Capítulo 26: El antiguo escarabajo dorado
Narra __________
-¿En serio? ¿Un submarino? ¿Cómo carajos hiciste para traerlo hasta acá? –Pregunté con voz sorprendida a Tatcher hijo porque, de no haber sido porque estaba viendo el enorme transporte marino frente a mis ojos la verdad es que no lo hubiera creído.
-Querida, quien te diga que el dinero no es un súper poder, te está mintiendo. –Me respondió Alexander, al mismo tiempo que me tomaba por el mentón y hacia que lo viera directo a los ojos.
-¿Ahora se dan cuenta por qué decidí que este insecto ya no fuera mi avatar? Demasiado arrogante para ser el protector de los viajeros de la noche. –Escuchamos la voz de Khonshu, a quién podíamos ver parado detrás de Alexander, mirándolo con un total y atenuante desprecio.
Tanto Steven como yo, ignoramos el comentario y yo, iba a apartar su mano de mí bruscamente, sin embargo, Steven se me adelantó.
-¿Podrías apartar tus manos de la cara de la señorita Lennox, por favor? Realmente, no es apropiado que hagas eso. –Exclamó Steven, tomando la muñeca de Tatcher entre su mano para alejarla de mi rostro, apartándola delicadamente de mí, con la mirada en el piso y al verlo con más detalle, noté que su mandíbula estaba tensa. –Además, te pido de la manera más amable que jamás vuelvas a llamarle querida. No es apropiado para la relación profesional que se mantiene aquí. ¿No es así, señorita Lennox? –Al fin, Steven levantó su vista hacia mí, mirándome atentamente y ladeando un poco su cabeza, esperando mi respuesta.
-Es correcto, no es para nada apropiado esa forma de llamarme. Recuerde, señor Alexander Tatcher, que sigo siendo la directora del museo y aunque usted financie esta expedición intrépida, más le vale que no olvide que soy yo quien la dirige ahora que ya estamos de camino a la tumba y la perla. –Respondí con un aire de valor que realmente desconocía de donde había aparecido pero lo agradecía. Y si Steven era valiente, yo también lo era.
Alexander aclaró su garganta, quedando expuesto ante la atenta mirada de su padre que observaba la escena sin decir ninguna sola palabra y llego un punto en que el silencio se volvió incómodo pero, afortunadamente solo pasaron unos cuantos segundos antes de que la tripulación del submarino anunció a los Tatcher que ya estaba todo listo para partir.
-Bien, ¿pues nos vamos a quedar aquí todo el día perdiendo el tiempo o nos vamos a subir a esta belleza que a fin de cuentas, resultó ser una ganga aquella ocasión en que la compramos? ¿Recuerdas, hijo? –Jonathan se acercó a su hijo para darle unos suaves y leves golpes en su brazo, animándolo a recordar.
Alexander asintió con media sonrisa y un instante después, volvió su atención a Steven y a mí. –Por favor, suban. Tenemos que salir ahora para poder aprovechar el tiempo lo máximo que se pueda. –Insistió, al mismo tiempo que nos hacía señas para subir a al enorme submarino.
Yo me giré para ver hacia donde estaba Layla, pero estaba haciendo una llamada. Tenía una enorme sonrisa en el rostro, por lo que imaginé hablaba con su esposo. Así que, solo con hacerle unas señas, entendió que debía subir al submarino con nosotros. Ella asintió, levantando su pulgar, así que entendí que ya iría en un momento.
-Esto me hace recordar a la novela de Julio Verne de 20,000 leguas de viaje submarino. Ya sabes, el "Narval gigante" que todos creen que es el Nautillus. Siento que voy a entrar a él. –Comenté a Steven, llevando una de mis manos a mi boca riendo ligeramente, justo cuando una plataforma de metal comenzaba a aparecer frente a nosotros, para que pudiéramos llegar hasta la entrada del submarino, la cual consistía de una ventanilla exterior que tiene una escalera fina por la que podemos descender.
