Remi

Todo estaba tranquilo últimamente en la academia privada de Wellston.

-¡No puedo creer que John te haya dejado en este estado!¡esta vez si cruzó la raya! - Exclamó sierta chica pelirosa. 

Bueno, excepto por cierto chico pelinegro había vuelto a hacer de las suyas.

En la enfermería de la escuela. Cierto trío de amigos se había reunido, con dos de ellos viendo a un conocido pelirrojo, cubierto de golpes y vendajes y casí todas sus extremidades enyesadas, el cual estaba recostado en unas de las tantas camillas de la enfermería. 

-¡¡Auch!!- Blyke se quejó de dolor por la reciente golpiza que John le había dado esta mañana, ya habían sido tantas que se había perdido la cuenta. 

- Viejo, tienes que dejar de buscar pelea con ese loco, algún día va a terminar por enviarte a una sala de emergencias en terapia intensiva - Aconsejó Isen, parado al lado de la pobre y magullada forma de Blyke. 

-¡Es que!... simplemente no puedo dejar que ese bastardo haga lo que quiera - Masculló Blyke, su voz estaba llena de rencord e impotencia. 

- Desearía ser lo suficientemente fuerte como para vencerlo y humillarlo ante toda la escuela para que vea lo que se siente -

Isen sólo se quedo al margen mientras su mejor amigo despotricaba su inmenso odio por el pelinegro, pero cierta chica de cabello rosado lo detuvo. 

- Tranquilo, Blyke - Remi apoyó suavemente su mano en el hombro del pelirrojo, teniendo cuidado de no tocar alguna herida o moretón y causarle aún más dolor a su amigo. 

- Sé que tienes un rencor personal por John. Pero prométeme que dejarás de buscar pelea con él, me hiere verte lastimado - Ella continuó, viendo al pelirrojo con dolor y lástima. 

-  Lo sé, es sólo... quiero poder protegerte...¡protegerlos a todos! - Blyke murmuró en voz baja y en un tono cariñoso, antes de correjirse apresuradamente. 

La pelirosa tuvo sentimientos revueltos al escuchar las palabras de Blyke. Sabía perfectamente que él sentía algo por ella, y su devoción para protegerla hizo calentar su corazón. Pero por otro lado un mar de dudas habitaba en su interior, estaba indecisa y confundida, no sabia si corresponder sus sentimientos o no, nunca había tenido una relación romántica con un chico, por lo que ella tenia algo de miedo y no sabia que hacer. 

Remi se quedo en silencio, pero por suerte Isen siguió por ella - Sé que tienes ganas de derrotarlo, pero espera un poco. Si continuas así no estarás en condiciones para la pelea cuando todos enfrentamos a John - 

Ese recordatorio trajó otra ola distinta de incertidumbre y temor a la joven chica. 

Todos sabían sobre el plan para emboscar y parar a John de una vez por todas. 

Pero Remi tenía dudas al respecto, la batalla sería difícil he incluso si muchos estudiantes se les unieran no había certeza de que ganarían. 

Y eso contando que los estudiantes les vayan a ayudar, muchos le tenían demasiado miedo a John como para enfrentarlo y sin contar que Zeke o Cecile podrían estar de su lado. 

Además, incluso si ganaban al final, no había ningún seguro de que John pararía incluso si lo derrotaban, él simplemente no se volvería buen de la nada, lo mas probable es que simplemente se detendría por un tiempo, antes de volverse más fuerte y cobrar su venganza. 

Y entonces todo volvería a ser como antes una vez más, sólo que John estaría incluso más enojado por haber sido humillado y seria mucho más violento y brutal de lo que es ahora.

A ella le gustaría usar las palabras en lugar de los puños, pero sabía perfectamente que John no escucharía, pero tal vez...¿aceptaría para con un trato?¿quizás si obtiene algo a cambio? pero....¿que podría darle ella para que él se calmara?. 

-¡Tienes razón! - Blyke habló repentinamente, sacando a Remi de sus pensamientos. 

- Debo estar en óptimas condiciones para cuando le demos su merecido a ese monstruo - Exclamó Blyke, aunque después de decir esas palabras se encogió levemente de dolor por haber echo un movimiento un tanto brusco en su arrebato. 

- Mocoso, te he dicho que no debes hacer movimientos bruscos, tú estado sólo empeorará y no quiero tener que trabajar tiempo extra por tener que atenderte - El doc se metió en la conversación, caminando hacia ellos mientras fulminaba al pelirrojo con una mirada combinada entre enfado y fastidio. 

- Jajaja, claro, lo siento doc me emocioné - Blyke se rió nerviosamente mientras una gota de sudor se deslizaba por su mejilla. 

El doc sólo masculló por el dolor de cabeza que era el pelirrojo. ¿Acaso él no podia estar tranquilo sin tener que trabajar extra por un sólo dia? primero fue John cuando fingía ser un lisiado y ahora era este pelirrojo obstinado. 

Darren sólo suspiró mientras dejaba esos pensamientos de lado, demasiado fastidiado como para seguir pensando en eso.

- Okay, todos váyanse ahora, la hora de las visitas término - Exclamó Darren, con su típica actitud malhumorada. 

-¿¡En serio!?¿no pueden quedarse un poco más? - Preguntó un desilusionado Blyke. 

- No - Fue la negativa fulminante de Darren. 

- Esta bien Blyke, volvemos después para acerté compañía - Remi tomó cariñosamente la mano del pelirrojo, la cual sobresalía del yeso que cubría todo su brazo. 

- Oh... ok- okey, gracias - Blyke se sonrojó y tartamudeo debido al contacto. 

Ambos chicos se despidieron de su amigo, prometiendo volver a visitarlo y salir juntos a pasar el rato y comprar más bolígrafos para Isen. 

Después de que Darren contemplará ese momento en silencio, acompañando a los dos chicos hacia la salida, mirando de reojo al pelirrojo con cierta preocupación debajo de su seño fruncido.

- Muy bien doc, hasta pronto - Se despidió Remi con su típica sonrisa bondadosa y optimista. 

Pero cuando el dúo de amigos se prepararon para marcharse y volver más tarde, Darren los detuvo. 

- Esperen, tengo algo que decirles - 

Remi y Isen se giraron para ver al doc con expresiones de interrogación. 

- Cuiden a su amigo, chicos, no dejen que vuelva a meterse en alguna pelea donde salga tan herido - El doc dijo con severidad. 

Ambos amigos estuvieron ciertamente confundidos al ver la expresión de Darren. 

- Tranquilo doc, puede que Blyke este un poco herido ahora, pero él no... - Remi fue interrumpida por el doc. 

-¿Un poco? - Preguntó el doc con ironía y enojo - Sus huesos están triturados he incluso aunque se curen por mis tónicos, ellos no hacen milagros, tiene un montón de microfracturas y heridas que aún no han sanado correctamente. Debe tomerse un tiempo pero el cabeza dura no entiende que debe dejar de buscar pelea con John - 

Ambos chicos se preocuparon enormemente por las palabras del doc, pero no tuvieron tiempo para preguntar algo cuando continuó hablando. 

- Ya se lo he advertido pero no escucha. Si sigue así, su cuerpo seguirá empeorando hasta un punto en el que mis tónicos no servirán de nada - Sentenció Darren.

- Tranquilo doc, lo cuidaremos, no dejaremos que sigua haciendo estupidezes - Aseguró Remi con su clásica sonrisa. 

- Como sea, esto es demaciado complicado para mi, deberia buscarme un nuevo trabajo - Masculló con molestia el doc para luego volver a dentro de la oficina.

Isen y Remi se quedaron en silencio por unos momentos, con un ambiente sofocante en el aire.

