Meili
Meili hoy estaba aburrida. Incluso con la situación tan tensa por la que estaba pasando la escuela últimamente la pelirroja todavía encontraba días muy monótonos.
Ella siempre había sido una amante de la aventura y constantemente buscaba emociones fuertes. Había sido así desde su infancia.
- Hey Mei - Una conocida y familiar voz la llamó desde sus espaldas, ella reconoció al instante de quien se trataba, incluso si todavía no se había dado la vuelta, puesto que sólo conocía a una persona que todavía la llamaba con ese estúpido apodo de la infancia.
Ella se giró para ver a un pelivioleta que la saludaba y le dirigía una sonrisa cálida.
- Hola Ventus - Ella lo saludó acompañando sus palabras con un gesto con su mano.
El pelivioleta se acercó a ella con un enorme y radiante sonrisa antes de darle un corto beso en los labios que ella aceptó con poca emoción.
Si bien Ventus usualmente era siempre frío y estoico cuando andaba con los demás ella era la excepción.
Puede que aparte de su noviazgo fuera por que se conocían prácticamente desde siempre. Sus familias eran de niveles y estatus muy similares y sus madres eran mejores amigas, por lo que desde incluso sus días ellos recuerdan estar al lado del otro.
Siempre estuvieron juntos, por lo que el que surgiera una relación entre ambos fue sólo cuestión de tiempo.
Pero. Mientras el tiempo pasaba las personalidades de ambos fueron madurando y cambiando comenzaron a haber roces entre ellos.
La pelirroja recordaba un tiempo en donde de verdad lo amaba y se había sentido muy feliz los primeros días que había estado con él. Sin embargo ese sentimiento poco a poco se fue diluyendo hasta el punto en donde Meili se aburrió y comenzó a tener aventuras con otros chicos.
Meili le había sido infiel a Ventus en múltiples ocasiones, tanto a sus espaldas cómo en su propia cara. Él obviamente lo sabia, sin embargo últimamente ya ni se molestaba en reclamarle y sólo se dedicaba a tragarse su orgullo y fingir que no notaba cómo alguien mas fuerte o mejor dotado se follaba a su novia, cosa que a los ojos de la pelirroja sólo lo volvía muy patético.
El pelivioleta había tenido una fuerte discusión con ella la primera vez que la descubrió a tal punto que casi se rompe su relación, sin embargo al final él se arrepintió, decidió perdonarla y hacer de cuenta que nada había pasado, intentando olvidar todo el asunto.
Pero Meili volvió a ponerle los cuernos, y luego otra vez, y luego de nuevo, y de nuevo.
Ventus comenzó a sentir una inmensa impotencia por lo que sucedía, pero se negaba a romper con la pelirroja y tampoco podía golpear a aquellos hombres con los que se acostaba puesto que ella siempre solía elegir niveles altos bastantes guapos.
Salvo una vez en la que se acostó con un nivel medio del cual se rumoreaba tenía una "herramienta" bastante grande y era bastante bueno en la cama.
Pero incluso con su apetito sexual insaciable. La pelirroja tampoco era estúpida o tonta. Ella siempre cometía sus infidelidades lejos de wellston y de las vistas chismosas de los estudiantes para mantener su gran reputación cómo un nivel élite.
Meili sabía perfectamente que sus acciones y amoríos dañaban a Ventus. Sin embargo no le importaba.
Ella quería a un hombre fuerte y dominante que estuviera más que dispuesto a luchar por lo suyo, que tomara lo que quisiera sin preguntar, que la sometiera y se la follara sin piedad, que le demostrará que ella era su puta y que ella le pertenecía.
No a un cobarde que se quedaba con el rabo entre las piernas y se iba a una esquina a llorar en silencio.
- Meili, ¿que te parece si vamos a la azotea un rato para comer antes de que empiece la siguiente clase?- Preguntó Ventus sacándola de sus pensamientos.
Ella aceptó, puesto que no tenia nada mejor que hacer y sin más ambos fueron en dirección a la azotea de la escuela no sin antes pasar por la cafetería para buscar sus respectivos aperitivos.
