No me odies.

Personajes y las imágenes utilizadas en la historia no son de mi propiedad. Todos los derechos a sus creadores.


Lenguaje y contenido fuerte y explícito.

Agradezco las portadas de yan_skiblue y de Mónica tadakatsue.
Una disculpa por la redacción.

©® Historia con derecho de autor.
No se permite, copiar, adaptar ni tomar prestada.

<<>>, " ": Son pensamientos del personaje.

🚫 Aviso de Lemon.

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" Cada espacio de tí he recorrido, buscando un suspiro de pasión, y de éxtasis.
He navegado el mar de tus besos, y llenado el puerto de tu vientre, y así . . . nos hemos quedado a la deriva, quemandonos de amor . . . heridos."







Kagome le vió el rostro, esperaba . . . Ella moría por darle lo que quería . . . quizás debía esperar un poco
mas. Le diría y luego . . que fuera lo que dios quiera. Pero antes, le daría lo que estaba pidiéndole con su cercanía y su cuerpo. Finalmente con el rostro enrojecido por el llanto y la emosion sólo atinó a señalarle el camino. Afianzandola con firmeza se apresuró a subir por las escaleras al lugar señalado por ella, kagome se recargo en su hombro perdiéndose en el calor y el aroma de su cuerpo combinado con la colonia que usaba. Lo extraño tanto, de una patada habrio la puerta bajandola con cuidado cerró la puerta con llave. Sus ojos recorrieron el lugar, era bastante amplio y sus ojos se posaron en dos cunas que se encontraban a los pies de la cama. No les tomó mucha atención pues debían ser de los niños de Midoriko.
Con rapidez se despojó de la bufanda, la gabardina, el saco y la camisa, aventando los zapatos, se quedó sólo con el pantalón de pie, mirándola, kagome se encontraba embobada mirando el cuerpo perfecto de Sesshomaru. Se le secó la boca al ver lo hermoso que era, cómo idiota y sin apartar la vista, levantó la mano para tocarlo, pero se detuvo para mirar esas orbes doradas oscurecidos por el deseo.

- Tócame . . . Soy real.

Kagome tocó sus pectorales deslizándo sus manos hacia arriba delineando la mandíbula, los labios, tomando sus mejillas . . . Cerró los ojos, aspirando su olor tan conocido y añorado.

- Sí . . . Eres tú.

Sesshomaru la cargo depositándola con cuidado en el lecho, inmediatamente la besó, pero con gentileza , lentamente, saboreándola. Sin dejar de besarla la despojó del suéter y la blusa de manga larga sin dejar de mirárla fijámente, volvió a besarla sintiendo el pequeño cuerpo bajo el suyo, piel con piel. Notó tus pechos llenos y más grandes deleitándose con ellos, pequeños jadeos brotaban de la boca de kagome, sus manos se entretenían bajándole la pillama hasta dejarla totalmente desnuda. Paso de sus pechos a su vientre dando mordiscos y pequeños lametones, kagome gemia con suavidad ante las caricias de sus manos y su boca. Descubrió pequeñas líneas irregulares en su vientre y frunció el seño, que él recordara la piel en el vientre de kagome era totalmente Liza y plana, ahora tenía una leve protuberancia y esas líneas cómo cicatrices. Le preguntaría después cómo se las había hecho. Su boca y sus dedos encontraron la entrada al paraíso, separó los pétalos de su sexo lamiendo el pequeño botón rosado he hinchado, kagome gritó hante las sensaciones largamente anheladas, su cuerpo despertó nuevamente a la pasión y al deseo. Sesshomaru introdujo un dedo sin dejar de lamer, kagome se arqueó jadeando, tomándose de las sábanas las estrujó con la respiración entrecortada. Deseó en sueños tener tantas veces sus manos sobre su cuerpo que sintió que . . . Seguía soñando y no quería despertar.
Sesshomaru siguió con su labor de preparar a kagome, no quería hacerle daño. Su aliento cálido y su respiración irregular erizaba la piel sensible de los muslos y el vientre. Hacía ya tanto tiempo de la última vez, pero no quería esperar, con un último lameton a su clítoris y el movimiento de los dedos en su sexo la catapultó al orgasmo más deseado y esperado por ella, su grito ahogado inundo la habitación, entre los espasmos y el palpitar de su gozo, la besó, llenándola con su deseó entrando de lleno con una sola estocada. Las manos de kagome violaron a los hombros sosteniéndose, su grito murió entre los labios de Sesshomaru, la vagina se contrae, la intrusión es dolorosa pero soportable quizás por encontrarse dilatada, mojada y aún entre la bruma del reciente orgasmo. Sin dejar de deborárla con la boca sus empujes son certeros y rítmicos, el miembro se expande cómo no queriendo dejar ni un milímetro de su interior sin llenar. El nudo en su vientre crece, signo inequívoco de que su cuerpo se preparaba para la explosión. El orgasmo poco a poco se poscesiona de ambos cuerpos, un gemido gutural se deja escuchar cuando ambos llegan al éxtasis, los espasmos y el temblor de sus músculos los llevan a un espiral de saciedad absoluta, la semilla abundante de Sesshomaru inunda el vientre de Kagome llenándola, firmemente afianzado en su útero. Sesshomaru, sudoroso y respirando con rapidez la vuelve a besar en los labios y la frente.

