68 - Recompensa de la vida anterior

El rítmico y ligero goteo era lo único que se podía escuchar en aquella sala de laboratorio a primera hora de la mañana.

Los ojos cansados observaba las gotas que caían en su tarro de muestras mientras que a la par, otros ojos la analizaban a ella tras el cristal de observación de ese laboratorio.

Un cristal del que la joven nunca supo de su existencia.

La puerta de aquella sala oculta se abrió dando paso a una joven de cabellos rizados.

Pudding - Ha venido pronto esta mañana. -dijo poniéndose al lado de su hermano observando a la joven tras el cristal.

Katakuri - Si. -respondió sin más sin apartar la mirada de la joven.

Un gesto que fue apreciado por su hermana, quien tomó aire ligeramente antes de hablar, está vez usando un tono más cuidadoso.

Pudding- ¿Cómo va tu misión con ella?.

Katakuri- Pensé que sería más sencillo... -respondió en tono bajo. - Pensé que enamorarla para así poder tenerla controlada sería sencillo... que sería como las otras mujeres fáciles con las que me encontré en mi vida, pero me equivoqué... por desgracia.

Pudding - Considero a (Tn) ya una amiga, es buena... no parece peligrosa. - aportó en un tono similar. - No parece que tenga malas intenciones.

Katakuri- No es peligrosa... he pasado ya mucho tiempo con ella para darme cuenta de ello. - Pudding lo miró, pudiendo observar como aparecía un ligero brillo en sus ojos. - Es una mujer que se emociona con cosas simples, la luz inunda su rostro cuando habla de lo que le gusta o te sonríe... entiendo porque sus amigos la quieren tanto.

Pudding - Vaya... - dijo esbozando una ligera sonrisa. - ¿Y tú?.

Katakuri la miró por primera vez en aquella conversación.

Pudding - No me mires así... estoy viendo como hablas de ella y como la miras cuando estás a su lado... incluso un ciego se daría cuenta.

Katakuri- Es parte de mi misión. -dijo pareciendo cerrarse en sí.

Pudding - Y sin embargo estás fallando... espero que madre no se entere de tu reciente incidente.

Su hermano apretó los labios por aquel comentario.

Pudding - La besaste y... ella ya no te habla, te evita. -siguió. - Parece ser que al tú querer enamorarla, lo hiciste tú de ella.

Katakuri- Basta. -dijo con autoridad. - Deja de lado tus suposiciones absurdas.

La menor apretó ligeramente los labios y asintió apenada viendo a su hermano salir de la habitación con aspecto claramente molesto. Cerró un poco sus ojos y los abrió mirándo nuevamente a su amiga, quien tras unos segundos llevó su mano al bolsillo delantero de su pantalón y sacó su télefono móvil, pareciendo leer un mensaje de texto, algo que pudo confirmar cuando la vio levantarse de su asiento apagando el cuento de goteo.

Mientras tanto, Ichiji escuchaba atentamente las explicaciones de aquel hombre académico. No solo parecía tener grande datos para ofrecerle a su empresa, si no que también disponía de nuevos contactos de empresas que a la larga podrían porporcionarle un gran incremento en las ganancias de su imperio.

Sin dudas era una conversación por la que muchos empresarios matarían por conseguir, sin embargo su mente parecía no querer procesar aquellos datos, ni mucho menos despertar su lado negociante. Un lado que le dio brillantes resultados años atrás.

Parecía estar desconectado de toda realidad empresarial. Pero por su fortuna, eso era un hecho que todos desconocían debido al aspecto frío y serío que le hacía parecer siempre presente en sus negociaciones.

O eso al menos sintió aquel académico.

- Si desea le paso la lista de contactos a su correo esta misma tarde. - dijo pareciendo dar por finalizada la reunión.

Ichiji - De acuerdo, en cuanto lo haga comienzo a revisar cada uno de ellos. - respondio con tono aparentemente tranquilo.

