Capítulo 40: La promesa

Narra ______________

En el preciso momento que tocamos tierra firme, me sentí agradecida. Puede que nuestra alocada expedición haya durado apenas 10 días pero, con todo pasamos, esos días se volvieron interminables, sobre todo con los familiares que llevábamos de carga, con los cuáles no teníamos idea de qué hacer.

Para nuestra buena suerte (aunque un par de réplicas después) Khonshu y Ra accedieron a poseer los cuerpos inconscientes de Alexander y Jonathan, con las esperanza de poder idear algún plan para deshacernos de ellos. ¿Tal vez dejarlos en un hospital y que el personal se encargara de llamar a los familiares? ¿Tal vez dejarlos en la sala de espera del aeropuerto? ¿Tal vez investigar en qué banco tienen sus cuentas y vaciarlas directo a la mía?

No, ninguna de esas ideas era buena, puede que la última sí, pero no pasaría mucho tiempo en que terminara en la cárcel, además, los chicos no me habrían dejado hacer eso. Puede que Jake sí, pero Marc y Steven no. Así que, con todo eso en la cabeza, solté un suspiro, estirando mis piernas y brazos y en mis labios una gran sonrisa, completamente contenta de haber podido regresar a casa después de todo lo que pasamos.

Detrás de mí, bajó Steven y detrás de él Layla y Santiago, éste último ayudando a su esposa a bajar del jet con cuidado y mientras las personas que trabajaban con Santiago iban a buscar nuestro equipaje, una notificación en mi teléfono llamo mi atención, era el correo respuesta de Oscar.

"Hola, querida.

¡Qué gusto saludarte y que estén de vuelta! Me da tanto gusto que ya estén en casa, imagino que Steven estará encantado con todo el viaje. Quiero escuchar todo y hablar sobre las cosas que trajeron de su expedición. Seguro serán de gran atractivo para el museo, incluso podríamos hacer un pequeño evento exclusivo para poder presentarlas pero bueno, eso lo vemos cuando hablemos al respecto.

¿Te parece si nos vemos esta tarde en tu oficina? Y discutimos todo. Espero tu confirmación.

¡Saludos!

Oscar Estrada

Director General"

Esa es una respuesta bastante entusiasmada para lo que estamos a punto de contarle. –Pensé mirando mi teléfono con ambas cejas alzadas.

-¿Pasa algo, mon amour? –Me preguntó Steven, acercándose a mí y dejando su mano en mi cintura.

Yo lo miré sonriendo. –No realmente, es solo Oscar, me respondió ante el correo que le mandé de que habíamos vuelto a la cuidad. –Le contesté, dejando un rápido beso en sus labios. –Y, quiere vernos esta tarde para charlar sobre todo... lo que... pasó. –Suspiré.

Steven respondió a mi beso y luego me miró, pasando sus dedos por mi cabello. –¿Con contarle todo, te refieres a todo, todo? –Me preguntó frunciendo el ceño.

-Sí, bueno... Todo, todo, no. Solo lo importante que tenga que saber. –Le respondí con una sonrisa, guardando mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón luego de responder a Oscar que nos veíamos esa tarde en mi oficina del museo. –No es que le vaya a decir que ahora soy el avatar del Dios egipcio del Sol, o que tuvimos que pelar contra el hombre que financió toda la expedición porque liberó al Dios egipcio del caos y casi nos mata a todos, o todo lo que pasó entre... nosotros. –Sonreí con las mejillas sonrojadas.

La forma en la que Steven me miraba era muy dulce y mientras sus ojos brillantes me observaban como si fuera algo maravilloso, su mano tomo la mía y empezó a dejar besos en mis nudillos. –Eso me recuerda, aún tenemos que hablar de eso. –Suspiró, sin apartar la mirada de mí. –¿Crees que podamos hablar de eso hoy en la noche? Después de ver a Oscar. Pero los tres, contigo...

-¿Te refieres que tanto Marc, como Jake y tú quieren hablar conmigo? –Lo mire, con las cejas levantadas.