-Solo falta que uno de estos dos sea el capitán Nemo. –Me contestó Steven, siguiendo mi temática de libros y novelas de Julio Verne. –Solo que, quiero decirle algo, señorita Lennox... –Steven me tomó por la cintura y me pegó un poco a él cuando vio que Los Tatcher se giraron para caminar en dirección a la entrada del submarino. –...el único que puede decirle querida soy yo, y tal vez Marc y Jake, pero yo soy quien tiene más derecho de hacerlo. No cualquiera y menos, hombres como Tatcher. –Murmuró en mi oído con un tono de voz profundo y vivaz, que no era muy particular en Steven lo cual, me hizo sentir un escalofrío recorrerme el cuerpo entero. Y me había gustado, me había gustado mucho.
Quizá, podría intentar que ese Steven saliera de nuevo, solo por un momento. Es decir, no es que no me fascinara Steven en su esencia original: tierno, amable, divertido e imposible de no quererlo con tan solo mirarlo. De hecho, fue el primero por el cual mis sentimientos comenzaron a aparecer pero, el hecho de conocer este lado un poco más, atrevido de él, por llamarlo de alguna manera, me intrigaba demasiado.
-¿Acaso está usted celoso, Señor Grant? –Le cuestioné mordiendo mi labio inferior suavemente, mientras estábamos a punto de llegar a la escotilla para adentrarnos en el submarino y el me miró con una sonrisa de lado, no pudiendo evitar dirigir la vista a mis labios y pasar su lengua por los suyos.
Aunque, este Steven no duró por mucho tiempo ya que, cuando escuchamos que Layla ya venía acercándose a nosotros, él pasó saliva sin apartar su mirada de mí y de pronto, esa sonrisa extrañamente cautivadora y sexy había desaparecido por un sonrojo casi instantáneo. El color de sus mejillas era casi idéntico al color de la mochila que llevaba en sus hombros: rojo vivo.
-Ehhh... b-bueno, quizá podamos hablar de eso d-después. –Mencionó con suavidad, jugando con sus dedos índices, haciendo que las yemas de cada uno de ellos chocara entre sí y bajando su vista al piso.
-Sí, créeme que lo haremos. –Sonreí divertida para después darle un fugaz beso en los labios a lo que Steven respondió llevándose ambas manos cerca de su corazón seguido de un suspiro largo y profundo.
-¿De qué me perdí? –Cuestionó Layla, llegando hasta nosotros sobre la plataforma para abordar, mientras del daba una mordida a una manzana que llevaba en la mano.
El sonido del mordisco a la manzana, por lo que vi, hizo entrar en razón a Steven y hacer que volviera en sí, porque rápidamente negó con la cabeza y me hizo una seña con la mirada para que ya entráramos al submarino.
***
Alexander caminaba de un lado a otro, por los angostos pasillos del submarino, llevándose las manos para pasarlas por su cabello exasperado y hablando con su personal. Se notaba molesto y angustiado. Y casi cada minuto, miraba la hora en su reloj, estresando por la hora. Bastante contrario a su padre que se encontraba sentado en un sofá de la pequeña sala de estar donde nos encontrábamos, leyendo un libro que por lo que alcanzaba a leer en la portada era "Una mente fracturada" de Robert B. Oxman. Y no se le notaba para nada angustiado, estaba relajado y apacible, disfrutando de su lectura; todo lo contrario a su hijo que por lo que podía notar, poco faltaba para que le empezara a salir humo por la cabeza.
Steven, Layla y yo estábamos sentados en un sofá aún más grande tratando de ignorar a Tatcher que seguía caminando por todas partes, discutiendo el porqué de pronto el submarino no quería arrancar a pesar de que le habían asegurado que ya estaba todo en perfecto funcionamiento.
Por nuestra parte, nos encontrábamos discutiendo sobre cómo llegar a la supuesta tumba de Akenaton. Si la encontrábamos, tal vez había posibilidad de que esa perla existiera y había dos posibilidades: o destruíamos la perla antes de que los Tatcher liberaran a Seth o, ellos liberan al Dios de la destrucción y tendríamos que recurrir a nuestro plan B, el cual era dividir a la deidad según el texto inscrito en la Piedra de Rosseta que había encontrado con Jake y encerrarlo en dos formas biológicas y justo eso, se lo estábamos explicando a Layla. Además de intentar comprender el mapa que teníamos extendido sobre la mesita de madera frente a nosotros.
