Tres

*Obviad el hecho de que la última "i" de la palabra "Jinchuriki" se encuentra debajo del resto (se desconfiguró al parecer)*

IWAGAKURE

El sol comenzaba a salir por el horizonte, no había dado tiempo a que el cielo se tiñiera completamente de azul cuando dos personas se encontraron entre los enormes barrancos de piedra, dispuestos a hablar.

El mayor, de pelo rojizo y de cuerpo corpulento, subió su sombrero de paja para conectar su mirada con el otro hombre, el cual era demasiado alto. Ambos se dieron la mano en señal de saludo y caminaron hasta una de las cuevas que había en los alrededores.

Hacía poco tiempo, el pelirrojo había escuchado que Amegakure había comenzado una alianza donde una de las condiciones era la protección de los Jinchuriki. No sabían a ciencia cierta si esa noticia era real, pero querían descubrirlo.

—¿Te has enterado?—preguntó el mayor.

—Hmp.

—¿Qué vamos a hacer, Roshi? ¿Investigaremos?

No es que el Jinchuki del Gobi fuera muy hablador. Nunca había tenido la necesidad de hablar con los demás debido a que siempre lo apartaban. Su única respuesta fue un encogimiento de hombros, lo que hizo a Han suspirar.

—Bien... Pensaré que es un sí. Esperaremos a ver si alguien de Amegakure nos busca y les preguntaremos directamente, ¿no crees?

—Hmp... Vale.

—Nos volveremos a reunir aquí dentro de un mes, en el caso de que no suceda. E investigaremos por nuestra cuenta.

Roshi asintió y caminó de vuelta a su casa, dejando a un Han pensativo en aquella cueva. Si era cierto lo que decían aquellos comerciantes, quería ser parte de aquel movimiento. Ya estaba harto de lo consideraran un monstruo.

De hecho, recordó que hacía un año más o menos un grupo de shinobi de Konoha apareció en Iwagakure para hablar con ellos, pero el Tsuchikage lo prohibió, echándolos del país.

¿Y si ellos eran los que querían su protección? ¿Hablar con ellos para tomar medidas? Si era así, él y el Tsuchikage tendrían mucho de lo que hablar.

Decidió al fin dejar a un lado aquel tema por el momento y caminó de vuelta a su pequeño y solitario hogar.


KUMOGAKURE

La aldea de la Nube, en cambio, sí supo rápidamente lo que pretendía la aldea de la Lluvia, por lo que se hizo una reunión entre el Raikage y los dos Jinchurikis pertenecientes a aquella aldea: Yugito, jinchuriki del Nibi, y Killer B, jinchuriki del Hachibi. Los dos eran aún jóvenes, quizás Yugito, que acababa de convertirse a genin, no entendía demasiado sobre cuestiones políticas, pero era necesario que estuviera allí para saber su opinión.

—¿Entendéis por qué os he llamado, cierto?—preguntó el Raikage con seriedad.

—Sí, los rumores de que Amegakure quiere proteger a los Jinchurikis, ¿no?—preguntó Yugito.

A asintió confirmando y observó a su "hermano", el cual estaba demasiado callado. Demasiado raro para él. A y Yugito se miraron algo desconcertados, sin saber por qué Killer B no practicaba su rap.

—¿B-sensei?—preguntó Yugito.

—¿Sábéis algo de ese chico rubio, aquel que se llama Naruto?—preguntó serio.

A se incorporó y alzó una ceja comprendiendo lo que ocurría. 

—No, no hemos tenido noticias de aquel chico desde que llegaron a Kumogakure para hablar con vosotros. Os dijo que os mantuviérais alerta... ¿Y si Amegakure nos está engañando para que vayáis a ellos y luego os atacan? 

El silencio inundó la habitación, con cada uno de ellos pensando en lo que pudiera estar pasando. La joven Yugito había recordado a aquel grupo de Konoha que había hablado con ellos. Le había caído muy bien la Jinchuriki del Sanbi.

—¿Y por qué no le enviamos un mensaje a Rin-chan, Jinchuriki del Sanbi? Ella iba con Naruto-kun. Quizás sepa decirnos si sabe algo de todo esto.

A y B estuvieron de acuerdo. Mandarían un mensaje a aquella chica de Konoha y esperarían su respuesta. Posiblemente resolviera muchas de sus dudas.


