Capítulo 15: Noche de cena y baile
Nota de la autora: este es un capítulo interactivo (o algo así). Más adelanten encontrarán una sugerencia en este tipo de letra para que puedan disfrutar más de la lectura. Por su atención, gracias. Les dejo leer. <3
"Ahora, encanto de mujer, sería para mí un gran honor y un tremendo placer si me concede el honor de bailar esta pieza conmigo." –Jake Lockley.
Narra ________________
Steven y yo nos encontrábamos en la suite preparándonos para la cena que tendríamos en una hora con los invitados de Tatcher. Y mientras veía a Steven terminar de abrochar los últimos botones de su camisa, me di cuenta de algo importante, ¡yo no venía con absolutamente nada preparado para esta noche! Se suponía que veníamos a una expedición, no asistir a cenas elegantes con millonarios narcisistas con sueños de filántropos frustrados.
Me senté al borde la cama pensando qué hacer. No es cómo que pudiera salir a buscar una tienda de ropa a esa hora de la noche que tuviera algún vestido o conjunto para una cena elegante. En el caso de Steven, tenía el problema un poco más sencillo. Con un par de los trajes de Jake que había en su mochila ya estaba listo.
Además, ¿cómo se suponía que debía vestirme? Yo tenía marcado mi estilo, y si bien no era el mejor de todos o el más vanguardista de la moda, me permitía verme decente para el trabajo.
¿Verme decente para el trabajo? Espera, ¡eso es! –pensé y rápidamente fui al guarda ropa donde había dejado mi maleta y mi mochila.
Steven al verme, se acercó a mí.
-¿Estás bien querida? –Me preguntó dejando su mano en mi espalda mientras yo lanzaba cosas de mi maleta, esperando encontrar lo que estaba buscando.
¡Sí! Lo encontré, ¡lo encontré! –Exclamé feliz, abrazando la bolsa de plástico que sostenía entre mis manos y que llevaba algo en su interior.
¿Qué encontraste? –Me preguntó Steven observándome confundido.
-¡Mi ropa para emergencias! Siempre llevo un conjunto de traje en mi maleta y en mi mochila, por si es que acaso lo llego a necesitar. ¿Sabes? Nunca se sabe si te vas a manchar de café y tienes una junta en menos de 5 minutos y tienes que estar presentable. –Me encogí de hombros ante la mirada de Steven, que combinaba una extraña mezcla de confusión y ternura.
-¿Entonces siempre llevas un traje extra a todos lados?
-Es correcto, cómo dije: nunca se sabe.
-Bueno, no puedo argumentar nada contra esa lógica. –Dijo él, ahora colocándose una corbata alrededor del cuello.
Yo fui rápido a cambiarme al baño. De la maleta también saqué una blusa blanca y tome el par de sandalias blancas que el hotel nos había regalado al llegar. Eran bastante lindas para ser solo sandalias de descanso.
Mi conjunto consistía en un pantalón verde agua de pierna amplia, que al caminar daba la apariencia de que estaba usando una falda. Muy cómodo y fresco a decir verdad, para el lugar donde nos encontrábamos. Me puse la blusa blanca y después el blazer de manga tres cuartos que hacía juego con el pantalón para completar el conjunto.
Al haber tomado un baño más temprano cuando recién habíamos regresado al hotel después de vigilar a Tatcher, mi cabello aún se encontraba algo húmedo, así que aproveché eso para poderlo arreglar un poco mejor. Lo acomodé de forma que se viera formal, pero no tan exageradamente arreglado, dejándolo suelto eso se podía conseguir. Me lavé la cara y puse un poco de labial rojo sobre mis labios. Me parecía que el contraste de los colores quedaban bien, así que después de ponerme un poco de mi perfume que había dejado en el baño, salí, no sin antes ponerme las sandalias blancas que afortunadamente y gracias a los Dioses de la Enéada, eran de mi talla.
Al cruzar la puerta del baño para dirigirme a la habitación principal de la suite, lo primero que vi, fue de nuevo a Steven frente al espejo, aun tratando de armar el nudo de su corbata. Me fui acercando a él por detrás y justo cuando iba llegando a su lado, él me vio por el reflejo del espejo para al instante, volverse para quedar frente a frente. Los ojos de Steven iban de arriba abajo, una y otra vez y justo cuando había abierto la boca para decir algo, yo me adelanté.
