Capítulo 7: 3 en 1

Previamente en En lo profundo del Nilo:

-No te preocupes, también me encanta el té. -Sonreí y tomé una de las tazas. Cuando di el primer sorbo, me encantó. -Está delicioso, muchas gracias. -Le dije acomodándome mejor en la silla y él se sentó en otra silla frente a mí. -Bien, ahora si me pudieras explicar qué fue lo que pasó esta mañana en el museo, te lo agradecería mucho.

Steven suspiró cerró los ojos y cuando los abrió, me encontré de nuevo con esa mirada profunda, mucho más oscura, más seria y con facciones mucho más duras. Esa ya no era la mirada tierna y brillante de Steven. ¿Ese era Marc Spector, de nuevo?

***

Narra ____________

Me encontraba frente a frente con quien en un inicio creí que era Steven, porque pensé que era él quien me explicaría todo. Pero, cuando pude ver más detalladamente aquellos orbes marrones, los noté menos brillantes. Y así no eran los ojos de mi Steven.

Quiero decir... De Steven, los ojos de Steven.

Hubo unos segundos de silencio en donde solo se escuchaban las respiraciones de ambos. Fui yo quien decidió romperlo.

-Entonces... -Comenté, tratando de sonar lo más calmada posible. -Imagino que tú eres Marc, Marc Spector, ¿cierto? -Pregunté, ladeando la cabeza a un lado y alzando una ceja.

Él pestañeó un par de veces y luego habló. -Eso es correcto, ___________. Y créeme que los chicos y yo, tenemos toda la intención de explicarte todo. Puede ser confuso en un inicio, pero sé que si llevamos esto con calma, te será más sencillo comprenderlo. -Me hablo suavemente, aclarando su garganta.

-¿Chicos? ¿Cómo que chicos? -Pregunté dejando mi taza de té sobre el escritorio.

-Si bueno, lo que pasa es que... Yo, bueno, ¿cómo explicarlo? -Comenzó a hablar Marc, rascando la parte de atrás de su cabeza y haciendo una mueca.

-Espera, antes de que me digas otra cosa y espero que esto te ayude a encontrar una mejor forma de explicar, ¿me puedes decir porque de pronto tienes acento americano? Es que, no entiendo el por qué cuando conocí a Steven, hablaba con acento británico y de pronto, te escuchó hablar a ti, como yo. Es que no, no tiene sentido. -Le dije moviendo la cabeza en negación.

-Bueno, después de todo lo que te contaremos, eso será lo que tenga más sentido al final. -Me dijo Marc con media sonrisa y yo lo miré sin entender. -Verás, esa pregunta es fácil de responder, Steven tiene acento británico porque precisamente, esa es su nacionalidad. Y yo tengo acento americano porque nací en Illinois, soy estadounidense. En algún momento, estuvimos viviendo en Londres para cubrir las necesidades de Steven pero por, cuestiones de... trabajo, tuvimos que regresar a Estados Unidos

Después de escuchar lo que había dicho Marc, abrí la boca para decir algo, pero inmediatamente la cerré. A decir verdad, no tenía ni idea de cómo formular mi pregunta. ¿Cómo que uno es británico y otro americano? -Pensé y entonces, Marc tomó la palabra de nuevo.

-Verás ___________. La situación es que, Steven es mi alter ego. Él apareció en un momento muy complicado de mi vida y fue quien en ese momento, me protegió y estuvo para mí. -Marc empezó a explicarme, tratando de ser lo más congruente posible con las cosas que decía, o al menos esa impresión fue la que me dio. -Ahora, otra cosa que debes de saber sobre mí, es que hace un tiempo fui un mercenario, pero ya me alejé de esa vida.

-¿Eso quiere decir que esas muchas libretas de bitácoras de viaje si son tuyas? -Le pregunté señalando el mueble donde las había visto hace unos minutos.

-Es correcto, señorita Lennox. -Me sonrió de forma amable y eso me hizo sentir más cómoda. -Es usted muy observadora. -Marc se acomodó mejor en su silla y con un movimiento de su mano, se llevó su cabello hacia atrás y volvió a incorporarse. -De hecho, mi último viaje fue al Cairo. -Exclamó.

-Interesante. -Respondí, recordando que justamente fue el nombre que leí en la libreta que había podido ver.

