Capítulo 22: Un viaje dentro de otro viaje
Narra ___________
La mano de Jake seguía sosteniendo la mía fuertemente y yo, trate de ser lo más discreta posible para evitar hacer ruido, necesitábamos conservar el factor sorpresa ante Alexander que seguía revolviendo toda la habitación frente a nuestros ojos.
-¿Qué cree que quiera este tipo en nuestra habitación, mi dama? -Me preguntó Jake, sin soltar mi mano, hablando en su susurro.
-Algo me dice que está buscando nuestras cosas. -Le respondí en el mismo tono bajo de voz, mientras nos acercábamos lentamente por detrás hacía donde Tatcher se encontraba.
-¿Con nuestras cosas se refiere al dichoso mapa que hemos venido cargando desde el inicio del viaje y a la llave que encontramos en la pirámide? -Inquirió, mirándome con curiosidad.
-Justamente. -Respondí, asintiendo con la cabeza.
-¿Y acaso esas cosas no son las que lleva Grant en su mochila que ahora llevo colgando en mi espalda?
-Precisamente.
En ese momento, y al estar adentrado en su ardua y desesperada búsqueda, Tatcher abrió una maleta que estaba descansando junto a la mesa de noche al lado izquierdo de la cama. Esa maleta era mía. Y, todas mis cosas seguían ahí, incluyendo, mi ropa interior. De pronto, y sin poder creer lo que mis ojos veían, Tatcher se encontraba con un par de mis sostenes en su brazo derecho y una de mis panties favoritas en su mano izquierda, observándola detalladamente.
Una sonrisa descarada se formó en sus labios, realmente no quise imaginar qué fue lo que pasó por su mente en ese momento, así que voltee a ver a Jake quién, al mismo tiempo que esta bizarra escena sucedía, en su frente empezaba a marcarse una vena, noté cómo su mandíbula se tensó y por unos segundos, soltó mi mano, apretando fuertemente sus puños, tanto, que ahora se notaban ligeramente blancos por la fuerza aplicada en ellos.
-Jake, espera... -Iba a llamarlo, tratando de tomarlo del hombro pero, para cuando reaccioné, ya era demasiado tarde.
Jake llegó hasta Tatcher en solo cuestión de segundos. Lo acorraló contra uno de los muros de la suite y Alexander, al verse en esa situación, su rostro se torno a una expresión total de angustia.
-Hazme el favor de quitar tus manos de porquería de la ropa interior de mi dama, porque si no lo haces, prepárate para vértelas conmigo. -Ordenó Jake a Tatcher, al mismo tiempo que llevaba su mano a la garganta de este último, provocando que por inercia, llevara ambas manos a la muñeca de Jake, en un intento (inútil, por cierto) de separarla de su cuello y soltando mi ropa interior en el proceso, la cual cayó al piso.
Jake, dada la fuerza que estaba aplicando en el cuello de Tatcher, lo había logrado levantar del piso, mientras él pataleaba y seguía luchando en vano por alejar la amplia mano de Jake de su cuello, ya que le estaba empezando a costar respirar.
-Por favor para. -Lo llame, mientras lo tomaba por el hombro. -Ya déjalo.
El latino me miro directo a los ojos aun conservando su mano en el cuello de Alexander, y después de mirarme por unos segundos, soltó un suspiro y retiró su mano, liberando al hombre que tenía sujeto y pegado al muro. Éste, al sentirse liberado, cayó de rodillas al piso, llevando ambas de sus manos directo a su cuello, justo en su manzana y empezando a tragar saliva y respirar con dificultad, por lo que sus hombros y pecho se movían bruscamente acorde a su respiración.
-Agradecido deberías de estar, con mi dama aquí presente, si no fuera por ella, hoy te tocaba perder. -Musitó Jake cerca de Tatcher, quién solo lo miró con rostro afligido, aun conservando sus manos en su cuello, buscando un poco de alivio a lo lastimada que había quedado su garganta.
-Tengo que admitir que tiene un punto. Pudo haber sido peor. -Le dije a Tatcher, observándolo con una ceja alzada. -¿Qué estabas buscando, Alexander? -Inquirí con un tono de voz demandante. Me iba a decir qué es lo que estaba buscando sí o sí.