-Efectivamente, querida. –Asintió, besando el dorso de mi mano.

-Está bien. –Le sonreí sin apartar mi mano de la suya. –¿Y dónde quieren que hablemos?

-¿Podría ser en mi casa? Y así aprovechamos para tener poco más de privacidad y puedes visitar a Gus II, Pierce y Tony. –Me dijo con una sonrisa duce.

-Bien, me parece una buena idea. –Asentí y deje un beso en su nariz. –Cuando terminemos con Oscar, vamos a tu departamento, que seguro solo sigue en pie gracias a May y Peter. –Reí y luego me quedé callada unos segundos y abrí mis ojos al instante. –¡Eso es, May y Peter! –Sonreí entusiasmada.

-¿Qué tienen ellos, querida? –Me preguntó Steven confundido ante mi reacción.

-Yo tengo una mejor pregunta, ¿quiénes son May y Peter? –Inquirió Layla, acercándose a nosotros con nuestro equipaje.

-Oh no, yo tengo una mucho mejor, ¿qué vamos a hacer con estos dos sujetos? No puedo dejarlos en el Jet. –Expresó Santiago, ayudando a Layla con el equipaje también llegando hacia nosotros.

Yo inmediatamente los ayudé, al igual que Steven y cada uno tomo su respectivo equipaje, para después verlos con una sonrisa. –Justo sus preguntas me llevan a la misma respuesta: Steven, Layla, Santiago, May y Peter son las personas que nos van a ayudar a deshacernos de los hombres de allá. –Sonreí emocionada.

-¿Pero cómo? –Preguntó Steven aún más confundido y por las caras de Layla y Santiago, supe que ellos estaban igual.

-Vale, miren May Parker es una adorable mujer que se encarga de dirigir el centro para refugiados F.E.A.S.T aquí en New York, y Peter Parker es un amable y sobrino que siempre está ayudando a todos aunque casi nunca sean agradecidos con él, los conocí hace un tiempo porque mi padre donaba beneficencia al refugio y es algo que yo trato de seguir haciendo. –Expliqué y sentí la mirada de Steven sobre mí y su mano tomando la mía con fuerza. –Ahora, ella dirige F.E.A.S.T. porque su jefe, Martin Lee tuvo... algunos problemas por decirlo así, con Spiderman pero bueno, esa es otra historia, el punto es que, ellos nos pueden ayudar con los Tatcher. –Expliqué.

-Sigo sin entender como. –Musitó Santiago.

-Ohhhh, ya entendí querida. Al ser un centro de refugiados, vamos con ella, les decimos que tanto Alexander como Jonathan sufrieron algún tipo de accidente en nuestro viaje y están inconscientes y, que necesitamos que contacten a su familia para que pasen por ellos, ¿estoy en lo correcto? –Preguntó Steven, mirándome emocionado.

Yo reí y lo mire. –Sí, justo esa es mi idea. Podemos quedarnos hasta que May y Peter puedan hacer contacto con uno de sus familiares o amigos y dejarlos a su cuidado, después de todo, están inconscientes.

-¿Y se van a quedar inconscientes el resto de su vida? –Preguntó Layla, dirigiendo su vista a los Tatcher, cuyos cuerpos poseídos por nuestras deidades descansaban en las escaleras del jet.

-Ya quiero dejar a este idiota. ­–Escuché la voz de Ra resonar en mi cabeza y luego miré a Steven que negó rodando los ojos. –¿Khonshu también te dijo que está harto? –Le pregunté riendo.

-Sí, ¿cómo sabes? –Sonrió, mirándome extrañado.

-Porque Ra hizo lo mismo. –Le respondí, alzando los hombros.

-De acuerdo, ¿entonces, cómo llegamos con ellos? –Inquirió Layla, mirándonos a Steven y a mí.

-No se preocupen, solo déjenme llamarla. –Sonreí tomando mi teléfono de nuevo. –Y también sé llegar a F.E.A.S.T.