-Antes de que digas algo, quiero que consideres que este conjunto es lo más improvisado que he hecho en toda mi vida. Creo que... fue una suerte que trajera esto conmigo, porque de no haber sido así, hubiera tenido que ir a la cena con mi ropa de expedición y las botas de suela antiderrapante. –Reí, llevando mis manos a los bolsillos del pantalón.
-Si bueno, yo no iba a decir nada malo... En realidad quería d-decir que, tu es ravissante, ma belle dame. Si la lune vous voit en ce moment, elle et les étoiles seront jalouses de votre beauté infinie. –Exclamó Steven y yo lo miré sorprendida, sin entender ni una palabra de lo que había dicho.
-Oh, ¿me podrías traducir lo que acabas de decir con ese exquisito acento francés que tienes? –Le pregunté, haciendo una mueca.
-Claro que sí, mon amour. –Steven empezó a acercarse a mí, aun con la corbata sin amarrar. Me tomo de la cintura y pegó sus labios a los míos, sin besarlos, solo rozándolos con un leve toque y su rostro totalmente sonrojado. –Lo que dije fue: "Te ves preciosa, mi dama encantadora. Si la luna te ve en estos momentos, ella y las estrellas sentirán celos de tu infinita belleza." –Me dijo, hablando sobre mis labios y juro que sentí que las piernas me estaban fallando.
Me afiancé más a los hombros de Steven, y aclarando mi garganta y todavía cerca de sus labios, sonreí y lo mire a los ojos. –Te juro que cuando te vi aquella vez en la puerta del museo y me abriste la puerta para pasar, esa mañana no pensé que fueras tan... bueno seduciendo, Steven Grant.
-La verdad es que no lo soy... Creo que me estoy dejando llevar por lo que me haces sentir. –Me respondió, sin despagar su mirada de la mía y formando una tierna sonrisa en sus labios.
-Bueno, no dejes de hacerlo. –Le dije, mientras anudaba su corbata y cuando hice el último nudo, lo acomodé y tiré un poco de él, haciendo que su rostro volviera a quedar cerca del mío.
-Si tú me lo pides, no lo haré. –Me dijo suspirando.
***En la mente de Steven***
-Jamás había visto al británico actuar de esa manera. Me da gusto que nos haya aprendido algo. –Sonrió Jake, orgulloso, aunque luego, su semblante cambió por uno pensativo. –Pero hey, yo soy el que le dice dama a la dama, esa es mi palabra. Se supone que él le dice querida... –Rodó los ojos.
-Solo es una palabra Jake, relájate. –Respondió Marc, negando con la cabeza con media sonrisa y aun observando la escena. –Aunque, más vale que se apresuren, porque ya casi es la hora de la cena. –Comentó, mientras que de alguna manera y desde el espacio mental, llamo la atención de Steven, haciendo que se volviera a concentrar.
***
-Oh, querida, creo que ya debemos de bajar a la cena. Ya casi es hora. –Dijo Steven aclarando su garganta y mirando su reloj y también me hizo reaccionar.
-Cierto, será mejor que ya vayamos en camino, entre más rápido acabemos con esto, mejor. –Contesté acomodando su corbata para poder salir de la suite.
***
Cuando Steven y yo llegamos al salón donde se iba a llevar a cabo la cena, nos llevamos una gran sorpresa al ver la opulencia y elegancia del lugar y todo, con toques y detalles que te recordaban a un antiguo palacio de un faraón. Sin lugar a dudas, parecía que nos encontrábamos en medio de la época dorada del antiguo Egipto. Al dar un vistazo rápido al lugar, note que también había en medio del salón una pista de baile. Alcé una ceja pensando en lo que podría pasar si nos pedían bailar. Yo era terriblemente mala en eso. Tal vez Steven sería la salvación... Pero no sé.
