Vacaciones y encuentros.

Los Personajes y las imágenes utilizadas en la historia no son de mi propiedad. Todos los derechos a sus creadores.

Lenguaje y contenido fuerte y explícito.

Agradezco las portadas de yan_skiblue y de Mónica tadakatsu.
Una disculpa por la redacción.

©® Historia con derecho de autor.
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<<>>, " ": Son pensamientos del personaje.

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" No todas queremos un principe, algunas sólo queremos a un hombre que no tenga los huevos de adorno."












La playa era espectacular, Midoriko acepto la invitación por que sabía que le haría bien a Raizo, estaba casi restablecido pero, seguía poniéndole todas las noches suero con algunos medicamentos. Les mostraron sus habitaciones, la de Midoriko estaba al lado de Naraku y Raizo frente a la suya. Regresando tendría su entrevista con toga un tema que no sabía por qué la ponía nerviosa. y Constantemente estaría en contacto con Naguna quién estaba ya totalmente restablecida, le había encargado a Bankotsu que cuidara de ella. Midoriko con una sonrisa recordó el semblante lleno de felicidad de Bankotsu al comunicarle que sería padre, y por partida doble, lo felicito haciéndole prometer que ella sería la madrina de uno de ellos. Sesshomaru también lo felicito no sin antes burlarse de él, pero Prometiendole que estaría a su lado cuando lo necesitara. Midoriko Suspiró con nostalgia, le hubiera encantado ser madre, bueno, estar embarazada sentir como crecía en su vientre un hijo de su carne.

- Madre, ¿en que piensas?

- En que estoy orgullosa y muy feliz de tenerte a mi lado, y, en la felicidad de Bankotsu, sólo espero que esté al pendiente por si aparece ese hombre, me dijo que le mando una nota a Sango pero el destruyó todo, aún así me preocupa ahora que está embarazada.¿te encargaste de dejar tres hombres vigilandolos?

- No te preocupes madre me encargue, yo hablaré con ese hombre cuando regresemos y le dejaré muy en claro que no le conviene seguir molestando a la señorita. Dime, cuánto tiempo nos quedaremos?

- Planeo buscar a alguien que vive aquí, Naguna me mandará toda la información, se supone que en una semana, así que aprovecharé que Vanderbilt tiene conocidos y lo haré que me presente a quien vine a buscar. Pero si esto tarda, necesito que vuelvas arregles éso y regreses lo más pronto posible, Naraku tiene mucha seguridad pero sin Hattori y sin tí, sabes que no confío en nadie.

Le acomodó la vía, y le beso la frente.

- Te sientes mejor? Hasta yo estoy cansada, el vuelo fue agotador y necesito descansar, ¿quieres que pida la comida y luego hechamos una siesta mientras se termina de vaciar la bolsa?

Raizo le sonrió, su madre era grandiosa, pero no debía bajar la guardia, sabía que el tal Naraku andaba tras su madre y si ella necesitaba que le recordara que era una señora y no por aceptar está invitación estaría aceptando otras cosas, él con gusto le refrescaría la memoria.

- Está bien, cómo tú quieras, la verdad estoy ambriento.

- Entonces déjame buscar a Naraku para que ordene que nos traigan la comida a la habitación.

Salió y busco a Naraku quién estaba en la sala vestido con un pantalón de algodón una playera y descalzo en el piso de madera, hablaba con el ama de llaves y la cocinera para que sirvieran la comida, y a los demás para que acomodaran la ropa en las distintas habitaciones, la vió y quedó fascinado se veía hermosa con un vestido de playa color verde atado detrás del cuello y con dos aberturas dejando ver al caminar sus torneadas piernas, casi sin maquillaje se veía más joven.

- Eres preciosa, me acompañarás a comer?

Con una sonrisa de disculpa le ofreció la mano.

- Lo siento muchísimo, estoy atendiendo a Raizo con su medicamento y comeré con él, además estoy cansada, si me lo permites descansaré, pero aceptaré cenar contigo con mucho gusto.

Naraku fingió estar de acuerdo, pero pensadolo mejor, la llevaría a cenar fuera, así tendría la oportunidad de probar sus labios y tal vez . . . . algo más.

- No te preocupes atiende a tu hijo, nos veremos a las 8 para llevarte a cenar, hay un restaurante de mariscos frescos, te encantará la langosta es la especialidad de la casa. Mañana iremos a la playa privada y si quieres comeremos en uno de los malecónes.

