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La historia que recién empezaba a escribir la terminaba escribiendo con un... "Y luego de dar a luz al amor que formamos, terminó con tu vida y arrebatándome lo que más quería."

El mundo que se pintaba con su alegría y sonrisas, con sus bellas palabras que lo enamoraban, fueron dichas para estar siempre a su lado, se enamoró de alguien que también se enamoro, pero tristemente no estaban destinados a estar juntos. La vida pone tropiezos, aquellas piedras que te impiden avanzar, obstáculos que incluso crees imposibles de vencer, heridas y fracturas, pero cuando la fuerza de voluntad es mayor, te levantas aun con las rodillas ensangrentadas, las manos sucias y la cara llena de lágrimas, con impotencia, determinación y fuerza en la mirada, fijas la distancia donde caíste hasta la meta, con gritos de dolor internos avanzas aun si duele moverse, aun si no te permite mover, pero de alguna forma logras correr o caminar, te arrastras pero siempre continuas, incluso si tu aliento esta desvaneciéndose, llegar al final es lo que más deseas.
En aquel camino llamado vida, te puedes encontrar personas que te ayudan o te retienen, no importa quienes sean, pero cuando encuentras a esa persona con la que formas algo más que una amistad, es cuando más doloroso se vuelve, para la naturaleza de los Alfas y Omegas, hallar a un destinado es lo que más sueñan, por que un destinado no solo es una pareja que te acompaña toda la vida, un destinado es un alma que fue enviada en esa época, vida o tiempo, para permanecer contigo por lazos tan fuertes que nada los va a romper, al enlazarte con tu destinado, no solo se juran estar ahí, se juran amor, apoyo, calidez, fuerza, una mano que te levante, una voz que te consuele con palabras, un hombro en el cual te puedas recargar a llorar, a dormir, a soñar, a disfrutar, a apoyarte si te hieren, te dan su silencio para que te expreses, oídos para escucharte, ojos para ver tus logros, tus emociones, tu alma... Por que los ojos son las ventanas del alma.

Tradicionalmente, si así le puede decir, el Alfa, fue hecho para ser fuerte, imponente, protector sobre su omega, responsable, el pilar que debe imponer sobre todo, "¿Pero cómo ser eso?" Se preguntaba Minamoto Teru, si hace una semana había perdido al amor de su vida.

Flash Back...

Un grito desgarrador se escucho en aquel pasillo blanco, quien estaban cerca podían jurar que aquel grito fue tan doloroso que el dueño de este debió haber sangrado de sus cuerdas vocales por tal acción, esas pocas personas que lo lograron escuchar fácilmente se habían contagiado por el sentimiento que emanaba, si aquel chico que recibió esa noticia para derrumbarse junto a su mundo, junto a su vida y todo, los demás espectadores se contagiaban y caían, era un grito que no olvidarían, podían asegurar que incluso lo escucharían en sueños, un alfa había perdido a su omega.

La culpa se llenaba en su ser, su alma se partía, su corazón se derrumbaba pero a la vez se mantenía por el odio que se forjaba, odio y rencor que cegaban, gritos de dolor que acompañaban a sus sentimientos.
La hora se había detenido en cuanto se articularon aquellas palabras que provocaron aquel desborde sin consolación.

-Murió...

Esa palabra que tanto temía llegó a sus oídos como una punzada, como un cristal se partió su mundo, los pedazos caían al suelo reflejando todos los momentos que había pasado con él, con su amor, se partían en el suelo haciéndose añicos, significando que no volverían a repararse, por que no lo tendría más a su lado.
Creyó en tantos sueños, en tantas palabras, en todos sus momentos de promesas, él creyó en todo eso que él mismo había hecho, él mismo había prometido tantas cosas, bien había escuchado "Lo único que se cumple hoy son años" cuanta verdad había en esas palabras, se cumplen solo años y como si de un niño se tratara, deseaba cumplir años ¿Por qué? Por que en los cumpleaños se piden deseos ¿No? él deseaba tenerlo de vuelta.

La vida es tan dura, que decidió castigarlo dos veces, no solo arrebatándole el amor de su vida, sino también el amor de su madre. Madre, una palabra tan fácil de decir y que nunca le dijo a la mujer que cuido de él, ella solo deseaba escuchar un "Te quiero mamá" de su hijastro, pero que cabeza la suya, él era su hijo, no se necesitaba ser de la misma sangre para llamarse Madre e Hijo, podía haber miles de personas en el mundo queriendo decir "Mamá" sin tener una o querer decir "Hijo o Hija" sin tener a ninguno y él que lo tenía todo no lo valoro, ¿Es su castigo por no darse cuenta? Esperaba que así fuera, por que si había algo más que castigar, ya no lo deseaba, no era fuerte, no soportaría aguantar algo más, iba a derrumbarse.

