Capítulo 34: El escape

Narra __________

Caminamos hasta llegar a una especie de pasadizo que Layla y yo habíamos encontrado cuando los chicos estaban inconscientes, el cual nos adentró en una habitación amplia, una especie de sala en donde no había absolutamente nada más que las cuatro paredes que la rodeaban, paredes en las cuales había grabados jeroglíficos que detallaban justamente todo lo que nos había explicado Steven hace un momento.

La luz de las antorchas sostenidas de las paredes nos ayudaba a poder observar el lugar con mayor detenimiento y detalle. Por lo que Steven sin soltar mi mano, se acercó hasta la uno de los muros y con su mano, toco suavemente la pared frente a él, justo pasando su palma y yemas de sus dedos sobre las pinturas e inscritos pintados sobre ésta y su mirada comenzó a viajar por cada uno de éstos, poniendo atención y sumo cuidado a cada detalle que observaba.

-__________, querida, ustedes están en todo lo correcto. Parece que, que Los barcos de Ra son la respuesta para salir de aquí. –Me explicó justo antes de dejar de mirar los muros. –Aunque, es un poco peligroso.

-Steven tiene razón. –Complementó Layla. –Se supone que hablamos de barcos, porque son dos y su creador aquí presente no me dejará mentir. ¿Correcto? –Preguntó, dirigiéndose a Ra, quién solo asintió con la cabeza. –Y es peligroso porque tienes que elegir el barco correcto y en realidad, no sabes cuál es... Si te subes al correcto, estarás a salvo y saldrás libre de donde estés atrapado pero...

-Si te subes al equivocado, irás a una muerte segura. –Hablé, terminando la frase que Layla iba a decir y ésta asintió, dándome la razón. –Aunque es peligroso, tenemos que arriesgarnos. Si no lo intentamos, jamás podremos salir de aquí. –Suspiré, viéndola a ella y luego mi mirada chocó con la de Steven. –Por favor, ayúdame a sacarnos de aquí. –Le pedí a él, tomándolo sus manos en las mías.

-Sabes que haré todo lo posible para ayudarte querida, pero si llegamos a esos barcos, Marc tendrá que tomar el control. Yo soy bueno para las investigaciones, las teorías y la historia antigua y, algunas veces cuando me siento un poco más animado, soy bueno para pelar usando bastones de hierro pero, en este momento eso no está pasando. Cuando encontremos la forma de llegar a esos barcos, Marc tomará conciencia, ¿de acuerdo mon amour? –Me preguntó sin soltar mis manos, agachando un poco su cabeza para poder encontrar su mirada con la mía, ya que yo estaba cabizbaja.

-Si claro. –Le contesté justo cuando nuestras miradas se encontraron, ya que él levantó mi barbilla con su mano para que lo viera los ojos. –Haremos todo lo que sea posible para salir de este lugar.

-Bien. –Steven sonrió dulcemente. –Te prometo que saldremos de aquí, querida. Y terminaremos esto. –Afirmó, antes de soltar mi mano y comenzar a buscar una pista en los jeroglíficos que nos pudiera ser de utilidad y fue cuando entonces, llevando su mano a su barbilla para pasarla por su nariz y boca, con una expresión seria y concentrada. Al hacer esto, preferí alejarme un poco para evitar que se desconcentrara.

No habían pasado ni un par de minutos cuando Steven exclamó un "¡Lo tengo!" lleno de emoción. Me acerqué y noté como tenía su palma sobre un jeroglífico que representaba el sol, el cual se veía sobre las cabezas de unos navegantes en un barco. Sin embargo, sobre éste, yacía el ojo de Horus, aunque parecía estar al revés.

¿Qué es eso? –Inquirí curiosa.

-El ojo de Horus no está bien colocado... Pienso que si lo colocamos de forma correcta, podría ser que... –Steven comenzó a mover la piedra donde estaba el jeroglífico en la pared, ya que se dio cuenta que justamente esa pieza, era movible.

Cuando Steven hizo que el ojo de Horus estuviera derecho sobre el muro, éste automáticamente empezó a abrirse, dándonos paso a otro pasadizo un poco más estrecho pero más largo, en el cual al igual que en el anterior, había más pinturas y jeroglíficos detallados en las paredes.

