Volver al pasado, enfrentando el presente.
Los Personajes y las imágenes utilizadas en la historia no son de mi propiedad. Todos los derechos a sus creadores.
Lenguaje y contenido fuerte y explícito.
Agradezco las portadas de yan_skiblue y de Mónica tadakatsu.
Una disculpa por la redacción.
©® Historia con derecho de autor.
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<<>>, " ": Son pensamientos del personaje.
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" Duele, duele un montón.
Pero va a pasar, y cuando sane,
Más fuerte vas a ser,
Más alto vas a volar,
Más libre vas a ser.
Y vas a entender, que algunas historias terminan,
Para que otras mejores puedan empezar."
"El principito."
Midoriko esperaba pacientemente fuera del consultorio. Regresaría pronto a Londres y necesitaba dejar todo solucionado con Demetrius, Raizo vendría por ella, Naraku salió con no muy buen semblante del consultorio, pero al verla una sonrisa cambio su expresión.
- No me digas, no te dejará viajar pronto.
- No sólo eso, no puedo hacer ejercicio físico, estos médicos van a acabar conmigo antes que cualquier enfermedad.
La tomó del brazo y salieron al sol de mediodía.
- Te invito a comer, te parece si vamos al malecón?
Midoriko sonrió, este Naraku tan desenfadado y atento era el que le llamaba la atención, además de hacer que su cuerpo tuviera un agradable cosquilleo con un simple beso. Era muy masculino y sensual. Demetrius era algo distinto su atracción consistía en su caballerosidad, era atento y las mujeres no dejaban de suspirar por su atractivo rostro y su alto cuerpo, el día de los fuegos artificiales más de una mujer joven y atractiva se derretían por él, Midoriko se divertía de lo lindo con las miradas asesinas y la orgía de ormonas femeninas que lo rondaban, pero como todo un caballero las alejaba con diplomacia y sin ofenderlas, Sesshomaru haría bien en pedirle algunas clases para tratar a las mujeres. Si claro, cuando el infierno se congelará. No había escuchado ni la mitad de lo que decía Naraku, ella se limitó a sonreír. Tenía demasiado en mente y se le terminaba el tiempo.
- Regresa conmigo a mi casa, me siento sólo sin tu compañía.
- Lo siento, aún estoy arreglando algunos negocios con el señor Thalassinos, además mi tiempo se acaba y tendré que regresar, Raizo regresa hoy por mí además de traerme algunos documentos que necesito. Te quiero dar las gracias por haberme traído a este sitio encantador y ya que no regresaras pronto, te propongo invitarte a una cena a tu regreso, ¿te parece?
- Acepto si, me permites cortejarte, creo que no estamos en edad para noviazgos de manita sudada, te deseo y creo que no te soy indiferente, permíteme amarte y demostrarte que puedo ser el hombre para tí, que dices ¿ Me aceptas?
A Midoriko no le gustaba que le pusieran condiciones y este era el momento para poner las cosas en claro.
- Me . . . alaga, el que pretendas algo formal conmigo, espero que no olvides que soy madre antes que mujer, y por supuesto que después de la cena en Londres podrás hablar con mi hijo y, formalizar la relación.
La cara de terror de Naraku era todo un poema, Midoriko tuvo que hacer un esfuerzo para no reír a carcajadas.
Y miró más atrás del rostro sin color de Naraku, Demetrius entraba al restaurante con una pareja madura, la mujer era muy bella y se veía que eran buenos amigos. Demetrius volteo a dónde ellos estaban y la miró, dejó a la pareja acomodada en su mesa y se dirigía a ella, Midoriko aprovechó la distracción de Naraku para levantarse antes de que llegara a su mesa.
- Discúlpame, iré al tocador.
Caminando con elegancia se acerco a Demetrius, y le dió un beso cerca de los labios haciéndolo sonreír.
- A caso quieres que me mate? Quiero tener hijos.
Midoriko sonrió con salamería.
- No seas cobarde, acaso no vale la pena por uno de mis besos.
- Moriría inclusive por una sola de tus miradas.
- En serio que tú si sabes cómo alagar a una mujer.
Demetrius sonrió tomándole una mano para besarle el dorso cambiando el tema.
- Ven, quiero presentarte a unos amigos, no te quitaré mucho tiempo.
Midoriko sonriendo acepto, volteo a ver si Naraku seguía de espaldas a ella, no se había movido y tomaba una copa de brandy.
— Vamos, a mi también me gusta el peligro y lo tomó de la mano.
La sonrisa ladina de Midoriko le dió un escalofrío, esta mujer lo mataría algún día, o haría que lo mataran.
El matrimonio amigo de Demetrius la saludaron con mucha cortesía y con intriga, ¿quién era la guapa mujer a la que Demetrius les presento con tanta familiaridad?, se veía inusualmente feliz. Acaso su amigo había encontrado el amor?