***

Un Mercedes Benz color negro nos movía por la cuidad de New York camino directo al refugio F.E.A.S.T. Sí, un Mercedes Benz que llegó por nosotros después de una breve llamada de segundos de Santiago y siendo sincera, agradecía el viaje porque eso nos estaba ahorrando tiempo de hacer todo lo que teníamos que hacer para poder reunirnos con Oscar esa tarde.

En el camino llamé a May y le dije que estábamos por llegar. Unos minutos después, nos encontrábamos descendiendo del auto con Alexander y Jonathan completamente inmóviles, ya que tanto Ra como Khonshu ya habían abandonado su cuerpo, no íbamos a llegar con May a decirle que estaban inconscientes cuando claramente se movían y no iba a ser sencillo que dos Dioses Egipcios estaban manipulando sus cuerpos, así que mejor decidimos que sería buena idea que a partir de ese momento, abandonaran los cuerpos, y adí lo hicieron.

Cuando llegamos al refugio, May y Peter ya nos estaban esperando en la entrada con un par de camillas listas para subir a los dos hombres y llevarlos al interior del lugar. Cuando estuvimos dentro, Peter saludó a Steven y a mí, ya que Layla y Santiago se habían quedado en el auto. May hizo lo mismo y cuando empezamos a explicarle el por qué estaban inconscientes (no todo, porque la verdad es que ese estado había sido impuesto por Khonshu) ella se quedó casi boquiabierta.

-¿Entonces fueron hasta Egipto y estos hombres casi mueren en un ataque de mercenarios que querían robar su expedición? –El rostro de May era totalmente de sorpresa.

-¿Y cómo es Egipto? –Nos preguntó Peter a Steven y a mí. Yo sonreí viéndolo.

-Justamente eso es lo que pasó, May. –Asentí mirando a Steven que me hizo una seña de que me calmara y todo iba a estar bien. –Eso fue lo que nos pasó... Y es por eso que estos hombres deben volver a casa y que su familia cuide de ellos después de lo que les pasó. –En ese momento, mire a Peter al escuchar su pregunta, pero Steven ya se había adelantado.

-Egipto es maravilloso, es uno de los países con la historia más antigua en su cultura y esconde muchas maravillas. Podría gustarte. –Sonrió orgulloso.

-Tal vez un día vaya. –Aseguró Peter. –Le diré a MJ que un día podremos ir a Egipto. –Sonrió.

-Eso está bien. –Asentí con una sonrisa y volví a May. –Por favor, ¿crees que pudieras encarte de ellos y contactar a su familia? Mira, aquí tengo sus cosas, cartera y celular, estoy segura que aquí debe haber alguna información de contacto. –Le dije, entregándoles sus pertenencias.

-Si, claro, ten por seguro que lo haré. –May sonrió, tomando las cosas de mis manos y dejándolas en la mesa que estaba cerca de ella. –Después de todo, es parte de mi trabajo y después de todo lo que tu padre y tú nos han ayudado, es lo menos que puedo hacer. –May me dedicó una sonrisa dulce.

-¡Eres la mejor! ¿Lo sabes, cierto? –Le pregunté, mientras la abrazaba.

Sí, lo sé. –Aseguró, devolviéndome el abrazo.

Me separé un poco de ella y choque el puño con Peter. –Tengo que irme, debo preparar algunas cosas para ver a mi jefe esta tarde. ¡Nos vemos luego y gracias de nuevo! Avísame cualquier cosa, por favor. –Le dije a May, abrazándola de nuevo y luego tome a Steven de la mano para salir del refugio.

Una vez que estuvimos afuera, me dirigí a Steven. –¿Puedes hacer que Khonshu quite el hechizo de inconsciencia sobre los Tatcher?

-Déjame ver. –Me dijo y unos segundos después de tener los ojos cerrados, asintió. –Dice que ya lo hizo, pero que estarán otras 36 horas inconscientes.

-El tiempo perfecto para que vengan por ellos. –Sonreí y nos dirigimos de nuevo al auto con Layla y Santiago.

-¿A dónde vamos? –Me preguntó ella, cuando cerramos la puerta del auto.