Hasta que Isen decidió romperlo para aliviar las preocupaciones de la pelirsosa - Tranquila Remi, Blyke estará bien - 

La chica recobró su aire optimista por las palabras de su amigo y le sonrió algo nerviosa - Tienes razón Isen, Blyke no es tan imprudente como para no hacer caso al doc - 

-¡¡¿que demonios estas haciendo!!?¡¡te he dicho que debes estar en cama por todo el día!! - La voz furiosa del doc salió de la enfermería, resonando por el pasillo directo a los oídos del pelinaranja y la pelirosa. 

- Es que no puedo quedarme acostado todo el día sin hacer nada - Se escuchó a Blyke protestar desde el otro lado de la puerta. 

Remi y Isen intercambiaron miradas por un momento, antes de irse a paso lento con los sermones enojados del doc de fondo. 

- Él estará bien - Aseguró Isen, aunque la sonrisa nerviosa y preocupada en su rostro contrariaba sus palabras. 

Remi sólo asintió con una sonrisa, aunque esta era sola fachada para ocultar su preocupación. 

Ella conocía a Blyke lo suficiente como para saber que él difícilmente haría caso de las advertencias del doc. 

Ella podría tratar de convencerlo de no pelear contra John hasta que por algún tiempo hasta que todos estén listos para enfrentarlo, pero no serviría por mucho tiempo. 

Blyke odiaba demasiado a John como para no hacer nada cuando él causará algún problema. Tenía un rencor personal por él y simplemente era demasiado testarudo como para no responder a su tiranía. 

Tal vez el estado de Blyke podría mejorar después de que derrotaran a John. Pero ese plan llevaría su tiempo y el pelirrojo estaría prácticamente muerto a esas alturas.

Sólo le quedaba una opción. Ella tendría que convencer a John de calmarse... o por lo menos de no golpear a Blyke con tanta fuerza. Era un plan arriesgado y que probablemente salga mal, pero era mejor que quedarse sin hacer nada mientras vaía como su mejor amigo terminaba en una silla de ruedas. 

Remi suspiró internamente para luego respirar hondo. Ella lo había decidido. Pronto se reuniría en privado con John para tratarde llegar ha algun tipo de acuerdo. 

No sabia que podría hacer que John se calmará. Tal vez podría sacar su lado bondadoso o darle algo a cambio, hacer un trato o lo que sea. 

Pero por el bien de su mejor amigo. Ella le daría a John lo que él quisiera, le daría cualquier cosa... cualquier cosa.

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Time skip.

Últimamente John estaba de muy buen humor, mucho mejor de lo que había estado en semanas. 

Caminaba por los pasillos desolados de Wellston, era horario de clases por lo que la gran mayoría de los estudiantes se encontraban estudiando en los salones. 

Se sentía libre y desestresado después de que él lo hicera con Elaine hace algunos días. El nunca hubiera imaginado que el sexo se sintiera tan bien. 

Nunca antes le habían interesado cosas acerca del romanticismo y menos los actos carnales por mero placer. 

En ese momento simplemente se le ocurrió, due un ¿por que no?, ya había perdido a su mejor amiga y toda su vida era una mierda ¿que importaría hacerlo con una linda chica para experimentar? 

Pero al final fue mucho mejor de lo que él se hubiera esperado, le gustó demasiado. Tal vez debería buscar a Elaine para repetir lo de aquella vez. 

Aunque había estado de muy buen humor, todo eso fue culpa de un pelirrojo. Todavía tenía que lidiar con el idiota de Blyke, ese imbécil siempre parecía esforzarse por enojarlo y John estaba empezando a creer que en el fondo era un masoquista, simplemente no parecía importarle cuanto lo goleará, siempre volvía a por más. Tal vez debería golpearlo incluso más fuerte que antes la próxima vez. 

-¡John!- Y como siempre, el mundo parecía querer joderlo. 

Una voz aguda y chillona lo llamó desde su espalda. Él se dio la vuelta para ver al que le había hablado. 

Una muy conocida y molesta chica de cabello rosa estaba parada serca de él, en medio del pasillo. 

John entrecerró sus ojos y miró con fastidio hacia Remi. Parece que su corto momento de calma iba a llegar a su fin. 

- John, quiero hablar - Remi caminó hasta él para estar más serca, ambos quedaron frente a frente con un aura tensa a su alrededor. 

-¡Tsk!, no tengo nada de que hablar contigo - John chasquió la lenga con fuerza y se dio la vuelta para irse y dejar a la chica atrás.

- ¡Espera! - Remi tomó a John de su muñeca. Ella sabía que lo que acaba de hacer era una locura y probablemente John la golpearía hasta mandarla a la enfermeria o al hospial, pero ella estaba desesperada por llegar a algun tipo de acuerdo con él.

John jaló su mano con brusquedad, zafándose de su agarre, él luegi se volteó para mirarla con rabia y enojo, John estaba serca de perder la paciencia y darle una paliza. 

-¿¡¡Que coño crees que haces!!?- Masculló el pelinegro con furia.

-¡Blyke esta muy grave por tú culpa!- Exclamó Remi mientras confrontaba a John. 

-¡Tienes que parar!¡los huesos de Blyke están echos pedazos - Ella continuó. 

-¡Y eso por qué mierda debería importarme!- Rugió John.

-¿¡Acaso no te importa lo dañadas que terminen las personas que golpeas!?- Cuestionó la pelirosa. 

- El pelinegro pareció en conflicto por un momento, una pequeña chispa de culpa se encendió en lo más profundo de su ser, aquella pequeña parte que sabia él no tenia razón y le suplicaba a gritos que se detenga. Él en cambio sofocó esa pequeña chispa y apretó con fuerza sus dientes mientras fulminaba con la mirada a Remi. Ahora sería el momento donde él normalmente golpearía a Remi hasta la inconsciencia, pero como estaba de humor hoy decidió hacer una excepción, al finn y al cabo, él luego  liberaría su estrés con Elaine.

John tomó a Remi del cuello de su camisa, acercandola a su rostro para intimidarla - Si sólo me detuviste para hablar de esa mierda puedes irte al carajo - Después de esas palabras, John empujó a Remi lejos de él, haciendola tambalear y se volteó nuevamente para marcharse. 

Remi perdió la esperanza de apelar a su lado bueno, por los que fue a su otro plan. Hacer un trato con él u ofrecerle algo a cambio. 

-¡Espera!- Remi corrió para pararse en frente de John, deteniendo la marcha del pelinegro. 

Una vena en la frente de John se tensó al ver a la chica molesta y fastidiosa interponiendose delante de él. Se estaba retractando de su idea anterior de no hacer nada, esta perra parecía querer visitar la enfermería hoy.

John apretó sus puños con fuerza al punto en que sus nudillos se volvieron blancos. Él se estaba preparando para golpear a Remi, él incluso dio un paso al frente para formar para formar un buen centro de balance para lanzar el golpe, pero justo cuando estaba por levantar su brazo para golpear a la chica frente a él. Ella habló repentinamente. 

- Quiero hacer un trato contigo - Dijo Remi de manera fuerte y decidida. 

John se detuvo antes de siquira empezar -¿que?- Él preguntó con sorpresa y confusión deslizándose através de su ira característica. Él nunca se hubiera esperado que Remi quisiera hacer un trato con él, y ese movimiento ciertamente le interesó.

- Lo que escuchaste, quiero hacer un trato contigo - Ella reafirmó para luego continuar - Quisiera hacer algo por tí para que dejarás en paz la escuela y a mis amigos, Blyke sobre todo - 

-¿Y que te hace pensar que aceptaré?- Preguntó John. 

-No lo sé- Dijo Remi con sinceridad - Estaba desesperada, sé que Blyke no dejará de buscar pelea contigo. Por eso, por favor, si dejas de golpear a los estudiantes cualquier cosa, te la daré - Remi prácticamente rogó, ella estaba muy preocupada por su amigo, puede que ella no estuviera segura sobre si sentía lo mismo por él. Pero aún era uno de sus mejores amigos y le dolía verlo tan lastimado. Cualquier cosa que John pidiera no se compararía a la salud de su mejor amigo... y del que posiblemente estaba enamorada en el fondo. 