— Y, dígame Midoriko es usted casada?
La pregunta de Anthea puso nervioso a Demetrius y su esposo Christus la riño por hacer esas preguntas.
— No, de hecho soy viuda y tengo un hijo adolecente, quién por cierto llega hoy por mí para regresar a casa.
La cara de la mujer fue de asombro, se veía muy joven como para tener un hijo adolecente. Midoriko sonrió ante las miradas inquisitivas de la pareja, normalmente nadie sospechaba que tendría un hijo ya grande. Se despidió de la pareja y Demetrius la acompaño a la mesa de Naraku que seguía sin moverse pero se veía muy irritado.
— Te recojo mañana temprano, quieres que lleve a Raizo a casa de Vanderbilt?
— No, dile que se quede contigo y que platicaremos cuando vayas por mí.
— Sabes que se va a negar, pero yo le diré que fue una orden de su madre.
Demetrius sonrió con sarcasmo, ese niño era casi tan terco como su madre.
— Entonces hasta mañana, me dió gusto verte y conocer a tus amigos.
Se acerco y le dió un beso en los labios, dejando a Demetrius anonadado. Y con el color carmín en sus labios, Midoriko sonrió, le gustaron sus labios suaves pero firmes, no quería jugar con fuego pero había entablado una relación de confianza y admiración mutua con Demetrius, por algo Raizo confiaba en él. Se retiró contoneando sus caderas que como hipnotizado, Demetrius no pudo dejar de admirar.
— Ya regrese, perdón por la tardanza pero tuve la mala fortuna de mojar mi vestido y me demore secandole, no te importa, verdad?
Naraku sonrió tenso, que podía hacer? No podía reclamarle nada pues, sabía que ella lo pondría inmediatamente en su lugar, además tenía que convencerla antes de que se fuera.
— No te preocupes, siempre esperaré por una mujer como tú.
— Gracias, eres muy dulce. Nos vamos? Raízo llegará en cualquier momento y no traje mi teléfono, me llamara a tu casa.
Naraku asíntio y la tomó por la cintura, plantandole un beso en la boca, Midoriko frunció el seño pero Naraku no la dejo hablar.
— Me lo debes por hacerme esperar por tí, mi proposición es seria, pero el tiempo dirá si podemos vivir juntos, quiero que me trates y así, enamorarte, no juegues conmigo, eres la primera mujer a la que le he propuesto algo serio.
Midoriko tomó su mano, mirándolo sin parpadear le beso la mejilla.
— Se que no eres un hombre de juegos, Naraku, pero también soy muy independiente, no trates de manejarme por qué lo único que obtendrás es mi rechazo. Una vez aclarado ésto, sigamos con lo que te propuse, una cena en Londres y después . . . aceptaré avanzar más.
Con sonrisa mimosa, lo jalo del brazo y salieron al calor de la tarde.
***†***
Preparaba una maleta para su viaje, el jet que había adquirido recientemente le había sido de mucha utilidad, unas pequeñas manos lo habrazaron por detrás, Toga se tensó por un momento, volteando tomó las manos de la jovencita y la acomodo para que quedara sentada en sus piernas.
— Te irás?
Pregunto con timidez Flor, desde que vivía con él, la había hecho muy feliz, sobre todo por qué no tenía que compartirlo con las otras esposas, además tenía gente que la atendían. Ella se había dedicado a tener relaciones con su señor y cuidar su embarazo, se sorprendió con lo rápido que todo había pasado, quedó prácticamente embarazada la primera noche en qué la poseyo. En su juvenil mente esto era el amor perfecto para ella, además de que él era un gran amante, ella era su favorita.
— Saldré por unas semanas, te quedaras a cargo de Canace, ella te trata bien, además necesito que cuides tu embarazo pues quiero que me des un hijo varón.
Le acarició la mejilla con cariño, le hacía gracia cómo la jovencita se esmeraba en complacerlo en todo, para disgusto de Irasue y de las demás esposas a las que llevaba años sin tocar.
— Dormirás hoy conmigo?
Toga sonrió, su niña se había convertido en una amante insasiable, que no lo dejaba dormir por las noches y también por las tardes, inusualmente se la pasaba haciéndole el amor cada que ella lo pedía, el embarazo le había elevado el libido aunado a su juventud, a duras penas le había seguido el ritmo pero estaba orgulloso de su virilidad y vigor, a sus cuarenta y tres años aún era un semental.
— Sabes que sí, aunque . . . Yo esperaba que jugaramos un poco ahora, pero si estás cansada . . .
