Capítulo 36: Amor latino

Narra __________

Decir que estábamos agotados, era poco.

Por lo menos a mí, cada parte y extremidad de mi cuerpo ardía, dolía y estaba cansada, clamando por un gran y merecido descanso después de la odisea que acabábamos de pasar y antes de salir de Keops, tanto Marc junto con Layla y yo descansamos un poco en el interior de ésta. Llevábamos días de un lado a otro, con el estrés fluyendo por nuestros cuerpos a mil por hora y éste, me estaba pidiendo a gritos que parara por un momento.

Ahora con Seth encerrado en los cuerpos de Alexander y Jonathan podíamos estar tranquilos aunque fuera por un momento, ya que teníamos que encargarnos de ellos cuando volviéramos a New York. Habría tantas cosas que explicar. Desde el hecho del por qué volvíamos con Alexander inconsciente y he aquí una mejor pregunta, ¿Por qué también regresábamos con su padre, en el mismo estado? Porque, gracias al apoyo de un hechizo de Khonshu, así se quedarían hasta que volviéramos a casa.

Cuando volvimos a la capital después de un breve viaje en tren donde tanto Khonshu como Ra tomaron momentáneamente los cuerpos de los dos hombres inconscientes para que pudiéramos trasladarlos de forma no sospechosa, fue que logramos llegar al hotel donde nos hospedábamos.

Cuando llegamos al lobby, habíamos procurado ya llegar con nuestros atuendos de civiles y para ese momento, los Dioses seguían poseyendo los cuerpos de Alexander y Jonathan para poderlos trasladar de, repito, la forma menos sospechosa posible, así que cuando logramos subir al elevador y llegar hasta el piso de las habitaciones asignadas, ambas deidades abandonaron los respectivos cuerpos mientras que Marc, Layla y yo nos apresurábamos a sostenerlos para evitar que cayeran al piso lastimándose.

Con un poco de esfuerzo, logramos, entre los tres, llevar a ambos hombres a la cama de la suite en donde se en encontraba hospedado Jonathan y, con otro poco más de esfuerzo, logramos meterlos a la cama para, por si alguien entraba a la suite, poder disimular que estaban dormidos y por eso no respondían.

Layla regresó a su habitación, diciéndonos que tenía que llamar a Santiago, su esposo para decirle que pronto volvería a casa ya que debíamos volver en el avión que saldría al día siguiente poco después del medio día. Fue cuando nos separamos y cada quien se fue a sus respectivas habitaciones a... descansar, no sin antes agradecer por todo el apoyo y buen equipo que habíamos formado esos últimos días. Layla entró a su pieza, y nosotros a la nuestra y estaba completamente segura que el que entró conmigo, era Marc.

***
Ya una vez que estuvimos dentro de la suite, lo primero que hice fue ir al baño a tomar una larga ducha de agua fría. La necesitaba para que me ayudará a reanimarme y hacer que mi cuerpo descansara un poco. Y justo eso fue lo que le dije a Marc, quien se había quedado sentado al borde de la enorme cama de la habitación con una de sus manos entrelazada a la mía, la otra descansado en mi cintura, lo que le permitía mantenerme cerca de él mientras yo seguía de pie y él me observaba haca arriba, con su mirada total y completamente enfocada en mí, parpadeando de vez en cuando, mientras que yo enredaba mis dedos en los rizos de su cabello y la vista de ambos no se apartaba del otro. No había necesidad de decir ninguna palabra, nuestras miradas decían lo mucho que nos alegraba estar justo ahora y en este momento los dos juntos, solo así cercanos, sin decir nada pero diciéndolo todo.

Y entonces Marc rompió el silencio.

-Tuve tanto miedo. –Confesó, desviando sus ojos de mí.

-¿De qué tenías miedo? –Le cuestioné, moviendo su rostro con mi mano para que volviera a mirarme.

-De todo esto.

-Puedes ser más específico. –Reí. –Han pasado muchas cosas.