- En ese caso, no tengo más que aportar a la reunión. - dijo levántandose de su asiento. - Siempre es un placer hacer negociaciones con usted, señor Vinsmoke.

Ichiji se levantó imitándolo y vio como el mayor intoducía su mano en su bolsillo delantero sacando un lujuso reloj de bolsillo.

Parecía que aquellos hombres exitosos en el campo de la ciencia eran un grupo de fetichistas que añoraban hacer ese gesto para ver la hora en su carísimo reloj dorado de bolsillo, un hábito que el pelirrojo pudo observar en todos los profesores de aquella universidad. 

- Recibo una visita en unos minutos. - anunció guardando el reloj nuevamente en su bolsillo. - Estamos en contacto, señor Vinsmoke.

Ichiji - Por supuesto. - respondió en tono educado y bajo comenzando a caminar hacia la salida.

- Y si me permite el atrevimiento, puedo ponerme en contacto con usted cuando reciba nuevos comunicados de la investigación C8. 

Ichiji detuvo su paso girándose hacia el mayor, quien sonrrió al ver la expresión en el rostro del pelirrojo.

Ichiji - ¿Se sabe algo más sobre esa investigación?. - preguntó. - La última vez parecía ser solo una idea en el aire.

- Está mucho más avanzada ya que una simple idea, señor Vinsmoke. - respondió con satisfacción. - El nuevo virus está dando los resultados deseados en los laboratorios de Estambul, al igual que su remedio. Sin dudas será un nuevo golpe para el mundo, y un nuevo incremento en los bolsillos de las empresas científicas.

Ichiji - ¿De cuanto incremento estamos hablando?.

-Millones, señor. -dijo satisfecho. - Todo aquel que se asocie con este proyecto, será gratificantemente recompensado.

Ichiji - Parece un interesante plan de negocios.

- Lo es, señor.

Ichiji - No olvide hacerme llegar todo lo necesario para invertir en el proyecto C8.

El mayor sonrió con satisfacción. - Es usted un tiburón de los negocios.

Ichiji sonrió tomando el manillar de la puerta. - El negocio y mi imperio es lo mas importante para mi en estos momentos.

- Por supuesto, señor. - dijo pareciendo halagar al pelirrojo. - Sin dudas es usted un gran hombre de negocios.

Ichiji sonrió ladinamente saliendo al pasillo seguido por aquel hombre que le repetía nuevamente toda la información que le haría llegar esa misma tarde. 

Sin embargo la mente del pelirrojo desconectó de aquella conversación. Sintió su cuerpo tensarse y su respiración entrecortarse. Una sensación que no experimentaba tras mucho tiempo. Una sensación que ni las peores reuniones le provocaban.

Frente a él, al otro lado del pasillo, se acercaba una mujer. Tenía su pelo recogido en un moño bajo desenfadado, llevaba una blusa blanca bajo su abrigo negro y en su cuello un lanyard de color rojo que portaba su identificación para entrar a aquella area de la facultad.

Ella pareció no verlo, pues su expresión no cambió hasta que se detuvo a varios pasos antrs de llegar a ambos hombres.

Ambos mantuvieron sus miradas. Unas miradas con una mezcla de sorpresa por encontrarse, dolor por el pasado y unas casi ineceptibles ganas de hablar. 

Sobre todo para el mayor, quien dejó de escuchar al académico.

- Señorita (TA). - saludó de buen agrado. - Que tarde se me hizo, sin dudas. - dijo revisando su reloj de bolsillo, parecía querer presumir más de su dispositivo de 22 quilates de oro más que ver la hora. - Adelante pase, tengo grandes cosas que informarle, señor Vinsmoke, ha sido un placer hacer tratos con usted... ¿señor Vinsmoke?.