KONOHAGAKURE

Meses después de la alianza con Amegakure, Nagato volvió a viajar a Konoha. Casualmente, llegaba a la aldea el 10 de Octubre, primer cumpleaños de Naruto. Llegó al fin a la Torre Hokage después de pasar por todos los puestos  de comida y de mercado que habían colocado como celebración a la llegada de los salvadores. 

Los niños ya habían paseado por las calles decoradas en la mañana y, por la tarde, sería la celebración del cumpleaños de Naruto. Y Minato, al saber que Nagato estaba allí, lo invitó con alegría.

Konoha, como la primera aldea que había sido partícipe de la Alianza Shinobi, era también la primera que sabría sobre los planes que habían pensado para Akatsuki. Ya estaban todos en la mansión Namikaze-Uzumaki cuando Kushina puso el pastel en la mesa, listo para que Naruto soplara dispuesto a apagar las velas.

Le dieron los regalos y los pequeños se quedaron dormidos poco después en la cuna mientras los adultos hablaban.

—¿Y a qué se debe tu visita?—preguntó Minato.

—Venía a informaron sobre los planes de Akatsuki. Para comenzar, hemos decidido que Amegakure y Akatsuki serán cosas completamente diferentes. Es cierto que Akatsuki mantendrá la lealtad a Amegakure, pero no se meterá en asuntos que tengan que ver con la aldea. Yo seré el líder de Akatsuki e iremos por todos los países ayudando a los que lo necesiten. Habíamos pensado en hacer un grupo de Jinchurikis. Así los protegemos y ellos nos ayudan en el bien del mundo shinobi... ¿Que os parece?

—¿Y por qué no ayudar cada Jinchuriki en su aldea?—preguntó Mikoto, con Itachi en su regazo.

—No todas las aldeas tienen un Jinchuriki, Mikoto-san—habló Nagato—, además de que si surgiera algún peligro, es mejor no estar solo. El trabajo de equipo es fundamental.

La Uchiha asintió dándole la razón y Nagato observó a Kushina y a Rin, quienes tenían el mayor peso de decisión.

—Bueno, a mí me parece buena idea. Sin embargo... yo no podría unirme a la causa, aunque siempre tendrán mi apoyo. Como entenderás, Nagato-san, tengo mi familia aquí. Cuidar de Naruto tampoco me permitiría salir durante un tiempo indefinido, dattebane—se lamentó Kushina.

—Sí, por supuesto.

—Yo...—empezó a decir Rin, llamando la atención de todos—, me gustaría unirme. No sé si tenéis ninjas médico en Akatsuki, pero me gustaría ayudaros. Además... también me gustaría aprender más sobre el conocimiento del ninjutsu médico de otras aldeas. También beneficiaría a Konoha.

Los presentes quedaron en silencio. Sobre todo Obito, el cuál tenía pensado en pedirle el compromiso a Rin y compartir su casa para establecerse.

—Nos vendría de maravilla tu ayuda, Rin-san. Las aldeas que ayudamos, mayoritariamente carecen de medidas médicas. Uno de nuestros objetivos es enseñar al menos a un médico para cada una de las aldeas para que, en el momento de irnos, puedan seguir adelante.

Rin sonrió satisfecha. Ayudar a los demás es lo que deseaba. Ahora que estaba por convertirse en Jounin, tenía poder de decisión en su vida e intuía que aquella era su vida.

—Como eres la primera Jinchuriki en unirse... ¿Te gustaría ser la líder de los Jinchuriki?

Todos abrieron los ojos, ella incluida. Se señalaba a sí misma, desconcertada.

—Yo... Yo no tengo experiencia en liderar equipos. Además, Isobu y yo aún no nos hemos compenetrado como sí lo ha hecho el Jinchuriki del Hachibi.

—Si quieres lo decidimos cuando haya más Jinchurikis unidos, ¿no?

Rin asintió de acuerdo, pero la interrupción de Obito provocó que no pudiera responder.

—Yo... tengo una pregunta. ¿Rin se quedará a vivir en Amegakure o seguirá viviendo aquí en Konoha?

—Obviamente, sería mucho más cómodo que viniera a Amegakure. Allí está la sede de Akatsuki y se enteraría rápidamente de todas las noticias que nos implicaran. Pero será lo que ella decida, claro está.

