Cena con la familia.
Los Personajes y las imágenes utilizadas en la historia no son de mi propiedad. Todos los derechos a sus creadores.
Lenguaje y contenido fuerte y explícito.
Agradezco las portadas de yans_kiblue y de Mónica tadakatsu.
Una disculpa por la redacción.
©® Historia con derecho de autor.
No se permite, copiar, adaptar ni tomar prestada.
<<>>, " ": Son pensamientos del personaje.
Lemon explícito.
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“ La familia es un refugio en un mundo de crueldad.”
Sesshomaru despertó con kagome plácidamente dormida sobre su pecho,su lenta y pausada respiración le decía que estaba profundamente dormida, le preocupaba que aún le doliera pero hacía todo lo posible por no lastimarla, su interior aún no lo aceptaba por completo pero estaba seguro que era cuestión de práctica. Suspiró profundamente, era tan fácil despertar a diario con ella entre sus brazos, necesitaba levantarse e ir al baño aún procesaba como había bebido tanto y no recordarlo, la acomodo lo más lentamente posible para que no despertara, busco su pijama y se la puso saliendo de la recamara se dirigió abajo, un destello reflejado en el ventanal de la sala llamo su atención, se asomó y pudo distinguir la silueta de un hombre fumando recargado cerca del portón de la entrada. No lo distinguio bien, así que descidio salir a ver qué quería. Saco la chaqueta de mezclilla que se encontraba colgada en la entrada con los abrigos de kagome. Sin abrocharse y descalzo salió al fresco del amanecer, estaba impuesto a climas extremos, no fue difícil para el salir descalzo, el vaho que salia de su boca mostraba el clima frío de la campiña londinense.
Hattori no lo vió venir, así que ya no pudo alejarse, con calma y cruzandose de brazos lo espero.
— Se te ofrece algo, o quieres hablar?
La grave voz de Sesshomaru resonó en el paraje.
— No realmente, cuido de la señorita.
Hattori enfrentó la fría mirada de Sesshomaru sin inmutarse.
— Y . . . La señorita sabe que la cuidas? O es su padre quien te envío, hace frío, y has estado toda la noche aquí puedes pasar a calentarte te puedo ofrecer un café y así hablas con la Señorita.
El sarcasmo en la voz de Sesshomaru puso en guardia a Hattori, achicando los ojos como esperando una agresión lo vió habrir el portón con la clave. Cómo sabía que había estado toda la noche afuera?, se supone que no había nadie hasta que llegó kagome, dónde diablos estaba este sujeto o por donde entró. Era más peligroso o más astuto de lo que esperaba, tendría que investigar más sobre él.
— Gracias, hablaré con la señorita.
Sesshomaru habrio y se hizo a un lado, pero Hattori lo cunmino a qué se adelantara, era muy desconfiado por eso seguía vivo, un destello en el raro color de ojos de Sesshomaru hizo que un escalofrío le recorriera, Sesshomaru caminaba con elegancia y a paso lento frente de él, Hattori reparó en los pies descalzos y la chaqueta habierta que llevaba pareciera estar agusto con la inclemencia del tiempo, muy extraño ni siquiera tiritaba y el frío calaba los huesos. Definitivamente era alguien de quién debía estar alerta. Entraron y Sesshomaru se quitó la chaqueta se limpió los pies en el tapete especial para éso. Hattori reparó en lo alto y musculoso que era, le llevaba por lo menos 20 centímetros, al verlo más de cerca y con luz definitivamente tenía un aire al Maldito de Toga pero . . . viéndole bien se parecía a la primera esposa, Irasue, ¿sería posible? El hijo negado de Toga? No sacaría conclusiones buscaría pruebas, habían pasado muchos años y eran cosas que no le gustaba recordar, quién seguro sabía era la señora Midoriko, Diablos!! Si quería conseguir alguna información de ella tendría que decirle lo que hizo después que se fue de dónde ella lo escondía.
— Siéntate, prendere la chimenea para que puedas calentarte. Té o café?
— Café, gracias.
