Siete
Se aproximaba el mes de Mayo. La Aldea Oculta de la Hoja estaba tranquila, no por nada, su Hokage el Relámpago Amarillo de Konoha, estaba organizando la aldea lo mejor que podía y se notaba en el ambiente. Había pasado ya más de un año desde que se había pactado con Amegakure la llamada Alianza Shinobi.
Al principio, la economía no estaba demasiado bien. Contando con el reciente ataque de Zetsu y los intercambios de recursos y ayudas con Ame, la población sufrió una temporada de escasez económica y, por lo tanto, alimenticia. No había recursos disponibles para todos y además, había subido un poco su precio.
Sin embargo, todo fue mejorando. Los campos de cultivo de Ame sobrevivieron al año y la aldea ninja ya tenía recursos de los que abastecerse. Además, como el resto de aldeas shinobi menores se habían unido también a la alianza, todos parecían estar abastecidos e incluso son reservas en los almacenes de trigo y arroz.
Posteriormente, Kirigakure se mostró interesada en la Alianza y por fin habían confirmado su unión a esta. Minato Namikaze estaba extraordinariamente feliz. Todo estaba yendo de perlas. El único problema... era que su alumno y ahora ANBU personal, Kakashi, se encontraba de lo más raro. Y no podía negar que no estaba preocupado.
—Kakashi—lo llamó, y el peliplata apareció con una rodilla al suelo en señal de reverencia—. Descansa, tengo que hablar contigo.
El peliplata, desconcertado, se incorporó quitando su máscara ANBU y miró a su sensei interrogante, esperando a que comenzara a hablar.
—¿Te ocurre algo?
—¿A mí? ¿Por qué iba a ocurrirme algo, Minato-sensei?
—Desde la reunión con el Mizukage te noto extraño. ¿Te encuentras bien?
—Perfectamente. La verdad, es que no sé a qué se refiere con eso de que estoy extraño. Todo lo que me ha mandado lo he hecho al pie de la letra, como siempre.
—No estoy dudando de tu trabajo, que es excelente, sino de tus preocupaciones.
Kakashi se quedó pensativo, intentando encontrar algo que le hiciera confirmar las teorías de su sensei, pero no supo encontrarlo. Negó ladeando su cabeza y Minato suspiró.
—Está bien, tú ganas. Pero en el momento en el que te preocupe algo, vienes y me lo dices. ¿Está bien?
—Se lo prometo, Minato-sensei.
El rubio asintió y miró el pequeño montón de papeles que aún le quedaban en la mesa. Con un rostro de cansancio, apoyó su cabeza en la mano y miró a su alumno. Él aún estaba esperando a que dijera algo más, con paciencia.
—¿Cómo crees que sobrellevaría Obito esta cantidad de papeleo?
Kakashi no pudo evitar reír ante la pregunta de su sensei, imaginándose a su compañero sentado en aquella silla, firmando aquella cantidad de papeles que Minato tenía que revisar todos los días.
—Dimitiría el primer día. Con lo vago y a veces torpe que es, apuesto a que se quedaría dormido en la primera media hora de trabajo y se le acumularía aún más—comentó Kakashi con una sonrisa—. Aunque no dudo de que él buscaría lo mejor para la aldea y... quizás se esfuerce. Es mi compañero, pondré un voto de confianza en él.
—Me alegro de eso Kakashi—sonrió al saber lo que su alumno pensaba. Al mirar el papel que ahora tenía en la mano, sabía que tenía que dejársela a su alumno—. Acabo de encontrar una misión de escolta que te voy a asignar a ti.
Kakashi se puso la máscara, sabiendo que lo que ahora se hablaba era oficial y se colocó en posición escuchando al que ahora era su Hokage. Estaba encargado de una misión de escolta clase A. El cliente llevaba una gran cantidad de mercancía valiosa que quería transportar a Kirigakure. En los límites entre el País del Fuego y el País del Agua, se encontrarán con los shinobi encargados de la misión por parte del Mizukage, Yagura.
Confirmada la misión y sabiendo que él actuaría como Jounin y no como ANBU y que iría acompañado de otros Jounin, desapareció de la oficina, en busca de los que serían sus compañeros de misión, en los que se incluía Obito.
Minato observó de nuevo el papel de la misión y rió con picardía. "El cliente contará con los servicios de Kirigakure desde su llegada al País del Agua. Los shinobi disponibles contarán con el ANBU personal del Mizukage para el cuidado de la valiosa mercancía que será transportada y que tendrá el riesgo de ser atacada por bandidos experimentados".
