Capítulo 9: Juicio.
"Tras la conducta de cada uno depende el destino de todos". Alejandro Magno
Nunca imaginé que mi vida tomaría este camino hace unos meses, todo era normal. Corría con el viento en mi contra, sentía la adrenalina en cada paso y disfrutaba de cada aventura junto a mis amigos. Ahora... Ahora estoy encadenado, el mundo me ve como una amenaza. Si tan solo pudiera regresar el tiempo... si pudiera deshacer todo esto pero no hay marcha atrás una disculpa no les bastará. Pasó un tiempo antes de que el vigilante regresara. Esta vez, no era para informarme de más días en la celda, esta vez había llegado el momento.
—Es hora —dijo con voz firme.
Me pusieron cadenas más pesadas, reforzadas con materiales que ni siquiera conocía.
Quizás pensaban que intentaría escapar, no lo haría. Me escoltaron por un largo pasillo hasta llegar a un gran salón en ninguno momento me atreví a levanta la mirada. Sentía las cadenas apretarse con cada paso, escuchaba los murmullos a mi alrededor. Pero lo único que me importaba era una cosa: mis amigos. De reojo pude verlos Amy, Tails, Knuckles y Shadow estaban ahí. Sus rostros reflejaban muchas cosas... miedo, preocupación, confusión. Al menos, estaban a salvo.
Cinco oficiales sujetaban mis cadenas, mientras otros tres me apuntaban con armas. No levanté la mirada no tenía fuerzas para hacerlo y entonces, la voz de la autoridad resonó en el enorme salón.
—Bueno, Sonic... estás aquí para decidir qué haremos contigo.
Silencio.
—No queremos hacerte daño —continuó—. Nos has protegido por mucho tiempo, y creemos que aún hay una forma de ayudarte... pero para ello, debes cooperar con nosotros.
El aire se sentía pesado.
No respondí.
—Por el momento, serás vigilado las 24 horas del día y permanecerás en la jaula, encadenado, por la seguridad del pueblo. ¿Tienes alguna objeción?
—No... —mi voz apenas salió.
Pausé un momento.
—Pero quiero pedir algo.
—¿Qué cosa?
—Asegúrense de encadenarme aún más. No quiero lastimar a nadie.
El juez pareció sorprendido, pero asintió.
—De acuerdo... pero sería más fácil si nos dices la verdad.
La pantalla se encendió.
Imágenes de personas lastimadas aparecieron frente a mí.
Contuve la respiración, las personas que lastimé para recuperar las Esmeraldas del Caos... aunque, en realidad, no recuerdo todo lo que pasó. Pero sé que fui yo. El peso de la verdad cayó sobre mí como un muro de concreto.
—Yo... lo causé todo.
El silencio se volvió ensordecedor, vi cómo todos quedaron en shock incluso mis amigos. Les fallé, si tan solo supieran la verdad...
—Sabemos que perdiste el control cuando Mephiles apareció fuera del pueblo —continuó el juez con un tono más severo—. Pero al aceptar tu culpabilidad... Sonic, quedas condenado a muerte.
No reaccioné.
No parpadeé.
Era algo que ya había aceptado en mi interior.
—A menos que logres controlar tu transformación —agregó—. ¿Algún problema con esto?
—Ninguno —respondí, mirándolo a los ojos.
Me llevaron de vuelta a la celda, las cadenas eran más gruesas ahora, la seguridad más estricta. Ya no tenía permitido salir... salvo una vez al día a otro cuarto donde tampoco tenía libertad de movimiento.
Los días pasaron, cada vez que intentaba suprimir la oscuridad mi cuerpo se debilitaba más. No avanzaba de hecho retrocedía. Si esto seguía así, tarde o temprano perdería el control... y destruiría todo lo que se interpusiera en mi camino, no me preocupaba mi ejecución pero si me preocupaba Mephiles se había llevado una de las Esmeraldas del Caos... pero había algo extraño en ella. Algo diferente ¿De donde provenían? La ultima perdió su poder en mis manos y las demás todos vimos como se destruyeron. ¿Qué estaba planeando Mephiles? No tenía respuestas y tampoco tenía forma de escapar para averiguarlo.
Dos días más pasaron, cada vez que me miraba en el reflejo de las frías paredes, notaba el cambio.