-¿Y cómo se supone que haríamos eso? –Nos preguntó Layla a Steven y a mí, mirándonos expectante a nuestra respuesta.
-Sí... Creo que no deberíamos discutir esto ahora con él presente. –Susurré, señalando a Jonathan Tatcher que seguía leyendo justo frente a nosotros.
-¿Entonces cuándo? –Susurró de vuelta Layla.
Iba a decir algo, pero entonces Jonathan se levantó de su asiento y, dejando su libro con un apartado en la página donde se había quedado sobre un brazo del sofá, camino en dirección a su hijo, que justamente había pasado de nuevo, más molesto que las veces anteriores.
-Creo que ahora es momento. –Dijo Steven en voz baja, haciendo una seña con su mano para que nos acercáramos más para poder hablar en tono más bajo por si nos escuchaban y así, empezamos a explicarle a Layla lo que decía aquel texto que habíamos descubierto en Menfis.
-¿Y si tenemos que recurrir a ese plan B, tiene que ser justo en la luna llena para que funcione correctamente, cierto? –Preguntó Layla, frunciendo el ceño.
-Así es. –Asentí.
-Pero eso es... esta noche. –Musitó, levantando ambas cejas.
-Y de nuevo estás en lo correcto. –Murmuró Steven, parpadeando un par de veces.
-¿Y cómo vamos a hacer eso si vamos a estar sumergidos? La luz de la luna no llega tan profundo en cuerpos de agua. Incluso si es llena a su máximo esplendor como la que habrá esta noche.
-Vamos a tener que salir de la tumba entonces, de alguna manera, ya veremos cómo. –Les dije a los dos, cuando en ese momento, Jonathan ya venía de regreso y con un par de pasos más, llegó hasta nosotros.
-Disculpen la demora en empezar el viaje, tuvimos ciertos problemas técnicos pero al parecer ya todo va a resolverse en pocos minutos. Así que, ya pronto podremos partir. –Nos dijo con un tono tranquilo, para después volver a su asiento y continuar con su lectura.
-Gracias. –Dijimos los tres al unísono.
-Bueno, ahora que ya discutimos ese punto tan importante, ¿por qué no vemos al mapa para descifrar como llegar a la tumba? –Inquirí, señalando el mapa sobre la mesa con la mirada.
-Cierto... Veamos. –Steven asintió y tomó el mapa en sus manos, observándolo y analizándolo con detalle.
Layla y yo solo nos limitamos a observar, pero después de un par de minutos, Steven bajo el mapa de su rostro y soltó un pesando suspiro.
-Este mapa solo es para tierra. No es una carta de navegación. Solo funciona para encontrar la llave que ya tenemos... Pero para navegar no, esto no sirve. –Inhalo aire por su boca, llevando una de sus manos a sus rizos, pasando su mano a través de éstos y después, soltó aire por la nariz, para después recargar su espalda en el sofá y cruzarse de brazos.
-¿Entonces cómo se supone que llegaremos a la tumba? Ahora sí que los Tatcher nos van a matar... –Pregunté preocupada.
Steven me negó con la cabeza, alzando los hombros con un rostro afligido, al mismo tiempo que Layla chasqueaba sus dedos en señal de que había recordado algo. Yo la miré al instante.
-Si no hay mapa ni cartas de navegación a una tumba desconocida de un faraón que murió hace años, entonces tenemos que hacer un último intento. –Dijo ella con una sonrisa, mientras de su mochila sacaba un objeto pequeño el cual, no lograba distinguir bien pero al parecer Steven sí, ya que sus ojos se abrieron con asombro cuando Layla nos mostró lo que tenía en sus manos.
-Es... es el es-escarabajo dorado. Aún... aún lo conservas. –Exclamó él, llevando una mano a su boca y girando su vista hacia mí, sin desvanecer su expresión de asombro.
-Aún lo conserva... Esta mujer sí que es todo un caso. –Mencionó Marc, cruzándose de brazos y negando con la cabeza con media sonrisa, observando la escena desde el cristal de la mesita que estaba al centro de la sala.
