Capítulo 37: Momentos íntimos
Narra ____________
La brisa matutina que entraba por el balcón de la habitación fue lo que me hizo despertar y al abrir los ojos, me di cuenta que me encontraba completamente desnuda, solo cubierta por una ligera sábana de seda que descansaba desde mi pecho hasta mis rodillas
Al girar mí cabeza, me encontré con la adorable y fantástica imagen del hombre recostado a mi lado: su pecho subía y bajaba con respiración tranquila, sus labios se encontraban cerrados y el aire que inhalaba escapaba por su bien perfilada nariz. También estaba desnudo y al igual que a mí, la sábana también lo cubría solo que, a él una parte de su espalda hasta llegar a la mitad de sus muslos pero, una de sus piernas quedaba descubierta. Al ver con más detalle, noté su espalda tonificada y algunos rasguños en ella, que ahora se veían solo como una leve marca con un suave tono enrojecido que desaparecería en unos días pero, me alegraba saber que yo había provocado eso. Luego, volví mí vista a su rostro y vi sus ojos cerrados adornados con largas y rizadas pestañas, más arriba, cejas poblabas y sobre éstas, resbalando sobre su frente, esos hermosos bucles saltarines castaños que adoraba enredar en mis dedos.
¿Qué si me encantaba la imagen que estaba viendo? Obvio.
¿Qué si quería despertarlo? No, se veía encantador.
¿Qué si sabía quién de los tres era? No. Tenía la idea de qué podría ser Jake considerando lo que, había pasado la noche pasada pero, los chicos tenían la costumbre de casi nunca despertar siendo el mismo que se había ido a dormir y, por muy extraño que eso suene, ya me había acostumbrado a eso en estos días que llevábamos en Egipto.
Por eso mismo, fue que decidí mejor levantarme tratando de no despertar al hombre junto a mí y salir a tomar un poco de aire fresco al balcón, no sin antes pasar al baño y lavarme la cara y tal vez, prepararme un té.
***
Habían pasado cerca de veinte minutos en los que yo ya me encontraba afuera en el balcón de la habitación, sentada en uno de los cómodos sofás mientras disfrutaba de una mezcla especial de hierbas y especias egipcias que Steven había preparado para ambos en uno de los días que pudimos salir a ver un poco la cuidad.
Desde donde me encontraba, el paisaje te quitaba el aliento: los rayos del sol que iba, poco a poco, saliendo por el horizonte se filtraban por las ligeras nubes de vapor que se movían con el viento. La cuidad se veía a lo lejos pero aun así, alcanzaba a divisar el creciente movimiento en ella, y luego, estaban las imponentes pirámides que nunca iban a dejar de asombrarme con lo majestuosas que eran. Ahí estaban las tres, complementando la fantástica escena matutina que mis ojos presenciaban y por si fuera poco, en el cielo se podía ya apreciar los cambios de tonalidades provocadas por el amanecer, las cuales iban de un firmamento azulado con tonos naranja y rosas, a uno completamente limpio, y de un azul claro y brillante.
Suspiré al darme cuenta de la suerte que tenía de estar viendo esa escena en ese momento. Y entonces pensé que, de pronto había vuelto realidad uno de mis más grandes sueños: despertar un día en Egipto y poder ver el amanecer. ¿Quién lo hubiera imaginado? Aunque, no pensé que bajo las circunstancias en las que lo había hecho: derrotar a un padre e hijo obsesionados con una venganza personal y haberme vuelto avatar de un Dios de Dioses. Pero, ¿qué más daba? Solo eran detalles.
Mi mente vagaba en medio de todos esos pensamientos, cuando al dejar la taza en la mesa de madera junto a mi asiento, abracé mis piernas pegándolas a mi pecho y me recargué el respaldo del cómodo asiento, soltando un suspiro al sentir la cómoda sensación acolchada del cojín en mi espalda. Solté un suspiro esbozando una pequeña sonrisa, y justo cuando tomé de nuevo mi taza de té para dar otro sorbo, sentí unas manos grandes posándose en mis hombros, dándoles un masaje, después vino una serie de besos desde el nacimiento de mi cabello hasta mi cuello y después, una voz grave resonó en mi oído.