-Estoy seguro que esto nos llevará a los barcos. –Mencionó Steven ofreciéndome de nuevo su mano, la cual tomé en seguida y luego de hacerle una seña a Layla de que nos siguiera, los tres nos adentramos por el camino que recientemente habíamos descubierto.

-¿Cómo puede ser que algo como esto exista bajo El Río Nilo? ¿La gente tendrá idea de que esto existe? –Pregunté asombrada y sin entenderlo aún.

-Creo que será mejor que no lo sepan. –Afirmó Layla, caminando a nuestro lado.

-Esperen, no den un paso más. –Steven llamó nuestra atención al hablar, ya que también detuvo el pasado de Layla al poner su brazo extendido frente a nosotras.

-¿Qué pasa? –Preguntamos ambas con el ceño fruncido.

-Esto, es una trampa mortal. –Afirmó él. –Estas piezas en la camino hacia los barcos pero, hay que seguir un guía específica para trasladarse por el camino de los bloques en el piso. –Explicó, poniendo atención en el suelo frente a nosotros. –¿Ven esa iconografía en los bloques? –Nos preguntó, señalando las baldosas de piedra caliza frente a nosotros, las cuales también tenían dibujos y jeroglíficos pero tallados.

-Los vemos. –Respondí.

-Correcto. –Aseguró Layla.

-Por lo que sé de esto, cada baldosa activa una trampa a excepción de unas cuantas que, son las que te llevan sano y salvo hacía los barcos. Aunque... –Explicó, señalando más claramente los dibujos en la piedra y de pronto, se detuvo en lo que estaba analizando. Yo me acerqué a él para que siguiera hablando, cuando le acaricié el dorso de su mano, él me brindo una sonrisa tierna y sincera. –Aunque, hay un camino que se puede seguir y que además, será el que nos ayude a identificar más fácilmente el barco al que tenemos que subirnos, el que nos sacará de aquí. –Musitó.

-¿Y cómo hacemos eso? -Le pregunté frunciendo el ceño.

-Hummm... –Murmuró Steven, palpando su mejilla con la yema de su dedo índice, observando a su alrededor y luego, desviando su mirada a los bloques en el piso.

-¿Qué opinan de esto? Es una especie de inscripción... –Nos señaló Layla a uno de los muros.

-¿Qué? –Cuestionamos Steven y yo al mismo tiempo.

Al acercarnos más, nos dimos cuenta que efectivamente, había una leyenda plasmada, la cual al igual que todo lo demás dibujado en el muro, estaba inscrita en jeroglíficos. Era una combinación de simbología que al interpretarlos entre los tres, nos dio como resultado la siguiente frase:

"El barco de Ra partirá. Si tomas el barco equivocado, lo pagarás caro."

-¿Es en serio, Ra? –Le cuestioné a la deidad que aparecía frente a mí.

-¿Qué? Se supone que debo de dejar advertencias. Además, ustedes son los primeros en llegar hasta aquí, nuca nadie había llegado tan lejos. –Nos explicó el Dios del Sol, tratando de sonar más persuasivo.

-Sí, como sea. –Negué con la cabeza. –La traducción de esa frase también nos señala la iconografía que supongo, debemos seguir para atravesar por este camino, ¿no?

-Es correcto, ­mon mour. –Steven asintió, haciendo que sus rizos se movieran al compás de los movimientos de su cabeza.

***En la mente de Steven***

-Ya estoy hasta la madre de tantos misterios egipcios, Marc. Me quiero largar a casa, pero con nuestra dama. –Replicó Jake cansado, tallándose sus ojos con las manos.

-Tranquilo, algo me dice que ya falta poco. –Le aseguró Marc, pasando una mano por la espalda de Jake tratando de consolarlo un poco.

***
Y fue de esta manera que logramos cruzar el piso de baldosas con íconos grabados, aunque de uno a uno, ya que teníamos que repetir el mismo camino guiado y Ra nos advirtió que si lo hacíamos los tres al mismo tiempo, la trampa también se activaría.

Primero fue Steven, ya que era el que conocía más sobre el tema. Le seguí yo y estuve tan cerca de pisar una baldosa equivocada pero, por fortuna logré mantener el equilibrio y después de mí, siguió Layla, quién a pasó rápido, nos alcanzó al otro lado.

