62 - Cerca del corazón

Ambos mantuvieron la mirada guardando un largo silencio mientras estaban sentados en aquella terraza de café francés.

Sanji - Payaso.

Ichiji - Tsk...

Sanji - ¿Aún sigues vigilando a mi dama a pesar de romperle el corazón?. -preguntó alzando una ceja. - Y seguro que te pusiste como un loco cuando te dijeron que subió con un hombre a su casa, por eso estás aquí.

Ichiji - La sigo protegiendo.

Sanji - ¿Y qué harás cuando ella se vuelva a enamorar?. -preguntó provocando que su hermano frunciera el ceño. - ¿También estarás pendiente de todo lo que hagan?.

Ichiji esta vez no respondió, se quedó en silencio viendo a su hermano, quien negó con la cabeza tomando su taza.

Sanji - Estoy aquí porque ella está pasando por una mala etapa. -dijo esta vez en tono más bajo. - Ha bajado de peso y se ve muy cansada.

Ichiji - Me siento más tranquilo sabiendo que te tiene a ti cuidándola.

Sanji - Arreglando la mierda que hiciste.

Ichiji - No tuve alternativa, Sanji.

Sanji - Lo único que sé seguro es que te vas a arrepentir toda la vida de esto. -le dijo mirándolo a los ojos. - Les contarás a los hijos que tengas con tu esposa por contrato sobre tu primer y único amor, y no será su madre.

Ichiji apretó un poco los dientes ante aquellas palabras, unas palabras que comenzaron a ocasionar un malestar en su pecho.

Sanji - Ella se enamorará nuevamente y encontrará a alguien que le haga feliz.

Ichiji - Espero que encuentre a alguien que realmente la merezca. -dijo sorprendiendo a Sanji.

Sanji - ¿De verdad te vas a rendir?.

Ichiji - Estoy prometido, tengo fecha de boda y si sigo queriendo volver con (Tn) ella podría morir. -bajó su mirada a su taza de café. - Es mejor dejar las cosas así.

Sanji - Y dices eso mientras sientes que algo dentro de ti se rompe.

Ichiji - Cometí el error de aceptar ese compromiso, y es un error que debo aceptar y asumir.

Sanji - ¿A pesar de que te pasarás toda tu vida arrepintiéndote.

Ichiji - Si.

El rubio suspiró un poco y asintió apoyando su espalda en el respaldo de aquella silla.

Sanji - Si lo tienes tan claro, haces bien en no volver con ella. -dijo provocando que su hermano lo mirase. - (Tn) merece a un hombre que esté dispuesto a luchar lo que haga falta y no a uno que se rinde.

Ichiji tomó aire intentando calmarse y bajó nuevamente su mirada hacia la mesa.

Sanji - ¿Recuerdas lo que una vez nos dijo madre cuando éramos pequeños?. -preguntó esta vez en un tono más bajo tras unos segundos en silencio. - Ella nos dijo que de nada sirve tener una vida donde únicamente te dedicas a complacer a los demás olvidándote de ti mismo. Que debíamos siempre escuchar a nuestro corazón en todo momento.

Ichiji alzó su mirada hacia su hermano procesando aquello último.

Sanji - Y tú lo estás olvidando.

Ichiji - Escuchar a nuestro corazón... -susurró.

Sanji - Tú no lo estás escuchando, y vas a arrepentirte toda tu vida.

Ichiji recordó al instante las palabras de aquella anciana pitonisa. Unas palabras que le dejaban claro que sí quería tener éxito en esta situación, debía seguir su corazón y conectar con el amor. Unas palabras que volvieron a repetirse al recordar el mensaje de su madre.

El mensaje que siempre su madre les transmitía.

Ichiji - Es mejor así. -respondió en tono bajo. - Tal vez... ella y yo éramos la pareja perfecta, pero no en esta vida.

Sanji - Cómo quieras. -respondió. - Cuando ella se case te pasaré las fotos de la boda para que en tus momentos depresivos las edites poniendo tu cara.

Ichiji - ¿Y qué propones que haga?. -preguntó casi molesto. - Ella debe odiarme por lo que le dije...

Sanji - Si, cuando fui a su casa vi un muñeco vudú tuyo lleno de alfileres, yo también le clavé varios.

Ichiji alzó la ceja frunciendo el ceño provocando en su hermano una sonrisa divertida.

Mientras tanto...

La joven no pudo evitar no abrir los ojos sorprendida al estar en el gran laboratorio de la mansión de Charlotte.