En sus labios de formó una sonrisa melancólica. La tenue luz de la lámpara junto a la cama era lo único que alumbraba la enorme habitación en la que nos encontrábamos, además de la hermosa luna llena que relucía pintada en el cielo, luciendo grande y plateada y hermosa.

-Tienes razón. –Su pequeña sonrisa se hizo más amplia, ahora esbozando ternura. En todo este tiempo y la sonrisa de Marc jamás había reflejado ternura. Mi corazón dio un vuelco. –Me refiero a todo lo que te hemos hecho pasar desde que llegamos aquí. Bueno, creo que, desde el museo y desde que Alexander llegó la primera vez y desde que intentaron robar el mapa. Estuviste en peligro tantas veces en este viaje, nos salvaste la vida más de una vez, tuviste que volverte avatar del Dios más grande de todos los Dioses de Egipto y tu vida pendió de un hilo tantas veces por nuestra culpa... ___________, yo no podría perdonarme si algo te pasara. Y estoy seguro que ellos tampoco. –Me explicó Marc refiriéndose a Jake y Steven y yo solo me dediqué a prestarle toda mi atención. –Y es por eso que, entiendo si tú te quieres alejar de nosotros. –Al oír eso, sentí un nudo en la garganta. Si algo había aprendido en este tiempo, es que Marc siempre toma la culpa de las cosas que suceden, esté o no esté en sus manos controlarlas y al instante, mis ojos se llenaron de lágrimas. –Si no nos hubieras conocido, nada de esto te habría pasado. Por favor, perdónanos, pero sobre todo, perdóname a mí por ponerte en riesgo... Tal vez lo mejor sea que te alejes...

Yo cerré los ojos soltando un suspiro y luego, lleve mi dedo a sus labios para que dejara de hablar. –Te voy a detener aquí, porque ya no puedo seguir escuchando nada más de lo que dices, Marc. –Sonreí y seguí acariciando su cabello. –Lo que acaba de pasarme, ha sido una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida. ¿¡Volverme avatar del Dios del Sol!? Por favor, ¡ni en mis más locos sueños! Aunque, gracias a ustedes ahora lo soy y me encanta, aunque, tal vez no quiera ser eso siempre pero, eso lo hablaré con Ra después. Ahora, Marc Spector, quiero que una cosa te quede bien clara: a mí nadie me apunto con una pistola en la cabeza para venir aquí con ustedes, recuerda que en un inicio, vinimos aquí por el trabajo de Steven y mío, siguiendo la facha de Alexander de una expedición pero, mira a dónde nos ha llevado, a tener una de las mayores aventura de mi vida... –Alce una ceja y con mi mano libre acaricié su mejilla y él cerró sus ojos antes mi tacto. –Aunque, debo de decirte que hay algo mucho mejor que eso. –Sonreí.

-¿De qué hablas? –Preguntó Marc frunciendo el ceño.

-Marc, en serio eres fascinante, pero a veces eres muy lento. –Le expliqué entre risas. –Lo mejor es que, ahora puedo darme cuenta que estoy enamorada de ti, de ustedes y bueno, ya no puedo decir que solo son mis sentimientos confundidos, de verdad, eres increíble y de verdad, estoy enamorada de los tres. Así que más que vale que te vayas olvidando de esa tonta idea de que me aleje de ustedes, porque no lo voy a hacer nunca, no me iré a ningún lado, y si tengo que hacerlo, los llevaré conmigo.

-____________, en serio. No sabes lo mucho que... que te amo. –Las palabras de Marc cambiaron el nudo en mi garganta por una punzada en mi pecho pero una de emoción. Él soltó mi mano y me abrazó por la cintura, envolviendo sus brazos en ella y dejando su rostro descansando en mi abdomen. –Gracias por ser tú, gracias por llegar a nuestras vidas, gracias por quedarte.