Esas palabras sorprendieron a John. Pero en eso, una oscura idea empezó a formarse en su mente, pero primero el debería estar cien por ciento seguro. 

-¿Lo que yo quiera? - Preguntó un serio John, mirandola a los ojos para buscar algún rastro de duda.

-¡Si!- Ella respondió de inmediato, devolviéndole la mirada, completamente decidida a aceptar lo que él pidiera. 

El pelinegro entonces sonrió, una sonrisa maliciosa que por alguna razón le dio escalofríos a la pelirosa.

- Bien, sígueme entonces - John hizo una leve seña con su mano para que Remi le siguiera. La chica obedeció con algo de vacilación.

Ambos caminaron hasta llegar a un salón completamente vacío, John abrió la puerta he hizo un gesto de invitación para que Remi entrará. 

La pelirosa entró en el salón con un extraño presentimiento, uno que le decía que acababa de entrar en la boca del lobo y de aquí saldría faltandole algo, aunque no sabia el que. 

Ese sentimiento sólo se hizo más espeso cuando John cerró la puerta detrás de ellos, no sin antes asegurarse que nadie los estuviera espiando. El pelinegro y la pelirosa quedaron completamente solos en aquel salón abandonado, sin nadie que los viera, sin nadie que supiera que iba a pasar... sin nadie que escucharía lo que ahí pasaría. 

- John, ¿por que estamos aquí? - Preguntó Remi con cautela. 

- Tú dijiste que me darías cualquier cosa, ¿verdad? - Preguntó una vez más el pelinegro mientras caminaba hasta un escritorio y se sentaba encima de él mientras mantenía una sonrisa pícara. 

- Si...¿pero por qué estamos aquí? - La pelirosa se encogió en si misma cuando un escalofrío la asaltó. El presentimiento se volvía más y más fuerte. 

- Bueno, estamos aquí para acordar nuestro trato - Comentó John aún con la pequeña sonrisa que extrañaba tanto a Remi. Se podría decir que esta era la primera vez que ella vio sonreir a John... y le dio miedo.

-¿Que es lo que quieres?- Preguntó ella con incomodidad por los escalofríos que sentía. 

- Necesito que me ayudes con algo importante, un pequeño favor de tu parte - John se levantó del escritorio y comenzó a caminar lentamente hacia Remi. Como un lobo acorralando a un pequeño y tembloroso conejito. 

- Veraz, Remi. Recientemente he descubierto un nuevo medio para liberar estrés que no sea golpeando a tus amigos o a los estudiantes, y para eso necesito la ayuda de una linda chica cómo tú - John explicó con una voz melosa y una actitud amable y cordial. Remi no podía creer que este chico fuera el mismo que hace apenas unso minutos la miraba con puro odio y furia y que no había parado de escupir puro rencor y agresión en cada palabra. Casí parecía otra persona totalmente distinta

-¿Ah - a que te refieres? - Tartamudeo Remi con inocencia, ella no entendía a que se refería el pelinegro. Aunque tenía una muy mala sensación. 

- Fácil, esto puede sonar muy atrevido de mi parte. Pero quiero que entiendas que es la otra cosa que más me gusta hacer después de golpear al idiota de Blyke - John finalmente se detuvo en frente de Remi mientras decía aquellas palabras inesperadamente suaves. Él la miró directamente sin despegar los ojos de ella y acarició suavemente un sedoso y brillante mechón de su cabello a un lado de su cara. Él estaba demasiado absorto en contemplar la belleza que poseía y más importante. La inocencia que pronto él le arrebataría. 

Remi por su parte también lo miró a los ojos, extrañada, consternada y un poco asustada de ver este nuevo lado de John. Tanto que ni siquiera se percató del insulto hacia su amigo. 

-¿Que... que quieres?- Remi preguntó una vez más con voz temblorosa. Se sentía pequeña y vulnerable ante la gran diferencia en estatura y tamaño que John le sacaba, ahora se sentía como un indefenso ratóncito, petrificado ante la mirada ambrienta de una serpiente justo delante de él. 

- No quiero alargerlo más así que seré directo. Quiero que tengas sexo conmigo - John comentó como si fuera la cosa más casual del mundo, usando un extraño y reconfortante tono de voz amable y confiable que ella no se esperaría de una propuesta así. 

Todo el color se fue de la cara de Remi, una parte en los más profundo de ella le susurraba que eso era lo que John quería y por eso se debían todos sus escalofríos. Pero la pelirosa igualmente se sorprendió. 

-¿¡¡¡que!!!?¿¡¡co- como puedes pedirme eso!!? - Remi se horrorizó y rápidamente retrocedió unos pasos. 

- Tú dijiste "cualquie cosa" - Le recordó John encogiéndose de hombros. 

-¡Pensé que otra cosa!¡no..."eso" - Remi exclamó -¡no haré eso!¡definitivamente no lo haré! - Remi negó fervientemente.

- Entonces supongo que no hay trato - Dijo John con una expresión amarga. Después él comenzó a caminar hacia la salida mientras pasaba por el lado de Remi - Supongo que Blyke tendrá que aprender a comer sin dientes a este pas - Murmuró John en su oído mientras pasaba por su lado. 

John caminaba con su actitud abatida. Aunque en realidad, en el fondo pensaba otra cosa -/Sólo espera un poco más, un poco más/ - 

Remi se vio en duda y temor. A ella no le gustaría tener sexo con John, ella aúnn era virgen y quería que su primera vez fuera especial y con alguien con quien compartiría toda su vida. Pero su temor por que Blyke saliera lastimado a un punto en el que quedará posiblemente lisiado con heridas permanente también la atemorizaba. La duda la carcomia, su virginidad o la salud  de su mejor amigo. Ella cerró sus ojos con fuerza y bajo la mirada. Justo cuando escuchó como John abría la puert del salón para salir, ella escupió unas palabras las cuales se sintieron difíciles de pronunciar. 

-¿En serio no hay otra cosa que pueda hacer? - Esas simples palabras, aunque no fueran muy sugerentes, demostraba que Remi estaba dudando sobre si aceptar o no. 

John se detuvo en el acto, manteniendo una mano en la manija de la puerta entreabierta, él se quedo quieto por unos segundos mientras una pequeña sonrisa se formaba en su rostro -/Como pensé, justo a tiempo/- Pensó el pelinegro para si mismo. 

- No, esa es la única cosa que me interesa obtener de ti - Respondió secamente John mientras giraba levemente su cabeza para mirarla de reojo. 

- Por favor, yo.... yo soy virgen - Murmuró Remi mientras miraba al suelo, con su lindo cabello ocultando sus ojos. En un intento de tocar alguna parte buena del corazón de John... si es que tenía alguno. Aunque la pobre chica no sabia que sus palabras sólo emocionaron aún más al pelinegro. 

-/¡Mejor aún!¡me saqué la lotería!¡una linda he inocente virgen!¡seré el primero en explorar ese territorio y dejar mi  huella!/- Pensó un emocionado John a sus adentros mientras mantenía su típica expresión de póquer en la superficie. 

John cerró de nuevo la puerta y caminó hasta pararse en frente de ella. 

- Te diré algo, hagamos esto, sólo serán unas caricias y besos y nada de penetración, si te sientes incómoda sólo tienes que decirlo y me detendré - John mintió. Él no tenia la más mínima intención. Él no tenía la más mínima intención de conformarse con tan poco, una vez que comenzarán, Remi sucumbiría al placer y él obtendría todo lo que quería. 

Remi se tranquilizó un poco por esas palabras. No habría penetración, así que técnicamente no perdería su virginidad ¿verdad?, ambos simplemente...explorarían el cuerpo del otro. Ella aún tenía sus dudas - ¿Lo prometes? - Preguntó una cabizbaja he indecisa Remi. 

- Por supuesto - John siguió con la mentira. 

