Capítulo 2: Primer encuentro
Narra Marc.
Esa misma noche, después de la pelea en el depósito con esos hombres, la verdad es que no dormí casi nada, y no porque no pudiera, sino, porque estuve curando las heridas que me habían causado en la espalda aquellos cuchillos con los que me habían lastimado hace algunas horas. Y si era sincero, de no haber sido porque el traje ayuda a la recuperación y a que la probabilidad de ser herido de mucha gravedad disminuyan bastante, de no haberlo traído puesto, tal vez me habrían perforado un pulmón.
-¿Por qué eres tan jodidamente necio a no dejar que el poder del traje te cure por completo, Spector? –Replicó Jake, observando cómo me curaba frente al espejo de cuerpo completo que se encontraba en el baño. Me había deshecho del traje y quitado la playera que tenía puesta para poder tener acceso a mí espalda. Y sí, después de haber prometido a Jake que la próxima vez él se encargaría de la misión en su totalidad, lo convencí de devolverme el control de mi cuerpo.
-Porque no quiere que Khonshu guíe sus acciones incluso cuando deja de ser Moon Knight y solo es Marc Spector. –Contestó Steven, saliendo detrás de mí reflejo y cruzándose de brazos, observándome con una mirada que noté, tenía una mezcla entre tristeza y preocupación.
-Steven tiene razón. Quiero por lo menos tener la oportunidad de curar mis propias heridas sin necesidad de llamarlo a él y a sus malditos poderes; heridas que de hecho no estarían si él hubiera respetado nuestra parte del trato y me hubiera dejado libre como acordamos pero no, cómo pude ser tan imbécil para creer que ya no sería más su avatar. –Exclamé molesto, mirándome más cerca en el espejo, ya que era un poco complicado llevar el algodón con alcohol hasta la zona de mi espalda que estaba lastimada.
Steven suspiró y habló. –Marc, creo que ya es hora de que me permitas salir, casi son las 6:00 de la mañana, debo prepararos para el trabajo. –Me dijo acercándose a mí en el espejo y me regalo una sonrisa tierna.
Por su parte, Jake solo resopló, se giró y desapareció del reflejo. Era señal de que no saldría en algunas horas. –Bien, entonces, haz lo tuyo Steven.
Él volvió a sonreír y en un instante, ya había tomado el control del cuerpo.
-Gracias Marc, creo que es momento de que descanses un poco. Déjame encargarme del resto del día. –Comentó Steven un poco más animado, empezando a desvestirse para poder tomar la ducha que, claramente, necesitábamos.
***
Narra ________________
Eran las 6:30 de la mañana en punto cuando mi alarma sonó. Después de tratar que mis ojos se acoplaran al ambiente y de tratar de asimilar el trauma de haberme despertado y levantado de mi cama, empecé a prepárame para mi primer día de trabajo.
Mi nombre es _____________ Lennox Walker y sí, hoy es mi primer día de trabajo. Pongamos un poco de contexto.
Yo vivía en Londres por cuestiones de personales, pero, nací en Manhattan, y efectivamente, soy Neoyorquina. Sin embargo, por cuestiones del trabajo de mi padre, tuvimos que mudarnos a Londres cuando tenía 15 años y, fue ahí donde me enamoré de la historia del arte, de la multiculturalidad y sobre todo, de las culturas, mitologías y civilizaciones antiguas. Siendo más específica, quede fascinada con todo lo que tenía que ver con Egipto y su historia. Por eso es que, cuando logré ingresar a la universidad de Greenwich, no dude en estudiar y licenciarme en la carrera de Cultura y Arte y cuando logré graduarme, me especialicé en la historia y cultura egipcia, tomando una maestría en dicho tema.
Después de eso y, gracias a oportunidades laborales que fueron surgiendo, logré ser subdirectora del Museo de Historia Natural de Londres, sin embargo, algunos años después de aceptar ese puesto, se me abrió una nueva puerta y me ofrecieron el puesto de Directora en el Museo de Historia Natural de New York, el cual, a mis 25 años, acepté encantada, porque, por mucho cariño que le había tomado a Londres, extrañaba mi hogar y todo lo que había dejado en él antes de irme y sin duda, está era la oportunidad perfecta para poder volver.
Y aquí estamos, 10 años después y de nuevo en mi querida New York en donde, gracias a mi mejor amiga que se dedica a bienes raíces, logré conseguir casa en tiempo récord, 3 semanas.
Eran las 7:30 de la mañana cuando iba saliendo de casa a dirigirme al museo. Tenía que estar ahí a las 8:00 de la mañana, así que iba con buen tiempo. Tomé mi bolso, mi celular, mis lentes de sol y mi café y me subí a mí auto para empezar a conducir directamente a mi primer día como directora de uno de los museos de historia más importantes del mundo.
***
Cuando llegué y me estacioné, eran las 7:55 a.m.