Un sentimiento de ternura invadió mi corazón porque me di cuenta que, parte de esas palabras no solo eran de Marc, también había de Steven e incluso del mismo Jake. Fue cuando yo también abracé a Marc por su cuello y dejé un pequeño beso sobre su cabeza, moviendo sus rizos a un lado para poder verlo más detalladamente.

Al separar mis labios de su cabeza, lo abracé aún más. –Yo también te amo Marc, a los tres. –Y entonces, sentí como su abrazo también tomó más fuerza.

***

Me había dado una larga ducha, podría decir que fue la ducha más larga que había tomado en toda mi vida. Había dejado que las gotas de agua resbalaran por la piel de mi cansado cuerpo y no me resistí a la frescura que esto me brindó, pues duré cerca de una hora en el baño.

Al salir, mi cuerpo estaba cubierto por una bata blanca y antes de salir, había aprovechado para cepillar y peinar mi cabello, mi intención era la siguiente: pedir servicio al cuarto y cargarlo todo a la cuenta de Alexander porque se lo merecía y después, dormir hasta muy tarde al día siguiente no sin antes compartir lo que pediría con los chicos. Aunque, cuando fui a buscarlos a la habitación principal de la suite, Marc ya no se encontraba sentado en la cama. Fruncí el ceño extrañada y luego de acomodarme la bata de baño, me puse a recorrer la suite para ver si los hallaba por algún lado.

De pronto, mis oídos captaron el dulce y suave sonido de notas de lo que parecía ser un... piano y mientras más me iba acercando hacia donde venía el sonido, más me daba cuenta que esa parte de la suite jamás la había visto y no tenía idea que existía.

Al llegar a la habitación de dónde provenía la música del piano, me di cuenta que la puerta de ésta estaba semiabierta y al intentar ver quién era la persona que se encontraba ahí, vaya sorpresa me lleve al ver a un hombre vestido de camisa y pantalón formal, ambas cosas de color negro, junto con una chaqueta de piel y corbata de seda del mismo color, combinado con guantes de piel que encajaban a la perfección, los cuales cubrían sus manos y dedos pero esto no le impedía mover sus dedos por las teclas del piano y además, esa característica boina que podría reconocer en todos lados: Jake Lockley estaba frente a mí, tocando aquel instrumento diestramente, elaborando una melodía exquisita para cualquier oído que la escuchara y estaba acompañado de una bandeja de ¿fresas cubiertas de chocolate? Esas se encontraban sobre el piano.

-Hola, mi hermosa dama. Buenas madrugadas ¿debería decir? Sé que ya es muy tarde y deberíamos estar durmiendo en lugar de que este aquí escuchándome tocar este artefacto pero, –Jake mantenía su vista fija en las teclas sin dejar de tocar. –lo cierto es que planee esto con los otros dos desde hace un par de días y ellos me ayudaron más de lo que se puede imaginar. –Musitó, dibujando una pequeña sonrisa en su rostro para luego levantar la vista y chocar su mirada con la mía, encontrándome en bata de baño, con el cabello algo húmedo todavía, descalza y jugando con mis manos. Jake sonrió aún más. –¿Por qué no viene a sentarse a mí lado, mi dama hermosa? –Inquirió y yo bajé la vista sonrojada recordando el momento justo que habíamos tenido en la tumba submarina cuando me acorraló entre él y la roca. Él, al ver que no me moví, se detuvo de tocar el piano y volvió su vista a mí, levando su mano hacía mí en señal de que quería que la tomara. –Venga dama, yo sé que quiere venir conmigo. Venga, por favor. –Sonrió, y extendió su mano de nuevo.

Y entonces, no me pude resistir y caminé hasta él, donde con cuidado y de forma caballerosa, él se levantó de su asiento para ayudarme a mí a sentarme frente al piano, tomé su mano que aún seguía extendida y con suavidad, tomó la mía y pude sentir el contraste frío de los guantes oscuros de él contra la calidez de mi propia piel y por un motivo extraño, eso me hizo estremecer. Cuando me senté, él lo hizo junto a mí, y volvió a tocar el piano, y entonces, mi atención solo se centró en la maravilla de ver a Jake tocar la melodía pasando cada uno de sus dedos de forma habilidosa por la teclas del instrumento y de pronto, sentí envidia de esas teclas. En ese momento, mi mente no podía pensar en otra cosa más que sentir las manos de Jake sobre mí y esos dedos habilidosos recorriendo mi cuerpo completo.

