Dolor.


Los personajes y las imágenes utilizadas en la historia no son de mi propiedad. Todos los derechos a sus creadores.

Lenguaje y contenido fuerte.

Agradezco las portadas de yan_skiblue y de Mónica tadakatsu.
Una disculpa por la redacción.

©® Historia con derecho de autor.
No se permite, copiar, adaptar ni tomar prestada.

<<>>, " ": Son pensamientos del personaje.

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" Me quieres . . .
Más de lo que me odias.?"







Kagome llegó a su casa después de haber estado en la de su padre, era el aniversario de su madre y estaba molesta, decepcionada y dolida. Cada año se hacía una misa en esa fecha, su padre acudía aunque no de buena gana, pero no faltaba, hasta hoy.
Se había acabado el servicio pero nunca llegó, kagome le dejó un montón de mensajes y llamadas jamás había visto a su padre comportarse de esa manera, los padres de Sango como siempre la habían acompañado.

Llegando a su casa, abrió la puerta y entro, estaba haciendo mucho frío, pues nevaba. La casa a obscuras la hizo pensar que no había nadie, lo más seguro era que Sesshomaru había salido.
Se dirigió a la cocina y del refrigerador saco jugo de naranja y un vaso, necesitaba algo, para deshacerse del nudo que sentía, se le atoraba en la garganta por estar aguantando el llanto.
No comprendía, después de tantos años el comportamiento de su padre, sabía que había sufrido mucho tras la pérdida, su desapego con ella, la falta de comunicación y cariño, pero . . . Nunca le había gritado de esa manera y mucho menos se había negado a asistir a la ceremonia. Le había dolido tanto su actitud, esa mirada llena de dolor y rabia que le lanzó cuando fue a su casa para hablar con él y encontrarlo sentado con una copa en la mano frente a la chimenea, pero más las palabras llenas de odio que le lanzó sin ella entender.«"tan parecida a tu madre"» levantándose e ir hacia ella y aventarla al suelo de una cachetada sin mirar atrás.

Gruesas lágrimas bajaban ya por sus mejillas y los sollozos aumentaron de volumen hasta convertirse en gritos desgarradores de dolor, se desplomó en el frío piso de la cocina, ni siquiera escucho la voz de Sesshomaru que la llamaba.

- ¿Kagome?

Estaba parado en el umbral de la puerta, estático, jamás la había visto llorar y menos de aquella manera.
Tantos años de hacerse inmune al dolor, no lo preparó para la oleada de compasión que le calo hasta los huesos, al verla ahí tirada en el suelo, derrotada, quebrada. Kagome lloraba como si alguien le hubiera roto el alma.
Ésto lo hizo sentir incómodo, pensó dejarla sola hasta que se calmara, pero antes de reconsiderar lo que hacía, entro a la cocina y la abrazo.
Kagome le rodeó la cintura con los brazos, y se aferró a él cómo si le fuera la vida en ello mientras recargaba la cara en su pecho desnudo, sollozaba y todo su cuerpo temblaba.
Jamás había consolado a una mujer que lloraba, ni siquiera a su madre, hubo un tiempo cuando supo la verdad que busco el calor de su madre pero, siempre era apartado, después de las golpizas propinadas por su padre, jamás trato de volver a acercarse, mucho menos tratar de abrazar a nadie, ni nadie jamás se había preocupado por consolarlo.

La vida en la comunidad había sido un infierno, aprendió a no dar muestra de debilidad ni hemosion alguna, su padre se había encargado de acabar con la infancia de él y su hermano, a fuerza de castigos y golpizas dónde no dejara marcas, le habían enseñado a ocultar el dolor para que no hubiera testigos de su sufrimiento. Después, ya no importó que se notaran los golpes, servía de escarmiento para los que quisieran abandonar o cuestionar las leyes de la comunidad. Todavía podía sentir el látigo sobre su espalda desnuda, podía ver la burlona mueca de desprecio en el rostro de su padre.

- Lo . . . siento.

Murmuró kagome, trayendolo de nuevo al presente, kagome alzó la cabeza para mirarlo. Esos ojos violetas brillantes por las lágrimas, consigueron resquebrajar la capa de fría insensibilidad que cubría su corazón.
Incómodo Sesshomaru se alejó un poco de ella.

- ¿Te sientes mejor?

Kagome se limpio las lágrimas y se aclaró un poco la garganta dando un sorbo al jugo que se encontraba a su lado en el piso, no sabía que hacía Sesshomaru ahí, pensaba que no se encontraba y para variar estaba con el pecho desnudo, una pijama y descalzo.