-Necesito ir a casa, me urge un baño y creo que Steven también necesita ir a la suya, más tarde tendremos que ir al museo a ver a mi jefe. –Le contesté y Steven asintió.

-Entiendo. Vamos a dejarlos Santi, ¿está bien? –Le preguntó Layla a su esposo y él le respondió con un sí, mientras tomaba su mano y la besaba. –Estaremos unos días más aquí en la cuidad por negocios de Santi, si nos necesitan, tienes mi número ______________, y también los chicos.

-Muchas gracias Layla, por todo. –Sonreí y la abrace, ella hizo lo mismo.

***

Layla y Santiago primero dejaron a Steven en su departamento y luego de decirme que me veía en el museo más tarde mientras dejaba pequeños besos en mi cara, la siguiente en llegar a casa fui yo. Me despedí de ambos, dándoles las gracias por todo y prometiéndole a Layla que la llamaría el día siguiente. Entre a mi casa después de insertar la llave en el cerrojo con mucha dificultad y lancé todo a la sala, la maleta, mi mochila, las botas que llevaba puestas y con pesadez, caminé hasta mi habitación y me arrojé en la cama.

Estos últimos diez días habían sido una completa locura.

Me dormí un par de horas, y cuando desperté, me sentía un poco mejor, así que tomé un baño para arreglarme para la reunión con Oscar y Steven y antes de salir, me preparé lo más simple y rápido que se me ocurrió: un sándwich.

Antes de salir a pasar a buscar a Steven e ir al museo, pase por la sala y abrí la maleta para sacar de ella una pequeña caja que al abrirla, pude encontrar dentro de ella la perla donde estaba encerrado Seth y que misteriosamente, había vuelto a unirse y también la llave que habíamos usado para abrir la tumba de Akenaton. Suspiré tomando ambas en mis manos aún preguntándome qué demonios había pasado con esa perla para que no estuviera hecha trizas y el cómo Ra me dijo que quería hablar de esto una vez que estuviéramos en un lugar más seguro y con quienes sí confiaba. Eso me causaba bastante intriga pero, decidí no agobiarme con ello y luego de volver a poner los objetos en la caja, la lleve conmigo en el auto para mostrarle todo a Oscar una vez que pasara por Steven y llegáramos al museo.

Antes de subir al auto, le mande un mensaje.

-Ya voy a pasar por ti, cuando esté abajo, voy a tocar el claxon dos veces.

-Está bien querida, bajaré en cuanto llegues. Me emociona tanto verte.

-Steven, pero si nos acabamos de ver hace un par de horas y duramos 10 días juntos. ­–Reí, mientras escribía el mensaje.

-¿Cómo sabes que soy tu Steven con V? 😮 Bueno, supongo que ya hay ciertas cosas con la que nos identificas, mon amour, pero contestando a lo que me dices, sinceramente después de todo lo que pasamos, yo quisiera estar siempre contigo y cada momento que podemos estar juntos, es de lo más maravilloso que me puede pasar. Te amo tanto...

-Yo también te amo. Más de lo que te imaginas. Te veo en unos minutos.

Fue el último mensaje que le envié antes de subir al auto, dejar la caja en el asiento y comenzar a manejar y mentiría si dijera que no iba sonriendo como estúpida todo el camino.

Al llegar al edificio del departamento de Steven toqué el claxon dos veces tal y como le dije y unos segundos después, él abrió la puerta del auto con una enorme sonrisa en su rostro, llevaba una camisa y pantalones negros, además de un chaqueta azul marino que hacía un lindo contraste con el color oscuro de sus otras prendas, su cabello estaba aún un poco húmedo, con algunos de sus rizos resbalando en su frente a la altura de sus cejas, por lo que deduje que había recientemente tomando una ducha y el aroma de su perfume se hizo presente, haciéndome suspirar. Cuando se sentó en el asiento del copiloto, tomó mi mano y la entrelazó con la suya, y con la otra, tomo mi mejilla y acercó mi rostro al suyo, dejando un beso en mis labios algo torpe al inicio, pero que al final fue delicado y tierno. Yo sonreí y lo correspondí. Cuando se alejó, me miró, acomodando mi cabello.