El pensamiento me hizo morder mi labio fuertemente mientras que descansaba mi mentón sobre mi mano que estaba apoyada al borde del instrumento con la ayuda de mi brazo. Vi el reloj en la habitación que era muy similar a la principal con toques egipcios y papel tapiz de bellos decorados con candelabros exóticos y muebles que bien podrían valen lo que ganaba en un año sin descontar impuestos y, eran recién las 2:30 de la mañana, bastante temprano en realidad, por lo que no le di importancia y volví mi atención al hombre divino a mi lado, que ahora, había dejado de tocar por unos segundos ya que estaba buscando las partituras de su próxima melodía.

Cuando las encontró, alzó una ceja y con una sonrisa amplia dibujada en su rostro mi miro y luego de nuevo al piano, comenzando a tocar Merry Go Round of Life, y yo no podía estar más fascinada con lo que mis ojos veían.

***+18***

Nota de la autora: hola little moons, sí, aquí por fin llegó el momento que hemos estado esperando y solo quiero decirles que para que experiencia de lectura sea más placentera, escuchen la canción que les puse en la sección de medios audiovisuales. Les aseguro que, valdrá la pena, ya que es la canción que Jake toca para ustedes pero también, la que inspira todo este momento íntimo, así que, sin más disfruten. :3

Si bien Steven tenía la fantástica habilidad de aprender idiomas y Marc era el mejor combatiente cuerpo a cuerpo que había conocido y por lo que Steven me había dicho, también un excelente cocinero, Jake tenía dotes musicales y lo estaba comprobando con cada segundo que pasaba de su hermosa interpretación de esa melodía que curiosamente, a mí me gustaba bastante. Cada nota era perfecta y exquisita y sublime y cuando menos lo esperé, ya me encontraba apretando mis piernas, cosa que Jake notó, dado que, después de terminar de tocar, dejo descansando una de sus manos sobre mi pierna, moviéndola de arriba abajo, acariciándola. Y mi piel reaccionó a su tacto.

-¿Cómo se siente, dama? ¿Le gustó la melodía? Dígame por favor. –Me preguntó, mientras seguía acariciando mi pierna, acercando sus labios a mí boca mientras y yo trataba de buscar soporte en el asiento frente al piano con mis manos. Los ojos de Jake iban de los míos, a mis labios y luego a mi pecho que estaba desnudo, igual que toda yo completa, ya que la bata de baño era lo único que me cubría.

-S-sí... Sí. –Fue lo único que pude articular cuando vi que se había quitado el guante que cubría la mano con la que acariciaba mi pierna y empecé a sentir que comenzaba a abrirse paso la parte más sensible de mis mulsos, acariciándolos.

-¿Sí? Hummm, ¿sólo eso, mi dama? –Jake jadeó al escuchar un gemido que salió de mi boca cuando llevó uno de sus dedos a mi entrada y comenzó a acariciar suavemente la zona. –Bien, ya veo que no. –Lo miré fijamente a los ojos antes de ver en sus labios otra sonrisa aún más grande pero con un toque de malicia y entonces, lo vi desaparecer su rostro en mi cuello, dejando un camino de besos desde mi clavícula hasta la comisura de mis labios.

Y entonces, en ese momento, la pequeña fantasía se estaba volviendo realidad: tener los habilidosos dedos de Jake recorriéndome completa. Estaba pasando. Y estaba siendo fantástico.