Rin miraba a Obito. Es cierto, había aceptado a la propuesta de Nagato sin pansar en Obito. ¿Qué sucedería con él si ella se iba? ¿Qué pasaría con su relación? Tampoco quería interrumpir el entrenamiento de Obito para llegar a ser Hokage. No quería que dejara de lado su mayor sueño.

—¿Y si Rin se fuera con vosotros? ¿Podría unirme yo también a la causa a pesar de no ser un Jinchuriki?

Nadie habló, observaban la mirada de sorpresa que Rin le mandaba a Obito. El Uchiha esperaba una respuesta de Nagato erguido y seguro de sí mismo.

—Todos lo que quieran unirse, son bienvenidos.

—¡Pero Obito! ¿Y qué harás con tu entrenamiento para convertirte en Hokage? Es tu mayor sueño...

—Rin. En el momento en el que te convertiste en mi pareja, ser Hokage pasó a segunda prioridad. Si tú te vas, me voy contigo. No quiero imaginarme meses o años sin ti. Quiero verte aprender y vivir lo que tú vivas, aún si eso no me permita ser Hokage.

—O-Obito...—murmuró Rin con ojos llorosos, antes de lanzarse hacia él para unir sus labios.

Todos sonrieron al ver la escena, salvo Itachi que se había quedado dormido en brazos de su madre. Minato abrazaba a Kushina por los hombros, Kakashi sonreía con los dedos entrecruzados bajo su mentón, mientras que Fugaku y Mikoto sólo sonreían, al menos una sonrisa ladina por parte del patriarca.

—Entonces—habló Minato—, ¿Cuándo se irían?

—Antes de seguir, me gustaría hablar con el resto de Jinchurikis. Saber si están dispuestos a unirse y ver si me ponen condiciones. Os mandaré una carta para informaros de los sucesos.

Todos estuvieron de acuerdo y se despidieron de Nagato que tenía que marchar. Ya había anochecido y tenía que descansar para continuar su viaje al día siguiente. Mientras los que quedaban en la casa comenzaban a levantarse.

—Bien. Nosotros tenemos que irnos ya—dijo Fugaku mientras cogía en brazos a Sasuke.—. Los niños necesitan descansar y nosotros también. Hay mucho trabajo por hacer.

—De acuerdo. Nos vemos mañana entonces.

Así, la familia Uchiha marchó al fin, dejando al Equipo Minato y a la familia Namikaze-Uzumaki pensando en qué iban a hacer.

—Creo que Obito y yo deberíamos marchar ya. Tenemos que hablar de algunas cosas... ya saben, cosas de pareja. 

Minato y Kushina sonrieron de acuerdo, sabiendo cómo eran aquellas conversaciones. También se despidieron de ellos, dejando a Kakashi sólo con ellos.

—¿Y tú, Kakashi?¿Quieres quedarte a dormir aquí? Sabes que no tenemos ningún inconveniente.

—Ehh... Si no os importa.

Kushina abrazó al peliplata y le dio un beso en la coronilla, haciéndolo reír.

—¿Cómo nos va a importar? Eres como un hijo más en esta familia. Ahora mismo te preparo la cama. Hay que descansar para mañana. 

Kakashi sonrió y notó cómo Minato colocaba su mano en el hombro y le guiñaba un ojo. Observó también a Naruto, que seguía roncando con la baba cayendo por la comisura de su boca. Pensó en su padre y por primera vez, le agradeció que le enviara a aquellas personas a su vida. Las que eran su nueva familia.

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No me convence mucho el capítulo. Si veo más adelante que puedo editarlo, lo haré. Aun así, habla de lo que quería narrar, por lo que creo que está bien. Lo que me importa es que os guste.

Últimamente estoy pasando un mal momento, de hecho ayer me peleé con mi mejor amiga y no me encuentro muy bien psicológicamente.

Y supongo que por eso no me viene la inspiración. El estrés es horroroso.

¿Qué pensáis de que Rin y Obito se unan a Akatsuki? ¿Qué pasará con Kakashi? Se quedará sin compañeros. ¿Alguna idea?

Se sabrá en el siguiente capítulo. Más o menos tengo el esquema hecho.

Y eso es todo. Aquí se despide Luthien, ciao!



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