-Entonces... -Siguió Marc con su explicación. -Por ciertas situaciones y decisiones y, problemas en los que me metí cuando me dedicaba a ello, hubo una época en que Steven tomo el control total de mi cuerpo. Y para esconderme hasta que las cosas se calmaran, estuvimos un tiempo viviendo en Londres.

-¿Hace cuánto de eso? -Pregunté.

-Hace unos dos años. De hecho, no tenemos mucho que volvimos a Estados Unidos.

-¿Y cómo fue que nunca te vi? Es decir, los vi... O como sea. Yo hace dos años también aún estaba en Londres. -Le pregunté a Marc, cruzándome de brazos.

-Bueno, Londres es muy grande. Hay gente que vive toda su vida ahí y jamás llegan a cruzarse. -Me respondió de forma simple, para luego darle un sorbo a su taza de té. -Agh, debemos comprar café.

*** En la mente de Marc ***

-Jake, anota en la lista de supermercado que debemos comprar café de la marca favorita de Marc. -Comentó Steven, sin dejar de poner atención a lo que sucedía entre _________ y Marc.

-Anótalo tú, tú eres el que se encarga de esas cosas de compras. -Contestó Jake sin prestar demasiada atención.

Steven solo miro a Jake a lo lejos y negó con la cabeza. -Una cosa Jake, te estoy pidiendo que hagas una sola cosa por mí y no puedes. Ahora tendré que hacer una nota mental para recordarlo. Menos mal que mi memoria a corto plazo funciona bien.

-Oh si claro, hay que hacer la lista de supermercado. -Replicó Jake con un tono sarcástico. -¿Y en dónde quieres que lo anote, Einstein? ¿En mi libreta imaginaria con mi pluma mágica? Recuerda que estamos en la mente Spector y hasta donde yo sé, aquí no tenemos ninguna estúpida reserva de papelería para hacer nuestros apuntes. -Bufó Jake, un poco más exasperado.

-Oh vaya, tienes razón. -Contestó Steven riendo dulcemente. -No había pensado en eso.

-Estoy rodeado de idiotas. -Musitó Jake por lo bajo.

***

-Bueno, eso es cierto. -Admití. -Es solo que me sorprende que, siendo Steven una persona tan, peculiar y agradable, jamás me haya cruzado con él. Me hubiera encantado conocerlo en Londres. -Sonreí.

***En la mente de Marc***

-¿Le habría encantado conocerme? ¡LE HABRÍA ENCANTADO CONCOERME! ¿¡Escuchaste eso, Jake!? ¡Le habría encantado conocerme! A alguien le habría encantado conocerme... -Gritó Steven, entusiasmado y llevando sus manos a su corazón, completamente sonrojado.

-Spector, ¿quieres darte prisa para que por lo menos puedas tú volver acá? Creo que te soporto más que a Steven. -Dijo Jake, rodando los ojos.

***

Note que Marc carraspeo su garganta y fue cuando caí en cuenta de lo que dije. -Oh bueno, me habría encantado conocerlos. Tú entiendes, eso creo. -Le dije, algo apenada. Lo menos que quería era ofenderlo o hacerlo sentir mal con mi comentario.

-No te preocupes. -Marc me regaló una leve sonrisa. -Steven es una buena persona, supongo que es normal tu reacción a él.

-Sí, eso creo. Pero, no era mi intención hacerte sentir incómodo. -Le dije, apretando los labios en una línea delgada.

-Tranquila, no lo hiciste. -Me dijo con un tono amable, mientras una de sus manos acomodaba algunos mechones sueltos de mi cabello detrás de mí oreja. Yo me sonrojé al instante y al parecer él se dio cuenta, porque rápidamente alejó su mano y siguió hablando. -Bueno... Como te decía, después de un tiempo y por otras situaciones que se presentaron y que era urgente resolver, Steven y yo tuvimos que irnos de Londres.

-¿Qué situación? -Le pregunté frunciendo el ceño.

-Una que involucró un viaje precisamente al Cairo, por eso es mi último dato en la bitácora. No quiero abrumarte con los detalles, la cuestión es que, a raíz de ese viaje, apareció alguien más...

-¿Y con alguien más te refieres a..? -Pregunté sin comprender a quién se refería.

