í. -Steven se puso nervioso y volvió a sonrojarse.
Yo reí un poco. -Está bien, no te preocupes. Yo entiendo. Y si, también me di cuenta de eso. ¿Crees que haya sido el que mando a esos hombres de las máscaras? -Le dije, tomando su mejilla en mi mano.
-Todo indica que sí. -Alzó una ceja.
-¿Y cuál es la tercera cosa de la que te diste cuenta? -Pregunté con curiosidad.
-Que necesitamos más azúcar, querida. Tu amor por el café va a provocar que la industria azucarera se vuelva millonaria. -Comentó con una sonrisa, mostrándome el contenedor que azúcar que hace un momento me había facilitado, y a mí se me escapó una carcajada que trate de disimular con tos falsa mientras terminaba de preparar las tazas de café.
***
Pasaron algunos minutos que luego se volvieron poco más de una hora en la explicación de la propuesta de Alexander Tatcher. Y mientras más lo escuchaba, Steven y yo solo nos mirábamos totalmente desconcertados.
Cuando Oscar me dijo por correo que Tatcher quería hacer una expedición que le daría importancia y prestigió al museo si todo salía bien, yo me imaginé tal vez ir a la pirámide de Guiza y tratar de encontrar la tumba pérdida de Alejandro Magno, aquel hombre macedonio que insistió en llamarse egipcio.
Me hubiera parecido más sensato que lo que estaba escuchando. Lo que mis oídos estaban oyendo era una total y tremenda locura, sin embargo, iba dando más sentido a las sospechas que Steven y yo teníamos.
Básicamente la expedición de Tatcher se basaba en buscar aquella mítica perla mágica que, según la mitología egipcia, era la misma que Akenaton había pedido a Ra y Seth crear. Y para ese momento, yo estaba teniendo una especie de deja vu, porque justo el día anterior, Steven había hablado de eso en su guía con los niños. Y efectivamente, como el mapa para llegar a esa supuesta perla estaba bajo la protección y custodia del museo, claramente Tatcher estaba interesado en financiar la expedición, y claro que prometía solo cosas maravillosas si lográbamos encontrar aquella pequeña esfera y por supuesto que, no dejaba de ser lo que era, un mito. Pero Tatcher estaba tan determinado a cumplir su cometido que, usando toda su persuasión, logró convencer a Oscar, él se veía muy entusiasmado. Sin lugar a dudas, él solo quería lo mejor para el museo pero, no se había dado cuenta de que algo había detrás de todo esto. Aun no se daba cuenta.
Por nuestra parte, Steven y yo estábamos completamente reacios a la idea de embarcarnos en la misión de buscar aquella legendaria perla, y a pasar de que también a Steven le causaba muchísima emoción imaginar en ir a Egipto, mantuvo la compostura y me apoyo firmemente en no estar de acuerdo con la idea de Tatcher.
-Solo les pido que lo consideren, señorita Lennox. ¿Qué le parece si lo piensa por este día y mañana me da una respuesta? No hay que precipitarnos. -Comentó Tatcher, sonriendo de lado.
Yo suspiré, cerrando los ojos y tras unos segundos, los abrí de nuevo. -Está bien, mañana les doy una respuesta. Solo, necesito pensarlo bien. -Contesté observando a Steven y él pestañeó un par de veces. -Necesitamos pensarlo bien. -Corregí.
-Bien, pues entonces, esperaré ansioso el día de mañana. -Respondió Tatcher al instante que se levantaba de su asiento. A pasos rápidos fue a tomar su sombrero del perchero y cuando se lo colocó, nos hizo una seña con él en forma de despedida a lo que Oscar, Steven y yo respondimos con un gesto parecido. -Regresaré mañana a las 9:00 a.m y me gustaría escuchar una respuesta que espero, sea positiva a mi solicitud.
Cuando Tatcher se fue, Oscar se dirigió a mí. -Por favor, solo piénsalo detenidamente y mañana, verás cuál es la mejor decisión. Yo confío en ti ______________, y en dado caso que digas que no, por más que yo quiera que hubieses dicho que sí, te voy a apoyar. -Comentó suavemente, sentándose ligeramente en mi escritorio y poniendo una mano sobre mi hombro.
Yo traté de retirarme un poco y asentí. -Claro, tienes mi palabra que lo pensaremos bien. -Comenté, refiriéndome también a Steven.
