La victoria después de la batalla (Todas)

Hoy todo debería acabar.

Este fue el pensamiento que corría por la mente de John.

Desde hace algún tiempo el golpe en su contra orquestado por Seraphina, Arlo y los demás se había vuelto cada vez más cercano, pero ahora era inminente.

Ya ha estado jugando a este jueguito con ellos por mucho tiempo. Ya es hora de que él, sus chicas y su ejército los aplasten.

Elaine y Remi le habían estado informando acerca de los movimientos de los miembros de la casa segura y que ellos ya tenían todo preparado y que el complot en su contra ocurriría dentro de esta misma semana.

Pero él no tenia miedo ni estaba preocupado. Había reclutado a todas las chicas poderosas de la escuela y tenia a un buen número de estudiantes femeninas con el cerebro lavado y el coño usado que tenia como esclavas.

Y hablando de eso. Evie había hecho un magnífico trabajo acondicionando a muchas de las niveles medios de la escuela para volverlas escalvas sexuales y soldados.

Con un gemido ronco el pelinegro acabó y salió del interior de una de aquellas putas sin voluntad. Si mal no recordaba esta chica se llamaba Wenqi. Era una hermosa rubia que en el pasado solía golpear a John junto a Illena y otro grupo de idiotas sin importancia.

John se quitó el condón que había usado para follarse a la esclava y se lo tiró en la cara a la rubia la cual no reaccionó de ninguna forma. El contenido del condón se escapó y comenzó a escurrir lentamente por el rostro de Wenqi, otras chicas desnudos se acercaron gateando a ella y comenzaron a lamer el semen de su cara.

- ¿Que les parece, Amo?- Preguntó Evie llegando hasta su lado.

La pelisandia estaba vestida con su obseno traje sadomasoquista de latez, en sus manos su fiel látigo de cuero la acompañaba y estaba vez portaba un antifaz negro para completar el juego.

- Están perfectas, hiciste un increíble trabajo Evie - La felicitó John acariciando su cabeza como lo haría con un perro que se portó bien.

John había estado probando a sus soldados para asegurarse de que todo marchara bien.

Él se había reunido con Evie y las esclavas en su base, aquella casa abandonada en donde habían mantenido secuestrada a Seraphina y en donde más tarde violaron a Illena. Al principio el lugar estaba destrozado y sucio, pero después de algunas remodelaciones se había convertido en un escondite decente. 

-¡Muchas gracias amo!- Evie sonrió radiantemente, sin duda la chica se vería aún más tierna y dulce si no fuera por lo que estaba vistiendo y haciendo.

- Y ustedes, perras de mierda, ¿que estan mirando?¿acaso quieren que las siga azotando?- Amenazó la pelisiandia azotando el suelo con su látigo al notar que Wenqui y las otras esclavas nos miraban.

Las niveles medios se encogieron de miedo a la vez que se excitaban y sus entrepiernas se humedecian. Después de todo el desastre que Evie había echo en sus cabezas para ellas el dolor y el placer ahora eran lo mismo.

Era gracioso ver lo patéticas que se veían ahora que no eran ellas las que humillaban y maltrataban a otros. Por que no había que olvidar que estas mismas chicas habían echo de la vida de Evie y de las de muchos otros un infierno en toda su travesía por Wellston. Todo lo que están recibiendo ahora no es más que lo que merecen.

- Bueno, fue divertido probar a nuestros soldados, pero ahora necesito irme. Tengo una cita - Dijo el pelinegro mientras se acomodaba su vestimenta  casual pero fina.

- Oh, ¿así que ha aceptado los deseos de Remi?- Cuestionó la pelisandia con curiosidad.

- Exacto, Remi a sido una mascota espléndida. Se merece esa cita y el ser formalmente mi novia - Él respondió pensando en cómo "confirmaría" su "noviazgo" con Remi.

- Vaya suertuda, ahora me siento celosa - Resopló la pelisandia con frustración.

- Tranquila. Tú también has sido muy buena. Pronto voy a recompensarte - Aseguró John mientras volvía a acariciar su cabeza de forma cariñosa.

Después de esto y de que la pelisandia quedará conforme nuestro pelinegro favorito se marchó de la casa, tomando rumbo en dirección a donde había quedado en reunirse con Remi para su cita.

Obviamente el pelinegro no había elegido esto de buena voluntad en realidad. Pero tenia que hacerlo.

John sabía muy bien que Remi no había abandonado por completo a sus amigos por él, por lo que existían  probabilidades de que ella decidiera  traicionarlo, y la verdad temía un poco en que ella al final lo hiciera y complicará sus planes. Por lo que durante estos últimos días la había estado vigilando rigurosamente además de mimarla y tratarla con más cariño de lo usual, siempre la mantenía a su lado cada vez que podía y no pasaba ni un segundo en el que él no supiera en donde estaba, con quien se juntaba o que estaba haciendo.

No podía arriesgarse a que un factor sorpresa interfiriera en sus planes. Además, por lo que había decidió enganchar a Remi permanentemente a él de una vez por todas.

Y tampoco es que la idea le desegradara. Remi era muy linda y dulce, de entre todas las chicas en su harem ella era su favorita.

Y sin más pensamientos en la mente. John siguió con su camino hacia su cita en silencio.

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- Muchas gracias por aceptar mi pedido amo - Agradeció Remi con una dulce sonrisa entre sus ruborizadas mejillas.

Los dos ahora estaban en sentados en un pequeño restaurante lleno de gente charlando y conversando mientras música sonaba de fondo para alegrar el ambiente.

- Estamos en público Remi, si me dices así la gente nos mirará raro. Llámame por mi nombre - Dijo John, notando que por suerte el bullicio del lugar había echo imposible que alguien oyera el como Remi se había referido a él.

- Okay... John - Remi saboreo las palabras dentro de su boca todo el tiempo que pudo. Disfrutando mucho del poder llamar a su amo por su nombre ya que a su parecer esto los hacia más cercanos.

- Escucha Remi, tengo algo muy importante de que hablar contigo - Exclamó el pelinegro llamando la atención de la pelirosa por completo.

- Tú eres la mejor de todas. Eres hermosa, dulce, linda, fiel y podría seguir y seguir. Por eso, quiero que seas mi novia, Remi, y no es una poca cosa, de verdad quiero que estés a mi lado - Las palabras del pelinegro llegaron profundo dentro del corazón de Remi, sintiéndo una felicidad sin precedentes.

-¡¡Si!!¡claro que si!- La peligrosa estalló. Su euforia incluso llamó la atención de la gente de las mesas cercanas a pesar del bullicio y la música. Aunque estas personas no le prestaron mucha atención a los dramas juveniles de estos dos adolescentes y volvieron a sus propios asuntos segundos después.

No sería errado decir que hoy era el día más feliz en la vida de Remi. Por fin podría cumplir su sueño. Su amo ya no sería sólo su amo, sino también su novio. Ambos estarían a un nivel mucho más similar que simplemente una relación de dueño y mascota.

No se esperaba que John también abandonará a sus otras chicas para darle toda su atención a ella. Pero se conformaría con ser su novia oficial, a diferencia de una mascota como lo seguirían siendo todas las demás.

Remi incluso ya estaba pensando en la boda y los nombres para sus hijos. Pero lastimosamente todos estos planes fueron interrumpidos por las siguientes palabras de John.

- Excelente. Ahora, cuando tus amigos estén por emboscarme, tú te darás la vuelta y vendrás a mi lado. Esa será una forma increíble de dar a conocer nuestra relación - Habló John, cosa que más pareció una sentencia de muerte para la pelirosa.

La sonrisa deslumbrante que antes adornaba el lindo rostro de Remi se borró en un instante. John le había prometido que ella no tendría que participar, que sólo se "enfermaría" convenientemente el día de la pelea y se quedaría todo el día en su habitación en lo que la pelea pasaba. Nunca le dijo nada de esto.

-¿Espera que?, e- eso no, por favor, Jo- amo por favor no me haga hacer eso - La pelirosa conmocionada tartamudeo tratando de suplicar compasión.

- Te dije que no debías llamarme amo, Remi. Y me duele mucho que me niegues de esta forma - John, lejos de estar enojado o molesto por su actitud, él la miró con ojos llenos de dolor.

-¿Acaso piensas dejarme solo y abandonado contra tus amigos?¿acaso los quieres más a ellos que a mi?¿o es que no me amas tanto como siempre dices?-

Remi se quedo callada. Sintiéndose conflictiva por dudar entre sus amigos o su novio, y también llena de vergüenza y culpa al lastimar los sentimientos de John.