-Te ves hermosa. –Me dijo mientras se abrochaba el cinturón de seguridad. –Ese saco rojo que llevas hace lucir tu piel muy linda, te queda el color, mon cher.

-Y tú me vas a volver loca con tu perfume. –Reí, poniendo en reversa el auto para volver al camino. –Muchas gracias por el cumplido.

Unos minutos después, llegamos al museo y Steven me ayudó a llevar la caja con la perla y la llave hasta mi oficina. Eran las 5:00 en punto cuando entramos y Oscar también iba llegando, al vernos, nos dio un efusivo abrazo.

-¡Peor miren quiénes están aquí! ¡Qué gusto me da verlos! –Nos dijo emocionado, mientras los tres entrabamos a mi oficina.

***

-¿Entonces, me están diciendo que nuestro benefactor y su padre quedaron inconscientes durante la búsqueda de la perla y que tuvieron que sumergirse a una tumba submarina para encontrarla y antes de eso, tuvieron que entrar en la pirámide de Giza para buscar una llave para abrir la tumba y en donde casi les caen enormes piedras encima? –Oscar nos miraba anonadado, en sus manos sosteniendo la perla y la llave, sus piernas cruzadas y sentado en una de las sillas frente a mi escritorio, mirándonos a mí y luego a la perla y a la llave.

-Síiiii. –Arrastré mucho la "I" en esa afirmación y Steven que estaba sentado junto a Oscar me miraba con una sonrisa. –En resumidas cuentas, pasaron más cosas pero, son solo... detalles. –Reí, moviendo mis manos en el aire y recargándome en el respaldo de mi silla.

-__________ Lennox Walker, eres la mujer más valiente, alocada, asombrosa e intrépida que he conocido. –Me sonrió mirando los objetos en sus manos. –Te prometo que si un día me vuelven presidente de la asociación de la preservación del arte y la cultura, tú pasarás a tener mi puesto actual. –Dijo emocionado y dejo un beso en cada una de mis mejillas mientras que yo me quedé sorprendida por su reacción y luego, estrecho su mano con la de Steven, abrazándolo contento. –Y tú también eres increíble, señor Grant. Vaya que sí. –Sonrió y nos miró a ambos. –Gracias a ustedes, la cultura de una gran civilización será mostrada alrededor del mundo. Y eso nos traerá solo cosas buenas. Y por cierto, ya me encargué de que un bono especial por sus servicios haya sido depositado directamente en sus cuentas. –Nos miró a ambos guiñándonos un ojo.

Steven y yo nos miramos con una sonrisa cómplice y soltamos un suspiro, complacidos.

***
Una vez que salimos del museo, iban a ser casi las 7:30 de la noche, y Steven y yo nos dirigimos de nuevo a m auto para ir a su departamento. Al llegar, de forma amable y atenta, me abrió la puerta del auto que deje estacionado frente a la puerta de su edificio y tomándome de la mano, me guio a la entrada, para poder subir a su hogar.

Una vez que llegamos y entramos, lo primero que vi, fue que todo el lugar estaba mucho más ordenado y organizado, además de que Gus II, Pierce y Tony seguían vivos (gracias a May y Peter), ya no estaba tan oscuro como lo recordaba y en pocas palabras, su departamento se veía más acogedor. Es decir, incluso había un par de plantas en la ventana y los libros de Steven ya no estaban regados por todas partes.

-Querida, siéntate donde gustes, ya vuelvo. –Me dijo Steven con una sonrisa mientras desparecía de la sala directo a lo que parecía ser su habitación.

***
Narra Steven

Cuando entre a la habitación, rápidamente busqué con la mirada la caja de terciopelo aqua donde venía el anillo que Jake había comprado en El Cairo para ___________. Tomé la caja en mis manos y la deje cerca de mi corazón, mientras me acercaba al espejo de tres vistas que tenía cerca del baño.