Una vez llegaron a su destino se sentaron en uno de los muros del techo y comieron sus almuerzos en silencio, o al menos así hubiera sido si Ventus no decidiera tratar de comenzar una conversación en un intento desperado por contactar con su novia.
- Y... ¿que tal estuvo tu día?- Preguntó el pelivioleta.
- Un día común igual que los otros - Ella respondió de manera seca sin apartar la mirada de su comida.
- Oh, bueno, yo tuve muchas cosas por ejemplo está mañana yo... -
Y así, mientras su novio hablaba ella hizo caso omiso de sus palabras totalmente y se molesto en recordarse a sí misma por que si quiera todavía estaba con Ventus.
Primero, ambos eran mucho más poderosos juntos que por separado, si estuviera sola ella no era más que otra de los tantos niveles élite de la escuela. Sin embargo, cuando hacia equipo con Ventus ambos se convertían en el mejor equipo posible y el dúo más complicado de enfrentar de todo Wellston. Se complementaban bien, sabían respaldar las fortalezas y suprimir las debilidades del otro, en general, se volvían mucho más fuertes cuando peleaban al lado del otro.
Por otro lado ambos sus familias, y sobre todo sus madres, eran demasiado unidas. Ella no podría imaginar el nivel de paliza y regañada que le daría su madre si ella decidía terminar con el pelivioleta o si incluso se descubrían las múltiples infidelidades que ella cometió en su contra.
Y por último, su reputación, si terminaba con Ventus sus aventuras con otros sujetos inevitablemente saldrían a la luz, cosa que ella no quería por qué podrían arruinar su imagen cuidadosamente construida.
Con todo esto, Meili no encontraba algo por lo que valiera la pena terminar con Ventus. Pero eso no significa que ella no volviera a hacer de las suyas.
Por lo qué la pelirroja decidió cambiar el enfoque de sus pensamientos y en su lugar comenzó a chequear sus opciones sobre quién sería el siguiente chico guapo y fuerte al que intentaría meterse en sus pantalones.
Ya no quedaban opciones apetecibles en las cercanias, por lo que por primera vez su siguiente amante tendría que ser uno de la escuela, una idea algo arriesgada pero que de seguro valdría la pena, pero en verdad el mayor problema ahora era, ¿con quien?.
Zeke estaba fuera de discusión. Él podía ser bastante alto, sin embargo su actitud tan asquerosamente patética y cobarde de inclinarse ante cualquiera tan sólo un poco más fuerte que él y su permanente cara de culo eran un repelente lo suficientemente potente cómo para alejarla al instante.
¿Arlo quizá?. Nah, el ex- King era tan serio y estricto que seguramente la rechazaría sin dudar. Ademas ya existía un cierto rumor entre los de la casa segura de que él tenía algo con Seraphina. Es una pena, él es bastante, alto, fuerte y guapo.
¿Tal vez Isen o Blyke puedan aceptar?... Hmm, no lo sabía, era de conocimiento común para todos en Wellston que ellos dos se peleaban todo el tiempo por Remi. Por lo que quizá su seducción hacia cualquiera de ellos dos podría fallar. Aunque todavía no era mala opción descartar a ninguno de los dos.
No tenía muchas opciones, y estaba fuera de discusión buscar a un tipo con menos nivel que ella a menos que tuvieran un gran motivo entre las piernas que pudiera hacerla cambiar de parecer. Pero entonces, si no es ninguno de los antes mencionados, ¿entonces quién?.
-¡Meili!- Una fuerte voz llamando su nombre la saco abruptamente de sus pensamientos.
Ella se sobresalto un poco por la impresión. Antes de comprender que la voz venía de Ventus sentado a su lado.
-¿Que?- Ella preguntó.
- Te eh estado hablando por los últimos minutos sin embargo tu pareces pérdida en las nubes, ¿estas bien?- Interrogó el pelivioleta.
- Oh si claro, olvídalo, estaba pensando en algunas tareas que tengo pendientes - Ella inventó una escusa rápidamente que al parecer colo.
- oh, ok... oye, nos quedamos sin bebidas, ¿te parece si voy a por más?- Preguntó el chico mientras comenzaba a levantarse.
- Adelante - Ella lo aceptó sin dudar para alejarlo un rato para maquinar su plan en paz.
