66 - La otra mujer

Sanji: Te escucho subirte por las paredes. -dijo mientras se sentaba en el sillón del apartamento de su amiga.

Ichiji: He dicho que me lo digas. -repitió en un tono más serio y molesto.

Sanji: Te dije que no te diré nada más.

Ichiji: ¿Entonces para que mierda me dices que ella estuvo hasta las 3 de la madrugada con ese malnacido?

Sanji: Porque tú viniste en modo ex tóxico diciendo que tus hombres te reportaron que ella no salió hasta esa hora. Yo solo te digo con quien estaba.

Ichiji: ¿Qué hicieron?.

Sanji: Valiente te crees al saber que te lo diré.

Ichiji: Te he dicho qué me digas que hicieron.- habló con tono autoritario.

Sanji: Sólo te diré que ella regresó a casa más feliz y oliendo a vino. -dijo con una sonrisa que no pudo ser apreciada en aquella llamada telefónica.

Una confesión que provocó que el tono de voz de su hermano se tornase más amargo.

Sanji: Katakuri no me termina de agradar, pero debo admitir que en parte gracias a él ella está comenzando a brillar nuevamente.

Ichiji: Tan solo es una persona mediocre que se deja guiar por su jodida madre. -respondió escupiendo sus palabras

Sanji: Cómo tú con tu jodido padre.

Ichiji: Serás desgra...

Sanji: Él te dijo que te casaras y aceptaste. Ahora estás amargado.

Ichiji no respondió a aquello, permaneció en silencio al otro lado de la línea.

Un silencio que el rubio tuvo que verificar varias veces si su hermano había cortado la llamada.

Ichiji: Cada día se torna más difícil. -dijo al fin. - Cada día que pasa ella se aleja más de mi.

Sanji: Así lo quisiste.

Ichiji: Yo nunca quise esto.

Sanji: Le rompiste el corazón de forma despiadada. Tienes a otra mujer a punto de casarse contigo y eso duele mucho. Ella lo pasó muy mal.

Ichiji: ¿Y tú que me recomiendas hacer?.

Sanji: Déjala en paz. -dijo provocando que algo en el estómago de su hermano se revolviera. - Deja que ella sea feliz con otra persona y rehaga su vida.

Ichiji: No.

Sanji: Egoísta de mierda.

Ichiji: No voy a dejarla ir.

Sanji: Deja que ella sea feliz con alguien más.

Ichiji: ¡Esa persona debo que ser yo!.

Sanji: Pero no lo eres. -añadió cortante. - Deja de controlarla.

Ichiji apretó sus labios y sin decir nada más, iba a cotar aquella llamada sintiendo como el ardor que comenzó a sentir extenderse por su estómago ascendía por su garganta.

Pero su hermano continuó, provocando que aquel malestar creciera.

Sanji: También debo decirte algo más.

Ichiji no respondió, tan solo permitió que su hermano continuara.

Sanji: (Tn) viaja la semana que viene a casa por vacaciones, y Katakuri vendrá con nosotros.

Aquella noticia fue todo lo que necesitaba para que, sin decir nada más, cortara la llamada sintiendo como aquel ardor que sentía se transformaba en rabia, celos y tristeza.

Una unión de emociones que originaron que los ojos del joven, comenzaran a cristalizarse, algo que él paró de inmediato dando unas profundas respiraciones.

No iba a permitirse llorar, no iba a tolerar aquel acto tan mediocre y mundano para él.

Se tumbó en su cama y comenzó enfriar su mente provocando que aquella oleada de pensamientos se detuvieran.

Una gran tecnica que su padre le enseñó para evitar que sus emociones salieran ante directivos o enemigos.

Abrió sus ojos y tomó su móvil comenzando a revisar su galería, concretamente la carpeta de fotos que tenía bajo el nombre de "(Tn)".

Una carpeta que nunca se atrevió a borrar, una carpeta que atesoraba más de mil fotografías, tanto fotografías donde ambos salían mirando a la cámara como otras donde la joven era totalmente ajena a que el mayor estaba haciéndole fotos. Siendo éstas últimas las favoritas del pelirrojo. Unas imágenes donde podía capturar la belleza de su mirada distraída, de su sonrisa observando las luces de la noche parisina o, su favorita en la que ella observaba la Venus de Milo.

Una imagen que significaba demasiado para él: su primera cita.

Tomó aire deslizando su dedo de lado a lado observando cada imagen, cada sonrisa y se detuvo en una en la que la joven hizo justo en el momento en el que sus labios se posaron sobre los de él. Despertando así la emoción que trataba de contener.