-... Nadie se enterará de esto, ¿verdad? - Remi preguntó por última vez antes de estar segura soobre tomar una decisión. 

- Tranquila, tengo la intención de lo que suceda aquí se quede entre nosotros - Respondió John con una sonrisa maliciosa. 

Después de escuchar esas palabras, Remi cerró sus ojos y respiró hondo, ella tomó su decisión. Por el bien de Blyke y los estudiantes, Blyke era su mejor amigo y ella era el ejemplo de los estudianres, era practicamente su líder. Y como Rei le dijo una vez "un líder tiene que hacer sacrificios" y también "algunas veces uno tiene que sacrificarse por los amigos". Ahora ha llegado el momento donde ella se sacrifique. 

- Esta bien, lo acepto - Ella abrió sus grandes y brillantes ojos ámbar y miró a John a los ojos. 

John no pudo evitar sonreír un poco, feliz por haber logrado su objetivo.

- Bien, descuida, comenzaremos con algo suave - Aseguró John para calmarla - Así que... muéstrame tus tetas -

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-¡¡¡EEEEEEHHHHH!!!- 

Remi se ruborizó y alteró enormemente, ella no sé esperaba que John fuera tan... directo. Ella nunca le había enseñado sus pechos a un hombre, en sus más salvajes sueños. 

-¡no grites tan fuerte!¿quieres que alguien nos escuché?- John la reprendió. 

-¡Co- como!¡n- no podemos ir más despacio! - La pelirosa tartamudeo con él rostro totalmente rojo. 

El pelinegro frunció una ceja mientras la miraba -¿Quieres ir más lento? Bueno, supongo que esto será bueno para comenzar - Joh dijo mientras se encogía de hombros. 

-¿Que...?- Remi se comfundió por lo que decía John, pero cuando estaba a punto de preguntarle a que se refería el hizo algo que ella no se esperaba. 

John la tomó por la cintura y entonces ella sintió como sus fuertes brazos la jalaban hacia él. Entonces, el pelinegro junto sus labios con los de la pelirosa en un cálido y apasionado beso. 

Remi abrió enormemente sus ojos. ¡¡La acaba de besar!!¡¡él la acaba de besar!!, este fue el primer beso de Remi y quedo completemente impactada y en shock por lo sucedido, tanto que ni siquiera intentó resistirse, golpear o patalear para que John la soltara.

Ese fue su primer beso, uno que había soñado compartir con la parsona que más amaba, bajo el brillo de la luz de la luna, todo eso había sido tomado por este peliegro descarado y violento.

Ella fue devuelta a la realidad cuando John profundizó el beso y comenzó a acariciar su cuerpo.

La pelirosa trató patéticamente de alejarse del pelinegro poniendo sus manos en sus hombros y tratar de alejarse, pero fue completamente inútil cuando pareció como si toda la fuerza se desvaneciera de su cuerpo, quedando a merced del chico mucho más grande y fuerte. 

Los toques de John mandaban pequeños choques eléctricos por su sistema que de seguro no eran obra de una habilidad y la sensación de los labios del pelinegro era muy rara para Remi, pero siertemente atrayente. Todo esto combinando era un poco... placentero.

Las manos de John dejaron la zona de su espalda baja y ahora circulanam por su cuerpo y recorrían sin cuidado partes aún más atrevidas. 

John terminó el beso he inmediatamente cambió de objetivo hacia su cuello, la boca de Remi quedó libre justo en el momento en que el pelinegro apretó una nalga con su mano derecha y acariciaba su otro muslo con la otra. 

- John... aahhh - ella se mordió el labio con vergüenza cuando sin querer gimió el nombre del chico que la tocaba.

- Se ve que lo estas disfrutando - John se rió por su comportamiento mientras seguía asaltando sus cuello. 

- Ca- cállate - Tartamudeo Remi en un pobre intento por silenciarlo, pero sus gemidos y su cara completamente roja sólo hiceron reír a John.  

Él pelinegro incluso metió una mano por debajo de su falda escolar, manoseando el trasero de la chica avergonzada.

Remi gemía y gemía sin parar, ella trataba de detener sus lindos sonidos mordiéndose el labio, pero estos intentos eran en vano. Ella no quería que John la tocará, pero su cuerpo opinaba algo distinto. 

- Que dulces sonidos hacer, gatito - John bufó, divertido por los gemidos de la chica. 

La pelirosa no respondió, ella sólo la cabeza avergonzada. Remi estaba empezando a sentirse húmeda ahí abajo y cada toque de John sólo la hacia sentir más caliente. 

- Bien, ¿ya te sientes más comoda? - Preguntó John con una sonrisa pícara mientras terminaba de asaltar su cuerpo. 

Remi a estas alturas respiraba con dificultad y su cara completamente enrojecida, incluso estaba más roja que un tomate. Sus piernas tiritaban por la excitación, sus ojos estaban bien abiertos y brillosos, su boca estaba entreabierta, aún recordando la reciente sensación de los labios de John. 

- Se ve que te gustó - John se burló al ver a la chica avergonzada y excitada delante de él.

- Yo...aahh... - Remi trato de recomponerse como pudo, pero todos sus esfuerzos se fueron a la mierda cuando John comenzó a desvestirse. 

Primero fue la chaqueta, luego el chaleco y finalmente la camisa blanca con corbata. 

Toda la parte superior del uniforme escolar de Wellston fue retirada. Dejando el torso desnudo de John totalmente expuesto para que Remi lo viera. 

-¿¡q- que estas haciendo!? - La pelirosa se avergonzó aún más de lo que ya estaba y se cubrió la cara con las manos en un pobre intento por ocultarselo al pelinegro. Ella había visto los abdominales de John antes, bueno, los vio parcialmente y en una situación demasiado tensa. Pero ahora podía ver el cuerpo marcado de John en toda su completa gloria. Y por mucho que le gustaría negarlo, la vista ciertamente le gustaba. 

-¿Hmm?, estoy haciendo esto por que te ves muy avergonzada, así que decidí desnudarme primero para que no estés tan nerviosa cuando te toque a ti - Dijo John casualmente con una sonrisa boba. 

La pelirosa se alteró por sus palabras ¿como John podría decir algo así de esa forma? - ¿¡que!?, yo no... - Remi trató de protestar, pero John la silenció cuando la tomó de las escaleras y volvió a besarla. 

Remi se sorprendió igualmente por este nuevo movimiento repentino, aunque esta vez pudo manejar el beso de mejor forma que el anterior. Ella pusó sus manos en el pecho de John como reflejo cuando él la presionó contra su cuerpo, sus manos buscaron un punto de apoyo y se aferraron por reflejo a sus fornidos hombros. 

La chica simplemente se sujetó del pelinegro y se dejó llevar mientras esperaba que el chico terminará de divertirse, con la esperanza de que él cumpliera su parte del trato después y que no fueran mucho más lejos que esto. 

Por su parte, John siguió toqueteando el cuerpo de la pelirosa de forma más atrevida que antes. Remi se sentía más cómoda con el beso ahora, ella incluso había comenzado a corresponder y tocar tímidamente el cuerpo de John de forma subconciente. 

La pelirosa comenzó a sumergirse más y más en el momento, disfrutando de la sensación de las manos de John recorriendo su cuerpo y del intenso calor que se estaba formando en cierta parte debajo de ella a cada momento. Aunque todo esto se vio interrumpido cuando él se detuvo por un momento, separándose del beso y dejando a Remi con un vago sentimiento de desilusión que la hizo sentir mal por estar disfrutando de algo así.

John se detuvo, sólo para retirarle el chaleco, la chica quedo desorientada y descolocara y más aún cuando John le sacó su lazo del cuello con un tirón y comenzó a desabrocharle la camisa. 

-¿q-que estas haciendo? - La pelirosa cuestionó tímidamente mientras John le desabrochaba su camisa. Ella tuvo el impulso de golpear las manos del pelinegro y apartarse lejos de él, pero se obligó a detenerse al recordarse así misma que esto era por el bien de la escuela y de Blyke.