La chica se sentía como una basura. Todo era su culpa, ella era una perra egoísta por no estar para John hay cuando él la necesitaba. Él no tenia la culpa de nada, lo único de lo que era responsable era de querer que su novia lo apoyará.

Pero incluso con eso, Remi todavía estaba en un gran conflicto. No quería decepcionar a su novio, pero por el otro lado no quería traicionar a sus amigos de una forma tan descarada y rastrera.

Mientras la pelirosa se debatía internamente entre que hacer. John tuvo suficiente de sus dudas y con un falso suspiro resignado y triste le dirigió un ultimátum.

- Bien... supongo que tú no me amas de verdad. Sabes, creo que hacerte mi novia fue un error, lo mejor será ofrecerle mi corazón a alguien como Cecile o Evie, estoy seguro que ellas no me abandonarán de esta forma - Él pelinegro posó una mano sobre su cara con un muy dramático malestar.

El aliento de Remi se atasco en su garganta una vez más. Ella se quedó entre la espada y la pared. No quería tener que hacer esto. No le gustaba para nada cuando tenía que decidir. Pero no le quedaba de otra.

Una vez más se veria obligada a elegir. Y una vez más su elección era predecible.

-¡No!...yo... yo lo haré. Estaré contigo - La chica respondió con dificultad.

Remi podía decir que no, y quería decir que no. Pero como la buena mascota adoctrinada que era no lo hizo. Por mucho que ella en el fondo deseara decir aunque sea un tímido y leve susurro que dijera "no", las cadenas invisibles que John meticulosamente había formado alrededor de su cerebro en las últimas semanas impidieron hasta el más mínimo rastro de rebeldía o algo que no fuera la obediencia absoluta.

-¡Por eso te amo tanto!- El rostro antes triste y decepcionado de John cambio en una fracción de segundo al más radiante y feliz de todo el restaurante. Superando incluso al que Remi había puesto hace unos minutos.

-Yo...yo también te amo - La pelirosa en respuesta le devolvió la sonrisa. Aunque esta era sólo un gesto forzado en un vano intento por esconder sus verdaderas emociones.

La cita prosiguió con normalidad. Pero mientras transcurría todo lo que quedaba del día, Remi no paraba de pensar en si había tomado la decision correcta.

Y en eso. Se dio cuenta. Se dio cuenta de todas las veces que John la había manipulado y la había orrillado a hacer cosas que no quería. Una suave voz le recordó todas las veces que ocurrieron situaciones como esta. Era como si  lentamente alguien quitará una venda de sus ojos que ella ni siquiera sabía que tenía. 

Y entonces una fuerte convicción se formó en su mente. Desde ahora en adelante no volvería a sucumbir ante John, no volvería a traicionar a sus amigos, no volvería a seguir sus ordenes. La próxima vez que él le ordenara algo, ella diría que no.

Sus queridos amigos valen más que él. Y cuando llegue el viernes, el día en donde habían decidido confrontarlo, ella se esperaría a que él se confíe y entonces le daría la espalda. Regresando con sus amigos y volviendo al lugar que pertenecía.

Ella haría las cosas bien ahora y no volvería a perder su camino. Ella lo haría, no volvería ceder... no lo haria.

No lo haría....

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El viernes finalmente llegó.

Y apenas los primeros rayos del sol salieron todo el alumnado de Wellstom sabía que hoy sería un día que podría marcar el final de la dictadura del tirano loco, o por si lo contrario, seguirían atrapados en este infierno.

Las primeras clases del día siguieron con una falsa normalidad. Cada segundo que pasaba era parte de una cuenta regresiva que todos contaban en sus cabezas.

Cada estudiante tenía sus propios pensamientos en la cabeza acerca de lo que sucedería. Algunos tenían miedo, otros estaban nerviosos, otros decididos, dos estaban indecisas y llenas de conflictos, Pero sólo uno estaba tranquilo, sabiendo que tenia todas sus piezas en los lugares correctos.

Finalmente el receso llegó, y lo inevitable ocurrió.

John caminó tranquilamente con las manos en los bolsillos por el patio este. Él podía sentir las miradas de temor de los estudiantes a su alrededor. Pero a diferencia de las otras veces en lugar de disgustarles sólo provocaron que una pequeña sonrisa depredadora se formará en su rostro.

Eran similares a las miradas que le enviaban las nuevas niveles medios que caían en las manos de Evie por medio de trampas y mentiras de sus amigas ya con el cerebro lavado.

John había aprendido a disfrutar y gozar aquellas miradas de terror y pánico puro, acompañas con pequeñas lágrimas dulces que se deslizaban por sus mejillas ruborizadas.

El pelinegro dejo esos pensamientos de lado ya que no quería tener una erección ahora mismo. Por lo que en su lugar se quedo parado en medio del patio.

No necesitando de ninguna habilidad para saber que una pequeña multitud ya había comenzado a rodearlo.

John, aún con las manos en los bolsillos y actuando despreocupado, vió con diversión a la pequeña multitud. Encontrando gracioso la pobre valentía y convicción en los ojos de aquellos a los que pudo reconocer de un vistazo.

Sin embargo su pequeña diversión se vio interrumpida por que alguien se paró frente a él.

Una muy conocida pelimagenta se posó erguida y desafiante ante él, sin mostrar ni el más mínimo atisbo de miedo o duda

- John... - Comenzó Seraphina.

- Seraphina... - John continuó, disfrutando con el paladar de pronunciar aquel nombre. Su vieja mejor amiga era probablemente la única chica con la que todavía no había follado en toda la escuela

Pero tocar algo que seguramente ya había probado el semen de Arlo no era algo que le apasionara mucho que digamos. Aunque se la robaría, él le robaría a Seraphina eventualmente sólo para follarsela delante de Arlo y hacerla gemir como él nunca pudo.

- John, lamento mucho que esto tenga que terminar de esta forma... Pero no me has dejado otra opción - La dura y fría voz de Seraphina sacó a John de sus pequeñas fantasías, logrando que el pelinegro le prestara atención.

Detrás de la pelimagenta la multitud avanzó y se preparó para pelear. Principalmente Arlo, Blyke y Isen. Pero también entre ellos encontró el rostro nervioso de Remi, junto a las caras expectantes de Cecile, Elaine y sus demás chicas, todas esperando su orden para actuar.

- Yo nunca quise recurrir a esto, y ten en cuenta que hacer esto me es muy difícil... pero hay que detenerte, mírate, estas irreconocible. Eres un completo tirano y me duele verte en este estado. Por eso, por tu bien y el de todos, por favor rindete John - Después de esas palabras finales de la pelimagenta el ejército detrás de ella activó sus habilidades.

Seraphina por su parte cerró sus ojos con pesar y respiro hondo. Sabiendo que todo había acabado de la peor forma posible. Ella sabía que este sería un duro golpe para él, y sólo deseaba que después de hacerlo entrar en razón a la fuerza ellos pudieran comenzar de nuevo.

Pero. Por sorpresa. El pelinegro lejos de corresponder sus amenazas, descontrolarse y comenzar a escupir toda clase de insultos como se esperaban todos, él sólo resoplo antes de levantar su vista al cielo nublado. Casi pareciendo reflexivo a los ojos de su ex-mejor amiga.

- Oye, si mal no recuerdo creo que tú me dijiste que habías hablado con Claire, ¿no?- John volteo a verla, sus ojos vacíos eran como abismos que atrapaban la luz a su alrededor y no mostraban nada de lo que ella alguna vez llegó a conocer y admirar de aquel valiente lisiado.

- Supongo que te dijo sobre todo ese tema del monstruo si mal no recuerdo, ¿verdad?. Sabes que Seraphina, por mucho tiempo me odie sin sentido, despreciándome de una forma muy absurda por como era y por lo que había echo.... Pero ahora es diferente... Yo realmente amo lo que soy -

Los ojos del pelinegro cobraron vida repentinamente. Pero lejos de mostrar cualquier emoción que la pelimagenta alguna vez haya conocido ella pudo apreciar algo oscuro, algo mucho peor que su habitual furia ciega y odio. Nada más que una crueldad y frialdad sin precedentes podía ser vislumbraba en aquellos orbes dorados.

Un abismo sin precedentes, mayor que la fosa de las Marianas. Estos eran los ojos de alguien que se había echo uno con sus demonios internos.

El pelinegro hace mucho tiempo había dado su último paso y se alejo de la luz o de cualquier fuente de redención o esperanza. ¿Por qué esforzarse tanto por cambiar?. Simplemente aceptar lo que eres y abrazar tu naturaleza es igual de bueno.