(Tn) respiró de forma profunda y torpe mirando al pelirrojo, quien por muy a su pesar, no podía despegar sus ojos de ella. Comenzó a sentir una ola de emociones  inundar su pecho, unas emociones que hasta ese entonces parecían casi imperceptibles por muy duras que le hubiesen parecido. Pues hasta que no la tuvo ante él, no recordó la sensación de paz y tranquilidad que ella le provocaba; no recordó el amor que le hacía sentir; no recordó el sentido de pertenencia, el sentir que tu lugar es en un lugar o junto a una persona. Una oleada de sensaciones y pensamientos que provocaron que su cuerpo se paralizase.

- ¿Señor Vinsmoke, está todo bien?.

La joven agarró con fuerza el asa de su bolso como si buscase valor en aquel trozo de tela.

(Tn) - Si desea, señor... puedo venir en otro momento. - dijo dando un paso hacia atrás.

- Oh no se preocupe, señorita. - negó el mayor. - Puede pasar a la sala si desea.

La joven asintió y volvió a mirar al joven, quien la  observaba en silencio.

(Tn) - Gracias, profesor. - dijo en tono bajo pasando por un lado de ambos hombres entrando así a la clase.

Una acción que provocó que el joven percibiera su perfume cuando pasó por su lado. Un perfume que siempre amó oler cuando estaba con ella, un perfume que le hizo recordar a aquellos momentos donde sentía que era feliz, que tenía un propósito más allá de lo material.

- ¿Desea decirme algo sobre algún tema, señor?. - preguntó intrigado pr su comportamiento tan extaño.

Ichiji - No. - atinó a responder. - Estamos en contacto.

El profesor abrió la boca para despedirse pero el paso rápido del pelirrojo por aquel pasillo dejó sus palabras en el aire. 

Mientras tanto la joven se secaba las manos sudorosas en su pantalón mientras trataba de mantener sus nervios a raya.

El verlo en persona no solo la desconcertó, si no que pareció abrir viejas heridas que aún no sanó. 

Le hizo recordar a tiempos mejores, a tiempos donde ella sentía que era feliz.

- Disculpe por hacerla venir sin tan poco tiempo de aviso, (Tn). - dijo entrando a la habitación. - Pero hoy a primera hora me hicieron llegar una noticia que no quise posponer para poder comunicarla.

La joven lo miró esperando a que hablase.

- Dentro de unos días se celebra una reunión de las reuniones más prestigiosas dentro del área científica. Se llevará a cabo en uno de los edificios más lujosos de Francia, el cual se reservó para dicho evento, asisitirán grandes figuras en el mundo de la ciencia y las invitaciones son limitadas.

La joven lo miró sin entender muy bien lo que trataba de decir, una expresión que el mayor entendió y sonrió dirigiéndose a su escritorio. 

- Me hicieron llegar el aviso de que serás una de las invitadas. - anunció ofreciendole un sobre negro con un sello dorado. - Fuiste muy sonad este año por tu descubrimiento, y muchos desean conocerte. - dijo con una sonrisa. - Bienvenida al mundo de la ciencia dorada, (TN).

La chica parpadeó un par de veces tomando aquel sobre.

(Tn) - Es... ¿Es real?. - preguntó atónita sin creerlo. 

- Tan real como que tú y yo estamo aquí ahora. - dijo sonriendo con saisfacción. - Es un triunfo personal el que una de mis alumnas sea invitada a este evento. - Y no temas, puedes llevar a un invitado contigo. - dijo al ver su gesto nervioso. 

(Tn) - Gracias, señor... cuando me escribió diciéndome que había un asunto importante que tratar, jamás imaginé algo así.

El académico sonrió. - Es tu esfuerzo y tus resultados brillantes los que dieron como fruto esto, (Tn). Nunca lo olvides. 

La joven sonrió un poco y asintió.

Debía sentirse feliz, debía sentirse entusiasmada con tal invitación.

(Tn) - Gracias señor.

Debía sentirse merecedora de que su carrera estuviese despegando.

- Estamos en contacto, (Tn).

Debía sentirse eufórica, queríendo cada vez más.