Pasados unos minutos, los tres nos encontrábamos del otro lado.

-Eso fue... ¿fácil, no? –Pregunté, soltando un suspiro y dejando mis manos en mi cintura.

-Solo busquemos los barcos. –Dijo Layla riendo mientras seguíamos avanzando.

Unos pasos más adelante, llegamos a otra habitación aún más oscura que las anteriores pero, más amplia, en cual, se encontraban dos embarcaciones de madera. Los tres nos miramos unos segundos y después, Ra apareció de nuevo junto a Khonshu frente a nosotros.

-Aún tenemos que averiguar cuál es el barco correcto... –Hablé, mirando a la mujer y al hombre frente a mí, y entonces, Ra tomó la palabra.

-Tengo que admitir que han sido valientes e inteligentes para llegar hasta aquí. –Afirmó, apoyando se cetro en el piso mientras Khonshu nos observaba a los tres con la cabeza más erguida.

-¿Y eso que significa? –Cuestioné, parpadeando un par de veces.

-___________, nosotros como Dioses no podemos interferir en las decisiones de nuestros avatares, porque estaríamos yendo en contra de su libre albedrío. –Ra hizo una pausa antes de levantar la vista de mí hacia Khonshu y luego levantó los hombros, regresando su mirada a mí. –Bueno, con excepción de algunos. –Exclamó refiriéndose al Dios de la luna.

-¿Qué está diciendo este imbécil de mí? –Replicó Khoshu, indignado parado detrás de Steven.

-La verdad. –Contestó Steven, mirándolo de forma seria y por su parte, Khonshu solo resopló negando con la cabeza. Si las cuencas de sus ojos no estuvieran vacías, podría jurar que había puesto sus orbes en blanco.

­-Y lo que quiero decir con esto, es que ya han pasado por mucho y aunque no es del todo correcto lo que voy a hacer, les diré cuál es el barco correcto que tienen que tomar. –Asintió, dejando su mano libre descansado en mi hombro.

-Oh... ¡Muchas gracias Ra! –Sonreí ampliamente y corrí a abrazarlo, obteniendo por parte de Layla una sonrisa tierna y que Steven se llevara sus manos a su corazón mientras que la deidad, me abrigaba más en él, haciendo nuestro abrazo más profundo.

-¿No es algo muy dulce cuando podemos formar buenos lazos con nuestros avatares? –La voz de Tueris se escuchó de nuevo y un segundo después apareció al lado de Layla con una amplia sonrisa que ella también le correspondió.

-Vaya que lo es. –Respondió ella, sonriendo hacia la Diosa que le daba el manto de Scarlet Scarab.

Steven se quedó viendo la escena por unos segundos hasta que se dio cuenta que Khonshu lo observaba fijamente. –Tenemos tanto tiempo trabajando juntos y no puedes ser ni un poco como lo son ellos con las chicas? –Le cuestionó Steven mirándole de frente y de brazos cruzados. –Por lo menos, ya deberías dejar de fingir que será nuestra última misión y aceptar que nunca nos vas a dejar libres. Sería por lo menos, algo amable, para variar. –Exclamó, negando con la cabeza y caminando hacia donde estábamos Layla y yo.

Khonshu no dijo nada, solo se quedó observando como Steven se alejaba y soltó un suspiro, pensativo.

Una vez que los tres llegamos hacía el par de barcos frente a nosotros, Ra nos señaló el del lado derecho, el cual era el que nos indicaba la dirección que habíamos seguido luego de pasar el camino de las baldosas con grabados un poco más atrás.

-Este es el barco que deben tomar. –Mencionó Ra, dejando su mano libre de su cetro en el borde de la embarcación.

-Bien. –Asentí con una sonrisa, tocando la madera del barco. –Solo por curiosidad, ¿qué pasaría si tomamos el barco dela izquierda? –Le pregunté con un tono de intriga en la voz.

Ra soltó una carcajada y negando con la cabeza, me miró con una leve sonrisa. –Si sirve para satisfacer tu curiosidad, _______________, el barco de la izquierda no los llevaría a ningún lado. Al salir de aquí, chocarían con una enorme piedra, en la cual la embarcación se destruiría al instante debido a la fuerza del impacto y de la corriente. Y, al estar tan en lo profundo, no podrían llegar hasta la superficie antes de que el oxígeno se termine en sus pulmones. Básicamente, morirían con fracturas y ahogados. –Explicó. –Espero que tu curiosidad haya sido satisfecha, mi querida avatar.