John soltó una suave risilla al ver la expresión estupefacta de Seraphina. El ejército que se había reunido en su contra comenzó a avanzar hacia él, liderados por Arlo y Blyke. Sólo para que acto seguido todo se desmoronara por un chasquido de dedos por parte del tiranico King.

Al intante siguiente unas largas cuerdas de energía provenientes de Cecile ataron a Blyke y Isen antes de azotarlos contra el suelo.

Meili atacó con sus garras a unos tales Abel y Gavin. Causando profundas heridas sangrantes bajo la atónita mirada de su novio Ventus.

Evie sólo sonrió mientras con un flojo gesto de su mano las chicas a las que había entrenado actuaban y atacaban a cualquiera que tuvieran alrededor.

Y mientras todo pasaba Elaine se quedó a un lado. Contemplando con felicidad como todo se desmoronaba y como una cara de conmoción, sorpresa y horror se apoderaba de los rostros de Arlo y Seraphina.

La pelimagenta vio estupefacta como el caos total inundó sus filas y con total incredulidad como sus amigas, Evie y Elaine parecían estar muy contentas por como se estaban desenvolviendo los hechos.

La ex-As quería intervenir, detener toda esta locura. Pero no era más que una pobre lisiada sin ningún tipo de poder.

Pero por otra parte ella no era la única persona que estaba congelada sin hacer nada.

En medio de aquel caos. Remi se encontraba completamente congelada como una estatua de piedra, temblando, rechinando los dientes y a con lágrimas acumulándose en los bordes de sus ojos, estando a punto de llorar debido a la impotencia.

Había pasado toda la noche despierta hasta tarde, repitiéndose una y otra vez en su cabeza que desafiaria a John y haría lo correcto. Pero a la hora de la verdad sus pies parecían anclados al suelo y no podía sino mirar como sus amigos eran atacados mientras ella temblaba como si la hubieran dejado desnuda en medio de una ventisca.

La pelirosa se sentía como una inútil y una cobarde. Ella quería moverse, activar su habilidad y comenzar a pelear para ayudar a sus amigos. Pero simplemente no podía. Por mucho que quisiera su cuerpo se negaba a moverse y esto la sumió en la más profunda de las desesperaciones y miserias.

Blyke y Isen fueron sometidos por Cecile. El pelirrojo fue el que opuso mayor resistencia, por un momento incluso logro safarce debido a sus lasers y sus hondas de energía. Pero no fue nada que Cecile no pudiera manejar con sus látigos y cuerdas.

Arlo se resguardo a sí mismo y a otros a su alrededor tras su barrera de una marea casi interminable de estudiantes femeninas que atacaron sin cesar. El rubio estaba más que confiado en que su barrera podría resistir a unos simples niveles medios antes que el dolor y las heridas reflejadas por su barrera las disuadiera.

Pero para su sorpresa las estudiantes no pararon de atacar. Incluso cuando las rasgaduras sangrantes inundaron sus brazos y sus huesos se rompieron, ellas sólo jadearon, se sonrojaron y lloraron mientras seguían atacando sin detenerse.

Todo se volvió un caos ante los ojos de Seraphina y vio como todo en lo que había trabajado en las últimas semanas se desmoronaba.

Su cabeza se encontraba inmersa en una marea de confusión, pánico y estupefacción. Ella sabía que la pelea sería dura, pero no comprendía por qué sus amigas la habían traicionado.

Podía ver el rostro de placer y goce de Evie mientras comandaba a las niveles medios y genuinamente parecía disfrutar del caos y dolor que estaba generando.

Por otra parte no paso por alto la mirada oscura y la sonrisa maliciosa de Elaine. Se podía notar desde lejos que ella disfrutaba enormemente de la miseria de Arlo y la pelimagenta.

Seraphina nunca había esperado ver este lado de sus amigas. Por parte de Elaine sabía que ella era muy grosera con los débiles, pero incluso cuando ella se había convertido en una lisiada la peliceleste nunca la había tratado de mala manera. Mientras que ver esta nueva cara de Evie si fue una brutal sorpresa, nunca se había imaginado que ella escondiera esta faceta en su interior.

Todo se iba lentamente de sus manos y por primera vez en mucho tiempo Seraphina comenzó a sucumbir ante la desesperación e impotencia.

Pero mientras la pelimagenta se revolcaba en su propia miseria, no se percató de que cierto pelinegro se acercaba a ella por detrás.

John puso su mano en su hombro antes de sobarle la espalda de una forma reconfortante mientras le sonreía. Burlándose de su derrota y miseria.

El pelinegro silvo y en respuesta todas las chicas de su bando se detuvieron y voltearon a verlo. La pelea que apenas había comenzado se detuvo antes de siquiera durar un minuto completo.

- Seguramente te preguntarás como a sucedido todo esto, por que tus queridas amigas te traicionaron. Entonces, adelante, ve y preguntarles - El pelinegro extendió su mano señalandolas a ellas, invitando a la pelimagenta saciar sus dudas.

-¿¡Por qué!?¿¡por que haces esto Meili!?- Sorprendentemente, la primera persona en cuestionar que carajos estaba pasando no fue Seraphina, sino Ventus.

- Oh vamos, sólo trato de divertirme - La mencionada sólo extendió sus brazos con garras mientras se encogía de hombros como si lo que acabará de hacer no tuviera la más mínima importancia.

-¿¡Estas loca!?¿¡acaso tienes la más mínima idea de lo que esto significa!?¿¡por que carajos ayudarías a ese loco!?- Cuestionó sin parar el pelivioleta perdiendo por completo toda su compostura.

- Por qué él es un hombre de verdad. No como tú que no eres más que un patético cobarde sin huevos. Me acuesto con otros hombres en tu cara y te denigro. Pero tú lejos de hacer algo al respecto sólo te quedas callado como el miserable enclenque que eres - Masculló la pelirroja, viéndo a su novio como a un insecto asqueroso y repugnante.

-¿Pero por qué?, yo siempre te he tratado bien, ¿por que me tratas de esta forma?- Ventus se rompió ante el abierto desprecio de Meili y suplicó obtener una respuesta con la voz ronca y al borde de un llanto.

Él había aguantado sus acciones por mucho tiempo pensando que tal vez ella recapacitaria y comenzaría a tratarlo con el respeto que se merece. Sin embargo esta última humillación había destruido por completo su defensa y las emociones que por mucho tiempo había contenido salieron a flote.

- Oh Ventus, no es mi culpa que no puedas controlarme. Si no domas al león este te comerá, a sí funcionan las cosas - Respondió cínicamente la pelirroja encogiéndose de hombros con total insensibilidad.

La chica se dio la vuelta y comenzó a alejarse del miserable Ventus. Pero a los pocos pasos ella se detuvo y se giró para ver por última vez a su novio.

- Por cierto, ya no eres digno de ser mi novio, eres demasiado patético. Terminamos - La pelirroja escupió con total frialdad.

Después de esto la chica se alejo impasible de su ahora ex-novio y por el camino le giño un ojo de forma disimulada a John.

Ventus quedó sólo y llorando mientras recibía las miradas de simpatía de los estudiantes cercanos y las burlas de los más insensibles. Pero lamentablemente él no sería el único que se llevará una brutal humillación pública hoy.

- Cecile, ¿como pudiste?. Pensé que habías recapacitado - Exclamó cierto pelinaranja con algo de dificultad debido a la cuerda de energía que apretujaba sus costillas.

- No es nada personal, Isen. Pero me conviene más estar del lado de John - Confesó Cecile con su habitual seriedad.

-¿Entonces de esto se trata todo?¿de beneficios?¿donde quedó aquella futura periodista que siempre buscaba la verdad, que era tenaz, orgullosa y un modelo de admiración?- Cuestionó el pelinaranja tratando de hacer que ella razonara.

Pero lamentablemente lo único que obtuvo a cambio fue una risa burlona por parte de la peliverde

- Oh Isen, eres mucho más tonto de lo que pensaba. La verdad no es más que lo que los ganadores dicen que es, eso es y a sido siempre - Explicó Cecile con un crudo cinismo.

Ante esto el estado de ánimo del pelinaranja se desplomó por el suelo. Sintiéndose decepcionado y herido al ver la verdadera cara de la presidenta del periódico escolar. Él sabía que Cecile era una mujer.... complicada, pero nunca espero que en verdad ella fuera de ésta manera.

- Yo te admiraba, te veía como un ejemplo a seguir, yo creo que incluso...