Recordaba haber visto al ANBU de Yagura y a Kakashi hablando muy cómodos en la reunión. Quién sabe, quizás se hacían amigos. Suspiró contento y luego pensó en Obito. Acababa de subir de rango a Jounin, así que aquella misión serviría como experiencia si en algún momento eran atacados. Sólo esperaba que tuvieran cuidado.
Siguió con su trabajo hasta que llegaron al fin Shikaku, Fugaku y los consejeros para la reunión mensual. Caminó junto a ellos a la sala de reuniones y comenzaron con la tarea.
***
—Entonces, un 20% del arroz que se han recaudado en el último mes, serán reservados para aquellas aldeas que Akatsuki está ayudando en el País del Fuego. Además, un añadido del 10% de las semillas para sus propios cultivos—seguía hablando Shikaku.
—Perfecto, eso nos deja con un margen del 80% del grano de arroz para Konoha y alrededores. Contando que las aldeas más cercanas a Konoha están bien abastecidas y no tienen problemas con los cultivos, podremos quedarnos con el 70%. Una cifra muy buena, comparada con otros meses y...—comentó Fugaku contento.
—Mejor sería si nos quedásemos el 100% de los recursos—le interrumpió Koharu Utatane con el ceño fruncido.
—Mira, si no estás contenta, vete a otra aldea ninja. Aquí no necesitamos de tus...—comenzó a replicar Fugaku pero Minato apoyó su mano en el hombro del Uchiha para pararlo y calmarlo.
—No quiero discusiones. Las cosas están yendo mejor de lo que esperábamos, así que...
Las puertas se abrieron de par en par, dejando ver a Obito y detrás a Kakashi. El primero de ellos, estaba bastante nervioso, aunque con una sonrisa en la cara. Todos los observaban con una ceja elevada, sobre todo Minato, que pensaba que los había mandado a la misión.
—¡Minato-sensei! ¡Es urgente! ¡Kushina-san se ha puesto de parto! Rin la está ayudando por el momento pero...—no pudo seguir porque Minato ya había realizado un Hiraishin no Jutsu en busca de su pelirroja—... necesita del sellado...—terminó Obito fastidiado. Miró a Kakashi y él suspiró—. ¿Qué hacemos? ¿Esperamos que el pequeño nazca o...?
—Me gustaría quedarme, pero tenemos una misión, Obito.
—Ir a la misión, os mandaremos un mensaje con las noticias cuando haya acabado—comentó Fugaku con una sonrisa para que estuvieran tranquilos.
Ambos se marcharon al fin, mientras que Fugaku y Shikaku salían con una sonrisa en su rostro dejando atrás a los consejeros.
Mientras, Minato había llegado con el Hiraishin a la misma cabaña, ya reparada para realizar el parto de Kushina, para ayudarla. El primer grito de su parte lo hizo entrar rápidamente. Rin y Kushina lo miraron. Al ser tan repentino, ni siquiera había dado tiempo de llamar a algún guarda. El rubio se acercó a Kushina y levantó su camisa.
—Tranquila, Kushina, ya estoy aquí, amor—le dijo con una sonrisa, cogiendo su mano en el proceso.
—Minato... Menos mal, ya no podía aguantar más... El pequeño Menma quiere salir ya, dattebane...—habló con dificultad mirando el sello burbujeante. El Namikaze se preparó y formó algunos sellos de mano para contener el sello durante el embarazo. En cuanto le dio la señal a Rin, ella asintió y le pidió a Kushina que comenzara a empujar.
Los gritos de Kushina por el dolor se oían con fuerza. Minato estaba preocupado. Era cierto que aquella no era la primera vez, pero igualmente se sentía impotente al no poder ayudar a disminuir su dolor. Observaba a Rin hacer su trabajo, animando a Kushina. Ya parecía una gran kunoichi médica. Estaba orgulloso de ella.
Se concentró en el sello y esperó hasta que Rin terminara de sacar al bebé. Algunos cuidados después, el llanto del pequeño se oyó con fuerza haciendo sonreír a los tres shinobi que allí se encontraban. Rin lo envolvió en una toalla y se lo tendió a Kushina, mientras Minato cerraba el sello y ella ayudaba a la Uzumaki a incorporarse.
—Así que se llamará Menma...—habló Rin con una sonrisa.
—Sí—rió Kushina—. Al principio pensamos en ponerle Makoto, en honor a... Naruto, pero recordamos que Obito comentó que si algún día teníais hijos quería llamarlo así. Entonces, dimos con Menma.
Rin recordó aquella conversación en una de las comidas y se sonrojó. Aún eran muy jóvenes para tener hijos, pero agradeció mentalmente a su sensei y Kushina, ya que ella también querría ponerle así.