Mis ojos.
Uno aún era verde.
El otro...
Carmesí.
El color de la maldad que intentaba contener.
Y entonces, llegó el vigilante.
—Tienes permiso para recibir visitas —dijo.
No respondí, no quería que nadie viniera ¿Para qué? para verme encadenado, condenado... derrotado de igual forma nadie vendría, pero me equivoqué.
—Tienes visita.
Levanté la mirada y la vi... Amy. Sus ojos cristalinos, su expresión triste y preocupada.
—Me alegra tanto que estés bien... —su voz temblaba entre lágrimas. Intenté sonreír.
—Tranquila, Amy... estoy bien.
—¡No digas eso! —su voz se rompió—. No es momento de fingir que todo está bien cuando sabemos que no lo está... cuando sé que pronto... —Su voz se ahogó en un sollozo.
—Lo siento, Amy —susurré—. No deberías estar llorando por mí.
—¡Detente! —me interrumpió—. No sigas mintiendo. Sé que estás solo... que estás asustado... que todo esto te pesa más de lo que dices. ¡No tienes que fingir con esa falsa sonrisa! Solo... desahógate, Sonic.
La miré en silencio, pero no podía. No tenía derecho.
—Quizá tienes razón —murmuré—. Pero... rompí nuestra promesa.
—¡No la rompiste! —gritó—. ¡Fue Mephiles quien te hizo esto!
En parte... tenía razón, pero eso no cambiaba nada.
—Los demás estamos haciendo lo posible para salvarte —continuó Amy con esperanza en su voz.
—Eso no será posible, Amy...
—¡No me importa! ¡Voy a intentarlo!
Bajé la mirada.
—Amy... hay cosas que nadie entenderá. Prefiero que sea así. Mantente lejos de mí. Mi lugar está en la oscuridad... el tuyo en la luz.
Ella apretó los puños.
—¡Mientes! —su voz se quebró, llena de rabia y dolor—. No importa cuánta oscuridad haya en ti... ¡sigues siendo el héroe de Möbius! Pero la oscuridad quiere arrastrarte... al miedo, a la desesperación... al odio. Quiere que destruyas lo que amas. Pero solo tú puedes decidir si dejar que te consuma... o rechazarla — Por favor recapacita.
Sus palabras se clavaron en mí como un relámpago y cuando se fue... me quedé pensando yo no puedo rendirme aunque no pueda controlar esta maldad debo detener a Mephiles. A la mañana siguiente, me acerqué a un guardia.
—¡Dile al juez que reúna a todos!
Mi mirada debió asustarlo, porque corrió sin pensarlo dos veces porque a pocas horas después, la sala estaba llena.
—Espero que esto valga la pena —dijo el juez.
—Lo vale —sonreí—. No puedo controlarme. No hay milagro aquí. Pero deben dejarme ir. Mientras ustedes juegan a ser soldados, Mephiles avanza. Y no pienso dejar que lleve a cabo su plan.
Hubo murmullos sorprendidos.
Y entonces, Eggman apareció.
—Jujuju... esperaba esta revelación, Sonic —dijo con su típica burla—. Esta vez, Mephiles no juega... y yo también quiero acabar con él.
Miré al juez, esperando su respuesta, pero él negó con la cabeza no lo culpó yo habría hecho lo mismo ¿Por que confiar en mi?
—No lo permitiré. Te quedarás donde estás.
Bajé la mirada pero solo fue por un momento cuando volví a alzarla... sonreí.
—No permitiré que Möbius caiga en la oscuridad, tal vez no entiende nuestra situación y aunque decida traicionarlos jamás lastimaría al pueblo que me trato con amabilidad, ¡Así que tómelo como quiera, un traidor, cobarde o asesino, pero no me quedaré aquí sin hacer nada!
Y antes de que pudieran detenerme, corrí rompiendo la gran ventana sin saber exactamente a dónde ir pero con la certeza de que no me quedaría encerrado un solo instante más.
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By:chimuelo78
20 de julio 2017
Pd: chimuelo sigue sin internet :'v y esta Posdatas las escribí sin internet y para publicar este capitulo tenia un poco de "datos". O quizá me robe por un momento el wifi de alguien mas :v... Bueno me lo presto por un momento.
Ppd: voten y comenten :3
Edición: 09/02/2025
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