-Bien, esto va a ser como lo practicamos, ¿está bien chicos? –Les pregunte a Jake y Marc, a través del reflejo del espejo. –Haremos esto con base al plan de Marc, no será como una pues... p-prpuesta o pedida de mano, en lugar de eso, es la representación de la promesa de que queremos estar a su lado, de que queremos estar con ella, queremos avanzar con ella y si las cosas funcionan... porque van a funcionar, también es la promesa de que si ella lo desea, podemos quedarnos con ella para siempre y podríamos empezar a hablar de un compromiso como tal, ¿e-está bien? –Les dirigí la mirada, esperando su respuesta, con mi reflejo en es espejo del centro.

-Sinceramente, yo estoy de acuerdo con esto, es para prometerle que podemos y queremos quedarnos con ella, pero dándonos la oportunidad de comenzar desde cero, avanzando poco a poco, no diciéndole así de pronto "¿Quieres casarte con nosotros?" Eso se dará poco a poco. –Explicó Marc, sonriendo en el reflejo derecho del espejo.

-¡Ustedes le quitan lo pinche emocionante a la vida! Pero está bien, mientras la dama sepa que queremos quedarnos a su lado, por mí díganle lo que quieran, de todas formas, yo sé que un día, nos vamos a casar con ella. –Replicó Jake, cruzándose de brazos, respondiendo desde el reflejo izquierdo del espejo.

-Está bien, pues aquí vamos entonces. Como lo practicamos más temprano... –Suspiré fuerte y dejando la caja detrás de mi espalda sostenida en mis manos, caminé de regreso hasta donde estaba ___________.

Nara ___________

Estaba sentada en la cama de Steven revisando uno de sus libros sobre Egipto cuando lo vi salir de aquella habitación con sus manos detrás de su espalda. Al verlo, sonreí y dejé el libro en su lugar.

-Hola. –Sonreí y me levanté de la cama mientras él llegaba y se paraba frente a mí. Su rostro evidenciaba nerviosismo. –Ahhh, Steven, ¿estás bien? –Le pregunté, dejando mi mano en su hombro.

Él suspiró cerrando sus ojos y al abrirlos de nuevo, una pequeña sonrisa se formó en su rostro a verme. –¿Recuerdas que te dije que Marc, Jake y yo queríamos hablar contigo?

-Oh, sí claro. ¿Qué pasa? –Le pregunté, empezando a jugar con un dedo de mi mano.

-Bueno, esto es lo que queríamos decirte... –Steven cerró sus ojos y al abrirlos una expresión un poco más dura pero con media sonrisa, se hizo presente. Marc había tomado el control.

-______________, amor, hay algo que los tres queremos decirte, es importante. –Marc suspiró, tomando sus manos en las mías. –Todo esto, entre nosotros ha pasado tan rápido y nuestro amor por ti creo que, ha crecido aún más rápido y no... pues no queremos asustarte con todo eso, pero lo que si queremos es que sepas que queremos que nos des una oportunidad. –Marc acercó su rostro a mí, besando mi frente y al alejarse, cerró sus ojos y de nuevo al abrirlos, otra mirada apareció, totalmente diferente y penetrante con una sonrisa aún más grande. Jake había llegado.

-Mami, tal cual como dicen los otros dos, queremos que sepa algo importante y que nos dé la oportunidad de demostrarle lo locos y enamorados que estamos de usted. ¿Se da cuenta de lo increíble que es, dama? Es decir, tiene locos a tres idiotas, ¿ya se dio cuenta? Es que usted es lo que hace, con su sola presencia, con su sola voz, volvernos locos de amor. –Dijo Jake, mientras dejaba un par de cálidos besos en mis mejillas y labios. Después cerró sus ojos y cuando los abrió, de nuevo estaba esa dulce y tierna mirada con esa sonrisa inconfundible, Steven había regresado.

-Y queremos decirte que, o bueno, prometerte que si nos das la oportunidad, de demostraremos lo mucho que te amamos, los tres. Lo mucho que estamos enamorados de ti y cuanto queremos estar contigo. –Yo los mire extrañada, tomando un poco de aire cuando vi que sus manos se pusieron frente a mí, dejando ver una pequeña caja de terciopelo azul aqua. –Por favor, abre la caja, mon amour...

