La cena.


Los Personajes y las imágenes utilizadas en la historia no son de mi propiedad. Todos los derechos a sus creadores.

Lenguaje y contenido fuerte y explícito.

Agradezco las portadas de yans_kiblue y de Mónica tadakatsu.
Una disculpa por la redacción.

©® Historia con derecho de autor.
No se permite, copiar, adaptar ni tomar prestada.

<<>>, " ": Son pensamientos del personaje.

Lemon explícito.

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" Hay angeles que nos regresan al infierno."

















Sango había hablado con kagome, Estaba con Sesshomaru y se la pasaría con él todo el fin de semana. Ella seguía con algunas dudas pero, Bankotsu le había demostrado que podía confiar en él, así que lo llevaría a conocer a sus padres confiaba ciegamente en el juicio de su madre, ella la ayudaría a despejar todas sus dudas, estaba cansada pues el haber descargado su alma, su cuerpo como que había perdido toda la tensión acumulada en años. Escucho el teléfono y la contestadora, probablemente era su madre, le llamaría en cuanto terminara su baño, era tan relajante que dormito en la bañera, unos toques en la puerta la despertaron. Salió fresca y relajada con un albornoz de color rosa y se fijó por la mirilla para ver quien era. Un hombre de traje negro volteaba para todos lados como si no quisiera que lo reconocieran, con lentes negros ella no supo quién era así que no habrio. Siguieron llamando a la puerta, Sango con el corazón acelerado se quedó recargada en la entrada. Se escuchó como se alejaban y entonces reparó en un sobre que fue deslizado por debajo. Lo levantó y volvió a sonar la puerta, se fijó de nueva cuenta, era Bankotsu le habrio y este estaba con un ramo de orquídeas, Sango sonrió pensando que le había traído flores pero Bankotsu se acerco la besó y cerró la puerta.

- Estaban en la entrada cuando llegue, pero no traen ninguna tarjeta.

Bankotsu se las entrego para ver la reacción de Sango.

- No tengo idea, pensé que eran tuyas, ponlas por ahí .

- No, no me gustan esas flores en todo caso te traeré una rosa o unas violetas. Ven acá te extrañé.

Sango sonrió y fue hacia él, era extraño, primero el hombre que le dejó el sobre y ahora esas flores, un escalofrío le recorrió la espalda algo no estaba bien en todo aquello, se volvería a casa de sus padres o en todo caso le pediría a Bankotsu que se quedará con ella, había dos habitaciones además, él seguro dormiría con ella. Un leve rubor inundó sus mejillas.

- Como estás, ya te sientes más tranquila?

- Estoy mejor gracias, ¿no tenías trabajo pendiente?

Bankotsu la tomo de la cintura y se sentó con ella en las piernas.

- Tengo trabajo, dentro de tres días viajo a Nueva Orleans habrá un festival y me tocó ir junto con otros 5 compañeros.

Sango hizo un puchero.

— Tan pronto? Es que . . . quiero que vayamos a cenar con mis padres, dime ¿quieres?

Bankotsu le vió el rostro arrevolado se veía preciosa, como una niña que está pidiendo salir a jugar, sonrió.

- Crees que es conveniente?

Sango se quedó pensativa un segundo, luego sonrió.

- Ok, ¿tengo que ir formal?

- No mucho, casual está bien. Igual te verás muy guapo.

