Capítulo 4: El mejor guía del museo
Narra Jake
Había pasado algo así como un mes desde que la bella señorita Lennox había llegado a nuestra vida y desde ese entonces, he tratado de convencer a los otros dos idiotas que tratemos de ser más "llamativos" para ella, por decirlo de alguna forma. Pero el imbécil de Steven dice que eso no está bien, porque es su jefa y va contra las políticas de relaciones sanas en el trabajo. Por mí, eso se puede ir a la mierda, ¿podemos solo, conquistar a la preciosa dama? –Pregunté, pasando mis manos por mi rostro.
Narra Marc
¿Pero qué diablos haces narrando tú la historia? Aún no es tu turno de hacerlo, además, lo que acabas de hacer ni siquiera es una buena narración. Solo nos insultaste a Steven y a mí. ¿Puedes comportarte de una buena vez y dejar que Steven siga narrando esta historia? Ya casi llega nuestro momento de ser quien dirija el asunto. –Replicó Marc, lanzándole una mirada molesta a Jake y pasando una mano por su cabello, exasperado.
Narra Jake
Ohhhh, ya entiendo que pasa. El pobre Marc Spector no quiere acercase a la hermosa señorita Lennox porque teme que en verdad le guste, ¿no es así? –le pregunté a Spector con una sonrisa burlona y él solo rodo los ojos. –Oh sí, obviamente es eso. No puedes ocultarlo de mí, Marc. Eres como un libro abierto para mí. –Sonreí alzando una ceja. –Pero, ¿podrías dejar de ser un maldito cobarde? No por el hecho de que ya no haya funcionado nada con Layla, no quiere decir que no tengamos derecho a tener otra puta oportunidad. –Spector solo suspiró pesadamente. –Oh vamos, ¿es en serio? –Pregunté de forma irónica.
Narra Steven
-¿P-pueden dejar de pelar los dos, por favor? –pregunté haciendo una mueca de preocupación. –Este es un capítulo importante y necesito narrar lo que pasa en él. Además, m-me lo deben. Después de todo, hace mucho que no tenía yo el control. –Les dije un poco nervioso.
Narra Marc
-Alcé una ceja y le sonreí a Steven. –Tienes razón, lo siento. Puedes continuar. Y no te preocupes, por ahora yo me encargo de Jake. -Le dije, girándome a ver a Jake que solo hizo una mueca, fingiendo estar molesto y yo solté una ligera risa.
Narra Jake
-Está bien, puede seguir Steven, pero cuando esa dama chula se enamore de nosotros, me lo van a agradecer, porque será debido a mí. –Les dije a ambos, acomodando mi gorra y ellos solo me observaron sorprendidos. –¿Qué? –Les dije sin entender el porqué de su reacción.
Narra Steven
Muchas gracias, Jake. –Asentí. –Bien, ¿ahora en qué estaba? Oh sí, ya recordé. –Sonreí, chasqueando los dedos.
Bien, como estaba diciendo Jake al principio, efectivamente había pasado ya un mes desde la llegada de ______________ al museo y varias cosas habían cambiado, para bien de hecho.
Por ejemplo: había más variedad de artículos en la tienda de regalos, que mi sucesor, un sujeto llamado Chace, estaba logrando vender muy bien. Mucho mejor que yo de hecho, pero es que ese trabajo nunca fue para mí.
Aunque si alguien me lo preguntaba, si he llegado a sentir un poco de lastima por el pobre Chace; por el hecho de que su jefa sea Donna. Ya perdí la cuenta de cuantas veces se ha quedado a hacer inventario.
Lo que yo realmente amaba, era poder compartir todo mi conocimiento sobre lo que más me apasionaba en la vida: Egipto, su cultura y mitología. Y gracias a ___________, es que ahora lo estaba haciendo. Básicamente, estaba haciendo lo que siempre quise hacer. Y cada día en el museo siendo guía de la sección del antiguo Egipto, era algo que llenaba de alegría mi corazón. Y, al parecer a la gente y los visitantes les gustaban mucho mis tours, porque según la última reunión de resultados que tuvimos con ___________, mencionó que en ese mes, la sección del antiguo Egipto, la que está bajo mi responsabilidad, era la que más visitas había tenido y la más solicitada en todos los tours.
