Después

Code: Lyoko y sus personajes son propiedad de MoonScoop y France3.

Después

Ulrich sentía su corazón marcando un ritmo acelerado contra sus costillas, tal como si quisiera huir de su jaula de huesos. A pesar de haberse acercado a Yumi más de lo habitual ella no se había movido un sólo milímetro, por lo que su cercanía no le molestaba y eso, aunque debería tranquilizarle, le ponía más nervioso. Sin embargo, había tomado una decisión y ya no podía echarse atrás.

Se acercó un poco más, las punteras de sus botas casi se tocaban, ella seguía allí inmóvil esperando a que se decidiera a hacer algo, lo que fuera. El olor de su gel de baño era agradable y familiar como una caricia.

Iba a hacerlo. Estaba decidido. No sería la primera vez que lo hacía. Era sencillo. Sólo tenía que moverse un poco más.

La palma de la mano de Yumi se posó sobre sus labios cuando él trataba de alcanzar los suyos. Enarcó una ceja, no se lo esperaba, pero no iba a enfadarse, se quedó quieto interrogándola con la mirada.

—Si no vas en serio no hagas eso —susurró ella con tono suave—. Porque no te lo perdonaría nunca, Ulrich.

»Así que piensa bien en lo que vas a hacer y en si debes o no hacerlo.

La mano de Yumi se retiró con suavidad, el calor de su piel quedó impreso en sus labios.

¿Iba en serio? Sí. ¿Quería hacerlo? Sí. ¿Podía salir mal y no funcionar? Deseaba que no.

Yumi seguía allí inmóvil, respetando la corta distancia, con los hombros relajados, aguantándole la mirada. Esperando descubrir si iba en serio o no, si cerraría la breve distancia o no.

—Yumi, yo...

—¿No estarán arriba? —La voz de Aelita resonó por las escaleras precediendo al sonido de pasos al subir los peldaños—. Ulrich había subido.

—No me lo puedo creer —farfulló en un susurro.

Ella dejó escapar una risilla ligera y se apartó despacio, su mano descansó sobre la barandilla.

—Es mejor que bajemos —murmuró invitándole a seguirla—, ya hablaremos después.

Tenía razón, era mejor bajar, si la encerraba en su suite para acabar con lo que había empezado la situación se torcería. Además, Odd tenía la llave maestra, no tenía ganas de que se pusiera a abrir puertas para encontrarlos.

—Ya, después.

Yumi captó la ironía en su voz. Habían estado hablando de que habían tenido que aparcar sus vidas por Lyoko y Aelita y ahora estaban haciéndolo de nuevo. El "después" parecía perseguirles siempre.

—¡Yumi! —exclamó Aelita deteniéndose en el descansillo—. Tú también estás aquí, Ulrich.

—Estaba helada, me he dado una ducha caliente y ahora estoy como nueva —declaró Yumi.

—Yo he hecho lo mismo —musitó él encogiéndose de hombros—. He aprovechado para hacer un par de llamadas.

—Y nos hemos encontrado en las escaleras.

—Odd estaba preguntando si no os habíais vuelto a ir —musitó Aelita—. Creo que estaba un poco preocupado, a lo mejor le da miedo que os fuguéis sin avisar.

Ulrich le revolvió el pelo con cariño.

—No creo que pasen muchos coches por aquí y que acepten autoestopistas.

—Bueno, si te portas bien podría llevarte si haces autostop.

Yumi había ido hasta allí en coche, se le había olvidado. Tal vez podrían romper el "después" si le proponía darse a la fuga en su coche, el equipaje podía quedarse allí, tampoco es que tuviera nada importante o valioso. Sonaba bien, sonaba genial, sonaba a plan perfecto.

—Le he dicho que no os iríais sin avisar —continuó Aelita con una sonrisa—, pero están preparando la mesa y no aparecíais. Ya sabes cómo es Odd, siempre montándose alguna película.

Al entrar en el comedor la mesa ya estaba puesta y la comida servida. Yumi se sentó lo más lejos que podría haberse sentado de él, añadiéndole una dimensión nueva al "después" que siempre les perseguía. Mientras la miraba conversando con Emilie y Sissi se preguntó si en algún momento lograrían volver a cerrar la distancia, si llegarían a estar de nuevo tan cerca como lo habían estado frente a las escaleras; si aquel odioso Zwischenraum se cerraría de manera definitiva alguna vez.

—Tierra llamando a Ulrich —soltó Odd moviendo la mano frente a sus ojos.

—¿Qué?

—Estás en otro mundo, ¿en qué piensas?

—En nada, tenía la mente en blanco.

—Pensaba que estabas pensando en Yumi, como la mirabas a ella...

—Ya, piensas demasiado, Odd.

Jérémie movió el móvil entre ellos, llevaba un rato revisándolo, como hacía en Kadic con el portátil. No estaba tan ensimismado como entonces, pero casi.

—Mirad, hace un tiempo encontré una especie de blog que colgaban en la red Milly y Tamiya —siseó tranquilo, en un contraste exagerado con el Jérémie de entonces—. Aelita y yo estuvimos leyéndolo, es muy divertido. La verdad es que nunca me había preguntado si hacían algo así.

—¿Hablan de nosotros? —preguntó Odd con un interés repentino.

—Sí, sobre todo de Ulrich y de ti. De Sissi también, aunque no dicen nada bueno.

—No puedo decir que me sorprenda —declaró tomando el móvil de Jérémie para curiosear—. Sissi no era muy amable con ellas.

—Es una forma elegante de decir que era la persona más desagradable sobre la faz de la tierra —intervino Ulrich.

—Bueno, sí, pero eso ya da igual.

Odd se sumergió en la lectura de aquel blog con Jérémie intentando ver qué iba leyendo. Ulrich, que estaba en medio, no tenía el más mínimo interés su cabeza estaba en otro lado. Devolvió la mirada a Yumi, se la veía tranquila, como si lo que podría haber pasado en aquel rellano no le hubiese afectado lo más mínimo.

Quizás él era el único que sentía la necesidad de avanzar, el único que quería romper el muro que los mantenía separados y eliminar para siempre la palabra "después" de su vida.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! El "después" siempre al acecho para desesperar a Ulrich.
Mañana más.
Zwischenraum: palabra alemana, sin traducción, que da nombre a ese espacio intermedio entre las cosas

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