Oscar solo suspiró y después de darnos una sonrisa y despedirse, salió de la oficina a paso rápido.
-_____________, tenemos que hablar de esto con Marc y Jake. -Me dijo Steven, con un tono de voz preocupado.
-Sí, estoy de acuerdo. Pero, ahora no podemos. Necesitamos que sea en un lugar menos expuesto. -Contesté.
-Steven hizo una mueca, pensativo. Luego de unos segundos, chasqueó sus dedos. -¿Y si hacemos una reunión secreta con los chicos en mi departamento? Bueno, nuestro departamento. Es divertido decir eso, en ese lugar vivimos tres. -Comentó Steven, riendo ligeramente y haciendo que algunos de sus rizos se movieran al compás de los movimientos causados por su risa.
Y sí, cómo me encantó observar esa escena.
-Creo que es una buena idea. -Respondí. -¿A qué hora? -Le pregunté sonriendo.
-¿Te parece si vamos saliendo del museo?
-Buena idea.
***
Cuando el sol iba poniéndose en el oeste y escuchaba a las avecillas cantar por fuera de la ventana, eso me indicaba que ya casi era hora de ir a casa, o por lo menos, en este caso, hora de salir del trabajo porque a casa no iba a ir.
Eran las 6:00 de la tarde en punto cuando me encontraba afuera del museo esperando que un grupo de niños se despidieran de Steven, agradeciendo su tour de ese día. Él se vía tan contento y feliz que sin querer, solté un suspiro mientras lo veía despedirse de los pequeños con abrazos.
-¿Qué carajos te está pasando ___________? ¿Estás suspirando por Steven? ¿Acaso te gusta Steven? Oh, espera. Eso quiere decir que, ¿si me gusta uno, me gustan los tres? ¿Qué estoy diciendo? Maldita sea. -Pensé, mientras entrelazaba mis manos y observaba a Steven que ya venía caminando hacia mí.
-Esos niños son imparables. -Exclamó él con una gran sonrisa tierna, pasando una mano por su cabello y al instante, sopló un poco de viento, haciendo que tanto su cabello como el mío se movieran a su ritmo.
Y joder, ¿por qué se veía tan estúpidamente atractivo?
Me sonrojé al darme cuenta de lo que estaba pensando y de qué, me había quedado observándolo por unos segundos. Tiempo en el cuál, él también me miro.
-T-te ves muy linda c-con tu cabello siendo peinado por el v-viento. -Me dijo jugando con sus manos, mientras a mí me ardía el rostro por su comentario.
-G-gracias, creo. -Sonreí e hice una seña hacía mi auto que ya estaba aparcado justo frente al museo gracias los valet parking. -¿Nos vamos? -Pregunte, acomodando mi abrigo.
Él asintió y ambos caminamos con dirección al carro.
***
Una vez que llegamos al departamento de Steven, lo primero que note fue que, en la pecera de Gus II ya no estaba solo él, había otros dos peces dorados más. Steven me invitó a pasar y deje mis llaves del auto y mi mochila en el sofá.
-Imagino que, esos dos nuevos compañeros son de Marc y Jake, ¿o me equivoco? -Pregunté, quitándome mi abrigo.
-No, querida. No te equivocas. Efectivamente, esos dos nuevos amiguitos son de Marc y Jake y tengo que darles de comer, ahora que lo mencionas. -Contestó Steven, acercándose a la pecera con el frasco del alimento de peces en su mano. -Él es mi querido Gus II. -Dijo, señalando a un pez más grande con dos aletas perfectas. -Él es Tony, es de Jake. -Señaló a otro pez que tenía un color dorado mucho más intenso. -Y ese otro travieso que está por allá, es Pierce, es de Marc. -Steven señaló al último pez dorado en la pecera y la diferencia con éste, es que tenía las aletas un poco más pequeñas. -Al final, resultó que a los tres nos gustan los peces. -Rio un poco, mientras les ponía el alimento en el agua.
Al instante, los tres seres acuáticos se acercaron a su alimento y empezaron a comerlo. Sonreí, al ver cómo es que los chicos eran tan cuidadosos con sus pequeños peces, aunque pensé que Steven era el más cuidadoso con ellos. No tenía pruebas, pero tampoco dudas.