-Bueno, y-yo, estaba buscando... -Tatcher soltó un suspiro. -Estaba buscando la llave y el mapa para llegar a la tumba de Akenaton, pero, llevo minutos buscando, minutos que ya se volvieron poco más de una hora. -Contestó, poniéndose de pie, tosiendo para aclarar su garganta.
-¿Y creíste que esas cosas estarían entre mi ropa interior? -Le cuestioné, arqueando una ceja mientras Jake no apartaba sus ojos de él.
-Lo cierto es que, no tengo excusa para eso. Supongo que, solo me deje llevar por el momento. Y terminé recibiendo mi merecido. -Mencionó, mirando a Jake al mismo tiempo que pasaba saliva. -No cabe duda que tú no eres Marc Spector, éste no es su estilo, y mucho menos Steven Grant, él simplemente no hace estas cosas... Por lo que deduzco, que eres Jake Lockley, ¿cierto?
-¿Qué estás diciendo? ¿Cómo sabes que..? -No me dejo terminar mi pregunta mientras Jake lo miraba con ambas cejas alzadas sin emitir palabra alguna.
-Vamos, ___________, no creerás que no investigo bien a las personas con las que voy a hacer negocios antes de hacer cualquier cosa, ¿verdad?
-Sí, algo me parecía sospechoso desde que llegamos al hotel y diste tres nombres a recepción de con quién podría venir acompañada. -Mencioné, llevando mi mano para pasarla por mi rostro. -Escucha, si haces ese tipo de cosas, es imposible confiar en ti, es decir, no lo hacía antes, mucho menos ahora.
-Y por más que yo quisiera que lo hicieras... -Habló por lo bajo, acercándose a mí, tomando mis manos entre las suyas en el proceso. -No debes. -Su mirada era mucho más profunda, viendo directamente a mis ojos.
Yo lo miré frunciendo el ceño, y justo cuando iba a retirar mis manos de las suyas, Jake se me adelantó y con un movimiento rápido, alejo las manos de Tatcher de las mías y dando un paso delante, se colocó de forma protectora frente a mí, haciendo de barrera entre Alexander y yo.
-Bueno, aquí la cosa está muy clara: Sí, yo soy Jake Lockley, y soy quién te va a partir la cara si vuelves a tocar a mi dama. Y sobre las cosas que con tanta desesperación estás buscando, no las vas a encontrar porque, si mal no recuerdo, el británico te había dicho que el mapa siempre iba a estar bajo nuestro resguardo y la llave, también está con nosotros. -Tatcher abrió los ojos al instante. -Así que, ¿por qué no nos haces un favor a todos y se nos va retirando de aquí, hombre?
Tatcher dibujó una sonrisa irónica en sus labios. -Interesante, que hables como si los otros estuvieran aquí.
-Oh, es que sí lo están. -Jake sonrió de lado, dando una ligera mirada al espejo dentro de la suite.
Al instante entendí, Marc y Steven seguro estaban observando todo desde el relejo del espejo.
***En la mente de Jake***
-Pero, no entiendo... ¿Cómo es que sabe de "nosotros"? -Se preguntó Steven, con una cuestión al aire, más para sí mismo que para alguien más, pero Marc le escuchó.
-Conocí a su padre hace algunos años, en Jerusalén... Por un trabajo, el buscaba lo mismo que yo y como no iba a permitir que se llevara lo que había ido a buscar, tuve que hacer lo que tenía que hacer... -Empezó a explicar Marc, dándole detalles a Steven sobre lo sucedido en aquella ocasión en el país de oriente.
-Oh, entiendo... Entonces, ¿por eso ahora tanto el padre como el hijo te quieren, bueno, nos quieren muertos? -Preguntó Steven, con una mirada angustiada.
-Justamente, pero lo vamos a evitar. Tenemos qué. -Respondió Marc, mientras ambos veían la escena en la suite desde el espejo al centro de la habitación.
***
Tatcher soltó un suspiro pesado, llevando ambas de sus manos hacia su cabello para peinarlo hacia atrás. -Cómo sea, ya que me descubrieron in fraganti lo mejor es que me vaya, tengo otros asuntos que atender aún antes de que podamos ir al río a buscar la tumba, que por cierto, salimos mañana a primera hora, ya está todo listo...
Yo levanté mi dedo índice, saliendo detrás de Jake. -Sí, qué bueno que mencionas eso. Justo, creo que tendremos que mover un poco el horario de salida para ir en busca de esa supuesta tumba escondida.