Sesshomaru encendió la chimenea y puso el café, sin decir nada subió para despertar a kagome, quería volver a la cama con ella, despertarla con besos y hacerle el amor otra vez. Entró y la vió con sus pechos al aire, la sábana se había deslizado a su cadera, una imperceptible sonrisa se dibujo en su boca, se acerco a ella besando su cuello, kagome gimió y se estiró cómo un gato, uno de sus dedos acarició un pezón el cual se endureció, kagome bostezo y trato de enfocar el rostro que estaba justo frente a ella, sonrió al verle y lo tomó del cuello para besarlo, Sesshomaru se tomó su tiempo besándola con lentitud y luego hundiendo la lengua en su boca, bebiendo su aliento, kagome con la respiración acelerada, lo toco en el pecho y frunció el seño.
— Por qué estás tan frío?
Sin responderle, Sesshomaru la volvió a besar abrazándola con la mitad del cuerpo sobre ella, kagome lo acarició abandonandose a su beso embriagador, Sesshomaru amasó uno de sus pechos mientras bajaba y su boca lamía y chupaba el otro, kagome gemia con desesperación, Sesshomaru se enderezó un poco y bajo más, apartó la sábana y habrio las piernas cálidas acomodándose entre ellas, y antes de que kagome pudiera reaccionar hundio su lengua acariciando su botoncito de placer, kagome lanzó un grito ahogado mientras Sesshomaru la penetraba con la lengua y le masajeaba con el pulgar el clítoris, un órgasmo avasayador la inundó arqueandose mientras oleadas de placer bajaban Desde su vientre hasta la vagina, Sesshomaru lamía y chupaba sus jugos sosteniendo las piernas y el vientre pues los temblores la embargaban por completo, era el paraíso la forma en la que la hacía llegar sin penetrarla con su miembro. Lo amaba y amaba como la hacía sentir. Los temblores fueron cesando y el limpió su entrepierna, viéndola con sus doradas pupilas dilatadas se lamió los labios con lujuria, subiendo hasta alcanzar su boca y besarla, dándole a probar su propia escencia, era muy íntimo lo que compartían. Kagome busco su miembro pará acariciarlo y urgirlo para que le hiciera el amor, Sesshomaru la detuvo, con mucha fuerza de voluntad de su parte, hacerle el amor como quería requería tiempo y necesitaba decirle del hombre que se encontraba en la sala.
Kagome con los labios hinchados y los ojos nublados de placer lo miraban como preguntando que pasaba.
— Kagome, bonita tienes visita, un hombre que trabaja para tu padre te espera en la sala.
Le dió un beso.
— Cómo? quien? A qué hora llamaron.
Sesshomaru la volvió a besar antes de contestar.
— Estuvo toda la noche fuera de la verja, lo traje dentro pues hace frío está en la sala tomando café.
Kagome se levantó inmediatamente buscando ropa para vestirse, estaba adolorida pues aún no se acostumbraba al tamaño de Sesshomaru, el la miraba con una pequeña sonrisa, era hermosa por las mañanas y dios sabía que quería tomarla y hundirse en ella, pero, también quería saber quién era el tipo y que hacía espiando toda la noche. Podía esperar un poco más.
Kagome se puso una pijama con una sudadera afelpada unas pantuflas y se dirigió a la sala seguida por Sesshomaru, quién seguía descalzo y sin camisa. Kagome vió a Hattori tomando café, al verla se levantó y se inclinó en un saludo, Sesshomaru fué a la cocina por un café para ella.
Hattori detalló a la hija de su jefe estaba ruborizada de forma bonita como sí la hubieran besado con fervor, sus ojos brillantes decían a todas luces que alguien la había hecho muy feliz un momento antes de bajar, lanzó una mirada inquisitiva a Sesshomaru quien se la devolvió con fría indiferencia. Kagome enarco la ceja esperando una explicación de por qué razón estaba en su casa.
— Señorita la razón de mi presencia aquí es por qué su padre estaba preocupado, no sabía cuándo llegaría Preguntó en la agencia de viajes por su vuelo y lo adelantó, su padre pensó que le pediría el jet, y me mandó para ver qué llegara a salvo.