Cuando Steven se desocupó, volvió su atención a mí. -______________, creo que es mejor que por ahora sea Marc el que tiene el control de la situación, para que le puedas explicar todo lo que pasó hoy en el museo. Además, me parece que también quiere que conozcas a alguien más. -Steven sonrió, me tomó de la mano y depositó un tierno y suave beso en ella. -Te veo luego, querida.
-Yo asentí y luego de unos segundos, me di cuenta en la mirada de Steven que ya no era él, había regresado Marc, con su mirada seria y ceño fruncido. Al verlo, le di un abrazo que él correspondió al instante.
-Hola Marc, me da gusto volver a verte. -Me aparte del él, soltando un poco el abrazo para poder verlo a la cara y curiosamente, su mirada su suavizó.
-Hola, _______________. A mí también me da mucho gusto verte. -Marc me sonrió y me tomó de la mano para que lo siguiera. -Ven por aquí, estuve poniendo atención en todo lo que pasó el día de hoy, y es urgente que tengamos esa reunión secreta que dijo Steven.
Marc me condujo hasta una habitación que supuse, era de ellos. Lo primero que noté, fue un arnés sostenido en el poste que estaba junto a la cama. Lo miré extrañada y luego recordé que Steven ya me había contado que lo usaba para dormir, pensando que era sonámbulo cuando en realidad, era Marc quien tomaba el cuerpo y salía a hacer sus cosas de Moon Knight.
También vi la cama rodeada por un círculo de área y recordé también que, Steven me había dicho que la ponía para saber si se había despertado por las noches y lo sabría si había una huella en la arena, pero luego supo que nunca había huellas porque cuando Marc tomaba el cuerpo, las borraba.
Nunca había entrado a su habitación, pero cuando vi todo eso, muchas cosas de lo que me contó Steven, me hicieron sentido. Me acerqué a la cama y sin pisar la arena, logré llegar a ella y sentarme en el colchón. Y fue entonces cuando Marc se giró a verme.
-Escucha _____________. Puede que lo que vayas a ver sea extraño, pero después de lo que viste cuando nos presentamos contigo, no creo que esto vaya a ser un problema. -Marc se encogió de hombros y suspiró, con media sonrisa, la cual yo respondí también. -Quiero presentarte a alguien que, hablando con los chicos esta mañana, consideramos que debe estar presente. - Yo asentí. -¿Khonshu, estás ahí, pajarraco del demonio?
-¿Recuérdame por qué sigo salvando sus traseros cada vez que lo necesitan tú y tu par de tontos, Marc? -Se escuchó una voz profunda y grave resonar en por las paredes de la habitación.
-Porque nos lo debes, por haberte aprovechado que ni Steven ni yo sabíamos de la existencia de Jake.
***En la mente de Marc***
-Y yo ya me disculpe un chingo de veces por eso, Spector. -Jake se cruzó de brazos, molesto.
-No lo tomes así Jake. Marc solo lo dice porque en serio no teníamos ni idea de que existías, pero estamos muy felices de que hayas llegado. No es tu culpa de que Khonshu sea un mentiroso traicionero que no cumple sus promesas. -Dijo Steven, tomando por el hombro a Jake, tratando de confortarlo.
-Gracias. -Contestó Jake, sin atreverse a mirar a Steven.
***
-Bueno, ¿para qué me llamaste? -Volvió a preguntar la voz.
-Necesitas saber algo. -Respondió Marc. -Y necesito, que ella te pueda ver.
-¿Disculpa? -Pregunté confundida.
-Sí, necesitamos que puedas ver a Khonshu. Tal vez lo puedas escuchar, pero no es lo mismo. Además, esto es importante. -Contestó Marc. -Ahora, deja de ____________ te vea, pajarraco.
-Como quieras. -Replicó la voz.
Estoy segura que nadie me creería si se los dijera, pero justo frente a mí, tenía parado a Khonshu, el dios de la luna y del tiempo. Completamente en vivo y a todo color. Con su cetro, el cual justo en el pico, tenía una luna en cuarto, con su vestimenta ceremonial que era muy parecida al traje de Marc y con una peculiar cabeza de cráneo de pájaro, que estaba literalmente despegada de su cabeza y se mantenía flotando.