-¿Disculpa? -Tatcher se volvió a mí, mirándome incrédulo.
-Lo que escuchaste, necesito que esperes unas horas más antes de partir, tenemos un asunto pendiente que completar. -Jake me miró con una ceja alzada.
-¿Y qué es ese asunto tan importante que no puede esperar hasta que volvamos de nuestra expedición? -Alexander lanzó su pregunta y yo estaba empezando a maquinar en mi mente mil y una respuestas para decirle hasta que Jake se me adelantó, de nuevo.
-Nos vamos a casar. -Soltó Jake de pronto, con una gran sonrisa vislumbrando en sus labios.
-¿Qué? -Tatcher estaba incrédulo y, yo también pero, era una buena excusa, tenía que seguirle el juego.
-Sí... Nos vamos a... casar. Y Jake y los... chicos, quieren ver algunas cosas por la cuidad, porque habíamos hablado sobre hacer la boda aquí, ¿nos es así, mi amor? -Miré a Jake.
-Justamente. Además, necesitamos buscar un anillo, el anillo más hermoso, para la dama más perfecta. -Me dijo, mientras tomaba mi mano y dejaba un tierno beso en ella. Al instante, sentí mi rostro arder.
-Se supone que el anillo se da cuanto te propones. -Tatcher habló con obviedad.
-Pues se lo acabo de proponer hace unos minutos, ¿dónde querías que consiguiéramos un anillo de compromiso en medio del templo de Luxor, hombre? Concéntrate... -Jake le respondió, con un evidente tono de sarcasmo en su voz y rodando los ojos.
Tatcher suspiro exasperado. -Bien, ¿y cuánto tiempo necesitan?
-Danos 24 horas, mañana en la noche ya estaremos listos para salir en tu alocada expedición por el Río Nilo. -Sonreí.
-De acuerdo, estamos en contacto entonces. Y, una disculpa por haberme encontrado aquí. -Tatcher nos miró a ambos y luego, sacó su teléfono de la bolsa de su pantalón. Su rostro se iluminó con la luz de la pantalla al mismo tiempo que sus cejas se elevaban. -Tengo que irme, debo contestar esta llamada. Nos vemos.
Alexander salió de la suite a paso rápido, dejándonos a Jake y a mí solos en la habitación.
-¿Cómo que nos vamos a casar? -Le pregunté a Jake riendo, lanzándole un cojín que había alcanzado de la cama directo a su pecho.
-Tiene que admitir que es una buena excusa, mi dama. -Contestó divertido, acercándose a mí, dando pasos cortos y llevándome directo a uno de los muros de la habitación. -Y ahora que estamos los dos solos, ¿qué le parece si hacemos, algo más interesante? -Me preguntó con una voz grave y sensual, acorralándome entre él y la pared, dejando su brazo derecho recargado en el muro mientras su mano izquierda descansaba en mi cintura, acercando sus labios a mi cuello, dejando pequeños besos.
Yo reí un poco, llevando mis manos a sus mejillas para hacer que me viera a la cara. -Jake, mañana tenemos un viaje importante qué hacer. Recuerda, hay que "planear nuestra boda en El Cairo." -Reí, haciendo comillas con los dedos. -Mejor explícame, ¿cómo fue que de pronto cambiaste lugares con Steven? -Le pregunté, mirándolo con una sonrisa ladina.
-La verdad es que, fue el quién me pidió que saliera. -Comenzó a explicarme, llevando su boca hasta la mía, rozando sus labios con los míos. -Y cuando vi a Tatcher hurgando entre sus cosas, dama, supe por qué. -Me dijo, intercalando sus palabras entre ligeros besos que dejaba en mis labios.
-Muy bien, creo que entonces, fue una buena elección. -Sonreí saboreando los labios de Jake sobre los míos, cuando de pronto, sentí como con su rodilla separó mis piernas, permitiéndose tener más espacio para estar más cerca de mí, al mismo tiempo que ambas de sus manos se entrelazaban con las mías, llevándolas sobre mi cabeza mientras yo seguía recargada en la pared.
Debido a la nueva posición en la que nos encontrábamos, Jake aprovechó la situación y pegó aún más su cuerpo al mío, rozándose contra mí y sin despegar su boca de la mía, mordió levente mi labio inferior, probando que de mi boca saliera un ligero gemido. Fue cuando, en ese instante pude sentir como algo empezaba a tomar más volumen entre las piernas de Jake.