-A... Otro alter ego. -Respondió Marc, entrelazando sus manos entre sí. -Sé que suena muy extraño, pero __________, todo lo que te digo es verdad. Pero, aún falta lo más importante.

-Dime entonces. -Le dije, alzando las cejas.

-Bueno, durante mi vida como mercenario, hubo una ocasión, una misión en la que casi pierdo la vida. Me encontraba en Egipto...

-¿Por qué todo te sucede allá, eh? -Le pregunté, apoyando mi cabeza en una de mis manos, haciéndolo reír en el proceso.

Curioso, sus risas también son... diferentes. -Pensé, recordando la risa de Steven y comparándola con la de Marc.

-Sucedió que, me dispararon causándome una herida de gravedad y terminé dentro de una pequeña pirámide, llegué a ella literalmente arrastrándome. Habían pasado ya tantas cosas hasta ese punto, que ya no importaba seguir con vida y considerando que por la pérdida de sangre solo me quedaban unos minutos, había decidido suicidarme con mi propia arma. Pero justo cuando iba a jalar el gatillo que apuntaba a mí garganta, escuché una voz profunda que atravesó mis oídos. Una voz que me dijo lo siguiente: "Vamos Marc, este no es el lugar dónde vas a morir. Yo puedo ayudarte, si tú me ayudas, puedo salvarte y hacer que hagas algo que le dé sentido a tu rota vida... Necesito un guerrero, alguien que sea mis manos, mis ojos, mi venganza... Marc Spector, ¿juras proteger a los viajeros de la noche y castigar a quiénes lo merezcan? Y, acepté.

Juro que en ese punto de su explicación, yo estaba inmersa en sus palabras. Parecía que me estaba contando una clase de aventura sacada de un libro. Incluso, ya estaba hasta emocionada. -¿Y quién pudo haberte dicho semejante cosa? -Le pregunté sorprendida.

-Oh __________, puede que esto sea lo más extraño que te diga pero... fue Khonshu.

Yo lo miré anonadada. -¿Khonshu? ¿El antiguo Dios egipcio de la luna?

-El mismo. -Respondió él con firmeza. Y te lo puedo demostrar, aunque es algo que ya viste hoy por la mañana.

Fue entonces que, justo frente a mí, los ojos marrones de Marc se volvieron blancos, brillantes, semejante al brillo que tiene la luna llena cuando está en su fase culminante. Y al instante, una especie de vendajes blancos empezaron a rodear su cuerpo completamente, incluido su rostro. En se pecho apareció una coraza protectora, de la cual resaltaba la forma de una luna en cuarto, de color dorado, brillante y llamativa y de nuevo, ahí estaba esa capa, larga y blanca que cubría desde su capucha hasta las botas igualmente blancas que cubrían sus pies.

Esa mañana en el museo, no había tenido la oportunidad de apreciar esa especie de traje tan de cerca y cuando estaba por acercarme, Marc se giró y me asustó, provocando que me sobresaltara y chocara con el escritorio, el cual a causa del golpe, derrumbó la pila de libros que se encontraban a su lado, de los cuales no había notado su existencia hasta ese momento.

Yo cerré los ojos y levanté los hombros, escuchando como uno a uno, los libros pegaban contra el piso. Y entonces, Marc se quitó la máscara, acercándose a mí rápidamente.

-¿Te encuentras bien? -Me pregunto preocupado, tomándome por los hombros. Yo hice lo mismo.

-Si yo, lo... lo siento. Es solo que, me asusté cuando giraste tan rápido. Y-yo, lo siento por los libros.

-No pasa nada, es la colección de libros de Steven sobre historia antigua de hecho. Más tarde le ayudo a acomodarla de nuevo, aunque, tenía acomodados los libros con un orden muy específico, por volumen, tema e incluso, alfabético. -Dijo Marc alzando una ceja al ver como se habían desacomodado los libros y viendo preocupado como estaban todos desordenados y amontonados en el piso.

-¡Oh Dios mío! Eso es muy complicado, yo sin problema puedo ayudarte... ayudarlos... ayudar a organizarlos de nuevo. Lo lamento mucho. -Dije algo apenada, sin despegar la mirada de los libros en el piso.