- Me siento un poco apenado de ser el único desnudo aquí, ¿en serio vas a dejarme pasar por esto yo solo? - John preguntó en claro tono de burla mientras retiraba la camisa blanca de la chica pelirosa que no hacía nada más que mirar inmóvil.

La chica miró al suelo, sin atreverse a mirar a John a los ojos por la vergüenza, con las mejillas totalmente enrojecidas las cuales la hacían  ver adorable y vestida únicamente con su calsado, la falda escolar y un sostén con dibujos de ositos que la hacia ver bastante infantil la verdad.

-¡Pffff!- John no pudo contener la risa cuando vio la ropa interior que traía Remi - Ositos... ¿en serio? - Él preguntó en tono de burla mientras resoplaba. 

- No... no te burles - Respondió tímidamente una avergonzada Remi. 

John dejo las bromas de lado. Él volvió a acercarse a Remi hasta el punto en el que su aliento le causaba cosquillas en su oreja y acarició suavemente el estomago de la pelirosa, pasando su mano lentamente por su cuerpo, acariciando la tersa piel de porcelana de Remi, hasta llegar a su cuello donde tomó delicadamente de su mentón y levantó su cabeza para que ambos quedarán frente a frente.

- Eres realmente preciosa, Remi - Susurró John en su oído, aunque ya no había burlas ni risa en su voz. Él era completamente sincero y decia lo que pensaba. 

Ambos volvieron a besarse por tercera vez, esta vez siendo mutuamente, como siempre, las manos de John recorrían ávidamente el cuerpo de la pelirosa. 

Remi no pudo evitar sentirse cálida por el alago, ella había pensado que John sería brusco y tosco. Ella había pensado que esta sería una experiencia desagradable y traumatica, pero estaba siendo todo lo contrarío. Ella incluso podría estar comenzando a disfrutar esto.

-/No es tan malo como pensé/- Ese fue el único pensamiento que recorrió la mente de la pelirosa mientras John volvía a acercar su rostro al de ella, aunque esta vez Remi contribuyó acortando un poco de la distancia por si misma.

Ambos volvieron a besarse por tercera vez, en esta ocasión siendo mutuamente, como siempre, las manos de John recorrían ávidamente el cuerpo de la pelirosa, la cual por su parte también acarició con más entusiasmo el marcado cuerpo del pelinegro. Si estaría teniendo sus primeras experiencias sexuales con un chico, como mínimo podría disfrutarlo, ¿verdad? 

Las manos de John se movieron hasta su espalda, con delicados movimientos el chico desabrochó el sujetador de Remi, la cual sólo se quedo inmóvil y sumisa mientras dejaba que John se divirtiera. 

John finalmente desató la prenda la cual cayó inerte sobre los hombros de la pelirosa, la cual por reflejo se cubrió los pechos con las manos y apartó el rostro de la mirada del pelinegro.

John no se molesto por el echo de que Remi le negará la vista, en su lugar fue comprensivo y paciente y tomó a Remi del mentón una vez más, giando su mirada hacia la de él. 

Remi poco a poco apartó sus brazos que cubrían sus lindos cenos con timidez. Sus pechos suaves y redondos quedaron libres, para que John pudiera verlos en todo su explendor. 

Dos ricos montículos de carne quedaron revelados, con gloriosos y lindos pezones rosados que pedían a gritos ser escuchados y pellizcados.

John se detuvo por unos segundos para contemplar tal belleza frente a sus ojos - Si que eres hermosa - Remi se sonrojó un poco por el cumplido, Blyke la había llamado linda en algunos momentos donde habían estado más en confianza, pero siempre en tono de broma o chiste. 

John tomó uno de los saludables senos todavía en desarrollo de Remi y comenzó a jugar con el, mientras que su otra mano bajaba por su estómago hasta meterse traviesamente por debajo de su falda y comenzar a acariciar su húmeda región privada a através de la mojada tela de su ropa interior, mandando chispazos de placer por sus nervios. 

- Si que estas deseosa, ¿segura que no quieres una penetración? - El pelinegro se burló una vez más con su típica sonrisa socarrona que Remi había conocido muy bien recientemente. 

- Aaahhh... no, yo... aahhh.... - La pelirosa trató de protestar entre sus gemidos, pero John la besó, callando cualquier sonido que fuera a salir de ella. John aprovechó la sorpresa de Remi para meter rápidamente su lengua dentro de la boca de la pelirosa. La lengua de John comenzó a atacar y someter sin piedad a la de Remi, la cual sólo trataba de alejarse y evitar el conflicto inútilmente, impotente ante los refozes ataques de aquel intruso. 

El pelinegro terminó aquel baile de saliba y separó sus rostros, dejando un delgado hilo de saliva uniéndolos. John luego agachó su cabeza para comenzar a chupar y mordisquear suavemente uno de sus pezones mientras seguía complaciendo a la chica con su mano en su zona privada. 

La pelirosa se aferró a John, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello para sostenerse del temblor y placer que azotaba su parte inferior, sus piernas temblaban sin fuerza, era casí seguro que de no apoyarse en John ella caería al suelo. 

Y así fue. Cuando el pelinegro concluyó que la pelirosa ya estaba lo suficientemente mojada la soltó y se safó de su agarre. 

Remi cayó al suelo de rodillas al perder su punto de apoyo. Ella se mordió el labio con frustración y evitó gemir en protesta por interrumpir el placer que estaba sintiendo.

Sólo para sorprenderse cuando levantó la cabeza, quedando cara a cara con la entrepierna abultada de John, los pantalones escolares apenas siendo capaces de contener a la bestia hambrienta detrás. 

- Sabes, es un poco injusto que sólo tú te estés divirtiendo. Creo que es hora de que yo también reciba placer, ¿no crees? - Con esas palabras acompañadas de una sonrisa maliciosa y encantadora. El pelinegro se desabrochó los pantalones, liberando al monstruo debajo el cual al salió disparado hacia adelante cuando fue liberado de su jaula. 

Los ojos de Remi se abrieron con sorpresa y conmoción al ver a la criatura que tenía a escasos sentimientos de uno de sus cachetes - Ahhh... esa... esa cosa... es... es gigante - Exclamó una sorprendida Remi. 

-¿A que esperas?... chupaló - Demandó John. 

Remi lo miró incrédula, abriendo y cerrando su boca como un pez fuera del agua. 

-¿que? este es sólo un pequeño trabajo oral, míralo como lamer un helado. ¿No me digas que ahora quieres dar marcha atrás y anular nuestro trato?- 

La pelirosa recordó la razón del por qué estaba haciendo esto. Se tomó un segundo para armarse de valor y después de unos momentos de vacilación tomó tímidamente el pene de John con su mano derecha. 

Remi se contrajo levemente cuando el amigo de John tembló de la emoción cuando ella lo tocó.

Remi había visto videos sobre esto algunas veces cuando se sentía más traviesa y curiosa, por lo que más o menos sabía que hacer.

La chica se acomodó un mechón rebelde que había caído por el frente de su rostro, antes de acercarse con timidez al pene de John. 

Cuando lo tuvo en frente ella le dio un rápido beso en la puntita para comenzar. Antes de comenzar a lamer suavemente la vara de carne, regalando pequeños besitos aquí y haya. 

- Bien echo, Remi. Auque yo prefiero algo más... intenso - El pelinegro tomó la cabeza de Remi por atrás con una mano, antes de forzar su pene a entrar directamente en la boca de la chica. Su amigo llegó hasta lo más profundo de la garganta de Remi, atragantandola por la intrusión. 

John guiaba el movimiento con su mano al principio, pero luego dejo que la chica siguiera encargándose por si sola al notar que ella aprendía rápido. 

Remi después de poder recomponerse y evitar toser, comenzó a chupar el pene del pelinegro con mayor fuerza e intensidad, acostumbrándose al nuevo ritmo. Puede que ella no tuviera una experiencia sexual más que algunas noches donde experimentó un poco consigo misam. Pero compensaba su inexperiencia con empeño. 

