Capítulo 10: Preparativos
Narra ____________
A la mañana siguiente, luego de la más peculiar y extraña reunión que había tenido en toda mi vida, desperté en una habitación que en ese momento no reconocí y en una cama que, evidentemente, no era la mía, con una cobija con figuras egipcias cubriéndome y además, con un tremendo dolor de espalda. Al parecer, me había dormido mal porque cuando me levanté, sentí y escuché que mi espalda crujía mientras más me estiraba.
Cuando logré salir totalmente de la cama, empecé a observar alrededor. Una habitación grande, masculina y un poco desordenada. Una chaqueta azul marino colgada en una silla, una camisa blanca doblada sobre una mesita de noche y una boina color café colgada de un perchero junto a la cama.
Mi mente trataba de hacer conexión con todo lo que estaba viendo y cuando puse los pies en el piso, sentí una textura muy suave, fina y fresca. Agaché la mirada y vi arena. Arena en mis pies. Moví mis dedos y la arena se movía entre ellos y yo sentía cosquillas mientras las diminutas partículas se movían entre mi piel. Sonreí ante la sensación. Y fue entonces que todo tuvo sentido.
Me había quedado en el departamento de Steven. Pero, ¿me había quedado dormida?
Sim embargo, al observarme con más detenimiento, me di cuenta que aún llevaba puesta mi ropa del día anterior. La única diferencia es que estaba descalza. Entonces, di un pequeño salto para salir del círculo de arena que rodeaba la cama y salí de la habitación, buscando a Steven o alguno de los chicos, quien fuera que tuviera el control del cuerpo en ese momento.
-Ammmm, ¿Steven? ¿Marc? ¿Jake? –Pregunté asomándome por el marco de la puerta de la sala, pero no había nadie.
Caminé más al fondo del departamento a la cocina y tampoco había nadie. Busqué incluso en el baño pero al parecer me encontraba sola. Me senté en el sofá que estaba en la sala y tomé mi mochila que se encontraba en el piso con la intención de buscar mi teléfono y llamar al número de los chicos.
Sin embargo, justo cuando iba a marcar, la manija de la puerta de entrada del departamento se abrió, para dar pasó a la figura masculina que atravesaba el umbral de la misma. Llevaba en sus brazos cargando un par de bolsas de compras de supermercado y cuando entró y cerró la puerta para después dejar un par de llaves colgadas en la pared, lo vi con más detenimiento. Llevaba una boina negra puesta, además de guantes y abrigo de piel que hacían juego. Él al verme despierta, alzó una ceja curioso y me brindó una sonrisa ladina.
Sí, ese era Jake.
-Hola, mi dama hermosa. ¿Cómo se encuentra uste' esta mañana? ¿Ya más descansada? –Me preguntó de forma tierna, (lo cual me sorprendió bastante, porque según lo que Marc y Steven me habían contado de Jake, de los tres, él era el que menos mostraba sus sentimientos), dejando las bolsas con víveres y compras en la pequeña mesa de cristal al centro de la sala. –Volvió a preguntarme, atento. Con ese acento latino tan peculiar que poseía. Peculiar y encantador.
-Hola Jake, buenos días. Y sí, ya me encuentro un poco más descansada. Gracias por preguntar. –Sonreí. –Disculpa, ¿podrías explicarme cómo es que sigo en su casa? Faltan unos minutos para las 7:00 de la mañana y yo sigo aquí, sin prepárame para ir a trabajar. -Le pregunté, todavía sin comprender cómo es que me quedé a dormir en el departamento de los chicos.
Sí, de los chicos. Después de todo, ahí viven los tres, ¿no?
-Bueno mi dama... –Empezó a hablar Jake, quitándose su chaqueta y quedando solo con su camisa blanca y su corbata. Al mismo tiempo, empezó a arremangarse las mangas de su camisa y yo tragué saliva, porque sus brazos de marcaron aún más y se veía, descaradamente atractivo. –La cosa es que, después de lo que charlamos con Khonshu, uste' solo nos dijo que se encontraba un poco cansada y fue cuando se recostó sobre la almohada de Steven y se quedó dormida al instante. Y la verda' es que, ya no quisimos molestarla porque sí, ya era tarde y tanto Marc como yo vemos cuánto trabaja en el museo y pues sí, si es cansado. También, Steven nos ha platicado de todo lo que hace uste' y pues, no nos pareció extraño que en cuanto tocara la almohada, se dejara llevar en los brazos de a Morfeo, dama. –Comentó Jake, acercándose a unos pasos de mí y entonces, dejo su rostro muy cerca del mío. –Pero, yo sé que seguramente tendrá muchas cosas que hacer para el viaje que haremos. ¿No es así? –Preguntó acercando su nariz a mi cabello. –Oh vaya dama, uste' tiene un aroma tan... delicioso. –Dijo, cerca de mi oído y juro que sentí que me temblaron las piernas. –No se preocupe, uste' haga lo que tenga que hacer, revise lo que tenga que revisar con los otros dos. Yo voy a estar protegiéndola a cada paso. Se lo prometo. –Exclamó al mismo tiempo que dejaba un suave beso en mi mejilla. Yo sentí sus labios entrar en contacto con mi piel y me sonroje.