-¿No deberíamos estar planeado nuestro viaje de mañana a Menfis, señor Lockley? -Le pregunté al mismo tiempo que él soltaba mis manos, por lo que pude llevarlas hasta los rizos de su cabello para enredarlos en mis dedos.
-Por ahora déjeme disfrutar de este momento, mi dama. Yo soy el que menos tiempo pasa con usted y eso no me agrada mucho. -Musitó, al mismo tiempo que una de sus manos viajaba hasta mi trasero, dándole un leve apretón.
-Bueno, podemos cambiar eso. Debemos hablar con los chicos. -Me mordí el labio y sonreí. -Necesitamos que la repartición del tiempo sea equitativa.
-Me parece buena idea, dama. Y ahora que, menciona a ese par, déjeme decirle que justo ahora la están viendo con cara de idiotas. -Comento Jake, volviendo a besar mis labios. -Ellos creen que se ve hermosa en este momento y yo, no puedo hacer nada más que confirmar esa afirmación. -Me dijo, ahora dejando besos en mi cuello y pecho, mientras yo simplemente me estaba dejando llevar por el momento, permitiendo que mis sentidos se extasiaran al tener los labios de Jake sobre mi piel.
-Espera, ¿cómo que me están viendo? -Le pregunte sorprendida, dejando mis manos en sus hombros para poder verlo a los ojos.
-Así es, encanto. Por el espejo, podemos hacer eso. -Me explicó, acariciando ms piernas.
-Ohhhh. No sabía que... que podían hacer eso. -Exclamé sorprendida.
-Imagine las posibilidades de eso, dama... Imagine lo que podríamos hacer. -Me dedicó una sonrisa maliciosa y yo solté una carcajada.
-Tal vez en otro momento. Ahora, debemos prepararnos. -Sonreí y le di un fugaz beso en los labios, alejando sus manos de mis piernas para que me permitiera salir de entre él y la pared.
-Está bien mi dama, puedo ser paciente si se trata de usted...
***
A la mañana siguiente, Jake y yo ya íbamos en camino a Menfis en un tren que salía directo del El Cairo hacía allá.
El en camino le envié un mensaje a Layla para saber cómo se encontraba, ya que desde lo sucedido hace dos noches con Marc... No había sabido nada de ella. En cuento envié el mensaje, me respondió, diciéndome que todo estaba bien que estaba cerca de la cuidad arreglando otros asuntos y que en cuento regresáramos de Menfis, le volviera a escribir para ponernos de acuerdo sobre el siguiente paso a dar con Tatcher y su expedición suicida. Sus palabras, y yo, estaba totalmente de acuerdo.
Seguía tecleando en mi teléfono, mandándole los últimos mensajes a Layla y sentía la mirada penetrante de Jake sobre mí. Sonreí de lado sin mirarlo y seguí con lo que estaba haciendo pero, justo cuando guardé mi teléfono en mi mochila, Jake me tomó del brazo y me sentó sobre sus piernas. Yo reí ante su gesto y deje mis manos descansando en sus hombros.
Se veía ridículamente atractivo, ya que ahora si estaba vestido a su estilo: llevaba un pantalón de vestir color negro, con camisa blanca y corbata que combinaba con el pantalón. También una chaqueta ligera color café de textura suave y una boina a juego de color con su chaqueta que le daba un aire de total misterio. Como dije, ridículamente atractivo.
Al estar sentada en su regazo, Jake llevó sus manos a mis piernas y comenzó a acariciarlas, bajando y subiendo sus manos por mis muslos. Yo solo sonreí de lado y le quité su boina para ponérmela yo mientras que volvía a llevar mis manos a rus rizos para jugar con ellos. En serio, amaba hacer eso. Y la mirada de Jake no se apartaba de mí, hasta que yo rompí el silencio, que si bien no era incómodo, quería escuchar su voz.
-Qué tanto miras, Jake Lockley? -Le pregunté alzando una ceja, y acomodando mejor su boina sobre mi cabeza.
-Es que, por más que la miro, sigo sin entender cómo es que nosotros, siendo un trío de desadaptados, usted mi dama, nos quiere... ¿Por qué? -Me preguntó, ahora llevando una de sus manos a mi cintura y con la otra, acariciando mi espalda.
