Akazui Kogane
EXTRA. OC
Hace 11 años...
El día había amanecido gris, aunque entre las nubes aún se podían atisbar algunos rayos de sol que daban en la habitación de una pareja. Ella, dormía profundamente después de una larga noche. Él, la miraba con un profundo amor. Sin embargo, se culpaba por no haber podido estar presente en el día más importante de sus vidas... el nacimiento de sus hijos.
Él, como shinobi de Amegakure, había vuelto de una dura misión aquella misma madrugada, encontrándose con la sorpresa de que su mujer no solo había dado ya a luz, sino que además, se trataba de una parejita de bebés, un niño y una niña, ambos con su cabello rojo y la piel morena de su mujer. Los dos se encontraban dormiditos en la pequeña cuna, por lo que intentó no despertarlos.
Sin embargo, el pequeño balbuceó antes de abrir sus ojos, de un color negro como los suyos. Lo agarró con delicadeza y con cuidado de no hacerle daño y lo colocó frente a él.
—Hola, bebé... Soy papá...
Solo con una leve risa del pequeño, sintió que su felicidad desbordaba. Aquel día no lo olvidaría nunca.
5 años después...
La 3º Guerra Mundial Shinobi reunía la mayor parte de las batallas en los países limítrofes de las 5 grandes potencias. Los shinobi pertenecientes a estos, intentaban por todos los medios alejar la lucha lo máximo posible de sus aldeas, lo que a veces no resultaba exitoso y, en otras, los enviados casi nunca regresaban con vida.
Conociendo esto, un pequeño de escasos 5 años tiraba del uniforme de sus padres con insistencia. Sabía que si sus padres realizaban esta misión, nunca volverían. Los mayores, lo observaron con tristeza en sus miradas. Akazui, aun siendo pequeño, se daba cuenta de todo; y aunque su sordera había minimizado un poco su habilidad, tampoco se quedaba atrás.
Con trabajo y mucho esfuerzo, el pequeño pelirrojo había conseguido contrarrestar su sordera con el resto de sus sentidos; un punto al que su hermana Akashira no había llegado aún. Por lo que sus padres, orgullosos de él, supieron que si ellos faltaban él sabría defenderse y cuidar a su hermana. Su madre se agachó para estar a su altura y, mientras hablaba en lenguaje de signos, sonrió con pesar.
— "Akazui... es nuestro deber el proteger nuestro hogar, el hogar donde nuestros preciosos hijos han nacido y crecido. Y sabemos que, pase lo que pase, tú cuidarás de tu hermana hasta el final. Si no volvemos... necesito que sepáis que os amamos. Os amo tanto..."—no pudo seguir, porque sus lágrimas no dejaban de salir y tenía que secarlas.
— "Haremos lo que sea para que estéis a salvo. Si eso implica morir... no me arrepiento ni un poco. Habéis sido y siempre seréis los mejores hijos para nosotros"— siguió su padre.
Akazui comenzó a llorar, no podía evitarlo. Sus padres se estaban despidiendo y él no podía hacer nada. Akashira corrió entonces y abrazó a su madre con fuerza, haciendo que ambas comenzaran a llorar aún más. Mientras que su padre se arrodilló también y puso su mano sobre el hombro del chico, mientras dirigía su mirada seria hacia el pequeño para llamar su atención.
— "No sabemos cuánto tardará la misión. Pero tenéis comida para dos semanas y dinero en el cajón de la cocina. Si los recursos acaban y nosotros no hemos vuelto, recurrir al orfanato de Ame. Allí os darán comida"—gesticuló mientras Akazui asentía—. "Aprovecha las oportunidades que se te presenten; y sobre todo cuida a tu hermana, ¿sí?"
Akazui asintió mientras secaba sus mejillas húmedas antes de que el mayor lo abrazara también. Su madre y su hermana los veían a un lado, por lo que se unieron al final. Sin embargo, llegó un shinobi a avisarles, por lo que sus padres se levantaron y, tras un profundo "Os queremos" de ambos, se marcharon cerrando la puerta tras ellos.
oOo
El tiempo pasó y ellos no volvían, por lo que Akazui hizo caso a su padre y guardó el dinero que les habían dejado en un escondite secreto. Teniendo eso listo, llevó a su hermana al orfanato junto con él. Si ellos podían cuidarlos mientras sus padres estaban fuera, no tenía por qué gastar ese dinero en algo que pudiera ayudar más adelante.
