Personajes y las imágenes utilizadas en la historia no son de mi propiedad. Todos los derechos a sus creadores.

Lenguaje y contenido fuerte y explícito.

Agradezco las portadas de yan_skiblue y de Mónica tadakatsue.
Una disculpa por la redacción.

©® Historia con derecho de autor.
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<<>>, " ": Son pensamientos del personaje.

🚫 Aviso de Lemon.

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" La vida tiene una forma retorcida de cumplir los sueños."

Démian se presentó como loco preguntando por el paradero de Irasue. Toga estaba colérico, mando a muchos de sus adeptos para encontrarla a como diera lugar. Démian se enteró por qué el mismo Toga se presentó en sus oficinas para que lo apoyara en busca de la perra de su esposa. Démian tuvo que recurrir a todo su control para no partirle la cara. Ahora se daba cuenta la clase de desgraciado que era. No prometió nada pero si dijo que lo apoyaría, después de eso salió disparado a Londres para ver si de casualidad estaba en el departamento que le alquiló. Grande fue su sorpresa cuando le informaron que ella hacia meses que no hiba.

- Por favor Demetrius, tienes que decirme qué pasó, por qué no se ha comunicado conmigo. Dónde está?

Demetrius lo miraba sin decir una palabra. Al fin al ver su rostro lleno de preocupación y desespero, preguntó.

- Cómo te enteraste?

- Su marido, Toga, el patriarca de la comunidad, llegó a verme para pedirme que si sabía algo de ella se lo comunicara.

- Y qué le dijiste?

- Nada!! De hecho poco me faltó para agarrarlo a golpes por su prepotencia, se atrevió a insultarla el muy hijo de perra . . .

Demetrius reprimió una sonrisa ante el estado caótico de su amigo. Pero debía mantener la mente fría pues si ese hombre daba con el paradero de la madre de Sesshomaru, ella estaría en peligro. Y cabía la posibilidad de que lo estuvieran siguiendo.

- Mira, estos es . . . Delicado, déjame llamar a mi esposa y a su hijo.

Démian no sabía ni que pensar. Pero de algo estaba seguro, ellos sabían dónde estaba. Paseando nervioso por la estancia espero a que regresara su amigo.

- Deja de dar vueltas, vas a hacer un hoyo en la alfombra.

La voz de Midoriko lo sobresaltó. Y se quedó mirándola. Estaba embarazada . . . tenía ya una muy visible barriga de embarazo.

- Perdón por molestar. Disculpa amigo, en horabuena por el embarazo de tu esposa. Midoriko, felicidades. . . Por favor, dime qué sabes del paradero de Irasue.

Midoriko le sonrío y se sentó en uno de los sillones sin dejar de mirarlo detenidamente.

- Dime, Démian . . . qué tanto te importa Irasue?.

Démian no comprendió la pregunta.

- Perdona?

- No te has puesto a pensar que si desapareció y no te aviso, es por que pensó que estaban en peligro?

Démian recordó que tenía varias llamadas perdidas semanas después de la última vez que la vió, su teléfono se le había quedado en casa al haber salido con prisa a lo de un problema en Oriente. Acaso le habría avisado? El la estuvo llamando, pero estaba fuera de servicio.

- Me llamó semanas después de la última vez que venimos aquí . . . Pero me encontraba muy ocupado con un problema que surgió. . .

Se detuvo en la última frase al ver que el rostro de Midoriko estaba impasible y en calma.

- Sabes dónde está, verdad? Dime si está bien y si puedo verla!!

Midoriko no respondió y sólo hizo una seña al joven y serio muchacho que según sabía era su hijo. Raizo salió sin decir nada, y eso aumento su desesperación.

- Me pueden decir que rayos está pasando!!

Gritó ya desesperado por no recibir respuesta.

- Toma asiento y cálmate. Estás seguro de que nadie te sigue?

- Estoy seguro. Pero . . .

- Si no te calmas te echare de mi casa y no sabrás nada. ¿ Está claro?

La voz autoritaria de Midoriko se impuso, Démian miraba en dirección de Demetrius y este asíntio. No le quedó más remedio que sentarse para obtener la información que deseaba.

- En cuánto mi hijo regrese te diré lo que crea conveniente para que te quedes tranquilo. Lo que si te puedo decir es que está a salvo y está bien.

Un suspiro hondo salió de los labios de Démian, temía que por algún motivo Irasue hubiera sido dañada por Toga. Midoriko pidió café y bocadillos mientras llegaba la hora de la cena, Demetrius hablaba con él tranquilizandolo mientras Raizo aparecía por la puerta, con una gabardina de piel sobre una camisa salpicada de sangre, dos catanas en la espalda y unas pistolas en los costados semi ocultas por la misma. Démian estaba estupefacto mirando a ese muchacho que no tendría más de 18 años con unos lentes especiales y oscuros, apesar de ser de noche en esas condiciones, como si . . . Cómo si acabara de matar a alguien, pero sin un rasguño. Después de mirarlo desvío su mirada hacia Demetrius quien meneaba la cabeza con una extraña sonrisa. Midoriko lo ignoro por completo y se dirigió al muchacho con una toalla húmeda .