-Pues sí, genio. ¿Qué esperabas? ¿Qué se deshiciera de él? Después de todo, ese fue un regalo de su padre que, aunque después se lo robaron, tú la ayudaste a recuperarlo, ¿no es así? –Preguntó Jake, también reflejándose desde el cristal.
-Eso es cierto. –Contestó Marc. –Supongo que ahora eso es parte de buenos recuerdos, lo que venga en el futuro, yo lo quiero con esa señorita de ahí. –Dijo Marc señalando a ______________ con el dedo índice desde el reflejo.
-¡Y yo también! ¡Y el británico también! –Exclamó Jake contento.
-¿Eso es la... la brújula del escarabajo dorado? –Pregunté asombrada y Layla asintió. –Creí que solo era un mito. Se supone que esta brújula te señala el camino hasta objetos y reliquias que estén cerca de tu ubicación... Reliquias y objetos egipcios, obviamente. –Reí un poco nerviosa, aceptando el escarabajo entre mis manos cuando Layla me ofreció tomarlo. –En serio creí que no existía. –Dije con suavidad, viendo con más detalle el escarabajo de oro, con grabados de jeroglíficos egipcios, gemas incrustadas y finos detalles que lo hacían uno de los objetos más codiciados en el mundo por aquellos afortunados en saber de su existencia.
-Y no solo eso. Tumbas también... –Confirmó ella, con una amplia sonrisa.
-No sabes lo feliz que estoy de que hayas venido con nosotros, Lay. –Le sonreí y ella me devolvió la sonrisa, ladeando su cabeza a un lado.
-No agradezcas, el gusto es mío. –Afirmó.
Y justo en ese momento algo increíble sucedió: el escarabajo se levantó, moviendo las alas rápidamente que era casi imposible percibir sus movimientos a simple vista y se colocó señalando hacía nuestros pies, pero más específicamente hacía abajo, hacia lo profundo del Nilo. Eso solo indicaba una cosa, teníamos que descender. Steven, Layla y yo veíamos todo sorprendidos.
-Creo que después de todo, si tenemos mapa. O bueno mejor dicho, brújula. –Sonreí, observando maravillada el artefacto. –Si esa supuesta tumba existe, llegaremos a ella. –Asentí decidida y tanto Steven como Layla me correspondieron en el gesto.
***
Buenas nocheeeeeeees mis queridas y queridos little moons. :3 Acá en mi casita con las 3:18 de la mañana y hasta tuve que comer helado para no quedarme dormida mientras escribía este capítulo pero ya quedó. :3
Sé que por la tarde les dije que se iba a llamar de otra manera pero al final, se me ocurrió otra idea para darle más sentido a los capítulos que vienen y es por eso que cambiamos un poquito a este. Siempre hay que pensar en el bien de la historia para que quede bien hecha, con cronología y buena narración (por lo menos lo intento) <3 :'3 pero les prometo que ahora sí mañana se viene el capítulo de "Chocolate sabor naranja" solo queda pasarlo a limpio y corregir algunas cosas pero ahora sí, sale mañana jajaja.
¿Qué les pareció la ayudadota que nos acaba de echar Layla mi mujer? UFFFFFFFFFFF, ¿QUÉ HARÍAMOS SIN ELLA?
Díganme que entendieron la referencia del libro que lee Jonathan Tatcher, por favorrr, si lo hacen las y los querré más que ayer.
¿Y la referencia de la novela de Julio Verne? Ayyyyyyyyy, si me dicen que sí, tendrán mi corazón por siempre.
¿Alguna teoría? ¿Creen que si encontremos la tumba y la perla? Ya veremos... <3
Mientras tanto, les agradezco por seguir aquí conmigo y por todo el amor que le dan a mi historia, entre sus votos, sus comentarios, sus lecturas... Simplemente es lo mejor. Gracias totales. Y me hace tan feliz que les gusten las cosas que salen de mi imaginación. Gracias. <3
Como ya es costumbre, les dejo una foto de mi viejo sabroso. *-* Nos leemos mañana, bellezas, ahora si más temprano jajaja. ¡Laters Gators!
Santo Dios, esa foto no ayuda a mis daddy issues. JSAJASJAJJA. Ay 7u7
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