Fue después de dos años que Akazui se enteró de que la guerra había acabado. Dejando a su hermana con su nueva amiga Misaki, corrió hacia su casa con la esperanza de que sus padres hubiesen vuelto. Sin embargo, descubrió que, mientras ellos habían decidido meterse en el orfanato, la casa había sido ocupada por otra gente. Intentó regañarlos para que se fueran, pero, a parte de que él era demasiado pequeño para echarlos de allí, la lengua de signos solo lo hacía parecer un loco, por lo que le empujaron. La mala caída lo hizo darse en la cara con el pico de una caja con remache metálico, lo que le hizo una herida en la mejilla.
Con eso, se resignó y, a pesar del dolor, corrió hacia la entrada de la aldea. Como siempre, el cielo estaba oscuro y las gotas de lluvia caían con fuerza, pero eso no impidió que él fuera a ver si sus padres llegaban. Aquel día comenzaron a llegar algunos de los equipos. El solo hecho de ver shinobis con heridas profundas y otros en camillas, lo asustaba. No dejaba de tener 7 años, nunca había presenciado tal cantidad de sangre, heridas e incluso muertos.
No se movió de allí durante tres días... cuando vio a su madre en una de las camillas. Con alegría corrió hacia ella. Su madre tenía una profunda herida en el abdomen, pero ella seguía despierta. Ella al reconocerlo abrió sus ojos de par en par e intentó incorporarse, pero al no poder por el dolor, le pidió a sus compañeros que la dejaran un momento en el suelo.
Akazui al llegar la abrazó fuertemente y ella lloró. Cogió sus pequeños hombros y lo separó de ella, antes de gesticular en lengua de signos.
— "Lo siento, cariño... Mamá está muy herida y papá..."—el llanto de ella no dejaba de parar, por lo que Akazui temió lo peor—. "... papá ya no está".
—"¿Cómo que no está?"
—"Papá se ha ido, él ha... muerto..."
Akazui movió la con la cabeza en negación y, al ver la mirada triste de su madre, no pudo sino confirmarlo... no volvería a ver a su padre. Fue entonces que los shinobi que llevaban a su madre levantaron la camilla y estaban dispuestos a llevársela. Mientras Akazui dejaba y no dejaba que se la llevaran, su madre lo miró con desconsuelo y una profunda tristeza.
—"Dile a tu hermana que tanto papá como mamá os quieren, ¿de acuerdo?"
Así, se llevaron a su madre al hospital y allí, después de ir tras ellos y esperar la operación, el ninja médico le informó con una negativa que su madre también se había ido. Y ahora, él debía decírselo a su hermana.
Meses antes de la actualidad...
Mientras corría por las calles, vio a lo lejos a tres jóvenes con capas negras y rojas. Parecían alegres y hablaban con los demás con una sonrisa. ¿Cómo podían sonreír después de todas las pérdidas de la guerra? Decidió investigar. Leía los labios de la gente y sus cotilleos, veía a los aldeanos reformando los edificios, leía los panfletos en las calles... hasta que uno le llamó la atención en el cristal de un local. Después de ver su cicatriz en x sobre su mejilla recordando aquel día, lo leyó. ¿Buscaban alumnos para una nueva academia ninja? "Aprovecha las oportunidades; y sobre todo cuida a tu hermana", recordó a su padre.
Y así, arrancó el panfleto. Si quería proteger a su hermana y defenderse, ser shinobi era una elección genial. Honraría la memoria de sus padres y protegería a la única familia que le quedaba. Se haría un nombre y, a pesar de los comentarios de los demás, el ninja sordo más fuerte de la historia.
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Buenos días, tardes, noches!
Aquí el primer extra de los personajes OC, y hago a Akazui porque hoy es el cumple de @BenyZamora, así que... ¡Felicidadees! Y con esto voy avisando que el próximo capítulo estará publicado muy pronto.
Por ello, espero que esperéis un poquito más. No os preocupéis, que... ¡no voy a cancelar esta historia!
Eso es todo, así que nos vemos muy pronto!! Ciao!
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