Seis
En el Clan Uchiha, comenzó la actividad. Desde que el Hokage había nombrado a Fugaku como su mano derecha, con capacidad de tomar decisiones que le beneficiaran para el clan, el clan Uchiha se sentía más a gusto en Konoha, después de una temporada en la que todo parecía ir a mal.
Pero a pesar de aquella felicidad, había una familia que no lo pasaba tan bien. Fugaku y Mikoto Uchiha velaban por su hijo Itachi. Parecía estar mejor, aunque continuaba con sus salidas a la Torre Hokage para ver aquel monumento a los héroes. Desde que murió Takeshi o, más bien, su hermano pequeño Sasuke, se había convertido en una persona más seria.
Al comienzo del nacimiento de Sasuke, Fugaku y Mikoto se dieron cuenta de que, cada vez que veía al bebé, sus ojos comenzaban a aguarse hasta el punto de que se marchaba para que no lo vieran llorar. Pero Fugaku, al saber por boca de Minato que Takeshi era su hijo Sasuke del futuro, comenzó a entenderlo todo.
Aunque ahora no estaba seguro. En cada visita de los Namikaze-Uzumaki Itachi se ofrecía para cuidar a los niños cuando hablaban de temas importantes y no parecía importarle, de hecho quería estar con ellos. Y con su hermano pasaba más tiempo del usual. Sentía que el mayor se sentía culpable por no haberle dedicado atención los primeros meses de su vida.
El líder del Clan estaba en duda de si contarle a Mikoto sobre ello. No dudaba que Kushina ya sabía sobre Makoto y veía injusto que ella supiera y su mujer no. Por ello, cuando llegó de trabajar, caminó a la cocina. Mikoto terminaba de hacer la cena e Itachi la ayudaba a poner la mesa, mientras que el pequeño Sasuke estaba dormido en su cuna muy tranquilo.
No quiso decir nada en el momento, ni tampoco en la cena, ya que no quería dejarlos sin comer por el mal rato seguro tendrían. Por lo que, terminados de comer, Fugaku carraspeó llamando su atención.
—Mikoto, Itachi... me gustaría hablar con vosotros. Es algo serio, pero es algo que pienso que todos nosotros debemos de saber—habló preocupando a los dos.
—¿Qué ocurre?—preguntó Mikoto, preocupada.
—Hace un tiempo... me enteré de algo relacionado con Takeshi—comentó, notando cómo Itachi se tensaba al mencionar su nombre—. Y es muy probable que Itachi también lo sepa, ¿Verdad?
El joven Uchiha bajó la mirada tenso y nostálgico. Quizás no era lo que él estaba pensando, por lo que esperó a que su padre siguiera hablando, antes de decir nada.
—¿Y qué es?
—Mikoto, no sé si sabes que aquellos tres chicos vinieron del futuro—la mujer negó, completamente sorprendida—. Pues Minato... me dijo que Takeshi era nuestro hijo.
—¿Tendremos otro hijo? ¿Y morirá aquí?—preguntó ella asustada.
—No. Takeshi es... Sasuke—confirmó, pero siguió hablando a pesar de que Mikoto había tapado su boca para no gritar—. Lo primero que supe de él, cuando todavía no sabía que era nuestro Sasuke, fue que él tuvo una mala vida. A los 7 años de edad, alguien muy importante para él mató a su familia, es decir... nosotros. Y buscó venganza, por lo que desertó de la aldea.
Mikoto no podía creer lo que escuchaba. ¿Ellos iban a morir? ¿Por qué? Se preguntaba a cada momento, pero al oír la historia de su hijo, se encongía con miedo por lo que le pudiera pasar a él y a su hijo Itachi. Por lo que Fugaku mencionaba, también se incluía a Itachi.
—¿Tú lo sabías, Itachi?—le preguntó Mikoto.
—Yo... C-Cuando murió Satsuki-san me fui con él para consolarlo y me contó eso. Pero yo no sabía que era mi hermano. Él me dijo al final, que el nombre que él utilizaba no era el suyo... y me dijo que en realidad se llamaba Sasuke. Pero cuando nació mi hermano y padre dijo que lo llamaría así... tuve un mal presentimiento. Yo...—iba a disculparse, pero un nudo en su garganta le impidió seguir hablando.
Mikoto ya estaba llorando, y al ver a su hijo mayor, corrió hasta él y lo abrazó con fuerza haciendo que finalmente se quebraran. Fugaku puso una mueca y se levantó acercándose a ellos. Hacía mucho que no daba un abrazo, pero ellos, su familia, lo necesitaban.
—Protegeremos a Sasuke todo lo que podamos...—comentó Fugaku.