— Si me viste llegar me hubieras preguntado y te habría mandado a dormir para que no te quedaras a enfriarte sin sentido, la próxima vez llamen y les diré lo que quieren saber, dile a mi padre que ahora no tolerare ninguna intromisión en mi vida. ahora quédate a desayunar y después te puedes marchar, si no ha sido por mi invitado te hubieras podido enfermar.
— No es necesario ya me retiro, y . . .
Kagome lo interrumpió, con voz sería y sin admitir réplica alguna.
— Te quedas a desayunar y después te retiras a dormir, yo hablaré luego con mi padre.
Hattori acepto la orden sin ninguna réplica, era la hija de su jefe y no le dió ninguna otra orden. Volteó a mirar a Sesshomaru quien ponía una taza de café en la barra, kagome la tomó y le dió un sorbo. En silencio kagome hizo el desayuno para tres las miradas entre ellos era de complicidad, Hattori seguía en la sala así que no se dió cuenta. Kagome lo llamo sirviéndole huevos con tocino fruta, jugo y café. Sesshomaru se disculpó para ir a darse un baño, se notaba que era incómodo para Hattori el que se pasease por toda la casa sin camisa y descalzo, kagome con cariño lo mando a ponerse algo. Hattori comió en silencio agradeciendo la comida, Sesshomaru bajaba por las escaleras con pants, sudadera y tenis, su cabello aún estaba húmedo. Hattori lo vió con molestia, se movia de forma más que confiada y su actitud indiferente cómo si no le importara lo que pudieran pensar de estar bajo el mismo techo que la joven kagome una señorita bien educada y soltera, daba mucho que pensar.
— Gracias por el desayuno señorita, le diré a su padre lo que me ha dicho.
— Te lo agradezco, ve a dormir yo le llamo a mi padre para que no te requiera, sin escusas, si te mantuviste despierto por cuidar de mí, justo es que yo sea quien te mande a descansar.
Lo acompaño a la salida habriendole la verja desde el interior. Una vez que se fue, Sesshomaru la levanto en brazos y la llevo al comedor la carcajada de kagome estallo en el silencioso lugar.
— Come, debes estar hambrienta.
La bajo para que se sentara.
— Y tú? No vas a desayunar?
— Fruta y jugo, mi estómago está un poco indispuesto.
Kagome lo señaló y su mirada era de "ves lo que te pasa. "
— Si te sientes mal, te daré unas Aspirinas y te prepararé un juego especial.
Sesshomaru negó con un moin de asco.
— No es necesario, con esto me arreglaré.
Kagome sonrió y siguieron comiendo.
***†***
Llegaron a la casa de Sango, Bankotsu vestía casual a petición de Sango, jeans, botas camisa blanca y un saco con coderas de piel, con su nuevo corte se veía guapísimo.
Su madre habrio la puerta para recibir a su pequeña. Sango vestía un pantalón forrado de gamuza, botas altas, blusa de cuello alto con un abrigo largo con olanes, el cabello suelto y maquillaje ligero se veía radiante y hermosa.
— Hija que bueno que llegaste.
La saludo besando ambas mejillas, Bankotsu serio esperaba detrás de Sango a que lo presentaran. Kaory lo miró de arriba abajo mientras Sango lo presentaba, no era como Miroku quien a leguas se veía que era un presumido, este muchacho en cambio se veía . . . Sencillo, era la palabra. Muy guapo pero no sé vanagloriaba de ello, más bien era como si hemanara un aura de sencillez y seguridad. Esperaría para formarse un juicio más acertado, no permitiría que otro patán jugará con su hija.
Sonrío de manera amable y le tendió la mano.
— Mamá, él es Bankotsu, Bankotsu ella es mi madre.
Bankotsu con una sonrisa amable tomo la mano de la guapa mujer con la que Sango tenía un parecido, pero ella tenía los ojos verdes claros, muy hermosa apesar de ser una mujer madura, veía de dónde había sacado sus curvas Sango.
Le beso la mano de forma caballerosa,
Devolviendo el saludo.
— Mucho gusto señora, a sus pies.
Kaory sonrió ante la caballerosidad del joven.
— Cuál es tu nombre completo.
— Mamá!!!
— Thalassinos, Bankotsu Thalassinos.
Kaory se quedó pensando que en algún lugar había escuchado ese apellido, le preguntaría a su esposo.