- Ya vuelvo Mei - Se despidió Ventus con una sonrisa.
Sin más el pelivioleta se marchó de la azotea dejando a la pelirroja sola.
Meili siguió con sus candidatos para su próxima conquista. Pero al final no encontró a ningún buen candidato por lo que para pasar el aburrimiento más rápido decidió comenzar a divertirse ella sola.
La cafetería seguramente sería donde Ventus iría a conseguir las bebidas, la cual por cierto estaba en el primer piso, por lo que él tardaría un tiempo en volver. Tiempo mas que suficiente para que ella se masturbára un poco.
Sus manos lentamente se dirigieron hacia sus piernas y acariciaron sus muslos. Ella luego rozó las puntas de sus dedos contra su feminidad por encima de sus bragas con timidez.
Meili liberó un suave suspiro. Un tenue rastro de humedad ya había aparecido en su entrepierna, pero para ella no era suficiente.
Activo su habilidad y se provocó a sí misma unos pequeños y delgados cortes en la parte interna de sus muslos, muy cerca de su zona íntima.
-Ahhh - Un gemido de placer se le escapó de sus labios sin querer cuando sintió el ardor de las cortadas que no tardó en convertirse en placer.
Este era otro de los secretos de Meili. Cuando era aún más joven todo el tiempo se la pasaba cortándose a sí misma, pero no por que tenia depresión, problemas familiares o algún estupidez de esas, sino por que le provocaba un inmenso placer.
Ella se excitaba sexualmente al ser dañada. Siempre daba gracias a las medicinas milagrosas que existían desde el último siglo, puesto que podía autolecionarse todo lo que quisiera sin tener que preocuparse por cicatrizes o secuelas permanentes. Ademas el poco tiempo en que heridas como esta sanaban era tan poco que no daba tiempo a que alguien las notará y preguntara por ellas.
Lamentablemente Meili nunca encontró a un amante con tendencias sádicas que estuviera dispuesta a lastimarla o humillarla a los extremos en los que a ella le gustaría, y tampoco insistía mucho por miedo de que quedará como una rara y luego se difundiera el rumor por alguna razón.
Cuando su intimidad ya estuvo lo suficientemente húmeda se retiró las bragas, disfrutando del placer que obtuvo cuando la tela se arrastró por encima de las heridas sangrantes, antes de asaltar su coño con sus dedos.
Ella recordaba cómo un momento especial aquella vez en las que John, ese tipo el cual para ella y toda la escuela era un inútil sin capacidad, se enojo, demostró su poder y le dio la mayor paliza de su vida.
En su momento se asustó mucho, sobre todo por la gran caída que casi la mata. Pero después de eso casi llega al órgasmo únicamente al recordar el dolor que sintió aquella vez. Por lo que desde entonces ese momento plagaba sus fantasías cuando jugaba consigo misma.
La pelirroja no había probado una polla de verdad en semanas, ya habían pasado algún tiempo desde su último amante y la verga de Ventus era demasiado flácida para su gusto.
Por lo que no le quedó de otra que contentarse y masturbarse mientras se cortaba aprovechando que estaba completamente sola...O al menos eso era lo que ella suponía.
- Esta sin duda es una vista interesante - Una misteriosa voz llegó repentinamente a los oídos de la pelirroja haciendo que esta se asustará y se detuviera en el acto.
Su sorpresa y terror inicial por haber sido descubierta sólo se amplificó al ver en frente de ella a un chico de cabello negro. Uno que ella ahora conocía muy bien.
John, el actual King de Wellston estaba parado en frente de ella con las manos en los bolsillos y una sonrisa pequeña maliciosa en el rostro mientras la veía a ella con dos dedos introducidos en el coño y jugando con su clítoris.
-¿¡¡Que Mierda!!!?¿¡¡pe- pero que haces aquí!!?- Ella cuestionó mientras trataba de cubrirse con su falda.
- Bueno, este es mi lugar favorito en la escuela y en donde suelo pasar mi tiempo Decidí ponerme a dormir un poco en la parte de atrás hasta que tú y el idiota de tu novio me despertaron - Explicó el pelinegro.