—¿Dónde se quedó Naruto?—preguntó Minato, desconcertado.
—Obito lo llevó a casa de Mikoto. Está bien atendido, dattebane. Seguro está jugando con Sasuke e Itachi.
—Terminaremos en el hospital, Minato-sensei. ¿Podría...?
—Eso ni se pregunta—sonrió el rubio cargando a Kushina y el pequeño con cuidado—. Vamos.
Rin apoyó su mano en el hombro de su sensei y aparecieron en el hospital. La Nohara pidió una camilla y una habitación urgente e instalaron adecuadamente a Kushina allí. Mientras atendían a los dos, Minato se cambió de ropa y apareció en el complejo Uchiha, para ir a buscar a Naruto.
Todo había salido bien, por lo que estaba aliviado. Tocó a la puerta y una sonriente Mikoto le abrió. Al verlo, una sonrisa cruzó su cara.
—Minato-san, ¿ya ha terminado todo?
—Sí—confirmó él alegre—. Venía a recoger a Naruto. Kushina y el pequeño están en el hospital descansando.
—Por supuesto, pasa.
Los dos caminaron hasta el salón, donde Itachi vigilaba a los niños mientras ellos jugaban. Sasuke se apoyaba en la rodilla de su hermano mientras veía cómo Naruto intentaba levantarse, aunque aún con torpeza. En una caída de Naruto, el joven rubio giró su mirada y esta brilló.
—¡Papi!—gritó, comenzando a gatear hasta él.
Minato extendió los brazos para alzarlo y le dio un cariñoso beso en la frente. Naruto rió y observó a su amigo con una sonrisa de oreja a oreja. Quería enseñarle quién era su padre, aunque Sasuke ya lo había visto muchas veces cuando pasaban allí el día, o cuando iban a visitarlos a la mansión Uzumaki.
—Naruto, vamos a visitar a mamá y a tu hermanito al hospital, así que despídete de Sasuke e Itachi—dijo Minato y Naruto volvió a mirar a su amigo.
—¡Adio, Sasuke! ¡Adio, Tachi!—dijo aún con dificultad para despedirse.
Minato se despidió de Mikoto y le propuso ir a visitarla en algún momento. Ella accedió encantada y rápidamente formó un Hiraishin para llegar al hospital. Caminaron a la habitación que Rin le había indicado anteriormente y pasaron al interior, viendo cómo Kushina cargaba al bebé en sus brazos con una sonrisa.
—¡Mami!—gritó Naruto, que se vio regañado inmediatamente para que su hermanito no se despertara—. ¿Nito?—preguntó viendo el bulto en los brazos de su madre.
—Mira, es tu hermano pequeño y se llama Menma, dattebane.
—¡Nito, bayo!—rió en los brazos de su padre. Minato y Kushina sonrieron al ver la reacción de su primogénito y, de inmediato, recordaron al Naruto del futuro. ¿Cómo se hubiera sentido al saber que tendría un hermano?
Minato se sentó en la camilla, a los pies de Kushina y dejó que Naruto gateara hasta su madre. Notando que era delicado, paso su mano por el pelo rubio del bebé y lo acarició antes de mirar a Kushina. Ambos padres estaban enternecidos con la escena y no podían dejar de mirar.
—Nito Mema...—dijo para luego sonreír y aplaudir con alegría.
Un nuevo integrante había llegado a la familia y ambos padres sabían que habría un periodo de paz y tranquilidad.
****
Buenas, perdonen por haber tardado tanto en escribir el siguiente capítulo. Os juro que no he tenido una pizca de tiempo. Pero estoy contenta, aprobé con notable una asignatura que me quedaba pendiente y terminé a tiempo un trabajo de investigación que me cuenta la mitad de la nota en la asignatura.
Ahora viene la etapa de exámenes. No prometo que vaya a publicar temprano, según como vayan mis estudios, iré dedicando tiempo a escribir. Al menos después de la cena, como hoy. No quiero dejaros tanto tiempo esperando, odio haceros esperar. Tal como Sasori, sí.
Me siento como una irresponsable cuando no publico a tiempo para que no esteis meses sin poder leer. Pero espero que os haya gustado este cap. No sé, pero me da la sensación de que el tiempo corre muy rápido aquí. Sin embargo, de la infancia de Naruto & company no me voy a centrar mucho, sino más bien en la niñez y adolescencia.
Como ya dije, quiero centrarme más en la Alianza Shinobi y la historia del Equipo Minato. Se vendrán muchas cositas, de las que ya van saliendo.
Y bueno, eso es todo. Aquí se despide Luthien, ciao!
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