***En la mente de Jake***
-¿Nos acaba de decir desadaptados sociales? -Preguntó Steven retóricamente, observando toda la escena desde el reflejo de la ventana del tren junto con Marc.
-Pues, mentira no es. -Respondió Marc, haciendo una mueca. -Aunque, ya le voy a decir que deje de tocarla de esa forma. ¿Qué le pasa? -Preguntó, señalando la escena a Steven.
-No sé qué responderte Marc, tú te acostaste con ella y Jake no dijo nada, yo solo la he besando y no digo nada. ¿Quieres dejar en paz a Jake por un segundo? -Steven rodó los ojos negando con la cabeza.
-Yo... Buen punto. -Respondió Marc, dándole la razón a Steven.
***
-Bueno, en primer lugar, no son desadaptados sociales, ¿es que tengo que tener esta conversación con los tres? -Exclamé, haciendo reír a Jake. -Solo, viven con una condición bastante... poco ortodoxa. Pero, eso es lo que los vuelve únicos y maravillosos. ¿En dónde más iba a yo a conseguir 3 hombres asombrosos en uno solo? -Le pregunté con una sonrisa, juntando su frente con la mía.
-Bueno, ya no tengo más argumentos para discutirle, dama. Si soy sincero, ame su respuesta y estoy seguro que los otros dos tarados también. -Me sonrió, dándome un beso en los labios.
-Te quiero, Jake.
-Y yo a usted, mi dama. No se imagina cuánto.
El tren fue deteniéndose despacio, y se nos indicó que ya estábamos por arribar en Menfis. Cuando pudimos descender, tomé mi mochila y Jake la suya, en donde llevaba el mapa y la llave, no nos íbamos a arriesgar a dejarlos en el hotel, y ahora mucho menos considerando lo que había sucedido con Tatcher la noche anterior.
Al llegar a la cuidad, nos llevamos una gran sorpresa, pues si bien había dicho Steven que encontraríamos las ruinas de lo que fue la cuidad en los primeros años de Egipto, no me esperaba encontrar lo que estaba frente a mis ojos. Sí, había ruinas, pero alrededor de ellas, había una cuidad próspera y llena de vida con movimiento por todos lados y en cada rincón.
Comerciantes por un lado, vendedores de frutas y verduras por otro. Niños con sus padres caminando felices por las calles y gente yendo a sus destinos, trasladándose por toda la cuidad. El tren nos había dejado justo en el centro de Menfis. Me puso muy contenta el ver que era un lugar próspero, y no solo ruinas de una antigua cuidad consumida por el tiempo y sus estragos.
Rápidamente, Jake me tomó de la mano y luego que me dedicara una sonrisa, empezamos a caminar para llegar a nuestro destino, encontrar la Piedra de Rosseta.
***
Unos minutos más y al adentrarnos un poco más al sur de la cuidad después de rentar un automóvil y que Jake insistiera en manejar, llegamos hasta uno de los museos de la cuidad, ya que, gracias a la información que las personas nos proporcionaron, todas las indicaciones nos llevaban a que la Piedra de Rosseta se encontraba en ese museo.
-Estoy segura que Steven amaría estar aquí justo ahora. -Dije, mientras observaba las vitrinas con los objetos antiguos expuestos.
-Dama, tenga por seguro que el británico está observando todo, recuerde que podemos ver algunas cosas por superficies reflejantes. -Me dijo Jake, pasando su brazo por mi hombro, pegándome un poco más a él. -¿Ya le dije lo divina que se ve hoy, mami? -Me preguntó, hablándome con voz suave cerca de mi oído.
-No, no lo habías hecho y, admito que me encanta que lo diga, señor Lockley. -Sonreí, pasando mi mano por su mejilla.
-¿Marc, ya viste todas estas exposiciones? -Preguntó Steven con voz exaltada, observando por el reflejo de un cristal, (gracias a que Jake estaba parado junto a éste), una colección de herramientas para diseccionar talladas a mano en piedra. -Seguro esto data desde las primeras épocas de avances de Egipto, ellos fueron de los primeros revolucionarios en temas relacionados a la medicina y la investigación del cuerpo humano. ¿No te parece magnifico?
