1- La primera mirada

Los ojos curiosos de una niña de nueve años se asomaron por encima del mostrador de aquel restaurante llamando la atención del pequeño, quien giró su cabeza hacia la zona donde sintió esa mirada, pero justo cuando los iba a encontrar, estos volvieron a esconderse bajo el mostrador.

Se acercó y cuando tuvo la intención de asomarse para mirar al otro lado, una figura se deslizó rodeando el mostrador poniéndose a su lado.

(Tn) - ¡Baaaaam! -gritó alzando sus pequeñas manos hacia el niño con intención de hacerle cosquillas.

Sanji - ¡(Tn)! - rió tratando de apartar las manos de su barriga.

(Tn) - ¡Regresé! -anunció alzando sus manos por encima de su cuerpo.

Sanji sonrió ampliamente al verla allí.

Sanji - ¡Te extrañé mucho!

La niña abrió los ojos maravillada con aquella respuesta y empezó a dar saltitos en el sitio despegando sus talones del suelo.

(Tn) - ¡Yo también te extrañé mucho! -confesó. - ¿Sabes qué?, en la última redacción de la clase de caligrafía y ortografía había que describir a nuestro mejor amigo... ¡y yo te describí a ti!. -dijo feliz.

Sanji sonrió felizmente ante aquello y abrazó a la pequeña provocando una risa en esta.

Zeff - ¡(Tn)! -gritó saliendo de la cocina sonriendo viendo a la pequeña.

La niña se separó de Sanji y se inclinó ligeramente ante el mayor.

(Tn) - Buenas tardes, Zeff. -saludó educadamente.

Zeff - Oh vamos... -exclamó riendo. - No es necesaria tanta formalidad, puedes llamarme abuelo.

Sanji - A mi me pegas... -se quejó.

Zeff - Silencio mocoso. -le dijo cambiando su tono de voz. - ¿Quieres una porción de tu pastel favorito? -dijo esta vez en tono dulce a la pequeña.

La niña asintió con una sonrisa y Zeff fue hacia el mostrador y abrió la vitrina.

Zeff - ¿Cómo está tu abuela? - le preguntó cortando una porción.

(Tn) - Oh muy bien... está muy contenta por mis notas en el colegio... aunque también me presiona por estudiar ciencias en la secundaria. -hizo un gesto triste.

Zeff rió ante aquello. - Quiere que sigas sus pasos para ser una buena médica.

La niña asintió. - Dice que si no lo hago bien me meterá en una caja y me dejará en la calle bajo la lluvia. -dijo con un tono apenado mirando al mayor sintiendo como caía una lágrima de su ojito. - Tengo miedo...

Zeff - Ah que mujer... - se asustó.

Sanji - Es siniestra...

Varios hombres del personal que escuchaban aquella conversación asintieron con miedo recordando a la abuela de la niña.

Sanji - Si te abandona nosotros te adoptamos. - le dijo dándole un abrazo.

La niña sonrió feliz y volvió a abrazar al pequeño.

Zeff - Eso dalo por hecho, pero tu abuela no lo hará, te quiere mucho. -le dijo sonriendo teniéndole su plato con la porción de su pastel favorito.

(Tn) - ¡Gracias! -exclamó feliz tomando aquel plato.

Zeff - Sanji, puedes tomarte lo que queda de tarde libre. - le sonrió provocando que el pequeño lo mirase con destello en los ojos. - Pero mañana te toca lavar los platos.

Sanji gritó afirmativamente a aquello y fue con la pequeña a una de las mesas.

(Tn) - ¿Ha pasado algo en estos nueve meses que no me contases en las llamadas? -

Sanji - Oh... si, ha pasado algo... -dijo esta vez en tono más apagado.

La pequeña iba a preguntar pero Sanji se adelantó.

Sanji - Vinieron mis hermanos... me encontraron... la noticia buena es que también vinieron vecinos nuevos al barrio.

(Tn) - Espera... ¿tus hermanos? -preguntó confusa. - ¿Te refieres a aquellos que te pegaban antes de venir aquí?.

Sanji asintió y la pequeña frunció el ceño enojada.

(Tn) - ¿Dónde están? -cuestionó molesta al recordar el pasado que su gran amigo le contó.

Sanji - Ayer vinieron... pero Zeff les tiene prohibido el paso, por eso me esperan fuera... - contó con vergüenza y miedo.

(Tn) - Son tontos, Sanji. -le dijo extendiendo sus manos sobre la mesa. - Además, yo estoy a tu lado ahora, también Zeff.

El rubio sonrió enternecido y tomó las manos que la pequeña le ofrecía.

(Tn) - Pasemos un buen verano. -exclamó alegre.

Sanji asintió sin borrar su sonrisa.

Sanji - Te caerán bien los nuevos vecinos, son raros pero amables. -le dijo viendo como la pequeña comía su pastel. - Tienen nuestra edad.