-Buenos días, mi preciosa dama. ¿Cómo se siente? ¿Necesita algo? Puedo traerle algo si lo necesita, lo que sea. Solo dígalo, y lo que quiera, será suyo. –Jake apareció detrás de mí, acercando su rostro al mío mientras sus manos seguían haciendo maravillas en mis hombros seguido de un beso de sus labios en mi mejilla.
-De hecho... –Suspiré cerrando los ojos, disfrutando de sus labios en mi piel y acercando la taza a mí pecho. –lo único que quiero es que te sientes conmigo, me abraces y veas conmigo esta linda vista.
-Mi dama, si es bastante linda pero, nada comparada con usted. –Jake hizo lo que le pedí mientras hablaba y cuando se sentó a mí lado, me di cuenta que solo llevaba puesto un pantalón blanco ligero, se encontraba descalzo y con el torso desnudo.
-En serio te adoro. –Le dije sonriendo, recargando mi mejilla sobre mi palma, girando mi cuerpo hacia él luego de dejar mi taza de nuevo sobre la mesa.
-Le aseguro que no más de lo que yo la adoro a usted, mi reina. Desde que está con nosotros yo, jamás... jamás.... –Jake se detuvo. –Mami, ¿puedo recostarme en sus piernas? –Me preguntó con un tono meloso en la voz.
-Pero claro que puedes.
Él asintió y, subiendo las piernas al brazo del asiento, dejo caer su cabeza sobre mis piernas, tomando una de mis manos en el proceso para llevarla hasta él mientras que yo, con mi mano libre, empecé a acariciar sus rizos, jugando con ellos.
-Jake, ibas a decirme algo, dime por favor, puedes hablar conmigo de lo que desees cuando desees. –Sonreí, pasando mis dedos por su cabello.
Él acariciaba mi mano y mi brazo con sus manos, jugando con mis dedos, dejando pequeños besos en mis nudillos y en el dorso de mi mano pero sin decir nada, hasta que pasaron unos segundos y entrelazó su mano con la mía para después soltar un suspiro.
-Mi vida, lo que pasa es que yo jamás... Jamás tuve la oportunidad de sentir. Siempre he sido el encargado de lidiar con las sombras, lo cual está bien... Marc así me creo, se supone que para eso existo pero, yo no pude evitar observarla desde que Steven la conoció y mientras más cercana se volvía a él, más ganas tenía de poder salir y después, cuando Marc se presentó y vi cómo fue recibido con tanto afecto, yo... solo, solo quería sentir un poco de eso. –Explicó, todavía con su mano entrelazada con la mía y dibujando círculos en mi brazo con su mano libre. -__________, yo te adoro, jamás había sentido nada, se supone que yo no existo para eso pero tú, tú me has hecho no querer más eso. –Terminó de explicar, cerrando sus ojos, pero sin soltar mi mano.
Un nudo apareció en mi garganta al escucharlo. Y es que, después de pasar tiempo con los tres, efectivamente, me hicieron saber que Jake es el protector del sistema pero, siempre pensé que no por eso debía quedarse encerrado siempre, sin salir a la luz, sin poder ser él. Y entonces fue cuando me di cuenta de otra cosa importante: también me había enamorado de Jake, aunque, eso ya había quedado más que claro pero admitirlo se sentía tan, bien.
-Oh, mi amor. Lamento tanto que hayas tenido que sentir eso. –Le dije mientras me agachaba un poco para llegar hasta su frente y poder dejar un beso en ella, sintiendo sus rizos en mis labios y noté como cerró sus ojos. –Pero quiero que sepas que, a partir de ahora, ninguno de los tres estará solo y mucho menos tú. –Le expliqué y en sus labios se formó una diminuta sonrisa pero, seguía con los ojos cerrados. –Jake, esto es tan poco ortodoxo. Siempre me imaginé estar aquí, viendo el amanecer en El Cairo pero, nunca bajo estas circunstancias, siendo el avatar de un Dios egipcio del Sol, o después de haber encontrado una perla mágica que encerraba a una mítica deidad del caos. Tampoco dándome cuenta que amo a tres hombres distintos en un mismo cuerpo pero, eso está pasando y no me molesta, de hecho, me encanta. Sobre todo lo último. Y a ti, Jake Lockley, te amo con todo mi corazón. –Le dije mientras pasaba mi mano por su frente y mientras más me escuchaba, la sonrisa en su rostro se hacía más grande, pero al escuchar lo último se levantó de pronto, dándome un leve susto en el proceso.