-¿Yo te gustaba?...¡¡¡Puff!!!¡¡¡Jajajajajajaja!!!- Al adivinar sus sentimientos. Cecile estalló en carcajadas.

- Por favor, ¿en serio pensaste que yo podría fijarme en ti?, sólo mírate, eres un patético tonto, cobarde y pervertido. Lo único interesante que posées es tú habilidad y tú capacidad como periodista, más allá de eso no vales nada -

Isen soltó unas pequeñas lágrimas al ser insultado con tal salvajismo, cosa que sólo logró que se sintiera aún más humillado de lo que ya estaba y en ese momento deseo que la tierra se lo tragara.

Blyke, el cual estaba tirado e inmovilizado a su lado. Lo miró con lástima a la vez que sentía una inmensa irá en contra de la peliverde. Le gustaría decir algo, pero una de las cuerdas de Cecile estaba enrollada alrededor de su cuello, limitando demasiado el paso del oxígeno como para desperdiciarlo en insultos y amenazas.

En otra parte del campo de batalla. Arlo seguía con su barrera levantada y no dejaba de estar en guardia mientras se protegía a sí mismo y a los que resguardaba.

Pero en eso notó a lo lejos como una cierta peliceleste curaba a algunas de las niveles medios. Los ojos de Arlo se formaron abrieron en conmoción antes de enviarle una mirada indescriptible.

Si bien no lo decia muy a menudo. Arlo confiaba mucho en Elaine y la quería como a una hermanita pequeña al igual que Remi. Por lo que en el fondo la traición de la peliceleste le había dolido mucho.

La mencionada peliceleste se dio cuenta de que su ex-enamoramiento la miraba. Y en respuesta le dirigió una sonrisa burlona.

Un silencio extraño se formó entre ambos. Con el ex-King mirando al suelo tratando de ocultar su dolor y la curandera disfrutando de su victoria y del dulce dolor de uno de los objetivos de su venganza.

-... Esto es por lo de Seraphina, ¿verdad?- Arlo abrió la boca después de nos seguros. Pero lejos de reclamarle sólo adivino con éxito el motivo de su deserción.

Y ante esto, en un instante la sonrisa de la chica fue reemplazada por una mueca de ira pura. Durante mucho tiempo Elaine había contenido su odio y rencor en contra del ex-King y la ex-As, recordándose a sí misma que debía ser paciente, que debía esperar el momento oportuno.

Pero ahora ese momento por fin había llegado y ya no tenía necesidad de seguir reteniendo aquel mar de odio en su interior.

- Tú y ella se rieron en mi cara. Pase tanto tiempo ayudándote, haciéndo todo por ti, moviendo cielo y tierra sólo para que me mandaras aunque sea una sonrisa, ¿y que es lo que obtuve a cambio?- Cuestionó la peliceste mientras sus ojos se empapaban de lágrimas y sus nudillos estaban blancos por la fuerza con la que apretaba sus puños.

-¡NADA!¡sólo obtuve miradas frías de tu parte!¡ni siquiera te dignaste a rechazarme o decirme que dejará de perder mi tiempo!- Masculló Elaine con total rabia.

- Seraphina incluso me apoyo para que yo te confesara mis sentimientos. ¿Acaso planeaban burlarse de mi después?¿¡Contarse entre ustedes lo divertido que era que ella alimentara mis ilusiones sólo para que tú las destruyeras!?- Ella interrogó

- Perdón. Ninguno de los dos sabía que hacer en ese momento. No pensábamos bien, lo siento - Se disculpó Arlo mientras daba sus razones.

Razones que lamentablemente cayeron en oídos sordos para la peliceste.

- No me importa. Sabes que, ya no me importa nada. Nada salvo ver como él te arrebatara todo lo que amas - Ella dijo mientras desviaba la mirada y veía a cierto pelinegro.

-¿A que te refieres?- Cuestionó Arlo sin entender del todo el significado de sus palabras. Pero a la vez sintiendo un horrible presentimiento dentro de su pecho.

- Oh... descuida... pronto lo entenderás - Esas para nada alentadoras palabras difusas y una risa maliciosa por parte de Elaine fue la única respuesta que obtuvo el rubio.

Todas estas interacciones podían ser vistas ocurriendo al mismo tiempo al rededor del campo de batalla. Pero volviendo al tema central.

Cierta pelimagenta confrontó a una de sus mejores amigas. Reclámandole acerca de todo esto.

-¡Evie!¿¡pero que demonios esta pasando!?¿¡como puedes hacer esto!? ¡¡estas ayudando a destruir todo por lo que estuvimos trabajando!!-

- Si, es verdad... - La pelisandia bajo la vista un poco. Casi viéndose avergonzada y triste. Antes de que lentamente ella volviera a levantar la cabeza mientras una pequeña sonrisa se formaba en su rostro y sus ojos eran inquietamente parecidos a los que Sera había visto en John momentos antes.

- Pero...es sólo que... jeje, esto se siente muy bien - La pequeña nivel bajo se abrazó a sí misma mientras sus mejillas poco a poco se ruborizaban.

- Causar dolor, ver el sufrimiento y el miedo en los ojos de aquellos que te causaron tanto daño en el pasado. El sentimiento es simplemente.... adictivo - Ella exclamó con los ojos cerrados y un rostro de extasis al recordar momentos felices.

La pelimagenta contempló el acto de Evie con horror. Viendo en su mirada una perversion igual, sino mayor, a la de su antiguo amigo.

-¿C- como puedes decir cosas tan horribles - Cuestionó anonadada Seraphina.

-¿Como pueden estar tan enfermos como para disfrutar del dolor de otras personas?- Ella ahora los miro a ambos con repudio y terror, sin creer que alguna vez estas personas fueron sus amigos.

- No lo entiendes Sera. ¿Tú has sido una nivel bajo por cuanto?¿cinco semanas?¿dos meses?, no tienes ni la más remota idea de lo que es está vida, de lo que es ser humillada, golpeada, acosada, insultada, maltratada, violentada...¡CADA DIA DE TU VIDA!- La pelisandia perdió la compostura por un segundo antes de respirar hondo y volver a sus cabales.

- Ese siempre ha sido tu problema, Seraphina. Endulzas los oidos de todos con sueños, promesas de igualdad y bienestar, lo sé bien por que yo también creí en eso por un tiempo. Nos convences de que sòlo necesitamos ser buenos, compasivos y perdonar todas las injusticias por las que los demas nos hicieron pasar - El tono de voz de Evie poco a poco fue subiendo mientras ella sin darse cuenta abria las compuertas de la caja fuerte en donde habia guardado sus emociones reprimidas y sus verdaderos pensamientos por quien sabe cuanto tiempo.

-¡Pero eso no funciona así!, la gente no te aceptara sólo por que nunca te rindas, ni tampoco cambiaran por el poder de la amistad o algo así -

- El mundo en un lugar cruel, horrible y frio. Durante toda mi vida cada persona que conocí en mi vida que tenia aunque sea un poco más de poder que yo me paso por arriba o me ataco. Siempre lo oculte bajo una dulce sonrisa. ¿Pero sabes lo que en verdad pienso Sera?- Interrogó la pelisandia mientras su amiga todavia no creía lo que veia.

-¡¡Los odio!!¡odio a cada persona en esta maldita escuela!¡los odio a todos y a cada uno!- Ella explotó mientras su rostro se desfiguraba en una expresión de absoluto rencor y odio. Escupiendo sin pudor los verdaderos sentimientos que ella habia mantenido ocultos en el fondo de su mente.

Seraphina inconcientemente dio un paso atrás al ver a la pequeña nivel bajo explotar de forma tan agresiva.

Esto debia ser una pesadilla a los ojos de la peligamenta, y de hecho ella en verdad lo creyo. Pensó que esto no era más que una grotesca ilusión de su mente causada por el estres y los nervios. Que luego terminará cuando ella se despertara en su habitación.

No podia concebir nada de lo que estaba pasando. Se suponia que esto seria facil. Todos irían y derrotarían a John después de una dura batalla. No que sus amigas la traicionarían y descubriría este lado oscuro en quien ella pensaba era la persona más inofensiva en todo Wellston.

Seraphina vió impotente alrededor del campo de batalla, viendo como su novio, sus amigos y todas las personas a las que habian reunido fueron vencidos antes de que incluso pudieran comenzar a pelear, tozo debido a un cruel giro de los acontecimientos y una gran traición.