-No sabe cuánto tiempo había estado esperando por esto, preciosa... Ahora por fin voy a poder sentirla y ver cómo se derrite de amor por mí, escuchar como grita mi nombre... Voy a amar tanto este momento. –Habló Jake en un suspiro, chocando sus labios con los míos para besarme mientras con la mano que tenía en mí, uno de sus dedos ya estaba en mi interior y él lo movía incesantemente haciendo que jadeos y gemidos salieran de mis labios mientras con su mano libre, él se apoyaba en la silla que ahora solo yo estaba ocupando. –Mami, ¿no me diga que tantas ganas tiene de que la haga mía? Es que se acaba de poner tan húmeda... –Jake se acercó a mí oído y me empezó a hablar suavemente. –Sí, encanto, no te contengas, sabes que puedes correrte en los dedos de papi, sabes que quieres, puedes hacerlo, vamos mi amor. Puedo sentir como ya no vas a poder resistir más y me encanta saber que soy yo quién te hace sentir esto.

Esa forma de hablarme, más el movimiento de ahora dos de sus dedos dentro de mí más el tono sensual de su voz solo ayudaron a que mi orgasmo llegara mucho más rápido. El placer me recorrió el cuerpo de pies a cabeza y cuando pasó una de las sensaciones más maravillosas que había sentido, vi que Jake observaba maravillado sus dedos empapados de mi propia humedad, y yo seguía en bata de baño, ¿cómo era posible que ya me hubiera hecho tener un orgasmo él aún estando vestido?

Jake llevo sus dedos a su boca, saboreando los restos de humedad que habían quedado después de mi orgasmo y luego de una sonrisa satisfactoria acompañada de un suspiro con los ojos cerrados, su mirada chocó con la mía. –Sabía que eras exquisita pero, eres mejor de lo que pensé, mi amor. –Murmuró, haciendo un sonido de placer y yo tragué saliva, sintiéndome aún muy estimulada.

Por unos segundos, él intercalo su mirada entre las fresas sobre el piano y luego conmigo. Y cuando lo vi sonreír, supe que algo se le había ocurrido. –Mami, ¿le molestaría quitarse esa bata que, aunque la seda luce muy bien en usted, creo que ahora nos está estorbando.

Mi habilidad para hablar se había esfumado, solo pude asentir y tal como me lo pidió, me deshice de la bata, dejándola en el piso. –¿Qué hay de ti? –Le pregunté una vez que estuve desnuda frente a él.

-Ay mujer, pero si usted me va a volver loco con lo hermosa que está. –Soltó un suspiro observándome de arriba abajo, pasando su lengua por sus labios, provocando que yo lamiera el mío. –No se preocupe por eso ahora mi dama, por ahora, mi única intención es hacerla feliz. –Sonrió y comenzó a acercarse a mí, tomándome por la cintura y por inercia como su supiera lo que quería hacer desde un inicio, me abrace a su cuello pasando mis manos por su espalda mientras lo besaba y enrede mis piernas en su cadera al mismo tiempo que él me cargo para llevarme a sentarme sobre el piano.

Jake tomo una de las fresas del plato que descansaba a mi lado y la acercó a mi boca. –Abra esa boquita linda que tiene, mami. –Me ordenó y yo hice lo que me pidió. –Muy bien, preciosa. Qué buena niña, ¿quién es la niña de papi, eh? –Me preguntó, acercando la fresa a mi boca para que la mordiera y así lo hice.

-Yo soy tu niña buena, mi amor. –Le dije, quitándole la biona y arrojándola a algún lugar de la habitación para jugar con los rizos de su cabello, necesitaba sentirlo y ante mi acción, Jake soltó una carcajada adorable.

-Así es, amor. Pero, debe decir que soy su papi, ¿recuerda? Si es niña buena, le prometo que la haré muy feliz y la haré ver la luna y las estrellas más cerca de lo que Khonshu jamás podrá. –Me afirmó hablando sobre mis labios, dándome un suave beso para limpiar un poco del jugo de la fresa que había escurrido por mi boca. Cuando sentí una de las manos de Jake acariciar mi espalda desnuda, supe que era la mano que aún conservaba su guante, porque la otra estaba sobre uno de mis pechos, dándole atención mientras él seguía besándome.