La pelirosa gemía al rededor de la polla, mientras succionaba todo lo que cabía en el interior de sus húmedas mejillas, lamiendo desenfrenadamente la gruesa vara de carne, su lengua revoloteaba alrededor del intruso, enjabonándola con su saliva. 

-¡Oh joder!¡dios!¡Remi eres increíble!- John gimió por el placer mientras acariciaba el suave y tercio cabello de Remi como si la recompensará por ser una buena chica. 

Remi internamente se sintió feliz por los alagos y tener este tipo de efecto en un chico. Ella puso aún más empeño en complacer a John sin darse cuenta. 

-¡Dios!¡Remi, creo que voy a...! - John tomó a Remi de la cabeza con ambas manos, aumentando las embestidas, la delicada nariz de Remi chocaba contra la base afeitada de la polla de John.

- Remi, voy a correrme...¡o dios si!...¡traga toda tu preciosa lechita, mi linda gatita! - John gruñó mientras terminaba dentro de la boca de Remi. 

El espeso y pegajoso semen entró de lleno hasta el fondo de la garganta de Remi, la chica se vio obligada a tragar desesperadamente aquel líquido para evitar atragantarse. 

Remi tosió un poco cuando John finalmente retiró su polla ahora semierecta de su garganta, la vara estaba completamente cubiera hasta la base de una mezcla de saliba y demás fluidos de origen masculinos. 

Remi se recompuso después de volver a poder respirar con normalidad y miró el pene cansado de John con sierta esperanza. Tal vez esto sería todo si él ya hubiera alcansado su límite y estubiera satisfecho.

Aunque sus sueños y esperanzas murieron cuando vieron como el pene de John resucitó y volvió a ponerse duro como una roca de nuevo.

- /¡Que demonios/- La pelirosa pensó impactada -/¡Todavía puede seguir!/- Remi al instante temió que ambos pudieran seguir con otra sesión de mamádas. 

John pareció notar su mirada asustada, dedujo la razón de su temor, por lo que dijo unas palabras para tranquilizarla - Tranquila, no tendrás que usar más tu boca - 

Remi suspiró con alivio ante esas palabras. Aunque se descanso no duro mucho cuando John la levantó fácilmente y la apoyó contra el pizarrón del salón.

 Remi estaba confundida, todavía no había captado la posición extremadamente sugerente en a que ahora se encontraba. Sus tetas y rostro apoyados contra el frío y duro pizarrón, su espalda ligeramente arqueada para exponer su trasero y feminidad, únicamente cubiertos con una fina tela empapada y John parado justo detrás de ella con su verga totalmente erecta de nuevo. 

-¿Que...que estas haciendo? - Preguntó una timida y confundída Remi. Confusión que fue remplazada con horror y comprensión cuando sintió como John retiraba sus bragas mojadas, también con dibujos de ositos a juego con su abandonado sostén. Su corazón se saltó un latido cuando sintió como la punta de la dura verga de John acariciaba sus labios vaginales ahora expuestos. 

-¿¡que estas haciendo!?¡nada de penetración!¡ese era el trato!¿recuerdas? - Exclamó Remi asustada. 

- Tranquila, no voy a meterla dentro, sólo estoy jugando - El pelinegro comenzó a acariciar los hambrientos y mojados labios inferiores de Remi con su dura verga -...Aunque estas bastante mojada, quien sabe, quizás podría resfalarse - Comentó John con una sonrisa maliciosa que puso a John con una sonrisa maliciosa que puso a Remi en alerta máxima. 

-¡Espera! esto esta llendo mucho más lejos de lo que habíamos acor...¡Aaaahhh! - Remi chilló cuando la punta de la polla de John entró dentro de ella. 

- Ups... se me resfalo - John se disculpó falsamente mientras seguía entrando. 

-¡Esta adentro!...¡¡esta adentro!!¡John sacala!¡por favor sacala!¡yo no quiero perder mi vir...! - Remi se detuvo de llorar cuando repentinamente la polla de John dejo de deslizarse lentamente en su interior y entró con fuerza, su himen se rompió y el dolor escaló por el sistema de Remi hasta su cerebro, aunque la pelirosa lo ignoró por completo, ella podía sentir claramente como su sangre se deslizaba por su muslo, señal de que había perdido su inocencia a manos de este mostruo malvado. 

Remi quedó con la mirada en blanco, su cuerpo se volvió flácido, como un muñeco al cual le habían cortado las cuerdas, su bello rostro reflejaba una expresión rota y vacía, todos sus sueños de como perdería su virginidad con el chico con el que compartiría su vida habían sido brutalmente aplastados contra el suelo para luego ser pisoteados. Todo el salón quedo en silencio, ninguno de los dos habló ni hizo nada por unos segundos. 

Hasta que sierto pelinegro decidió romperlo - Bueno... lo siento, trate de salir pero se negaba y sólo me comía más y más ¡incluso me tragó repentinamente!, eres una chica traviesa, Remi... pero bueno, como ya estamos aquí, ¿que te parece si seguimos? - Se burló John y tomó a la pelirosa de las caderas, comenzando a embestir con suavidad a Remi. 

La chica volvió a la realidad, sin embargo ya no intentó hacer nada para liberarse de John, su mente se nubló poco a poco cuando el dolor se convirtió en placer. 

Ella ya no podía parar ni detener a John, él no iba a escuchar ningún llanto o súplica. Ella fue una estúpida al pensar que John en serio cumpliría su palabra. El pelinegro no iba a conformarse con unos simples besos y caricías. En el momento en el que Remi permitió que John la tocará, su virginidad fue condenada a morir aquí mismo. Ella era una pequeña, tonta, ingenua, inocente, estúpida liebre que se había metido de lleno en la guarida del lobo... y es hora de que el lobo reclamé a su presa.

Quizas, Remi podría usar su habilidad y cubrir su cuerpo de electricidad para obligar a John a soltarla. Pero no lo hizo. 

Su lado cuerdo dijo que pataleara, golpeara, mordiera, gritara y convirtiera a este monstruo en un trozo de carbon. Ella sabía que no ganaría en una pelea, pero podría crear el suficiente escándalo para que los descubrieran y los expulsaran por estar haciendo estas cosas en la escuela, y así, los estudiantes y sus amigos estarían en paz. 

Pero su lado lujurioso, aque lado segado por el placer y que había tomado fuerza en estos momentos, dijo que simplemente deberían mandar todo a la mierda y disfrutar del placer que este sexy y violento psicópata les hacia sentir. 

Estas dos partes de ella estaban en dualidad, indecisas sobre que hacer. Por lo que Remi sólo dejo que el chico hiciera lo que quisiera con su cuerpo y gimió del placer que ahora la asaltaba.

-¡Ohh mierda!¡Remi!¡joder! tu vagina es perfecta, es apretada, caliente y húmeda. El imbécil de Blyke no tiene ni idea de lo que se pierde - John gruñó de placer mientras la follaba como a una puta barata. 

La pelirosa recobró parte del sentido al escuchar el insulto dirigido hacia aquel chico dulce que tantos sentimientos problemáticos le hacía sentir - Oye... aahh.. no... aahhh... no lo llames así - Protestó Remi en medio de sus gemidos, sus paredes internas aplastaban y succionaban la polla de John como una pitón.  

- Mira que poco vergüenza tienes, hablándole a tu amo de esa forma, eres una mascota desobediente, necesitas ser castigada - John se burló de Remi, decidiendo jugar con ella y convertirla en su mascota y esclava sexual. 

-¡¡Cállate!!,¡yo nunca seré la mascota de un puto monstruo como tú!- Rugió Remi, aunque sus gemidos y su cara distorsionada por el placer le restaron impacto a su desafío. 