— Pasen por favor, tu padre está en la sala con Kohaku.
— Y Yadira?
— En su recamara, bajara a cenar.
Pasaron a la sala, el padre de Sango se servía un coñac, Sango corrió a Saludar a su padre quien la levanto con una gran ronrisa besando su frente, era un hombre con canas en las sienes, pelo negro y los ojos grises como su hija, alto, fornido sin ser grueso. La madre de Sango se acerco a su esposo y le presento al invitado Bankotsu con toda seriedad se presentó y saludo con un fuerte estrechamiento de mano, el padre de Sango lo observó inquisitivamente, Bankotsu no apartó la vista. Sango era levantada por su hermano quien dió vueltas con ella, era delgado pero fornido más alto que Sango, cabello negro con los ojos de su madre y muy perecido a ella. Se veía que se llevaban bien, una punzada de nostalgia se albergó en las entrañas de Bankotsu.
— Kohaku, él es Bankotsu.
Se le congeló la sonrisa a Kohaku, abrazo pocesivamente a Su hermana, y con las facciones tensas miró directo a los ojos al acompañante de su hermana.
— A que te dedicas?
Bankotsu notó la tensión y la predisposición del hermano de Sango, pero sin amedrentarse, contesto seguro y sin titubear.
— Por lo pronto, soy modelo, fuí administrador de un local y pronto esperó crear una compañía de piezas para computadoras y telecomunicaciones, en asociación con unos amigos.
Kohaku suavizó el semblante y le tendió la mano.
— Vaya, es bueno que tengas ambiciones y pienses en el porvenir, el modelaje es una carrera para sanganos que piensa que por ser guapos pueden hacer lo que quieran y aprovecharse de personas con dinero.
— Kohaku!!!
Gritaron Sango y su madre recriminandolo por lo que le decía al invitado.
— Así lo creo yo también, esto sólo es transitorio, jamás lo he visto como una carrera a seguir.
Después de la violenta presentación la cena paso sin ningún contratiempo, salvo la actitud grosera y sarcástica de la prima de Sango que lo veía con coraje, pero lo que menos le gustó a Bankotsu es que en todo momento trató de menospreciar a Sango diciendo comentarios fuera de lugar con respecto a su figura, pero Kohaku la calló con un comentario acerca de las personas envidiosas y faltas de humildad, se levantó furiosa y abandono la mesa. La madre y el padre de Sango cruzaron miradas y voltearon a mirar a su hijo con seriedad.
— Qué!! Es una amargada y envidiosa, el que ella no sea feliz no le da derecho a ofender a los demás y menos a mí hermana.
— Quizás tienes razón pero esa no es la manera y menos con invitados en casa.
Lo amonestó su padre.
— Lo siento pero se lo merecía.
— Soy un invitado en su casa por eso guardo respeto, pero de haberle dicho una cosa más a su hija yo mismo la hubiera puesto en su lugar, aunque eso me hubiese ganado el rechazo de ustedes. Con todo respeto jamás permitiré que alguien lastime a Sango.
Ante las palabras dichas con seriedad y convicción todos sonrieron a Bankotsu, con esas solas palabras se había ganado el respeto de la familia de la mujer que amaba.
Sango que no había dicho una palabra con los ojos llorosos, abrazo a sus padres y beso a su hermano.
— Agradezco que me protejan, y se que en ocasiones ella es mala, pero en este momento está pasando por un mal momento, así que sus heridas son las que en realidad hablan. No sean tan duros pues todos en algún momento pasamos por dolorosas situaciones que no le desearíamos ni a nuestro peor enemigo.
El padre de Sango asíntio, palmeando la mano de su hija y dándole un beso.
— Palabras sabías hija, por eso te queremos y queremos lo mejor para tí, eres una mujer generosa.
Kohaku levantó su copa y todos brindaron por Sango, Pero se dirigió a Bankotsu.
— Cuida mucho a mi hermana, por qué si la haces sufrir yo mismo te cortaré algo que te aseguro, vas a extrañar.
Las palabras de Kohaku fueron acompañadas por una mirada dura y llena de promesas de dolor. Bankotsu le devolvió la mirada.