Steven y yo caminábamos juntos para poder tomar asiento en una de las mesas el salón. Yo iba tomada de su brazo y mucha gente nos saludaba y nos daba la bienvenida. Era extraño, parecía como si nos hubiesen estado esperando para dar inicio a la reunión, ya que las reacciones de todos, daban a entender eso. Y mientras seguíamos abriéndonos paso entre la multitud para poder encontrar asientos desocupados, Tatcher nos encontró.
-¡Ahí están mis invitados de honor! ¿Dónde se habían metido? Solo los estamos esperando para dar comienzo a la cena. –Nos dijo, mientras ponía sus manos sobre nuestros hombros. Una en cada uno.
-Bueno, lo que importa es que estamos aquí, ¿cierto? –Comenté y Steven asintió.
-Cierto, por favor, acompáñenme a mi mesa y cenemos juntos. Además, aprovechamos que llega la persona que les quiero presentar. –Tatcher nos sonrió y nos guío hasta su mesa, situada al centro del salón. –Por cierto, señorita Lennox, ¿ya le dije que esta noche se ve más bella que lo usual? –Me preguntó colocando una mano en mi cintura.
Al instante, sentí el cuerpo de Steven tensarse y yo me aclaré la garganta incomoda. –No, no lo habías dicho Alexander, y muchas gracias. Realmente, no es necesario que lo vuelvas a decir. –Le dije, alejando su mano de mi cintura y sentí cómo ahora la mano de Steven era la que ocupaba su lugar. Y Tatcher lo notó.
-Está bien, puedo ser paciente. –Alzo una ceja mirando la mano de Steven en mi cintura y después de dedicarnos una sonrisa arrogante, nos siguió guiando a su mesa.
Unos minutos después y justo frente a nosotros, ya había una gran variedad de platillos a nuestra disposición para poder comenzar la cena.
Desde aperitivos de Falafel que son unas deliciosas croquetas vegetarianas a base de garbanzo, hasta Koshari, que es uno de los platillos más variopintos de la gastronomía egipcia debido a sus múltiples ingredientes y sabores intensos. También había Ful Medames, cuyo nombre en español significa, literalmente "habas enterradas", al igual que Fatteh, un plato que consiste básicamente en carne de cordero o de pollo, que es cocinada habitualmente al horno y como base, lleva arroz blanco, salsas de tomate, yogurt y frutos secos, al igual que había Mahshi, un platillo vegetariano que consta de verduras como berenjenas y pimientos y que está relleno de arroz y hierbas aromáticas.
Claro que, poco tiempo después, llegó la mesa de postres, en donde podíamos encontrar el infaltable Baklava, un pastel de hojaldre suave, relleno de pistachos, nueces y almendras y cubiertos con almíbar y miel.
La cena estaba transcurriendo de forma normal y tanto Steven y yo, estábamos disfrutando (extrañamente de estar ahí) a pesar de lo que había sucedido minutos antes con Tatcher. Incluso, habíamos decidido probar el baklava, ya que ninguno de los dos lo había probado antes. Así que con un tenedor tome un poco del fino pastel de masa de hojaldre y lo llevé a la boca de Steven, quién saboreó el bocado de forma muy singular.
-Está delicioso. –Sonrió. –¿Puedo hacer lo mismo? –Me preguntó con un brillo en sus ojos.
-¿Qué cosa?
-Darte un poco de baklava en la boca. Así como tú conmigo. –Volvió a sonreír un poco tímido.
-Oh, pero claro. Me encantaría. –Le dije, mientras acomodaba algunos rizos que caían sobre su rostro, cerca de sus ojos.
Steven tomo un poco del delicado postre con una cuchara y lo llevo directo a mi boca. Proceso en el cual, no dejo de ver mis labios ni por un segundo e involuntariamente, paso su lengua por los suyos.
-¿Estás bien, Steven? –Le pregunté, notándolo un poco sonrojando mientras yo saboreaba el bocado de baklava todavía en mi boca.
-Sí... es solo que, acabo de describir lo mucho que me gustan tus labios. Son hermosos. ¿Lo sabías? –Me dijo, haciéndome reír un poco. –Y por Osiris, ¡se ven aún más hermosos cuando sonríes, querida! En serio, tienes una sonrisa preciosa...