- Me parece bien, quiero comprar algunas cosas para Naguna y varios regalos más. Quisiera visitar el centro a pie para poder apreciar mejor lo que voy a adquirir.

- Ya veremos con calma, te traje para divertirnos y que disfrutes el viaje.

- Ho, eres muy amable.

- Que deseas comer?

- Fruta, jugos o alguna bebida local sin alcohol, ensalada y mariscos, a Raizo le encantan los cócteles de camarón y pulpo. Muchas gracias por traernos.

Se acerco y le dió un beso cerca de la comisura de la boca, Naraku tardó en reaccionar pero le encantó la textura y suavidad de esos labios carnosos, definitivamente los probaría en su cita.
Midoriko se retiró contoneando las sensuales caderas, el miembro de Naraku palpitó y endureció apretandose con incomodidad, sin darse la vuelta ordenó que les llevarán la comida a la habitación,con el miembro hinchado y la molestia se retiró a darse un baño frío para después comer, cómo deseaba a esa mujer, cuando la tuviera en su cama sasciaria de todas las maneras posibles sus ganas en ese cuerpo escultural.
Midoriko sonrió, lo tenía casi justo donde lo quería, lo haría desearla y luego . . . quizás se diera ella el gusto de probar, quién sabe, pudiera ser un gran amante. Siguió caminando por el corredor para comer junto a Raizo.


***†***

Demetrius llevaba días y días pensando y atando cabos hacerca de lo que le había dicho su amigo, sería posible que su hermano estuviera serca, y Canace, que había sido de ella, eran muy jóvenes y por más que intento persuadir a su hermano que no cediera la mitad de la fortuna que le había dejado su madre, como un tonto enajenado por esa maldita congregación arrastró a su esposa embarazada al otro lado del mundo. Recordar aquello abría heridas que tardaron en sanar, lo que más le preocupaba era Canace, su bella cuñada, cuando al fin descidio confesarle sus sentimientos le dijo que esperaba un hijo, cómo odió a su hermano entonces, él la conoció primero y por tonto siempre la respeto, quería casarse pero el idiota de su hermano la acoso día a día mientras él cumplía con las obligaciones de la familia. Su hermano siempre fue un soñador apoyado por su madre, pintor de afición sin estudios, un bohemio empedernido, hasta que se unió a esa pandilla de disque seguidores de Dios arrastrando a Canace y su madre a ese círculo de psicópatas de una secta liderada por un tal William. Se frotó la cara con ambas manos, no quería volver a pasar por lo mismo pero, algo le decía que debía investigar, además Canace merecía la pena el riesgo. Jamás la olvidó, se casó pero no hubo hijos desde entonces su trabajo era todo lo que le quedaba y se dedicó a engrosar la ya de por sí henorme fortuna de los Thalassinos. Se levantó del sillón donde llevaba días pensando, salió al balcón y una suave brisa removió su cabello negro corto, con algunos hilos de plata, su mirada azul reflejaba el cansancio, la angustia de los años pasados y las penas no olvidadas. Tenía 45 años pero se conservaba muy bien, alto de complexión atlética y muy guapo robaba las miradas de cuenta mujer lo veía además de ser uno de los solteros más codiciados en la Isla. Suspiró con cansancio le esperaba otra noche de insomnio, una más, de las ya acumuladas por los años. Buscaría a su abogado por la mañana para contratar al mejor investigador privado, aún mejor, contactaría a su amigo kotaro y le pediría que mandara al mejor de su agencia, sólo esperaba no arrepentirse de buscarlos, quizá no le gustara lo que encontraría.



***†***


Midoriko se preparaba para la cena, había elegido un precioso palazo que realzaba su hermosa figura y sus profundos ojos esmeralda, optó por elevar si cabello un un trenzado y dejar algunos mechones que enmarcaran su rostro, tomó su bolso y salió para comenzar con lo planeado.

Naraku la esperaba enfundado en un pantalón de algodón una camisa celeste y zapatos sport, se veía muy atractivo. Escucho las suaves pisadas y volteo para admirarla, Dios!! Era una belleza, la tomo de la mano para besarle el dorso, Midoriko sonriente se acerco para darle un beso fugas. Naraku la tomó por la cintura pegándola a su pecho.