- Espero . . . que no estés . . .cansada por qué . . . No pienso . . .dejarte aún.

Kagome en las mismas condiciones, con una sonrisa le coge el rostro con las manos y le besa la punta de la nariz, dentro de su cuerpo, el miembro de Sesshomaru palpita y se endurece, sabe que aún falta para que esté saciado y ella tampoco quiere que se separen, aún. Con un beso lento y lleno de amor Sesshomaru vuelve a mecerse dentro y fuera de ella, olvidando por el momento la sorpresa más importante que se encuentra a varias puertas de la habitación.

Eran las doce de la noche y tres hombres se encontraban en la sala, dos sentados y uno dando vueltas.

— Por Dios!! Bankotsu deja de dar vueltas, me poner nervioso además de que me estás mareando.

— Lo siento tío, pero es que ésta espera me está matando. Por qué no salen?

Raizo con toda solemnidad y semblante sereno encaró a los dos adultos.

—¿ No creen que ya son mayores cómo para estarse preguntando lo que hacen? Casi dos años que no se ven, además no creo que hablar sea lo que hacen, pues, si fuera el caso ya estuviera el señor Sesshomaru interrogandonos a golpes por lo que le hemos ocultado. ¿Cierto señor Bankotsu?

Bankotsu y Demetrius miraron con frustración y enojo al muchacho que los regañaba como si fueran niños.

— Cierto, Sesshomaru es . . . bastante tranquilo pero, no creo que nada de lo que ha pasado le haga ninguna gracia. Ya siento mis huesos quejarse por la paliza que muy seguramente me dará.

— Cómo que paliza? Acaso acostumbraba golpearte?

Bankotsu rolo los ojos mirando a su tío molesto.

— Tío, tu jamás entenderías la relación que tenemos Sesshomaru y Yo. Pero déjame decirte que el recibió muchas palizas por protegerme. Y si él piensa que merezco unos golpes por ésto, no meteré las manos para defenderme.

Demetrius hiba a reclamar pero, kohaku llegó interrumpiendo.

— Buenas noches, ¿alguna novedad?.

— Sesshomaru regreso.

— Ok . . . ¿Ya lo sabe mi hermana?

— No, y es mejor, aún no sabemos cómo reaccionará cuando sepa lo de los niños.

— Y  . . .kagome?

—“ Hablando” con él.

Bankotsu hizo comillas con las manos.

— Que inmaduro señor Bankotsu, ya le dije que . . .

— Raizo, muchacho, más vale que dejes de aclarar lo que digo . . . ¿Ves? Kohaku entiende.

Bankotsu señaló el rostro ruborizado de su cuñado.
Raizo meneó la cabeza y volteo hacia kohaku.

— Más te vale no tener ese tipo de pláticas con Naguna.

La actitud del muchacho y la forma en que la sutil amenaza se dejó caer, puso la piel chinita de kohaku.

— Yo respeto a mi prometida.

— También el señor Bankotsu y el señor Sesshomaru respetaban a las señoritas y tienen dos pares de gemelos.

— Yo platique seriamente con Midoriko hasta después de casarnos.

— Es por eso que aún sigue respirando señor.

