Veinticinco

Maratón 2/3

El día anterior...

La llegada al hospital fue caótico. Todas las dependencias del hospital estaban repletas de gente con fiebres altas, llorando por lo que pudieran haber soñado. En el trayecto, el Hatake se había percatado que no solo él estaba teniendo esos sueños... o quizás y lo más probable, recuerdos. En camino de seleccionarle una camilla, pudo divisar a Gai quien por lo visto, a pesar de su fiebre, hacía abdominales sobre su correspondiente cama.

Con una ceja alzada, suspiró, pero también le siguió una leve sonrisa. Conociendo a Gai, lo raro es que no estuviera haciendo ejercicio, sino sí que estaría demasiado grave. Al menos algo le había aliviado estar allí. Aun así, su camilla no estaba ni mucho menos cerca de la de su amigo.

Uno de los médico-ninja se dedicaba a su zona, por lo que no tardó mucho tiempo en pasar por él. Las preguntas, aunque automáticas, no dejaban de ser interesantes y a la vez intrigantes. ¿Con quién había estado desde el día anterior a la mañana? ¿Dónde había estado desde ese momento? ¿Había tenido anteriormente este tipo de síntomas? ¿Del 1 al 10 cómo de mal se sentía? Si había soñado algo, ¿qué era? Las respuestas del Hatake fueron simples y contundentes.

— Con el Hokage, en la oficina del Hokage, no, 5, el ataque del Kyubi hace 3 años.

Con un gesto afirmativo, el médico se fue casi corriendo, desconcertando a Kakashi. ¿Acaso no le iban a tomar la temperatura? ¿O darle algún medicamento? Menos mal que se encontraba mejor que antes... Con paciencia, recostó su cabeza en la almohada dando gracias de haber podido coger camilla, porque los que estaban llegando ni siquiera tenían sitio. De nuevo, el médico llegó con un vasito en una mano y una pastilla en la otra. 

— Esto te bajará la fiebre y posiblemente algo de somnolencia. Media pastilla ahora y la otra mitad dentro de... 8 horas.

—Entendido.

Volvió a marcharse nada más escuchar su respuesta. Entendía que estaba sobrecargado de trabajo, así que no se quejó. Después de partir la pastilla por la mitad, hizo el intento de tragarse el primer trozo. Tenía que decir que no estaba acostumbrado a tomar medicamentos, así que no sabía cómo meterse aquella cosa sin ahogarse en el intento.

Frunciendo el ceño, renegó: —Vaya porquería...

Guardó la otra mitad en el envoltorio y lo metió en el bolsillo de la camilla antes de volver a recostarse. El efecto de la pastilla duró en lo que Chouji se comía una bolsa de papas fritas, entrando en un profundo sueño.

"El lugar era oscuro, parecía estar dentro de unas instalaciones que no recordaba haber visto. Imágenes de un niño con una máscara ANBU usando un jutsu... ¿madera?

La imagen cambió a otro lugar, también muy oscuro, donde estaba con el Tercer Hokage. Él se encontraba muy serio mientras sostenía unos papeles en las manos.

—Mokuton... prohibido... experimentos... secuestros... bebés...

Otra vez el lugar cambió. Un grupo de shinobi iban a por el Tercer Hokage. Ese niño volvió a aparecer, el que utilizaba el Mokuton. Se sorprendió al saber que el Tercer Hokage era él mismo con un Henge no Jutsu. Todo se volvió borroso".

—...shi. ¡Kakashi!

El grito finalmente lo despertó. Al ver de quien se trataba, no tardó en fruncir el ceño.

—¿Qué quieres, Gai?

—¿¡Por qué no me has dicho que estabas aquí!?

—Estabas ocupado con tus flexiones...—respondió paciente, a pesar de haberle despertado.

—¿Tú también sueñas con cosas raras? ¡Soñé que iba a sorprenderte para hacer una competición y casi me cortas el cuello con un kunai...! A veces eres malvado conmigo hasta en sueños...

El sueño de Gai lo sorprendió. ¿Cortarle el cuello a Gai? Sabía que era pesado, pero él nunca se atrevería a apuntarle al cuello con un kunai así por las buenas, a no ser que estuvieran entrenando.

— ¿Has soñado... algo más?

— A parte del ataque del Kyubi... un sueño que daba a entender que habías... ¿matado a Rin-chan? Obviamente, eso es imposible, tú no serías capaz de hacerle daño a Rin y tampoco a Obito... —dijo con una sonrisa en la cara.

Kakashi se había puesto pálido ante la mención de Gai, y las imágenes de aquel momento llegaron a su mente de nuevo.

—Yo... creo que me estoy empezando a sentir mal de nuevo. ¿Me dejarías descansar un rato más?