-Ah decir verdad, es bastante interesante. ¿Pero sabes que lo es más? -Inquirió Marc, alzando una ceja viendo por el mismo reflejo a su alter londinense, quién levantó ambas cejas dirigiéndole una mirada que indicaba que prosiguiera hablando. -La insistente manera de ___________ de ayudarnos... Es que no sé por qué quiere hacerlo... Y no sé si el hecho de que quiera permanecer a nuestro lado quiere decir que está loca o que... es un encanto. -Marc suspiró, siguiendo con la mirada a la señorita Lennox, que pasaba por el lugar tomada de la mano de Jake.
-Opino que es más la segunda opción, eso y que tiene un corazón hermoso como para dejarnos estar en él. -Steven le dirigió una mirada sincera a Marc, estaba hablando en serio.
-T-tienes razón. Y a partir de ahora, hare...haremos todo lo posible por protegerla. -Culminó Marc, aun observando a la chica por el reflejo del cristal. -Y eso va también para ti, Jake.
-Sí, me queda claro. -Escuché a Jake murmurar por lo bajo y me giré a verlo, extrañada.
-¿Todo bien? -Le pregunté, acariciando su mano.
-Todo bien, muñeca. Uste' no se preocupe. -Me dijo, dejando un suave beso en mi mano. -Ahora, ¿dónde está la famosa piedra que veníamos a buscar?
En ese momento, sentí la presencia de Ra a mis espaldas. Y luego, escuché su voz llamarme al oído. -¿Ya vieron la piedra? Está muy cerca, solo tienen que seguir al frente, apresúrense. -Me dijo el Dios y solo asentí.
-Ven, es por aquí. -Tomé la mano de Jake y empezamos a caminar a paso más rápido.
Habíamos llegado a la última parte del museo, y estábamos al fondo del lugar. Luces tenues iluminaban la sala de exposición donde nos encontrábamos Jake y yo parados, y al girar un poco, mis ojos se encontraron con la enorme roca de granodiorita que yacía frente a mis ojos.
-Jake. -Lo llamé y él me miro atento. -Ahí está, ven vamos. Tenemos que ver qué dice. -Lo volví a tomar de la mano y nos acercamos rápidamente a la piedra gigante con inscripciones talladas en ella.
-¿Qué dice mami? ¿Uste' entiende eso que está escrito en esta roca? -Me preguntó con el ceño fruncido.
-Así es, corazón. Y lo entiendo perfecto. -Dije eso, casi sin darme cuenta y cuando me percaté, mis ojos se dirigieron rápidamente a Jake, quién me observaba con una mirada llena de picardía. -¿Eso lo dije o lo pensé? -Le pregunté, sintiendo mi rostro volverse completamente rojo.
-Lo dijo, corazón. Y no tiene idea de cómo me encantó. -Me dijo llenando su voz de un tono que podría deleitar a cualquiera que lo escuchase, acercándome a él con ayuda de su brazo y su mano en mi cintura y en cuestión de segundos, sentí mis piernas temblar. Increíble que solo con hablarme al oído lograra eso. -Pero, no tanto cómo me encanta uste', mi dama. -Terminó, mordiendo levemente el lóbulo de mi oreja y de no haber sido porque él me tenía sostenida, me hubiera caído al piso.
-Bien. Espera. -Inhale profundamente. -Me desconcentras. ¿Si sabes que eres una tremenda distracción, Jake Lockley? -Le pregunté alzando una ceja, acomodando su boina, mientras aún me tenía cerca de él.
-Lo sé, y me gusta serlo si es para uste' mi vida.
-Dios, me encantas. -Sonreí. -Ahora, déjame ver qué dice esa piedra. -Le dije, alejándome un poco de él para leer la inscripción grabada en la roca.
Al leer más detalladamente, mis ojos se hicieron cada vez más grandes mientras más iba avanzando más en la traducción.
-¿Ya está leyendo la humana? -Preguntó Khonshu, apareciendo detrás de Jake.
-Sí, después de perder tiempo valioso que tu avatar le quita con sus coqueteos insaciables. -Ra rodó los ojos para luego mirar mal a Khonshu.
-Yo no tengo la culpa de que sus instintos primitivos dobleguen su casi nula voluntad. Además, así son los humanos. -Se defendió el Dios de la luna, ahora sentándose sobre uno de los pilares de la sala de exposición.
El Dios del sol lo ignoró y siguió prestando atención a lo que su avatar estaba haciendo.
-No puede ser... Esto es... es increíble. -Musité por lo bajo, mientras sacaba una libreta y pluma de mi mochila para poder escribir lo que decía el grabado en la piedra.