Al parecer, las personas habían recomendado asistir conmigo porque les gustaba como explicaba cada detalle de la sección y, según los comentarios del buzón de sugerencias del museo, era el guía favorito de los niños. Lo cual, me hacía sentir muy feliz. Cuando dieron esa noticia, todos mis compañeros me dieron felicitaciones, incluso Dylan y sobre todo ___________. Aunque claro, con excepción de algunas personas, como Donna que solo me dedicaba una mirada fría que me causaba escalofríos, pero no me importaba. Porque yo estaba muy contento de por fin hacer y ser lo que siempre había querido.
Y curiosamente, Marc y Jake se habían tomado el tiempo de felicitarme en una de esas noches de insomnio en nuestro departamento. Cada uno a su manera, obviamente, pero lo agradecía.
Ese mes, también había estado tranquilo de los requerimientos de Khonshu, por lo que tanto Marc, Jake y yo, habíamos tenido tiempo de descansar e incluso, organizarnos mejor para tomar el control de nuestro consciente para cosas que cada uno necesitara hacer. Cosas simples, normales.
Pero como casi siempre sucede, cuando la situación se siente más tranquila, es porque te encuentras justo en el ojo del huracán y el desastre no tarda en aparecer. Y justo eso estaba a punto de suceder, aunque era algo que ninguno de los tres se imaginaba.
***
Narra ____________
Era una mañana tranquila en el museo, cerca de las 9:00 a.m. Me encontraba preparándome una taza de café, de la cual me sentía merecedora. Ya que había terminado el informe del mes y ya estaba a un click de ser enviando a mi jefe.
-Ah, qué bien se siente cuando todo te sale bien. –Sonreí cerrando los ojos y sintiendo el delicioso aroma del café recién hecho. –Esto es una maravilla y, me lo merezco. Ven con mamá, cosa deliciosa...
Y justo en el momento que iba a darle un sorbo a la taza, escuché la puerta de mi oficina abrirse y de reojo, logré ver unos zapatos negros, brillantes y muy limpios abriéndose paso por la puerta. Zapatos que ya conocía muy bien.
Cuando levanté la vista, ahí estaba Steven, con una de sus manos en la manija y la otra cerrada en un puño, tocando la puerta. Sonreí ante la imagen. Tengo que admitir, que siempre me daba gusto verlo, aunque abriera la puerta sin tocar antes y tocando cuando ya estaba casi con la mitad del cuerpo dentro de la oficina.
-Toc, toc. –Steven me dedico una sonrisa amable mientras tocaba el umbral de la puerta y asomaba su cabeza por el mismo. –B-buenos días directora Lennox, ¿qué tal la mañana? –Me preguntó con un tono suave y amigable, como siempre.
Cuando lo vi más a detalle bajando la taza de café a una altura más razonable, me di cuenta de cómo al estar asomado, algunos de sus rizos caían justo frente a su rostro y combinados con sus ojos brillantes y su sonrisa, me pareció una imagen tremendamente adorable. Aunque, eso debió haber sido porque ya llevaba 3 días pegada a la pantalla de mi laptop, y después de ver solo números, estadísticas y un montón de párrafos, cualquier otra escena fuera de eso puede parecer tremendamente adorable.
¿Cierto? Sí, debía ser eso.
Hice un gesto con la mano, indicándole a Steven que entrara y él así lo hizo, cerrando la puerta tras él. No había podido hablar porque justo, había tomado un poco de café. Cuando logré pasarlo, le sonreí de vuelta.
-Buenos días, Steven. ¿Cómo estás el día de hoy? Por cierto, ya te he dicho muchas veces que solo me llames __________, no es necesario que me digas directora. Somos compañeros, y esas formalidades no son necesarias. –Reí, volviendo a tomar un trago de mi café que me supo a gloria y no pude evitar suspirar. Y entonces, Steven me miro extraño.
-Hummmm, ________, ¿estás b-bien? –me preguntó, pasando una de sus manos detrás de su cabeza.
Yo bajé la taza de café de nuevo y lo miré, soltando una pequeña risa. –Sí, Steven, no te preocupes. Es solo que, el café me hace muy feliz. Y particularmente, este huele delicioso, fue por eso mi suspiro. Además de que, me siento tranquila porque acabo de terminar un pendiente para Oscar. Y lo acabo de enviar, justo ahora. –Dije girándome un poco a la laptop para dar click en el botón de "enviar" en el correo. Fue entonces cuando volví a ver a Steven. –¿Dime, puedo ayudarte en algo? ¿Gustas un café? –Pregunté, señalando la cafetera.
-Ohhhh, n-no. No, muchas gracias _____________. –Me contestó llevando una de sus manos a su pecho. –Aunque, de hecho, creo que sí p-podrías ayudarme en algo. Aunque más que ayuda, sería más bien, una pregunta.