Y entonces el mundo de Seraphina una vez más volvió a romperse ante sus ojos. Esta vez por la traición de sus amigas, igual a como alguna vez vió la verdadera cara de su mejor amigo.

Ella cayó de rodillas derrotada. Sin saber en lo absoluto que hacer para salvar esta situación.

Pero ella no estaria sumergida en su desesperación por mucho tiempo puesto que unos pasos acercándose hacia ella la devolvieron a la cruda realidad.

- Sé que esto es duro para ti, pues también lo es para mi. En verdad no quiero pelear contigo Seraphina - Una calida mano proveniente de John la tomó del hombro, y cueando ella levanto la cabeza se encontró con una sonrisa lastimera de su parte.

-¿Como?¿como pudiste convencerlas de apoyarte?¿como lograste todo esto?- Ante esta pregunta desesperada por parte de Seraphina, el pelinegro sólo sonrio.

- Ahora no soy el mismo de antes, Sera. Ahora tengo a alguien especial conmigo - Él aumento el tono de su voz, asegurándose de que todos en el patio pudieran oirlo.

John levantó la cabeza, antes de mirar directamente a la unica persona que desde que comenzo la refriega nunca movió un sólo pie.

- Hey Remi, cariño ven aquí - Él extendió su mano mientras la sonrisa en su rostro se tornaba calida y amorosa por fuera, pero en realidad esta era mucho más siniestra en su interior.

Remi, la cual hasta ahora todavia habia seguido metida dentro de su cabeza tratando de convencerse a si misma de que debia revelarse se vió devuelta abruptamente al mundo real.

Ella miró hacia todos lados como un conejito en la mira de una jauria de lobos, notando como absolutamente todas las miradas ahora estanan fijas en ella.

-¿Que?¿que tiene que ver Remi en todo esto?¡no la arrastres a tus sucios planes bastardo!- Masculló Blyke antes de recibir un fuerte pisoton en la cabeza por parte de Cecile. Hace unos minutos la peliverde habia dejado libre su cuello cuando él dejo de forcejear, al fin y al cabo no queria matarlo de asfixia por accidente.

- Remi, ven mi amor - John dijo con calma mientras extendia su mano con gentileza bajo las atonitas y confusas miradas de todos que no fueran aliados de John.

De un momento a otro los nervios de la pelirosa estallaron y ella casi entra en panico. Esta era su última oportunidad. Su última oportunidad de romper sus cadenas y tal vez con suerte cambiar el final de este día.

-¿Y bien, amor?- Cuestionó John, esta vez con un notable rastro de impaciencia en su voz.

Remi se quedó en silencio por unos segundos, cerrando los ojos con fuerza mientras mantenía su último debate interno. Y cuando finalmente abrio los ojos, ella habia tomado su decición. Pero lejos de responder con palabras al mandato de su amo, decidió dejar que sus acciones hablaran por ella.

En un rápido movimiento Remi activo su habilidad y sus ojos brillaron de un bello carmesi mientras los relámpagos envolvian su cuerpo.

Al intante siguiente desapareció en un estallido de velocidad. Golpeando con un poderoso puño envuelto en rayos a una desprevenida Cecile que no se esperaba ni en sus sueños este repentinó ataque.

La peliverde salió volando mientras los voltajes la llebaban al mundo de la inconciencia. Cuando su usuario quedo fuera de combate, las videls que retenian a Isen y Blyke desaparecieron, dejandolos en libertad.

Aunque le gustaría, Remi no se quedo a hablar con sus mejores amigos. En su lugar aprovecho que John y el resto de sus mascotas todavía estaban muy sorprendidos y desorientados para seguir adelante con su ataque.

La pelirosa volvio a desaparecer en un estallido de velocidad y relámpagos, e instantaneamente todas las niveles medios que abrumaban a Arlo y los demas miembros de la casa segura fueron mandadas a volar, mientras la electricidad quemaba sus cuerpos y nublaba sus mentes.

Meili trato de interponerse en su camino. La pelirroja dió multiples sarpazos hacia la pelirosa, pero Remi con gracia y elegancia antes de noquearla también de un solo golpe al igual que a Cecile.

En menos de cinco segundos las mejores combatientes de John fueron derrotadas junto a su ejercito. Evie y Elaine no podian pelear, por lo que ellas se escondieron en un lugar lejos del conflicto cuando las cosas dejaron de estar a favor de su bando.

Ahora tan solo queda el causante de todo esto.

Remi corrió hacia John, sin detenerse en ningun momento.

-¿Q- que demonios crees que haces?- Cuestionó el susodicho pelinegro completamente horrorizado y sorprendido. Ahora era el momento de que él también recibiera una sorpresa.

- Ya me canse de ser tú esclava - Respondió la pelirosa con frialdad mientras agarraba la cara de John con su mano.

- Hasta pronto, amo - Se despidió Remi con un claro tono de burla en la palabra con la que el pelinegro siempre deseaba que se refirieran a él.

Acto seguido, una poderosa descarga entró en el cuerpo de John. Y al igual que con sus mascotas él fue noqueado casi al instante.

Remi dejo caer el cuerpo ahora inconciente de John al suelo, para luego mirarlo friamente, pero esto no duro mucho pues el sonido de unos pasos acercandose a ella le llamaron la atención.

Ella se giró para ver a sus queridos amigos acercarse a ella, todos con enormes sonrisas en sus rostros.

-¡Nos salvaste Remi!- Dijo una emocionada y contenta Seraphina.

-¡Bien echo Remi!- La felicitó Blyke.

-¡Asi se hace!- Le acompañó Isen.

- Gracias, Remi. Realmente te debemos una - Arlo le sonrió.

Ante el cariño y amor de sus amigos, Remi comenzó a llorar, tanto de felicidad por habee hecho lo correcto finalmente como por tristeza al haber estado tantas semanas lejos de sus amigos y controlada por la lujuria.

-C- chicos, y- yo. Hice una estupidez muy grande, y por eso casi los pierdo, yo l- lo siento - La pobre pelirosa comenzó a llorar. Pero por suerte esto no duro mucho puesto que unos grandes y fuertes brazos la envolvieron. Perteneciente a cierto rubio que para ella era más como un hermano que cómo un amigo más.

- Tranquila, sabemos que tuviste tus razones. Ya no tienes de que preocuparte, ahora estas con nosotros, en casa - Las reconfortantes palabras de Arlo apaciguaron los miedos de Remi, regresandola a la calma.

Ahora Remi puede estar tranquila y feliz, y a que ahora esta donde pertenece. Como siempre debió ser.

Pero lamentablemente este no será el caso.

-¿Y bien, amor?- Cuestionó John, esta vez con un notable rastro de impaciencia en su voz.

En ese momento Remi salió repentinamente de su mundo de fantasias.

Observando como todo seguia igual y que en realidad ella no habia dado ni siquiera un paso. Todo lo que habia sucedido hace unos segundos en realidad sólo ocurrió en su mente.

- Y- Yo, si - Remi respondió suavemente bajo la atenta miradas de todos.

Ella giró su vista hacia todos lados, viendo las miradas impacientes y molestas de sus compañeras y las expresiones confundidas de sus amigos arrinconados.

Y entonces ella comenzó a avanzar hacia su amo. Sintiendo que sus palabras eran una orden absoluta de la que ella hace mucho tiempo había perdido el poder de resistirse.

Este podria ser un buen momento para revelarse tal y como hizo en su cabeza. Pero lejos de intentar algo sólo continúo avanzando mientras mantenia la mirada baja.

Ella podia sentir los ojos de todos clavados en su espalda mientras caminaba. Sintiendo incluso como algunos comenzaban a unir los puntos y a sacar conclusiones.

-¿Remi?¿pero que haces?- Cuestionó un impactado Blyke sin entender nada de lo que estaba pasando.

La postura de la pelirosa decalló aún más, sabiendo que lo que estaría por pasar rompería el corazón del pelirrojo.

Las lagrimas comenzaron a llenar los ojos de Remi, ella queria, protestar, oponerse, maldecir, negarse, hablar, ¡cualquier cosa!. Pero lejos de todo esto ella sólo obedeció en silencio. Sin el valor real para hacer nada en verdad.

La pelirosa se habia dado cuenta de la gravrdad de su abuso fue demasiado tarde. Para este momento, la dependencia y la manipulación emocional que el tiranico King habia llevado a cabo con ella habia dado sus frutos. Aunque el lado racional de Remi le gritaba que esto no estaba bien, su subconciente y emocional ya se habia rendido y aceptó su nuevo destino.

Cuando llego en frente de John este envolvió su brazo alrededor de los hombros de una avergonzada Remi y la atrajo hacia él.