- Madre?

- No hay tiempo, no te preocupes la señora Kent no vendrá por lo pronto, déjame limpiarte un poco. Te hirieron?

El muchacho dudó un momento, Midoriko negó con la cabeza, limpiando su rostro y luego sus manos. Con cada pasada dejaba la blanca toalla de un color cada vez más rojo.

- Traeré a Naguna. Dime, cuántos eran?

- Siete.

- Profesionales?

- Sólo tres.

- Dijeron algo?

- Lo tienen vigilado aún no han dado el informe pero hay más en la casa y el hotel donde se queda.

- Muy bien. Ya sabes que hacer, es grave?

- Entró y salió, nada de importancia.

- Cualquier cosa que te pase es importante para mí, ve por el pasillo Naguna irá en un momento a tu habitación. Te espero en la cena.

Lo beso en la mejilla, Raizo asíntio y salió de ahí.

- Qué ?. . . Quien rayos es ese muchacho? Cómo es? . . . Es tú hijo?

Varias preguntas salieron sin control ante lo que vió.

- Es mi hijo, de mi primer matrimonio. Ahora, toma asiento.

Demetrius palmeo la espalda del azorado y pálido hombre instándolo a tomar asiento. Posteriormente se instaló cerca de su esposa quien lo tomó inmediatamente de la mano, con una sonrisa.

- Irasue está escondida. No, por lo pronto no es conveniente que sepas dónde pero, si ella quiere me dirá cuándo se comunicará contigo. Cómo verás tu equipo de seguridad es un asco, te recomiendo hablar con mi futuro yerno kohaku kotaro, tiene una agencia de seguridad que ahora están siendo entrenados por uno de los guardaespaldas de mi hijo.
Lo más importante . . . Te estaba siguiendo gente del patriarca, siete para ser exactos, aquí te siguieron pero no te preocupes mi hijo ya se encargó.

Demetrius no salía de su asombro ante la manera en como relataba todo , dejando implícito que su hijo había matado siete hombres en . . . Qué? Dos horas? Quién era realmente ese jovencito?. Quería preguntar pero se enfoco en saber de Irasue.

- Entonces sí sabes dónde está.

- Digamos que . . . nadie lo sabe pero, yo sé cómo localizarla. Tienes suerte de que ese hombre no se entere aún de que tienes algo que ver con una de sus esposas.

- Ok, déjame entender . . . Me siguen, siete de ellos murieron pero, hay más, y en cuanto regrese al departamento otros tantos estarán ahí y le dirán a Toga que los conozco? Por eso viaje hasta aquí? Éso cómo me perjudica? A ustedes es obvio que sí.

- Entre menos sepas, ella estará más a salvo. Confiás en ella?

- Por supuesto. Pero . . .

- Sin peros, quédate a cenar y a dormir mientras ideamos un plan para evitar que te sigan. Debes enviarle un mensaje convincente al patriarca.

Demetrius intervino para evitar que siguiera preguntando.

- Vamos amigo confía en mí. Ella está bien y eso es lo que debe importarte.

Démian se pasó las manos por la cabeza aún confundido, quienes eran ellos? Dónde estaba Irasue? Cuál fué el motivo de huir? Y lo más importante . . . Por qué no pidió su ayuda? Ésta y muchas preguntas rondaban por su cabeza pero le había quedado claro que no le dirían nada más.

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Cataleya experimentaba un tumulto de sensaciones que le estaban quemando. Su mano seguía firmemente aferrada a la de Sesshomaru quién sin mirarla subía el ascensor junto a ella. Se veía tranquilo, durante todos estos meses ella aprendió a leer entre líneas los gestos y los silencios de éste bello hombre, callado y adusto. Pero lleno de sensibilidad y cariño, no se explicaba cómo nadie había mirado más haya de su apariencia y su virilidad que atraía cómo moscas a la mayoría del género femenino . . . Él era mucho más, estaba dispuesta a todo por conseguir que se fijara ella. Ahora espectante, quería ver hasta donde podría llevarla en cuanto llegarán al penhouse.

Soltó su mano para abrir y en cuanto entraron volvió a tomarla de la mano conduciendola a la sala. Ella entrehabrio los labios al verle despojarse de los lentes y admiro el hermoso color oro fundido de sus ojos se acerco para acariciarle la mejilla, Sesshomaru cerró los ojos dejándose llevar por la caricia de sus manos, ella fascinada por la sumisión de sus actos se arriesgo a sacarle la gabardina y desanudar la corbata. Siguió quieto permitiendo que lo desvistiera, uno por uno los botones de la camisa fueron abierto al dejara al descubierto su piel dura, suave pero firme se le hizo agua la boca, este hombre era un dios griego, cincelado como la roca más dura pero que con calor podría derretirse y permitir que lo moldearan, no con fuerza, sino con cariño y amor del que se conforma el calor más fuerte y abrazador.