Ante tal argumento todos descidieron callar.

— Naguna está ocupada rastreando los colgantes de los niños pero tenemos interferencias. Madre dejo el suyo en el baño.

Kohaku asíntio y se sentó en uno de los sillones a esperar a su prometida.

Dieron las tres de la mañana. Kohaku platicaba con Naguna en la cocina preparando café para todos. Nadie quería retirarse hasta no saber que pasaba. Estaban en la sala entre un silencio abrumador cuando vieron aparecer a kagome con Sibíla en brazos buscando a Naguna.
Al entrar a la estancia se quedó de pie mirando a los cinco pares de ojos que la miraban. Sintió cómo se ruborizába furiosamente hasta sentir el rostro caliente.

— ¿¡Qué hacen todos aquí!?

— A no kagome, no evádas el tema . . . Dime, ¿ya lo sabe?

Kagome habrio mucho los ojos y negó agachando la mirada.

— Sabes que entre más te tardes en decirle más será su enojo, ¿verdad?

Kagome hiba a replicar pero una voz ronca se dejó escuchar tras ella mientras un brazo la tomaba por el vientre.

— Decirme qué?

Kagome se tensionó completamente y con lentitud dió la vuelta para encararlo. Lo primero que Sesshomaru vió fué un par de ojos de idéntico color a los suyos además de una mata de rizos tan blancos como los propios. Se alejó cómo si su contacto lo quemara.

— A eso me refería.

Bankotsu meneando la cabeza se estiró haciendo crujir los huesos acercándose a su hermano.

— Hermano, te presento a Sibíla Leone . . .tu hija . . . Y de kagome.

Sesshomaru palidecio de manera alarmante miraba de la bebé a kagome y luego a Bankotsu pasando por el resto del grupo del cuál apenas se percataba que estaban ahí.

— Pero . . . Cómo? . . . cuando. Y . . . ¿Kagome?

Sus dorados ojos oscurecidos y su semblante de seriedad eran una muda pregunta para ella.

— Sesshomaru . . .yo . . .yo . . . Perdón.

— Y crees que con eso basta? . . .

Sesshomaru paseó su pétrea mirada por todos y sólo Bankotsu se la sostuvo.

— Si . . . No creo que quieras que te explique lo de las abejitas y el pol . . .

Un puñetazo se estampó en el rostro de Bankotsu haciendo crujir su mandíbula mandándolo al piso. sacudió la cabeza y se limpió el hilo de sangre que ya bajaba por su boca.

— No te quieras hacer el gracioso conmigo, sabes que no me gusta. De todos lo hubiera esperado. Hicieron lo imposible por recordarme la basura que soy . . . Pero tú, tú eres el único en quien confíaba. ¿Y te calláste algo así?

Bankotsu intento levantarse, pero otro puñetazo lo mando sobre una mesa quebrandola.
Demetrius muy enojado se lanzó contra Sesshomaru pero Raizo lo detuvo, negando con la cabeza.

— Ellos lo arreglarán, no intervenga.

Jaló a Demetrius con fuerza e hizo una seña a kohaku para que sacara a Naguna. Manteniendo a Demetrius sometido lo llevo a su habitación.

— Los voy a encerrar quédate con ellos y no los dejes salir, de ser necesario noquea a Demetrius.

Kohaku lo miraba cómo si estuviera loco.

— Si no lo haces, Yo te golpearé a tí, y no te gustará. Pregúntale a Naguna.

Salió rápidamente y cerró con llave. Demetrius se disponía a romper la puerta pero Naguna con un golpe certero en la nuca lo dejo inconciente cayendo de lleno al piso. Kohaku impactado no supo que decir.

— Súbelo a la cama, voy por el niño.

— Pero . . .

— Raizo cuidará que no me pase nada.

Sacó otra llave y salió de la habitación. Por el camino encontró a Naraku en su silla de ruedas.

— Qué está pasando niña?

Naguna no respondió pero lo guío a dónde se escuchaban cosas rompiéndose y golpes en las paredes.
Naguna se adelantó y le quito a la bebé de los brazos a kagome mientras ella llorando sin control, se abalanzó sobre Sesshomaru para detenerlo antes de que le diera otro golpe a Bankotsu, ambos ya sangraban pero Bankotsu tenía unas costillas rotas. Sesshomaru al tomar impulso azotó a kagome contra la puerta y cayó al piso. Raizo fué rápidamente a levantarla para sacarla de ahí. De pronto una voz fuerte que reconoció inmediatamente se dejó escuchar con furia.