- Gracias por todo amor - Dijo el pelinegro con un gran sonrisa antes de tomarla del menton con su mano libre para luego besarla en los labios.

La conmoción invadió a todos los miembros de la casa segura. Todos vieron la escena con una mezcla de shock, horror y completa conmoción. Pero aún con esto cada miembro especialmente sercano a Remi tuvo sus propias emociones agregadas.

Seraphina no podia creer lo que veía. Su mente la cual ya habia recibido muchas sorpresas muy desagradables hoy casi sufrió un colapso ante tal giro que ella nunca se abria esperado. Pero a comparación de todos los demas ella era la que mejor se lo habia tomado.

Su novio por otro lado estaba incluso peor. Arlo se sentía debastado más allá del entendimiento. Nunca se abría imaginado que Remi de todas las personas los traicionaria a todos y tuviera un amorio con John de todas las personas. Sentía que había fallado en aquella promesa que le habia jurado a su mentor y mejor amigo hace dos años y ahora sólo podía imaginar los abusos por los que aquel monstruo la haría pasar.

Isen también se negaba a aceptar que sus ojos no mentian y lo que presenciaba era real. Pero en el fondo de su mente por fin averiguó del por que sobre el comportamiento tan extraño de Remi. Desde hace semanas él estaba preocupado y se preguntaba por que ella se habia distanciado de todo el grupo, casi sin hablarles durante dias y luciendo muy incomoda cada vez que lo hacia. Pero ahora todo cobraba sentido de una manera retorcida y escabrosa.

Pero entre ellos todos ellos, el más afectado era un cierto pelirrojo. Blyke vió como la chica que amaba, el mayor amor que habia tenido en su corta vida y la persona más pura que conocia se besaba con su peor enemigo en frente de sus ojos.

El joven jack sintió como su corazón se rompia en mil pedazos, formando un abismo profundo en donde antes habia la voluntad pura de un chico noble que queria ayudar a las personas.

- Remi... por favor no, tú no... - Una suplica quebrada salió de la garganta de Arlo mientras este miraba a quien consideraba como su hermana menor con dolor y tristeza.

- Yo... lo siento chicos... pero amo a John. Y lo amo demasiado como para atacarlo por la espalda - Exclamó la pelirosa mientras se sentia como la peor basura del mundo. Ella no se atrevió a ver a sus amigos a la cara y mantuvo su vista fija en el suelo, por lo que nadie pudo ver la solitaria lágrima que cayo por sus mejillas.

- Mientras ustedes se regodeaban y planeaban como destronarme, sin que supieran mi bella novia y mis queridas amigas me ayudaron e informaron de todos sus pequeños planes - Explicó John mientras abrazaba a Remi y se regodeaba.

- Tú.... - De la nada, unas palabras cargadas con rabia llamaron la atención de John. Cierto pelirrojo lentamente levantó la cabeza, y entonces todos pudieron ver como sus ojos irritados y rojos por las lágrimas ahora relucián.

El pelinegro se espero que aquella mirada llena de intenciones asesinas fuera dirigida a él. Pero para su sorpresa no fue a su persona, sino a la chica que tenia en sus brazos.

- Mientras todos nos esforzabamos, mientras buscabamos la forma de parar a este maníaco... tú, tú te divertías revolcándote con él - Masculló Blyke, su inmensa ira creciente podía ser apreciada en cada palabra que salía de su boca.

- No Blyke, puedo explica... - La pelirosa quiso intervenir, pero antes de que pudiera si quiera comenzar con sus pobres escusas fue interrumpida.

-¡¡CÁLLATE PUTA PERRA!!- Blyke estalló para sorpresa de absolutamente todos, tanto para sus amigos, las chicas y para el propio John.

-¡¡¡ERES UNA ASQUEROSA PUTA TRAIDORA!!!¡¡¡PERRA INFELIZ!!!- Blyke escupió insulto tras insulto sin parar. Todo el amor y cariño que alguna vez habia alvergado por la chica desaparecio para nunca más volver.

Remi quedó desconsolada por las palabras de quien hace apenas unas semanas pensaba sería su primer novio. Después ella trató de buscar consuelo en sus demas amigos. Pero se llevó una gran decepción.

Sus miradas juzgadoras y llenas de odio en realidad no eran muy distintas a las del pelirrojo.

Ni siquiera Arlo era una escepción. Aún con todo el cariño que le tenia no pudo contener la inevitable ira que surgiria de él una vez la verdad sobre su traición terminara de ser procesada en su cabeza.

-¡Todo es tu culpa!- Siceó Seraphina con veneno en su voz.

-¿¡Como pudiste hacer esto Remi!?¡¡¡Todos confiamos en ti!!!- La acusó Isen mirandola con nada más que desprecio.

Las palabras de la pelimagenta y el pelinaranja le dolieron no menos que los insultos de Blyke. Pero el que hacestaría el golpe mas duro seria Arlo.

- Sabes, por primera vez siento alivió de que Rei este muerto en este momento para no ver lo que has echo. No puedo hacerme una idea de lo decepcionado que estaría - Dijo el rubio mientras la miraba con una compleja mezcla entre ira, decepción y tristeza.

En ese momento algo dentro de Remi se rompió. Ya ni siquiera podia llorar aunque quisiera, ahora era como una muñeca rota.

Se suponia que ella era una victima, que ella no habia echo nada malo, ¿entonces por que todos parecen odiarla?¿por que se siente como una mierda?... Ella no habia echo nada malo...¿verdad?.

Quiza... quiza John tenia razón. Quiza él tenia razón cuando decia que era una estúpida inútil, quiza él siempre tuvo la razón y ella estuvo mal al querer traicionarlo.

-¿Lo ves?¿ves como son sus verdaderas caras en realidad?. Pero no te preocupes, no estas sola, me tienes a mi y eso es todo lo que necesitas - Susurró el pelinegro a su oido devolvíendola al mundo real.

Remi asintió con la cabeza lentamente mientras el abrazo de su amo de repente dejaba de sentirse opresivo para pasar a ser calido.

- Si... tú eres lo único que necesito - Ella respondió con una leve sornisa quebrada en el rostro. Ella se habia rendido del todo. Fue una tonta en pensar que podria solucionar los problemas en los que sola se habia metido por su ignorancia. Ahora sólo le queda aceptar su nuevo destino.

Después de ese momento la paliza se reanudo. No hace falta narrar con mucho detalle la "pelea", o si siquiera la masacre que ocurrió en ese patio pueda ser condiderada una.

Los miembros de la casa segura fueron derrotados por hordas de chicas sin voluntad que seguian ordenes como unas marionetas.

Blyke y Isen fueron sometidos y apaleados por Cecile. El pelinaranja practicamente no pudo defenderse por la enorme diferencia de poder que habia entre Cecile y él, Blyke por otro lado tuvo sus oportunidades, pero al final la peliverde acabo por dominarlo.

De todos, Arlo fue el que mas duro. Tuvo muchas complicaciones para recistir ante la estampida de niveles medios que parecían disfrurar del dolor y que por poco lo abruman. Pero en el momento en que John decidió ir a confrontarlo en persona el rubio no tuvo oportunidad.

Y Seraphina por otro lado en todo ese tiempo sólo pudo apretar los puños con fuerza y morderse el labio de frustración hasta romperlo mientras miraba como su novio y amigos eran derrotados de una forma humillante.

Así, en sólo un par de minutos todo el plan minusioso que los miembros de la casa segura habían ideado durante semanas se fue directo a la mierda.

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- Que bien se siente el sabor de la victoria - Se regodeó John mientras se sentaba sobre el respaldo de una enorme cama en la que facilmente podrian caver cinco personas.

Ya habian pasado algunas horas después de la masacre. Por supuesto, todo su escandalo no paso para nada desapercibido y el director los habia citado a todos a su oficina.

Todos y en especial John recibieron un enorme sermon. Pero al final las cosas habian terminado relativamente bien y se libraron con solo unas suspenciones por unos dias.

Actualmente, su amo las habia citado a todas a su base, con la intención de celebrar su aplastante victoria. Y como no, esta "fiesta" sería más que nada una orgia obsena que una noche de ver peliculas entre amigos acompañados de pizzas y refescos.

Evie se encontraba vestida con su usual traje de dominatrix mientras jugaba con Meili y algunas de sus niveles medios favoritas.

Mientras que Cecile y Elaine estaban juntas y desnudas en la cama teniendo un espectaculo lesbico para el disfrute de John.