-Pues sí, lo fue, aunque de una forma más detallada de lo que hubiera querido. –Reí y luego solté un suspiro dirigiendo mi vista a Steven, quién rápidamente encontró su mirada con la mía. –Steven, necesito que Marc regrese. –Le pedí, acariciando su mejilla.

-Lo sé, ma belle dame. Nos veremos pronto entonces. –Murmuró Steven, dejando un beso suave en mis labios antes de alejarse de mí rostro para que Marc tomara el control.

Al verlo a los ojos y él a mí, me sonrió. –Hola de nuevo, preciosa. –Habló con ternura, buscando mi mirada con la suya.

-Hola Marc. –Sonreí. –Gracias por estar aquí.

-Es hora de irnos entonces. –Exclamó Layla.

-Sí, sea lo que sea que nos pase en este barco, no creo que sea peor que estrellarnos, fracturarnos y ahogarnos, todo al mismo tiempo. –Reí, subiendo al barco, mientras que Marc hacía lo mismo y Layla también.

Soltamos el lastre que hacía que el barco se quedara anclado y empezamos a empujar la barca por una especie de rampa que se encontraba debajo de la superficie de ésta. En unos pocos segundos, salimos disparados por un túnel, y por la alta velocidad que estábamos tomando, Marc nos tomó con fuerza de la mano a Layla y a mí, que nos aferramos a él mientras con nuestra mano libre, tratábamos de sostenernos con fuerza de los bordes del barco de madera.

Llegó un punto en que ese túnel por el que íbamos te terminó y justo frente a nosotros pude ver como empezaba a aparecer el agua del río Nilo frente a nosotros, íbamos a salir expulsados directo al río.

-¡Tomen aire, ahora! –Les grité a los dos y cuando salimos del túnel, el barco salió disparado hacía enfrente, dejando burbujas a su paso, mientras que Marc, Layla y yo estábamos flotando en el agua.

Levanté mi vista y pude ver los rayos de sol atravesando la superficie del agua, por lo que les hice señas de que debíamos llegar hacia arriba. Una vez que logramos llegar a la superficie, inhalamos tanto oxigeno como nuestros pulmones podían, era maravilloso poder estar fuera, respirando aire fresco y sintiendo el sol de nuevo que brillaba sobre nuestras pieles empapadas por el agua del Nilo en nuestro cuerpo.

-¡Logramos salir! –Exclamó Layla levantando ambos brazo aún dentro del agua, provocando que algunas gotas de ésta salieran salpicadas hacia Marc y a mí.

-Lo hicimos. –Contesté riendo, pasando mis manos por mi rostro al igual que Marc y luego mire hacia el cielo, el cual ya estaba empezando a oscurecer, dejando ver un poco más la luna llena asomándose entre las nubes. –Pero debemos salir de aquí y darnos prisa en encontrar a los Tatcher, ya casi se hace de noche y recuerden que si vamos a hacer esto, tenemos que hacerlo cuando la luna llena esté en su punto máximo.

-Y eso es hoy. –Respondió Marc pasando una mano por su cabello mojado para peinarlo hacia atrás. –Vayamos a acabar con esos bastardos. –Dijo, al mismo tiempo que los tres empezábamos a nadar hacia la orilla.

***
Buenas, mis queridas y queridos little moons. Aquí les dejo este capítulo lleno de descubrimientos y un final alentador de como pudimos escapar de la trampa de los Tatcher.

Ya se viene la pelea final y después... Una sorpresa pero, no se me impacienten, eso lo tendrán este próximo viernes que viene y solo voy a decir que, serán capítulos largos y llenos de muchos detalles... 7u7

Como siempre, les dejo a nuestro papi y nos estamos leyendo pronto. :3 Gracias por seguir aquí. <3 

Oscar con este estilo,  esas canas, esa barba y el cabello largo me puede mucho. Se ve más papi de lo que ya es. Y me tiene de rodillas a sus pies si lo desea para hacer lo que el quiera. Ahhhhhhhhhhh, viejo sabroso. *-* <3

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