Gai, al ver la cara de Kakashi se preocupó. Aun así, asintió, volviendo a su camilla. El Hatake miró su mano por reflejo y la vio llena de sangre, a lo que se asustó.

"No, eso no ha pasado... Naruto lo evitó... Naruto lo evitó...", pensó él como un mantra mientras respiraba lo más tranquilamente posible. Sin poder aguantar, miró el reloj. Eran las 17:50 de la tarde. Solo habían pasado alrededor de dos horas desde que se tomó la pastilla, así que tenía que esperar.

No mucho tiempo después, una punzada de dolor atravesó su cabeza. Sin embargo, no parecía ser el único. Todos allí habían realizado un quejido general que alteró por completo a los ninja médico.

Al levantar la mirada pudo ver a Fugaku Uchiha, mano derecha de su sensei, pero a quien no terminaba de tragarse por completo. Él estaba apuntando algo en una libreta y hablando con otros shinobi tras el cristal que separaba aquella habitación de la sala donde ellos estaban siendo atendidos. Minutos después, él se fue, por lo que Kakashi suspiró y acomodó su cabeza en la almohada. Aquel pinchazo no le daba muy buenos recuerdos, pues no dejaba de recordar la muerte de Rin por sus propias manos.

Un tiempo después...

La situación estaba empeorando. Muchos de los pacientes habían comenzado a llorar desconsolada, porque habían soñado con la muerte del Yondaime, quien con su esfuerzo y liderazgo habían llevado a Konoha a lo más álgido, llevándolos a una etapa de paz.

Aun así, un aldeano, con el ceño fruncido de la rabia, se levantó de su camilla y gritó:

— ¡Hay que matar al zorro! ¡Si sigue vivo, nuestra aldea acabará hecha cenizas! ¿Acaso queréis ver que vuestras familias mueran por algo que...?

No le dio tiempo a terminar, porque Kakashi había saltado de la camilla dispuesto a hacerlo callar, agarrando la pernera de su camisón.

—Aquí nadie va a matar a nadie. ¿Te ha quedado claro?—lo miró con ira.

— S-Sí...

—Y al resto que piense lo mismo que este hombre, le advierto lo mismo. Yondaime-sama nos protege tanto a nosotros como al Kyubi. Sin su permiso, aquí no se hará nada. ¿Está claro?

La voz del Hatake había callado a toda la plantilla. Tanto pacientes como ninjas médico los miraban sorprendidos por la situación que se había creado en un solo instante. Algunos comenzaron a asentir, con miedo ante la mirada furiosa de Kakashi.

Kakashi soltó al hombre, quien cayó al suelo con miedo, y volvió a su camilla, esperando poder conseguir el alta lo antes posible. Sin embargo, aquella "enfermedad" no tenía nada de normal, ¿quién sabe cuándo podrían salir de allí?

Finalmente llegó la hora de tomarse la otra mitad de la pastilla. Si podía dormir, quería hacerlo de la manera más tranquila posible. Nada de sueños, nada de supuestos recuerdos. Quería descansar. 

A la mañana siguiente...

Al despertarse, Kakashi miró a todos. La mayoría de los pacientes estaban aún dormidos, sólo dos mujeres y un hombre estaban ya hablando con ninjas médico. No tardó en venir otro para ver cómo se encontraba él.

— Feliz Año Hatake-san, ¿cómo se encuentra hoy?

Fue en ese momento que recordó que estaban ya en un nuevo año. Asintiendo con la cabeza en modo de respeto, contestó.

— Etto... Feliz Año. Me he levantado un poco cansado...

— Si no le importa, le tomaré la temperatura.

Kakashi asintió. No tardó mucho, sabiendo que le había bajado, pero que aún entraba en el intervalo considerado como fiebre.

— También, Yondaime-sama ha pedido una solicitud para que Maito-san y usted se trasladen a su vivienda. Por lo que se me ha pedido que os acompañe hasta allí y vea que todo está dispuesto correctamente para vuestro tratamiento.

Kakashi se sorprendió por aquello, pero si podía salir de aquel hospital haría lo que fuera. Aún tenían que esperar a que Gai despertara, pero estaba aliviado. Al final, hora y media después, el shinobi de la juventud por fin se despertó, sin esperar un segundo a hacer varios estiramientos. ¿Cómo podía tener ganas de hacer ejercicio tan temprano?

En cuanto el ninja médico le informó a Gai, se prepararon para irse. Al igual que Kakashi, Gai también estaba alucinando. ¿Por qué Gai también y no solo él? Era una cuestión que necesitaba preguntarle a Minato.