-¿Qué dice, dama? -Me preguntó Jake, observando atento cómo escribía la traducción en mi libreta.
Cuando termine de escribir, le mostré la libreta. -Léelo, por favor. -Sonreí. -Creo que esto nos va a ser de mucha utilidad.
-No, no lo creas, de hecho, nos va a ser de utilidad. -Escuché de nuevo la voz de Ra cerca de mí y solo asentí.
-Anda, léelo, corazón. -Sonreí, mirando a Jake, mientras le guiñaba un ojo.
Él sonrió y negando con la cabeza, bajo su vista a la libreta, empezando a leer en voz baja. -"Todos los dioses están hechos del poder del infinito universo, pero también de un espíritu que es lo que los hace poder conectar con los humanos. La clave para destruir a uno, es dividir esas dos partes esenciales de su composición. Éstas, al ser encerradas en dos seres orgánicos, pierden su fuerza y su presencia se vuelve nula, por lo menos mientras estén separadas. Para que esto suceda con total éxito, la luna llena debe estar en su punto máximo además de, recitar el siguiente verso: Tu presencia en este universo no es más que dolor, destrucción y muerte. En el nombre de toda la creación, te obligo a ser dividido y despojado del poder que se te otorgo en el momento de la creación misma.
Esto, lo hago con la finalidad de proteger al mundo de los peligros que pueden presentarse si alguna de las deidades existentes pierde su rumbo y camino. Solo espero, que jamás tenga que usarse.
Atum."
Al terminar de leer, Jake volvió su vista a mí, con una expresión llena de confusión. -¿Quién es Atum?
-Es el Dios creador en la mitología egipcia. ¿¡No es asombroso!? Este viaje solo me confirma que todo lo que creíamos mitos, en realidad, si sucedió. Y es tan ¡emocionante! -Exclamé tomando a Jake por el cuello de su chaqueta en un impulso dado mi reciente entusiasmo.
***En la mente de Jake***
-¿Atum? ¿El Dios creador que existe por sí mismo? Esto es una locura. -Steven se pasó las manos por el cabello, completamente anonadado por el descubrimiento que _________ y Jake acababan de hacer.
-Es una suerte que tú estés aquí, no sé qué haría al tener que soportar tantos misterios egipcios yo solo. -Replicó Marc, dejando su mano en su cien.
***
-¿Eso quiere decir que ahora que volvamos tendremos la ventaja? -Me preguntó Jake con una amplia sonrisa, provocando que los hoyuelos en su mejilla, resaltaran.
-No se lo esperan. -Sonreí, llevando mis manos a los bolsillos de mi pantalón.
***
Holaaaa, personitas bellas, mis preciosas lectoras y mis queridos lectores. ¿Qué les pareció este capítulo? Les dije que estaría largo. 4,578 palabras solo para ustedes. ¡Espero les haya gustado!
¿Qué les pareció el coqueteo de Jake en medio de una investigación? ¿Y qué tal su pretexto para poder tener más tiempo y salir a investigar? ¿O cómo defendió a la señorita Lennox del Tatchi? Ufffffffff, a mí me encantó.
Por cierto, ¿creen que Tatcher tenga sentimientos encontrados hacia Lennox? Después de lo que pasó en esa habitación... ¿Creen que solo este siendo manipulado por su padre? Bueno, ya lo veremos.
¿Qué opinan de la inscripción en la piedra? Me constó un poco de trabajo imaginar que podría decir sin hacer que perdiera el toque de misticismo detrás, pero ceo que, quedó bien... ¿Qué creen que tendrán que hacer nuestros queridos moon boys para lograr eso?
Dejenme sus teorías, que amo con mi vidaaa. Seré muy feliz contestando sus comentarios.
Bueno, por ahora nos leemos hasta aquí y prepárense, porque aún queda un buen rato de emoción, misterios, romance y esas cositas que tanto nos gustan en esta historia.
Nos leemos pronto, little moons, gracias por estar aquí. ¡Laters, gators!💖
Y como siempre, una foto de nuestro viejo sabroso y sí, de nuevo en Triple Frontera porque, Oscar como ✨SANTIAGO "POPE" GARCIA✨es lo más sexy del mundo. Tremendo viejo sabroso. ME ENCANTA. Literal gente, vi esta foto y se me paró lo que no tengo JSJSAJSJAJSJAJSJAJSJA
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