-Oh mierda, ¡Oh vaya! No lo puedo creer... Tú, tú eres real. -Exclamé sorprendida.
-Claro que soy real, pero solo mis avatares pueden verme o en todo caso, quien yo elijo quien pueda verme. Siéntete afortunada ______________ Lennox Walker, porque no eres mi avatar y mucho menos la persona a quien elegiría para que pueda observarme. Todo, se lo debes a Marc.
Yo rodé los ojos y sol asentí. Tremendo dios arrogante.
-Bueno, dejemos de perder el tiempo. ____________, por favor, hablemos con Khonshu sobre lo que pasó esta mañana.
***
Después de unos minutos de conversación y en donde Khonshu sorprendentemente me ponía mucha atención, logré terminar de explicarle el plan de Alexander Tatcher.
-¿Alexander Tatcher, dices? -Preguntó Khonshu curioso.
-Sí, Tatcher. Eso dije. -Confirmé.
-Oh, esto es malo. -Exclamó Khonshu. -Si ese hombre llega a descubrir la perla, algo muy grave puede pasar. Además, no podemos arriesgarnos, si la descrubre y llama a Seth, esto no va a terminar bien.
-Oye, a ver, espera... ¿Cómo sabes que Seth tiene algo que ver? -Preguntó Marc a Khonshu, alzando una ceja. -No lo hemos mencionado. -Comentó, colocando sus manos en puño en su cadera.
-Por qué Alexander Tatcher alguna vez, también fue mi avatar.
-¿Qué? Khonshu, ¿cuántos avatares has tenido y a cuántos les has dicho lo mismo que a mí? -Preguntó Marc frunciendo el ceño y luego, levantó las cejas sorprendido. -Espera, tengo una mejor pregunta, ¿por qué a ellos si los has liberado y a mí no?
***En la mente de Marc***
Jake y Steven solo miraban la escena desde el reflejo de un espejo, algo confundidos.
***
-No perdamos el tiempo con preguntas estúpidas, Marc. Concentrémonos en que tenemos que acompañar a Tatcher a Egipto, ustedes tienen que fingir que lo van a ayudar a buscar la perla y cuando sea el momento, destruirla. No podemos a arriesgarnos a que Seth tenga una nueva oportunidad de destruir el mundo. -Dijo Khonshu y Marc y yo solo nos miramos con preocupación.
Al momento, tomé mi teléfono y empecé a escribir un mensaje. Marc se acercó a mí y me preguntó delicadamente qué hacía.
-¿Pasa algo? -Preguntó.
-Sí, de hecho. Les estoy escribiendo a Oscar que vamos a aceptar la expedición de Tatcher. Viajaremos a Egipto y destruiremos esa maldita perla antes de que él pueda si quiera tocarla. -Exclamé, mirando a Marc a los ojos.
-¿Por qué todo es siempre el Egipto? -Preguntó Marc, mientras pasaba sus manos pos su rostro.
***
Hola mis lectoras bellas, mis lectores increíbles. Disculpen que la noche de ayer no actualicé, pero es que mi mejor amiga estaba de visita en mi casa. Hicimos una pijamada y vimos Moon Knight juntas, es algo que ya habíamos planeado y al fin pudimos cumplir. Y también hubo de por medio una botella de whiskey jasjajsjja. Entonces, por eso motivo es que no pude hacer actualización el viernes, pero, para compensarlos, les traje este capítulo largo y lleno de intriga y cosas interesantes y ¿por qué no? También algo de diversión y coqueteo con los moon boys que se robaron nuestro corazón.
¿Qué les pareció el capítulo? ¿Se imaginaban que Tatcher una vez fue avatar de Khonshu? Yo no lo hubiera esperado jajaja. Prepárense, porque les tengo pensados capítulos llenos de mucha aventura, emoción, drama, celos, amor y acción a partir de aquí.
Se viene lo bueno gente jkajaja.
Por cierto, el lunes no trabajo, hay puente en México por el 21 de marzo, natalicio de Benito Juárez. Y pues, para decirles que mañana domingo y lunes, habrá capítulos nuevos. <3 :3
Espero les guste este capítulo, no saben cómo disfrute escribirlo.
Gracias por estar aquí y seguir compartiendo esta historia conmigo. Y les dejo como siempre a mi viejo sabroso para que sean felices. Nos leemos pronto. Besos. :3
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