-Claro que sí, con gusto. A tus órdenes. –Alcé una ceja y sonreí. –¿Qué pasa?
-Gracias. B-bueno, es solo si no estás ammmmm, ocupada. ¿Recuerdas que habíamos comentado acerca de que te gustaría acompañarme en uno de mis recorridos en el museo? Para ver más a detalle y de cerca cómo doy los tours. ¿Te acuerdas que habías comentado de que querías hacer eso para ver la opción de considerar dar capacitaciones a los otros guías para mantener interesados a los visitantes, sobre todo con los niños? –Me pregunto, juntando sus manos entre sí.
-Claro que recuerdo. –Contesté.
-Bien, p-pues quería decirte, o bueno, quiero decirte que en 10 minutos tengo una recorrido con los alumnos de la escuela primaria de Brooklyn. Y pues, estaba pensando que sí, no estás muy ocupada, ¿te gustaría acompañarme a este tour? –Noté que empezó a jugar con sus manos un poco más nervioso y sin querer, sonreí un poco más.
***En la mente de Steven***
-Te dije que sí se atrevería a preguntarle. ¡Ja! Ahora me debes 10 dólares, Jake. –Dijo Marc riendo.
-Me niego rotundamente a pagar. Es estúpido, ya que en teoría, no le estoy dando el dinero a alguien más. Estamos en el mismo cuerpo, ¿para qué quieres 10 malditos dólares? –Jake contestó molestó.
-¿Y eso a ti qué te importa? –Contestó Marc, rodando los ojos. –Solo págame y no seas un mal perdedor. –Contestó, tratando de controlar su risa.
-Me lleva la... –Replicó Jake aventándole el dinero a Marc. –Como sea, los voy a recuperar. Voy a ver dónde los guardas.
***
-Oh, sí, si recuerdo. –Sonreí y deje mi taza de café sobre el escritorio. Y claro que sí, con gusto voy contigo. Será un placer por fin verte en acción y además, poder analizar si son viables esas capacitaciones. –Le dije y el me miró con una sonrisa iluminando su rostro.
-Perfecto, entonces vayamos, porque ya no tarda en llegar el grupo. –Me dijo entusiasmado y manteniendo su sonrisa. Y no sé si fue por ese mismo entusiasmo del momento que me tomó de la mano y caminamos rápidamente a la puerta. Sin embargo, se dio cuenta de lo que había hecho y al instante, me soltó. –Oh, yo, yo... Lo s-siento. No fue mi intención, yo... Es que... E-el grupo, yo... Es que... Ay. –Empezó a disculparse, sin decir absolutamente nada y más nervioso de lo que estaba hace un momento.
Yo rápidamente puse una mano en su hombro, tratando de reconfortarlo. –Hey, no pasa nada, Steven con V. Solo fue el entusiasmo del momento. –Reí, un poco sonrojada y él hizo lo mismo, un poco más tranquilo. –Ahora vamos al lobby, que tu grupo ya debe de estar por llegar. –Le dije y ambos salimos de la oficina.
***
Al llegar al lobby principal del museo, el grupo de la primaria de Brooklyn, pequeños niños de entre unos 6 y 10 años, ya estaban siendo recibidos por recepción, acompañados de su maestra.
Me acerqué junto con Steven y salude. –Hola niños, muy buenos días. –Sonreí sentándome en cuclillas para poder estar a su altura. –Espero que se encuentren muy bien el día de hoy. Díganme algo, ¿están emocionados por estar aquí?
-¡Síiiiiiiiiiiiii! –Respondieron los niños al unísono.
-¡Ya queremos ver todo lo de Egipto! –gritó un niño, emocionado.
-¡Sí, queremos que nos lleve ahí el señor Grant! –Agregó una niña.
-Ohhhh, perfecto. –Sonreí juntando mis manos. –Porque, ¿adivinen quién está aquí? –Justo cuando dije eso, Steven sacó una de sus manos detrás de mí, ya que se había escondido para que los niños no lo vieran. Él movió su mano en forma de saludo, y los pequeños empezaron a aplaudir. –Así es, chiquitines, aquí está el señor Grant, y él está muy feliz de tenerlos como invitados el día de hoy, porque le emociona compartir todo lo que sabe sobre Egipto con ustedes. Por favor, démosle un aplauso.
-¡Bravo! –Gritaron los niños y en ese momento, Steven salió detrás de mí.