Despertando así la tristeza que sentía en su corazón.

Un corazón que amenazaba con enfriarse, pero que únicamente sentía calidez con (Tn).

Con alguien que se estaba comenzando a ir, y con su partida, todo el amor que el heredero de los Vinsmoke era capaz de sentir.

Realmente la amaba. Fue consciente de que realmente adoraba a la joven. Un sentimiento que no hizo más que crecer con cada día que pasaba a su lado.

La echaba de menos, extrañaba aquellos besos, aquellas miradas, su voz aterciopelada y sus caricias suaves y llenas de amor. Echaba de menos aquella compañía que provocaba que lo días del joven fueran más luminosos.

Uno días que comenzaron a oscurecer a medida que pasaba el tiempo.

Y sin ser consciente de la emoción que comenzaba a sentir, comenzó a llorar.

Los días comenzaron a pasar, y llegó el día tan señalado en el calendario de (Tn).

Un día que inició con ella levantándose a las cinco de la mañana para terminar de hacer las maletas. Un entusiasmo que provocó que Sanji sintiera ternura al ver a su amiga así de feliz.

Sanji - Tu amigo rico dijo que nos iríamos en su avión privado a las diez de la mañana, son las cinco. - dijo con voz perezosa desde el sofá cama.

(Tn) - No podía dormir...

Sanji - Cómo los niños pequeños antes de un viaje.

(Tn) - ¡Justo así me siento!.

Sanji rió un poco y la joven abrió una de sus maletas para revisarlo todo por segunda vez.

Sanji - Ese amigo tuyo... -comenzó diciendo llamando la atención de la chica. - ¿Realmente es de fiar?.

(Tn) - ¿A qué te refieres?.

Sanji - A si realmente sientes que puedes confiar en él.

(Tn) - Hasta ahora no me ha dado motivos para pensar lo contrario... es una buena persona.

Sanji - Comprendo.

La joven sonrió y volvió a su maleta dejando a su amigo pensativo.

Las horas pasaron y París se veía majestuoso desde las alturas. Una escena en la que Katakuri no pudo evitar no sonreír al ver los ojos iluminados de la joven mirando por la ventana de su avión.

Una sonrisa que fue interceptada por Sanji, quien analizaba a aquel hombre.

Una mirada que él mayor sintió.

Deslizó sus ojos hacia el lado de la joven y emitió una ligera sonrisa amistosa al rubio. O eso pretendió.

Katakuri- ¿Queréis comer algo?. -propuso alzando su mano provocando que dos sirvientes atravesaran la cortina blanca que separaba la cabina de aquel avión privado.

(Tn) - Gracias por tanta atención, Katakuri.

Katakuri- Es un viaje de varias horas, quiero que estéis cómodos.

Sanji - Gracias. -dijo viendo como aquello sirvientes dejaban sobre la mesa que había entre ellos zumos recién exprimidos, frutas y pastas dulces.

Katakuri- He oído que eres uno de los chefs más prometedores de tu generación, Sanji. -dijo cuando el servicio se retiró.

Sanji - ¿Ah si?. -preguntó desconfiado.

Katakuri- Por supuesto, (Tn) me habló muy bien de ti, se siente orgullosa de tenerte.

El rubio exhaló una profunda respiración y miró a la chica a su lado, quien le regresó una sonrisa cariñosa.

(Tn) - Excelente chef, caballeroso, amable, lindo y mejor amigo. -dijo con orgullo. - Me llena el corazón de alegría hablar de ti.

Sanji  le sonrió de forma dulce y le depositó un cálido y suave beso en su frente bajo la atenta mirada de Katakuri.

Sanji - Y a mi de ti. - le correspondió.

La joven sonrió y bajó su mirada a la mesa tomando uno de los vasos de zumo.

(Tn) - Mmm... -musitó tras dar un sorbo. - ¿Fruta de la pasión?.

Katakuri- Así es. Son zumos de frutas recién exportadas de las áreas tropicales, perfectas para tomar en verano. -explicó.

Sanji - Sé nota que son de muy buena calidad. -observó.

Katakuri- Lo mejor siempre estará sobre mi mesa y en mi equipo. -dijo aquello último lanzando una mirada a la joven, quien ahogó una sonrisa tímida dando otro sorbo a su zumo.

Menos Sanji, quien ante aquellas palabras frunció un poco el ceño sintiendo una ligera molestia.

Sanji - En nuestras vacaciones en la playa deben haber puestos de zumos y macedonias de todo tipo de frutas.