Se inclinó y lo besó, Bankotsu le devolvió el beso, luego le daba pequeños mordiscos y por último succionó su labio inferior, Sango gimió por la caricia que le produjo un cosquilleo en la piel de su cuello, Bankotsu paso de darle pequeños besos en la comisura para luego lamer el lóbulo de la oreja Sango sentía que se derretía, bájo su trasero comenzó a sentir como el miembro de Bankotsu se endurecía, otro gemido se dejó oír, sus manos ya viajaban a los hombros bajando poco a poco el albornoz, sintiendo la piel tersa sus labios se deslizaron por su blanco y delicado cuello, Sango seguía gimiendo abandonada a las suves caricias de las manos y la boca de Bankotsu. Sus besos la transportaban a un lugar sin miedos sólo ellos dos, dejó su cuello al ver sus senos descubiertos eran divinos, dos eniestos pezones coronaban sus redondos y géneros senos, se lamió los labios al imaginar el sabor de esas delicias, se inclinó y tomó uno con la boca su lengua se deslizó por el pezón y succionó con suavidad, Sango lanzó un pequeño grito ante la sensación de su boca despertando sus instintos y el deseo de estar desnudos sintiendo su potente erección en la parte íntima, estaba húmeda y lista para él, se complementaban tan bien. Bankotsu volvió a sus labios y después de un largo beso, la levantó en brazos para llevarla a la cama ya habían pasado dos semanas de la última vez en que la tuvo entre sus brazos, ahora la probaría de nuevo. Se estaba convirtiendo en una adicción.
De entre las manos de Sango calló aquel sobre quedando entre los cojines.

***†***

Midoriko vestida de forma elegante saco una capa abrigadora y ponía color a sus carnosos labios, por el espejo pudo ver a Raizo con el pedestal del suero conectado a su brazo entrar a su habitación.

- Deberías estar sentado o mejor, recostado todavía estás convaleciendo , dime cómo te has sentido?

Midoriko se acerco y con amor acarició su mejilla.

- A dónde vas madre.

Midoriko le dió un beso en la mejilla tomo su mano y se la llevó a su rostro para besarla.

- Tengo que salir, arreglaré algunos asuntos con el señor Vanderbilt.

Raizo apretó la mandíbula su rostro denotaba molestia.

- Por eso te arreglas tanto? Madre dijiste que no lo verías sin mí, si me esperas puedo acompañarte.

Midoriko sonrió y lo sentó en la cama junto a ella.

- Raizo, hijo, aún no estás bien no puedes dejar el tratamiento y solo serán unas horas tengo los guardaespaldas que trajiste y el celular para que monitorees donde estoy y si necesito ayuda.

Raizo tomó sus manos y las beso. Pero seguía molesto.

- Hijo ustedes son mi prioridad ahora quiero que te pongas bien lo más rápido posible, no debes estar de pie mucho tiempo aún, te lo dijo el médico, por favor dame gusto y sigue las recomendaciones para que sea más rápido. Sabes que me se cuidar muy bien y se que estarás al pendiente, ¿te parece? Volveré para cantarte.

Lo beso de nuevo y sonriendo salió, era importante, pues quería ver qué había averiguado Naraku de Sesshomaru y poder rebatir lo que fuera inclusive desaparecerlo. Volvería pronto pues su hijo la necesitaba.

Apresuró al chófer, hacia mucho que no tenía una cita y para ser sincera le agradaba Vanderbilt, además era un hombre guapo,  lo dejaría acercarse con cautela necesitaba tenerlo cerca para vigilarlo sin sospechas, aún tenía que arreglar el asunto de Toga y no quería más distracciones.

***†***

La noche caía , Bankotsu se levantó a tomar un vaso de agua, cansado pero feliz, Sango era una diosa todo mejoraba entre ellos y se entregó a él como nunca, la quería tanto, no la perdería lucharia por tenerla a su lado. Tomó asiento en la sala quería despejarse un poco le daba algo de temor conocer a la familia de Sango, pero haría todo lo posible por caerles bien, movió uno de los cojines y cayó un sobre, lo recogió, no tenía remitente algo le hizo abrirlo y leer, su semblante se puso pálido y su rostro cambio, apretó los dientes y arrugó el papel. « Maldito desgraciado cómo se atreve »

Su mente empezó a pensar que hacer para mantener a Salvo a Sango, hablaría con Midoriko y Sesshomaru, luego si era necesario con los padres de Sango, por lo pronto escondería ese papel. Se acerco a las flores y las arrojó a la basura, ahora más que nunca tenía que protegerla.

***†***

Midoriko se encontraba entrando al restaurante no había aceptado que la recogiera en casa. Naraku estaba ordenando el vino, la vió entrar tan hermosa cómo siempre un vestido verde limón resaltaba sus preciosos ojos y su largo cabello negro suelto hasta la media espalda le daba un aire de sensualidad. Una sonrisa curvo sus labios rojos, Naraku se puso de pie para retirarle la silla.