Después de la lucha casi todas las chicas mantenian una mirada neutran, sin averse visto afectadas por lo sucedido hace unas horas, incluso se podia decir que hasta algunas estaban un poco felices a juzgar por las pequeñas sonrisas permanentes que Evie y Elaine habian tenido en sus caras por el resto del día.

Pero entre ellas habia un excepción. Remi se encontraba claramente decaida por traiconar a sus ahora ex-amigos de una forma tan burda. Ella sabia que era imposible que ellos pudieran perdonarla, y por eso se habia sumergido en una gran depresión.

Nuestra pobre pelirosa trauma se encontraba alejada de todos y mirando al suelo con la mirada perdida. Ella aún se reprendia a si misma por ser tan covarde y por no haber buscado una mejor salia o solución para que quiza las cosas no hayan tenido que terminar como lo hicieron.

Pero ya no podia hacer nada ahora. El pasado no podia ser cambiado y sólo podia seguir adelante con su vida con las deciciones que ya a tomado.

Sin embargo Remi seria sacada de sus pensamientos cuando John haria las llamó para que las demas se le acercaran.

Ella dejo de hacer lo que estaba haciendo y se digirio hacia su amo sin animos. Evie y Meili dejaron de jugar con las niveles bajos para ir mientras que Elaine y Cecile pararon de estimularse entre ellas.

- Muy bien chicas, quiero que sepan que estoy muy orgulloso de todas e hicieron un espelendido trabajo - Las alago el pelinegro mientras le hacia una seña a una nivel medio para que le trajera un par de bolsas.

- Asi que, como sabia que todas serían unas buenas mascotas y cumplírian decidí comprarles un regalo especial a cada una para que sepan lo mucho que las quiero - Concluyó John mientras recibia las bolsas de aquella esclava.

Él prosiguió a abrir una a una las bolsas y darle a cada una un regalo.

Dentro de las bolsas había unas pequeñas cajitas que en su interior guardaban una gargantilla.

Eran cinco en total, cada una de un color especifico a juego con el de su dueña. El de Elaine era celeste, el de meili rojo y asi con cada uno.

Todas aceptaron con gusto estos regalos. Y en un principio pensaron que eran simples accesorios normales, hasta que su amo les indico que vieran en la parte interior. Allí, gravado con letras doradas se encontraba gravada la palabra: Propiedad de John Doe.

- Como esta en la parte de la gargantilla que no es visible para los demas no tienen por que preocuparse en que alguien lea el gravado. Quiero que todas usen el suyo siempre de ahora en adelante -

Todas agredecieron una vez más a John por su regalo. Todas a escepción de una sierta pelirosa que miraba su regalo con tristeza.

Una gargantilla de un rosa palido mucho

más bonito y adornado que el de las demas estaba posado en las manos de Remi.

Pero su diseño mas elaborado no era lo único diferente que tenia del de sus compañeras. Puesto que en la parte interior también en dorado se podia leer la frase: La favorita de John Doe.

Después de esto la mirada d pelinegro paso a volverse mucho más sucia y ansiosa mientras una sonrisa juguetona adornaba su rostro.

- Muy bien chicas, sin más que decir, empecemos con esta fiesta - Dijo John para mirar a sus chicas con lujuria y luego bajarse los pantalones y sacar su polla ya semi-erecta.

- Por supuesto amo - Respondieron todas al unisono incluida una cabizbaja Remi que todavia miraba su regalo con una mirada perdida antes de prepararse para complacerlo.

/////////////////////LEMON///////////////////

Ya casi todas estaban desnudas, a excepción de Remi la cual todavia seguia vestida y tuvo que tomarse un momento para desvestirse aunque era de apreciarse que no parecia estar muy animada con la idea.

Mientras la pelirosa estaba en lo suyo las demas se alinearon una al lado de la otra, esperando que su amo tomará la iniciativa.

El pelinegro se llevó una mano al menton mientras pasaba por medio de una enorme dificultad sobre a quien escoger.

Esta díficil elección duró unos breves segundos. Antes de que el ceñalara a una cierta peliverde con una mirada resuelta.

Cecile sonrió al ser la primera en ser escogida y avanzó hacia John. Comenzando un juego de besuqueos y manoseos entre ellos.

Elaine quisó ser más oportunista y gateó hacia John para comenzar a masturbarlo y chupar sus bolas. Cosa con la que el pelinegro no se opuso.

Pero para el desagrado de la peliceleste Evie se le únio y también comenzó a complacerlo con su boca y manos.

Las opiniones racistas de Elaine hacia los niveles bajos no habian cambiado en lo más minimo en todo este tiempo, por lo que siempre se habia sentido disconforme con que alguien como Evie este casi a la misma altura que ella dentro del harem y que incluso también recibiera un regalo, como si fueran iguales.

A la peliceleste le encataria poder enseñarle su lugar. Pero debido a que John no toleraba la discriminación ella usualmente tenia que guardarse sus comentatios.

Sin embargo no pudo evitar que una vena se inchara en su frente debido al momentaneo pinchazo de ira que la recorrió. Por lo que sin dejarse opacar por una simple nivel bajo comenzó un duelo de lenguas y chupadas con esta por ver quien reclamaba mayor terreno sobre los genitales de su amo.

El pelinegro interrumpió sus besos con Cecile para jadear de placer debido a las dos chicas que competian por su entrepierna.

Meili no quisó quedarse mirando, por lo que se apresuro a poner una de las manos de John en sus pechos para que jugara con ellos como hacia con Cecile.

Mientras John se divertia con las cuatro chicas. Remi finalmente se incorporó timidamente. Ella habia terminado de desnudarse hace mucho, pero desde esta mañana que estaba deprimida y la verdad no tenia ganas de sexo hoy, pero no tenía otra opción.

John interrumpió sus besuqueos con Meili y Cecile para mirar a las dos chicas en su entrepierna. Él parecio escoger con la mirada a alguna de las dos, hasta que sus ojos por fin se decantaron por la pelisandia.

- Evie, sube - Ordenó John brevemente antes de volver a jugar con las dos chicas a su lado.

La pelisandia no perdió el tiempo y se subió encima de John bajo la envidiosa mirada de Elaine.

Evie frotó la polla de John contra su entrada brevemente antes de meterla en su interior por completa de una sentada.

Sin perder tiempo ella comenzó a cabalgar sobre la polla de su amo. La pelisandia aún portaba su traje obseno y técnicamente era la única que no se había desnudado, aunque esto no era problema para el sexo puesto que este dejaba su coño al descubierto al igual que sus pezones.

Elaine por su lado hizo lo mejor que pudo y tratando de tomar relevancia en el acto sexual comenzó a lamer las bolas de John mientras el enorme culo de Evie golpeaba su cara continúamente.

Ella cada vez se sentía más enojada con la nivel bajo. Y el echo de que John eligiera a Evie antes que a ella empeoró sus celos. Ádemas, el que ahora mismo la odiada nivel bajo la estuviera golpeando con sus nalgas en cada rebote que daba sobre la polla de su amo la hizó sentir muy humillada.

Pero mientras la peliceleste le lamía las bolas y gritaba internamente de furia. La pelivis de John se encontraba siendo molida por las inmensas caderas de Evie.

A el pelinegro le gustaría gemir. Pero su boca se encontraba sofocada por la vagina de Cecile y su lengua estaba muy ocupada explorando sus interiores como para hacer otra cosa.

La pelisandia subia y bajaba con cada vez más fuerza mientras sus grandes senos reboraban debajo de su traje.

Entonces ella sintió como la polla de su amo se ponia más rigida de lo usual. La pelisandia sabia lo que eso significaba, por lo que al último segundo se levantó.

Dejando que la carga de John saliera disparada por los aires. Unas largas cuerdas de semen bañaron su coño y la parte interna de sus muslos. Meili no perdió la oportunidad y al instante en que pudo fue a lamer el espumoso semen alrededor del coño de Evie.

- Uf, perdón por no avisar - Se disculpó John después de desocupar su boca con el coño de Cecile.

Al ver que el amiguito de su amo se dormia después de aquella corrida, Elaine sentró su atención en despertarlo de su pequeña siesta con suaves besos y caricias. Logrando que su pene volviera a estar erecto en poco tiempo.

Después de esto y cono recompensa por sus esfuerzos el pelinegro tomó a una desprevenida Elaine y la acostó boca arriba en la cama.

Él abrió sus piernas y con sus dedos comenzó a jugar su feminidad después de lubricarlos con su propia saliva, John queria dejarla lista para la accion real, cosa que no tardo mucho en lograr puesto que la curandera ya se encontraba bastante cachonda.