-Hola, pequeños investigadores. –Les saludó efusivamente con su mano. –¿Están listos para averiguar todos los misterios que guarda el antiguo Egipto? –La respuesta de los niños fue un escandaloso sí que me causó ternura. –Pues entonces, síganme. ¡Vamos! Que es a donde iremos primero.
Steven formó a los niños en dos filas, por parejas. Y una vez que estuvo seguro que era la mejor forma de llevarlos, empezó a guiarlos a la sala de exposiciones.
-Los niños están fascinados con el señor Grant, ¿verdad? –Me preguntó la maestra de los niños, llevando su cuaderno en los brazos y su bolso en el hombro mientras avanzábamos detrás de Steven y ellos.
-Así es, y no solo los niños, créame. –Dije soltando una pequeña risa.
***
Ya íbamos por la mitad de la sala y si éramos sinceros, en este punto, cualquier niño de la edad de nuestros visitantes, ya estaría deshaciéndose de aburrimiento, considerando lo extensa que es la sala pero con Steven eso no pasó. Y poder ver eso con mis propios ojos me tenía gratamente sorprendida.
Hacía dinámicas con juegos para los niños, sesiones de preguntas y respuestas, adivinanzas, les daba datos curiosos con un toque de humor que los hacía reír a carcajadas, incluyendo a las dos adultas que íbamos en el recorrido con él y sobre todo, les explicaba cada una de las exhibiciones con un toque de misterio que hacía que cualquiera se mantuviera interesado por horas.
Incluso hubo un momento cuando uno de los niños levantó la mano solo para decir: "Cuando sea grande, quiero ser tan inteligente como el señor Grant." A lo que Steven reaccionó acariciando el cabello del niño y regalándole un caramelo de fresa.
Por mi parte, yo iba tomando notas en mi teléfono sobre las tácticas de Steven. Para poder capacitar a los otros guías en sus buenos métodos para lograr la atención e interés de los visitantes.
Cuando llegamos a la última sección de la sala, Steven empezó a explicar con mucho más misterio que las veces anteriores. Yo puse más atención también.
-Entonces niños, quiero que pongan mucha atención sobre esto. –Dijo Steven mostrando la exhibición en donde se encontraba un mapa antiguo. –Este mapa, data de los años 1353 antes de Cristo, según los arqueólogos que lo descubrieron y que lo examinaron. Se supone que sus indicaciones te guía por un camino en lo profundo del río Nilo para encontrar una tumba oculta del rey Akenaton. Quién precisamente, reinó durante los años 1353 al 1336 antes de Cristo. –Explicó Steven, mientras hacía movimientos como si fuera nadando y descubriendo algo sorprendente. Los niños ni siquiera parpadeaban de lo intrigados que estaban. –Ahora, algo bastante interesante es que, en la mitología, se dice que este rey pudo hacer contacto con Seth, el Dios de la muerte y la destrucción y con Ra, el Dios del sol. ¿Saben para qué?
-No, díganos señor Grant, por favor. –Respondieron los niños emocionados.
-Bien. –Prosiguió Steven. –Se dice que fue para poder crear una perla llena de magia y poder, capaz de cumplir cualquier deseo que se le pidiera. Akenaton, pidió ayuda a estos Dioses porque sabía que combinando los poderes de las deidades más poderosas de Egipto, podría ser invencible. Curiosamente, tanto Ra como Seth, aceptaron dicha petición, ya que Akenaton les había prometido solo usar la perla en caso de ser extremadamente necesario para proteger a su pueblo, sin embargo, no fue lo que hizo. Con el poder de la perla, Akenaton, sediento de avaricia y poder, se dedicó a conquistar miles de tierras y proclamando cada suelo que pisaba como suyo. Esto agradó bastante a Seth, porque eso significaba una oportunidad de conquista, sin necesidad de exponerse demasiado. Así que, ayudó a Akenaton. Por otro lado, Ra, considerando que las acciones de estos dos personajes eran un desbalance entre la muerte y la destrucción que debería de existir, terminó con la vida de Akenaton y encerró a Seth en la misma perla. Fue entonces cuando escondió el cuerpo del difunto rey en las profundidades del río Nilo, en una tumba oculta junto con la perla. Cabe mencionarles que, muchas personas a lo largo de los años intentaron buscar esa perla, pero todo indica que nadie tuvo éxito. Es por eso que este mapa existe. –Y fue cuando Steven culminó su presentación.
-Wow. –Exclamaron los niños completamente sorprendidos al igual que la maestra y yo y, justo cuando habíamos comenzado a aplaudir para reconocer la excelente guía de Steven, escuchamos el sonido de algo entrando por una ventana, rompiendo el cristal.