- Pensaba en irme cuando se fueran pero salí cuando oí sonidos raros... vaya sorpresa me llevé - Explicó John mientras le dirigía una mirada sucia.
La chica escuchaba sus palabras todavía aterrada por la idea de que alguien como él la hubiera visto. Sin embargo para ella no paso por alto el claro bulto que había en su entrepierna.
Sus ojos cruzaron miradas antes de que él siguiera su mirada, enterandóse de que ella sabía sobre su erección.
Los dos se quedaron en silencio por unos segundos sin que nadie dijera nada, no por vergüenza, dios sabía que eso no podría importarle menos a John, sino más bien por qué no había nada digno de mencionar.
Entonces, probablemente la idea más estúpida que Meili había tenido en su vida se cruzó por su cabeza.
Tener sexo con John.
Este sería probablemente el chico más peligroso con el que podría intentar algo así. Pero francamente estaba demasiado desesperada por una polla de verdad y demasiado caliente como para pensar bien las cosas por lo que solo dejo que su boca dijera lo que quisiera.
-...¿quieres coger?- Ella dió esa invitación con total naturalidad y cómo si fuera la cosa más simple del mundo.
El pelinegro alzó la vista al cielo y puso su mano en su mentón como si lo pensara por unos segundos. Antes de bajar la vista, mirarla con una expresión neutra y encogerse de hombros.
- Si claro, por qué no - John aceptó, al fin y al cabo él nunca diría que no a una buena cogida casual.
///////////////////// Lemon ////////////////////
Los ojos de Meili se abrieron con emoción y excitación por igual mientras una sonrisa hambrienta y enloquecida de lujuria se formaba en su rostro.
- Entonces ven aquí y follame cómo a una perra en celo, papi - Ella chilló mientras abría las piernas y levantaba su falda, mostrando su coño húmedo y sus muslos llenos de cortes y sangre.
Cuando vio cómo los ojos de John se detuvieron en sus lastimaduras y se las quedaban mirando Meili creyó que este estaría disgustado y ya no tendría ganas de hacer nada.
Pero lejos de eso el sólo sonrió y antes de preguntar.
- Así que, te gustan esas cosas, ¿no?-
Sorpresivamente una pequeña sonrisa tímida se formó en el rostro de la pelirroja mientras asentía con la cabeza y las mejillas levemente coloradas.
Meili comenzó a acariciar su feminidad de una manera muy bulgar con tal de provocar al pelinegro. Ella se encontraba muy caliente y no resistía más las ganas de probar la polla del actual King.
Sin embargo, para su frustración John no quería ir a ese punto tan rápido.
-¿Piensas que en serio yo, el King, me denigraría así como así a follar el coño desesperado de una pervertida masoquista?- El preguntó en un tono de voz despectivo y dominante mientras presionaba su pie con rudeza contra uno de sus lacerados muslos.
Su tono de voz tan autoritario, despectivo y agresivo le dió la impresión de que a sus ojos ella tan sólo era una perra barata, una puta, una alimaña y una basura que estaba por debajo de sus pies. Y el pensar eso de ella misma la emocionó.
- Ahhmm - La pelirroja contuvó un gemido cuando sintió el zapato de John raspar sus cortes con brusquedad. En respuesta su sexo se humedeció aún más de lo que ya estaba.
La sonrisa sádica del pelinegro se ensanchó al ver el rostro enrojecido, los ojos llorosos y nublados y la baba que caía de la boca de Meili. Era obvio que la pelirroja era una masoquista, una ninfómana y una cerda que disfrutaba ser maltratada y humillada.
Y para John esta era una muy buena oportunidad para ir más lejos de lo que alguna vez fue con sus otras chicas.
- Por favor, por favor. Quiero tú polla, por favor la quiero - Rogó Meili mientras se masturbaba. La chica estaba tan perdida en la lujuria en este momento que a John le sorprendía lo incompetente que debía ser su novio cómo para no poder satisfacerla ni siquiera cómo para que costará un poco más romperla.
John bufó mientras se preparaba a comprobar hasta que punto estaba dispuesta la chica a humillarse por tan sólo una penetración.