-No te preocupes, estoy seguro que Steven te disculpara. -Me sonrió, dejando su mano en mi hombro y yo le sonreí de vuelta.

***En la mente de Marc***

-Ay, mis libros. -Musitó Steven llevando sus manos a sus mejillas. -Está bien, no pasa nada. No puedo enojarme con ____________ por algo así. Se puede arreglar.

-Yo necesito salir un poco de aquí. -Suspiró Jake. -Spector, si tardas más con tu presentación, te juro que voy a forzar el cambio de conciencia. Ya no puedo seguir con Steven aquí. ¡Rápidoooooooooooooo! -Gritó Jake.

***

-Está bien, pero si necesitan ayuda, con gusto puedo ofrecerme a volver a ordenar todo esto. -Dije seria.

-Muchas gracias, _____________. Pero, yo creo que eso deberías de decírselo directo a Steven. -Comentó Marc, alzando una ceja. -Y pronto se lo podrás decir. Ahora, si gustas puedes volver a tomar asiento, hay algo más que debo decirte antes de que Steven tome conciencia.

-¿Conciencia? O sea, qué ¿tome el cuerpo?

-Correcto de nuevo, señorita Lennox. Me temo que debo felicitarla por ser tan lista. -Marc me sonrió de nuevo y de pronto, sentí un cosquilleo en el estómago. -Bueno, otra cosa que debes saber es que, como te dije hace un momento, en el viaje que hicimos al Cairo, llegó a nuestras vidas otra persona.

-¿Quién? -Le pregunté intrigada.

-Su nombre es Jack Lockley. Es mí... tercer alter ego, pero, él completamente diferente a mí y a Steven. Es decir, los tres somos diferentes pero Jake, lo es aún más. Te darás cuenta con el tiempo... Aunque, puede que sus métodos sean un poco más extremos, pero Jake desde que llegó, siempre ha estado ahí para ayudarnos. -Culminó Marc con una sonrisa un poco más amplia. Como si se sintiera orgulloso.

***En la mente de Marc***

-Oh Spector... -Jake se quitó la boina y la apretaba con todas sus fuerzas. -Puede que seas estúpido pero a pesar de todo, yo siempre estaré con ustedes para ayudarles.

Steven no podía creer lo que estaban viendo sus ojos. ¿Jake siendo amable con Marc? Vaya locura.

***
-Vale. Entonces, ¿me estás diciendo que tú, Marc Spector, tienes trastorno de identidad disociativo? -Le pregunté curiosa, acercándome más a él.

-Pues en pocas palabras, sí. -Me dijo él, agachando la mirada. -Hay tres personalidades viviendo en mí. Pero espera, ¿cómo sabes el nombre de mi enfermedad?

-En primer lugar, no lo llames enfermedad Marc, es una condición, condición que has sabido sobrellevar desde hace no sé cuánto tiempo, y eso es algo digno de respeto. No mucha gente lo resiste. -Le dije, acariciado su mejilla y el cerró sus ojos ante mi tacto.

-He vivido con esto, desde que tengo 12 años. -Me respondió, colocando su mano sobre la mía en su mejilla.

-¿Lo ves? Eres excepcional. -Sonreí. -Además, ¿con quién piensas que estás hablando? Puede que sea directora de un museo, pero también sé un poco de psicología. -Reí, haciéndolo reír también a él. -Y a decir verdad, me gustaría conocer también a Jake. -Le sonreí.

-Entonces te dejo con ellos, señorita. -Marc alejó mi mano de su mejilla para acercarla a su boca, en donde y con sus labios, dejo un suave y tierno beso en ella y de nuevo, volví a sentir ese cosquilleo en el estómago. -Te veré pronto ___________. Me hará muy feliz volver a verte.

Y entonces, justo después de que Marc dijera esas palabras, cerró sus ojos, al mismo tiempo que su traje desaparecía, convirtiéndose ahora en un traje sastre total y completamente blanco, de pies a cabeza.

Dicho traje estaba compuesto de un saco y pantalones formales, zapatos de vestir igualmente blancos. Al ver un poco más arriba, me di cuenta que quien ahora sostenía mi mano, eran unas manos cubiertas con guantes suaves y sí, también blancos. Al enfocarme en el pecho del hombre frente a mí, me di cuenta que llevaba camisa, corbata y el pañuelo en el saco igualmente blancos. Al levantar mi vista a su rostro, volví a encontrarme con esos ojos brillantes como luna llena pero ahora con una máscara de textura lisa, y una línea que corría desde su cabeza hasta perderse en el cuello de su camisa. Justo al centro de su frente, había una luna en cuarto.