Nada más llegar a la mansión Namikaze, Minato y Kushina les dieron la bienvenida. Naruto corrió hasta Kakashi, quien al intentar no contagiarlo no quería cogerlo, pero la mirada sonriente de Minato le transmitió su permiso. Kakashi cargó a Naruto y el pequeño Namikaze escondió la cabeza en su cuello.

— Inu-san... —susurró Naruto con tristeza.

Kakashi no sabía por qué lo llamaba así, nunca lo había hecho. Aun así, lo dejó pasar y siguió a Kushina hasta la habitación de Naruto, la cual habían preparado para que él pudiera instalarse. Mientras, Minato llevaba a Gai hasta la habitación de Menma.

— Kushina-san...—la llamó intrigado. Al notar que ella le prestaba atención, preguntó—. ¿Por qué habéis traído también a Gai? 

—¿Ah? La verdad... eso fue idea de Minato, dattebane. ¿Por qué no le preguntas a él?

El peligris puso una mueca de desconcierto, pero asintió. Esperaría a verlo a solas para preguntarle no solo eso, sino el porqué los habían trasladado allí. ¿Y si los contagiaban de lo que fuese eso? Aunque no estaba muy seguro de si aquellos síntomas eran de una enfermedad o algo más. No le hizo falta esperar mucho, porque Minato apareció por la puerta con una sonrisa acogedora.

—¿Cómo te encuentras, Kakashi?

—Estoy mejor, pero... todo esto es muy raro. Ni siquiera sé si realmente es una enfermedad.

Kushina miró al Namikaze con un halo de complicidad, lo que desconcertó bastante a Kakashi, quien, curioso por toda la situación en la que estaba Konoha, no hizo más que hacerle sospechar.

—¿Hay algo que me queráis contar?

—Será mejor que hables con Minato, 'ttebane... Hay muchas cosas que debes saber. ¿Verdad, cariño?

El rubio, un poco asustado por la actitud de su mujer, sonrió temeroso, pero asintió. Kushina suspiró y salió de la habitación, no sin antes despedirse de Kakashi mientras le sacudía el pelo. Al marcharse, Minato cerró la puerta y se sentó sobre el borde de la cama.

— Has tenido sueños... o más bien recuerdos ¿verdad?—Kakashi asintió—. Pues he de decirte, que parece que todo lo que está pasando es culpa mía—antes de que Kakashi reprochara sobre eso, Minato levantó la mano, insistiendo en que le dejara explicarse—. ¿Recuerdas en Amegakure cuando pusiste en la mesa la opción de que la línea temporal de Naruto, Sasuke y Sakura del futuro se desligara, y si cabía la posibilidad de que nosotros viajáramos a su mundo?

Solo con esa pregunta Kakashi entendió todo lo que estaba pasando. Entonces, todos aquellos sueños, realmente eran recuerdos...

—Yo... yo maté a Rin...—susurró temeroso. Miró su mano y de repente la vio llena de sangre.

De un salto, abrió la puerta de par en par y corrió hacia el baño. Minato, preocupado, salió tras él solo para ver cómo el Hatake se lavaba la mano insistentemente.

—¡Kakashi! ¡Kakashi, no hagas eso!—al ver que no lo escuchaba, lo empujó hacia la pared y sostuvo sus muñecas. El peligris respiraba aceleradamente—. Rin está viva. ¡Escúchame! Rin está viva. 

En un intento por aliviarlo, Minato lo abrazó con fuerza, sintiendo cómo de un momento a otro, Kakashi comenzó a llorar desesperadamente.

—Obito murió por mi culpa... Rin murió por mi culpa... Tú y Kushina-san murieron y no hice nada... y yo... yo... me quedé solo... ¿Cómo... cómo pude aguantar todo eso? 

—No estás solo, Kakashi. Aquí no. Y si ocurriera, eres lo suficientemente fuerte como para superarlo. No tengas miedo...

—S-Sois mi familia... Yo... no quiero perderos...

—Tranquilo, llora todo lo que quieras. Estaré aquí—susurró Minato con temor a que en algún momento pasara alguna desgracia y Kakashi no supiera cómo afrontarlo.

***************

Bueno, segundo cap de maratón. Si alguien no entendió, Kakashi ya sabía que habían muerto en la otra línea, pero no sabía cómo. Al "recordarlo", es cuando conoce la causa y se culpa de todas ellas, por eso le da el ataque de ansiedad y no antes. Y sí, el accidente de Obito pasó antes de todo esto, pero él piensa que gracias a Naruto, Sasuke y Sakura es que está vivo ahora, porque ellos no le contaron nada sobre que Obito vivió y se convirtió en un crim... en Tobi.

Sigamos entonces con el tercer y último cap de la maratón <3

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