-¿tanto lo quieres?... pues orina en el suelo para mi entretenimiento, perra -
John soltó su demanda mientras ponía especial atención en la reacción de la chica. Los ojos de ella se abrieron con sorpresa y por un momento temió que ella fuera a negarse. Pero esos pensamientos fueron descartados al instante en el que ella puso una sonrisa boba en su cara y comenzó a arrastrarse a cuatro patas cómo un miserable perro.
Meili se detuvo en frente de los rayos del sol que caían en la azotea, de tal forma que su sombra no estorbase y dando una vista perfectamente clara a su entrepierna chorreante y húmeda.
Ella se sacó sus bragas de una vez y las tiro despreocupadamente a un lado; la chica se puso en cuclillas, abrió las piernas lo mayor que pudo y se levantó la falda para que John no se perdiera nada del espectáculo.
Meili tardó unos largos segundos, tal vez por los nervios de estar siendo observada o por qué en realidad no tenia ganas y tenía que forzar su vejiga. Pero al final no importa cómo fuera por que al final paso. Un chorro dorado salió disparado de su feminidad y calló al suelo a unos cuantos sentimientos de distancia comenzando a formar un pequeño charco.
John vió con mórbido interes cómo la orina salía junto a los jugos de amor de Meili y se desparramaban por el suelo.
Esto duró unos cortos segundos antes de que el chorro fuera perdiendo potencia hasta detenerse por completo después de unos últimos salpicasos finales.
-¿L- le gustó... amo?- Preguntó la chica buscando saber que tan bien había hecho su trabajo.
John disfrutó en secreto de que Meili lo llamará "amo" sin la necesidad de si quiera un pequeño acondicionamiento previo y tomará la iniciativa por cuenta propia. Quizá luego debería entregarle la pelirroja a Evie, esas chicas que la pelisandia estaba entrenando podrían necesitar un modelo a seguir.
- Tú demostración estuvo aceptable. Te mereces una pequeña recompensa - Respondió John después de salir de sus pensamientos.
Acto seguido el pelinegro se desabrochó los pantalones para luego bajarselos de un movimiento junto a sus bóxers para así revelar su polla erecta.
- Ven y dame una mamada, perra - Él ordenó.
Su nueva mascota no lo dudo y obedeció al instante, comenzando a gatear en cuatro patas hacia él desesperadamente.
Cuando la pelirroja llegó ante el pelinegro rápidamente engulló su verga completa de un bocado y comenzó a mamarla cómo si su vida dependiera de ello.
El pelinegro arqueo una ceja ante esto, ciertamente a él le gustaba que sus chicas le pusieran ganas cuando lo satisfacían, sin embargo esta brusquedad y el como sus dientes de vez en cuando rozaban su verga lo fastidiaba.
John agarró a Meili del cabello con fuerza antes de separarla y alejar su cara de su ingle, sin embargo la chica no entendió y quiso volver a engullir la polla del pelinegro una vez más, pero por suerte una fuerte cachetada la volvió a alinear.
Meili lejos de estar enojada, sorprendida o asustada por haber sido agredida había reaccionado de toda la forma contraria, una sonrisa boba adorno su rostro y sus ojos le dirigieron una mirada hambrienta mientras su pecho subía y bajaba con una fuerte respiración pesada.
John se acercó una vez más y golpeó la cara de Meili con su polla para provocarla, pero la chica resistió la tentación y la lujuria con una sobrehumana fuerza de voluntad, todo mientras esperaba la aceptación de su nuevo amo para chuparsela o alguna nueva orden.
- Bien, así me gusta - Exclamó John con una pequeña sonrisa.
El pelinegro tomó la mandíbula de la pelirroja con los dedos y la abrió en una perfecta O antes de alinear su polla cubierta de saliva con su boca nuevamente. Meili esperó con paciencia, al fin y al cabo el disfrute de su amo era lo más importante.
John volvió a entrar en la cavidad oral de Meili nuevamente y empujó su polla hasta el fondo de su garganta. La chica se atragantó y sintió como su cuerpo provocaba arcadas y quiso vomitar por instinto.
Pero logró contener este impulso y en su lugar se aferró a los muslos del pelinegro y comenzó a mover su cabeza de adelante hacia atrás para complacerlo.