- Si.

Murmuró.

- Gracias . . .

Él, se quedó callado, en un instante volvió a ser el hombre frío y serio que solía ser con todos. Con un suspiro de decepción, kagome se levantó y paso por un lado de él con la intención de ir al baño a lavarse la cara, mañana tendría muy hinchados los ojos.

- No me había sentido así hace mucho tiempo, debe ser que estoy cansada, no he dormido bien desde que regresamos de París.

Trato de justificarse, subió las escaleras hacia el baño, se lavó la cara y al salir, Sesshomaru se encontraba recargado en la puerta esperando que saliera.

- Tú llanto no parecía de cansancio.

Paso por su lado sin contestar, dirigiéndose a su cuarto, comenzó a quitarse la ropa necesitaba un baño  para relajarse y calmarse, necesitaba pensar. Salió con la playera con la que solía dormir dirigiéndose de nuevo al baño, Sesshomaru seguía recargado en la puerta.

Kagome enarco una ceja, con una mirada de «"me dejas pasar?"»
Con los ojos rojos e hinchados sé veía tan vulnerable, se hizo a un lado y la dejó preparar la bañera, espero a que se metiera, al ya no escuchar el ruido del agua, entró.
Kagome lo sintió, hiba a protestar pero, las manos de Sesshomaru comenzaron a darle masajes con la esponja, se sentía tan bien, que olvidó todo y se abandonó a la sensación de relajación que le proporcionaban las grandes y fuertes manos de Sesshomaru le lavó el pelo y desenredó con cuidado los mechones dando masajes en el cuero cabelludo, que la hizo sentir una corriente eléctrica por todo el cuerpo, sus manos eran tan sensuales y su aliento cálido le rozaba la cara cómo una caricia, estaba a punto de dormirse.

Sesshomaru La levantó con cuidado enredandola en una toalla y la sentó en su regazo, secandole el pelo con cuidado, casi podía llorar por la ternura que estaba mostrándole. Termino de secarla y volvió a tomarla en brazos, le secó el cuerpo sin una pizca de lujuria, la llevo a su cama recostandola en las sábanas, se hiba a retirar después de prender la chimenea, entonces escucho la voz de kagome en un susurro.

- Quédate . . . no quiero estar sola.

Sesshomaru salió con las toallas, las arrojo al cesto de la ropa sucia, y volvió a la habitación, apagando las lámparas para recostarse a su lado, todo en completo silencio, la tomo por la cintura y la acercó a su cuerpo, kagome se acurrucó más pegando su cuerpo desnudo a lo largo del duro cuerpo de Sesshomaru, se sentía tan segura y agusto que se hundió en un sueño profundo y relajado.

Por la mañana, se estiro como un gato, una punzada le atraveso la frente, llevándose una mano a la cabeza, recordó lo que había pasado, cómo el que le había pedido a Sesshomaru que durmiera con ella, un intenso rubor le cubría el rostro y se dió cuenta además que bajo las sábanas se encontraba desnuda.
«" Que horror !!! qué habrá pensado de mí, primero me hago la mojigata al no querer que me toque y luego le pido dormir conmigo . . . , desnuda!!!!"»
Se levantó y se puso la pijama, abrió la puerta asomándose y no escuchó ningún ruido. Sesshomaru no se encontraba en casa. Con un largo suspiro se volvió a la cama dejándose caer y rememoro la discusión con su padre, jamás la había tocado . . . Hasta el día de ayer, sabía que el hablar de su madre era un tema tabú, pero no sé había imaginado que era lo que había disparado en su padre una actitud así, estaba algo hebrio pero no le había puesto una mano encima jamás, dolió y mucho, y no tanto por lo físico, sino por el dolor que le atraveso el corazón. Ella adoraba a su padre, siempre habían sido ellos dos, ¿ Por qué, cuando se trataba de sentimientos, de compartir su dolor, su padre se alejaba , sus ojos se inundaron de lágrimas, pero las apartó, ya había llorado demasiado por algo de lo que no entendía y no era culpable, sabía que siempre querría a su padre, pero no lo buscaría, si quería su perdón él tendría que dar el primer paso, hacer mucho más que sólo pedirle una disculpa, está vez, no lo dejaría pasar sin una explicación.












Algo de la relación, amor odió de Naraku hacía kagome, pero, apoco Sesshomaru no es un amor. También algo de la infancia de Sesshomaru que aún lo sigue atormentando. Gracias por leer, espero sus ✨, buen fin de semana. Algo corto pero necesario.


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