Al decir esto, Steven dejo la cuchara sobre la mesa, y lentamente se fue acercando a mí, con la intensión de besarme, pero el sonido de una copa de cristal siendo golpeada repetidas veces por una cuchara, nos interrumpió. Era Tatcher, que se encontraba en medio del escenario del salón, con su copa en la mano, llamando la atención de todos. Cuando la obtuvo, empezó a hablar.
-Buenas noches, queridos colegas que nos acompañan esta noche. Es un gusto tenerlos aquí. En verdad. Les quito unos minutos de su tiempo para hacer un anuncio. –Empezó a hablar, con micrófono en mano. –Sé que estas reuniones las hacemos con el fin de obtener fondos para nuestras obras de caridad y sé también que el hecho de que les haya dicho que la reunión de hoy sería en El Cairo fue una sorpresa muy grande para muchos de ustedes, esta noche quiero explicarles el por qué. Y el porqué del evento de esta noche, ésta aquí al centro del salón, gente. Por favor, quiero que le den un aplauso a la señorita ______________ Lennox Walker, directora del museo de historia natural de New York y a su compañero, el señor Steven Grant, uno de sus guías en el museo. –Comentó, mientras la luz de un reflector nos alumbraba a Steven y a mí y mientras todos nos aplaudían, nosotros nos mirábamos incomodos en nuestros asientos. –El motivo de esta reunión es para darles gracias a ellos y recaudar fondos para esta expedición, ya que con su ayuda, vamos a poder encontrar una de las reliquias más antiguas del antiguo Egipto y cuando eso pase, las cosas serán mucho mejores, se los prometo. –Terminó de hablar Tatcher y justo en ese momento, muchas ovaciones y aplausos empezaron a sonar como eco en el salón, ovaciones para Steven y para mí. Y a los pocos segundos, él volvió a tomar la palabra. –Ahora, antes de que abran sus chequeras para sus donativos, les comento que, la pista de baile está a punto de abrir pero, ¿no les gustaría que nuestros invitados de honor abrieran la pista? –Preguntó, y de nuevo se escucharon las ovaciones y los aplausos de la gente, indicándonos que querían que fuéramos los primeros en bailar.
Steven me miró aterrado y sus manos empezaron a temblar. –No s-sé bailar... –Me dijo en un susurro.
-Yo tampoco. –Contesté, pasando saliva. –¿Qué hacemos? –Pregunté con una expresión preocupante en mi rostro. –No podemos negarnos, no con este tipo de gente...
-¡Tengo una idea! –Exclamó Steven emocionado. –Pero por favor, confía en mí, ¿sí? –Me dijo, tomándome de las manos y yo asentí. En ese momento, Steven me dio un beso en la frente y al instante, pude sentir como alguien más tomaba el control del cuerpo. Cuando pude verlo bien y directamente a sus ojos, fue cuando me di cuenta que la persona frente a mí ahora era de Jake Lockley, era sencillo saberlo, pues como lo había dicho antes, los ojos de Jake son más oscuros que los de Marc y los de Steven.
-¿Jake? –Lleve mis manos a mis mejillas y en mi rostro apareció una expresión de sorpresa. –¿Tú eres el plan de Steven para el baile?
-Oh, mi bella dama, déjeme decirle que estuve poniendo atención a todo lo que ha estado pasando aquí, y cuando Steven me pidió ayuda, no dudé ni un momento en salir y tomar el control. Puede confiar en él, dama, puede confiar en nosotros. –Me dijo, mientras empezaba a dejar pequeños besos desde el dorso de mi mano hasta mí hombro y sentí mi piel reaccionar ante su tacto. –Ahora, encanto de mujer, sería para mí un gran honor y un tremendo placer si me concede el honor de bailar esta pieza conmigo. –Jake me ofreció su mano mientras que en sus labios se mantenía una sonrisa coqueta a la que no pude resistirme, así que tomando su mano, empezamos a caminar directo a la pista de baile.