- Celebro que aceptarás mi oferta.

Tomó su mano para besarla. Volteo tras de ella como esperando algo.

- Y . . . Tu hijo, no te acompaña hoy?

Midoriko lo miraba con serenidad.

- Mi hijo está indispuesto, pero sí traigo compañía, están afuera.

Naraku no dijo más y pidió el menú, la plática giró entorno al viaje de negocios y la visita a su hija.
Entonces llego la primera pregunta.

- Tengo entendido que dos de los modelos que trabajan para la agencia de mi hija son conocidos tuyos.

La mirada inquisitiva de Naraku no perdía detalle de la reacción de Midoriko. Dando un sorbo a su copa lo miró con calma para responder a su pregunta.

- Sí, los conozco hace por lo menos 13 años, trabajaron dónde mismo que yo, eran unos jóvenes honrados a quienes la vida como a mí, no los había tratado bien. Sin familia ni amigos, nos conocimos y cultivamos una amistad, me casé y perdimos contacto ahora los he vuelto a encontrar y continuamos nuestra amistad, exactamente ¿qué quieres saber? Son buenos hombres, honestos leales y sin vicios, trabajadores, tienen suficiente para tener inversiones en algunas empresas de las cuales soy dueña. Y, son mis amigos.

Midoriko le regreso la mirada al llevarse un bocado a la boca.

- Te pido una disculpa por mi falta de delicadeza, no quise ofenderte.

Midoriko no cambio su expresión y siguió comiendo.

- No me has ofendido, simplemente la vida de ellos no nos incumben ni a tí ni a mí, te recuerdo cuando yo pregunté por tu matrimonio y tú esposa, muy sutilmente me dijiste que no preguntara más y respeté tu descición. Tu vida es tuya y no tengo por qué entrometerme.

Touche, y cachetada con guante blanco, de nuevo. Esta mujer sabía cómo mantenerlo al margen utilizando sus mismos argumentos. Le gustaba y mucho, buscaría la manera de conseguir información de otra manera, sin molestarla, pues se daba cuenta que verdaderamente conocía al hombre al que estaba hospedando su hija. Por lo pronto la cortejaria, esa hermosa mujer seria para él, nunca había conocido alguien como ella.

***†***

Sango despertó con el sonido del teléfono, se levantó y escuchó la voz de su madre al levantar la bocina.

- Hola mamá, buenos días para tí.

- Hola preciosa, cómo estás te esperamos a cenar, pensé que te quedarías unos días con nosotros, tu padre Pregunta si vendrás hoy.

Sango adoraba a sus padres estaban al pendiente de ella, le dió algo de pena no haberle contestado ayer a su hermano.

- De hecho . . . Recuerdas que te llevaría a presentar a alguien? Cuándo sería conveniente que lo llevara.

Se escuchó un suspiro y como se movía con el teléfono, algo pasaba conocía a su madre y seguro no quería que su papá se enterará de lo que le diría.

- Hija, sería bueno que supieras que tu prima de Indiana está aquí, puedes traer al muchacho hoy en la noche si gustas, sólo te aviso que tú prima se está divorciando los niños se quedaron con tu tía en España, ella le pidió a tu padre que la recibiera mientras pasaba lo de la firma del divorcio, Paul la engaño con la secretaria. Se discreta y no comentes nada, por lo demás te espero con tu novio, dios quiera y sea mucho mejor que el otro sabes que tu hermano no lo soportaba, y si, Kohaku estará aquí, llegó anoche. Te espero mi cielo cuidate mucho besos, he?, si!!! . . . Tu padre también manda besos y te ama.

- Yo también los amo y no te preocupes, gracias mamá entonces iré a cenar. Hasta en la noche.