(Tn) - Tengo ganas de llegar. - dijo con ilusión. - Hotel a las orillas de la playa, feria del pueblo vecino...

Katakuri- Los baños en el mar y de sol te ayudarán a aliviar el estrés.

(Tn) - Y el estar con mis amigos. -dijo con una sonrisa. - Y contigo.

Katakuri- Espero ser del agrado de tus amigos.

(Tn) - ¡Ya verás que si!.

Pasó el tiempo y el silencio se prolongó por unos segundos que resultaron ser más incómodos de lo esperado.

Un silencio que rompió Sabo con una ligera sonrisa mirando al mayor.

Sabo - Espero que estés bien con nosotros, Katakuri.

El mayor inclinó ligeramente la cabeza a modo de agradecimiento mientras que detrás Nami se acercaba con cuidado al oído de Robin.

Nami - Yo también iré a París, allí hay muchos ricos. - susurró.

Robin sonrió y desvió su mirada hacia él grupo, pudiendo ver un gesto que provocó que sus ojos se abrieran ligeramente y le hiciera una señal a su amiga.

Robin - Parece que a alguien no le gusta.

Nami miró hacia la dirección en la que su amiga señalaba y vio a Ace con rostro  serio y apagado observándolo en silencio.

(Tn) sonrió un poco mirando al mayor a su lado y dio origen a un ambiente más agradable entre sus amigos.

(Tn) - ¿Estamos listos para nuestro viaje?.

Chopper - ¡Siii!.

Sabo - Preparé comida para el viaje.

Luffy - Shishishi yo le ayudé.

Sabo - De eso nada.

Luffy - ¿Ñem...? ¡la probaba y decía si estaba buena o no!.

Sabo - ¿¡Con cada porción!?.

Luffy - Shishishi hay que estar seguros.

Zoro - Mientras haya sake me da igual la comida.

Sanji - Por eso tienes el paladar en la mierda.

Zoro - ¿¡Qué dijiste ceja rizada!?.

Sanji - ¡Ya me oíste marrimo!.

Luffy - Shishishi ceja rizada, ¡como el ex de (Tn)!.

La joven apretó un poco sus labios sintiendo una presión en su pecho al oír aquello, señal de que aún su corazón no había conseguido superar aquella etapa.

Sabo jaló la mejilla del pequeño y Katakuri miró a la joven, pudiendo observar como pasó de una expresión sonriente y feliz a una más apagada.

Nami - Vamos al coche, debemos estar allí antes de las cinco de la tarde. - dijo tratando de desviar el tema.

Los chicos asintieron al unisono y se dirigieron hacia un amplio coche con varias plazas.

Nami se puso al lado de la joven y la tomó dela mano provocando que su paso sea más lento.

Nami - ¿Estás bien?. -susurró.

La chica asintió con una ligera sonrisa y alzó su mirada hacia Katakuri, quien se detuvo unos segundos al notar que ella se quedó atrás.

Katakuri- Pondré tu maleta en el coche. -dijo tomando el equipaje de la joven sin darle margen a responder.

Una acción que hizo sonreír un poco a la joven.

Nami - (Tn)... no estarás tratando de olvidar a Ichiji con él, ¿verdad? -le preguntó en un susurro viendo como aquel hombre colocaba con cuidado y sin mucho esfuerzo la maleta en el maletero.

(Tn) - No digas tonterías... Sólo es un compañero y amigo. -respondió. - Es el hijo de mi jefa y por ahora me cae muy bien... es muy atento conmigo.

Robin - Si es cierto que está muy pendiente de ti.

Nami - ¿Será enviado por tu jefa para controlarte?. -sugirió.

(Tn) - ¿Qué?. -preguntó deteniendo su paso.

Nami - Es lo que suele pasar en las películas de mafiosos.

Robin - ¿Te gustan esas películas?.

Nami - Me gusta el dinero.

Robin rió mientras que (Tn) emitía un chasquido con la lengua.

(Tn) - ¿Tan raro es que se haya acercado a mi que tiene que ser porque ha sido enviado?.

Nami - No me refería a eso... es solo que son personas con mucho poder y te hicieron una muy buena oferta laboral... igual quieren atarte de alguna forma.

La chica negó frunciendo un poco el ceño y apresuró su paso separándose así de ambas chicas, quienes se miraron entre ellas apenadas.