La nariz de la pelirroja prácticamente estaba pegada a su ingle mientras su frente chocaba contra sus marcados abdominales y las bolas del chico le pegaban en el mentón.
Sonidos húmedos, chapoteos y gemidos ahogados cubrieron toda la azotea cuando John comenzó a follar la cara de Meili con rudeza. Estos sonidos lascivos no hicieron más que aumentar cuando las caderas del pelinegro comenzaron a moverse de una forma bestial y asaltó el fondo de la garganta de Meili sin piedad.
La chica daba su mejor intento de chupar y lamer la polla de John para complacerlo mientras a sí mismo con sus dedos masturbaba su coño, sin embargo esto se volvió difícil cuando las embestidas se volvieron demasiado rápidas cómo para seguirle el ritmo.
Pero por suerte esto no duro mucho puesto que de un momento a otro el pelinegro agarró la parte de atrás de cabeza con ambas manos y apretó su cara contra su ingle a la vez que sentía cómo la polla dentro de su boca se estremecía antes de sentir un líquido caliente y pegajoso bañar su lengua.
- No te atrevas a escupirlo - Advirtió el pelinegro entre un ronco gruñido de placer.
Después de llegar al orgasmo John permaneció unos segundos más dentro de la boca de Meili, tomándose el tiempo de liberar toda su carga antes separarse de la chica.
La pelirroja jadeaba con la lengua afuera tanto por la lujuria cómo por haberse olvidado de respirar, sus labios estaban bañados en saliva y seman, ella trató de mantenerlo dentro de su boca, sin embargo un poco de aquel líquido blanco se deslizó por su barbilla hasta caer al suelo.
- Tsk... ¡perra inútil!- Masculló John mientras la pateaba en el estómago.
Meili calló al suelo mientras sujetaba su estómago con dolor, ella podría exitarse y disfrutar del dolor, pero aún así le dolía en el momento. John apoyó su pie en la cabeza de Meili con rudeza, sacando a la chica de su transe para que ella le prestará atención.
- Puta perra de mierda, eres tan inútil que ni siquiera puedes cumplir una simple orden - Masculló el chico arrastrando la suela de su zapato por el costado de su cara.
- Ahora lame del suelo todo el semen que tiraste - Él ordenó mientras retiraba su pie.
La chica no lo dudo y sin perder ni un segundo comenzó a lamer aquel viscoso liquido blanco del mugroso suelo de la azotea; todo con tal de complacer al mejor hombre que alguna vez conoció en toda su vida.
John sonrió complacido cuando vio el suelo había quedado tan limpio que casi parecía brillar.
- Bien. Ahora date la vuelta y enséñame en culo cómo una buena perra - Él demandó una vez más.
Al igual que con la orden anterior la pelirroja se volteo, apoyo sus manos contra la reja que delimitaba los bordes de la azotea, arqueo la espalda y levantó su culo de buen tamaño para que John pudiera hacer con el lo que quisiera.
El pelinegro alistó su pene ahora erecto de nuevo con la entrada ansiosa y mojada de la pelirroja, él se agarró sus caderas con fuerza antes de penetrarla repentinamente y sin aviso.
-¡Ahhh!- Meili chilló cuando la gran verga del King entró hasta el fondo. La polla de John era mucho más grande que la de Ventus. De hecho puede que sea la más grande con la que alguna vez haya tratado, incluso más que la de aquel nivel medio.
La pelirroja no tuvo tiempo de acostumbrarse cuando John ya se encontraba moliendo su coño con sus salvajes embestidas.
- Hey Mei aquí están las bebi... - Los dos escucharon cómo la puerta detrás de ellos se abría y una emocionada voz se escuchaba antes de callarse repentinamente.
Los dos se voltearon para ver a Ventus allí parado en la puerta de la azotea, petrificado con dos bebidas en sus manos, con la boca abierta y una mirada devastada y rota en su ojos.
John se detuvo, salio de Meili y sin siquiera molestarse en ocultar su pene erecto y cubierto con los fluidos de la pelirroja caminó hacia el novio de la chica que se estaba follando hace unos segundos.
- Gracias por la bebida, tenia sed - Dijo el pelinegro mientras le arrebatada una de las gaseosas que llevaba en sus manos para luego bebersela toda de unos pocos tragos.