Esto me causó que terminara arqueado la espalda y que empezara a mover mis caderas con desesperación buscando fricción, porque ya no estaba aguantando las ganas de que me hiciera suya completamente en ese momento. Jake me apartó de sus labios jalándome un poco del cabello y cuando se dio cuenta que estaba haciendo todo lo posible para mantenerlo pegado a mí con mis piernas, en sus labios se pintó una sonrisa llena de lujuria.

-Mami, ¿no me diga que ya quiere que esté dentro suyo? Mmmmmm, la verdad es que, tampoco aguanto ya las ganas pero, por lo menos comamos un par de fresas más, después de todo, las cargué a la cuenta del tal Alexander, así que no se preocupe por eso.

Yo reí y negué con la cabeza estando con la respiración agitada. –No sabes cómo te adoro. –Afirmé, tomándolo por la nuca y haciendo que su frente pegara con la mía para luego acercarme a su boca y besarlo, mordiendo su labio en el proceso y provocando que sangrara un poco.

-Señorita, usted no debió hacer eso. –Me dijo con una ceja alzada comenzando a desabotonarse su camisa y a retirar su chaqueta. –No me va a quedar más remedio que enseñarle a comportarse con su papi. –Me dijo, mientras me pellizcaba ligeramente un pezón.

Yo solté un gemido fuerte, al mismo tiempo que cerraba los ojos y lo ayudaba a hacer que su camisa dejara de estorbar. Me moría de ganas por tocarlo, por sentirlo. Así que también esa linda corbata de seda negra salió disparada. –Estoy más que fascinada con la idea de que me enseñes cómo comportarme, amor... –Le dije, mientras con una de mis manos trazaba un camino desde su abdomen hasta su barbilla.

-Bien, pues entonces, vuelva a abrir sus bonitos labios, mami, y muerda esta rica fresa. –Me guñó un ojo, dejando la fruta frente a mí e hice lo que me pidió, solo que esta vez fui yo quien se acercó a él y tomándolo de los hombros lo acerqué a mi para robarle un beso que ahora, sabía a fresas con chocolate.

En algún punto entre los besos y los mordiscos de las fresas, Jake terminó completamente desnudo también, con el detrás de mí y yo apoyada en el piano, con ambas manos al borde del mismo y a punto de sentir mi cuerpo temblar de nuevo por otro orgasmo causado por las manos de Jake en mí y en mi interior.

Él seguía moviendo sus dedos dentro de mí y yo, al estar tan sobre estimulada no podría concentrarme y de mi boca no salía nada más que jadeos, gemidos y la respuesta que a Jake tanto le encantaba oír a la pregunta: ¿Quién es tu papi, mi dama? Tú, tú eres mi papi mi amor.

Mis piernas ya estaban temblando y mi cuerpo ya no podía resistir más. Si Jake no me sostenía, era obvio que iba a terminar en el piso. –Ja...Jake, por favor, e-espera, no n-no puedo... –Gemí, al seguir sintiendo sus dedos acariciar mi clítoris por sétima vez en la madrugada.

-Sí puedes mami, déjame probarte... Por favor.

Al escuchar eso, no pude hacer más que sucumbir ante él y de nuevo, estaba completamente a su merced, con la respiración agitada y una ligera capa de sudor, al igual que él.

-Jake, por lo que más quieras, te necesito dentro de mí, ahora...Por favor. –Le supliqué y entonces Jake me volvió a jalar del cabello, haciendo que me incorporara y mi espalda quedara pegada a su pecho, sus manos recorrieron desde mi mandíbula, pasando por mi pecho y mis pechos, luego por mi abdomen terminando ahí, porque me abrazó y con su mano libre, movió mi cabello para hablarme al oído.

-Te di una orden, mi amor. ¿Qué te dije que hicieras? ¿No te dije que suplicaras a papi? –Su voz ronca y sensual resonó en mi oído.