Asintió con una ligera sonrisa y salió de la sala despidiendose. 

Pero el dolor que había en su interior opacaba todo lo demás.

Caminó a paso rápido por los pasillos deseando salir de allí, deseando llegar nuevamente al laboratorio y sumergir su mente en sus investigaciones, creyendo que así su mente olvidaría el encuentro anterior.

Salió de la facultad localizando el coche de la familia Big Mom, un coche que le había sido asignado para todos los desplazamientos que ella hiciese. 

Se acercó a la puerta trasera y la abrió sintiendo la necesidad de observar los demás coches que había allí aparcados.

Quizás con la necesidad de encontrarlo a él.

Quizás con la necesidad de mentise así misma, de permitirse sentir que todo era como siempre. De sentir que él estaba allí esperándola, ideando algo para festejar tal invitación y acompañándola al evento.

Pero no lo vio.

Bajó la mirada y entró al coche, el cual arrancó y se alejó de aquel lugar.

Varios minutos después...

Llamada telefónica.

Sanji - Acosador.

Ichiji - ¿Puedes dejar de llamarme así?.

Sanji - Se te helaron los huevos cuando viste a mi bella dama tras tanto tiempo y te quedaste en la puerta de la facultad para verla.

Ichiji - No pude evitar no quedarme...

Sanji - ¿Qué se sintió al ver que ya no era a ti a quien buscaba? - preguntó con picardía al otro lado de la línea.- ¿Qué se sintió al ver que ya no iba corriendo con una sonrisa hacía a ti?.

Se hizo una pausa en la llamada, una señal que provocó que Sanji sonriera al ver que consiguió molestar a su hermano.

Una sonrisa que borró al escuchar su respuesta.

Ichiji - Me sentí un perdedor.

Sanji - Vaya... jamás pensé oir esas palabras salir de ti.

Ichiji - Y sin embargo te gustó. - dijo chasqueado su lengua.

Sanji - No lo niego, pero me das pena, Ichiji... no quisiera estar en tu lugar.

Ichiji - ¿Qué quieres decir?.

Sanji - Cambiar a la mujer que más amas por un puñado de dinero... que terrible sufrimiento. - respondió en tono bajo. - Hiciste lo que madre siempre advirtió, cambiaste lo que te hacía feliz por aprobación.

Ichiji - No tuve otra alternativa, ella iba a ...

Sanji - Siempre la hay. - lo cortó. - Pero igual ahora si es tarde para hacer nada... 

Ichiji - ¿Qué quieres decir?.

Sanji - Quitando el pequeño y imperceptible dato de que te vas a casar... - dijo con picardía. - Ella parece estar encontrando a otro hombre que te sustituya.

Ichiji - Deja de joder, malna...

Sanji - Solo digo lo que vi en el último viaje. - lo interrumpió. - No lo veas si no quieres, pero ahí está la verdad.

Ichiji - ¿Y qué harías tú?.

Sanji - Yo no habría llegado tan lejos, en el primer momento habría buscado todas las formas posibles de estar con ella.

El pelirrojo se mordió ligeramente el interior d ela mejilla guardando silencio.

Sanji - Solo te interesa tu imperio, siempre lo hizo... eres como padre. - atacó. - Pensando únicamente en los negocios, en hacer crecer su imperio... y dejando de lado a una mujer que valía todos esos imperios juntos.

Mientras tanto...

La joven chocó con una figura alta y musculosa en su intento de caminar rápido por los pasillos de aquella mansión rumbo al laboratorio. Una figura que la ayudó a impedir que perdiera el equilibrio en aquel incidente.

Katakuri - ¿Estás bien?.

(Tn) - Si... disculpa. - dijo sin apenas mirarlo y comenzando a alejarse nuevamente, pero el agarre del mayor se lo impidió.

Katakuri - (Tn) ... ¿Por qué siento que pareces odiarme?.

(Tn) - No te odio...