Lo tomó de los brazos poniéndose de puntas obligándolo con delicadeza a bajar la cabeza, primero su aliento y luego su tibia lengua acariciaron los labios de Sesshomaru, quien los entrehabrio permitiéndole recorrer cada parte de su boca, mientras él descidio devolver el beso. Ella gimió sin pudor al sentirlo responder enredando su lengua con la de él en un movimiento muy sensual. Todo el cuerpo de Cataleya respondía y se cimbraba ante su tacto. Deslizó con suavidad sus manos del pecho hasta el cuello acariciándolo causando un leve temblor en él. La exitacion se notaba yá contra su vientre haciendo jadear a Cataleya, sin dejar de acariciarlo pegandose más a él. Al fin el reaccionaba a sus besos, era glorioso sentir sus labios y la manera en que la besaba haciendo temblar sus piernas. Cómo si lo percibiera las manos que se pozaban en sus caderas bajaron un poco más para hizarla y hacer que ella pusiera sus piernas en la cadera. Dejándose caer en el sofá, sólo separaban sus labios para respirar y volver a buscar sus labios. Cataleya se bajó el vestido hasta la cintura, no usaba sostén, Sesshomaru masajeo en círculos ambos pechos deslizó sus labios por el cuello hasta llegar a uno de sus pezones el cual tomó lamiendo con cuidado y luego envolviendolo para succionar al final, Cataleya se arqueó gimiendo la otra mano de Sesshomaru bajó ha las piernas llegando hasta su pequeña tanga la apartó introduciendole dos dedos dándole masaje con el pulgar al pequeño botón hinchado, succionó uno de sus pechos con fuerza al tiempo que la acariciaba sacando y metiendo sus dedos. El grito de Cataleya inundó la estancia, al tiempo que el éxtasis llenaba su cuerpo de adrenalina que recorrió cada parte de su cuerpo culminando en un nudo que palpitaba de placer estallando en su vientre. En medió del estallido, busco su boca para deleitarse más en su grandioso orgasmo meneandose sobre la dureza de Sesshomaru, se aferró a sus hombros pidiéndole entre besos sobre su boca.

- Hasme tuya!

De pronto . . . Sesshomaru dejo de besarla con la respiración agitada, mirándola directo a los ojos.

- No puedo!! . . . No eres . . . Yo, lo que te daría sería solo Placer. Tú mereces algo más . . . Yo . . . Lo siento.

La bajo con cuidado de sus piernas, dejándola sobre el sofá, Cataleya dejo de aferrarse a él, agitada y dolida lo soltó. Sesshomaru tomando sus cosas del suelo salió de la habitación . Dentro de escuchó un sollozo, Cataleya se desplomó en el sillón, cubriéndose el rostro con las manos. La deseaba, pero Sesshomaru hacia mucho tiempo que no permitía dejárse llevar por el simple placer de la carne. Varios años antes de conocer a kagome que no volvió a tocar el cuerpo de una mujer, simplemente por qué estaba asqueado de sólo vaciar el cuerpo por un deseo banal. Con kagome vibró en él, no sólo el deseo más intenso, era el amor y la necesidad de fundirse con alguien más, no sólo en cuerpo sino en alma. No volvería a caer en la simple satisfacción de la carne que en lugar de hacerlo sentir lleno . . . Lo dejaba vacío y hueco.

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Demetrius regreso después de una semana en medio Oriente. Démian lo llamo para que firmaran finalmente el contrato con las compañías petroleras. Démian pudo hablar al fin con Irasue quién le aseguro que estaba bien y que pronto le daría una sorpresa, eso lo calmó lo suficiente para terminar sus negocios.

Demetrius, Entró ansioso por ver a su mujer y a su familia, dejó las maletas en el recibidor y se dirigió al salón donde solían reunirse. Abrió la puerta,Con un nudo en la garganta, la contempló sentada frente a la chimenea, con el vientre abultado por sus hijos mientras cargaba a otro de los niños bastante grandecitos que la miraba con sus ojitos grises, Raizo a sus pies con el hermano de kagome recibiendo también el amor y los mismos de su madre. Incluso después de un año de matrimonio y le parecía, de toda una vida de amistad, dos embarazos, y a punto de ser suegra ella tenía el poder de encenderle la sangre y de conseguir que el corazón le rebosara de amor. Tenía una familia, tan hermosa y feliz que haveces le daba miedo estar viviendo en un sueño y temía despertar.

Estaba frío por las últimas nevadas, la chimenea no era suficiente para calentar el pequeño cuarto con una ventana pegada al techo con barrotes de hierro. Su mente ya trabajaba en su plan, se había arrancado cási las uñas escarbando durante el tiempo que durara ahí. Ya estaba terminado por eso también se sentía más frío por las noches. Ese día se daría un festín, además de pedir más leña y un platillo especial gracias a la joven qué llevaba sus alimentos.

« Todo está listo, hoy en la noche tendré mi venganza, dios me ha dicho que es la hora. Él no se encuentra y ya es tiempo de que sepa que nunca podrá ser de nadie más que mío»

Una risa psicópata en un rostro lleno de venganza y locura con un plan que traería consecuencias nefastas.

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CONTINUARÁ . . .