John tiró la lata vacía a un lado para luego volver a dirigirse a la pelirroja para continuar follandosela.
Todo mientras el pelivioleta seguía parado allí sin cambiar ni su postura ni su expresión.
-¿¡A que esperas idiota!?¡¡lárgate de aquí!!- Le gritó Meili a su novio.
El pelivioleta espabilo un poco ante el arrebato de su novia. Aunque Ventus todavía no parecía volver de todo en su y aún tenía una mirada perdida él retrocedió lentamente antes de darse la vuelta y comenzar a marcharse.
-¡¡Cierra la puerta imbécil!!- Gritó Meili una vez mientras John volvía a pararse detrás de ella para volver a pentrarla.
Ventus se volteo de forma robotica y caminó unos cuantos pasos para cerrar la puerta. Todo sin decir nada y luciendo ajeno de todos la situación. Cómo si su cuerpo actuará en modo automático.
La puerta se cerró justo cuando John continuó follandóse el coño de Meili, dando ocasionalmente una nalgadas tan fuerte que dejaba rojas e irritadas sus grandes nalgas.
La pelirroja intento doblarse y acercar su rostro al de John para besarlo, sin embargo el pelinegro al ver sus intenciones la estuvo.
- No quiero besarte perra asquerosa - Dijo John con repugnancia y apartando la cara de Meili con una bofetada con el dorso de la mano.
-¿Que te hace pensar que yo querría besarte puta?- Cuestionó John mientras agarraba la cabeza de Meili por lo pelos y azotaba su cara contra la reja.
-¿he?, perra inútil - El pelinegro azotó su trasero cada vez con más fuerza, dejando moretones y lastimaduras que hicieron gemir a la chica, aunque sus gemidos demostraban que la chica sentía más de placer que dolor.
- Y- yo lo siento - Se disculpó Meili entre gemidos.
- Tendrás que hacerlo mejor que eso perra - Gruño el pelinegro a la vez que aumentaba sus embestidas.
- Po- Por favor perdóneme, amo - Aulló la pelirroja con su cuerpo si parar de agitarse debido a las violentas estocadas.
-¡Ladra!¡ladra cómo la perra que eres!- Ordenó John a lo que la pelirroja obedeció, disfrutando de la sensación de ser humillada y del dominio que este hombre ejercía sobre ella.
-¡Woof!¡woof!woof!- Meili dió un pobre intentó de imitar los ladridos de un perro mientras que jadeaba con la lengua afuera.
John comenzó a aumentar sus estocadas, cada vez más cerca de correrse por segunda vez. El pelinegro agarro sus jugosas caderas con fuerza, clavando sus uñas en su carne blanda y provocando aún más heridas en ella.
John dio unas últimas tres embestidas con todo lo que tenia antes de salir de dentro de la chica justo cuando se corría. Su segunda carga calló sobre el amoreteado y maltratado trasero de Meili y otro un poco también cayó sobre su arrugada y sucia falda.
La pelirroja cayó al suelo cuando John la soltó y esta perdió la fuerza que le quedaba en las piernas; mientas que por el otro lado John levantó la vista al cielo y respiro hondo, estabilizando su respiración lentamente.
Después de unos segundos él bajo su mirada, encontrándose con la pelirroja, la cual lo miraba desde el suelo.
-¿¡Que carajos crees que miras puta!?- Masculló el pelinegro mientras la pateaba en el estómago.
La chica se encogió de dolor y placer en el suelo. Sin embargo la cosa no terminaría allí puesto que el pelinegro comenzaría a patearla una y otra vez mientras le decía toda la clase de insultos.
Para cualquiera que contemplará esta escena la vería con horror y trataría de detener al pelinegro. Sin embargo sin que se lo esperarán de haber interferido Meili hubiera odiado hasta la muerte a cualquiera que hubiera detenido este momento.
Aunque las patadas de John fueran demasiado fuertes y brutales, él no estaba usando ninguna habilidad. Si Meili de verdad hubiera estado sufriendo hubiera activado su habilidad en un acto desesperado de escapar... Sin embargo ella no quería escapar, de hecho ella quería que esto nunca terminará.