Aquel lugar era un amplio lugar de dos pisos en forma esférica. Sus blancas paredes relucían en los tubos cilíndricos que adornaban las paredes y las amplias mesas.

Sin dudas aquel lugar era el sueño para cualquier científico o aficionado al oficio, no sólo por el gran espacio dedicado a la disciplina, si no por los materiales tan costosos y escasos que se encontraban en aquel lugar.

Charlotte sonrió satisfecha al ver su expresión al cruzar las puertas blancas entrando a aquel lugar.

Charlotte - Estos son los miembros de nuestro equipo, (Tn). -le dijo señalando a un grupo de hombres situados en línea con sus manos a las espaldas.

La chica se giró a aquellos hombres, quienes la saludaron con un movimiento de cabeza, provocando en ella una reacción similar.

Charlotte - Y ahora tú, formarás parte de este equipo. -sonrió. - Pero antes necesitas conocer cada parte de este laboratorio. -miró al que parecía ser el jefe de aquel equipo y este dio un paso hacía delante. - Muéstrale.

El hombre se acercó a ella comenzando a conducirla por aquel laboratorio explicándole cada una de los equipos de los que disponían bajo la atenta mirada de la joven, quien observaba asombrada todo aquello.

Charlotte Linlin salió del laboratorio y entró a una sala que se encontraba al lado de este. Una sala más oscura y pequeña con una gran cristalera que ocupaba una de sus paredes, tras la cual se podía ver todo lo que ocurría en aquel lugar de investigación sin que los trabajadores lo supieran.

Charlotte Linlin- Ya sabes que hacer. -dijo entrando con una sonrisa.

Katakuri asintió con mirada sería observando a la joven.

Katakuri- ¿Cuándo empieza a trabajar para nosotros?.

Charlotte Linlin- Mañana. -respondió poniéndose a su lado. - Ya le expliqué en los dos proyectos en los que estamos trabajando, y ella parece querer ayudar en su investigación.

Katakuri- ¿Realmente confías en ella?.

Charlotte Linlin- No tengo motivos ahora para desconfiar, y si hace algo sospechoso es tan fácil como matarla. -le dijo de forma indiferente.

Katakuri- Comprendo.

Charlotte Linlin- No me falles, hijo. -le dijo esta vez en un tono más serio.

Katakuri- No lo haré, madre.

Horas más tarde...

(Tn) - ¡Tenías que haber visto ese lugar!. -dijo ilusionada sentada en la cocina viendo como Sanji salteaba unas verduras. - ¡Jamás pensé que lograría ver artilugios tan costosos en el mismo lugar!.

Sanji - Pareces entusiasmada con ese nuevo trabajo. -sonrió.

(Tn) - Es el mejor laboratorio que he visto. -dijo feliz. - Y además... El salario es más del triple que puedo ganar en la cafetería en la que trabajaba... así que todo mejor.

Sanji - Me hace feliz que estés tan ilusionada. - la miró. - Eres hermosa cuando sonríes así.

(Tn) se levantó y lo abrazó por detrás con ternura.

(Tn) - Gracias por estar aquí...

El rubio disminuyó el fuego y se giró devolviendo el abrazo a su amiga.

Sanji - Gracias a ti por existir... y por dejarme formar parte de tu vida.

Ella le sonrió de forma tierna y llena de cariño, provocando que Sanji se acercara a ella y le depositara un suave beso en la frente.

Sanji - No espero a poder ver en la gran científica en la que te convertirás...

(Tn) - Ni yo en el gran cheff que serás...

Sanji sonrió y la estrechó contra su pecho en un suave abrazo.

Mientras tanto...

El sonido del agua correr impregnando de vapor aquel lujoso baño humedecía sutilmente la piel del joven.

Ichiji se quitó la camisa dejando al descubierto su trabajado torso. Se miró al espejo y sus ojos descendieron hacia la luz dorada que comenzaba a destellear alrededor de cuello por las luces de aquel baño. Tomó aire viendo aquel anillo de promesa que (Tn) le regresó, sujetado por una cadena dorada adornando su pecho, cerca de su corazón.

Un objeto del que no se quiso deshacer.

Cerró un momento los ojos y tomó su móvil. Encendió la pantalla y volvió a tomar una bocanada de aire al ver el fondo de pantalla.

Apagó la pantalla en el momento en el que su dispositivo dio una vibración. Frunció el ceño y volvió a encender la pantalla viendo el mensaje de un número que no tenía registrado.

- Hola Ichiji, soy Pudding. Me preguntaba si querías ir a cenar hoy conmigo.

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