(Tn) - Oh... niños nuevos con los que jugar. -sonrió. - Pero tú siempre serás el mejor para mí.

Sanji escondió su rostro sonriente entre sus brazos cruzados sobre la mesa y movió las piernas con una mezcla de felicidad y vergüenza.

Sanji - Y tú para mi... -confesó sin despegar su rostro de la mesa provocando que la pequeña hiciera un bailecito en su asiento de felicidad.

Pasaron los minutos y la pequeña terminó su pastel, y con el cierre de aquel restaurante.

Al salir la cálida brisa veraniega provocó que los pequeños dejasen salir un suspiro de fastidio al cambiar del suave y refrescante aire acondicionado del local contra las altas temperaturas del verano.

Zeff - Vamos, que sois jóvenes aún, esto no debe afectaros. -les dijo viendo como los niños ponían cara desanimada. - Id a jugar.

Sanji - Hace calor...

(Tn) - Chschs... -murmuró al lado del pequeño. - En mi casa hay videojuegos y aire acondicionado. - susurró con picardía ante su plan para huir del calor.

Sanji abrió la boca ilusionado y asintió con ganas.

Sanji - ¡Vamos!.

Zeff - ¡Oh, así me gusta! -exclamó ajeno al plan.

Los niños comenzaron a reír y corrieron calle abajo hacia la casa de la pequeña, la cual estaba libre hasta bien entrada la noche, hora en la que su abuela terminaba con su turno en el hospital, por lo que allí estarían a salvo de todo adulto que quisiera ponerles normas.

Pero al cruzar la calle, las risas cesaron y sus carreras hacia su destino se detuvieron.

Sanji abrió sus ojos alarmado mientras la pequeña fruncia el ceño dando un paso hacía delante poniéndose entre su amigo y aquellas personas, las cuales estaban a varios metros de distancia viéndolos atentamente con una sonrisa burlona y odiosa.

Sanji - Te... te dije que me esperaban... lo siento no me acordé... -susurró muy bajo a sus espaldas con temor.

La niña miró a los tres niños de uno en uno pero su mirada se detuvo en uno en especial, quien también sintió aquello al cruzar con sus ojos.

La mirada de ambos se relajó, ya no tenían esa mirada enojada, ahora era una mucho más tranquila.

La niña ladeó un poco la cabeza mirando al niño sintiendo una sensación extraña en su pecho, una sensación que también parecía sentir el pequeño al verla.

Niji - ¡Aquí está la rata! -gritó ignorando aquel suceso entre ambos niños.

La pequeña volvió a la realidad y miró al peliazul nuevamente con mirada enfadada.

Yonji - Y viene con una mocosa. -dijo riendo.

Niji - Si te apartas no te haremos nada, niñata. -sonrió de manera burlona.

(Tn) - ¡No le pondréis una mano encima!. -gritó extendiendo sus brazos a ambos lados en señal de protección hacia Sanji.

Sanji - (Tn)...

Niji - Patético... una niña tiene que defenderte, eres escoria, Sanji

Yonji comenzó a reír más fuerte ante aquello mientras que su hermano permanecía en silencio al lado de ellos, aún con su mirada clavada en ella.

Niji - Primero nos deshacemos de la mocosa y luego de Sanji. -planificó acercándose a ellos.

Yonji - Me gusta el plan. -respondió haciéndose crujir los dedos de las manos mientras ambos esbozaban una sonrisa odiosa y malévola.

Una sonrisa que se disipó ante la orden de su hermano.

Ichiji - Quietos, Niji, Yonji.

Los dos pequeños se giraron confusos hacia él.

Niji - ¿Pero qué dices ahora?.

Yonji - Estabas con ganas de darle una lección hoy también. -respondió con molestia.

Ichiji - He dicho que quietos. -dijo en tono serio mirándolos.

Sanji y (Tn) los miraron extrañados y sorprendidos al mismo tiempo, en especial al pelirrojo.

Aquella era una nueva situación para Sanji, quien nunca vio a ninguno de sus tres hermanos ser compasivo con él.

Niji - Tsk... ¿qué te pica ahora?.

Yonji - ¡Quiero pegarles!.

Ichiji - Volved al coche. -ordenó señalando con su dedo al coche negro que había al final de aquella calle.

Niji - Oh vamos...

Ichiji - ¡Ahora!.

Niji y Yonji miraron a su hermano frunciendo el ceño chasquearon sus lenguas y retomaron el camino de regreso al coche, el cual era conducido por uno de los miembros del servicio de la familia.

La niña bajó sus brazos viendo como los dos niños se alejaban pero un impulso de protección hizo volver a levantarlos cuando vio a Ichiji girar su rostro para mirarlos nuevamente.

Para mirarla nuevamente a ella.

Posó su mirada en sus ojos sintiendo una extraña sensación, una sensación tan desconocida para él que no sabía cono reaccionar ante aquello sin saber qué la joven estaba sintiendo lo mismo.

Sin saber ninguno el lazo que formaron en la anterior vida.

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