Katakuri - ¿Por qué me evitas tanto entonces?.

La joven tomó aire bajando su mirada, tratando de encontrar las palabras indicadas para responder aquella pregunta.

Katakuri - ¿Tanto te molestó que te besara?.

(Tn) - Me sorprendió... no lo esperaba...

Katakuri - ¿Por eso dejaste de hablarme...?

(Tn) - Lo siento... - susurró. - Alejarme no fue lo más inteligente pero me sentía bloqueada.

Katakuri - Lamento si te hice sentir incómoda. - dijo en tono bajo. - Tan solo quería hacerte saber mis sentimientos hacía ti.

(Tn) - De acuerdo... no te preocupes por ello. 

Katakuri - ¿Qué puedo hacer para que me vuelvas a mirar como antes?.

(Tn) - Katakuri...

Katakuri - Te echo de menos, (Tn). - la interrumpió. - A pesar de trabajar ambos en el mismo lugar, siento que estás tan distante hacia mi que duele.

(Tn) - Katakuri, eres un hombre increíble, lleno de talento y virtudes que admiro... pero no estoy lista para eso que deseas.

El mayor apretó sus labios comenzando a sentir una presión en su pecho. 

(Tn) - Si inicio una relación, quiero hacerlo tras haber sanado el pasado. No quiero hacerte daño...

Katakuri - Permiteme quedarme a tu lado hasta que desees dar ese paso conmigo.

La joven lo miró sorprendida por aquello.

Katakuri - No importa el tiempo que pase hasta que eso suceda, solo sé que quiero estar contigo.

(Tn) - ¿De verdad quieres esto...? - susurró sintiendo como ese nudo de nervios que sentía antes volvía a avivarse.

Katakuri - Si.

Ella bajó su mirada, pero los dedos del mayor agarraron su mentón elevando su rostro hacía él. Un acto que a muchas chicas le provocarían un estallido de emociones.

Katakuri - Recuerda que siempre voy a estar aquí, (Tn). - le dijo en tono dulce acercando su rostro al suyo. - Siempre voy a luchar por tu bienestar...

(Tn) - Katakuri...

Él sonrió y posó sus labios sobre su frente en un tierno beso. Un beso lleno de control mental y físico del mayor.

Un beso que le hizo darse cuenta de que quizás las palabras de su hermana aquella mañana quizás erán ciertas.

Ella sonrió un poco y tomó la mano que él tenía sobre su mentón y acarció ligeramante esta con sus dedos. Una acción que provocó que él se sintiera cada vez más en dominio de su cuerpo.

(Tn) - A veces pienso que... he tenido que hacer algo bien en una vida pasada para tener a personas tan simbolicas en mi vida. - dijo sorprendio al mayor. - Amo a mis amigos, amo mi trabajo y... a pesar de que mi corazón está roto, tengo ante a mi a una persona increíble que desea acompañarme en el proceso de sanación.

Katakuri abrió sus ojos ante aquellas palabras.

(Tn) - Gracias... Pensaba que todo estaba perdido pero... gracias a ti...

Él ya no pudo resistirlo más y con el agarre que ella tenía en su mano, jaló de ella trayéndola hacia su cuerpo. Una acción que le sorprendió pero que no rechazó al senti su abrazo. 

Katakuri - Las gracias he de dártelas yo ti, (Tn)... - dijo en tono bajo cerca de su oído. - Gracias por aparecer en mi vida.

La joven sonrió y le devolvió el abrazo, quedando ambos en silencio durante unos segundos antes de que ella volviese a hablar.

(Tn) - Me han invitado a una reunió de científicos, acudirán personas muy importantes y me dejan llevar a un acopañante. - dijo en tono bajo. - ¿Deseas acompañarme?.

Katakuri - Será un placer acompañarte.

Ella rió un poco y cerró los ojos reconfortándose en aquel abrazo.

Un abrazo que Pudding veía al otro lado del pasillo con una sonrisa tierna.

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