— No te preocupes si algo malo dejara que le pasara, yo mismo me lo cortaría.
Kahaku sonrió con malicia, y Sango lo fulminó con la mirada.
Sango dejó a Bankotsu con su familia ella descidio hablar con su prima, su madre le dijo que le dieron la habitación del final del pasillo.
No se llevaban bien pero ahora necesitaba de su apoyo.
— Hola, cómo estás.
Le dijo inmediatamente que habrio la puerta.
Yadira tenía los ojos enrojecidos y estaba sentada en la cama abrazando una almohada. No había comido nada de lo que le habían llevado, ya que abandono la mesa sin cenar.
— Estoy todo lo bien que se puede estar en mi situación.
Se acercó para darle su apoyo, entendía muy bien como se sentía ella había pasado por lo mismo con el patán de Miroku que no la valoro, pero apareció Bankotsu para mejorar su vida.
— No sabes cómo lo siento.
— No deberías, me alegro que ese desgraciado se haya ido de mi vida, pero tú . . . Tú deberías de librarte de ese hombre que te acompaña.
Las palabras dichas con todo el rencor y envidia dejaron pasmada a Sango.
— Cómo dices?
— Por favor Sango, míralo y mírate no seas ilusa, ni siquiera se ven bien juntos.
Sango no podía creer lo que le estaba diciendo.
— Qué!!!??
— Mira, Miroku era un tipo guapo . . . deberías de haber hecho todo lo posible por no dejarlo ir. Era muy mono y confiable además de famoso y rico supongo. Pero en lugar de complacerlo y bajar de peso, le negaste lo que te pidió por eso te dejó, estás gorda. Y ahora aparece este hombre y te le lanzas, no te culpo está precioso, pero no es para tí.
Que golpe más bajo el de su prima, siempre había sido así desde niñas, Sango había sido la niña gorda y simpática y ella la delgada y bonita.
— El problema de que te equivocarás y te casaras con el cerdo de Paul, no quiere decir que a mí, Bankotsu me va a abandonar a la primera.
Aún tenía sus dudas, pero ni muerta se las diría.
— Tú no lo conoces, él no me sería infiel.
— Claro . . . Mírame!! Sango. Gane concursos de belleza y pude haber sido modelo, sigo delgada apesar de ser madre, y con todo mi esposo me puso los cuernos. Pero tú, no tienes oportunidad.
Furiosa, con la perfección andando, se dirigió a la ventana antes de sucumbir a la tentación de abofetearla.
— Te casaste con Paul por interés, si mal no recuerdo. Tú misma me lo contaste cuando aceptaste casarte con él.
Yadira lanzó una carcajada burlona.
— Y ahora me vas a decir que lo quieres por qué es muy bueno contigo, no soy estúpida lo quieres por qué es muy guapo y mucho hombre para tí.
Sango apretó los dientes y se clavo las uñas, está mujer Podía sacar lo peor de las personas, pero lo dicho por ella la puso a pensar más detenidamente sobre Bankotsu, y supo la verdad. . . El no era como el común de los hombres, no pensaba ni actuaba como los demás, a diferencia de Miroku y el marido de su prima, él no pondría jamás como excusa que no la deseaba. Si algo le había dejado en claro Bankotsu, era que la quería tal como era, jamás intento cambiarla, la aceptaba con todos sus defectos. Bankotsu jamás la engañaría ni le mentiría, pero, sabía que mataría a quien le hiciera daño. Y en ese momento algo se encendió en su interior, amaba a Bankotsu, lo necesitaba, la idea de estar sin él sería un gran dolor. No podía, en el tiempo en que habían estado conviviendo se había convertido en una parte importante de su vida y su corazón.
Se le llenaron los ojos de lágrimas al comprender cuánto lo amaba, lo amaba como jamás lo había hecho con nadie.
— No tienes idea de lo que dices, Bankotsu es amable, atento, se preocupa por mí.
— Si claro, no hace mucho decías lo mismo de Miroku, ahora has visto que este es mucho más guapo y te le has colgado como una rogona.
Sango sonrió con lastima.
— Estás celosa.
— No Sango, no estoy celosa, soy realista, Bankotsu no es para tí, es . . . Demasiado, para alguien como tú.