—Por eso... nos tenía tanto cariño. Por eso no podías ver a tu hermano cuando nació, ¿cierto?—preguntó Mikoto y el pequeño Itachi asintió—. Oh, hijo mío... Cuánto lo siento. Pensé que le tenías envidia a tu hermano porque le ponía más atención o algo de eso, pero tú solo... sólo recordabas a Takeshi...
Mikoto no sabía cómo actuar. Aquella noticia se había clavado como un puñal en el pecho. Recordaba aquel día en el que Takeshi llegó a casa buscando a Itachi y acabó en una conversación preocupante. Takeshi sabía o intuía que le iba a pasar algo y no quería que eso hiriera a su hermano. La alabó diciendo que sería una buena madre y, además, la abrazó.
El hecho de que parecieran como hermanos era una sensación que ahora se veía confirmada, y no podía soportarlo. Observó a su pequeño bebé en su cuna. Ya iba a cumplir los dos años, y saber que pasaría poco tiempo con ellos...
Un sollozo del pequeño llamó la atención de todos. Itachi fue el primero en ir a ver qué le ocurría. Al parecer sólo se había despertado cuando no quería, porque cuando el mayor lo cargó en sus brazos, el sollozo se transformó en una risa.
Fugaku rodeó el cuello de su esposa con cariño y besó con delicadeza su frente, viendo ambos el cariño que los dos se tenían. La pareja estaba satisfecha. No podían pedir más. Aquella era una verdadera familia.
Semanas después sería el cumpleaños de Itachi. Cumpliría siete años y en algunos meses comenzaría la academia. Personalmente, no entendía por qué tenía que asistir, si Takeshi lo había entrenado. Tenía mucho adelantado. Quizás lo único que le faltaba era un poco de historia, pero aquello era fácil.
No quería ser un ignorante, por lo que cualquier conocimiento que pudiera acumular, sería bienvenido. Sobre todo, cualquier información que tuviera que ver con algún peligro al clan Uchiha o a su familia.
Si tenía que entrenar hasta el desmayo para combatir algún peligro, lo haría, por el bien de su familia.
Recordó entonces a Satsuki. Su hermano estaba muy enamorado de ella, y lo notaba. No sabía cómo habían llegado a ese punto, pero quería ayudarlo. Quería honrar a aquella pareja, aunque esperaba no involucrarse mucho y no tomar decisiones por su hermano. Sasuke tenía que pensar por sí mismo, aunque no le negara la ayuda.
Su pequeño hermano gateaba entonces hasta él con una sonrisa y agarró su camiseta antes de poder salir a entrenar.
—¡Achi!—lo llamó haciéndolo reír. Había comenzado a hablar, pero aún no sabía pronunciar bien.
—¿Qué pasa, Sasuke?—preguntó mientras cerraba su bolsa.
—¡Tigo!—dijo al final después de balbucear confundido. A Itachi le hacía gracia que se molestara consigo mismo por no saber decir la palabra que quería.
—No puedes venir, Sasuke. El entrenamiento es peligroso para ti. Cuando seas más mayor, te llevaré conmigo, ¿de acuerdo?
El rostro molesto del pequeño le hizo reír. Acarició su cabeza, sacudiendo su pelo, y su hermano lo agarró del brazo. Itachi no sabía qué hacer. Su hermano sólo quería jugar con él, y si se iba se molestaba y no le hablaba. Al levantar la mirada, su madre los observaba con una sonrisa.
—Puedes aprovechar cuando Sasuke se duerma para entrenar, Itachi. Ya puedes decir que eres el mejor de tu generación. No olvides que todavía eres un niño, aprovecha tu infancia y juega un rato con tu hermano.
—Pero madre...
—Por favor—pidió la mayor e Itachi no pudo negarse.
Se había prometido a sí mismo estar todo el tiempo posible con su hermano, así que la idea propuesta por su madre le parecía bien. Aun así, pensaba que Sasuke iba a estar muy mimado. Aceptó quedarse y dejó la bolsa a un lado, centrándose en cargar a su hermano en la espalda.
—¡Achi! ¡Allito!
Itachi rió y comenzó a correr por el jardín, bajo la atenta mirada de su madre, que sonreía feliz. Sin embargo, con los ojos llorosos, recordando a su atormentado hijo en el futuro. Esperaba evitar cualquier peligro que tuviera que ver con sus hijos. Y si tenía que volver a las filas shinobi, lo haría. Todo por sus hijos.
******
¡Buenas! Siento mucho la espera, de hecho tenía este capítulo escrito desde hace una semana, pero ni siquiera me acordé de publicarlo en su día, porque estaba ocupada con los estudios. El viernes tengo un examen y por eso no he podido escribir nada en todo este tiempo. Es muy irresponsable de mi parte como escritora, pero no podía evitarlo.
Espero que os guste y no lloréis mucho jajaja Prometo que el siguiente capítulo será más alegre.
Aquí se despide Luthien, ciao!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top