Nada cambia.
Personajes y las imágenes utilizadas en la historia no son de mi propiedad. Todos los derechos a sus creadores.
Lenguaje y contenido fuerte y explícito.
Agradezco las portadas de yan_skiblue y de Mónica tadakatsue.
Una disculpa por la redacción.
©® Historia con derecho de autor.
No se permite, copiar, adaptar ni tomar prestada.
<<>>, " ": Son pensamientos del personaje.
🚫 Algo de Lemon.
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“Las oportunidades se acaban . . . Y las ganas también.”
Los días pasaron, Naraku furioso por enterarse que Midoriko y Demetrius se casaron y que su hijo llevaba el apellido Thalassinos provocó una recaída, lo tuvieron que cedar para calmarlo si no, su corazón colapsaría. Kagome descidio hablar con Midoriko, ésto tenía que terminar. Kagome se la pasaba de la casa de su padre a la casa de modas Sango había renunciado a la empresa y no le hablaba, todos la estaban abandonando y no los culpaba, pero extrañaba tanto a su amiga. Sesshomaru estaba cumpliendo con su trabajo los contratos no se podían cancelar. Jack estaba al pendiente de él, le prometió a kagome mantenerla al tanto de Sesshomaru. Ella tuvo una crisis después de que lo dejara en la casa. Ya no vivía ahí, según Jack tampoco acepto el departamento por lo pronto se la pasaba en hoteles, parecía una sombra viviente palabras de Jack, frío, adusto alejado de todo simplemente hacía lo que le decían. No lo decía pero estaba preocupado.
— Cómo te encuentras kagome?
Pregunto una Ayame preocupada, últimamente kagome lucía pálida y con ojeras, estaba adelgazando.
— Estresada, lo de mi padre me tiene preocupada y estresada.
— Deja de venir a trabajar, Kikio se las arregla muy bien.
— Si no me ocupo en otra cosa me volveré loca.
— Entiendo, pero no exageres más bien es como si . . . Estuvieras escapando.
— Quizás es lo que quiero . . . Estoy tan cansada.
— Si puedo ayudarte, sabes que cuentas conmigo. Que te parece una noche de chicas, Cassandra regresa mañana, necesitas distraerte.
— Déjame ver cómo siguen las cosas y arreglamos la hora.
— Te quedas a dormir, lleva un cambio.
Kagome sonrió cansada, sería bueno alejarse aunque fuera una noche de casa.
— Voy a salir, no regresaré hasta mañana, avísale por favor a Kikio para que se encargue.
— Ok.
Kagome salió rumbo a la casa de Midoriko, Hanso la acompañaba a todos lados por supuesto sin que su padre lo supiera.
— La señorita se encuentra bien?
— No Hanso, la verdad ya no estoy bien.
— Su padre . . .
— Últimamente siempre es él. Pero es mi padre, no puedo abandonarlo.
— Es cierto, es su padre pero . . . No la merece.
— Hanso, sabes que pasó entre mi padre y . . . Mi madre?
— Sí . . . Pero no me corresponde, si quiere trate de averiguar con su padre.
— Algo me dijo, de que me parezco a ella . . .por desgracia. No sé que quiso decir pero . . . Lo voy a averiguar.
— Llegamos señorita.
— Espérame dentro, creo que tardaré.
Midoriko ya la esperaba en la sala.
— Kagome, cómo estás? Cómo sigue tu padre?
— No muy bien, dadas las circunstancias.
Midoriko Suspiró, esperaba poder dialogar con kagome y zanjar en lo posible la situación entre ellos.
— Siéntate por favor,¿ gustas un té?
— Un café sería genial, gracias.
Midoriko pidió a la señora Kent los cafés y se sentó, miró a kagome con detenimiento. Estaba demacrada, ojeras cruzaban sus bonitos ojos además de estar más delgada, se imaginaba lo que tendría que estar lidiando está muchacha con Naraku.
— Se que no puedo pedirte que vayas a ver a mi padre . . . Y lleves al niño.
Midoriko negó con la cabeza.