Yo pestañe mirando la caja y mis manos empezaron a temblar así que con algo de esfuerzo, logré abrirla, para encontrar mi vista con un hermoso, elegante, fino y delicado aro de oro con grabados de jeroglíficos egipcios, detalle que pude apreciar cuando me acerqué a verlo más de cerca y que hizo que casi me callera al piso, en la vida había visto semejante nivel detalle en cualquier joya. Al centro, había un rubí escarlata descansando al borde del aro y sostenido por diminutas extensiones del mismo metal precioso, rodeado por pequeñas piedras brillantes que cambiaban de color con la luz del ambiente y era bello, era más que perfecto, igual que ellos.

Yo me quedé con la boca abierta, de pronto mi habilidad de hablar se había ido y por más intentos que hacía de poder articular alguna palabra, no podía y Steven lo notó, por lo que siguió hablando.

-Querida, no queremos que... que te asustes. Este anillo, si lo quieres, es tuyo, es para ti pero no, no es que te estemos pidiendo que te cases con nosotros... Es decir, no es que no queramos es solo que, todo ha pasado tan rápido y... nuestra intención con esto es que sepas que, te hacemos una promesa de que en un futuro, si lo deseas, podemos voltear hacia un compromiso aún mayor pero, también significa que, queremos estar contigo, que nos des una oportunidad de, hacerte feliz y demostrarte lo mucho que te amamos... Querida, mon cher, ma belle fleur du caire (mi hermosa flor de El Cairo) ¿nos podrías conceder el honor de estar contigo, de quedarnos a tu lado? –Steven me observaba con un enorme brillo en sus ojos, sosteniendo la caja de terciopelo en sus manos, frente a mí, esperando mi respuesta.

Yo me quedé callada, mi cuerpo no reaccionaba. En mi vida llegue a pesar que algo como esto me pasaría y era... era maravilloso y aunque con todas mis fuerzas estaba intentando hablar y emitir alguna respuesta, no lo lograba. Y Steven empezó a preocuparse, lo noté en su rostro, afligido.

***En la mente de Steven***

-Ay no, este tarado británico ya nos descompuso a la dama. –Replico Jake desde el espacio mental, pasando ambas manos por su rostro. –Ya ni lo que me pinches esforcé por decir ese discurso cursi.

-Espera, dale un poco de tiempo. –Respondió Marc, tratando de sonar calmado, aunque su corazón latía fuertemente.

***

-Querida, si no quieres... está, está bien pero por favor, solo dime algo, dinos algo. –Steven soltó un suspiro afligido, a punto de cerrar la caja con el anillo y como pude, tome su mano y al fin, pue hablar.

-Espera... Por favor... Lo, lo lamento... –Lleve mi mano a su mejilla acariciándola. –Perdón, es solo que, jamás imaginé que... que algo así me pasaría en la vida y yo solo... no sabía cómo... cómo reaccionar pero solo, déjame tomar un poco de aire. –Suspiré y Steven me miró con ojos de esperanza y podría jurar que Marc y Jake podrían estar de la misma forma. –Sí, sí a todo. Sí, quiero estar con ustedes, quiero empezar a formar un camino con ustedes, quiero tenerlos junto a mí y empezar a construir algo juntos y sí, también quiero llegar al punto en que podamos mirar un compromiso mayor sí quiero, claro que quiero, nada me haría más feliz por qué, los amo tanto... A cada uno, a los tres, siendo tan diferentes, siendo tan únicos... Ya encontraremos una forma de funcionar pero, quiero que se queden a mí lado, quiero quedarme a su lado porque, estoy enamorada de ustedes, como jamás imaginé. Y sí, ese anillo es hermoso... ¿Podrías... ammm, ponerlo? –Le sonreí a Steven, mirándolo a los ojos, sintiendo mi rostro arder.