Flor, rio feliz, e inmediatamente se quitó el vestido y se coloco a orcajadas en su señor, desabrochando los botones de su camisa, Toga lanzó una carcajada y acerco su boca tomando los dulces labios de la jovencita, después, sólo se escuchaban los gemidos de la niña y su grito cuando llegó al orgasmo una y otra vez.
Fuera de la puerta Canace derramaba lágrimas afianzando con dolorosa fuerza una camisa de su señor. Una voz a sus espaldas la saco de su dolor.
— Eres una tonta por sufrir así por quien no vale la pena, ya estás vieja y ella es una niña, está muy entusiasmado como en aquel entonces . . .
Canace volteo a mirarla con rencor sin entender.
— Estás tan celosa o más que Yo, por lo menos yo le pari varias hijas, pero tú, estás seca y no le pudiste satisfacer lo suficiente.
Irasue le volteo la cara de una cachetada y la vió con ira asesina.
— Estúpida!! No me vengas con tus aires de buena mujer que no te queda, tú no supiste ser una buena madre pues permitiste que todos tus hijos fueran violados y cerraste los ojos con tal de complacer a esa hiena que llamas "mi señor" , yo he luchado en las sombras por mi venganza, a mí me arrebataron a mi hijo, me deje casi matar por él y doy gracias al diablo todos los días por qué pudo huir de este infierno junto con tu hijo. Más te vale que no te pongas en mi camino Canace, por que no me tentare el corazón si tengo la oportunidad de destruirte, has sido una orrible madre y lo pagarás, arrastrate a los pies del asesino de tu esposo y del verdugo de tu hijo, pero no te atrevas a volver a jusgarme, cuídate de mí por qué no te lo voy a perdonar nunca!!
Dejando a una temblorosa Canace tras ella Irasue salió dando un portazo, ya hiba siendo hora de arreglar cuentas con todos los que le hicieron daño a su hijo.
***†***
Raízo recogió a su madre a hora muy temprana y con ayuda de Demetrius se encontraban abordando el avión que los regresaría a Londres.
— Te agradezco mucho tu ayuda Demetrius, además de los regalos para mí hijo, eres el primer amigo que tiene.
— No me lo agradezcas, yo estoy en deuda contigo por cuidar a mi único sobrino, además, no tengo hijos déjame consentir un poco al tuyo.
Midoriko sonrió con agradecimiento, extrañamente no quería alejarse de Demetrius, un miedo le estrujaba las entrañas y no alcanzaba a comprender de qué.
— Madre ya es hora.
Raízo se acerco para despedirse, Demetrius les pidió que lo esperarán un momento y fue por una caja de regular tamaño, que entregó a Raizo.
— Es un regalo que sé, te servirá muchísimo, pruebatelos y dime qué te parecen.
Raízo volteo a mirar a su madre que se encogió de hombros ante la muda pregunta.
Al final tomo la caja y al habrirla su rostro serio cambio a uno de total asombro. Dentro se encontraban unos lentes de lo más sofisticado con un control que podía fácilmente llevar en la muñeca. Volteó a mirar a Demetrius quien sonreía como niño.
— Tengo amigos que les encanta la tecnología y, yo invierto en algunos de sus juguetes que por casualidad se utilizan en la aeronáutica y en viajes espaciales, les dije lo que quería y . . . Quiero que los uses y me digas si valió la pena la inversión.
Midoriko veía la turbación en el semblante de su hijo, nunca nadie se había preocupado tanto por él, aparte de ella. Demetrius se había ganado por completo la admiración de su Hijo.
— No se que decir.
— No digas nada, aceptalos como un regalo de tú mejor amigo, por que . . . Somos amigos, verdad?
Raízo se quitó los lentes por primera vez frente a un desconocido pero enfoco su poca visión en la mancha semi oscura que representaba para él ese hombre que, se había ganado su confianza y su lealtad.
— Tienes mi amistad y mi agradecimiento eterno, si algún día necesitas de mí, no dudes en llamarme. Muchas gracias . . . Por todo.
Abrazo a Demetrius, quien dejo escapar una lágrima ante los ojos sin luz de aquel valiente muchacho que sabía, era mucho más fuerte de lo que aparentaba.
— Pruébatelos, y si requieres de alguna mejora o si prefieres que le añadan más cosas sólo avísame y te mandaré hacer otro par.
Midoriko estaba conmovida ante la escena, Raizo sonreía por vez primera de manera genuina y depositaba su confianza en un hombre . . . Que no era su padre.
Se despidieron, Demetrius viajaría en unos días para encontrarse con su sobrino, y estaba invitado a quedarse en la casa de Midoriko.
Dentro de unos días se llevaría acabo la reunión con Toga y con ella se produciría el cambio total de muchas cosas que no serían para el bien, de algúnos de los implicados.
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Regresé, díganme si mi musa se ha vuelto loca. . .
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