*Pequeña nota de su querida autora: Este es como un capítulo interactivo, así que les recomiendo que a partir de aquí, empiecen a escuchar la canción "Sway" de Michael Bublé, ya que es la canción que Jake y ustedes van a bailar. Regrésenla las veces que sea necesaria, porque así van a poder imaginar bien la escena, justo como yo la imagine. De nada. 💖 Ahora sí, continúen con su lectura.*
Cuando Tatcher vio que Jake y yo nos acercábamos a la pista, (aunque él creía que era Steven todavía) indicó a los músicos empezar a tocar una canción. En cuanto los primeros acordes empezaron a escucharse, identifiqué la melodía. Era "Sway" de Michael Bublé, una de las canciones con más ritmo que jamás había escuchado y que en la vida imaginé que pudiera bailar. Esto iba a ser un desastre.
-Jake, ¿en serio sabes bailar? –Le pregunté nerviosa, mientras íbamos caminando al centro de la pista con las primeras notas de la canción de fondo, yo sostenida de su brazo y él sin dejar de mirarme con una de las sonrisas más tiernas que jamás había visto en él.
-Usted solo confíe en mí, dama. Recuerde: uste' tranquila y yo nervioso, mami. –Me dijo al momento de llegar a la pista. –Solo haga lo mismo que yo, déjese llevar por la música, déjese llevar por mí. –Me dijo guiñándome un ojo y justo después, se separó de mí, caminado a mi alrededor y moviendo su cadera y sus brazos al ritmo de la música.
Yo trate de hacerle caso, y justo bajo la mirada atenta de todos los presentes, empecé a mover mi cuerpo al ritmo de la canción, al igual que mis pies y trate de sonreír, para disimular lo nerviosa que estaba.
Pasando unos segundos, Jake volvió hasta mí, se puso justo detrás de mí y pegó su cuerpo al mío, llevando ambas de sus manos al lado de mis caderas, señalando que pusiera mis manos sobre las suyas. Así lo hice y mientras nos seguíamos moviendo, en un cambio rápido y aún estando sostenidos de nuestras manos, Jake hizo que mis brazos quedaran sobre mi pecho de forma cruzada, luego, me soltó un poco y levantando su brazo donde su mano aún sostenía la mía, me hizo dar un par de giros, haciendo que terminara de nuevo él detrás de mí, pero está vez, con su mano sobre mi cadera. Pegó sus labios a mi cuello y dejo un pequeño beso ahí, haciendo que volviera a girar, liberándome y provocando que caminara hacia adelante.
En este punto, ya se me había olvidado que estábamos en medio de un salón repleto de personas, solo importábamos él y yo, y me estaba empezando a dejar llevar por el momento, tanto que mi cuerpo empezó a soltarse un poco más, logrando que mis caderas siguieran el ritmo de la música, al igual que mis brazos y mis manos, los cuales movía formando la silueta de mi cuerpo. Mi sonrisa ya era genuina, no de nervios.
Entonces me giré y volví a dirigirme hacia Jake, sin perder el ritmo, quién de hecho, ya estaba listo para recibirme y cuando llegué hasta él, con todo y su sonrisa, me tomó de la mano y con la otra, me acercó a él, dejando su palma y sus dedos en mi cintura. Ambos nos movíamos de un lado a otro en perfecta sincronía, nuestros pies iban de izquierda a derecha sin ningún problema y por un momento, yo mire al suelo para ver si no lo pisaba.
-No mami, no mire pa' abajo, míreme a mí, solo a mí. –Me dijo Jake con un tono de voz seductor mientras me volvía a dar un giro en donde a los pocos segundos, volví a queda frente a él y regresamos a la misma posición que teníamos hace unos segundos: nuestras manos juntas en el aire, mi mano libre sobre su hombro y su mano libre sobre mi cintura.
Empezamos a girar por la pista, con pasos perfectos, sincronizados y sin separar la mirada de los ojos del otro y cuando volvimos a llegar al centro, Jake me soltó un poco y solo se mantuvo con una mano en la mía, haciendo nos impulsáramos al frente, intercambiando las manos cada vez que cambiábamos de mano.
Luego, siguiendo el centro de la pista, empezamos a dar pasos cruzados un par de veces, hasta que nuestros cuerpos quedaron muy cerca el uno del otro al igual que nuestros rostros, otra vez. De nuevo Jake volvió a hacer que girara, pero esta vez me hizo que diera un pequeño salto y justo cuando terminaba una parte de la canción y segundos antes de que la melodía volviera a sonar, terminé en el aire, el sosteniéndome con su mano por el abdomen y son su mano libre, sosteniendo mi pierna que había quedado levantada un poco y cerca de la suya.