-¿¡Una bomba de humo?! ¿¡Qué carajos?! ¡Saquen a los niños de aquí, AHORA! –Grité y en ese momento la bomba de humo hizo efecto, dejándonos sin visión por unos segundos. Segundos suficientes para confundir a todos los presentes.
***
Narra Steven
Cuando la bomba de humo explotó y las alarmas empezaron a sonar, todo se volvió un tremendo caos, y yo estaba preocupado por los niños, pero por ____________ también, sobre todo por ella, porque debido al humo espeso, ya no podía verla.
-¡_____________, _______________! ¿¡Dónde estás?! –Empecé a gritar con desesperación y entonces vi con un poco de dificultad, a unos hombres enmascarados entrando con armas bastante bien equipadas.
-¡Steven, Steven! –Escuché la voz de Marc hablarme.
-¿¡QUÉ?! –Le contesté con un grito.
-Necesitas ayuda, tienes que darme el control, hay demasiadas vidas en peligro justo ahora y tú estás en shock, déjame ayudar, déjame salvarnos, déjame ayudar a ____________ y a esta gente, tampoco sé lo que está pasando, pero puedo ayudar. ¡Vamos, dame el control, qué esperas! –Marc volvió a decir.
-¡Está bien, rápido, tómalo, pero ya haz algo, rápido!
***
Narra Marc
Justo cuando escuché a Steven cederme el control, rápidamente hice aparecer el traje que me cubrió completo en cuestión se segundos. La visión de este, me permitió ver a los hombres que habían llegado y que se estaban acercando a la exhibición donde se encontraba el mapa del cual hablaba Steven hacia un momento.
-Planean robarlo, eso no es bueno. –Pensé.
Y entonces di una última vista rápida alrededor y vi a _____________ ayudando a los niños a salir del lugar. Cuando verifiqué que estaba relativamente fuera de peligro, fue entonces cuando, con un movimiento rápido de mi capa, logré disipar el humo y tras unos cuantos golpes e intentos de disparos en mi contra, logré noquear a los hombres enmascarados justo cuando habían roto del cristal de la exhibición donde se encontraba el mapa. Algo que llamo mi atención, es que en la máscara llevaban un signo grabado, un pentagrama.
Hice que la máscara y la capucha del traje dejaran libre mi rostro y me acerqué a ver si el mapa estaba intacto. Y entonces, escuché la voz de __________ gritando el nombre de Steven acercándose rápidamente.
Cuando llegó donde me encontraba, casi choca conmigo y cuando su vista logró enfocarme mejor, sus ojos se abrieron ante la sorpresa del traje. Acercó su mano lentamente a mi brazo y lo tocó, imagino, sintiendo la textura del traje. Fue entonces cuando me vio directo a los ojos.
-¿Steven? –Me preguntó confundida.
-No, justo ahora no. Soy... soy Marc, ___________. Marc Spector.
***
Holaaaaaa, buenas madrugadas mis lectoras bellas, mis bellos seguidores. Espero se encuentres muy bien. Aquí tenemos un nuevo capítulo, recién salido del horno a las 3:41 de la mañana JAJSAJSJAJJSJA. ¿Qué les pareció? Ha decir verdad, es el capítulo más largo hasta ahora, con 3177 palabras, solo para ustedes. Y quiero decirles que AME CADA MOMENTO DE ESCRIBIRLO. Creo que hasta ahora, ha sido mi capítulo favorito porque de cierta forma, todos los personajes han estado presentes, haciendo que la historia cobre más sentido. Evidentemente, habrá más capítulos que me guste escribir, pero este es uno de ellos. Y espero que lo hayan disfrutado tanto cómo yo.
Por cierto, espero se hayan dado cuenta de la referencia que les puse sobre la historia jasjajjsa. Es como un easter egg jajsjajsa. Si lo encontraron, por favor díganme aquí y Oscar bebé les dará un besito en la frente. :3
¿Cómo ven que ahora la rayis se acaba de enterar de la existencia de Marc? ¿Cómo creen que reaccione? ¿De buena o mala manera? Dejénme los comentarios de sus teorías, me encantaría leerlos ajsjajsa.
Les dije gente, ya se está poniendo bueno esto. ¿Quiénes serán esos hombres enmascarados? ¿Para quién trabajan y qué buscan con el mapa? Bueno, síganme acompañando en esta historia para descubrirlo. Nos estamos leyendo prontoooo, mil gracias por estar aquí.
Les dejo esta foto del dueño de mis quincenas no más, para hacerlas felices.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top