-Perfectamente puntual ___________, como debe ser. –Dije para mí misma, observando la imponente fachada del museo parada justamente frente a las puertas de cristal de la entrada del edificio.
Sonreí y justo cuando iba a avanzar para abrir la puerta, un hombre joven de unos 30 años, de cabello rizado, algo despeinado pero que curiosamente, iba perfecto con su estilo, chaqueta azul marino y camisa del mismo color acompañado de unos ojos brillantes y una sonrisa tierna con un portafolio colgado de su hombro amable y caballerosamente, me abrió la puerta para que pudiera entrar.
-Por favor señorita, adelante. Después de usted. –Me dijo él, aun manteniendo su sonrisa.
-Oh, muchas gracias. Eres muy amable ahhh, humm... –En ese punto ya no sabía cómo continuar la frase, quería agradecer de una forma más personal, pero desconocía su nombre.
-Steven con V. Steven Grant, de hecho. –Contestó él, todavía sosteniendo la puerta para que yo pudiera pasar y conservando esa bonita sonrisa.
-Muy bien, Steven Grant con V. –Le devolví la sonrisa. –Te agradezco tu gesto de caballerosidad. En estos días, ya se ven muy pocos actos como los que tú acabas de hacer. –Comenté, atravesando el umbral de la puerta y entrando al museo.
Él solo río por lo bajo y entro justo después de mí. –¿Trabajas aquí? –Pregunté.
-Así es, trabajo en la zona de allá. –Respondió, señalando el área de regalos del museo. –¿Y qué hay de ti? ¿Esperas a alguien, puedo ayudarte en algo? No es usual tener visitantes a esta hora. –Me comentó mientras se acomodaba mejor su portafolios en el hombro.
-Pues, yo vengo por un asunto importante. Pronto lo sabrás. –Comenté mirando alrededor. –¿Sabes dónde puedo encontrar a Oscar Hernández? Él me citó aquí.
-¿Al director del museo? Seguro, puedes ir por ese pasillo de atrás, pasas dos puertas y en la tercera, es su oficina. Él llega muy temprano, seguramente ya está aquí. Si gustas, p-puedo acompañarte. –Me dijo en un tono amable.
-Y los gestos de caballerosidad siguen. –Sonreí. –Y claro, me encantaría que pudieras ser mi guía. Por favor, te sigo. –Dije, haciendo un gesto con la mano para indicarle que pasara primero para poder seguirlo y él sonrió.
Steven me acompaño hasta la puerta del director y justo cuando iba a agradecerle, una mujer de cabello teñido de rubio, traje sastre de falda y saco y voz chillona que venía hablando por teléfono, se acercaba caminando hacia nosotros, bueno, más específicamente hacía Steven. Cuando llegó, lo miró fijamente y luego a mí, observándome de arriba abajo. Cuando llegó a mi rostro, alzó una ceja y nuevamente, se giró a Steven.
-Vaya, que milagro que no llegaras tarde. Creo que hoy no tendré que obligarte a hacer el inventario. –Comentó la mujer a Steven. –Ahora, más te vale que dejes de perder el tiempo con esta niña con mal gusto para vestirse y te vayas a trabajar de una vez, porque si te veo perdiendo el tiempo una vez más, ahora sí te quedarás a hacer inventario hasta tarde.
-¡Donna! No seas mal educada con la señorita ammm... –Reclamó Steven, sin embargo, se detuvo al desconocer mi nombre.
-No te preocupes Steven, no pasa nada. De hecho, mi nombre es ______________ Lennox Walker. Disculpa si no lo dije antes, pero un placer conocerte. –Le dije ofreciéndole mi mano y él la estrecho al instante, con una sonrisa. –En cuanto a ti Donna, conocerte es todo, menos placentero. Con esa voz tan desagradable que tienes, me sorprende que no se hayan roto ya los cristales y ventanas del edificio. Y por cierto, si crees que vestirse con un traje Prada y un par de zapatos Gucci es de mal gusto, deberías revisar lo que tú llevas puesto. –Sonreí arqueando una ceja y por su parte, ella mi miró sin saber que decir y solo se fue del lugar caminando a paso rápido.
-Wow. –Exclamó Steven sorprendido. –Es la primera vez desde que conozco a Donna que alguien le responde de esa manera y la deja sin palabras. –Dijo mientras pasaba su mano por sus rizos, aún con cara de asombro. –Será mejor que vaya a mi lugar y empiece a trabajar, antes de que Donna se moleste por lo que acaba de pasar y quiera dejarme haciendo inventario toda la noche. –Comentó, soltando una leve risa.
Yo puse mi mano sobre su hombro y le dediqué una sonrisa comprensiva. –No te preocupes por eso, Steven. Por lo que acabo de ver, te prometo que muchas cosas cambiarán por aquí.