-Oh mon amour pero claro que sí, no sabes lo... lo feliz que nos has hecho a los tres. –Steven contestó entusiasmado, tomando el anillo de la caja y colocándolo en mi dedo anular de mi mano izquierda, deslizándolo suavemente y quedando perfecto. –Que ese anillo esté ahí, mon cher, en tu dedo corazón porque, se conecta a él. –Me explicó, tomando mi mano y dejando una caricia desde mi dedo, pasando por mi mano y mi brazo y llegando a mi pecho. –Llega aquí. –Explicó, refiriéndose a mí corazón. –Y ahí está nuestra promesa. –Hablo, tomándome de la cintura y acercando su rostro al mío rozando mis labios. –Te amamos tanto, ___________ Lennox Walker, bendito sea el día que llegaste al museo y pude conocerte.

Yo lo abracé por el cuello y acaricié mi nariz con la suya. El anillo ya en mi dedo. –Y bendito sea ese día en que me abriste la puerta del museo, Steven Grant, porque pude notar que eras amable y tener un poco más de confianza en ti. –Le dije con una sonrisa, besando sus labios mientras pasaba mis dedos por su cabello. –Y yo los amo a ustedes, como jamás imaginé.

FIN

***

Buenas noches little moons, cómo están. :3 Espero que bien.

Dios mío, no puedo creerlo, 40 capítulos después y estamos en el final de esta historia que ame con todo mi corazón de mis hermosos y amados moon boys. Ay, así es gente, este es el último capítulo, díganme ¿qué les pareció? :3 espero que hayan disfrutado los capítulos tanto como yo, sinceramente escribir esta historia fue espectacular para mí, me encantó el resultado, me encantó el desarrollo y los tremendos plot twist que me aventé jajajaja.

Quiero dedicar este último capítulo a mis queridas _TheWinterV_SNXWGIRL quiénes desde un inicio estuvieron conmigo, apoyándome en cada capítulo mientras iba creciendo la historia, siempre animándome a que siguiera escribiendo, siempre dándome palabras de aliento. Y también a ciara_22moon por ser una de las mejores lectoras y de las más divertidas y ocurrentes que he conocido. Tus comentarios siempre me hacen sonreir. :3 Y el día de hoy que llegamos a este punto, quiero agradecerles por todo su cariño y apoyo, las quiero mucho. :3 ❤️✨

Díganme ¿tuvieron capítulos favoritos? O sea, yo los amo todos pero, si tengo que escoger, me quedaba con los tres capítulos donde están los momentos... especiales e íntimos con cada uno. 7u7

Ahora, solo quiero decirles que NO SE ME ESPANTEN, NI SE LES BAJE LA PRRESIÓN. JAJAJAJA porque sí, aún hay un tema pendiente aquí, esa perla y el misterio por el cual no se destruyó cuando Seth fue liberado así que ASÍ ES GENTE, TENDREMOS SEGUNDO LIBROOOOO. 7u7 Así que, tranquilas y tranquilas. <3 Todavía tenemos algo que contar sobre la intrépida señorita Lennox y los adorables moon boys en esta nueva etapa que, acaban de comenzar: una relación oficial. :3

¿Alguien creyó que Jake se iba a poner en una rodilla para pedirle matrimonio? Jjajaajsjajsjajsjajsa, si sería muy Jake Lockley, pero logró contenerse, ya veremos que nos espera... 7u7

Claramente, tendrá un título diferente porque la trama es otra pero si, es la segunda parte de En lo profundo del Nilo.

Les avisaré por aquí cuando este publicado el primer capítulo y también les presumiré la portada por aquí jejeje. <3 nwn

Nos estamos leyendo pronto, little moons, se les quiere, gracias por todo y por seguir aquí conmigo y como siempre, les dejo una foto de mi papi, el dueño de mi corazón y mis quincenas. *-* ¡Cuídense y nos leemos pronto entre las locas letras que se me ocurran!

Laters, gators. nwn

Me encontré estos bonitos edits en Pinterest y pensé que les gustarían. :3 Créditos a quien los haya hecho, están divinos. *-*

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