John se rió entre dientres. Antes ser llamado monstruo le haría sentir terrible y le recordaría sus errores y las cosas horribles que hizo. Pero ahora y en esta situación sólo lo emocionó más.

-¡que mascota más rebelde!- Exclamó John con una sonrisa divertida y sádica - Realmente necesitas un castigo - John salió de ella por un momento y levantó su pequeño cuerpo sin ningun problema. Él la llevó hasta uno de los escritorios donde dejo caer su delicada figura encima de la dura y áspera madera para luego entrar de nuevo dentro de ella de una sola estocada, haciendo gemir a la pelirosa de puro placer por tal acción. 

- Eres una mascota mala, yo que incluso te hize disfrutar y así me pagas - Gruñó John mientras la empalaba con su gruesa verga en el escritorio, la madera crujía y chillaba por las repetidas estocadas mientras Remi ya no hacía nada por disimular sus gemidos de placer.

- ...Aaahhh... bastardo...Aaaahhhh...yo jamás...aahh... disfrutaría de esto - Protestó la pelirosa entre jadeos y gemidos. 

Ella no caería hoy ni nunca, no importaba que tan duro John se la follara, ella nunca se doblegaría ante él. El estúpido monstruo podría cojerla con todas sus fuerzas y ella aceptaría ese reto con una sonrisa.

John pareció realmente sorprendido. Antes que un pensamiento se cruzará por su cabeza y una falsa expresión derrotada apareció en su rostro a la vez que disminuía la fuerza de sus estocadas hasta detenerse por completo. 

La pelirosa quedó confundida y siertamente desconforme cuando John se detuvo y ella dejó de sentír placer. Ella se esperaba que John aumentará la intensidad y quisiera volverla loca por el placer... no que.. se detendría. 

- ¿Por... por que te detienes? - Ella cuestionó, avergonzada y apenada por haber dicho esas palabras que ni ella misma sabía cómo habían escapado de sus labios. 

- Sabes, he llegado demasiados lejos esta vez, Remi, lo siento, sino difrutas de esto no debo forzarte - John se disculpó falsamente mientras comenzaba a salir lentamente. 

-¡Espera!¿¡que hacer!? - Remi exclamó asustada por la repentina pérdida del placer, inconscientemente, sus paredes internas apretaron con más fuerza al intruso que ahora se retiraba, negándose a soltarlo. Ella se esperaba que John fuera más brusco, no que se fuera, su preparación y voluntad se hizo añicos, su cuerpo rogaba que siguieran con el acto.

- Me voy, perdón por acerté esto, en verdad lo siento - John siguió con su farsa mientras salía, más de la mitad de la verga de John ya estaba fuera y un sentimiento de desesperación empezó a carcomer a Remi. 

- Vaya, que hambre tienes, sólo me apretan más cuando quiero irme - Comenzó divertido John, saliendo momentáneamente de su papel al sentir la presión que las paredes de Remi generaban sobre su pene. 

La chica estaba completamente desespera en este punto, ella había entendido el juego de John y sabía que sólo tenía que decir unas simples palabras para que ella pudiera volver a experimentar ese placer, pero hacerlo significaría sucumbir a la voluntad de John. Ella era un mar de dudas, pero cuando sentía como la verga de John casí terminaba por deslizarse fuera de ella, sus labios se movieron por si solos. 

- Por favor... sigue - Una leve y pequeña súplica escapó junto con un llanto que representaba su nueva sumisión y aceptación de su destino.

-¿Perdón?, no te escuché bien, ¿puedes repetirlo? - John, no conforme, siguió jugando con ella. 

- Por favor, por favor sigue - Suplicó Remi. Decir esas palabras fueron dolorosas, vergonzosas y humillantes para ella. Sin embargo John aún no estaba satisfecho. 

-¿que? perdón, creo que pasa algo a mi oído, me pareció que estabas hablando como si fueras mi igual, ¿donde esta el "por favor, amo, siga follandome"?- 

Remi lloró un poco en voz baja, antes de cumplir los deseos de este horrible monstruo - Por favor... por favor, amo, siga follandome... por favor - Suplicó Remi, muerta de vergüenza.

- Buena chica - John le sonrió a Remi. Una sonrisa que ella nunca había visto, una sonrisa aparentemente cálida y cariñosa que Remi encontró siertamente encantadora, incluso en una situación como esta.

- Aquí tienes tu premio por ser una buena chica - Dijo John mientras volvía a penetrar a Remi con todas sus fuerzas, la pelirosa sacó la lengua hacia afuera y sus ojos se volvieron blancos, su mente se nubló completamente por el placer mietras su nuevo amo continuaba con sus brutales embestidas.

- Gracias, amogracias!¡gracias!¡muchas gracias! - Remi envolvió sus piernas alrededor de la cintura de John y clavó sus uñas en su esplada, su voluntad había sido completamente destruida y ahora lo único que le importaba era disfrutar del placer, su conciencia sumergida hasta el fondo de su inmensa lujuria y del intenso fuergo que ardía en su interior. 

John aumentó la intensidad de las estocadas, los gemidos de la chica aumentar de intensidad, demostrando que estaba serca de llegar al orgasmo. 

-¡Amo!¡creo que estoy por correrme, amo! - Lloró la chica mientras clavaba sus uñas con aún más fuerza en la espalda del pelinegro. 

- Yo también mi linda mascota - John por su parte también estaba serca de su clímax. 

Pero el acercó su cabeza a la cara de la chica para susurrarle algo al oído - He escuchado que ustedes planean derrocarme, ¿Tú también participarás y me traicionarás, mi querida mascota?¿o traicionarías a tus amigos por mí? - Preguntó el pelinegro mientras gruñia estando serca de llegar al clímax. 

Lamentablemente, Remi estaba demasiado absorta en su placer y estar al borde de llegar a su orgasmo como para prestarle demasiada atención a las palabras de John y sólo repondió sin pensar -¡Por supuesto que no mi amo, yo haría lo que fuera por ti!...yo... ¡Aaaahhh!...¡¡te obedeceré, amo!!...¡¡¡AMOOOO!!!- 

La columna de Remi se tensó cuando una enorme descarga de placer recorrió todo su cuerpo, sacudiendo todo su ser desde su núcleo. 

La pelirosa se desplomó sin fuerzas sobre la mesa, con sus piernas entumesidas y su mente en las nubes por estar sintiendo el mayor placer que ella ha experimentado en toda su vida. 

Por su parte, John también llegó a su propió clímax, él salió del interior de Remi antes de correrse adentro por accidente y disparó largos hilos de semen que cayeron en los muslos de la pequeña chica. 

La pelirosa respiraba pesadamente. Aunque todavía no había terminado con su papel de la mascota - Yo traicionaría a mis amigos por ti y...¿¡espera que!? - Cuando Remi recuperó el sentido y se dio cuenta de lo que había estado diciendo, un fuerte "clic" resonó por la habitación. 

Ella levantó la cabeza cansada, sólo para ver a John con una sonrisa maliciosa en su rostro y su teléfono en la mano, él acababá de fotografíar su forma desnuda, sonrojada, jadeante y cubierta de fluidos corporales. 

-¿Que?¿que? - Remi no entendía que acaba de pasar, todavía estaba un poco desorientada por culpa del orgasmo y no podía entender como John sabía sobre el plan en su contra.

- Me gusta saber que tengo una mascota tan leal. Desde ahora en adelante irás a mi habitación cada vez que yo te lo pida, si te niegas, esta fotografía terminará en los periódicos escolares a la mañana siguiente - Amenazó John con una sonrisa de suficiencia - También me gustaría saber que contaré con tú apoyo en esa futura pelea - Dijo John mientras se subía los pantalones y guardaba su teléfono - No necesitaré que pelees de mi lado, sólo digamos que estarás enferma ese día y no podrás pelear - 

- Tú... tú me engañaste - Lo acusó Remi con su voz serca de quebrarse en llanto. 