[ .... ]

Un día no iba a bastar para sanarse, eso lo sabia muy bien, sin embargo no iba a dejar a aquella pequeña vida que iba a necesitar de él, cuando la noticia de ser padre fue confirmada juro a si mismo que no iba a renunciar, que sacaría a adelante a sus dos razones de vivir, aun que esta ahora era una, no iba a hacharse para atrás, por que solo bastaba una razón para seguir y esa razón, era el producto de su amor con la persona que más amó... No, con la persona que siempre amará incluso si la vida se lo arrebato.

Afuera del cuarto donde estaba su pequeña luz, él estaba pegado al vidrio con la cabeza baja, lloraba frente a ese cristal ocultándose, no quería que su hija lo viera llorar, quería mostrarse firme para sacarla adelante ante la adversidad.

-Teruko...

Aun recordaba como días antes se encontraba con su amado pelirrojo leyendo en la sala, aquel lugar en donde el omega soltó un pequeño quejido de dolor y él se altero, tenía los nervios de punta que solo se calmó hasta que una cálida mano tomaba la suya y la colocaba sobre aquel bulto donde se podía sentir el movimiento de su hija, sonreía por aquel hermoso regalo que les daba la vida y que compartirían por mucho tiempo juntos, sus labios se unieron en un cálido beso.

-Teruko...

Lo dijo en un susurro en cuanto se separó de él, su chico de ojos rojizos le conto que años atrás cuando era pequeño, en un día de lluvia él deseaba ir a jugar, su mamá que lo vio divertida le dijo que si tanto deseaba salir tenía que esperar a que saliera el primer brillo del sol, cosa que él hizo, nunca se despego de la ventana de donde observaba, la mujer al verlo en esa forma solo reía y cuando se acerco a él, le dijo que mejor lo hubiera llamado Teruko, un niño que brilla, tras haberle dicho esto, el sol salió.

Teruko era el nombre que llevaba ahora su hija, una hermosa bebé de unos pequeños cabellos dorados que apenas se mostraban, su piel era igual que la de su omega, sin duda ella era la luz más bella que vino a iluminar su mundo.

[ .... ]

En el cementerio se llevaba acabo el entierro de las dos personas que más amó en vida, el chico cargaba a su hija mientras veía como enterraban lo que nunca más volvería a ver, fácilmente sus piernas se debilitarían y terminaría en el suelo de rodilla llorando, igual que su pequeña hermana que se negaba a dejar ir a su mamá, pero ahora no podía hacer eso, por que él debía mantenerse firme por su hija, sus hermanos y por su sus dos seres amados.

Cuando los presentes se retiraron, solo quedaba él, su amiga Yashiro se había llevado a la bebé por que el frío podía hacerle daño, además fue un gesto que hizo por que sabia bien que el rubio iba a querer despedirse como era debido cosa que fue cierta.

El chico de ojos azules estaba arrodillado frente a las dos tumbas con su mirada fija, esta ya no tenía tristeza, esta era una mirada de determinación.

-Te arrebato injustamente la vida, me hizo enterrarte con mis propias manos... Y con estas mismas manos enterrare a ese hombre que se hace llamar mi padre...

[ .... ]

La tarde ya se había sembrado en aquel lugar donde estaban los sepulcros, una mujer alfa era acompañada por dos chicos, eran los únicos en el lugar, no había nadie más, así lo había decidido, dar su pésame y respeto en privado. Ella colocaba unas flores de azalea rojas en el sepulcro con el nombre "Akane Aoi" mientras que en el otro sepulcro de nombre "Ikeda Niki" dejaba unas flores de lavanda, hizo una pequeña oración en forma de respeto y luego se levanto para ponerse al lado de sus dos acompañantes.

-Mi lady...

-asiente- es todo lo que puedo hacer Natsuhiko...

-asiente a lo dicho-.

-Por ahora... Estoy segura que él se encargara del trabajo

Eso lo dijo mientras veía a su otro acompañante, el cual era un nuevo aliado para la mujer alfa.

-suelta una risa relajada- el mundo si que cambia... Y va a cambiar...

El silencio fue más que suficiente para afirmar las palabras de aquel chico.

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#No se como estén pero... *deja pañuelos* para que se sequen las lágrimas si es que no quedaron secos como limón de taquería.

Procedo a retirarme en caso de que quieran matarme. *se va*

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Psd. Si les sirve de consuelo, derrame muchas lágrimas haciendo esto TT

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