Colgó y se metió a bañar, estaba lavando su cabello cuando sintió unas manos que la tomaban por la cintura recorriendo su cuerpo hasta llegar a sus pechos se recargo por el mareo de placer que le despertaban las manos de Bankotsu, le pegó su creciente erección en las nalgas, chupaba y mordisqueaba su cuello, ella ya jadeaba tomándolo de la cabeza pegando más su cuerpo a él, Bankotsu alcanzó su boca y se acomodo para deslizar su miembro e introducirse en ella, al tenerlo todo dentro grito de satisfacción, era grande pero para ella era perfecto. Se balanceó en perfecta sincronía al sentir que las paredes de su vagina se apretaban en su miembro dió unas cuantas embestidas más antes de venirse dentro de ella, lo apretaba con tal delicia que pasaron varios minutos para que terminará de vaciarse totalmente. Se apartó de su boca y sin salir de ella movió su miembro dentro, Sango jadeó al sentirlo aún erecto.

- Qué no te cansas? Mis piernas parecen de gelatina.

Bankotsu sonrió sobre su hombro y la embistio con lentitud, haciéndola sentir su dureza entraba y salía en un Vaivén sincronizado, era embriagador el como la hacía sentir, deseada y muy, muy satisfecha.

- Sí, soy humano pero es que tú cuerpo me llama y lo tengo que satisfacer, tienes alguna queja de mi trabajo?.

- No, de hecho estoy más que satisfecha, mmmmm, Bankotsu, esta noche cenaremos con mis padres, ¿tienes que ponerte? o quieres ir de compras. Mmmmmm, por dios!!! Si sigues haciendo eso no saldremos y ya le dije a mi madre que iríamos . . . Dios!!!

Bankotsu la embistio con fuerza y Sango Jadeó fuerte apretandose más a él.

- Así . . . Te gusta? . . . o tal vez . . . así . . .

Volvió a embestirla con fuerza levantándole una pierna, su miembro se deslizó más profundamente en su vientre.

- ay, por dios!!!

Sango se recargo en la pared mientras aguantaba las embestidas de Bankotsu sentía como su vientre se preparaba para llegar a otro orgasmo, Bankotsu la embistio con más fuerza lo sintió tensarse y su cuerpo temblar al descargar todo su simiente en ella, Sango también temblaba y los espasmos de su vientre la llevaron al cielo, juró que estaba viendo las estrellas. Bankotsu la sostuvo para que no cayera susurrandole al oído.

- Mejor?

Sango jadeaba con la respiración entrecortada y apenas pudo asentir con voz entrecortada.

- Sí.

Con lentitud salió de ella termino de lavarse y la envolvió en una toalla secandole el cabello con suavidad, Sango se recargaba con languidez en el duro cuerpo de Bankotsu acariciando sus piernas tomo una toalla y le seco con parsimonia el pecho y la espalda, el pelo y al final sus mejillas, por última le dió un beso tierno y sin palabras lo llevo de nuevo a la habitación, aún sobraba tiempo para la cena.

***†***

Midoriko bailaba en un ala especial del restaurante donde cenaron, Naraku la guiaba con lenta sensualidad acercando su mentón a la frente de ella, Midoriko se balanceaba pegando sus curvas al cuerpo de Naraku que ya despertaba, su entrepierna dolió por estar apretado y rozando el cuerpo cálido de la mujer. Todos sus sentidos despertaron ante el olor de la piel y el perfume que desprendía el cabello de la sensual hembra. En todo su tiempo de viudez jamás ningún otro hombre aparte de su marido había despertado su deseó por sentir de nueva cuenta un cuerpo duro pegado al suyo dándole placer, y este hombre, con un sólo baile le mandaba descargas de adrenalina y deseo por todo el cuerpo, era embriagador . . . y prohibido.
La música finalizó y Naraku no podía dejar de mirar el rostro de la bella mujer con ojos oscurecidos por el deseo, la boca roja y sensual de Midoriko lo atraía como si de un imán se tratara, él, se inclinó lentamente para encontrar los labios entrehabiertos de ella, el mundo a su alrededor desapareció y para bien o para mal dos almas con un pasado lleno de dolor se encontraron . . . En un beso.






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Espero que la cronología del tiempo entre la cena de Midoriko y Naraku y la noche que pasaron Sango y Bankotsu no les cause confusión, sin más gracias a todos los lectores que han agregado mis historias a sus listas de lectura se los agradezco mucho.
Sigue la cena de Bankotsu con los padres de Sango.

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