Capítulo 1: Parte 2: Patrick Nilrememrys (Merlin)
Llevaba horas en el sofá, la oscura sala recibía iluminación de un televisor que nadie miraba, la pequeña Ganeida acostada, envuelta en sabanas mientras que su amado hermano esperaba el retorno de su padre.
Fue cuando Patrick miró el reloj en su muñeca que aceptó que su padre no volvería a casa.
Patrick salió de la sala al baño en donde se lavó la cara y se miró al espejo bajo una luz blanca.
Sus ojos tenían una terribles bolsas, sus pechas carecían de brillo y su cabello estaba desaliñado, más que de costumbre, se llevó un dedo a donde una corta cicatriz casi bajaba a su labio. Patrick sabía por que su padre no los llevaba ni a el ni a su hermana a sus misiones.
Ya era la tercera noche que pasaban en casa de su madre.
Si al amanecer volvía, regresarían a la casa rodante y cambiarían de ubicación a alguna otra ciudad o reino.
Mariela salió de su cuarto y vio a su hija acostada, luego a su hijo mayor.
— Papá no va a poder volver con nosotros.
— No digas eso.
La mujer lánguida con pelo lacio largo se acercaba a su hija con una manta y almohada lista para cubrirla y acomodarla
— Mamá yo lo sé, debí haber ido con el.
Patric levantó a su hermanita en el aire con un ademan de su mano, suavemente se elevó al aire con extremo cuidado
— ¿Como fue? ¿Flash? ¿Sueño?
Mariela acomodó la almohada mientras su hijo aterrizaba a la pequeña lentamente de forma que su cabeza sintiese comodidad, una vez acostada y acomodada, su madre extendió la manta para cubrirla
— Pesadilla.
La mujer acarició el cabello de la pequeña, el cual era castaño oscuro como el de ella, Mariela sentia mucho afecto a ella, corrección todo su afecto incondicional era para ella.
— Oh.
Mariela pasó su mano sobre el hombro de su hijo.
— Le romperá el corazón a Ganie ¿Que haremos con el remolque?
— Mañana Diego llamará a una grúa, irá a un deposito seguro, de eso no hay duda
— ¿Segura de eso?
— Patt por favor no es tan malo.
— ¿Entonces tu ojo purpura la semana pasada que fue?
— No sé lo que el te ha dicho pero la magia aquí está considerada peligrosa, así que si valoras tú estadía aquí hijo, tendrás que adaptarte a ello
Durante su vida el joven mago había sido criado por su padre, un hombre liberal que usaba la magia para el beneficio de todos, Ambrosse fue un hombre honorable, el último rey druida y el último de la casa Aurelia una de las principales casas que fundó la ciudad.
—¿Cuanto tiempo fue? ¿Cuantas veces no le dijo su padre que se quedaran? Por favor Patrick, ustedes estarán a salvo aquí.
Al final Patrick suavizó su expresión, sus manos se dirigieron a recorrer su cabello y llegar a su nuca.
— No voy a quedarme, al menos no más de lo necesario.
Su madre lo abrazó.
— No voy a ocultar lo que soy.
— No quiero que lo hagas, no se lo deseo a nadie.
La mujer miró su mano mientras aun se aferraba a su hijo.
Una cicatriz cruzaba los cinco dedos de la mujer, otras cuantas sus palmas, mientras una sutura fresca estaba en la base de su mano. No poder ser quien ella era la había enloquecido, episodios de pesadillas, ansiedad, arranques de bipolaridad... sus dones se acumulaban en ella y muchas veces si no liberaba la energía mágica acumulada la llevaba a sus episodios de locura
— Ayudame con Ganie.
La mujer se soltó del abrazo.
Junto con su hijo movió sus manos formando una runa en el aire.
Una vez terminada las manos de ambos se iluminaron por una aureola azul, los ojos de ambos se iluminaron hasta parecer un cielo nocturno fundido con el espacio y nebulosas de colores.
La pequeña se elevó en el aire junto con su manta, sin inmutarse o cambiar mucho de posición, Mariela guio la dirección de la niña hasta las escaleras y hasta llegar a un pequeño cuarto donde ella se quedaría
Patrick arropo a su hermanita y cerró la puerta tras de si.
— Le tendremos que decir la verdad.
— Solo debemos esperar al momento adecuado.
— Su corazón va a romperse
— Vuelve a la cama mamá, ya te preocupaste lo suficiente.
Patrick salió por las escaleras de vuelta a la sala
En cuanto escuchó la puerta del cuarto de su madre cerrarse, Patrick salio de la casa con la llave que ella guardaba bajo el tapete, sin perder mucho tiempo cerró la puerta; utilizó sus poderes y se propulsó hasta llegar al techo del segundo piso.
Suavemente aterrizó sobre las tejas exactamente a la media noche.
Miró por arriba de si.
La estrellas estaban nubladas, casi imposibles de observar por la contaminación, recordaba las noches que su padre, su hermanita y él solían acampar en las afueras de Nueva Camelot en el parque nacional de Basillia, ahora solo le quedaba el recuerdo.
Miró las luces de la ciudad, la obscuridad nocturna interrumpida por luces de neon, ventanales y el aura amarillenta que la rodeaba y delineaba el contorno de la ciudad vislumbrando su forma similar a un castillo de cuentos gigantesco más que a una ciudad.
Entonces de la nada una especie de nube comenzó a arremolinarse por sobre la ciudad con truenos de un azul eléctrico saliendo y creado chispas de un vortex causado por una linea de energía que salió de la parte central de la ciudad.
La atención de Patrick quedo prendada mientras la linea de energía tocó el centro de la nube desvaneciéndose en la negrura solo para luego responderse por truenos azules alrededor más y más grandes que se fundieron en una aureola azul de energía que golpeo la nube y toda la ciudad.
Al siguiente instante la nube ya no estaba
Checó su teléfono dándose cuenta de que era martes diez de agosto
Una notificación le había llegado al mail.
Había sido aceptado en la RAC.
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