— Seamos realistas, kagome, yo soy la última persona a la que quedría ver tu padre. Además, se pondría muy nervioso e irasible. No me lo tomes a mal pero, no quiero someter a mi bebé a esa situación dónde tú padre se la pasará insultando y amenazando.
— Te entiendo . . . Mi padre no cederá, quiere al niño muy lejos de tí.
— Lo sé, pero es mi hijo y ya tiene un registro, un apellido . . . Y un padre. Él jamás permitiría que yo lo criara, en cambio nosotros estamos dispuestos a qué conviva con él lo visite y, llegado el momento tratar de explicarle la situación de por qué tiene dos padres . . . Pero Naraku no quiere llegar a un acuerdo, creeme kagome, es muy difícil para mí hasta permitirle que lo visite. Según el abogado él tiene derecho pero yo descido cuando y donde lo puede ver . . . Inclusive le puedo negar el verlo pues no reclamo manutención, además de que él sólo posee la prueba de ADN, no hay testigos de que me acompañara a las visitas médicas, ni siquiera de que nos vieran juntos.
— Demetrius . . . Él siempre estuvo contigo en todo eso . . .
— Sí, y el testimonio de la doctora que me atendió antes y después del parto es crucial. Ella siempre vió a Demetrius conmigo, ¿ahora lo entiendes?
— Tú tienes la última palabra, si mi padre quiere pelear . . . Le negáran las visitas y el derecho a verlo. . . No, no lo aceptará y temo . . . que pueda llegar a hacer una locura.
— Cómo llevarse al niño por la fuerza . . . Lo sé y es lo que temo, por eso quiero llegar a un acuerdo. ¿Creés poder hacerlo entender?
Kagome derrotada, negó con la cabeza.
— Entonces tengo que hacer saber mi descición al abogado. Tu padre no tendrá ningún derecho sobre él.
— Por favor . . . Déjame hablar con tu abogado y el de mi padre, quizás por su condición . . . Yo pueda tomar el derecho de aceptar el acuerdo que propones, se que no me lo perdonará jamás pero . . . Tampoco quiero que se encierre más en el odio y pierda la oportunidad de ser un buen padre y de que el niño lo quiera. En un futuro eso, puede ayudarlo a ser una mejor persona.
El dolor implícito en las palabras de kagome hablaba de la falta que le hizo su padre y la razón por la cual se encontraba tratando de que se redimiera con este niño al cual poder mostrarle lo buen padre que podría ser en cuanto dejara atrás los rencores y resentimientos, pues no sólo perdería a un hijo . . . Si no, dos.
— El abogado te hablará para ponerse de acuerdo en el día y la hora de la reunión. Espero de verdad que lo logres, de mi parte, tienes las puertas abiertas para visitarlo cuando quieras es y siempre será tu hermano. . . . Kagome, no soy quizás la indicada para decirte que estás perdiendo la oportunidad de ser feliz. No, no me digas nada yo lo entiendo y sé el conflicto que significa, él es tu padre y Sesshomaru . . . En fin, cuentas conmigo para lo que necesites . . . Tu padre te está haciendo mucho daño, te está dejando sóla . . . Sopesa la situación y pregúntate si vale la pena tu sacrificio, Naraku tal vez jamás cambie . . . Por mucho que lo ames jamás ha sido un padre para tí.
Kagome rompió en llanto, tenía los sentimientos a flor de piel los problemas con su padre la superaban, el estrés y el cansancio por fin la vencieron. Midoriko se acerco para abrazarla y tratar de consolarla, la dejo desahogarse sin decir una palabra. Hasta que sintió que todo su peso se cargaba en ella, se había desvanecido.
Midoriko grito pidiendo ayuda, Raizo y Demetrius llegaron corriendo a la sala, rápidamente Raizo la retiró de los brazos de su madre mientras ella pedía que la llevarán a su habitación, llamaron a un doctor pues no reaccionaba. Midoriko estaba asustada, ¿desde cuándo está niña no descansaba? Tendría que estar al pendiente si no, Sesshomaru se enojaría muchísimo y sería capaz de hacer una barbaridad.