La pelirroja sentía como se acercaba al orgasmo más abrumador que alguna vez hubiera tenido con cualquiera de sus otros amantes.
Las patadas y los golpes iban y venían mientras que la pelirroja lo gozaba cómo si estuviera en el cielo. Finalmente, cuando una pata particularmente violenta impacto contra su hígado, Meili se corrió, y se corrió con más fuerza en lo que sería el mejor orgasmo que había tenido en toda su vida sexual.
Sus muslos cortados y cubiertos con su propia sangre temblaron como gelatina y se empaparon con sus propios jugos al igual que sus nalgas amoroteadas y golpeadas.
John le dirigió una mirada denigrante y superioridad que casi logra poner cachonda de nuevo a Meili. Sin embargo esta mirada fue reemplazada por una sonrisa maliciosa que también fue excitante para la pelirroja.
- Si quieres más diversión ven a mi habitación el viernes a la noche - Dijo John antes de simplemente abrocharse los pantalones y acomodarse la ropa un poco para luego simplemente marcharse de la habitación.
Meili se quedo allí, recostada en el suelo mirando por donde se había marchado John con una expresión confusa e intrigada en su rostro.
A ella le gustaría decir que estaba pensando detenidamente si debería ir o no la habitación del King el viernes por la noche. ¿Pero a quien quería engañar?, ella no podía esperar a que ya llegará el viernes para volver a repetir un momento cómo este.
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-¡¡Por favor ama castigáme más, he sido una chica muy mala!!- Suplicó la pelirroja.
Meili se encontraba desnuda, acostada sobre el suelo mientras se encontraba atada de pies y manos y con una venda cubriendo sus ojos
-¡Silencio perra!¡eres demasiado ruidosa!- La silenció Evie mientras estaba vestida con un atrevido traje de cuero y tiraba la cera caliente de una vela sobre el cuerpo de la pelirroja.
El cual ya estaba lleno de moretones, golpes, cortés y marchas de látigo. Por otro lado, dos consoladores de gran tamaño estaban metidos profundamente dentro de su coño y culo que estaban vibrando al máximo.
Mientras todo esto sucedía, desde lejos John y el resto de sus chicas miraban la situación.
- Amo, ¿no creé que esto es demasiado?- Preguntó Remi con timidez.
- Nah, ella es la que quiere esto. Ademas si queda tan herida que Elaine no puede curarla entonces yo copiaré su habilidad y la potenciare - Dijo John.
Sus chicas se calmaron un poco, sin embargo todavía estaban un poco nerviosas por la nueva mascota masoquista que se había unido al harem de su amo.
Pero por otro lado volviendo a Meili.
La pelirroja se encontraba en el cielo. En el paraíso, en el edén.
Esto era tan bueno que había decidido terminar formalmente con Ventus para cumplir con los caprichos de su nuevo amo de no tener pareja ni relaciones con otros hombres.
Ni siquiera término con Ventus en persona. Ella había terminado con su novio y amigo desde la infancia mediante un mensaje de texto en donde simplemente le decía que ella lo dejaba, a lo que él respondió con un "está bien".
Ella al principio había temido que el pelivioleta le contará a toda la escuela sobre lo que paso entre ella y John en la azotea y expusiera todos sus secretos.
Sin embargo nada paso, al parecer el muy cobarde no tenia las agallas de arriesgarse a que todos supieran que su novia follaba con casi cualquier cosa que tuviera un pene y él lo sabia pero no hacía nada al respecto hasta que ella lo dejo por alguien mejor.
Por otro lado ya se esperaba una llamada enojada de su familia cuando se enteraran que rompió con Ventus. Pero no estaba preocupada.
Apostaba a que la actitud de su familia cambiaría RADICALMENTE cuando supieran que había dejado a Ventus por el nivel dios más poderoso de toda la escuela.
Al fin y al cabo es igual a ese viejo dicho que ella escucho en repetidas ocasiones en aquellas aburridas reuniones de niveles élites que hacían en su vecindario para pavonearse en frente de los niveles medios y bajos y simular ser tan importantes como los niveles altos.
"La amistad y el amor es importante pero el nivel lo es aún más".
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