-¿En serio me amas? –Me preguntó, mirándome a los ojos, sosteniendo mis manos entre las suyas, pegándolas a su pecho.
-Con cada parte de mi corazón. –Le aseguré.
-Qué suerte oír eso, mami. Porque, como yo le dije anoche, la voy a amar, hasta que muera. –Confesó al mismo tiempo que soltaba mis manos para tomarme de las mejillas y acercarme a su rostro y despacio y con calma, besó mis labios.
Jake jamás me había besado de la forma tan tierna y dulce como lo estaba haciendo pero, eso solo convirtió el momento en uno muy íntimo y especial, sobre todo porque, me permitió conocer una faceta de Jake que no sabía que existía y eso me hizo sentir muy feliz, porque quería decir que, él confiaba en mí.
-Oh, y antes de que se me olvide, le tengo una sorpresa, mi amor. –Jake habló sobre mis labios mientras bajaba sus manos hasta su pantalón para buscar algo en los bolsillos de éste.
Y entonces, Jake se alejó un poco de mí, dejando mi mano frente a mi rostro pero, al ver lo que tenía en ella, decir que estaba sorprendida era poco.
Sostenida entre el dedo pulgar e índice de Jake, yacía la perla de dónde había escapado Seth, la misma que Alexander había hecho pedazos cuando liberó al Dios del caos. Me quedé estupefacta.
-¿Qué? Pero, ¿cómo, cómo es... cómo es posible? –Pregunté anonadada y confundida tomando la perla de entre sus dedos la cual, para hacer más grande mi asombro, estaba intacta, como si jamás le hubiera pasado nada, como si no hubieran destrozado con una pesada bota industrial. –Jake tú, qué... ¿cómo es esto posible? Yo vi como Alexander la piso cuando liberó a Seth, ¿por qué está unida? –Le pregunté frunciendo el ceño y entonces, sentí la presencia de Ra apareciendo a mi lado.
-Yo puedo explicarte eso. –Me aseguró.
Estaba a punto de decir algo cuando mi teléfono empezó a sonar con notificaciones y al ver la pantalla, vi que eran mensajes de Layla.
-Querida, más vale que tú y los chicos estén listos porque, nos vamos de aquí en una hora. Mi esposo vendrá por nosotros en su jet.
Creo que mi momento de paz no duró lo suficiente. –Pensé.
***
Buenas noches, little moons, ¿cómo están? Espero que de maravilla. :3
Aquí les traigo un nuevo capítulo, especialmente enfocado en Jake porque bueno, ese hombre merece todo el amor del mundo y además, nos abre las puertas a nuevas preguntas. ¿Qué nos espera a la vuelta a NY ahora que llevamos a los Tatcher? ¿Cómo es que la perla está intacta? ¿Qué pasará ahora si la perla aún existe? Recuerden que es capaz de hacer realidad un deseo... Bien, lo descubriremos más adelante. :3 <3
Gracias por seguir acompañando mi historia y gracias por esas 10K lecturas, significan mucho para mí. Gracias por tanto apoyo. Este es el capítulo de las 10K para festejar, también por eso lleva esta temática tierna con Jake. <3
Nos estamos leyendo pronto para seguir esta aventura little moons, later gators, les dejo este meme de nuestro viejo sabroso para que empiecen bien la semana. :3 uwu
AYUDENME, NO HE PODIDO DEJAR DE REÍR CADA VEZ QUE LO VEO JAJSJAJSJAJSJAJJSA, ES QUE SI SOMOS. xD <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top