–¿Ve mami, cómo es bien fácil bailar? –Me preguntó, alzando una ceja, cerca de mis labios y acariciando un poco mi pierna con su mano.
-Bueno, eso pasa cuando tienes un buen compañero. -Respondí con una sonrisa.
De nuevo estábamos con ambos pies en la pista, Jake sosteniendo mi mano y girando junto conmigo, mientras yo bailaba a su alrededor, moviendo mi cuerpo al compás de los ritmos de la melodía y justo antes de llegar de nuevo a estar frente a él, me volvió a girar, haciendo que quedará cerca de su pecho, otra vez.
De nuevo tomamos la posición de las manos en el aire, yo con mi mano en su hombro y él con la suya en mi cintura y mientras me iba guiando, íbamos bailando de izquierda a derecha, pero con nuestros cuerpos esta vez más pegados al del otro. Me dio un par de giros más y terminamos en una esquina de la pista.
Teníamos que volver al centro, por lo cual, Jake paso su mano por detrás de él en un giro, haciendo que su mano y la mía quedarán detrás de su espalda y haciéndome quedar más cerca de él. Pasó su mano libre sobre mis hombros y sin perder el ritmo que ya teníamos, fuimos acercándonos al centro de la pista, bailando despacio, con un toque más sensual. Yo no podía dejar de verlo a los ojos y no podía ocultar mi sonrisa. En esos momentos se me había olvidado todo. Por su parte Jake, mordía su labio inferior cada vez que sentía nuestros cuerpos rozarse más cerca y cuando al fin llegado al centro de la pista, me lanzó unos centímetros lejos de él haciéndome dar un pequeño giro.
Cuando lo volví a ver de frente, no tengo idea cómo fue qué pasó ni mucho menos cómo fue qué funcionó, pero tomé un poco me impulso y me lancé a él, quedando abrazada y sostenida de su cuello y subí mi pierna por su cadera, misma que él sostuvo con una de sus manos, acariciándola y con la otra me abrazó por la cintura y en ese punto nuestros rostros estaban separados solo por milímetros, tan cerca que sentí sus labios rozar los míos.
–Oh, sí tan solo estuviéramos en otro lugar un poco más privado, aprovecharía esta situación para hacerla sentir en el paraíso, mi dama. Por cierto, que bellas piernas tiene usted, apenas para que estuvieran descansando sobre mis hombros. Yo estaría encantado. –Me dijo con una voz grave, mientras rozaba sus labios con los míos.
-Ya deja de decirme esas cosas, porque soy capaz de hacerlas realidad–Le respondí y le di una pequeña mordida a su labio, misma que él respondió con un leve gemido para después, darme un pequeño beso en la comisura de los labios, justo en el momento que la canción volvió a sonar.
La canción ya estaba llegando a su fin, entonces, volvimos a repetir un paso del inicio: Jake me separó un poco de él sin soltar mi mano mientras yo movía mis brazos y mis hombros junto con mis caderas al mismo ritmo y justo cuando la canción estaba en sus últimos segundos, volví a lazarme a Jake para sostenerme de su cuello y está vez, quedé en el aire mientras él sostenía mi pierna que había vuelto a subir por su cadera, su mano y brazo libre me abrazaban por la cintura para sostenerme mejor al mismo tiempo que daba un par de giros por la pista, haciendo que mi pantalón volara un poco con el la corriente que hacía al girar.
Cuando Jake volvió a dejarme en el piso, yo seguía abrazada e él de su cuello y sin pensarlo mucho, se acercó a mis labios y me robó un beso, un beso que correspondí al instante. Era extraño, pero los besos de Jake eran totalmente diferentes a los de Steven. Y digo que era extraño porque en teoría, son los mismos labios pero, la forma de besar era diferente. Jake era desordenado, pasional y un tanto posesivo al besar, quería ser el que tuviera el control de la situación y mentiría si dijera que eso no me encantaba. Así que, ahora subiendo mis manos por sus hombros hasta su rostro, lo tome para poder besarlo más profundamente y fue cuando él me levantó de nuevo del piso y me alzó, abrazándome por la cintura y sin despagar sus labios de los míos. Dios, esto era maravilloso.