- No me tortures así, he ansiado durante semanas el que me permitas probar de nuevo tu boca, aspirar tu aroma y perderme en tu blanca piel, dime, ¿tengo alguna oportunidad?

Midoriko entorno sus largas pestañas y sin titubear le ofreció el nectar de su boca. Naraku como un sediento bebió de su sabor, dulce, embriagador y sensual, el beso más largo y lleno de deseó que jamás se permitió dar, la respiración les faltó y se separaron con un jadeó mirándose a los ojos como si el tiempo se hubiese detenido, Midoriko lamió su labio inferior y fue como un imán para los duros labios de Naraku, volvió a apoderarse de ellos, la apretó más hacia sus caderas para restregarle su endurecido miembro, despegaba sus labios para hablarle sobre los labios, sin despegarlos, dándole cortos besos.

- Por . . . Favor . . . Dime si sientes lo mismo, esto que te quema por dentro, necesito tenerte . . . Dejame tenerte!!

Volvió a hundir su lengua en la boca sensual y caliente, una danza se efectuaba entre sus lenguas, retrocedían y avanzaban dándose espacio sólo para sus alientos erráticos y desesperados.
Midoriko lo detuvo con delicadeza poniendo sus manos en su pecho, jadeando lo miró a los ojos.

- Lo siento también . . . pero déjame pensarlo mientras cenamos, no olvides que mi hijo está aquí.

Naraku la pegó a él y en un susurró acercando sus labios al oído le musito.

- Esperaré pues te respeto, si el lugar te parece inadecuado, no te preocupes puedo llevarte a otro sitio, no te arrepentirás, te lo prometo.

Midoriko sonrió y se separó con delicadeza.

- Entonces déjame retocarme el labial y nos vamos, quiero conocer este lugar.

- Te ves preciosa con tus labios hinchados, son la prueba de que mi boca estuvo ahí.

Midoriko por primera vez la cubrió un leve sonrojo en sus pálidas mejillas. Era tan adulador, y besaba muy bien, sería una delicia perderse entre sus brazos.
Salieron a la fresca brisa de la noche.

El lugar reservado por Naraku era un excelencia en platillos de mar un manjar para el paladar, cenaron langosta pasta y ensalada acompañada del mejor vino de la región. Un grupo de hombres se sentaron unas mesas más delante pues Naraku había reservado un privado con vista al mar. Midoriko se disculpó para ir al tocador y con su andar sensual paso por un lado de ese grupo. Las miradas de admiración no se hicieron esperar, uno de ellos el más achispado no dudo en lanzarle un cumplido galante, Midoriko ni siquiera reparó en el tipo, pero Naraku ya se levantaba con los puños crispados para pedirle una satisfacción al idiota que puso su mirada y ofendió a su mujer. Llamo al maitre y con autoridad exigió que se sacará al sujeto del lugar, con nerviosismo el hombre se dirigió a seguridad para pasar la queja de uno de sus mejores clientes.
Con amabilidad se le pidió al hombre que abandonará el lugar pero se negó, otro de ellos le pidió que no hiciese un escándalo ya que estaba hebrio y ofendió a una dama, por desgracia cuando ya lo retiraban de la mesa, Midoriko regresaba del tocador pasando de nuevo junto a la mesa, el hombre se abalanzó sobre la mujer y antes de que logrará tocarle, una mano como tenaza lo tomó del brazo haciendo un movimiento lo dejo sobre la mesa literalmente inmóvil y gritando de dolor pues lo tenía con el brazo doblado tras la espalda mientras con la otra lo sujetaba por la cabeza.

- Si te mueves te juro que te romperé el brazo, te disculparas con la dama y jamás volverás a pisar este lugar,¿ te quedó claro?

El hombre con un jadeó de dolor asíntio. Los de seguridad lo inmovilizaron después que Naraku lo soltó y los demás en la mesa pedían disculparas a Midoriko y Naraku, de pronto uno de ellos lo reconoció, no se había levantado pues ya conocía al rijoso hijo de su amigo, pero en cuanto reconoció a Naraku descidio hablarle.

- Vanderbilt, eres tú? Cuánto tiempo sin verte!!.

Naraku con el rostro endurecido por el coraje volteó para ver quien le llamaba, lo reconoció de inmediato era uno de los socios de kotaro, hacia tiempo que no lo veía.

- Thalassinos, que inconveniente volver a verte en circunstancias tan desagradables.