Un médico llamado por Demetrius arribo a la casa.
— Me dejan por favor con la señorita?.
Pidió el médico, sólo Midoriko se quedó a esperar que la auscultaran.
— La señorita necesita descanso y buena alimentación a estado sujeta a mucho estrés. Necesito que traigan estás ampolletas para que le ayuden a tranquilizarse además de unos exámenes, por favor asegúrese de mandarlos mañana a primera hora, le enviaré a una persona para tomar las muestras.
Midoriko salió un momento pidiéndole a Raizo que trajese las ampolletas para que se las aplicaran.
— Dígame doctor por qué no reacciona.
— Es por el cansancio físico y mental, debe haber estado sujeta a una gran presión, los exámenes son para descartar que tenga algún tipo de anemia.
— Entonces hay que dejarla descansar hasta mañana?
— Sí, mañana después de los exámenes debe vigilar que se alimente bien.
Midoriko ya estaba sospechando, y estaba cási segura que el médico también, hacia ya un mes y medio que Sesshomaru se había ido, no le dijo ni media palabra pero supo que kagome lo había visto y hablado con él. Ésto se estaba poniendo cada vez más complicado para la muchacha.
No quería ni imaginar que pasaría con Naraku.
Demetrius y Raizo la esperaban afuera de la habitación.
— Y bien, que dijo el médico.
— Está muy cansada debemos dejarla dormir, por lo pronto me iré a otra habitación, puedes arreglar que pongan las cunas en otra recamara? Mañana hablaré con ella. Raizo entrega las ampolletas al médico, Demetrius, por favor puedes pagarle?
— No te preocupes, ¿a dónde vas?
— A hablar con Hanso, está esperando en la cocina le diré que se quedará aquí para que regrese mañana. Demetrius . . .está niña me preocupa mucho, está cargando con una responsabilidad que la aplastará si no hacemos algo.
Demetrius abrazo a Midoriko intentando calmarla.
— Tranquilízate, recuerda que esto puede repercutir en la leche para los bebés, veremos cómo ayudarla además , está este muchacho Sesshomaru,¿ Por qué no le avisas?
— No, creo que su relación termino por cuestiones de su padre.
— Naraku ni enfermo deja de causar problemas. Está bien, se hará cómo tú digas.
— Mañana ya veremos qué dice ella. Después, que sea lo que Dios quiera.
*******†********†
Irasue estaba bastante tranquila, casi no salía de su casa desde que regresó el profeta. Se había tardado un mes y una semana en regresar y se veía muy contento, las demás esposas no dijeron ni media palabra sólo Canace estaba furiosa, que cometió el error de reclamarle por su tardanza. El profeta molesto la golpeó propinandole dos sonoras cachetadas y la mando a encerrar para hacer penitencia por su desacato ante su profeta y esposo.
Canace rumiaba su coraje a pan y agua albergando en su enfermo corazón el odió más puro contra quien creía los causantes de que su señor no la quisiera y que poco a poco la alejaran más de él. Tendría tiempo para planear la manera de vengarse, nadie le quitaría a su esposo ni lo apartaría de ella . . . Jamás.
— Irasue, ya sabes que está en la habitación del castigo la loca ésa?
— De quien hablas
— De Canace, el profeta la golpeó y luego la mando castigar por varias semanas, espero que no termine más trastornada.
— No me importa lo que le pase, lo bueno es que podremos vigilarla mejor, pon a una de las mujeres de confianzas para que la alimente, y hable con ella,puede que nos diga qué pasa por su mente. De ninguna manera confío en ella, cada vez está más obsesionada.
— Dirás más loca, mira habiese visto que una esposa se atreva a reclamar, si estuviéramos en los tiempos de William ya estuviera muerta o exiliada.
— Ya te he dicho que no hables de éso, te puede costar más que un castigo si Toga se entera.
La mujer asíntio temerosa.