Él inclinó la cabeza y luego la bajo para ver la unión de nuestras manos y al instante, retiró las suyas de las mías. Un poco nervioso, se notaba. En ese momento, supe quién era.

-Hola Steven. -Sonreí volviendo a tomar su mano firmemente.

En respuesta, él se quitó su máscara permitiéndome ver sus ojos, los cuáles ya reconocía como los de Steven: orbes marrones llenos de brillo que lo único que expresaban eran ternura, y con facciones mucho más delicadas y suaves. Fue entonces cuando mirándome directamente, correspondió tomando mi mano también, afianzando más el agarre entre ambos y, con sus mejillas sonrojadas, tomó la taza de té que había dejado en su escritorio y me la ofreció. -¿Gustas un poco más de té?

Sí, ahí estaba de nuevo ese exquisito acento británico.

-Sí, muchas gracias. -Sonreí dándole otro sorbo. Luego, volví a dejar la taza descansando en donde estaba hace unos segundos. -Por cierto Steven, lamento mucho lo de tus libros. Cuando Marc se puso su traje, me asusté un poco y choqué con esto. -Dije señalando el escritorio. -Te juro que no fue mi intención, si gustas puedo ayudarte a ordenarlos de nuevo. -Le dije un poco apenada.

-Oye ____________, tranquila por favor. No te preocupes por eso. No hay ningún problema. Yo puedo arreglar eso, pero, si el hecho de que me ayudes es un pretexto para poder pasar más tiempo contigo, c-con gusto acepto tu a-ayuda. -Me dijo con sus mejillas rojas, y aun sosteniendo mi mano.

-¿Aunque me vas todos los días en el trabajo? -Reí al ver lo tierno que se veía.

-Oye, tener la oportunidad de verte siempre, e-es un placer para cualquiera. -Contestó Steven, con una gran sonrisa. Sin embargo, al darse cuenta de lo que había dicho, me miró nervioso. -Oh por Ra, ¿dije eso en verdad o lo pensé?

-Lo dijiste Steven, pero no te preocupes. El que pienses eso, me hace feliz. -Le dije, sintiendo mis mejillas arder y otro cosquilleo en el estómago.

¿Qué estaba pasando? ¿Por qué sentí también esto con Marc? Es muy, extraño... Pero me gusta. ¿Debería controlarme? Tal vez, debería reflexionar sobre esto más tarde. -Pensé.

-Y bueno Steven, dime, ¿este traje es el que tienes con el poder de Khonshu? -Le pregunté, tratando de olvidar por un momento lo que acababa de sentir. Y sonreí.

-Oh, entonces Marc ya te contó sobre él. Muy bien. -Exclamó él emocionado. -No tienes idea de lo feliz que me hace que no hayas salido corriendo asustada cuando Marc te explicó todo, porque yo ya no aguantaba las ganas de mostrarte esto. -Comentó entusiasmado al mismo tiempo que detrás de él, sacaba un par de barras de titanio que sostenía con sus manos, una en cada una.

-¿Y eso qué es? -Pregunté levantando ambas cejas, sorprendida.

-Son mis compañeras de pelea. Con ellas, derroto a los malos. Madame, es un gusto presentarme ante usted. Bueno, técnicamente ya nos conocíamos porque eres mi jefa y quién me consiguió un a-ascenso, pero no me conocías así. Pero, bueno, me presento en esta versión. -Dijo alzando una ceja y luego, volvió a aparecer la máscara blanca, cubriendo su rostro. -Madame, es todo un placer, yo soy Mr. Knight. -Exclamó, colocando una mano en su pecho aun sosteniendo sus barras e inclinándose un poco.

-Mr Knight, el placer es todo mío. -Sonreí, haciendo una reverencia también.

-Y pues, cómo pudiste notar -Comentó Steven incorporándose y quitando de nuevo su máscara para dejarme ver su rostro. -Marc en su traje, es Moon Knight.