Al instante, empezamos a escuchar los aplausos y las ovaciones de los invitados y fue hasta entonces que Jake se alejó un poco de mí para poderme ver a los ojos.
-No tiene idea de lo feliz que estoy ahora, mi dama. –Me dijo sonriendo sobre mis labios. –Le dije que confiara en mí, tremenda pieza de baile acaba de presentar. Yo si le doy... Y también le doy un 10. –Me dijo con una sonrisa pícara, haciéndome reír.
-Oh, basta Jake. No me digas esas cosas, que me ponen mal. –Le contesté riendo y él hizo lo mismo.
***En la mente de Jake***
-¿Cómo es que Jake sabe bailar y nosotros no, Marc? –preguntó Steven con ambas cejas levantadas.
-Creo que... cada uno tiene sus respectivas... habilidades. –Respondió Marc, igual de sorprendido. Sabía que Jake era bueno y que incluso toma clases de baile en su tiempo libre y cuando tiene el control del cuerpo, pero nunca pensó que era tan bueno.
***
Cuando Jake me había vuelto a bajar al piso y mientras seguíamos escuchando los aplausos de la gente que ya se iba incorporando a la pista, vimos que Tatcher se iba acercando a nosotros, acompañado de una mujer de cabello rizado y a decir verdad, muy bella, sobre todo con el vestido azul que llevaba esa noche.
-Increíble demostración de talento, señorita Lennox, señor Grant...
-Gracias, creo. –Sonreí de lado y Jake solo asintió, no iba a decir nada ya que no tenía el acento británico de Steven y Tatcher, creía que él era Steven.
-Muy bien, ahora que podemos volver a concentrarnos en los negocios, me gustaría presentarles a la arqueóloga que estará dirigiendo la expedición en la pirámide de Giza a partir de mañana y hasta encontrar esa llave que ustedes dicen que se encuentra ahí. Señorita _______________ Lennox Walker, señor Steven Grant, quiero presentarles a la señorita Layla El-Faouly.
-Un gusto conocerlos. –Layla sonrió, dándonos la mano para saludarnos.
***
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, mis lectoras hermosas, mis bellos lectores. Buenas noches, ¿cómo se encuentran? ¿Qué tal su domingo? El mío estivo bien, descanse y pude hacer este capítulo de 4562 palabras solo para ustedes. JAJAJAJA. :3
Ahhhhhh, estaba emocionada, porque aquí iba a ser el primer beso con Jake e iban a descubrir sus habilidades para el baile... 7u7 ¿Qué les pareció? ¿Se lo imaginaban? Ay, llevaba planeando este capítulo desde hace días, el baile, la canción, a Jake sensual con su baile... Espero que lo hayan disfrutado tanto de leerlo como yo de escribirlo. A mí me encanto. SE LOS JUROOOO, LO AMÉ, CADA PARTE JAJAJAJAJA Y ACABA DE PASAR A OTRO DE MIS CAPÍTULOS FAVORITOS. :3
Por cierto, tenían razón, la persona que iba a presentar Tatcher era Layla nuestra esposa.
*-* ¿Qué opinan? ¿Creen que se vaya a llevar bien con la rayis? Uy, ya se vienen las escenas de celos... uwu ¿Qué seguirá después? Saquen sus teorías, amo leerlas. <3
En fin, me despido por hoy. Fue un gusto estar con ustedes en este fin de semana de actualizaciones y, nos estamos leyendo el próximo fin, pero también en los comentarios que estoy tratando de responder todos jaajajja.
Y por cierto, tal vez, taaaaaaaaaaaal vez no vaya a trabajar desde el jueves por semana santa, así que si eso es cierto, podríamos tener capítulo nuevo desde ese día pero, vemos que pasa.
Como siempre, gracias por estar aquí y les dejo a mi viejo sabroso, para que lo disfruten. Nos leemos pronto. Besos. :3 <3
Viejo sabroso, cómo te amo Dios mío. AHHHHHHHH. <3
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