-Por... por favor papi, te necesito. –Gemí cuando sentí su pala impactar contra mi trasero cuando me dio una nalgada.

-Es tan perfecta usted, mi dama, mi reina, mi preciosa señorita... –Me dijo dejando un beso en mi oreja y luego me volvió a inclinar suavemente para que me volviera a apoyar sobre el piano, pasando su mano por todo lo largo de mi espalda en el proceso.

Y entonces, en ese momento lo sentí, sentí como Jake entró en mí y fue una sensación de lo más placentera porque yo, ya me encontraba bastante húmeda por todo lo que me había hecho minutos antes y entonces, eso permitió que él se deslizará dentro y fuera de mí sin problema.

-Joder, mami... ¿Sintió que fácil entre? –Jake soltó un gemido para luego volver a palmear mi trasero y echar su cabeza hacia atrás. –Mi amor, eres tan perfecta. –Me dijo mientras sus embestidas se iban haciendo más fuertes y desordenadas y entonces, volvió a levantarme para poder dejar sus manos en mis pechos y apretarlos mientras entraba y salía de mí con más velocidad.

-Jake, yo en serio ya no puedo, m-me voy a.... –Gemí, mordiendo mi labio.

-Adelante mami, lo hacemos j-juntos... –Soltó él un fuerte gemido que me hizo excitarme más.

Y en ese momento, ambos alcanzamos nuestro éxtasis juntos. Estaba a más que el borde el clímax y mi cuerpo lo sentía, por lo que me quedé quieta unos segundos dejando que la placentera sensación recorriera mi cuerpo mientras a Jake le pasaba lo mismo y aún seguía dentro de mí.

-Mi dama, después de esto, le juro que la voy a amar hasta que muera. –Me dijo, dándome la vuelta y sentándome sobre el piano para tomar mi rostro entre sus manos y besarme, beso que yo, correspondí encantada.

-Y yo te amo a ti. –Sonreí en sus labios mientras que el plato de fresas con chocolate ahora vacío, descasaba a mi lado. 

***

Buenas noches little moons. ¿Cómo están? ¿Les traigo unos litros de agua bendita para tomarla de una vez entre todas o qué? Vamos a hacer penitencia después de esto, porque son 4,400 palabras de puras cosas sucias con papi Jake... Son las 3:30 de la mañana y yo quedé encantada con este capítulo porque salió justo como lo tenía pensado y porque después de tanto, Jake se lo merece gente, ya era hora. Puede que haya sido al último, pero recuerden que lo último siempre se guarda para el final y solo quiero decirles que de los tres, este es el más largo... 7u7

Ahora viene la pregunta importante... ¿Les gustó? Ojalá sí. <3

Quiero dedicarle este capítulo a mi querida SNXWGIRL quien me ayudó dándome las ideas para que este capítulo con Jake fuera así de especial además, como agradecimiento por otras cosas en las que me está ayudando. Es una personita maravillosa y la verdad es que, la quiero mucho. :3 Gracias por todo su apoyo, dama, espero que haya sido lo que esperaba, va con todo mi cariño. <3

Y bueno, sin más yo me despido, little moons, necesito dormir un poco e ir a conseguir esa agua bendita porque Jake UFFFFF, NOS DIO DURO, COMO CAJÓN QUE NO CIERRA Y DURO CONTRA EL PIANO AJSJAJJSA. Además, mientras escribía, estaba escuchando la canción "Daddy Issues" de The Neighbourhood y pues sí, aquí se notan mucho mis daddy issues y del como las cubro con Oscar y sus personajes JSJAJSAJJSJAJSA. ya me exhibí. xd

Ahora sí ya me voy, no saben cómo voy a amar sus comentarios de este capítulo ajajaja. Les dejo al hombre hermoso dueño de mi corazón y mis quincenas. MI PAPIIIIIIIIIIIIII, digo, ¿qué? Ajsjajs. Se ve bien hermoso aquí, AYUDAAAAAAAAA. *-* 

Nos leemos pronto, laters gators!

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