El tiempo estimado de llegada al hotel en las orillas de la playa concluyó. Todos bajaron con grandes ánimos de pasar unas muy buenas vacaciones de verano juntos, todos incluso (Tn) tras la última conversación con sus amigas.
Quería mantenerse positiva y optimista pese a todo lo ocurrido las últimas semanas, quería que esas vacaciones le sirvieran para recargar energías y tener una nueva visión y enfoque en lo que estaría por llegar.

En esas cosas nuevas y hermosas que estarían por llegar a su vida.

Tal fue su estado que no rechazó ni puso mal gesto ante el abrazo cariñoso de Nami al llegar a la habitación que compartirían las tres amigas durante aquellas vacaciones. Un abrazo cargado de cariño y preocupación de la pelirroja ante un posible enfado de su amiga. Pero muy al contrario de lo que esperaba, la joven le devolvió aquel gesto de buen agrado. Algo que provocó que Nami sintiera alivio.

Aquella tarde trascurrió de forma tranquila y agradable para los jóvenes. Tomaron el baño en el mar inaugurador de las vacaciones de verano, jugaron a juegos en la arena, Luffy se hundió varias veces y fueron de regreso al hotel para arreglarse antes de ir a la feria del pueblo vecino.

Todo estaba en calma y paz, unas vacaciones que (Tn) añoraba.

Pero no para todos había esa paz.

Muy lejos de allí, dos personas estaban manteniendo una conversación tensa e incómoda. Una conversación que era necesaria tener.

Pudding - Dime quien es la chica que sale en tu fondo de pantalla. -repitió de forma molesta.

Ichiji endureció su mirada alzándola hacia el frente.

Ambos se encontraban en el coche del mayor, acababan de ir a cenar juntos y un despiste del pelirrojo provocó que al encender el móvil junto a la joven, ella viese el fondo de pantalla que aún conservaba.

Un fondo cuya imagen nunca se fue de él y que seguía adornando su móvil.

Sin embargo su rápido movimiento al apagar aquella pantalla provocó que la joven no pudiese distinguir el rostro de la chica que aparecía en él. Y sintió como una oleada de celos la comenzó a invadir.

Pudding- Dime quien es. -repitió.

Ichiji - Nadie.

Pudding - La tienes de fondo de pantalla, dudo que no sea nadie.

Ichiji - No voy a seguir hablando del tema. -anunció girando las llaves de su coche, pero la mano de la joven se posó sobre la suya impidiendo que arrancase.

Una acción que provocó desagrado en el mayor y que de forma rápida apartamento la mano.

Pudding - Te exijo que me lo digas. -repitió tratando de ignorar aquel rechazo

Ichiji - Eres una terca.

Pudding - ¡Me voy a casar contigo y ya me estás engañando!. - gritó con nervios ante su negativa e indiferencia. - ¡Eres un infiel!.

Ichiji - Ojalá pudiera serte infiel con ella, ojalá nunca hubiera aceptado este compromiso.

Pudding separó sus labios ante aquello sintiendo una punzada de dolor expandirse por su pecho.

Pudding- Te casarás conmigo, ella no tiene lugar.

Ichiji - Fuera de mi coche.

Pudding - ¡Si te vas con ella la mataré!

En ese momento, Ichiji le dedicó una mirada tan dura y amenazante que la joven no pudo seguir hablando. Sintió temor estando con él. Sintió que en cualquier momento, con cualquier gesto o palabra, el joven arremetería contra ella.

Ichiji - Bájate del coche, porque si sigues aquí la que acabará mal serás tú.

Pudding sintió su garganta arder, sintió sus ojos empañarse de impotencia, rabia y tristeza.
Abrió la puerta y salió del coche dando un golpe seco mientras que Ichiji mantenía su expresión fría y seria.

Una expresión tan dura que la chica no pudo decir nada más, una expresión que provocó que algo en ella se rompiese.

Mientras tanto...

Los fuegos artificiales que inauguraban las fiestas iluminaban el cielo nocturno ante los ojos ilusionados y expectantes de todas las personas que se encontraban en aquella feria.

El aroma a comida callejera, el aroma a dulces de algodón de azúcar y caramelos inundaban el ambiente junto a la música y a las risas.

Katakuri deslizó su mirada de las luces destelleantes hacia la joven a su lado. Observó sus ojos iluminados de los miles de colores de los fuegos, una mirada que brillaba de ilusión y expectación.

(Tn) lo miró, sorprendiendo al mayor al juntar su mirada con la de ella. Le sonrió, provocando en él una sonrisa correspondida y regresó su mirada hacia él cielo sin que él pudiese apartar sus ojos de ella.

Un gesto que fue apreciado por Sanji tras de ellos.

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