Cecile y Meili se acostaron cada una a un lado de la peliceleste. Cecile a su izquierda y Meili a su derecha. Ambas chicas abrieron sus piernas de par en par. Brindándole al pelinegro una vista bastante provocativa de sus coños mojados y humedos.

John no perdió el tiempo con más rodeadas y penetró a Elaine. La peliceleste dejo salir un gemido ahogado al sentir la polla de su amo abriéndose paso en su interior.

Mientras follaba a Elaine, John con sus dedos complacía a las otras dos chicas.

Sonidos humedos y lascivos invadieron la habitacion acompañados del rechinar de la enorme cama ante las estocadas de John

Él continuó follando a Elaine por unos minutos, hasta que decidió cambiar. Salió de la peliceleste bajo su decepcionada e insatisfecha mirada y en su lugar entro en Meili.

Asi continuó. Con John follando con una antes de cambiar a otra después de unos minutos.

El pelinegro ahora cogía con Cecile y sentia como estaba llegando a su climax. Pero antes de esto se detuvo y dejo a la peliverde de lado.

John tenia muy en claro con quien queria decargar su segunda ronda. Él giró su cabeza, mirando a una despistada pelirosa que hasta ahora no habia participado en el acto.

- Remi ven aqui - Su orden sacó a la susodicha de sus pensamientos. Ella lo volteó a mirar.

Seguramente resultaría facil adivinar que ella no estaba con ganas de follar. Pero ella no podía negarse a una petición de John.

Por lo que sin perder tiempo se dirigió hasta donde su amo y se entró a sus brazos. Dejando que él hiciera con su cuerpo lo que quisiera.

John la recostó sobre la cama suavemente antes de comenzar a recorrer su cuerpo con sus manos con aparente cariño para ocultar su lujuria.

Puede que Remi no estuviera de humor, pero ante las sensaciones que el pelinegro le producia no pudo evitar jadear y estimularse ante el tacto. Después de tantas veces haciéndolo su cuerpo ya se había acostumbrado a los encuentros sexuales casuales y repentinos. Por lo que si como un modo automatico se tratase se calentó en tiempo record y se preparó para el acto sexual.

Después de que la pelirosa estuviera lo suficientemente humeda para que no le doliera la penetración John alzó sus piernas mientras se posicionaba.

El pelinegro golpeó la cabeza de su pene contra los labios humedos y rojos de Remi con burla antes de tomarse un tiempo para mirarla.

-¿Estas lista?- Él preguntó para sorpresa de las demas, puesto que el pelinegro no había tenido tal cortecía con ellas.

Ella asintió y entonces John entró en ella. La pelirosa gimio por lo bajo al sentír la familiar polla de su ahora "novio" en su interior. Él se tomó un momento para que ella se acostumbrara antes de comenzar a dar suaves embestidas.

Remi entrelazó sus manos con las de John. Una leve capa de sudor comenzó a cubrir su piel mientras sus mejillas se sonrojaban.

El pelinegro continuó con sus embestidas las cuales fueron aumentando gradualmente en intensidad mientras la habitación se llenaba de sus gemidos y los de ella ante la neutra mirada de las demas chicas.

En cualquier otro caso Remi se habria visto emborrachada por el placer. Pero ahora, aunque siertamente su cuerpo estaba disfrutando del acto carnal.

Su mente aún seguia afligida de culpa por traicionar a sus quieridos amigos. Ella miró en medio de sus suaves gemidos y temblores al rostro del hombre que habia arruinado su vida.

John la habia engañado, utilizado y tecnicamente, violado a pesar de que con el tiempo ella dejo de resistirse y hasta llegó a disfrutar de esos momentos como lo estaba haciendo ahora mismo.

Una vez más. Una parte de ella creyo que debería odiarlo con todas sus fuerzas por todo lo que le hizo y por cambiar su vida de este modo. Sin embargo ella fue incapaz de odiarlo. Simplemente no podia. Y esto no hizo más que destruir su ya deteriorada cordura.

Rendida ante esto y sumergida en la más profunda impotencia ella cerró sus ojos mientras unas solitarias lágrimas escapaban de ellos antes de volverse indistingibles con el sudor de su rostro.

Sin embargo la pelirosa volvió a abrir los ojos de par en par al sentir como algo caliente se vertia en su interior, provocándole una sensación rara que se extendió por todo su cuerpo.

Los movimientos de John se detuvieron repentinamente mientras su cadera sufrió espasmos. Claramente descando su semilla en las profundidades de las entrañas de Remi.

- Ups, lo siento amor. Se me fue la mano - Se disculpó John con obvia falsedad después de correrse dentro.

La verdad era que el pelinegro lo habia echo a proposito. Antes también habia intentado correrse dentro de Evie por mero gusto, pero para su mala suerte la pelisandia fue muy rápida y logró evitarlo.

Cecile la miró con una mezcla entre un poco de lástima y alivio. Lástima, pues puede que no le callera bien aquella niña tonta, pero la compadecía por la enorme carga de estar embarazada en su adolescencia. Y aliviada por que no fue ella la que recibió un Creampie por parte de su amo.

- Descansa Remi. Bien, ahora, ¿quien es la siguiente?- John después de dejar a Remi de lado paso a mirar a las demas.

Todas las chicas habian descansado y estaban listas para una nueva ronda. Él eligió entre todas, aunque su mirada se debatió más que nada entre Elaine Y Evie. Después de unos segundos, él tomó su elección y señalo a la nivel bajo.

- Evie ven - John hizó un gesto con su dedo para que ella viniera y la pelisandia sonrió mientras comenzaba a gatear hacia él.

Pero antes de que esta pudiera siquiera avanzar unos sentimetros un fuerte e indignado chillido inundó la habitación.

-¡¡No es justo!!¿¡por que siempre esta inutil tiene que opacarme!?- Elaine cuestionó con la cara roja de ira. Ya no podía aceptar que una miserable nivel bajo fuera mejor opción antes que ella.

Se suponía que era la primera en el harem, la que incluso fue la primera chica con la que el amo tuvo sexo en toda su vida, la que le quito la virginidad, la que desencadeno todo. Y ahora, ahora no era más que otra puta para calentar la cama de John. La peliceleste no estaba para nada conforme, a su parecer ella merecía un trato mucho más distingido.

La peliceleste volvió a abrir la boca para seguir con su rabieta. Pero antes de que una sola palabra escapara de sus labios una fria voz la detuvo.

- Silencio - El mortal tono de John la detuvó e hizo que su enojo de disipara. Provocando que por fin se diera cuenta del escandalo que acababa de llevar hacia su persona.

-¿Con que asi piensas de tu compañera, no?. Esta bien. Elaine, desde ahora eres la mascota de Evie. Si ella pudo hacer que todas esas niveles medios la obedescan y sean mansas de seguro podrá hacer lo mismo contigo - Sentenció John.

-¿¡Que!?. P- pero... - La cara de Elaine se volvió palida de repente y quiso protestar. Pero una vez más fue interrumida por el pelinegro.

- Y sabes muy bien que como trates de resistirte todo terminará peor para ti -

La peliceleste enmudeció. Pero antes de pudiera si quiera poner sus pensamientos en orden sintió como una suave mano se apoyaba en su hombro. Elaine sintió sudor frió correr por su espalda, puesto que no necesitaba ni voltearse para saber de quien se trataba.

- Tú y yo la vamos a pasar bien, muy pero que muy bien - La dulce y expentante voz de Evie llegó a sus oidos.

Elaine entonces tragó fuerte. Ella conocía muy bien sobre las cosas que la pequeña nivel bajo le habia echo a las niveles medios para que le temieran.

Después de esto John continuó teniendo sexo con las demás chicas mientras Evie le comenzaba a dar sus primeras lecciones a Elaine.

Pero mientras todo esto se desarrollaba. Y a pesar de estar literalmente al lado. Sierta pelirosa se habia desconectado de todo el mundo que la rodeaba.

Remi se tomó un momento para volver a pensar en los acontecimientos de este día. No había tenido el valor para revelarse cuando podía y ahora las cosas se habían vuelto irremediables entre ella y sus viejos amigos.

John ahora tenía completo control sobre ella y para rematar las cosas posiblemente en este mismo instante una nueva vida podría estar a punto de formarse en su interior. Ella inconcientemente llevó sus manos a su vientre, temía lo que sucedería en el futuro con esta nueva responsabilidad.

Pero al final y aún con todas esas inquietudes en la cabeza ella se durmió.

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