Irasue pensaba la forma de poder salir más para verse con Démian y planear la posibilidad salir de ahí en cuanto se asegurara que nadie corría pelígro, Toga estaba feliz y por lo tanto tranquilo, por eso debía mantener a Canace bien vigilada, esa mujer podría romper con la calma lograda por la muchachita y el niño.
Pensativa se tocaba los labios, aún sentía las cosquillas y el aliento de los besos compartidos con Démian, jamás pensó que algún día deseara abandonar esa vida que le causó tanto sufrimiento y dolor, haría todo lo que estuviera en sus manos para que Sesshomaru y el hijo de Midoriko estuvieran a salvo del mounstro que sabía, era su padre, quizás en el proceso, al fin encontrara quien la hiciera feliz al final de su vida.
Toga se encontraba firmando algunos documentos y despachando pedidos de clientes, se estaba retirando del negocio de las "exportaciones" y los encargos "especiales" Desde la captura y muerte de Ahago, no quería ningún vínculo con los clientes de su socio que sabía estaban investigando.
Se recargo en el respaldo de su sillón de cuero prendiendo un puro, lanzando bocanadas de humo pensó en el reporte que le llegó sobre Midoriko. Ella se había casado, y vivía en las afueras de Londres no se supo de ningún embarazo, salió del hospital después de retirarle las drogas y recuperarse. Ésto lo hizo perder la cordura por un segundo luego, se desánimo pues esperaba también haberla embarazado, hubiera sido muy feliz de que ella hubiera tenido un hijo vivo de ambos. Quizás si se diera el caso, la visitaría o se la llevaría dónde no los encontraran y con el tiempo, tal vez hacer una vida juntos . . . Sonrió con nostalgia, sabía que era un sueño pero, cómo le hubiera gustado que fuese realidad. Aplastó el puro en el cenicero y casi inmediatamente su mujercita entraba por la puerta lanzándose a sus brazos.
Toga la tomó por la cintura y la sentó en su regazo.
— Dime, que te tiene tan contenta.
— Es cierto que me llevará a la ciudad la próxima Semana?
— Sí, no quiero que te quedes sóla ni el niño tampoco, viajaras conmigo cada que tenga que salir.
Flor feliz lo lleno de besos en la cara, para finalmente besar con amor sus labios pidiendo cariño. Toga la acomodo a orcajadas y disfrutó de sus besos acariciándola por encima de la ropa, ella se mecía sobre su cadera despertando la livido de Toga qué, sin más preámbulo le hizo a un lado su ropa interior bajando el cierre de su pantalón para undirse en esa carne joven que lo volvía loco.
— Por favor . . . No sé detenga.
La jovencita se mecía de adelante hacía atrás facilitando que su miembro entrara y saliera con fuerza, estaba más que enamorada y deseosa, cada que podía lo buscaba para que le hiciera el amor y la tomara dónde fuera, se estaba convirtiendo en la mejor amante pues no sólo dejaba que la tomara si no que participaba con frenesí de sus encuentros, Toga la había enseñado muy bien, ahora ella era quien tomaba la iniciativa participando en las sesiones de sexo más variadas, era insaciable. Toga estaba más que feliz siguiéndole el ritmo.
— Por dios chiquilla, un día me vas a matar.
Toga sonreía mientras se derramaba dentro de ella y la escuchaba gemir de satisfacción apretandole el miembro en su interior con los espasmos del éxtasis, ella se dejaba ir, su señor era el mejor amante.
Con la respiración ya más en calma lo beso mordiendo con cariño sus labios se movió dejando que su miembro saliera de su interior, y bajó de él tomándole de la mano, le cerró el pantalón y con mirada pícara lo envolvió en un abrazo.
— Lleveme a nuestro cuarto y siga haciéndome el amor.
Toga con una sonrisa la levanto en sus brazos, los pendientes tendrían que esperar, su pequeña no se cansaba y él . . . él estaba más que dispuesto a complacerla, quería más hijos y había descidido que ella los tendría, por lo pronto se divertiría un poco más, antes de preñarla de nuevo.
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CONTINUARÁ . . .
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