- No en todo - Respondió John mientras recogía sus prendas del suelo y se las ponía - Voy a cumplir parte de mi promesa, no atacaré a los estudiantes ni a tú pequeño noviecito cabeza de tomate - John se vistió por completo a estas alturas - Por supuesto, siempre y cuando vengas a mi habitación cada vez que te lo pida para que repitamos este momento - Finalizó John mientras se ponía el chaleco. 

-¡Tú!...¡tú no te saldrás con la tuya, te detendremos! - Grunó Remi con enojo en su voz mientras el pelinegro caminaba hacia ella con una sonrisa confianda. 

- Eso ya lo veremos. Adiós, mi lindo gatito - Se despidió John para luego besarla en la mejilla y salir del salón. 

Remi se tomó unos minutos más de descanso en aquella habitación ahora casí vacía a excepción de ella misma. Para luego levantarse del escritorio y volverse a vestirse con su ropa la cual había quedado esparcido por todo el suelo. 

Ellos vencerían a John a final, de eso estaba segura. Él no podría haber descubierto su complot por su cuenta, debía de tener un cómplice y ella estaba decidida a encontrarlo. Sólo tenia que soportar estas reuniones con el por algunas semanas hasta que reunieran a la suficiente gente para derrotarlo, ella había caído tan fácil en esta ocasión por que fue su primera vez, ella no volvería a doblegarse, ella resistería, ella no caería ante el y se convertiría en su eslava.

Él nunca sería su amo y ella nunca sería su mascota.

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.

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Time skip: una semana después.

Oh si, amo!,¡deme más duro!¡más duro!¡he sido una mascota mala!¡merezco ser castigada!- Gritó Remi en cuatro mientras la gruesa vara de John asaltaba su redondo, suave y bonito trasero sin piedad.

Ya había pasado unas semanas desde su primer encuentro en aquel salón vacío. Desde entonces John había solicitado la presencia de Remi en su cuarto todas las noches. 

La pelirosa había resistido como pudo los primeros días. Pero finalmente John logró romper su voluntad y mente con el placer que le hacía sentir.

La chica todavía tenía vestigios de rebeldía en ella de vez en cuanto, pero John se encargaba de destruirlos apenas y aparecían. 

- ¡Aaaahhh... amo...siga... no pare! - Rogó una muy excitada Remi mientras John la nalgeaba y seguía castigando su lindo trasero. 

*Ring, Ring, Ring* 

En eso, el teléfono de la pelirosa comenzó a sonar. 

- Parece que alguien te está llamando mi linda mascota, ¿quien es?- Preguntó John mientras seguía follandosela y miraba como la chica tomaba su teléfono y miraba quien era. 

- Es b- Blyke, mi amo, s- simplemente lo ignoraré, perdón por i- interrumpirlo - Dijo la pelirosa con su voz temblando por la excitación y se preparaba para apagar su teléfono. 

- No...sabes que, contestale y ponlo en altavoz, quiero ver que tiene que decir - Dijo el pelinegro mientras mantenía su ya clásica sonrisa sinientra.

-¿Pe- pero y si nos escucha? - Preguntó Remi un poco asustada de ser descubierta. 

- Fácil, simplemente no hagas tanto ruido - Contestó sencillamente John con una sonrisa malvada.

Remi contestó la llamada y la puso en altavoz como su amo le ordenó. 

-¿Hola?¿Remi estas ahí? - La voz del pelirrojo sonó atravéz del dispositivo. 

- H- hola Blyke, ¿que... que sucede? - Preguntó la chica mientras trataba de contener los gemidos y disimular la lujuria en su voz. 

- Bueno... ¿estas bien? suenas un poco rara, ¿estas enferma? - Preguntó el pelirrojo un poco preocupado. 

- Por supuesto, sólo estoy en mis estiramientos de yog...¡aahhh!- La pelirosa tuvo que tapar su boca con una de sus manos para contener un grito de placer cuando John dio una estocada con mucha más fuerza que las anteriores. El pelinegro observaba en silencio y con una enorme sonrisa maliciosa, feliz de hacer sufrir a su esclava tratando de contener sus gemidos.

-¿Remi, segura que estas bien?¿que fue ese ruido?...¿y por que se escuchan aplausos? - Volvió a preguntar el pelirrojo.

- Eso n- no fue nada, y los aplausos son por una película que estoy viendo, l- llegaron a una parte b- bastante emotiva - Se escusó la pelirosa inventando una mentira apresurada.

- Okey.... te llamé por que te quería contar que el reclutamiento para derrotar a John esta llendo muy mal - Después de oír esas palabras, el pelinegro prestó mucha más atención.

- Como previmos, la gran mayoría de los estudiantes no quieren participar. Aunque creo que podríamos convencer a algunos - Continuó Blyke. 

- qu- que bien - Dijo Remi tratando de disimular.

- Bien, todo saldrá bien al final, Remi, ya no tendremos que preocuparnos por ese loco - Aseguró Blyke. John resopló, divertido por las ridiculas palabras del pelirrojo.

- Sabes - Blyke continuó - Creo... creo que después de que derrotemos a John.... podríamos ir a.... no se, un restaurante que esta por la ciudad... tengo algo de dinero guardado y me gustaría que fuéramos, nosotros dos... sólos... ¿claro!¡sólo si tu quieres! - Blyke ofreció con sierto nerviosismo, era fácil imaginar que su rostro estaba sonrojado desde el otro lado del teléfono. 

- Eso... aahh... s- suena increíble, Blyke - Dijo Remi mientras se mordía el labio para contener sus gemidos. 

-¡Estupendo! - Exclamó el chico emocionado y felíz - Te veré luego Remi, cuídate... te quiero - finalizó el pelirrojo después de un momento de vacilación.

- Yo t- también te quiero - Se despidió Remi. 

Después de esa tierna despedida que representaba el amor inocente y juvenil, la llamada terminó.

- Blyke... - Murmuró la pelirosa con sierta melancolía y tristesa, Remi quedó algo afectada al hablar con aquel chico, recordando los bellos momentos que tuvieron y sintiéndose culpable por estar pisoteando sus sentimientos al hacer estas cosas con él tipo que Blyke más odiaba. 

Aunque estos sentimientos se disiparon cuando John apretó sus tetas desnudas que habían estado rebotando con cada embestida todo esta tiempo. Devolviéndola a la nube de placer en la que se encontraba atrapada. 

- Parece que ese chico de verdad te quiere - Dijo John de forma burlona al ver a la chica gimiendo y jadeando por las estocadas. 

Si... aaahhh... así es amo! - Gritó la chica mientras ahora liberaba todos sus gemidos sin tapujos.

- Pero dime, ¿a quien prefieres?¿a mi o a él? - El pelinegro se acercó más a ella mientras aumentaba la fuerza de sus embestidas para doblegar a la chica.

Aaaahhh... ha usted... por supuesto que ha usted mi amo!- Gritó la pelirosa estando serca de llegar a un orgasmo. 

- Así me gusta. Dime, ¿me ayudarás en esta pelea?¿traicionarás a tus amigos por mi?- Susurró John en su oído mientras seguía dando brutales embestidas al pobre y pequeño cuerpo de la Queen de Wellston.

- Yo... yo... - La pelirosa pareció dudar, por lo que John volvió a propinarle una monstruosa embestida, recordandole a quien le pertenecía. 

- Por supuesto amo, los traicionaré por usted, sólo por favor no pare - Gritó la pelirosa estando a nada de su clímax, las últimas chispas de resistencia se borraron de su mente por las embestidas, ahora su mente lo único que añoraba era seguir sintiendo este enorme placer. 

- Bien echo, mi dulce mascota - John besó a Remi mientras ambos terminaban y llegaban a sus respectivos orgasmos. 

Remi fue ingenua e incapaz de resistirse y terminó cayendo en las garras de la bestia. Está sería su nueva vida de ahora en adelante. 

Ahora sólo queda ver quien es la siguiente presa en caer en las fauses del lobo.

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