-Sí, lo note. -Negué con la cabeza con media sonrisa. -Pero dime, ¿en serio peleas con estas cosas? -Le pregunté, tomando una de sus barras.

-Sí, ¿es que no me crees? -Me preguntó Steven riendo.

***

Después de unos minutos hablando con Steven y que me mostrara como usaba sus barras en las peleas, le pregunté si podía conocer a Jake.

-Steven, ¿crees que, pueda conocer a su otro compañero?

-¿A Jake?

-Sí, por favor. Me encantaría y así, habré conocido a los tres. -Sonreí, mientras tomaba otro sorbo de la tercera taza de té que Steven me había servido, pero ahora era de limón.

-Claro que sí, ___________. -Me sonrió y se acercó a mí mejilla, para hablarme al oído. -Nos vemos en el trabajo. -Me dijo suavemente y entonces, sentí un pequeño y tierno beso en la mejilla justo antes de despedirse.

-Nos vemos Steven. -Me despedí y vi como cerró sus ojos y el traje empezó a cambiar de nuevo.

***En la mente de Steven***

-Es que no puedo creer que le hayas dado un beso en la mano Spector, no puedo creerlo. Era para que aprovecharas y la besaras en los labios. -Le recriminó Jake a Marc, que solo estaba cabizbajo, sonriendo ligeramente. -Mmmmm, al parecer al fin estas aceptando que la dama te mueve el tapete, ¿verda'?

-Ohhhhh, ¿qué es eso que escucho Jake? Al parecer ___________ pregunta por ti, quiere conocerte. -Dijo Marc, llevando una de sus manos a su oído derecho. -Te traduzco, lárgate ya, toma el control de mi cuerpo y preséntate con _____________ y por favor, no lo arruines. -Marc le dijo seriamente a Jake.

-Señores, mi momento ha llegado. -Jake sonrió y desapareció del espacio mental justo cuando Steven regresaba.

***

Cuando Steven cerró los ojos, en pocos segundos, el traje empezó a cambiar de nuevo y ahora, empezaba a aparecer uno similar al de Marc, pero con los vendajes en color negro y la capa y capucha, blancas, al igual que el protector del pecho y con la diferencia de que éste tenía la figura de una luna en cuarto también pero, en color plata. Adicional de que, en la parte de en frente de la capucha, tenía la forma de una media luna. Cuando logré encontrarme con su rostro, también tenía esos ojos brillantes de luna llena.

-Asumo que, al ser la última visita y considerando que Marc me dijo que eran tres, estoy segura que tú eres Jack Lockley. -Me crucé de brazos y al instante, la máscara despareció, dejando ver el rostro de Jake.

¡Vaya cambio! Si bien los rostros de los tres eran el mismo por estar en el mismo cuerpo, sus facciones cambiaban entre cada uno. Las de Jake sin lugar a dudas, eran las más rudas. Sus ojos se veían mucho más oscuros y su mirada era también más penetrante e intimidante.

-Hola, bella dama. Debo decirle que está uste' en lo correcto. Yo soy Jack Lockley. O cómo me conocen cuando me visto en este traje, Shadow Kinght. Un gusto conocerla al fin preciosura de mujer. No sabe cuánto tiempo he esperado yo pa' tenerla en mis brazos por fin, oiga. -Jake me tomó por la cintura, sosteniéndome con su mano por la espalda, mientras me inclinaba hacia atrás, haciendo que él quedara suficientemente cerca como para que nuestros labios casi se rozaran.

Yo me sorprendí ante su abrupta acción y al estar en esa posición, lo tomé del pecho y me alejé un poco de él.

-¡Oh por Anubis! ¿Y tú eres latino? -Ustedes sí que son multiculturales.

-Solo lo mejor pa' usted dama bella. Ahora, ¿qué le parece si empezamos a conocernos de otra forma? -Él se estaba acercando peligrosamente a mis labios y como pude, me solté de su agarré y le alejé un poco, sintiéndome un poco acalorada. Al hacer esto, Jake me miró alzando una ceja y me dedicó una sonrisa pícara. -Mmmmm, una dama difícil de convencer. Me gusta el reto, lo acepto. -Sonrió, guiñándome un ojo.

-Oh vaya, ¿en qué me metí? -Dije por lo bajo, sintiendo algo caliente mi rostro por la reacción de Jake hace unos segundos.