Sango volteó con la ira en los ojos, pero al ver la envidia pintada en la cara de su orgullosa prima, le dió lastima, jamás entendería lo que había entre ella y Bankotsu.
— Como digas, si eso te hace feliz, pero . . . es una pena que nunca conocerás el amor verdadero. Espero estés mejor, adiós.
Yadira con el rostro desfigurado por la rabia, no la alcanzó pues Sango le cerró la puerta en las narices, alcanzó a escuchar los gritos histéricos y el caer de cosas al romperse, sonriendo bajó, era hora de decirle a Bankotsu que quería estar a su lado, por lo pronto planearia su vida y luego . . . Ya vería cómo les hiba juntos.
Bankotsu relajado tomaba café con la familia de Sango, eran una estupenda familia, el señor kotaro le habló de su agencia de seguridad y la posibilidad de que los visitara, quizás quisiera trabajar con ellos o asociarse. El agradeció por la confianza pero, lo pensaría.
— Dime muchacho, mi esposa dice que tú apellido es Thalassinos, sabes, hay un socio de Grecia con ese mismo apellido, no recuerdo su nombre pero es socio de una de las empresas que tenemos haya Vanderbilt y yo, de casualidad tienes familia por haya?
— Mi madre es griega y mi padre también lo era, no tengo idea pues dejamos el país hace muchos años.
— Interesante, quizás tienes parientes y no lo sabes.
— Quizás.
Pensativo Bankotsu recordó al matrimonio que conoció en la pasarela de familias griegas. Le diría a Midoriko si podía investigar algo de eso.
El padre de Sango se levantó para ayudar a su esposa besando sus dos mejillas con devoción, Sango bajaba por las escaleras y Bankotsu no pudo apartar su mirada llena de adoración de la figura de ella, toda su familia sonrió al verle, pero su cara fue un poema cuando lo beso en la boca frente a todos.
— Hija te quedarás?
— No madre, pero prometemos volver mañana para comer.
El padre de Sango le advirtió.
— Está bien, Bankotsu cuida mucho a mi tesoro, te estamos confiando lo más preciado.
— Lo sé y lo entiendo, no se preocupen primero me matan antes de dejar que toquen uno solo de sus cabellos.
El padre de Sango lo miró con seriedad y le estrechó la mano.
— Ahora lo sé, pero no es necesario ser tan extremista, sólo cuídala.
— Gracias señor, muy agradecido por la cena.
Sango se despidió de sus padres y salió del brazo de su hombre.
Una vez dentro del auto, Sango le dió uno de los besos más tiernos de su vida.
— Y . . . A qué se debe eso.
Ella levantó su mano para tocarle el cabello, contemplando sus profundos ojos azules.
— Sabes? Mientras mi prima me soltaba toda esa jerga de su mal matrimonio y me gritaba que tú algún día me dejarías,me llegó una revelación y . . . Nunca había conocido a alguien como tú Bank y dudo que vuelva a conocer otro igual. Me gusta que te preocupes por mí, como me miras . . . Cómo si pudieras saborear mi piel sin tocarme, como me tomas en tus brazos.
Le acarició el rostro, respiro hondo y continúo.
— Te amo Bankotsu, no sabía lo que era amor de verdad hasta que tú apareciste en mi vida.
Lo miró directo a los ojos.
— Estoy preparada para estar contigo.
Bankotsu sin dar crédito a las palabras dichas por Sango, sorprendido y confuso, Preguntó.
— Ésto es lo que quieres?
— El hecho de que me estés preguntando me da la razón de que estoy en lo correcto al aceptarte.
Le beso los ojos, los labios y la frente.
— Creeme Sango, sino fuera por que estamos fuera de la casa de tus padres ya te hubiera desnudado y te habría hecho el amor, demostrandote cuanto me importas y todo lo que te amo.
Tomó el volante y se dirigió lo más rápido, al departamento de Sango.
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Que les parece, largo, me tarde pero espero que les guste cómo quedó al final, como que se me fue la inspiración pero creo que pudo haber quedado peor, muchas gracias a todos los que siempre votan y a los que se han añadido últimamente, eso me da el empujón para seguir con la historia. No olviden comentar.
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