Cuando volví a verlo a los ojos, esa mirada penetrante y seductora ya no estaba, ahora me encontraba ante esos mismos ojos azabaches pero, sí, más brillantes, una mirada más suave y por supuesto, más tierna.
-Hola Steven. –Sonreí y acomodé un poco sus rizos en la frente, rizos que Jake había desacomodado cuando se quitó su boina. –¿Puedo pedirte un favor? –Él asintió, correspondiendo mi sonrisa. –Si ves a Jake de nuevo antes que yo, ¿podrías darle las gracias por haberme explicado por qué me quedé aquí anoche?
***En la mente de Steven***
-¿Qué carajos fue eso, Jake? –Le preguntó molesto Marc al mencionado, refiriéndose a la escena que había hecho con ______________ hace apenas unos segundos.
-¿Qué? ¿Acaso crees que solo tú y Steven se van a quedar con el amor de la dama? Obvio que yo también. –Jake se cruzó de brazos indignado y Marc suspiró, exasperado.
***
-Claro que sí, querida. No te preocupes por ello. Aunque sin lugar a dudas, nos da gusto que hayas descansado. Y bueno, en relación a lo que hablamos ayer con Khonshu, creo que tendremos que decirle a Tatcher que aceptamos su propuesta, ¿no es así? –Me preguntó Steven, haciendo una mueca preocupada.
-Antes de contestarte esa pregunta, ¿te puedo hacer una yo? —Él asintió y yo seguí con mi pregunta. —La cobija sobre mí está mañana, de figuras y dibujos egipcios, ¿es tuya, cierto?
Steven parecía un tomate maduro. Su rostro era un poema, uno que guardaría por el resto de mi vida en los profundo de mi corazón. Y entonces habló. —S-sí, es mía. Pero como era la única que teníamos disponible, fue la que te puse. No quería que pasarás frío. —Me dijo, sin dejar de mirarme a los ojos.
-Muchas gracias por preocuparte por mí, Steven. —Le dije, tomando si mejilla y él cerró sus ojos ante mi tacto. —Lo aprecio muchísimo. —Ahora, contestando al otro tema que veníamos discutiendo sí, estás en todo lo correcto. –Asentí. –De hecho, Oscar me contestó bastante emocionado de que haya considerado la propuesta. –Reí, alejando mi mano poco a poco de su rostro y él posó sus ojos en mí. –No tiene idea el pobre hombre de lo que vamos a ir a hacer en realidad. Y no sé si eso es muy bueno o, muy malo para mi carrera. –Suspiré, rodando los ojos y negando con la cabeza.
-Oye _____________... ¿Y tú crees que T-tatcher quiera o deje que y-yo vaya a la expedición? E-es decir, para que podamos ir los tres contigo, a eso m-me refiero. No solo a mí, obviamente. –Explicó, un poco apenado.
-Oh, pero claro que va a querer que vayas, ¿recuerdas que dijo que era un gusto conocerlos? Pues entonces, que los conozca. –Sonreí, alzando una ceja.
-Bien, porque creo que entonces sería mejor que nos apresuremos a salir para llegar al museo. Puede que vayamos a ver a Tatcher junto con Oscar a las 9:00, pero nosotros entramos a las 8:00. –Me dijo, mientras se dirigía a su habitación, imagino que para cambiarse.
-Sí, hecho y, hablando de ello, necesitamos hacer una parada técnica en mi casa para poder arreglarme y cambiarme... No puedo permitir que un hombre potencialmente malo me vea así y mucho menos, mi jefe. –Solté una leve risa y fue cuando Steven salió de la habitación vistiendo una camisa azul cielo, pantalones negros y zapatos a juego.