Él miro mi mano sobre su hombro y luego volvió su vista a mí y me sonrió de vuelta. Nos miramos por unos cuantos segundos y en ese momento, la puerta de la oficina que decía: "Oscar Issac Hernández Estrada/Director General" se abrió, revelando a un hombre vestido en un traje elegante, arreglado perfectamente y que a decir verdad, era bastante atractivo. En cuanto abrió la puerta, el aroma de su perfume llegó hasta mí, un aroma exquisito. En ese instante, tomo la palabra.
(He aquí como se ve el guapísimo director del Museo de Historia Natural de New York jejeje 💖).
-¿Eres ______________ Lennox Walker, la que pronto ocupara esta oficina y pondrán su nombre en la puerta en lugar del mío? –Me preguntó con una sonrisa, mirándome y entonces, su mirada se desvió a Steven, a quién saludó inmediatamente. –Hola señor Grant, muy buenos días. ¿Cómo está el día de hoy?
-Buenos días, director Oscar. Me encuentro muy bien, gracias por preguntar. Ammm, creo que ahora sí debería irme a mi lugar de trabajo. –Dijo Steven, encogiéndose un poco de hombros y fue cuando, nos dimos cuenta que mi mano seguía en su hombro derecho. Él soltó una pequeña risa y yo de inmediato retiré mi mano.
-Lo siento Steven. Y si no hay problema, ve a hacer tus cosas. –Le sonreí y tengo que admitirlo, me sentí un poco ruborizada.
-Claro, un gusto conocerla, señorita Lennox. –Contestó.
-Por favor, solo dime ____________.
Él me devolvió esa tierna sonrisa como hace unos minutos cuando lo había conocido y se alejó del lugar, despidiéndose del director Oscar y de mí, agitando su mano, lo cual estaba haciendo caminando de espaldas y debido a eso, casi choca con una de los exhibidores del pasillo, pero, para mi sorpresa, logró esquivarlo sin problema.
-Ohhh vaya, pensé que iba a chocar con ese exhibidor. –Dije aliviada, dirigiéndome a Oscar una vez que Steven se había ido. ¿Será porque ya conoce el lugar que pudo evitarlo? –Le pregunté.
-Seguro es por eso. –Respondió Oscar sonriendo. –Steven es uno de los mejores colaboradores que he conocido trabajando en el museo, es apasionado y talentoso. Desde hace un tiempo he tratado de ascenderlo de puesto a guía de visitantes, pero por varios motivos administrativos y personales, no lo hemos logrado. Pero, es algo que espero que tú si puedas hacer, señorita Lennox. –Me dijo sonriendo y apartándose para que pudiera pasar a la oficina.
-Oh claro que sí. –Contesté con una sonrisa. –Creo que es uno de los muchos cambios que se pueden llevar a cabo. –Dije y cerramos la puerta de la oficina para empezar a hablar de cómo sería la entrega de puesto.
***
Narra Steven
Estaba llegando a mi lugar en la tienda de regalos, cuando escuché la voz de Marc.
-Steven, ¿te diste cuenta que casi chocas con un exhibidor del museo por no poner atención? –Replicó Spector.
-Claro que estaba poniendo atención, pero en la señorita Lennox. –Dijo Jake en tono burlón. –Muy linda por cierto, ehhh. Creo que al fin Steven, nos has aprendido algo. –Rio.
-Steven, necesito que te concentres y te pongas a trabajar y dejes de pensar en esa chica. Vale, admito que es... linda pero tenemos otras cosas en que ocuparnos. –Sentenció Marc.
-¿En qué? ¿En ser el puño de Khonshu? –Pregunté con sarcasmo, rodando los ojos.
-¿Con quién hablas tú? –Me preguntó Donna que se encontraba frente a mí, sosteniendo una calculadora. –Deja de perder el tiempo y ven a ayúdame a contar estos juguetes nuevos que llegaron de la pirámide de Giza.
-Por ahora, concentrémonos en eso, ¿quieres Steven? –Dijo Marc, suspirando.
-Vamos a concentrarnos en contar entonces. –Dije, empezando con el conteo de los juguetes.
***
**Hola lectoras hermosas, lectores bellos. ¿Qué les pareció este nuevo capítulo? Les dije que ya iban a ser más largos a partir de este. Sé que a lo mejor no tiene mucho drama ni cosas emocionantes pero bueno, es que apenas vamos empezando, pero trato de ponerles detallitos que les causen gracia o les parezcan tiernos, ya iremos agregando más cosas jajaja. Como por ejemplo, este pequeño cameo de Os carcito en la historia. Jjajajaja, ¿qué les pareció, se lo esperaban, les sorprendió, les gusto o no, les dio risa? Me encantaría saber su opinión.
En fin, muchas gracias de nuevo por leer mis palabras y acompañarme de nuevo en otro capítulo. Nos estamos leyendo más pronto de lo que creen. Gracias por todo el apoyo. :3 Les dejo una fotico de Oscar precioso como regalito.
Las y los quiere mucho su escritora. Besos, baysss.🙌🏼❤️💖**
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top