Se saludaron con un fuerte apretón de manos y un abrazo, Midoriko no cabia de la impresión, era como ver a Bankotsu pero, con más edad. Era un hombre guapísimo, la madurez le había sentado muy bien, además de ser alto y atlético con algunas canas en las sienes le daban un aire interesante que sólo se alcanza con los años. Era una inesperada casualidad que diera tan pronto con el único familiar vivo de Bankotsu, nada menos que su tío, Demetrius.

- Déjame te presento a esta hermosa dama, a quien tú amigo se atrevió a molestar.

Demetrius sonrió y levantando una mano aclaró.

- No mi amigo, es sólo el hijo de un conocido, me alegra que lo hayas puesto en su lugar.

Midoriko se acerco y con solemnidad extendió su delicada mano.

- Mckay, Midoriko Mckay. Mucho gusto.

Los azules ojos de Demetrius evaluaron a la preciosa mujer, era una belleza sin duda por eso él chico enloqueció. El apellido, sabía que lo conocía de algún lado.

- A sus pies, Demetrius Thalassinos.

y le beso la mano, frunciendo el seño le pregunto.

- Mckay?, de la empresa de minas y diamantes Mckay.

Midoriko sonrió y asíntio.

- Sí, soy la accionista mayoritaria

- Qué pequeño es el mundo!! Tengo algunas acciones de su empresa. Vaya que agradable coincidencia.

Naraku levantó una ceja, no le gustaba el modo tan familiar con que se estaba dirigiendo a ella.

- Por favor, serían tan amables de acompañarme, para resarcir el mal trago que acaban de pasar.

Midoriko hiba a contestar que sí, pero Naraku la interrumpió.

- Nos retirábamos yá, otro día con mucho gusto.

- Entonces los invito a comer en mi casa, me gustaría muchísimo que me acompañaran.

Naraku hiba a declinar la invitación pero Midoriko se le adelantó.

- Será un gusto, a qué hora y en dónde.

Demetrius sonrió, una sonrisa que a ella le hizo recordar a Bankotsu.

- Les daré la dirección, a medio día si les parece bien.

Apuntando la dirección, Midoriko tomó el papel. Y despidiéndose agrego.

- Hay algún problema si llevo a alguien más?

- No ninguno puede llevar a quien quiera. Naraku, mucho gusto en haberte saludado.

- Lo mismo digo, gracias por la invitación.

Demetrius se adelantó un poco y con caballerosidad, beso el dorso de la mano de Midoriko, clavando con admiración los azules ojos en los verdes de ella.

- Un gusto conocer a tan bella dama.

- Es muy amable, puede llamarme Midoriko.

Con una amplia sonrisa asíntio.

- Midoriko será. Los espero, les haré preparar los mejore platillos de mí tierra, se los prometo.

Naraku, con el rostro impasible y molesto, tomó a Midoriko del codo y salieron al fresco de la noche.

- No tenías por qué aceptar, que tal si ese tipo está ahí y vuelve a molestarte.

Midoriko enarco una ceja y con mirada sarcástica pero sin sonreír, le contesto.

- Naraku sería una descortesía, además yo necesitaba encontrarme con el señor Thalassinos para hablar sobre las acciones que están en su poder.

- Pues no pienso ir, y no iremos.

Midoriko con un brillo de ira en sus verdes ojos, volteó para encararlo.

- Que algo le quede claro señor Vanderbilt, no soy de su propiedad para decirme que debo o no hacer, ahora que si le molesta, recuerde que soy una mujer de negocios y ésto es negoció. pero el haber aceptado su invitación a vacacionar en Grecia, no le da ningún derecho sobre mí. Soy una mujer independiente, y me iré con mi hijo mañana mismo sino cambia de actitud. No me haga arrepentirme de la oportunidad que le dí, no me gustan los hombres pocesivos por eso jamás me volví a casar, piénselo señor Naraku. Tendré listas mis maletas.

Y sin más, salió del auto dando un portazo, estaba muy cabreada, qué se creía, que por unos simples besos ya es mi dueño, primero los mato antes de dejar que un hombre maneje mi vida.
Naraku apretó el volante hasta que sus nudillos se pusieron blancos, lleno de ira golpeó el volante hasta que sus dedos sangraron, un dolor agudo le recorrió por el brazo izquierdo obligándolo a bajar lo más rápido posible para buscar su medicación, no podía permitir que le diera un infarto, no ahora.

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Que les pareció???

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