Y sucedió de nuevo, Steven se arremangó las mangas de su camisa y yo me quedé observándolo, apreciando y disfrutando cada segundo que pasaba en que él, acomodaba sus mangas. Se vería tan, guapo y atractivo. ¿Qué me está pasando? ¿Será que los chicos que habían empezado a gustar? ¿Eso no sería extraño? Ay, maldición. –Pensé.
Y cuando Steven estuvo listo, tomé mis cosas y salimos directo a mi casa. Afortunadamente no me vio cuando lo estaba devorando con mi mirada. Fue un gran alivio.
***
Después de a breve escala en mi casa para cambiarme y arreglarme un poco, Steven y yo llegamos al museo a nuestra hora habitual y sin retrasos y, una hora después, Alexander Tatcher ya estaba de nuevo en mi oficina esperando una respuesta, positiva en realidad a su proyecto. También Oscar ya se encontraba con nosotros y claro que, también Steven y los chicos con él, acompañándome.
-¿Y bien, qué pensó acerca de este proyecto, señorita Lennox? –Me preguntó Tatcher, levantando sus gafas de sol para verme mejor.
Yo tragué saliva, tratando de controlar el nerviosismo que sentí de nuevo a causa de la presencia de este hombre. –Lo hemos pensado bastante y, aunque consideramos que esta expedición es bastante arriesgada y peligrosa, también creemos que es algo que vale la pena descubrir si podemos ayudar al mundo, al arte y a las ciencias. Por tal motivo, es que decidí que lo mejor es, acompañarlo, apoyarlo y ayudarle a buscar esa mítica joya. –Comenté, buscado a Steven con la mirada, quien rápidamente intervino.
-Es correcto señor Tatcher. Vamos a apoyar su expedición y sin problema el museo se hace responsable del mapa, aunque consideramos que es importante decirle que, al ser responsables directamente de una pieza exhibida aquí, ésta automáticamente pasa bajo nuestra responsabilidad. Así que, nosotros portaremos el mapa hasta llegar a nuestro destino. –Comentó Steven, con una firmeza total que jamás había visto.
-Perdón, ¿usted ira con nosotros? –Le preguntó Tatcher a Steven y él ya iba a contestar, pero yo me adelanté.
-Claro que ira, Tatch. Después de todo, es mi mano derecha. –Respondí y él asintió, alzando una ceja con una mueca de disgusto. –¿Algún problema? –Lo miré directo a los ojos, arqueando una ceja.
-No, no. Ninguno. –Respondió Tatcher al instante, con una sonrisa total y completamente falsa.
-Perfecto, entonces ya que está todo acordado, hay que revisar los preparativos. Porque hoy es miércoles y la idea es que partan el viernes por la madrugada para llegar directo a la ciudad. –Explicó Oscar mientras revisaba su agenda en su tableta electrónica.
-¿A dónde iremos? –Le pregunté curiosa a Oscar.
-Tendrán que llegar a la ciudad del Cairo, y ahí es donde va a comenzar todo. –Explicó Oscar, sonriendo ampliamente, bastante emocionado y Steven y yo solo nos miramos y soltamos un suspiro a la par.
***
Hola, mis bellas lectoras, mis queridos lectores. Aquí tienen el comienzo de nuestro viaje. Este capítulo es importante, pues marca el inicio de los acontecimientos que veremos en Egipto, así que, espero que lo hayas disfrutado de leerlo tanto como yo de escribirlo. :3
Y prepárense, porque mañana lunes no me toca trabajar, así que se viene el primer capítulo de la señorita Lennox junto a Marc, Steven y Jake. ¿Qué cosas creen que sucedan en este viaje? Les juro que hay de todo: aventura, acción, emoción, celos, amor, reencuentros, reconciliaciones, más aventura y sobre todo, misterio y mucha atención para nuestros bellos moon boys. Les dejo a mi viejo sabroso como siempre y nos estamos leyendo, gracias por todo. :3
P.D:No se imaginan lo mucho que amo esta foto, pronto, la voy a hacer funda para micelular. *-* Y la verdad es que, si pudiera, hasta me la tatuaba. Todo perfectoque se ve. Me encanta. Se despide su escritora hasta mañana, que se acaba de desmayar por semejante belleza.
Hola gente bonita, esta viendo sus comentarios y me di cuenta que no subí la foto de Oscarcito bebé jajsajsjaja. Pero la verdad es que, ya estaba más dormida que despierta, antes digan que pude publicar. xD Ahora sí, les dejo la foto para que entiendan mi comentario de arriba. Disfruten. *-*
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top