Justo estaba viendo la hora en mí celular, para darme cuenta de que ya eran casi las 10:00 de la noche y que tenía que volver a casa, cuando me llegó una notificación de mi correo electrónico, apareciendo en la pantalla del teléfono. Era un correo de Oscar. Inmediatamente lo abrí.

"Hola _____________, buenas noches y primero, me disculpo por la hora, pero es importante.

Para avisarte que el día de mañana, va a asistir al museo el señor Alexander Tatcher, un empresario y filántropo muy importante en el mundo de los negocios y sobre todo, amante de la cultura egipcia. Está interesado en organizar una expedición que si funciona, sería de gran ayuda para el museo de NY. Y si no, no tendríamos de qué preocuparnos ya que los fondos de inversión para ello los pondrá él.

No quiero contarte más, te diré mejor mañana por la mañana que te vea en la oficina temprano y te doy más detalles. Ya estoy por abordar el avión a NY. Por cierto, lamento mucho lo que pasó esta mañana, me dices qué fue lo que pasó cuando te vea.

Nos vemos en unas horas.

Oscar Issac Hernández Estrada

Director General"

-¿Quién quiere hacer una expedición luego de que un museo es atacado? -Pensé sin dejar de ver el celular.

Cuando me giré para ver a Jake de nuevo, ya se había cambiado y se estaba colocando una boina y unos guantes. Los mismos que había visto sobre un mueble más temprano. -Sí, algo me decía que eran tuyos. ¿Vas a salir? -Le pregunté.

-Claro que voy a salir, dama. Tengo que trabajar y mover ese taxi que tengo parado allá abajo. -Me dijo, mientras se acomodaba bien su boina.

-Ohhh, por eso las llaves, entiendo. -Sonreí. -Disculpa, si no fuera mucha molestia, ¿podrías llevarme a mi casa? Justo ahora no tengo efectivo, pero puedo pagarte mañana.

-Oiga encanto de mujer, uste' no se preocupe por eso. Si gusta, nada más puede pagarme con unos besos y miré, yo con eso me doy por bien servido y hasta me paga más. -Me miró con una sonrisa juguetona.

-Muy bien, pero solo si prometes decirle a Steven que lo veo mañana temprano en el museo. Es importante. -El asintió y yo sonreí. Me acerqué e impulsándome de su brazo, logré darle un beso en la mejilla.

-Bueno, es un comienzo. -Comentó Jake riendo, mientras me guiaba a su taxi para llevarme a casa.

***

Buenas madrugadas, mis lectoras hermosas y mis lectores bellos. ¿Cómo están? Espero que anden dormiditos, porque cuando despierten, verán que se encontraron con este capítulo de 4,400 palabras que escribí con mucho amor y cariño para compartirlo con ustedes. No se imaginan lo mucho que ame escribirlo. A decir verdad, hasta ahora este capítulo y el 4 de "El mejor guía del museo" Han sido mis favoritos, (notese en que han sido los capítulos más largos jajaja). :3 ¿A ustedes cuál les ha gustado más hasta ahora? Me encantaría saber.

Por cierto, saben que espero me puedan regalar sus comentarios, porque en verdad, amo leerlos y sobre todo, responderlos, me dan mil años de vida, igual que Oscar Issac mi amor, dueño de mis quincenas jajaja. Díganme, ¿qué les pareció el encuentro con los tres Moonboys? ¿Les gustó? Por favor, díganme, me encantaría saber su opinión. :3

Por cierto x2: Quise para esta historia que, Jake tuviera también su propio traje. Es que siento feo que él sea el único que no tenga y bueno, puede que sea como el hermano menor, pero también tiene derecho de verse espectacular y tener un buen traje. Por lo que me inspiré en algunos fanarts que he visto de cómo sería el traje de Jake, el nombre si me lo dio mi imaginación. ¿Qué opinan? Yo digo que #Jaketambiénmerecesutraje

Les dejo uno de los fanarts que les digo para que vean más o menos como fue que lo describí

Bueno, me despido por ahora, dejándoles como siempre, una gif de nuestro viejo sabroso que nos alegra la existencia.

Gracias por estar aquí. Les mando un abrazo y nos estamos leyendo pronto.

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