— Pensabas que yo era el único bastardo que lastimaba a mi hija. Y yo, que tú no serías capaz de causarle daño. Veo que nos equivocamos ambos.



Sesshomaru volteo a mirar con desprecio al hombre en la silla que lo enfrentaba. De reojo se cersioró si kagome estaba bien, no fué su intención golpearla pero la vió demasiado tarde ir por él. Raizo con ella en brazos no emitió ningún comentario. Naraku esperaba por él con los puños apretados y la mandíbula contraída.
Sesshomaru volteó a mirar a un Bankotsu sangrando y tirado en el suelo.


— Aún no termino contigo.

— Por supuesto . . . hermano . . . cuando . . .quieras.

Kagome busco su mirada con una súplica.


— No quiero hablar contigo.

Fué la dura contestación para ella.
Fijó su fría mirada en Naraku finalmente.


— Usted y yo tenemos mucho que hablar.


Kagome sollozo bajando de los brazos de Raizo, y cojeando se dirigió a Naguna que con la bebé dormida le jalo para salir del destruido lugar. Fué un error, ahora comprendía a Bankotsu cuando se lo dijo.« Nunca le mientas a un hombre que ha sufrido lo que Sesshomaru, jamás volverá a confiar.»

Una vez todos se fueron. Sesshomaru se sentó en el único sillón que quedaba en pie. Se acomodo a sus anchas recargandose con ambos brazos extendidos en abierto desafío.
Naraku cómo buen hombre de negocios sopesó la situación. Y se recargo en la silla con las manos frente a él .

— Qué es lo primero que quieres saber? Cómo repudie a kagome por cargar a tus bastardos.?


Sesshomaru palidecio por un momento al escuchar la palabra bastardos en plural.


— Oh! Ya veo . . . Aún no te dice que fueron gemelos. Me mordería la lengua si te reclamo sobre el por qué razón la preñaste y te largáste, pero . . . Me esforcé al máximo para que eso pasara. No, no te equivoques no estoy orgulloso del daño que le cause a mi hija . . . Ni a tí. Créeme, trato de comprender tu reacción por qué yo también viví engañado por mucho tiempo por una mujer sin escrúpulos. Lamentablemente mi hija es demasiado buena y trato de entenderme y perdonarme. A tí se te evitó decir sobre su embarazo por miedo a lo que pudiera hacerte. Ella siempre trató de protegerte y defendió cómo una leona a sus cachorros contra mí. Éso . . . Me hizo valorarla. Inclusive se enfrentó a mí por su hermano Trístan. No quiero darte un discurso ni te estoy pidiendo disculpas, sólo te exijo que la respetes cómo lo que es . . . La madre de tus hijos.
¿O que? Pensabas que de todas las veces que te acostaste con ella no habría consecuencias en algún momento? Yo lo he vivido con Midoriko y sólo fué una vez. Por eso la perdí, y por eso me ves aquí cómo un inútil, quise demostrarle que podría protegerla y a mi hijo. Y aún así se la llevaron, junto con tu hijo y el hijo del bastardo de tu padre.¿ Sabes lo que está sufriendo kagome por su hijo? Y aún así . . . Veo que se dió tiempo para darte la bienvenida, aunque no salió cómo esperaba.





Sesshomaru sólo dió nuestra de lo que estaba sintiendo con cada palabra dicha por el hombre que detestaba, apretando los puños y el cambio herratico en su respiración.




— Cuando se los llevaron?

Naraku analizó si decirle o no.

— Hace una semana. Me imagino que irás por ella . . . Y. . .¿ los niños?

Sesshomaru sin mirarlo respondió cuando ya alcanzaba la puerta.

— Los niños también son prioridad sólo por ser sus hijos. Ellas se lo merecen.

Salió sin mirar atrás. Sólo entonces, Naraku se permitió sonreír.

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No me maten por tardar en subir actualización. La universidad me absorbe y me enferme aunque ya estoy mejor. Espero les agrade el capítulo.

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